Las piernas de mi prima
No me pude resistir a las piernas y pies de mi prima.
Soy de Chile y tengo 17 años, desde pequeño siempre he tenido debilidad por las piernas y pies bien formados de las mujeres, poseo un pene de 19 cm. erecto. En fin, el cuento es este: hace más o menos 3 años, cuando tenía 14 estaba de visita en la casa de mi prima, ella se parece mucho a Jennifer López para que tengan una noción, con unas tetas más bien grandes, un culo redondito y parado y lo mejor de todo: las mejores piernas del mundo, bien torneadas y sexy. Un día en la mañana entré a su cuarto para buscar algo no recuerdo que.
Ella estaba sentada de piernas cruzadas en la cama con una camisola muy corta que dejaba ver sus piernas por completo, desde los muslos hasta sus exquisitos pies. La erección fue inmediata y mi excitación fue tanta que las miré por un rato hasta que ella me preguntó que miraba, en ese momento fui corriendo al baño para masturbarme. A ella le encanta exhibir su sexy par de piernas, sobretodo a mi, por lo que después de aquella ocasión no paró de mostrármelas.
Un año más tarde, yo con 15 y ella con 14, fui nuevamente a dormir a su casa. Estaba viendo televisión en su pieza mientras ella se duchaba. Luego de un rato ella sale del baño con una toalla en la cabeza y otra tapando sus pechos y culo pero dejando las piernas desnudas por completo, en ese momento pude apreciar lo voluptuosa que ella era, no parecía tener 14 años sino 20. Entró y se sentó en la cama (yo estaba en sentado en una silla a los pies de su cama), no me miró, subió las piernas y comenzó su ritual se depilación el cual duró unos 25 minutos.
Mi miembro estaba nuevamente duro al 100% y el paquete sobresalía demasiado del pantalón, por lo que tenía que moverme constantemente para que ella no lo notara. Hice como que veía TV pero de reojo no sacaba la mirada de sus pantorrillas y muslos muy bien desarrollados, dije que iba a la cocina pero solo para no decirle que me haría la paja de mi vida.
Sus seducciones pararon cuando dejé de ir para su casa durante medio año más o menos. Pero aquí culmina el relato, pues hace 2 meses volví con mi familia a su casa para el cumpleaños de mi tía. Eran las 12 del día, entre a su cuarto para decirle algo pero ella estaba humectándose sus deliciosas piernas con crema, se había acabado de duchar y estaba vestida con una falda muy pero muy corta.
Dije perdón y me estaba retirando avergonzado, pero ella me dijo que pasara y cerrara la puerta con llave. Me senté a sus pies mientras ella masajeaba una de sus piernas en alto y formando un arco con su pie el cual estaba muy cerca de mi rostro, que claro lo hacía a propósito para excitarme y lo consiguió apenas entré a la pieza.
Comenzamos a hablar del colegio y esas cosas, pero a mi solo me interesaban sus sensuales piernas, que todavía masajeaba y su pie estaba tan cerca ahora que podía sentir con facilidad el olor de la crema. Para variar me provocaron una erección inmensa, sentía un cosquilleo muy agradable en mi pene.
De repente puso su pie izquierdo en mi muslo, yo estaba vuelto loco y ella hacía como si no pasara nada, estaba a punto de eyacular, seguimos conversando sobre la vida y la familia pero yo transpiraba de nerviosismo, cuando de pronto subió su pie hasta mis genitales preguntando:- "¿Eres igual de tímido con todas las mujeres?" e hizo un leve masaje, yo le respondí:-"Solo con las que me gustan" y ella irónicamente dijo:- "Ah ¿es por eso entonces que siento algo duro en la planta de mi pie o tienes algo en el bolsillo?". Me puse muy nervioso, pero más que eso caliente, así que la miré fijamente y tomé aquel pie para comenzar a chuparlo, ella también empezó a excitarse, así que con el otro pie me daba un masaje muy estimulante en el pene. No podía creer que estaba pasando lo que siempre había soñado, mi prima de 16 años a la cual siempre había deseado me estaba haciendo una paja con el pie. Nos llamaron a almorzar, en la mesa no paro de tocarme con sus pies por debajo de la mesa pero lo hacía sin mirarme. En la noche había un asado de unos amigos de la familia, por lo que todos en la casa iban a salir, pero nosotros dos no, nos pusimos de acuerdo para no ir. En la noche, apenas todos se fueron fuimos a su pieza y comenzamos a comernos, le tocaba el culo y ella a mí el abdomen.
Lentamente fui bajando mis manos por sus piernas hasta llegar a sus pies, le saqué los zapatos (eran tacones blancos) y comencé a pasar mi paquete por sus piernas. Ella estaba ya muy caliente, me agarro, nos dimos un beso y me sacó la polera, me pidió me bajara los pantalones y yo le dije que lo hiciera ella.
Me bajo el cierre, toco el miembro y dijo que estaba muy caliente, me bajó los calzoncillos y se agachó. Arrodillada me dijo que era virgen y que no perdería la virginidad con un primo, le pregunté si el sexo oral estaba descartado y dijo que lo pensaría. Comenzó a masturbarme y dijo que ni en Internet había visto uno tan grande, sonrío y pasó su lengua desde la base hasta la punta del glande y luego por la cabeza que estaba muy húmeda, se lo metió en la boca, lo chupó por un minuto y se lo sacó, le pregunté porque había parado tan buena succión y replicó con que iba a terminar lo que había empezado en la mañana, puso un pie a cada lado de mi pija y comenzó a masturbarme. Estaba en el paraíso.
Tomé uno de los pies y lo introduje en mi boca, le chupaba los dedos y tocaba sus piernas mientras ella me masturbaba con el otro pie haciendo presión contra mi vientre. Le dije que estaba apunto de eyacular, le pedí que lo chupara y así poder tragarse mi semen, me dijo que ni loca y me agarró el pene apretándolo con fuerza haciendo que saliera una gota de líquido transparente y que el cabezón brillara, este estaba lleno de un liquido espumoso y se veían pequeñas burbujas a su alrededor, me miró y comenzó a pasar su lengua de una forma muy sensual por el glande limpiándome aquel líquido espeso.
Tomé nuevamente sus pies y los puse entre mis piernas, ella comenzó de nuevo con el "masaje", acaricié sus piernas de arriba hacia abajo (muslos hasta pies) y no pasaron más de 30 segundos para que tuviera el mejor orgasmo de mi vida, ella gritó "haaayyy" pues sus pies y el cubrecama quedaron bañados por mi semen. Al final me dijo que le gustó y que me lo haría de nuevo, pero al día siguiente solo nos dijimos hola y chao.