Las sabanas pegadas, tuvieron la culpa
Como un poseído, comenzó a cachear mi cuerpo, como si buscara algo, me acusaba si era una puta por mi forma de vestir, mientras notaba como sus manos recorrían mis muslos, ese moralista de mierda, me estaba manoseando, introduciendo sus manos cerca de mis nalgas, notando sus ásperos dedos sobre la liga de mis medias...
Las sabanas pegadas, tuvieron la culpa
Hola, me llamo Susana, ante todo gracias a todos los que me habéis leído, sobre todo aun más agradecida a aquellos que me habéis escrito. Agradezco de corazón, que os haya gustado e incluso que os haya sido tan placentero, como a mí relatarlos.
Soy una ardiente chica del sur de Andalucía, de Sevilla (España), de 22 años, morena de cabellos, de ojos castaños, y bisexual. Soy conciente que mi forma de vestir, me hace ser más destacable para ser manoseada, aunque no soy ni fetichista, ni exhibicionista, simplemente me gusta vestir de forma que realce mi cuerpo. De mi dicen, que soy una chica de muy buen cuerpo, tanto físicamente, como por mi forma de vestir bastante provocativa, me da igual si voy por casa o por la calle, creo que es la razón por la que siempre acabo metida en algún lió, fregado o apagando algún "incendio".
Me definiría como extrovertida, una sin vergüenza integral, simpática, muy buena gente, bastante loca... Vamos una chica con la que se puede pasar un buen rato. Me gusta conocer gente, descubrir cosas nuevas, divertirme, lo típico (tengo una manera especial de ver la vida creo, que os habéis dado cuenta). De mi libertad, e intimidad es algo que me importa bastante. Solamente soy yo, la que elijo con la persona que me haga disfrutar, o a quien haré disfrutar.
He de explicaros, que mis gustos en general, es la morbosidad que me produce ser manoseada en publico, el sentirme acariciada, en todo tipo de transporte y en lugares públicos (joder, la morbosidad que noto, es tanta que solo pensar en ello, se me humedecen las braguitas). El sentir como entre la multitud, se atrevan a manosearme, a introducir vuestras manos en mi entre pierna, me excita enormemente, e incluso ser observada mientras lo hacen, y aun más, cuando lo hacen contra mi voluntad (es una excitación, que apenas puedo describirlo, es un morbazo que os la recomiendo). El sentir como me humillan, la vejación, las miradas lascivas, como entre la multitud soy observada, y como no hacen nada por remediarlo más que disfrutar ellos mismos (son tan culpables, como yo de dejarme hacer o incluso aun más, de los que manosean).
Solo recordarlo, noto como mis braguitas se humedecen, una calentura me invade, y sin poderlo evitar tengo la necesidad de introducir mis manos entre mis muslos, el solo sentir como mis dedos tocan mi pubis me hace estremecer, como se enredan entre mi poca vellosidad hasta alcanzar mi vagina y juegan con mi vulva, con la necesidad de satisfacer ese picor tan grande hasta el punto de no darme tiempo ni alcanzar la puerta del aseo (joder, hasta los curiosos de mis compañeros, disfrutan del espectáculo, pues a veces se me es algo difícil de callar mis jadeos).
Mis experiencias que he mantenido con maduros, han sido totalmente satisfactorios (chicos aprender, han cumplido todas mis exigencias y han cumplido, alguno me ha enseñado lo que es un hombre, coño un verdadero macho), son minuciosos a la hora de darme placer, e incluso sus caricias son diferentes (no solo por el tacto, joder que solo pensáis, que un viejo no sabe hacer gozar). Explicar mis relaciones respecto a ellos, me es algo difícil, pues quizás es el morbo que me producen, o quizás, sea mi búsqueda por el amor paterno, aunque desde mi punto de vista, mis relaciones son puramente sexo, pues ellos saben hacerme disfrutar, y no buscan su propia satisfacción, os puedo asegurar que no significa, que los chicos seáis menos amantes, sino que olvidan esos pequeños detalles (haber si pensáis, que entre vuestras manos no tenéis la consola de la Game, sino coño que somos humanas, pensar que tenéis a una chica frágil, y no un coche por usar, coño que sois mas sensibles, sensibles y atentos, joder que sois mas sensible, cuando tenéis el móvil entre vuestras manos).
Hace un tiempo, que mi relación con mi chico ha evolucionado, ya no solemos masturbarnos el uno con el otro, sino mientras nos relatamos nuestras experiencias, a modo de confesión sin en escatimar detalle alguno, chicas os lo recomiendo. Con el paso del tiempo, he encontrado satisfacción, entre mis desplazamientos en transporte público (hey! he de especificar, la gran mayoría son los interurbanos, los de pueblo, donde he encontrado lo que busco, y como dicen me he agenciado una agenda de tíos que saben lo que busco y como lo busco). Dicen que me dejo manosear, más bien en venganza hacia mi padre, aunque también es una manera de reprimir esa necesidad, una manera de poder desfogarme, no solo la necesidad del morbo, sino la de satisfacer mi libido.
Siempre digo, que las mejores experiencias son aquellas que son inesperadas, las que no nos esperamos siendo más excitantes y aun más satisfactorias, que ni tan siquiera tenemos en mente, y solo ocurren en nuestros sueños. No me enrollo mas, comenzare a relatarla, me ocurrió hace un tiempo, cierto día de la semana, para ser exacto creo que fue un jueves (la verdad, que ni tan siquiera importa, el día de semana, solo lo ocurrido, verdad).
Me había quedado dormida, no había escuchado el despertador, y eso que llevaba sonando desde las 7.00 de la mañana, ni tan siquiera cuando salto el TV que también lo programo. Cuando medio adormila, levante la cabeza y con los ojos medio cerrado y llenos de lagañas, me di cuenta de la hora, pegue un bote de la cama, coño se me habían pegado las sabanas, he de reconocer que la noche anterior, se me hizo bastante extensa, me quede dormida bastante tarde, por no decir hace un par de horas.
Nada mas levantarme, sin tiempo a colocarme las zapatillas, me dirigí corriendo hacia la cocina, a enchufar la cafetera (por que sino tomo un café, no soy persona). Sin perder tiempo, ni para coger la toalla me meto en la ducha, saliendo desnuda ir al dormitorio a coger mi ropa interior, llevándome la primera sorpresa, me había quedado sin braguitas limpia, y aun menos un sujetador que ponerme (joder, se me había olvidado poner la lavadora), por lo que me tengo que decidir rápidamente, que ponerme, y cojo lo único que me queda, un corpiño negro (coño, nada mas mirarme en el espejo, parecía una puta, imaginaros corpiño negro, medias de ligas negras, que opináis), luego coji una falda negra cortita de esas de medio muslo y una blusa blanca.
Nada mas salir corriendo por la puerta, no antes coger las llaves del coche, me monte para dirigirme a la oficina, cogiendo un monumental atasco. Sonó En ese momento el inoportuno móvil, era el cabron de mi jefe, comentándome que si ya estaba en urbanismo. Con las prisas, ni me acordaba que debía de ir a recoger unos planos a Urbanismo (debía de ir, a las caracolas de la Expo), por lo que llame a un chico que trabaja allí, haber si me podría hacer un favor, me comento este que me haría el favor grabarme los planos digitalizados en un CD (ser chica guapa, y tener buenos atributos, tiene sus ventajas).
El segundo contratiempo me vino, una vez en urbanismo, abrí el maletero del coche para introducir los CD, me entro unas ganas de vomitar pues olía a gato muerto, coño recordé que todavía seguía la basura del día anterior (joder, la deje dentro para poderla tirar, cuando hubiera podido, ya ni siquiera me acordaba). Se me ocurrió para ganar algo de tiempo, llamar a la oficina y comentar que estaba en la consulta del medico, que se me había olvidado decirlo, que no se preocuparan, que desde allí iría a urbanismo recoger a los dichosos planos, no me pusieron muchas pegas. Por lo que montándome de nuevo en el coche, puse dirección a los aparcamientos del estadio olímpico, donde tenía la intención de tirar allí la basura sin que me viera nadie, recuerdo que allí nos dirigíamos mi chico y yo a follar, en mi época universitaria.
Una vez llegue, me cerciore antes de apagar la llave de contacto, y bajarme que no había nadie, por lo que estacione el coche pegado a un lado, junto a unos arbusto, me baje mirando a mi alrededor, no me fiaba. Me dirigí a la parte trasera del coche, abriendo y levantando el maletero coji la bolsa de basura, con la intención de tirarla, tire la una bolsa primero entre unos arbustos, cuando me gire agachándome e introduciéndome dentro del maletero a coger la segunda, serian los nervios por que sentía que iba a ocurrir algo, me dio la sensación de no estar sola, como si estuviera siendo vigilada, una presencia.
Incline todo mi cuerpo hacia delante, con la idea de coger la bolsa de basura que quedo en el fondo del maletero, notando mi falda subirse y entrarme un frescor por mis muslos, que me dio hasta escalofríos. Ya la había cogido, cuando detrás de mi escuche pisadas, pero cuando quise salir del interior del maletero, note como alguien desde atrás, me sujetaba para no salir. Ese extraño, se apoyaba sobre mí, apoyando su cuerpo sobre el mió, mientras una mano me sujetaba por mí cintura como una tenaza, la otra mano me sujetaba con todos sus dedos, fuertemente por el cuello, presionando hacia abajo, evitando que me levantara.
Sentí pánico, no lo esperaba, encima llevaba un día de perros y esto era demasiado, era la gota que llena el vaso. Comenzó a hablarme, en tono amenazante, su voz era grave, me comentaba que mi acción era penalizada con multa, que sino cuidaba el medio ambiente y chorradas parecidas, que me iba a denunciar a la policía por tirar basura, entre balbuceó comencé a disculparme. Aunque este extraño, no dejaba de amenazarme, mientras tiraba fuertemente de mi brazo una vez que me soltó del cuello, decía que me iba a llevar hasta la policía o incluso desde el móvil los llamarías, pues la jefatura de la policía local estaba cerca.
No me podía mover por mucho, que lo intentaba, me tenia prácticamente sujeta, no se me ocurrió nada mejor en ese momento que ofrecerle dinero, que fue mi mayor error, el ecologista por llamarle de alguna manera, comenzó a zarandearme e insultarme. Comencé a forcejear, pero lo único que conseguí fue que su mano volviera a sujetarme del cuello, teniéndome de nuevo a su merced, mientras que la que me tenia sujeta de la cintura, la retiro para dirigirla hasta coger mi bolso, pensé que seria un ladrón o acaso un carterista.
Introduciendo la mano dentro del bolso, comenzó a registrarlo, como si estuviera buscando algo, pero lo coloco boca abajo dejando caer todo sobre la lona del maletero, que vergüenza sentí, al ver que entre los objetos se encontraban algunos difícil de explicar (coño, que excusa como pondría, por lo que llevo en el bolso, un dildo y preservativos), fuera parte todo lo típico que llevamos. Comenzó de nuevo a zarandearme, me asuste tanto que no me di cuenta, que me estaba restregando su bulto, contra mis nalgas. De nuevo dirigió la mano hacia mi cintura, me tenia en una posición sometida, me apretaba cada vez mas fuerte, e incluso me estaba haciendo daño, lo cual se lo comente, lo que el me respondió que ni debía ni rechistar, me recrimino mi acción en contra de la naturaleza, por no cuidar la capa de ozono y chorradas parecidas, por mi cabeza pensé en lo peor.
Como un poseído, comenzó a cachear mi cuerpo, como si buscara algo, insinuando donde tenía las marcas de los pinchazos. Comenzó a acusarme una y otra vez, si era una puta por mi forma de vestir, mientras notaba como sus manos recorrían mis muslos, ese moralista de mierda, me estaba manoseando por encima de mis medias, descendiendo una vez, para ascenderla pero por la parte interna de mis muslos, introduciendo sus manos cada vez mas cerca de mis nalgas, notando sus ásperos dedos sobre la liga de mis medias, como el muy asqueroso introducía sus manos hasta sentirlas por debajo de mi falda, y acariciar las cachas desnudas de mis glúteos.
Sus manos bajaron descendieron hacia mis muslos, notándolos como entraban desde atrás hacia delante, subiéndolas de nuevo por la parte interior de mi muslos. Pasando sus dedos por el interior de mi falda, hacia mi ingle, note como roza mi entrepierna, recorriendo la costura hasta llegar a la zona de hebillas del corpiño, hacia notarlas sobre mi pubis. Lo note como sorprendido, pues unos minutos de silencio seguido por el abandono de sus manos de mis partes íntimas, pensé que me dejaría en paz, pero sujetándome por la cintura fuertemente, avanzo sus manos hacia mi hombrigo por encima de mi blusa blanca. Pero no dejaba de insultarme, de decirme obscenidades cada vez mas fuerte, mas hacia mi persona y sobre todo en referencia hacia mi familia.
Sentí, como intentaba introducir su mano entre los botones de la camisa, sintiendo como sus dedos tocaba mi vientre, por encima de la tela de mi corcel, no dejaba de repetirme si era una puta, una gótica o que coño era, entre otros insultos. Con violencia introdujo totalmente su mano, hasta saltar algunos de mis botones (joder, que bruto era, como todo salido de mierda). Su intención no era otra, que manosear mis pechos, me asuste muchísimo por lo que le grite, por su violencia y brutalidad, indignándome con el (coño, que bastante trabajo para que me rompan la ropa, joder que no a costado precisamente 30), pero el cabron en vez de detenerse, con la mano bien abierta entre sus dedos presionaba mi cuello, a modo de zarpa me sujeto de un modo asfixiante, tirando de mi cabeza hacia el, para dejarla caer con fuerza, hasta sentir el duro suelo del maletero, golpear mi frente.
Mas que asustada, os debo reconocer que me sentía invadida por el miedo, joder sentí mas bien pánico, no os puedo describir que era lo que me pasaba en ese momento por mi dolorida cabeza. Pero con voz atemorizante, volvía a comentarme, mientras apretaba mi dolorido cuello, hasta pegar totalmente mi rostro a la lona del maletero, al tiempo que sentía su aliento sobre mi nuca, que mas me valía que me callara, mientras el "admiraba" mi cuerpo, y que recé por no forzarlo (Dios, que hijo de puta), pensé que hubiera sido mejor, dejarme denunciar.
Comencé entre gimoteos, a sentir como introducía a la fuerza, sus manos por mi camisa, hasta notarlas sobre mis pechos, acariciándome sobre la tela del corpiño, magreaba con fuerza mientras tiraba de las copas hacia abajo, hasta hacer saltar mis pechos, no quería quedarme sumisa ante mi agresor, pero tampoco quería ser agredida de nuevo, la verdad mi elección era de lo mas difícil, pero lo peor no era eso, sino que comenzaba a notar como se humedecían mi vagina. Era una agresión distinta, un manoseo no consentido pero que me estaba excitando, el morbo que sentía en ese momento, hacia que mi cuerpo y mente se sintiera entregada hasta el final.
Aunque me dolía la cabeza del golpe recibido, quise rebelarme de nuevo, no quería que creyera que me había entregado ya, por lo que, mientras me encontraba con el cuerpo dentro del maletero en posición sumisa, aproveche como un ultimo intento, en echar mis brazos hacia atrás e intentar golpear el cuerpo de mi agresor, pero ni siquiera le golpee ya que sujetándome volvió a repetir su violencia golpeándome varias veces contra el maletero, moviéndome hacia atrás varias veces, en el vaivén de mi cuerpo lo único que conseguí fue restregar mis nalgas contra su miembro, a modo involuntario se lo "talle" entre mis glúteos, eso si note su dureza.
Ante el dolor sobre mi frente, dirigí mis manos a tocar mi cabeza, aprovechando este a echarse sobre mi, notando aun mas su peso sobre mi cuerpo, no sabia lo que pretendía ese tío, pero algo me decía que sus intenciones no eran buenas, me di cuenta que buscaba algo por mi maletero, pues una de sus manos rastreaba entre las bolsas que tenia, hasta coger una bolsa del fondo, del cual saco con torpeza unos cables, joder los de cargar la batería (ya sabéis, esos cable que se utiliza cuando el coche se queda sin batería y hay que darle una carga), pensaba para que coño quería eso, aunque no quería pensar en infinidad de cosas que podría hacer con ellas.
Pero no tardaría en averiguarlo, nada mas soltarme del cuello, sus manos rápidamente apresaron mis muñecas, para mientras con una apretaba fuertemente contra mi espalda, con la otra con los cables me amarraba mis muñecas a la espalda, sentí el dolor de los cables al apretarlos, hasta asegurarse que estaba bien sujeta. Ya no había que ser muy lista, por adivinar lo que pretendía, lo único que esperaba que no me hiciera daño, y cuando acabara conmigo, me soltara sino las pasaría muy putas allí, seguramente desnuda y expuesta a todos los transeúntes que pasaran.
Apenas me reconocí, cuando comencé entre lagrimas a pedirle por favor que me soltara, entre sollozos que me dejara ir, que no volvería a hacerlo, recuerdo sus ojos cuando me respondió que estaba seguro, que no volvería a hacerlo que me daría un ejemplar castigo que no olvidaría jamás. Colocando sus manos en mi cintura, tiro de mi cuerpo hacia el, hasta sacarme del interior del maletero, sentándose el. De pie, enfrente de el con las muñecas amarradas a la espalda, expuesta con la camisa semi abierta con mis pechos fuera del corpiño, que imagen era para el, pensaba que le pasaría por esa cabeza mientras me observaba, sus ojos me devoraban.
Comenzó a hablarme, a comentarme que no me pasaría nada malo si cooperaba, mientras descendía su vista desde mi rostro hasta fijarse en mis pechos. Era una situación de lo más humillante, aunque eran de mi gusto, pero están bastante lejanas de las que habitualmente practico. Mientras hablaba, coloco su mano en mi barbilla, recorriendo con las yemas de sus dedos el contorno de mis labios, al tiempo que gire mi rostro a modo de repudia, rehusando su gesto (ah!, se me ha olvidado deciros, que se como era el agresor, cuando me giro pude verle, un hombre maduro de al menos 50 o quizás 55 años, canoso pero con abundante pelo, de piel muy tostada, y de aspecto amable aunque en ese momento no lo era).
Aunque ha veces me considero una chica fácil, por dejarme hacer en mis viajes, el morbo que encuentro en ser manoseada, la satisfacción que encuentro entre caricias ocultas. Aunque he de reconocer que ha veces me considero también una chica sumisa, no me considero ni débil y ni tan siquiera estúpida, pues soy una mujer fuerte, con pensamientos (joder que soy una mujer, aunque gracias a mi padre, ha veces se me olvide que existo). El empleaba en mi, el castigo como una herramienta, le gustaba ser el dominante para según el, corregir en mi el pecado (el muy cabron, decía que la belleza de mi cuerpo, era el pecado y el cuerpo lujurioso el demonio).
Bueno sigamos que me enfrió, el agresor acerco una de sus manos hasta mis pechos, acariciármelos con suavidad, recorriendo uno para pasar al otro mientras con la otra mano se masajeaba su bulto por encima del pantalón. Comencé de nuevo a llorar, gimoteando a ver si se ablandaba, pero en vez de eso, desapareció su ternura convirtiéndose en salvaje, pasó de acariciar mis pechos a estrujarlos a pellizcar mis pezones, produciéndome mucho dolor. Mientras la baba le salía de su boca, mientras recorría su barbilla, me comentaba que nunca había tenido una chica como yo, y aun mas a su merced, una mujer tan sensual, que me daría un ejemplar castigo, no solo por mi actitud sino por la de cantidad de mujeres que lo han rechazado, por aquella que incluso estando a su lado lo desprecia, cada día, en cada momento y que no le satisface.
Que deseaba, hacerme comprender que merecía un castigo, y que la policía seguramente no haría. Era repugnante ver su cara, su boca babeante, sus ojos abiertos como platos, como si nunca hubiera visto unos pechos, no me extraña nada más por el sitio donde se encontraba. Tampoco me extrañaba, pues solo de pensar el lugar que se encontraba, estaría todos los días viendo "pollas" por no decir catarlas (joder, lo se por mi chico, pues es el mejor sitio donde podría ir, para buscar cuando no tenga nada, pues en este sitio seguro que algún tipo, me podría satisfacer ya sea un miembro joven o maduro).
Coloco sus manos en mi camisa, sujetándola por la tela tiro hacia fuera, saltando los botones y dejándome con el corpiño negro a la vista, solo soltó una exclamación -coño-, mientras se acariciaba un prominente bulto por encima de su muslo (joder, demasiado ancho para un hombre de su edad, pensaba), por sus ojos brillantes, se notaba como todo macho ante lo visto, da por entendido que soy una zorra. Bajando una de sus manos hacia mi costado, descendiendo la palma de la mano hacia mis nalgas, acariciando mis glúteos por encima de mi falda al principio, para pasar a introducirla por debajo, recorrer la costura hasta mi entre pierna, y tocar las hebillas al tiempo que las presionabas, sintiendo esa presión en mi vagina (uuummm, ostia puta, que bueno).
Sentía mi vagina prácticamente encharcada, sus manoseos, sus obscenidades me habían puesto a mil, encima por mi mente comencé a pensar en ese rabo, cuando antes se restregó por mis nalgas, no quería admitirlo pero me había puesto como una perra en celo, y lo peor de todo era que lo deseaba. Callo en ese momento, que podríamos ser vistos, por lo que muy nervioso comenzó a mirar a nuestro alrededor. Notando como con su brazo, que me rodeaba mi cintura, tiro de mi hacia el, sin esperarlo introducía su rostro entre mis pechos, sintiendo sus labios caliente y babeantes sobre mi piel, asqueada sentía como con su lengua recorría mis mamas.
Como dirigía su boca hacia el derecho primero, introduciéndose primero mi hinchado pezón, succionándolo una y otra vez hasta sacarlo tan endurecido como empitonado, para acabar por mordisquearlo, el tenerlo entre sus dientes hasta lograr sacarme del fondo de mi garganta, algunos gritos de dolor. Para soltarlo y seguir con el izquierdo, no soltarlo hasta dejármelo tan duro como el otro. Levantando la cabeza de entre mis senos, elevo la vista a nuestro alrededor observando los posibles mirones, respirando por unos minutos algo mas tranquila, pero sentí como mi cuerpo se entregaba, sin poderlo remediar. Al tiempo que una mano masajeaba mis pechos, la otra mientras me acariciaba mi espalda, descendiendo hasta mi cintura y de hay hasta mis nalgas, para acabar por introducirse por debajo de mi todavía puesta falda, hasta mis nalgas como me pellizcaba, y notaba como a medida que se acercaba a mi ingle, le entorpecía ya no solo la falda sino las hembrillas del corpiño.
Como notaba esos dedos temblorosos, como si hiciera algo indebido, y efectivamente lo hacían, pretendía forzarme a hacer algo que no quería, notaba como sus dedos recorría los limites del corpiño, notándolo como con algo de dificultad varios de sus dedos los introducía, hasta llegar a mis glúteos (joder, quise cerrar mis muslos, coño con la intención de dejarlos hay mismo). Yo por mi parte, no dejaba de pedirle que me soltara (ni me creía, para mi adentro pedía a dios que no lo hiciera), que por favor no me hiciera nada mas (y entre gritos ahogados, le pedía que los introducirá mas adentro por lo menos 10 minutos mas), como si leyera mis pensamiento, recuerdo sus palabras comentándome que debía de ser castigada, que si me portaba bien y era complaciente, me soltaría y me dejaba marchar, pero cuando acabara y dependerá de mi voluntad (hijo de puta, el solo pensar que me dejara desnuda, me hacia sentirme aun mas caliente).
Retirando la mano que manoseaba mi pecho, bajándola hacia donde la otra se encontraba, amasándome ahora ambas al mismo tiempo mis glúteos, introduciéndome por el borde de la tela de mi corpiño sus dedos, dos por cada mano. Pegándome cada vez más hacia su cuerpo, no solo notaba su respiración en mi rostro, sino su bulto y ya visiblemente más que excitado pues una mancha humedecida era presagiar su grado de excitación. Al tiempo, que notaba como esos dedos se introducía entre mis nalgas, como me los estrujaba e hincaba sus uñas en mi piel, como pellizcaba y tiraba de ellas hasta introducirse la tela del corpiño entre mis glúteos, no pudiendo evitar soltar un gemido (Dios, notar esos dedos abrirme uuummm, como os lo digo).
Me encontraba confusa, pues cada vez me dejaba hacer, sin resistirme sino al contrario mas expuesta, me encontraba muy excitada por no saber que iba a hacer, lo que pretendía. Aunque una vez mas le dije "déjame ir, por favor", pero de nuevo volvía a decirme el, "si te portas bien conmigo, y dejas de rechistar, te dejo ir". Sacando primero una mano y dirigirla hacia la cremallera de la falda, para luego sacar la otra ante la dificultad que esta le causaba, logro su propósito al notar como descendía la falda hasta mis pies, nada mas notarla sobre mis zapatos, la eche aun lado pues no quería que la pisoteara ya sea el o yo. Paso luego, a intentar desabrochar las hebillas del corpiño, se notaba su inexperiencia (cacho puta, pensareis, pues no pude evitar soltar algunas risas), se le notaba bastante nervioso, como si fuera su primera vez.
Pero si se notaba, que era la primera vez que abusaba de alguien, seguramente entre los chicos tenga éxito, pues es del tipo de tíos que gustan a mi chico. Por culpa de no disimular mi sonrisa, lo único que logre fue, una mirada furiosa con ojos de odio, colocándose de pie (os recuerdo, que el estaba sentado, sobre el suelo del maletero). Caminando algunos pasos hasta colocarse por detrás mí, que aun estaba con los brazos a la espalda amarrada por mis muñecas, coloco sus manos sobre mi cintura girándome hasta darle la espalda nuevamente, ni siquiera lo esperaba, cuando seguidamente me empujo cayendo sobre duro suelo del maletero, para evitar caer de morros intente girarme por lo que todo mi peso lo deje caer sobre mi brazo (cabron, menudo moratón me dejo), comentándome ahora no te ríes verdad zorra.
Mientras notaba el peso de su cuerpo sobre el mió, sujetándome los brazos hasta colocarme tumbada, de forma que estaba colocada dándole la espalda, pero al menos tuvo el detalle de soltarme las muñecas, ayudándome a colocarme a cuatro patas, con la cabeza mirando hacia el volante, se acerco a mi comentándome esto es lo que te gusta (coño, pensé me a calado, como sabéis, no se si lo hago por vicio o quizás por morbo). Sentí sus manos, una sobre mis nalgas con total amplitud que da la palma de su mano, mientras la otra la sentí introducirse entre mis piernas, dándome algunas palmadas a modo que separara aun mas mis muslos, hasta notarla sobre mi corpiño, note como lo sujetaba por la tela. No pude evitar, soltar un gemido al notar el roce de sus dedos sobre mis labios vaginales.
Después un movimiento seco, dejo a un dolor en mi ingle, flexionando mi cuerpo hacia atrás al sentir bastante dolor, me di cuenta que me había dejado casi desnuda pues note como el frescor de la mañana discurría entre mis piernas, al tiempo que entre lagrimas, chillaba y hacia gesto de dolor por su gesto. Rápidamente, mi agresor como si lo hubiera tenido previsto, cojio una bayeta que vio aun lado de el maletero, introduciéndomelo dentro de la boca, seguramente para silenciarme, hasta sentí arcadas, mientras me comentaba que ni tan siquiera hiciera el gesto por sacármelo. Pero me considero una buena hembra, y como tal me gusta luchar, por lo que intente dándole algunas patadas soltarme, pero lo único que conseguí, fue que este comenzó a darme una serie de manotazos, hasta quedarme quieta, era inútil.
Os lo digo mas claro, me rendí cojones, haber me encontraba en aquel aparcamiento del estadio olímpico, casi desnuda solamente con el corpiño reliado en mi cintura, siendo las 12.00 de la mañana al menos, sin una bendita persona y menos joder algún mirón que me pudiera ayudar (después dice el cabron de mi novio, que hay mas gente que en la guerra), aunque eso si estaba con mi cuerpo casi metido dentro de mi propio maletero (os digo, que el interior de Nissan Almera, se puede follar bastante bien), y encima, expuesta para este manoseador. Note como apoyaba su cuerpo con el mió, como el bulto de su miembro se restregaba contra mis nalgas, ignoraba lo que pretendía pero con la palma de la mano comenzó a darme cachetadas, comentándome que debía de ser castigada por mi actitud.
Pero esa situación me estaba excitando, tanto que por cada una de sus palmadas, sentía como una descarga eléctrica en mi interior, mientras que notaba su otra mano masturbándome, como frotaba mi vulva, alternando con el manoseo a uno de mis pechos. No pude emitir protesta alguna por mi parte, pues al tener la boca taponada, solo pude emitir sonidos que parecía el mugir de una vaca, y no era otra cosa, que el protestar por su acción, mientras sentía como el preludio de un orgasmo, hasta dejar mi cuerpo desfallecer (joder, no soy masoquista pero siendo vejada y humillada había logrado correrme). De nuevo me dejo unos minutos descansar, mientras se sentaba junto a mi, sobre el suelo del maletero, al tiempo que notaba, como una de sus manos se posaba sobre mi pubis, jugueteando al principio entre la poca vellosidad que tengo, para ir descendiendo hasta notar sus dedos, en mi pubis y pasar sus yemas por la orilla de mis labios vaginales.
Mientras gozaba emitiendo sonidos parecidos a gemidos, notaba su otra mano desde mi cuello, descendiendo por mi espalda hasta mi cintura, acariciándome mostrándome la poca ternura que aparentaba, resbalando sus dedos hasta el inicio de mis nalgas, sin dejar de comentar, que nunca había llegado tan lejos con una mujer e incluso ni con la suya (cabron de mierda, castrado debería de estar, pero pensaba para mis adentros no pare, continua). Mientras sentía como mi cuerpo se arqueaba por estas sensaciones, por la luna delantera pude deslumbrar, como a lo lejos un chico nos observaba, como el muy bastardo en vez de venir en mi ayuda, se estaba masturbando, joder se estaba haciendo una paja a mi salud, le es muy de agradecer pero coño que haga algo. Notaba como introducía al mismo tiempo, sus dedos dentro de mis orificios, como el que se introducía dentro de mi orificio vaginal, entro sin dificultad.
No era muy extraño, si solo pensar que ya me había venido, por lo que me introdujo un segundo dedo, entre cortando mi respiración al tiempo que comencé a respirar mas deprisa entre jadeos. Intente echar mi cuerpo hacia atrás a modo de no facilitarle la violación. El seguía insultándome, comentándome su grosería, que debía de tenerme atada a la pata de la cama para poderme coger todas las veces que pudiera, su grado de excitación aumentaba, pero solo se restregaba con la mano. En uno de mis movimientos hacia atrás, sentí un gran dolor al principio para ir poco a poco convertirse en un dolor agradable, me di cuenta que al mis nalgas hacia atrás, este me introducía algo duro, carnoso y grueso (coño, pensé al fin), creí que era su miembro, pero al girar mi rostro hacia atrás mi vista se fijo, que se trataba de su u dedo.
Comenzó a alternar los movimientos de dentro hacia fuera, mientras por mi vagina me introducía dos dedos, follándome con ansias, por detrás notaba como me entraba uno (coño, por que los tíos, pensáis que nos gusta mas que seamos penetradas, en vez de ser acariciadas, si pensarais un poco tendrías mas éxito con nosotras). Movía sus dedos, mientras uno alternaba los movimientos de penetración, con movimientos en círculos, lleve una de mis manos hacia mi pubis mientras que con la otra me sujetaba, al tiempo que me estaba follando con sus dedos yo me frotaba con frenesí mi vulva, mis ojos se fijaba en la mirada de mi agresor, el cual me miraba con una sonrisa lasciva y pervertida, sabiendo que me estaba haciendo disfrutando, que estaba disfrutando. Mientras su otra mano la sentía sobre mi pecho, acariciándomelo, estrujándomelo y pellizcando mi pezón.
Logro provocarme un segundo orgasmo, notando como mi cuerpo temblaba, pero en vez de detenerse siguió, con la única novedad que por fin saco sus dedos de mí orificio vaginal, para comenzar a frotarme mis labios vaginales, a pellizcármelos, a juguetear con mi vulva entre sus dedos, y a frotar mi clítoris sintiendo un nuevo otro orgasmo, tan placido como el anterior, dejándome totalmente rendida, y satisfecha. Imaginaros, hasta llegue a escupir la bayeta que tenia dentro de mi boca, por que creí que me ahogaba, pues entre jadeos y la respiración agitada, casi me llegue a desmayar, aun mas cuando sin poderlo evitar cerré mis ojos.
El muy cabron me miraba, con el rabillo del ojo recuerdo como le observaba, me había dejado totalmente desecha, me di cuenta como llevaba sus manos a su entre pierna, para bajarse la cremallera de su bragueta, para después meterse la mano en el interior del pantalón, para con dificultad sacarse su miembro, no era nada del otro mundo al final, pero comenzó a frotársela hasta que pocos minutos después, el pobrecito estaba demasiado excitado pues no aguantaba mas, comenzó a correrse, notando sus chorros sobre mi cuerpo. Una vez finalizo, se calmo, cojio aire guardándose su flácido miembro, colocando la palma de su mano sobre mis nalgas, el muy cabron comenzó a restregármela su néctar por toda mi espalda, muslos y nalgas, dejándome de lo mas pringosa.
Poco después, retiro la mano, para comentarme que a partir de ahora miraría mas por la naturaleza, si supiera que sigo tirando la basura donde me da la gana, y que a veces en el mismo sitio solamente por coincidir con el, con la excusa que me vuelva a castigar. Se marcho como si nada, no antes pedirme que lo acercará a la parada del C1, yo en cambio me puse la falda y la camisa, no antes si quitarme el corpiño pues la verdad es que no tenia ganas de colocármelo. Bueno os dejo, hasta otra nueva confesión, besos muy tiernos.
Ante todo, debo deciros referente a los comentarios de mi forma de explicaros mis historias. Que si mi escritura, no esta bien redactada, que apenas es legible, que tiene dificultad a la hora de leer o incluso que da mal sentido, a la hora de explicar los placeres obtenidos o sentidos. Lo siento enormemente, pero intentare redactaros lo mejor que pueda mis experiencias, me cuesta a veces escribir todos mis sensaciones, pues el plasmarlas creo que es lo mas difícil.
Espero que os haya gustado, si queréis que siga contaros me lo comentáis pues me gusta mucho recibir vuestros email. Aquellos que queráis contactar conmigo hacedlo a mí dirección de email: susanabix@hotmail.com