Las Noches de Perséfone...6

Se acerco a mí de nuevo, muy despacio, midiendo los pasos, así como un gato se acerca a un pájaro herido, yo la miraba, simplemente la miraba, no había más que hacer

Se acerco a mí de nuevo, muy despacio, midiendo los pasos, así como un gato se acerca a un pájaro herido, yo la miraba, simplemente la miraba, no había más que hacer…

-¿tienes miedo?- pregunto Ximena despacio como tirando la pregunta al aire. No respondí –te he dicho, que si me temes?- repitió de nuevo.

-que extraña fascinación tienen ustedes con que les teman – respondí de igual manera como tirando la respuesta al aire, con el mismo cinismo y desinterés con el que ella me hablaba.

-podría matarte ahora, ¿lo sabes?- dijo buscando mis ojos, supongo que en un intento de infundirme más miedo del que ya tenía.

-también podrías pintar este cuarto- dije mirando el cemento desnudo de las paredes.

  • tratas de actuar como que no te importa- me dijo mientras se acercaba a mí, poniéndose en cuclillas sobre mis piernas.

-no trato… ya no me importa- dije sin regresarle la mirada –siempre es así ¿no?, eventualmente me vas a matar, llegue o no la Hiena… la Hiena… que es el ser más curioso del universo, ¿sabes?...- dije tratando de generarle interés para ganar tiempo – ella no habla de ti…supongo que tienen sus asuntos sin resolver… todos dices que son “bueno” o “justos” por llamarlos de alguna manera, tu eres así por la hiena, y la hiena es así por ti… quizás se aman y ninguna esta como dispuesta a aceptarlo… yo que sé, ustedes viven en un mundo de locura que solo ustedes entienden… después de todo… no creo que la Hiena se llame Hiena…

-yo no tengo que explicarte una mierda- se limito a decir Ximena mientras se ponía de pie y regresaba a su silla.

-Claro que no… tú no tienes que explicarme nada ni yo a ti…así que pues… listo no, en mi humilde opinión, deberías matarme ahora…- me limite a decir.

-no, quiero que lo vea la Hiena- se limito a responder.

-y ¿no es lo mismo?, si llega y estoy muerda o no lo estoy?- me limite a decir.

-Claro que no… quiero que lo recuerde, que no lo olvide-

  • eres poco imaginativa- me limite a decir –existen muchas cosas peores que morir… muchas cosas peores que se pueden quedar grabadas para siempre en alguien… como tu…tu quieres que la hiena sufra por lo que te hizo… no por las heridas, si no por lo que te significan… - me limite a decir y después me quede callada.

Me jalo hasta la de las paredes, recargando mi espalda en ella…

-te voy a matar- dijo simple y llanamente, se puso en cuclillas sobre mi cuerpo y me tomo del cuello y empezó a apretar despacio, no lo suficiente para ahorcarme pero si como para marcar su supremacía ante mí, yo me limite a cerrar los ojos, al ver que los cerraba, ella paro de golpe –mírame – dijo… no obedecí, -mírameee- grito de nuevo…abrí los ojos y ella me soltó.

-¿Por qué no luchas?- me dijo hablándome muy cerca, evidentemente enojada por mi inactividad ante sus amenazas o sus juegos, en ese momento no lo sabía.

-no me interesa luchar- me limite a decir – tu quieres joderme por joder a la Hiena, no necesitas nada de mi más que eso-

-te detesto- de limito a decir Ximena… yo no respondí nada, también la detestaba pero  necesitaba conseguir tiempo.

Saco tu tape de color gris con el que había sobre atado mis muñecas y mis tobillos y me puso un pedazo en la boca para que no hablara mas.

Tomo el cúter y comenzó a hacerme pequeños raspones al azar en el pecho…no eran profundos pero de verdad era doloroso y desconcertante verla así, mover el cúter al azar sobre mi pecho con su franca expresión de ira.

No se cuento tiempo paso cuando de golpe alguien abrió la puerta…

-Si serás idiota, ¡¡¡que mierda haces!!!-  dijo Tomas  estampando la puerta con un grito mientras jalaba a Ximena de sobre mi cuerpo arrojándola al piso.

-tu no te metas – gritaba Ximena mientras peleaba a manotazos para zafarse de Tomas

De la nada vi como entraba Perséfone, iracunda es poca palabra para describir el odio que se le dibujaba en los ojos, se acercó a mi tratando de revisarme rápidamente, me saco el tape de la boca – ¿estas bien?, ¿estas bien?- repetía una y otra y otra vez, yo asentí con la cabeza, me abrazo muy rápido, y quito a Tomas como un muñeco de trapo de sobre el cuerpo de Ximena, la tomo de los hombros y  comenzó a azotarla contra el piso, le pegaba con tal rabia, con tal enojo que no pude evitar decirle  - déjala Perséfone la vas a matar – Tomas me miro fijo  y me dijo despacio - no te metas- mientras trataba de quitarme las tiras de cinta que Ximena había puesto en mis muñecas y mis tobillos, después trato infructuosamente de quitarme las esposas. Todo el tiempo, Perséfone le pego a Ximena, cual punching bag, Ximena jamás trato de responder un solo golpe, ni siquiera trataba de defenderse.

-Las llaves, las llaves- gritaba Tomas, Perséfone comenzó a pasarle las manos por el cuerpo a Ximena buscando las llaves hasta que las consiguió, cuando vio que por fin me habían desatado Ximena se echo a reir, era una risa casi histérica, todo había dejado de tener sentido en ese cuarto.

Persefone se sentó  sobre Ximena, con las rodillas deteniéndole los brazos para inmovilizarla mientras Ximena seguía riendo histérica… vi como Perséfone sacaba una pistola, la reviso y la puso contra la frente de Ximena.

Fue imposible para mi… simplemente me acerque a Perséfone, la abrase fuerte por la espalda –vámonos… vámonos…. No vale la pena… vámonos- repetía una y otra vez…

-¡¡¡Llévatela!!!- grito Perséfone… haciendo que Tomas me sacara arrastrando de la habitación…

Al Salir me di cuenta que de hecho estaba en el sótano de una casa… subí al primer piso, después afuera y como de costumbre, Tomas me arrojo dentro de una camioneta negra, le dio dos golpes a la puerta y la camioneta salió disparada.

Dentro, estaba esa mujer Rubia, la esposa de Tomas.

-¿estás bien?- dijo con un acentor parecido al Ruso.

Asentí con la cabeza… estaba cansada de ser llevada de un lugar a otro…

-Calma, estas a salvo… soy Anika, esposa de Tomas, vamos a casa en lo que terminan- se limito a decir para darme confianza.

Pasamos por varios barrios de una ciudad que no me parecía familiar hasta llegar a una zona que se veía bastante cara, el coche entro a un edificio de departamentos, entramos al sótano a estacionar y  de ahí a un elevador…

Anika era una mujer muy alta, blanca, rubia, delgada  con ojos muy claros  y una sonrisa triste y perpetua, sonreía en el silencio del elevador…

-Necesitas que te vea un medico… una ducha y algo de ropa- dijo tratando de tocarme el hombro despacio, gesto al que inconscientemente me moví para evitar que me tocara – calma … calma… estas a salvo, de verdad, te lo prometo – dijo sonriendo.

Asentí con la cabeza, subimos exactamente hasta el piso 23… el ultimo y entramos directo a un departamento hermosamente decorado… con muchísimas fotos, se veía increíblemente acogedor.

Se escuchaba la televisión prendida de fondo, gritos y pasitos de un perro y dos niños pequeños que corrían al oír la puerta.

-Mira.. El es Leo- dijo acariciando a un niño rubio de unos 3 años que me miraba sonriente con unos enormes ojos tan azules como los de Anika- y el- dijo señalando a  un pequeñito de un año o un año y medio que luchaba por mantener la verticalidad con los pasitos torpes con los que empiezan a andar los bebes – el es Sasha, son mis hijos- dijo sonriente mientras tomaba al pequeño en los brazos para cubrirlo de besos.

  • y tu quien eres?- me dijo Leo mientras no dejaba de mirarme curioso.

  • yo soy Joliene- me limite a decir.

-Mira – dijo mientras señalaba a un perro de pelo negro enmarañado casi del tamaño del niño – el es mi perro pancho … ¿te duele?... ¿te caíste?- dijo señalándome el pecho arañado por las heridas que me había hecho Ximena.

-si – interrumpió Anika – así que vamos a llamar al médico y la va a revisar como cuando tú te caíste, ¿te acuerdas Leo?- dijo tratando de explicarle.

-Tienes que lavarte eso…porque si te caíste en la tierra ahí microbios y te enfermas y te da toz – dijo muy preocupado, mientras yo asentí con la cabeza – te va a doler pero no tienes que llorar porque eres grande y los grandes no lloramos aunque nos duela  o nos inyecten – seguía el pequeño dándome una plática sobre como no había que llorar… y ser valiente.

-Anda ve a ver la tele… llévate a pancho– dijo Anika revolviéndole el cabello para quitármelo de encima.

Me llevo a una habitación aparte, saco algo de ropa para prestarme, y me meto casi  a empujones a la ducha…

Ya dentro… sola… fue imposible para mí no revivir todo el evento y a pesar de los consejos de Leo… me eche a llorar como una niña, detestaba todo… todooo… y estaba ahí de nuevo, cuando pude terminar de llorar y recupere un poco la compostura salí de la ducha, me vestí, me dolía todo el cuerpo… la cabeza,  las muñecas, la espalda, el pecho, las piernas… mientras me vestía me descubrí moretones y raspones que no sabía que tenía… al final todo fue tan rápido, tan salvaje…

Ya vestida salí a la habitación donde me esperaba Anika y el Médico, me reviso… aparentemente no tenía nada roto, me inyecto una vacuna para el tétano, me dio vendo el pecho, el hombro, me puso algunos remedios y me dio unos analgésicos… y fue todo…

Leo entraba como torbellino a la habitación aparentemente estaba muy preocupado sobre mi salud… le preguntaba una y otra vez al médico si me daría tos… no puede evitar pensar que su vendita inocencia infantil solo lo hacía creer que me había caído de un columpio y la mayor de mis preocupaciones deberían ser si tendría tos o no…

Después Leo insistió en que debería tomar sopa…a mí me divertía su insistencia así que comimos sopa juntos.

Después fue horas de irse a la cama y Leo y Sasha se tuvieron que ir a dormir.

Habían pasado unas 3 o 4 horas desde que estaba en esa casa… y una extraña ansiedad me invadía…

-Calma – dijo Anika – estas cosas jamás son rápidas, deberías dormir un poco-

-quiero irme a mi casa – me limite a decir.

  • no puedo dejarte ir así…¿quieres que me mate la Hiena?- dijo sonriendo... en tono de broma.

-¿crees que la maten? – dije despacio.

  • la verdad no lo sé… yo trato de saber lo menos posible y mantener a mis niños alejados de eso-

-¿Qué haces tú aquí?- le pregunte

  • Hummm… yo conocí a Tomas… él se enamoro de mí, yo… yo necesitaba una forma de huir y él me trajo a su lado…con el tiempo yo me enamore de él y pues estamos juntos… tenemos una familia y todo es … estable – se limito a decir.

  • ¿tu que sabes de la hiena?- pregunte.

-bueno… la hiena es otra historia…. Ella y Ximena eran… amantes supongo, Ximena quiso lo que la Hiena tenia… y pues… así es el negocio… la hiena tiene que darse su lugar… es todo- dijo como si fuera lo más común del mundo.

-¿Cómo se llama la Hiena? – me limite a preguntar

  • no importa… aquí todos se llaman de muchas formas, Tomas no se llama Tomas, Ximena no se llama Ximena y la Hiena es obvio que no se llama Hiena…- se limito a responder.

-¿y tú? ¿Te llamas Anika?-

-Si… yo me llamo Anika y Pancho se llama Pancho – dijo en tono de broma – Ahora ve a dormir anda- dijo mientras me acercaba una daba en la mano una pequeña pastilla azul…

-¿Qué es?- pregunte viendo como ella misma se llevaba una a la boca.

  • un valium – dijo mientras se lo tomaba-  si no, no creo que pegues un ojo… tómalo anda…-

Pensé que al final… tenía razón, me tome la pastilla, camine hasta la habitación… en menos de 15 min. Estaba profundamente dormida. No se puede decir que soñaba algo, simplemente, estaba sedada…

No sé cuánto tiempo paso…desperté de golpe por que sentí que alguien se metía a la cama… era Perséfone – duerme… duerme …- dijo mientras me olía el cabello, me tomaba mucho esfuerzo estar despierta  así que no puede evitarlo y me volví a dormir.

Al despertar por la mañana, vi a Perséfone dormida a mi lado… ella estaba ahí, estaba viva, pero estaba salpicada de sangre…

___________________________________________________

Hola... gracias por leer :D... ayúdenme a encontrarle nombre a Perséfone... porque en verdad... no se me ocurre nada :P Auxilio... pónganlo ahí en los comentarios… y Gracias por leer :)