Las puterias de Matilde (4)

Y sigo con mis puterias (con fotos)

LAS PUTERIAS DE MATILDE (4)

Hola a todos. Me siguen llegando muchísimos correos felicitándome por mis relatos (la mayoría), pero el problema es que también en muchísimos de ellos solo me escriben hombres para decirme que quieren cogerme, que cuando y en donde pueden verme para empinarme y meterme la verga y algunos inclusive me han llegado a ofrecer dinero a cambio de darles las nalgas cuando y como ellos quieran. Debo decirles a todos que el propósito de escribir y publicar estos relatos no es el de buscar machos, no ando buscando una verga donde sentarme, y por otro lado debo aclarar que no soy una prostituta, o sea, que no me acuesto con cualquier hombre solo por dinero, soy una puta que es distinto, o sea, que me gusta la verga, adoro la verga pero yo escojo a los hombres que quiero que me la metan, no son ellos los que me escogen a mí, y si en esas puedo sacar algún provecho de dar las nalgas pues lo hago, pero eso es muy distinto de ser una prostituta que solo busque el dinero, yo lo que busco es primero que nada el placer. A todos estos hombres que me han escrito para pedirme las nalgas, simplemente les he dicho que no o de plano ni siquiera les contesto sus correos, pues los considero de mal gusto, pues independientemente de que me guste que me cojan, soy una mujer culta y no me gustan ese tipo de cosas.

Sin embargo, y para no parecer una vieja apretada y sangrona, he estado pensando que quizás si acepte yo darle las nalgas a alguno de los lectores que me escriben y naturalmente que lo hare sin que me den dinero ni regalos, solo por el gusto de hacerlo, pero si voy a poner una condición, quiero que me escriban diciéndome todo lo que me harían y como me pondrían pero tratándome como a una verdadera puta sumisa y obediente, quiero que me humillen y hagan conmigo lo que se les antoje, que me platiquen como me obligarían a obedecerlos y darles placer a su verga y claro que también sean capaces de cumplirlo, trátenme duro como si fuera yo su esclava sexual y díganme todos los detalles, no me gustan los correos de dos o tres palabras. Y yo voy a escoger al que mas me guste lo que me escribió (o quizás a más de uno) y a ese le voy a dar el culo y todo lo que él quiera después de conocerlo un poco mas por correo pues no piensen que me voy a entregar a la primera.

No me manden fotos de sus vergas pues la verdad es que a mi actualmente ya no me importa mucho el tamaño, es más importante el saberla usar y que la sepan calentar a una, tampoco me importa la edad ni el físico siempre y cuando sean mayores de edad pues también me han escrito algunos jovencitos que quieren que les enseñe a coger y yo no estoy para enseñar, pues al contrario de otras mujeres mayores, a mi no me atraen mucho los jovencitos pues generalmente son muy inexpertos, prefiero una verga con experiencia. Pero sobre todo les pido que no me ofrezcan dinero ni regalos.

Por otra parte quiero decirles que las fotos que estoy poniendo en este relato son de las más recientes que tengo, esto es con el fin de que me conozcan realmente, o sea que así como me ven en las fotos es como estoy actualmente, tengo más de 40 años y no soy una hembra despampanante, pero créanme que sé muy bien como exprimirle la verga a un hombre, como calentarlos y como darles placer con todos mis hoyitos. Aparte de eso, a todos los que me escriban diciéndome lo que me harían, y que me guste lo que me escriban, les voy a enviar algunas fotos de mi cara para que vean como soy.

En fin, después de esto ya entro de lleno con la continuación de mi relato retomando el hilo de en lo que me quede al final del anterior:

Yo sabía que ponerme en posición con mi padrastro significaba que me hincara en el piso entre sus piernas para que me cacheteara, y no sé si porque ya me había resignado a eso o quizás porque me empezaba a gustar que me pegara, pero el caso es que ya sin chistar para nada le obedecí y me hinque delante de él y cerré mis ojos y casi enseguida sentí la cachetada aunque debo confesar que esta vez no me pego muy fuerte, y entonces me ordenó:

  • Ahora agradéceme que te corrija y te ponga tus correctivos por desobedecerme, pero ya sabes lo que debes de hacer mientras me agradeces.

Yo entendí de inmediato lo que él quería y poniéndome a besar la cabezota de su verga le dije sin despegar los labios de la misma:

  • Gracias papacito, gracias por ponerme mis correctivos para que esta putita aprenda a obedecer sus órdenes al pie de la letra.

Y comencé a chupar su vergota con ansias queriendo proporcionarle mucho placer, después de chupar la verga me seguí con sus huevos como buscando lo que yo sabía que vendría después y tuve razón pues no tardo mucho el indio en levantar las piernas dejando al alcance de mi boca su rico culo el cual le bese y le lamí con mucho gusto, no había duda de que ya me estaba aficionando a todo lo que a él le gustaba pues apenas unos días antes al ver como se lo chupaba mi mama, a mi me había dado asco ver eso, y ahora era yo la que le chupaba el culo con gran placer de mi parte.

  • Aun te falta la otra parte de tu correctivo putita –me dijo el indio complacido de ver con cuanto placer de mi parte le chupaba su culo.
  • Si papacito –le conteste- póngame lo que me falta de mi correctivo.
  • Esta parte quizás no te vaya a gustar mucho putita pero tendrás que hacerlo para complacer al macho de esta casa.
  • Cualquier cosa que usted me haga me va a gustar papito –le dije sin despegar mis labios y mi lengua de su culo.
  • Me agrada escuchar eso pero mejor espera a que te diga de que se trata pues tendrás que tomarte lo que salga de mi verga.
  • Yo me tomare todo lo que salga de su vergota papacito –le dije sin pensarlo mucho.
  • ¿Cualquier cosa que salga de mi verga? –me hizo hincapié el indio.
  • Cualquier cosa papito –le conteste y enseguida reaccione pensando ¿Qué es lo que sale de la verga de un macho? Pues obviamente salen los mocos cuando se viene y salen también los meados, y casi de inmediato me arrepentí de haberle dicho que cualquier cosa pues enseguida comprendí que él hablaba de sus meados y eso como que no me pareció muy atractivo.
  • Muy bien putita, enseguida me lo vas a demostrar, vamos para el baño.

Yo me levante, lo abrace, le agarre su vergota y caminé junto a él rumbo al baño pensando con horror en lo que seguiría.

Aquí debo de aclarar que en general a mi no me atrae mucho lo escatológico, ni darlo ni mucho menos que me den, sin embargo algunas veces he tenido que hacerlo a la fuerza o por complacer al hombre que está conmigo, por ejemplo, con mi padrastro me tome sus meados por complacerlo aunque después terminaron gustándome pues les digo que ese indio me tenia embrujada con su vergota, muchos años después me tuve que tragar los meados y la caca de varios tipos cuando me violaron la primera vez y ahí lo hice porque estaba mi vida de por medio, con el viejito profesor con quien viví un tiempo después al salirme de casa de mi mama, le permití que se comiera mi caca de vez en cuando pero eso fue después de mucho tiempo de rogarme que se lo permitiera y de hecho se tomaba absolutamente todos los meados que yo hacía en casa pues aunque él no estuviera, me meaba yo en un vaso y se lo guardaba para que se los tomara en cuanto llegaba y lo hacía con gusto, con mi anterior esposo también llegue a probar sus meados y su caca por lo completamente dominada que me tenía el muy cabron, y con mi esposo actual lo dejo de vez en cuando que me limpie el culo con la lengua cuando acabo de cagar porque también me rogo mucho y a él le encanta y yo por complacerlo se lo permito a veces, de hecho me ha rogado que me cague en su boca y yo no he querido hacerlo, aunque quizás algún día lo haga. No quiero regodearme mucho en este asunto porque me parece que es de mal gusto, sin embargo pienso que si debo de mencionarlo porque a final de cuentas es parte de mi vida sexual.

En fin, que me fui con el indio al baño y entrando me dijo:

  • Ahora te vas a tomar mis meados putita.
  • No… creo que eso me guste mucho –le conteste realmente sin saber que hacer o que decir.
  • Eso me vale madres pues de todos modos te los vas a tomar, aunque por ahora te voy a permitir que te tomes solo unos tragos, ya con el tiempo aprenderás a tomártelos todos tal y como me salgan de la verga, tienes que aprender a complacer al macho de esta casa.

  • Está bien… papito.

  • Híncate en el suelo y pon la punta de mi verga en tu boca y te voy a echar un chorro y te los tomas y nada de escupirlos o te obligo a que te los tomes todos.

Yo hice lo que me ordeno el indio y me hinque poniendo la punta de su pitote en mi boca abierta y casi enseguida sentí como me echo un fuerte chorro de liquido caliente y yo enseguida me lo trague casi sin sentirlo y entonces repetimos la operación y me echo otro chorro y entonces si le sentí el gusto, era amargo pero no sabía tan mal como yo me había imaginado que lo seria, y entonces ya el indio termino de mear en el baño y cuando lo hizo yo ya solo le limpie el pito con mi boquita.

  • Muy bien putita –me dijo el indio- ya con el tiempo aprenderás a tomártelos y a saborearlos como debe de ser, ya verás que te van a gustar y hasta me los vas a pedir, a tu madre le encantan y ella no permite que me orine en otro lado más que en su boca, así que cuando ella esté aquí, las dos tendrán que compartirlos.
  • Si papacito.

Y nos fuimos nuevamente a la sala

Después de un rato me ordeno que me sentara junto a él y le agarrara la verga mientras veíamos la televisión y después me ordeno que me fuera a hacer algo de comer, prepare la comida, comimos y después de eso seguí chupándole la verga en el sillón de la sala cuando me dijo:

  • Todavía te falta experiencia para complacer a la verga del macho de esta casa, pero yo te voy a instruir un poco.
  • Si papacito, dígame como lo debo de hacer pues lo único que yo quiero es poder darle placer a su vergota.
  • Está bien putita, cuando chupes mi verga, debes hacer de cuenta que la estas adorando como si fuera tu dios y acariciarla no solamente con tu boca de putita y tu lengua, sino con toda tu cara, o sea que aparte de chuparla debes pasar la cabeza del pito que adoras por toda tu cara suavemente, no debes dejar ni un solo centímetro de tu cara sin tocar el chile, y después debes de hacer lo mismo con los huevos, debes de acariciarlos y pasarlos por toda tu cara y por ultimo debes acariciarme la verga y los huevos también con tus tetas, ¿entendiste putita?
  • Si papacito, y también dígame por favor como le hago para meterme todo su pitote en la boca como lo hace mi mama.
  • Eso es solo cuestión de practica putita, ya verás que en poco tiempo podrás metértela toda, pero tendrás que practicar mucho.
  • Si papito, le prometo que si practicare mucho con su vergota todos los días.

Y vaya que aprendí pronto pues solo fue cuestión de unos cuantos días para que pudiera meterme su verga hasta traspasar mi garganta, y en fin que desde luego en ese momento comencé a acariciarle la verga en la forma en que el me había instruido, pase su cabezota roja por toda mi carita, por mis mejillas, por mis ojos, por mis orejas, por mi cuello, y luego hice lo mismo con sus huevotes tan ricos, luego le acaricie la verga y los huevos con mis tetas para volver al final a chupar la vergota, y en esos momentos sonó el teléfono, el indio contesto y entendí que era mi mama, platicaron un minuto y luego supongo que mi mama pidió hablar conmigo porque el indio le dijo:

  • Si, si esta la putita en casa pero ahorita no te puede contestar porque está ocupada comiéndose mi verga y mis huevos y ya sabes que no se debe de hablar con la boca llena y vaya si la tiene llena la putita.

Comentaron algo más y luego colgaron, y entonces el indio me dijo:

  • Es hora de tu castigo que te falta putita ¿estás lista para ser castigada?
  • Si papacito, estoy lista para recibir mi castigo por desobedecer al macho de esta casa a quien debo de obedecer siempre y sin preguntar nada –le conteste sin saber de que se trataría el castigo.
  • Va a ser un poco pesado pero lo hago para que vayas acostumbrándote para cuando quiera yo usarte para dormir conmigo.
  • Si papito, usted solo dígame lo que tengo que hacer.
  • Te vas a acostar aquí en el sillón boca abajo poniéndote un cojín bajo las nalgas para que queden paraditas y yo me voy a acostar encima de ti poniendo mi verga entre tus nalguitas y me voy a dormir un rato, y tú tendrás que mover tus nalgas suavemente para que me arrulles la verga mientras duermo.
  • Pero… papito… usted está muy pesado para mí, no sé si podre aguantarlo y menos sé si podre mover mis nalguitas con su peso –le conteste arriesgándome quizás a que se enojara.

  • No pongas peros pinche puta, esto te va a servir como entrenamiento para cuando yo quiera dormirme encima de ti toda la noche pues entonces tendrás que mover tus putas nalgas toda la noche y no solo un rato, además de que si tu madre puede, tu también podrás.

  • Está bien papito, lo hare.

Puse el cojín y me acosté y luego él se recostó sobre de mi acomodando su pitote en medio de mis dos nalguitas y se dispuso a dormir un rato. Yo empecé a mover mis nalgas poco a poco y muy lentamente pues por el peso me era muy difícil moverlas bien, y sentí como su vergota crecía entre mi cola y pensé que no iba a poder dormirse por ponerse caliente con mi colita, pero me equivoque pues no pasaron ni cinco minutos cuando lo oí roncar. Yo seguí moviendo las nalgas aunque me costaba mucho trabajo conservar un ritmo de movimiento aunque fuera muy lento, y llego un momento después de una media hora en que el cansancio me hizo detenerme por completo, pero creo que el indio ya estaba muy acostumbrado a dormir así con mi mama y por eso podía detectar aun estando dormido cuando una dejaba de moverse, y creo que no paso ni un minuto cuando escuche al indio que me gritaba:

  • Mueve las nalgas pinche perra estúpida, o acaso quieres que me enoje y te obligue a moverlas más rápido a punta de chingadazos.
  • No papacito, perdóneme.

Y las seguí moviendo. Yo no sé cómo le haría mi mama para soportar tantas horas debajo del indio moviendo las nalgas, y no sabía cómo le haría yo cuando me tocara a mi estar con el indio encima de mis nalguitas por toda la noche y yo tenerlas que mover durante varias horas sin pararle, el solo pensarlo me lleno de miedo pero también de un insano placer por el gusto de sentirme sometida y humillada por el indio, pues definitivamente que era una humillación el hecho de que el cabron indio se durmiera tranquilamente encima de una y obligándola a arrullarle la verga con las nalgas por toda la noche.

En fin que esa noche no me toco eso, pero si me toco dormir con su verga en la boca, nos acostamos de lado uno frente al otro pero yo con la cara a la altura de su verga y con esta metida en mi boquita, claro que era un poco incomodo pero cuando menos podía yo conciliar el sueño por ratos, ya que pensaba en cuando quisiera acostarse encima de mí y mover yo mis nalguitas toda la noche, entonces sí que iba a estar pesado, pero en fin que eso ya lo afrontaría cuando llegara, por lo pronto trate de disfrutar de su verga y de descansar un poco.

Al otro día llegaba mi madre por la mañana aunque no sabíamos exactamente a qué hora, así que al otro día lo primero que hice fue sacar mi lechita de su vergota y me la tome, luego lo bañe como el día anterior y le hice de desayunar y a media mañana estaba el indio cómodamente acostado en el sillón viendo la tele mientras yo le chupaba su vergota y sus huevotes y esperando ansiosamente a que me cogiera pues ese día no me había metido su camote en mi panochita y ya estaba yo bien caliente y esperando el momento de sentarme en ese tremendo camote.

En ese momento el indio se levanto, se vistió y se fue a la calle no sin antes advertirme que me quería encontrar empinada en el sillón con mi culo al aire, yo quede desolada, caliente y con las ganas de sentir la vergota del indio en mi panochita. No tardo mucho, quizás unas dos horas pero que se me hicieron eternas por el deseo sexual que sentía en esos momentos.

Total, que el indio regreso y en cuanto lo escuche que abría la puerta me empine en el sillón lo mas que podía parando bien mis nalguitas y mostrando mi culito y empecé a mover mi colita para ver si se le antojaba y me parchaba pronto, el se encueró lentamente y se sentó junto de mi jalándome para que me sentara en sus piernas y comenzó a cachondearme pero de una manera brutal, total, sensual, sexual, parecía estar poseído por el demonio de la lujuria y parecía querer contagiármelo, y lo logró. Me besó, me mordió, me chupó, me lamio absolutamente toda la piel de mi cuerpo, desde la cabeza hasta la punta de mis piecitos poniendo especial atención en mi panocha y en mi culito, me daba unos tremendos besos en la boca que parecía sorberme no solo el aliento sino hasta el alma y la vida.

No cabía duda que el indio era un maestro en el arte de calentar a una mujer, y ya estaba yo en pleno éxtasis gozando de las delicias de los orgasmos que el indio me provocaba con solo cachondearme de esa manera y me escuchaba yo rogándole casi a gritos y con lagrimas en los ojos que me cogiera, que me metiera su vergota en mi panochita hasta el fondo, y me hizo caso, me acostó sobre el sillón y se monto en mi clavándome su camote hasta el fondo, yo pedía mas y mas, cruzaba mis piernas en su cintura y lo abrazaba con frenesí besándolo en la boca y en toda la cara, como queriendo fundirme con él en un solo cuerpo y experimentando unos tremendos orgasmos. Se paso un buen rato clavándome la verga en diferentes posiciones, me puso boca abajo, me puso de perrito, de lado y en fin como se le antojo y al fin me hinco sobre el sillón y me ordeno que me abriera las nalgas con las manos y puso su camote en la entrada de mi anito, era algo que yo deseaba pero a la vez temía, el con la misma cabezota de su pito la mojaba en mi panochita y luego me lubricaba el culo y aunque yo ya sabía lo que se venía, le pregunte queriendo parecer inocente:

  • ¿Qué me va a hacer papito?
  • Te voy a estrenar el culo putita, te voy a meter la verga en este rico hoyito trasero que tienes, así que relájate y ábretelo bien con tus manos, te va a doler un poco porque lo tienes muy chiquito pero esto va a ser parte de tus obligaciones de hoy en adelante, deberás de complacer a la verga de tu papito con el culo siempre que yo quiera, ¿estás de acuerdo putita?
  • Si papacito, usted puede hacer uso de su putita como usted quiera y si quiere probar mi culito yo estoy solo para complacerlo –le conteste con un poco de miedo por el dolor pero también con unos deseos casi incontrolables de probar su vergota por mi anito.
  • De acuerdo putita –me contesto- te voy a meter solo la cabeza y después tú sola te irás haciendo hacia atrás para clavártelo.
  • Si papito.

Y así lo hicimos, me metió su cabezota que era la parte más gorda de su verga y yo con dolor pero con un verdadero placer nunca antes sentido me fui haciendo hacia atrás hasta que sin darme cuenta cabal de la situación cuando sentí ya tenía yo su verga tan metida que sentía yo que me llegaba hasta el estomago, entonces me ordeno que me moviera pero yo casi no podía hacerlo por el dolor que sentía y así estuvimos solo unos cuantos minutos y entonces él la saco y me la metió en mi verijita nuevamente y unos momentos después se vino abundantemente en mi panochita, yo quedé totalmente fatigada por el trabajo y por el placer obtenido pero cuando me saco la verga me olvide de mi fatiga y de inmediato me puse a limpiársela con todo el cariño de que era capaz de prodigarle al objeto de mis amores y de mi placer.

  • Muy bien putita –me dijo el indio- esto solo fue para que lo sintieras pero tendrás que aprender a complacer a mi pito con el culo.
  • Si papito, le prometo que voy a aprender pronto a darle placer con mi culito para que su vergota este contenta.

Y de ahí en adelante ya me cogió por mi culito siempre que él quiso.

Por la tarde ya casi de noche llego mi mama, mi padrastro estaba sentado en el sillón y yo sentada en la alfombra entre sus piernas con mi carita totalmente sumergida en sus huevotes, los besaba, los lamia, aspiraba su olor de huevos de macho, me los metía a la boca uno por uno, los saboreaba, y mientras no dejaba de sobarle su vergota, y el indio por momentos levantaba las piernas y yo le besaba y le lamia el culo, luego las bajaba y yo seguía con mi labor de adoración de sus hermosos huevotes. Y en esas estábamos cuando llego mi mama, de inmediato se acerco a nosotros y le dio varios besos en la verga del indio, luego lo beso en la mejilla, dejo a un lado sus bolsas que traía y se encuero rápidamente y se hinco en el piso poniendo sus enormes tetas a la altura de la cara del indio para que el pudiera manoseárselas y mamárselas a su antojo.

Ya no quisiera ampliarme demasiado en esto de mi padrastro para poder pasar a contar de otras etapas de mi vida de puta, así que ya solo les relatare como era alguna noche común y un día común de todo el tiempo que viví sometida a la vergota del indio junto con mi mama y que me dominó por completo haciéndome vivir las mas placenteras experiencias sexuales, cogiéndome prácticamente a diario durante más de dos años, demostrando que el indio era un verdadero semental y un verdadero macho como hay pocos, y haciendo que todo ese tiempo yo viviera enamorada de su verga.

Mi hermano y mi tío fueron quienes me despertaron al sexo, pero mi padrastro fue quien me despertó a la verdadera lujuria incontrolable, al morbo, a los deseos continuos de tener una verga en cualquiera de mis hoyitos. Alguna vez alguien me dijo que yo era una ninfómana, una adicta al hombre y al sexo, y entendí que así era, era un adicta a la verga de los hombres, inclusive alguna vez fui a una especie de grupo de ayuda mutua de adictos al sexo, pero termine renunciando a eso pues lo primero que me pedían era que dejara yo de tener sexo, que renunciara a la verga y eso en mi es casi imposible, y claro que he tenido suerte y nunca se me ha dificultado el conseguir una verga, por regla general los hombres me siguen mucho y siempre que tengo ganas de sexo siempre encuentro a algún hombre dispuesta a darme por todos lados y satisfacerme como yo quiera, en fin que mejor les sigo platicando de mi padrastro y mi mama.

Normalmente solo dormíamos los tres juntos en los fines de semana o sea los viernes y los sábados, y entre semana con sus muy pocas excepciones, ellos dormían en su cama y yo en la mía, y el indio dormía como rey pues usaba a mi mama como quería, la ponía de almohada, la ponía debajo de el, la ponía a mamarle la verga, y claro que mas dormía como rey cuando estábamos las dos con él, en ocasiones mis nalgas o mis chiches le servían como almohada mientras mi mama se dormía con su vergota en la boca, otras veces yo le tenía que besar y lamer los labios hasta que él se dormía aunque la regla era que cuando menos dos horas le teníamos que estar haciendo nuestra labor sin importar que él se durmiera a los diez minutos, a veces mi mama le chupaba la verga mientras yo le lamia los labios, a veces mi mama se dormía con sus pies en la cara y yo con su verga en la boca, y en fin que había muchas combinaciones pero lo peor o lo más pesado para nosotras era cuando alguna de las dos nos teníamos que poner debajo de el acostándose sobre nosotras con su verga entre nuestras nalgas porque entonces la que estaba debajo de él no podía dormir en toda la noche y tenía que estar moviendo las nalgas suavemente para arrullarle la verga como él decía. Casi siempre cuando ya estábamos en la cama era cuando nos decía lo que las dos temíamos escuchar:

  • Bueno putas, esta noche tengo ganas de que me arrullen la verga.

Y entonces el nos decía quien era la elegida para que se pusiera boca abajo en la cama y él se montara y se durmiera encima. Y así pasaban nuestras noches.

Por otra parte, un día normal era que mi mama y yo estábamos en la cocina tomando un refresco, las dos encueradas pues ya nos habíamos acostumbrado a andar así en la casa aunque no estuviera presente el indio, y entonces sonó el teléfono y mi mama contestó, vi como escuchaba por unos segundos y luego vi como asentía un par de veces y luego colgó y me dijo:

  • Vámonos para la sala pues ya no tarda en llegar tu papito y quiere encontrarnos empinaditas.

Fuimos al sillón, mi mama se empino sobre el mismo y yo me senté diciéndole:

  • Pero mama, no es necesario que te empines desde ahorita, podemos esperarlo sentadas y cuando se escuche que abre la puerta y va llegando, entonces nos empinamos las dos, el no lo va a saber.
  • No es esa la cuestión hija –me contesto mi madre-, es solo cuestión de disciplina, el nos está dando la orden de que nos empinemos desde este momento hasta que el llegue y nosotras debemos de obedecerlo, no importa si él nos ve o no nos ve o si él está o no esta, simplemente él es el jefe de esta casa y nosotras tenemos que obedecerlo aunque él no esté presente, si él nos ordena que nos estemos empinadas todo el día, así lo haremos, así que empínate tu también y para bien tu colita como a él le gusta.
  • Está bien mama –le conteste un poco de mala gana pues no entendía yo eso de la disciplina y obedecerlo aunque él no estuviera presente, porque si él estuviera en casa pues está bien las dos obedecíamos pero cuando el no está en casa porque diablos teníamos que obedecerlo si él ni siquiera se daba cuenta de nada, pero en fin que de todos modos me puse empinada junto a ella y pare mi colita para que mi padrastro pudiera manoseármela o hacer uso de ella en cuanto llegara.

Y en eso sonó de nuevo el teléfono y yo me levante a contestar, era de nuevo mi padrastro.

  • ¿Putita?
  • Si papacito dígame.
  • Se me paso decirle otra cosa a tu madre.
  • Ordéneme usted.
  • Quiero que le chupes el culo a tu madre por unos minutos y después que te lo chupe ella a ti, quiero encontrar sus dos culitos bien ensalivados por si se me ocurre encularlas en cuanto llegue ¿entendiste?
  • Sí papito, sus ordenes serán cumplidas.

Le comente a mi mama que aun seguía empinada en el sillón las instrucciones de mi padrastro y ella me contesto:

  • Pues vamos a obedecerlo de inmediato hija, ven y primero chúpame tú a mí y luego yo a ti –dijo mi madre parando más sus nalgotas para que quedara su culo totalmente a la vista.

Yo me saboreé gozando por anticipado lo que iba a hacer e hincándome atrás de mí mama, metí mi carita entre sus nalgas y comencé a lamer su culo tan rico, se lo besaba, se lo lamia, pasaba mi lengua alrededor de el repetidamente y luego en medio de su fruncido ano y escuche que ella me decía:

  • Déjalo bien ensalivado hija para que el note de inmediato que cumplimos sus instrucciones.

Y yo le obedecí y deje su culito bien lubricado y listo para que entrara cualquier verga. Luego me toco a mi empinarme y mi mama me chupo mi culito bien rico, ella era una verdadera experta en eso de chupar culos y me hizo gozar por unos minutos, yo no quería que terminara lo que estaba haciendo pero en un momento ella se interrumpió y se volvió a empinar junto a mí para que esperáramos a mi padrastro.

El no tardo mucho en llegar y al entrar nos vio a las dos empinadas con las nalgas al aire y se sonrió, luego se bajo los pantalones y nosotras de inmediato nos levantamos y fuimos a darle algunos besos a la verga y los huevos entre las dos y luego regresamos a empinarnos nuevamente como estábamos, pues era otra de las reglas del indio, que cuando el llegara o nosotras llegáramos a la casa, lo primero que teníamos que hacer era saludar a su vergota y a sus huevotes con unos besitos.

Después el indio volvió a demostrar que era un macho cogiéndonos a las dos por todos nuestros hoyitos.

Y en fin que de esa forma vivimos más de dos años y cuando yo salí de la casa y que ya tenía yo 17 años, en verdad que ya me había desarrollado y ya era una puta deseable para cualquier hombre con unas nalgotas y unas buenas tetas y eso fue lo que me ayudo para vivir sola y no depender de nadie económicamente.

Con esto termino de relatar la época en que mi padrastro me cogía y claro que sucedieron muchas más cosas pero no puedo contarles todo pues me alargaría demasiado en estos relatos, así que mejor paso a otra cosa.

Y pensando en que sería lo que les relataría a continuación, se me ocurre que les puedo contar de otro tiempo también muy caliente y morboso, quizás les platique den cuando salí de casa de mi madre y me fui a vivir un tiempo con uno de mis profesores de la escuela, un viejito muy simpático y muy buena gente aunque no podía cogerme porque ya no se le paraba la verga y claro que yo regresaba de vez en cuando con mi padrastro para que me cogiera a su gusto, quizás les platique de las orgias que pase con unos policías y fue cuando yo ya tenía más de 30 años y aunque al principio yo no quería, termine por gozar como loca todas las cogidas que me pusieron.

Prometo que al terminar de relatar este episodio, platicare de cómo me cogían mi hermano y mi tío cuando recién era yo casi una niñita.

Espero sus correos calientes, entre más calientes mejor.