Las notas de final de curso
Sorpresa en mis notas, todo aprobado menos literatura. ¡Hay que reclamar!.
Antes de nada, saludar a todos los escritores que tantos esfuerzos hacen por mantenernos a todo durante ya tanto tiempo. Quiero deciros que esta es la primera vez que me animo a escribir y por lo tanto empezaré a contaros algo fantasioso. Si os gusta, posiblemente, con el tiempo llegue a escribir algo personal.
Todo empezó el día de la entrega de notas. Todo el curso me fue genial. Aprobé todo en todas las evaluaciones y entablé mucha amistad con una profesora, con la cual había podido charlar en varias ocasiones fuera del horario escolar. Todo fue muy bien hasta que abrí el sobre en el cual estaban mis resultados... todo notable menos literatura... SUSPENSO. No podía creerlo. A mi parecer había hecho uno de mis mejores exámenes de literatura y había suspendido. No podía dejarlo así. Emprendí la búsqueda de mi tan amiga profesora.
Aun siendo pequeño el instituto, tardé en encontrarla. Tuve que esperar un rato hasta que se librara de tantas reclamaciones que tenía. Todas eran por las notas que ella había puesto a otros compañeros, pero no eran como mi queja. Yo había suspendido y quería ver mi examen, pero los demás sólo se quejaban por que su notable no les permitía llegar a la tan ansiada matricula de honor. Y empezamos a hablar:
"No entiendo esta nota... creo que jamás he hecho un examen tan bueno. ¿Cómo lo has corregido?" Le pregunté.
"Bueno, tranquilo, vamos a ver tu examen..." respondió con paciencia. "Vaya... me lo he dejado en el despacho de profesores. Ven, acompáñame"
Y así fue. Emprendimos el camino hacia su despacho, justamente en la otra punta del edifico.
"Ya me he enterado de que tú y tu novia lo habéis dejado" me comentó. Yo, asustado, no sabía cómo reaccionar.
"Ya veo que no se os escapa ninguna" le respondí con intenciones de no continuar con el tema.
"Pues yo con mi marido estoy mal. No tiene ganas de nada por las noches. Está mayor ya (ella tiene unos 42)" suspiró.
"Vaya... eh... pues no sé... qué quieres que te diga" me dejó alucinado y no sabía ya dónde meterme.
De repente, se giró, me paró, miró hacia los lados y a lo largo del pasillo y al ver la luz verde... me besó. Fueron cinco segundos en los que me pasaron las imágenes de todos mis compañeros riéndose en caso de que alguno nos estuviera viendo.
"Que ganas tenía. Llevo pensando en este momento dos meses" se relató al oído.
Ni corto ni perezoso, habiendo pensado en que era el último año de estudio en ese centro... la empecé a besar. Al principio me costaba, pero poco a poco, a la vez que aumentaba el calor corporal y la intensidad de los besos, me iba gustando más. Poco a poco empecé a desabrocharle la camisa azul que llevaba. Iba empujándole hasta la pared para que me fuera más cómodo meterle mano. Una vez apoyados en ella, pude meter mi mano hacia su espalda por la recién abierta camisa y empezar a soltar su sujetador para poder besar libremente sus enormes pechos.
Al fin conseguí quitarle el sostén. Comencé a besar esos pechos tan grandes de los que más de una vez se habían burlado mis compañeros. Ella apoyó uno de sus pies en la pared y me abrazó por la altura del cuello, en el que por sus ya suspiros de placer, hizo que me estremeciera del placer que me estaba dando el calor en el cuello.
Yo ya estaba en ese punto loco en el que los tíos a veces no sabemos controlar. Le besaba las tetas de arriba abajo. Metía la boca en el canalillo y pegaba tantos lengüetazos como podía. Ella ya no podía más. Sus suspiros se estaban convirtiendo en gemidos. No pude aguantar más. Mientras besaba las tetas desenfrenadamente, desabroché sus vaqueros y metí mi mano entre las bragas. Me pude dar cuenta que no tenia esa mata de pelos negros rizados que tenía mi novia. Ella lo tenía todo rasuradito, como en las películas porno. Cuando acerté a meter mi dedo en la rajita, casi se me deshizo el dedo. ¡Qué calor! ¡Qué humedad! Mi profesora se fundió en uno de sus primeros orgasmos por que las piernas le empezaron a temblar mientras me decía que ya no aguantaba más y que entramos dentro de su despacho que nos iban a pillar.
En mi locura no pude aguantar. Le bajé los pantalones y las bragas de un tirón. Seguíamos en el pasillo y cuando ya estaba a punto de abrirle las piernas para poder meter definitivamente casi todo mi puño en el coño, oímos unos ruidos. Rápidamente se subió los jeans y corriendo entramos en el despacho. Cuál fue nuestra sorpresa que allí mismo estaba la profesora de lengua contemporánea jincando con mi mejor amigo Markos. Ella estaba completamente desnuda, tirada en la mesa de los profesores. Markos estaba con los pantalones y los calzoncillos a la altura de los tobillos y estaban sudando como cerdos. Era de notar por el olor que se forma cuando se folla desenfrenadamente. Nos miramos los cuatro con los ojos abiertos de par en par. Yo, al percatarme de la situación, empujé a mi putita y tumbé en la mesa tal y como Markos tenía a la suya. Lo primero era lo primero y me puse el condón. Ya estaba a punto de caramelo cuando Markos giró de un golpe a su fiera y la empezó a encular. La muy puta gritaba más que cuando nos portábamos mal en clase!!
Menudo marco. Yo y mi mejor amigo cepillándonos a dos profesoras. Para entonces yo ya había clavado mi polla en el rasurado coño de mi literaria favorita. Empecé poco a poco mientras ella me miraba a los ojos y me cogía mis manos que las tenía en sus caderas. Parecía estar algo nerviosa, pero en un golpe matador en el que le hinqué la polla, cerró los ojos y se le pasó el nervisismo para entrar en un goze imparable. Continué en el mete saca cada vez más fuerte mientras veía como Markos estaba enculando a su mascota. Eso me escitaba el doble. Cada vez le metía la polla más y más fuerte hasta que empezó a gritar. No podiá parar y yo ya me estaba poniendo a tono. No quería ser menos que mi amigo y para así descansar un poco, salí de ella y la giré.
"No, por el culo no" decía.
"Si, ah.. a ella ... también... " comentaba la otro profesora mientras Markos la pegaba en el culo unas palmadas.
Asi lo hice. La agarré de nuevo de su cintura y plap!! Entró como una campeona. Markos me miró. Se mordió el labio, cerró los ojos y empezó su recta final. Podía percibir el ruido de su polla entrando en el culo. Como me estaba poniendo. Empecé a acelerar. Más y más. Y más. Y máaaaaaaaaaaaaaasssssssss----
Nos corrimos casi los cuatro a la vez. Mi polla estubo a punto de reventar el puto condón. Lo llené hasta casi salirse todo el semen. Markos se había apoyado en la espalda de la profesora y yo me quedé de pie esperando a ese escalofrío que nos inunda.
Nos miramos, nos subimos los pantalones y salimos del despacho a medio correr. De repente, se abrió la puerta y nos gritaron al unísono:
"Chicos!! Teníais aprobado!!!"
BUENO PARA SER ESTE MI PRIMER RELATO, QUE OS HA PARECIDO? ENVIAR COMENTARIOS A mimegacorreoguay@hotmail.com