Las puertas de la percepción (1)
Primera parte del sueño de muchos, poder tirarse a su vecina. Diego lo logra pero...
Horacio, el esposo de Elvira, estaba abriendo la puerta del edificio, luego de un día laboral denso, había salido minutos antes, tenia intenciones de llegar a su departamento, saludar a su mujer, bañarse y acostarse a ver un poco de televisión. Subió al ascensor y marco el 4º, en su cabeza rondaban diversos pensamientos, los balances que no cerraron, llegar a fin de mes con plata, los pechos de su asistente, Daniela, que a decir verdad le excitaban mucho y otras cosas mas irrelevantes, en fin el ascensor llego al 4º piso, bajo y se encamino a su departamento. Horacio puso las llaves en la puerta y la abrió dejo las llaves en la mesa y se encamino a su cuarto, se sorprendió de que su mujer no lo fuera a recibir ni nada al llegar a su pieza, vio algo que cambiaria su vida por completo su mujer le estaba chupando la garcha a Diego, el vecino del 5º piso por un momento se le cruzo por la cabeza, agarrar un cuchillo y matarlos a los dos no podía creer que su mujer le estuviera metiendo los cuernos, y encima con un pibe de 20 años pero su bronca se fue aplacando poco a poco, estaba parado en la puerta viendo a su mujer de espalda tirándole la goma y Diego, con los ojos cerrados, disfrutando de semejante manjar se ubico tras el marco de la puerta y continuo espiando ahora se encontraba completamente caliente, con una mezcla de bronca y de placer. Los minutos continuaron, y el show continuo, un 69, la misionera, piernas al cuello y el nunca infaltable, sexo anal cosas sorprendente, ya que Elvira nunca le entrego el culo ningún hombre, ni siquiera a el.
Cuando ya se encontraban desvanecidos en la cama, Horacio decidió que era momento de ir a despejar su mente a otro lado, ir a algún bar de la zona a tomar algo fuerte, para poder bajar su bronca y excitación tenia pensado planear una suculenta venganza, ella no se la iba a llevar de arriba, no le importaba la excusa que pudiera poner, el quería vengarse de ella, pero sin dejar de sentir placer
Las puertas de la percepción
Diego caminaba por su habitación, parecía estar esperando algo, tenia su persiana entreabierta se acerco a ella y comenzó a mirar hacia abajo, sin dejar de ser precavido, no quería que nadie lo vea en especial aquella mujer del 4º, que caminaba desnuda por su casa como si viviera en un edificio para ella sola. Tenia suerte de que en el departamento de enfrente (cabe aclarar que vivía en el 4º b, con balcón a la calle y dos ventanas en contrafrente, desde esas ventanas se observaba el departamento C) no había nadie, ella pensaba que nadie la veia, hasta que en un momento vio como un reflejo de luz, como si fuera una moneda o un reloj ella se puso nerviosa, apago la luz y se pego a la ventana miro para arriba a ver si encontraba algo o alguien allí le pareció ver un movimiento como una especie de sombra en la oscuridad primero reacciono con pavor, con incomodidad, pero el hecho de que un hombre, estuviera espiándola con ganas de cojersela, comenzó a excitarla de sobremanera.
Los días siguientes fueron pasando muy rápido, ella se paseaba desnuda frente a la ventana y sentía la mirada penetrante de esta persona impactar de llenos sobre su cuerpo a ella no le preocupaba nada, su marido trabajaba desde las 23 hs hasta las 11 de la mañana
El 10 de febrero, llegaron las expensas cuando miro si tenía que pagar algún recargo o algo, reparo en el nombre de la familia que vivía en el 5º c los Macieri.
Desde el primer día en que se sintio observada, antes de irse a dormir se bañaba y luego, se recostaba en su cama, se abría de piernas y se empezaba a tocar primero comenzaba acariciándose los pechos, luego bajaba su mano hasta su entrepierna y se metía 3 dedos adentro y afuera, parecía poseída le encantaba, ya era como un ritual para ella acababa muy rápido, debido a la calentura que tenia, generado por esa persona que la espiaba desde el departamento de arriba.
Al día siguiente, a las 13 hs, Elvira bajo para pagar las expensas al administrador, su marido estaba durmiendo en su cama, completamente no quiso hacer el amor ni nada, solo dormir. Bajo del ascensor y encaro hacia la portería, donde se cobraba generalmente las expensas allí saludo al portero y espero, había un chico delante de ella pagando Elvira miraba como distraída, haciendo que los minutos de espera se acortaran cuando de pronto, escucho algo que la dejo totalmente helada:
- Soy Diego, el hijo de Edgardo Macieri vengo a pagar las expensas ya que el no se encuentra en mi casa
Automáticamente Elvira, se mojo... lo miro sorprendida de arriba a abajo, le saco la ficha al toque no era un atleta de elite, pero tampoco era un bagayo estaba bien para la poca edad que tenia.
Diego recogió su recibo, se dio vuelta y se quedo tildado sus miradas se cruzaron el la miro con deseo, con calentura se le notaba en la cara. Todo esto sucedió en 5 segundos ella le respondió la mirada de lujuria con mas lujuria, no esbozo palabra, espero a que el la saludara: -hola linda le digo Diego mientras pasaba por al lado rozando su mano derecha con la cadera de ella - Buen día respondió ella, sin saber mas que decir. Trato de pagar lo mas rápido posible para poder alcanzarlo a el en el ascensor tuvo suerte, ya que justo lo habían llamado desde el 8º piso.
Agarro su recibo, saludo nuevamente al portero y al administrador y se encamino velozmente hacia el hall de espera ahí estaba el, esperando. Llego el ascensor, bajo la persona que venia en el y subieron cuando ella cerro la puerta y apretó el 4º, el automáticamente le pregunto: -¿Cómo te llamas?... Elvira, respondió ella, con una mezcla de timidez y excitación. Tenia ganas de darse vuelta, agacharse y chupársela pero en ese momento llegaron al cuarto vio sus deseos truncos, pero se dio cuenta que iba a ser mejor así, ya que podía tener problemas tanto ella como el chico.
Luego de saludarlo, cerro la puerta y se dirigió hacia su departamento, entro y fue directamente a bañarse, no pudo contenerse y se masturbo, los flujos que salían eran increíbles nunca antes había tenido un orgasmo tan bestial como ese pero ella tenia un defecto o virtud, según de donde se lo mire no le salía gritar, entonces podía tocarse, llegar al orgasmo y no hacer ningún ruido, igual cuando hacia el amor, le encantaba pero no emitía sonido alguno, solo la respiración agitada.
Salio del baño y fue a su cama a recostarse un rato, entro a la pieza y vio a su marido excedido de peso, transpirado, roncando, despatarrado en la cama una imagen que contrastaba completamente con lo sucedido hacia escasos minutos. Lo corrió un poco y se acostó, pero para mala suerte de ella, el despertó, y no solo despertó, sino que despertó con una erección "tremenda". El, sin dirigirle la palabra, se le tiro encima pero ella, reacciono reacia al movimiento no quería saber nada sobre tener relaciones con el, en ese momento, al menos eso es lo que le hizo saber a su marido.
El se volvió a quedar dormido, pero ella no podía pensaba, no paraba de imaginarse ella cabalgando sobre la poronga de Diego, desfrutando de un buen polvo, chupándosela, siendo acabada en su boca. Esos pensamientos la volvieron calentar pero esta vez no se toco, comenzó a pensar como poder hacer que su vecino pudiera saciarle la sed de sexo que ella tenia.
Eran las 12 de la noche, Elvira ya se encontraba sola, con las luces apagadas, la tele apagada, ni ella venia nada fue en ese momento, que decidió llevar a cabo su plan, para poder pasar la mejor noche de su vida. Se dirigió hacia su habitación, coloco la cama junto a la ventana y prendió el velador se acostó y se abrió de piernas, en ningún momento miro hacia arriba, solo rogaba que "su" hombre, la estuviera viendo. Comenzó a meterse los dedos y a apretarse los pezones, estaba realmente mojada se masajeaba el clítoris con mucha rapidez, al mismo tiempo que introducía 2 dedos de su otra mano, tuvo 3 orgasmos en menos de 5 minutos termino y se dejo caer en la cama, estaba completamente agitada, suspiro profundamente y sonrió.
Diego miraba sin perderse detalle de esa tremenda exhibición mientras se hacia una paja, estaba nervioso se moría de ganas de bajar y garcharsela, pero tenia miedo de alguna reacción colateral, estuvo 10 minutos pensando, mientras subía y bajaba la piel de su pene, hasta que tomo la decisión ¿Qué era lo peor que le podía pasar? Que le digan a sus padres y estos le dieran una reprimenda nah, pensó el, ya era grande para hacer lo que quiera lo que no pensó, es que si la mujer llamaba a la policía, el estaba hasta las manos.
Salio de su habitación sin hacer ruido, abrió la puerta de su casa y bajo las escaleras. A medida que se iba acercando sus latidos del corazón aumentaban, tenia una adrenalina digna de un saltador de bungee jumping. Se coloco delante de la puerta, pensó 20 segundos en lo que podría pasar, o se ganaba la lotería o iba a ser una jornada tristisima. Inclino su mano izquierda a por el timbre, pero antes de apretar, escucho las llaves girar... se quedo quieto mientras se abría la puerta. Ahí estaba ella, parada 1,62 m, vestida con un camisón casi transparente, sus tetas tenían una medida de 93 mas o menos, era realmente bonita de cara, debía tener 32 años aproximadamente los dos se quedaron en silencio por segundos, que parecían días; hasta que ella arrojo la primera piedra:
-Diego, te estaba esperando, pasa....
El entro y lo primero que hizo, antes de cerrar la puerta, le tiro la cara para comerle la boca, pero Elvira lo paro y le dijo que espere lo agarro de la mano y lo llevo a su habitación. Se pusieron cara a cara y ella le dijo
-Así que vos sos el que me espiaba de noche ahora vas a aprender.
Diego miro con lujuria a Elvira, pero sin saber bien que hacer pero se dejo llevar. Ella fue hasta el aparador y saco de adentro de un cajón, una tela fue hacia el chico y le vendo los ojos no entendía nada, tenia una erección increíble pero empezó a ponerse nervioso. Ella le dijo que se tranquilizara y se dejara caer sobre la cama, por supuesto, el le hizo caso. Acostado, a la espera de lo que iba pasar, sintio movimiento a su alrededor, luego empezó a sonar la música. Elvira repitió nuevamente que se quedara tranquilo, que no le iba a hacer nada. Subió el volumen de la música, a ella le encantaba coger mientras escuchaba a su grupo preferido. El, al escuchar esa canción se sintio completamente relajado, como si fueran las melodías mas hermosas del mundo, le llevaron una paz tremenda, la canción era The End, de The Doors.
De pronto, mientras escuchaba esa hermosa pieza musical sintio que le bajaban el pantalón que tenia, luego el bóxer hasta quedar desnudo, solo con la remera. Elvira comenzó su tarea, primero lo acariciaba en el pecho, luego besaba desde sus pies hasta su cabeza, pasando por su boca donde introducía su lengua hasta el fondo de la boca de Diego, esos eran besos que rajaban la tierra ella, a pesar de su edad, besaba de una forma celestial. Fue bajando de a poco hasta llegar al pene, pero antes de metérselo en la boca, cosa que ansiaba desde hace tiempo, comenzó a pasarle la lengua por los testículos, recorría la base, se los metía en la boca y los ensalivaba todo, estaba comenzando a sacarse, parecía poseída, tras esto, se metió la cabeza de la poronga en su boca y empezó a chupar como si de eso dependiera su vida primero lento, con ternura y luego con desesperación. Diego no duraría mucho si seguía a ese ritmo y eso se le notaba en la cara había empezado a gemir poco a poco. A ella no le importaba, se la estaba chupando bien chupada, la escupía, la golpeaba contra sus labios estaba invadida de una lujuria asesina. El, disfrutando de todo, a duras penas pudo decir que estaba por acabar, entonces ella, automáticamente paro. Se levanto un poco y le pregunto:
-¿Te gusto como te la chupe? ¿Te gustaría cogerme?, vos sabes que estaba esperando esto hace mucho tiempo, desde el primer día que me viste, quise que me la metieras hasta el fondo y me acabaras adentro
-Me encanto, la chupas re bien yo también tengo unas ganas terribles de garcharte, no sabes las pajas que te dedique respondió Diego
Acto seguido, se saco la venda de sus ojos, agarro a Elvira y la puso en cuatro, se coloco detrás de ella y apunto su garcha hacia su vagina iba a cumplir con lo que dijo, se la iba a voltear hasta acabarle adentro Se la metió entera. Aunque ella no gritaba, su cara lo decía todo le encantaba. El pene entraba y salía, la vagina estaba completamente lubricada la excitaba apoyándose sobre su espalda y estimulándole el clítoris, quería que llegara al orgasmo antes que el y fue así Elvira empezó a moverse rítmicamente hasta que cayo derrumbada sobre su cama. El saco rápidamente su pito de adentro de ella y se lo introdujo en la boca, ella no se lo esperaba. Al principio, por la presunta violencia, le dieron algunas arcadas, pero no tardo en acoplarse nuevamente a esa garcha que para el era chica, pero media 17 cm bien, no excelente ni pésima bien. La chupada duro pocos minutos, el le dijo que iba a acabar pero ella no se aparto, quería tragarse toda la leche de el Empezó a gritar segundos antes de acabar y expulso una cantidad de semen imponente, se le derramaba de la boca se la saco y contemplo aquella imagen; Elvira, desnuda en la cama, mirándolo con cara de lujuria con todo el semen cayendo de su boca. Ella se incorporo y fue hacia el baño, Diego se quedo pensando, luego de lavarse un poco la cara y la boca, entro nuevamente en la pieza y se acostó. Todavía parado, el le pregunto algo inesperado, no inesperado para cualquiera pero si para ella
-¿sos virgen del culo?, me encantaría rompértelo
Ella lo miro sorprendida no sabia que decir, jamás le había entregado el orto a nadie, ni siquiera a su esposo, pero antes de llegar a decir alguna palabra, lo tenia a Diego entre sus piernas comiéndole la concha la chupaba re bien, pasaba su lengua por el clítoris como si se tratara de un manjar Ella no lo podía creer, pese a su escasa expresión sonora, estaba a punto de llegar nuevamente al orgasmo se movía como loca, las caderas iban de derecha a izquierda, de arriba hacia abajo hasta que tuvo 2 orgasmos mas, los dos juntitos. El la miro, ella lo miro durante 10 segundos estuvieron en silencio, agitados los dos, hasta que ella lo rompió pidiéndole por favor, que se subiera y le hiciera sexo anal su excitación le había ganado, estaba definitivamente poseída. El no lo dudo ni un minuto, se coloco nuevamente detrás de ella y ensalivo un poco el culo de Elvira, con sus dedos toco la vagina y mojo su pene, para que este también lubricado, lo escupió desde arriba, lo froto para que este bien mojado y se dispuso a penetrarla ella le pedía por favor que lo hiciera despacio, estaba muy nerviosa. Diego iba empujando poco a poco, le costaba mucho meterla ella, casi al borde de la desesperación, le pedía que la saque, que le estaba doliendo, pero ya era tarde. De un solo empujón, metió 5 o 6 cm. del pene dentro de su ano. Así que Elvira no gritaba?? El grito de ella se escucho hasta en el edificio de enfrente El dolor era durísimo el no se apiadaba, seguía metiendo pero como vio que no entraba mas, trato de sacarla y volverla a meter, no le importaba lo que pudiera sentir ella el quería gozar.
A medida que paso el tiempo, los gritos de dolor se fueron diluyendo Elvira había comenzado a gemir ni ella lo podía creer, la mezcla de dolor y calentura eran suficientes como para esbozar sonido alguno. Al cabo de diez minutos de dolor y placer, Diego le acabo adentro del culo a Elvira. Ahí si, los dos cayeron desplomados en la cama, todos transpirados, el ventilador de techo parecía tirar mas calor que aire
Agitados, se quedaron dormidos eran como las 2 AM de la mañana. No tenían noción del tiempo, ella ya ni se acordaba de su marido, se quedo dormido en el hombro de Diego los dos fueron vencidos por los sueños.
A las 10 de la mañana, se levantaron primero ella, sentada sobre la cama, lo miro a Diego dormir, a pesar de sus 20 años, le había hecho pasar la mejor noche de su vida pensó ella, se levanto y fue a la cocina. Comenzó a preparar el desayuno y a los pocos minutos apareció el, con una remera del marido, en bóxer la saludo con timidez, pero ella le comió la boca de un beso. Se sentaron en la mesa y desayunaron. Luego de recoger todo, ella se puso a lavar pero sintio el bulto de Diego apretando su culo, ella giro y se miraron otra vez, como la noche anterior, con una lujuria tremenda. El la agarro de la mano y se la llevo a la pieza, se recostó contra el respaldo de la cama y le dijo que se la chupara un rato, que después iban a por el segundo round. Ella se puso frente a el, se acostó en la cama sobre sus piernas, le bajo el bóxer y comenzó a mamársela nuevamente, esta vez con mas ternura que ansiedad esto produjo una excitación mayor, en cinco minutos ya estaba a punto de acabar y se lo hizo saber. Elvira se incorporo y se coloco encima de el, se dejo caer y enterró el pene en su vagina, empezó a cabalgar como una yegua parecía que era una especie de robot, no se cansaba nunca, pese a ser la segunda vez que lo hacia con su vecino, se había vuelto adicta al sexo con el cuando estaban en la mejor parte, el la levanto de la cadera y la puso en cuatro patas, ella supuso erróneamente que iban a hacer la posición de perrito, pero otra vez se sorprendió cuando sintio el empujón del pene contra su culo, esta vez sin lubricante un nada ella quiso resistirse pero no pudo, quiso moverse pero el no la dejo. Aunque para su sorpresa, ya no era el mismo dolor que antes, esto la sorprendió y la llevo a tomar la decisión de dejarse llevar, estuvieron haciendo sexo anal durante 15 minutos, su culo ya estaba casi acostumbrado al pene de el ya no era dolor, era calentura, le encantaba que le hicieran el culo, le había tomado el gustito Pero todo ese placer que estaban llevando a cabo los dos, se vino abajo al escuchar un ruido el ruido que jamás hubieran querido escuchar el de la puerta. Los dos se separaron rápidamente, ella empezó a caminar sin hacer ruido por la casa, como buscando a alguien al que no quería ver no había nadie. Ella se encontraba turbada ¿Habría sido el marido que entro, la vio y se fue? ¿Habrá sido su imaginación? Pero como podía ser si Diego también había escuchado el mismo ruido Elvira ordeno rápidamente a su vecino que se fuera a su casa, este para evitar problemas accedió, primero se fijo si había alguien en el pasillo y luego enfilo hacia las escaleras A pesar de estar nervioso, estaba contento, había logrado lo que quería, garcharse a la mujer a la cual había espiado durante un tiempo llego a la puerta de su departamento, abrió e ingreso.
Por otro lado estaba Elvira, sentada en su cama temblando, imaginándose lo peor se llenaba la cabeza, no sabia que hacer así que decidió esperar a que venga su marido para evacuar sus dudas. Sin querer, miro el reloj y vio que eran las 10:30 ella pensó que era imposible que el marido la hubiera visto ya que el sale a las 11 de trabajar y nunca le habían dejado salir antes posiblemente había sido un ruido.
Eran las 12 del mediodía, cuando escucho las llaves en la cerradura, se incorporo inmediatamente y fue hacia la entrada se abrió la puerta y lo vio entrar a su marido, para ver que pasa, fue a saludarlo este le dio un beso como todos los días. Elvira se tranquilizo; mientras le preguntaba como le había ido y por que llego un rato mas tarde se dio media vuelta para ir a la cocina, pero la voz de Horacio, su marido hizo que pare. Se volvió para mirarlo y vio que por la puerta entraban dos amigos de el, Fabián y Carlos no le dio mucha importancia, los saludo y se fue para la cocina
Horacio, Fabián y Carlos se miraron, cómplices y sonrieron.
Algo planeaban
continuara