Las primas - 2 -

Señora, a golpe de coño de culo y astucia.

Casa de los Bermúdez.

Laura, la  viuda de Bermúdez, una cuarentona, gorda, sin hijos y con colores en la cara, colores que producía el vino que se bimbaba, le decía a Carmen:

-Si eres limpia y trabajadora no tendrás ningún problema en esta casa. Ven que te enseño tu habitación.

-Lo soy, señora, soy limpia y trabajadora.

Casa de los Sánchez.

Ana, la señora de Sánchez. Cincuentona, delgada, muy pintarrajeada, y que estaba sola en casa, le preguntó a Gloria:

-¿Quién te habló de esta casa?

-Mi prima, se lo dijo la Paca.

-No la conozco. ¿Dónde has dejado la maleta?

-No tengo. Me escapé de casa.

-Se nota. Por el vestido que traes y por lo que calzas... Sígueme.

Gloria siguío a la que iba a ser su señora, que tenía su misma altura. La mujer cogió un vestido suyo en el armario, y le dijo:

-Pruébalo.

Gloria se quitó el vestido de flores descoloridas. Ana, al ver aquellas hermosas tetas que parecía que iban a rebentar el sujetador, se calentó, y le dijo:

-Quítate el sujetador. Mañana te compró un par, y las bragas, que parece que son de tu abuela.

Gloria quedó en cueros. Ana vio aquellas tetas grandes, firmes, con enormes areolas y prandes pezones y aquel bosque de pelo negro rodeando el coño, el pelo de sus sobacos, y volvió al ataque:

-¿Te gustaría ganar 1000 pesetas? Es tu sueldo de diez meses.

Gloria, era de aldea, pero de tonta no tenía nada. La vio venir, por eso le respondió:

-Si quiere que juguemos que sea por el sueldo de un año... y un par de zapatos.

-Tú y yo nos vamos a entrender.

Ana sacó una caja de un doble fondo del armario, la puso encima de la cama. La abrió. Gloria vio lo que había dentro, y exclamó :

-!Tiene una polla de plástico!

-Es un vibrador. Bueno, también se puede meter apagado.

-¿Y esos dos ganchos con cadena para que sirven?

-Sirven para jugar. Se llaman esposas.

-¿Y esas bolas?

-Son bolas chinas.

-¿Para qué sirven?

-Échate en la cama que ensequida sabras para que sirven?

Gloria se echó en la cama. Ana le lamió el  coño y le metió la lengua dentro. Después poquito a poco le metió las bolas chinas en el coño, y le dijo:

-Levántate y da una vuelta por la habitación.

Gloria caminando por la habitacíón, le dijo a Ana:

-¡Qué gustito da! ¿Dónde las compró?

-En londres. Pon el vestido que vamos a dar un paseo.

-Mis zapatos.

-Ya, mujer ya.

Casa de los Bermúdez.

-¿Te gusta tu habitación?

-Sí, señora.

-Alguna noche vendré a visitarte. Va en la paga. Pero no tendrás que bajar a mi pilón. Sólo sé dar placer. Soy una mujer anorgásmica.

-¿Y eso qué es?

-Que me hagan lo que me hagan no me corro. Ni con hombres, ni con vibradores, ni con consoladores...

-Vamos por partes. ¿Los hombres vibradores que hacen?

-No son hombres, son artilugios con forma de polla.

-¡Coño! Si son tan feos no me estraña que no se corra con ellos. ¿Su marido es así de feo?

-Mi marido se murió de un atracón. No está bien decirlo, pero así fue.

-No mé diga más, si tenía cara de polla se murió de un atracón de coño.

La mujer rompió a reir, después se secó las lágrimas de los ojos, y le dijo:

-Hace años que no me reía tanto.

Fue a buscar el vibrador y el consolador y se los enseñó.

-Esto es un vibrador. - lo encendió-. Va a pilas, y este es un consolador.

En la casa de los Sánchez, de vuelta del paseo, le dijo Ana a Gloria:

-¿Cómo te sientes?

-Mojada, muy mojada.

-Vamos a la habitación.

En la habitación... Gloria se desnudó... Se echó en la cama.... Ana le puso el vibrador en el capuchón del clítoris, y en nada...

-¡¡Me voy a correr!!

Ana, que era una viciosa, acercó su boca a la vagina de Gloria, y le dijo:

-Dámela.

¡Vaya si se la dio! Se la dio con cinco chorros de flujo vaginal que Ana tragó como si fuera el néctar más preciado.

Al acabar, le dijo Ana a Gloria:

-Te quiero proponer algo.

-Déjeme descansar un par de minutos.

-No es lo que te piensas. ¿Quieres que te convierta en mi heredera?

-¡¿Tanto le gusta mi flujo?!

-Me gusta mucho, pero no se trata de eo.

-¿De qué se trata? ¿Qué tengo que hacer para que me haga su heredera?

-Matar a mi marido Julio y a su hijo Toni.

-¡¿A polvos?!

-No, con veneno, tengo uno que no deja rastro.

-Matarlos de verdad... Esas ya son plalabras mayores.

-Son.

Gloria tenía la mosca detrás de la oreja.

-¿Y por qué no lo hace usted?

-Yo estaré lejos de aquí para no depertar sospechas.

-Así recaerán sobre mí.

-Ya te dije que el veneno no deja rastro.

-¿Y cuanto heredaría?

-Acabarías heredando unos tres millones de pesetas.

-Por ese dinero los mato a ellos, y de propina me cargo a Franco.

-Mañana vamos al notario....

Julio y Toni, le tenían el ojo echado a la chacha... A la semana de estar sirviendo. Una noche, Toni,  fue a la habitación de Gloria. Con la luz apagada, se metió en la cama y empezó a manosearla.

-Te voy a follar hasta que te corras.

Gloria, le respondió.

-Que menos.

El hijo puta de Toni, la calentó... Gloria se puso a cuatro patas. En vez de estrenar su coño, le tapó la boca con una mano, y se la clavó en el culo,

al tiempo que le decía:

-¡Toma, puta!

Le dolió una cosa mala. Suerte que era un eyaculador precoz y enseguida se la quitó. Pero lo peor estaba por llegar. En la puerta de la habitación, Julio, habló con su hijo.

-¿Qué le rompiste el culo? Yo le romperé el coño.

Entró Julio en la habitación. Subió encina de Gloria y la desvirgó a lo bestia. Lo oyó reír cuando se corrio dentro de ella. Gloria, en sus adentros, se cagó en la puta madre de Julio.

Un mes más tarde...

Carmen  y Gloria estaban en la cama  de una habitación de un motel. Desnudas, mirando al techo, le dijo Carmen a Gloria.

-Tengo que hacer que se corra mi jefa.

-¿Ya lo intentaste?

-No, no se deja. ¿Y lo tuyo cómo va?

-Si todo sale bien, hoy, me pienso encontrar con la noticia de unas muertes.

-¿Hicieste lo que te dije'

-Sí, le mandé la empanada a Ana y les eché el veneno en el café a a Toni y a Julio.

-¿Cuánto tiempo dices que tarda en hacer efecto?

-Dependiendo de la cantidad  les da antes o después el ataque el corazón. Eso es lo que me dijo mi jefa.

-¿Echamos otro polvo?

Gloria se dio la vuelta y puso su coño, empapado con la última corrida, en la boca de Carmen. Se lamieron labios y clítoris despacito, muy despacito, hasta que las dos estuvieron a punto. Entonces, le preguntó Gloria a Carmen:

-¡¡¿Estás pirima?!!

-¡¡Estoy!!

Se corrieron una en la boca de la otra. Lo de las primas ya no era pasión, era lujuria, y les encantaba ser lujuriosas.

A las 8.30, Toni perdió el control de su Mercedes y murió al empotrarse contra una pared. A las 10 de la noche, Julio, murió de un ataque al corazón en un bar,  y a las 11,30, Ana, murió atragantada con un hueso de pollo, o de eso dijeron que muriera.

A las 12 de la noche,  en la casa de los Bermúdez, Carrmen, en su habitación, desnudaba a su señora.

-Es inútil Carmen. No lo vas a conseguir.

Carmen la besó, le comió las tetas. Bajó al pilón y vio que estaba seco. Le lamió el coño, y le dijo a su jefa:

-¡Por mis muertos que usted se corre!

Una hora más tarde, cuando ya a Carmen le dolía la lengua, Laura, le dijo:

-Creo que, queeeeeeeeee. ¡¡¡Ooooooooooooooooooooooooooo!!! Me coooooooooooorro!!

Laura tardara 48 años en tener su primer orgasmo. Le levantó la cabeza A Carmen y le dijo:

-¡Lo has conseguido, campeona!

La campeona ya lo la oía. Gloria, la nueva señora, no podía dejar cabos sueltos.

Se agradecen los comentarios buenos y malos.