Las orgias de Camen

Este es un relato real que me contó el otro día una chica llamada Carmen.

LAS ORGIAS DE CARMEN

Me levanté temprano y puse internet.

Hacía tiempo que no miraba mi correo y hacía muchos meses que no escribía ni un solo relato.

Me apareció en el messenger una mujer desconocida llamada Carmen. Me preguntó que quien era. Le respondí que un hombre que escribía relatos en www.todorelatos.com usando diferentes pseudónimos.

No podía recordar como la había agregado a mi messenger.

Me preguntó que tipo de relatos escribía y le respondí que eróticos o mejor dicho porno.

Me preguntó si tenía pareja y le contesté que no.

Me dijo que quería contarme relatos suyos. Auténticos. No invenciones como los míos. Y que además me daba permiso para publicarlos.

Me dijo que tenía pareja y que los dos eran muy liberales. Habían hecho de todo, pero que ella concretamente había vivido orgías. Ella solamente.

Le dije que me contase alguna de esas orgías. Ella me puso la condición de que luego lo publicase. Era mi deber decirle que su relato lo iba a leer mucha gente. Muchos hombres salidos. Muchos tíos cerdos con ganas de hacerse pajas. Me respondió que a ella también le gustaba leer esos relatos.

Bueno pues esta es su historia que es completamente real.

Se celebraba una noche, una fiesta universitaria, de estudiantes de Turismo. Carmen fue acompañada de cuatro amigas: Maria, Silvia, Natalia y Vanesa.

Carmen es rabiosamente bella, delgada pero con mucho pecho, rubia y bastante alta. Iba a la fiesta con un vestido cortito algo ajustado y llevaba unas sandalias cuya atadura llegaba hasta el tobillo. No llevaba sujetador por lo que los hombres no podían apartar la mirada de esos abultados pechos. Y además ella hacía lo que podía para que se notaran todavía más arqueando la espalda hacia dentro. El vestido por detrás estaba muy abierto por lo que se veía perfectamente su espalda desnuda. Estaba tan hermosa y bella como en una fiesta de fin de año. Llevaba también un tanga, un hilo morado. De vez en cuando lo decía caprichosamente en voz alta para que la gente se enterase.

Vane (Vanesa) es rubita con mucha melena. Lo que destaca sobre todo es su cuerpo. Rellenita pero muy bien formada lo que hace que sobre todo su culo sea con diferencia el mejor de las cinco amigas. Y eso que el de las otras cuatro no está nada mal. Para destacar más ese culo tan abultado le gusta llevar vaqueros. Que es lo que llevaba precisamente esa noche además de un top que hacía que su figura fuese la más deseada.

Natalia es pelirroja. Es una salidilla de cuidado. Siempre ha estado enamorada del novio de Carmen. Y siempre está pensando en sexo. Iba a la fiesta con unas minis muy cortas.

Silvia es la mejor amiga de Carmen. De una personalidad que embruja. Morena y con los ojos más hermosamente verdes que se hayan visto. Es una persona de una dulzura tremenda. Llevaba unos pantalones de vestir tipo vaquero, anchos pero con trasero ajustado. Y un top rosa con una chaquetilla blanca. Una mujer que impresiona.

Maria siempre va más discreta pero esa es la apariencia porque es una mujer de un erotismo peligroso. También es rubia. Según los hombres que la conocen es inigualable en la cama.

Decidieron que esa noche no podría conducir ninguna porque iban a beber. Se iban a poner todo pedos. Muy borrachuzas esa noche. Por lo que cogieron el autobús. La gente se les quedaba mirando por los hermosas que estaban y por el jaleo que armaban. Despedían un conjunto de maravillosos aromas. Se les quedaban mirando con avidez salida chicos y hombres. Jóvenes de veinte y viejos coquetos y guapos de cuarenta. Se fijaban sobre todo en las minis de Natalia. Eran hombres que miraban a las cinco chicas como si fuesen objetos sexuales. Y ellas se daban cuenta. Natalia iba sentada y al cruzarse las piernas destacaban sus atléticas piernas.

Llegaron a la fiesta no demasiado tarde. El local estaba lleno de gente. Las cinco se fueron a un rincón y enseguida se fueron a pedir la primera copa, y luego la segunda, y así sucesivamente. Una detrás de otra y sin dejar un momento para reposar. Pero eso si bailando de la forma más provocativa y sexy. Perdiendo la compostura.

Se les acercaron tres chicos muy majos. La música estaba enloquecedoramente alta. Los tres eran muy guapos. Y ellas y ellos bailaban. Natalia, la pelirroja se lió con varios. La estupenda Silvi con otro. Mientras Carmen y Maria fueron de nuevo a la barra a pedir una nueva consumición. A pesar de lo que habían bebido ni siquiera estaban mareadas o quizás lo disimulaban muy bien.

Carmen miró a los chicos. Eran verdaderamente muy, muy guapos. Para comérselos.

A las cinco de la madrugada la verdad es que ellas estaban desparramando ya mucho.

Los chicos las invitaron a tomar la última en su casa. Y ellas aceptaron porque eran unos chicos muy majos y no unos macarras.

A la salida hacia bastante frío fuera.

Había cuatro tíos más esperando. Y eran muy muy guapos. Así que eran siete en total y ellas cinco. Los chicos eran majos y ellas a esas horas tenían pintas de putas. Los chicos majos luego en el fondo son unos golfos. Las querían llevar a la casa de uno de ellos. Al final lo consiguieron pero cuando llegaron Vane, Natalia y María decidieron irse a sus casas a dormir. Así que se quedaron siete chicos y dos chicas. Carmen y Silvi.

Somos las más bonitas y putitas de la fiesta- le dijo Silvi a Carmen al oído.

Silvi es encantadoramente ingenua y tierna.

Somos un par de putas las dos- respondió Carmen de una forma cruda-, pero adivina quien es la más guarra de las dos.

La verdad es que las dos estaban enloquecidamente borrachas pero sí que controlaban aunque a veces no lo pareciese. Eran dos farsantes que se estaban camelando a siete tíos juntos.

Subieron arriba.

Silvi tierna y acaramelada se puso a bailar con uno de los chicos. Acabaron yendo a un cuarto.

Carmen se quedó con los otros chicos. Seis y una. Uno de ellos, el más guapo de todos y que había estado con la Vane, cogió del brazo a Carmen y la sacó a bailar. Ese momento lo aprovechó el muy golfo para quitarle la chaqueta que llevaba. Los otros cinco comenzaron a lanzarle piropos. Eran hermosos o quizás no tanto. Eso según se mire. Pero a Carmen le encantaba. Vane, Natalia y María se habían ido. Y Silvi estaba en la habitación con uno de ellos. Carmen se quitó la ropa, desnudándose de una forma muy fácil, quitándose el vestido casi de un golpe y quedándose con los zapatos y un tanga. Ella se imaginó que los chicos se habrían quedado asombrados porque los tíos muchas veces se cortan.

Les pidió que se desnudaran. Como eran seis lo hicieron. Al bajarse los slips no había un solo miembro que no estuviese duro. Había alguna polla grande, varias torcidas hacia un lado. Alguno se masturbaba y le sonaba la leche. Uno de ellos tenía unos cojones muy grandes.

Todos llevaban calcetines. Tenían los seis unos cuerpos estupendos. Ni uno de ellos tenía una exagerada barriga. Buenos brazos. Estupendas piernas. Debían hacer natación y el que no, desde luego que se cuidaba.

El corazón de Carmén se aceleró de una forma tremenda. Con ansiedad. Ellos comenzaron a tocarla. La cara, los pechos, los pies, la boca, la lengua, los sobacos, las nalgas, el pubis, los pezones, el ano. Y ella tocaba sus pechos, sus abdómenes y sus pollas.

Carmen les dijo que fueran al cuarto donde estaba Silvi. Y ellos fueron detrás.

Al abrir la puerta vieron a Silvi que estaba a cuatro patas, siendo follada por el culo. Los seis viendo esto perdieron el control de lo cachondos que estaban. Uno de ellos se abalanzó con su polla y se la puso en la boca. Silvi comenzó a chupársela.

Tres no podían aguantar y fueron a por Carmen. Eran unos aprovechados porque creían que Carmen estaba encelada y era verdad. Lo que no sabían es que Carmen los dominaba. Uno de ellos se tumbó y Carmen se metió su polla en el culo. Otro se la folló directamente por la vagina. Y el tercero se la metió por la boca. Carmen pensó y sintió que estaba en la gloria. Aquello era lo mejor que le podía pasar a cualquier persona. Le dolía un poco al principio. Y no sólo el culo. Las demás partes también le dolían.

Carmen tenía muchos orgasmos durante, antes y después de las penetraciones pero no lo decía. Gemía continuamente. Siempre al borde del clímax o de algo parecido.

Un cuarto chico fue a por una cámara de video y se puso a grabar toda la follada. Los tres tíos con la chica. La tía follada por el culo, el coño y la boca. Pero no se olvido de Silvi que estaba con otros dos. Y el otro que quedaba estaba en el suelo masturbándose.

El caso es que los siete fueron gozando de nuestros cuerpos. Tres y una. Cuatro y dos. Cinco y una. Y así. Y por todos los agujeros. El ano, la boca, la vagina.

Las dos podían más que ellos. Les apetecía todo. Silvi y Carmen se pusieron a practicar una sesión lésbica. Morreándose. Lamiendo las tetas. Acariciando los muslos. Pasando los dientes por el clítoris. Surrandose.

Uno de ellos y muy macho no podía aguantar la calentura cogió a Silvi de nuevo como si fuera un objeto y se puso a follarla. Los otros hicieron lo mismo con Carmen. Como al principio. La verdad es que Silvi follaba más con uno o dos y Carmen con varios a la vez. Siempre tres como mínimo. Carmen y Silvi creían que se morían. Estuvieron cuatro horas. Besando, lamiendo, tocando, hablando, follando, penetradas por el culo. Oliendo. Mordisqueando. Siendo empujadas por la fuerza.

Terminaron tumbándolas en el suelo y los siete chicos se corrieron encima de ellas. Eran unos guarros maravillosos.

Eran guarros porque querían que ellas se tragasen el semen. Pero Silvi no quería porque no le gusta el sabor del semen. Carmen, en cambio, le limpió la polla a uno llenándose la boca de semen. Pero no se la trago. Con picardía fue acercándose a Silvi. De una manera caliente. Acariciando con la ternura de una gata. Hasta conseguir que Silvi que se hacía la estrecha abriese la boca para que Carmen le pasase el semen que tenia en su boca llena. La saliva y el semen del chico pasaron a la boca de Silvi. Y se lo trago todo. Silvi había fingido que se dejaba seducir por Carmen pero desde un principio quería tragarse ese semen y Carmen sabía que Silvi disimulaba. Las dos estaban muy locas de pasión.

Así es que ambas sin prejuicios terminaron de limpiarles las pollas al resto.

Todos fueron a la ducha. Muy muy cansados. Exceptuando uno de ellos que invitó a las dos afroditas a echar el último polvo. Ambas no se negaron. Era un chico tan fuertote. Quería follarselas a las dos juntas y a ellas les encantaba. Para Carmen (y para Silvi también) fue el mejor momento de la noche. El chico se la follaba y Silvi le ponía el coño delante para que se lo comiera. Así que la cámara de video grababa como Carmen le devoraba el coño a Silvi. Para ambas aquel momento era genial. Superestupendo. Cambiaron y el chic se follaba a Silvi y esta le lamía la raja a Carmen. Ellas no dejaban de estremecerse y correrse. Acabaron las dos duchándose, solas, muy calientes, juntas y diciéndose cosas. Hablaban sobre la experiencia que acababan de tener. Silvi no dejaba de tocar a Carmen. Y además se lo decía. Le decía que tenía ganas de tocarla. Silvi le dijo que le gustaba mucho y Carmen le dijo a Silvi que también le gustaba mucho. Decían que ese día habían terminado manoseándose y que eso había sido lo mejor de todo.

Salieron de la ducha y les ofrecieron toallas limpias. Se vistieron y se encontraron con el desayuno preparado. Desde luego que los chicos eran un auténtico encanto.

Le dieron la cinta de video a Carmen y ésta se la dio a Silvi. Ella hizo eso porque sabía que teniendo en sus manos esa película, la vería mucha gente.

Los chicos les dijeron que jamás hablarían de esto con nadie. Y tenían toda la pinta de decir la verdad puesto que algunos de ellos habían quedado con algunas de las otras amigas. Con Maria y con Natalia. Silvi le dijo a uno que no. Y Vane tampoco quiso. Y Carmen tenía novio...

Bueno esta es la historia que me contó. Me dejó sorprendido y excitado.