Las Noches de Perséfone....14

Los días siguientes, la verdad me era imposible detectar la presencia de Noah,  solo a veces escuchaba  aullar el lobo, cosas que era verdaderamente inquietante.

Perséfone a su modo, trataba de ser cariñosa, me abrazaba, me besaba, me aseguraba que todo siempre estaría bien… pero había algo que me generaba un constante estrés, no podía dormir, no podía comer, me sentía realmente prisionera.

Creo que habían pasado alrededor de 3 semanas  desde el inicio del nuevo cautiverio,  Perséfone tuvo que marcharse a revisar “unos negocios” yo a  estas alturas ya no me esforzaba ni siquiera por preguntar, los primeros 2 días todo transcurrió en la monótona calma que cubría ese lugar que estaba alejado de todo.

Al inicio del 3er día fue cuando las cosas comenzaron a ir mal, llovía a cantaros, demasiado y a una velocidad muy fuerte, vi como los peones apresuraban a trasladar a los caballos a otra locación para mi desconocida. Curiosamente los guardias que estaban colocados alrededor del infierno comenzaron a desaparecer, uno a uno, los escuchaba gritarse por los radios, tratando de vocearse sin recibir respuesta, uno de ellos, contrario a lo que siempre sucedía entro a la casa.

-Señorita, necesitamos que salga de la casa, preparamos un coche para trasladarla – me dijo sin mirarme a la cara.

-hummmm, ¿dónde esta tu jefa? – me limite a decir.

-No podemos comunicarnos con ella por la tormenta, no queremos problemas, solo queremos ponerla a salvo, tome lo que necesite nos vamos en 10 minutos- dijo mientras se alejaba de la casa

Dude por un momento,  corrí a la habitación donde estaba el cuaderno de Caín , lo envolví en una  bolsa plástica y lo metí a un tanques de agua en el retrete en uno de los cuartos mas alejados de la casa, si algo pasaba, cuando menos tenia eso de mi lado… aparte, algo me decía que si yo dejaba que alguien se lo llevaba Perséfone me mataría sin pensarlo, antes que nadie más lo hiciera.

Comencé a preparar una mochila con las cosas que consideraba  mas importantes, ósea nada, quizás 2 cambios de ropa, era todo.

Al salir de la habitación me tope con Noah.

• ¿Dónde piensas que vas? – se limito a decir.

• uno de los guardias me dijo que nos iríamos – respondí.

• tu no puedes irte de aquí, no quiero pelear contigo pero escúchame, mi trabajo es que estés bien, dile a los guardias que se vallan pero que tu no vas – dijo con la misma seriedad que siempre

Había algo que me hacia desconfiar de ella, pero en este escenario, era la única persona en la que podía confiar, al fin y al cabo Perséfone la había traído por algo, así que simplemente seguí mis instintos.

Simplemente deje la mochila en el piso y asentí con la cabeza.

Nos dirigimos a la sala, me senté en un sillón y ella se sentó frente a mi, abrió una de las puertas y grito –¡¡TOD!! – el lobo obscuro inmediatamente cruzo la puerta y se sentó a sus pies.

• ¿asi se llama?- me limite a preguntar.

-si , asi se llama - dijo sin mirarme

El guardia entro por la misma puerta, Noah se limito a apuntarle con un arma que saco de su espalda.

• vete, ella se queda conmigo – se limito a decir sin mirarlo, el lobo camino despacio hacia la puerta mientras gruñía, al parecer parte de sacar el arma era parte de las ordenes  de Tod.

El guardia solo cerro la puerta, escuchamos y vimos salir un total de 12 coches de la propiedad.

-Necesito que te escondas – Me dijo Noah, revisamos cada uno de los cuartos y termino por escoger el mismo donde me habían puesto al llegar al infierno.

Noah jalo al lobo de la piel del cuello y le dijo unas palabras que para mi fueron inaudibles  me miro  y me dijo – no salgas hasta que yo venga por ti, si tratas de salir Tod va a morderte, si alguien trata de entrar Tod va a matarlo, tu decides si quieres perder parte de tu linda cara – dijo mientas cerraba la puerta.

Eran alrededor de medio día cuando escuche el primer disparo, nunca dejo de llover, los truenos se mesclaban entre los disparos creando un ambiente aterrador, Tod jamás se relajo,  jamás se sentó, daba vueltas alrededor de la puerta y el ritmo se intensificaba con cada disparo.

Fui contando, 3, 4, 5, 6, 7,8, luego varios juntos creo que 19 , varios truenos,  20,21, 22…

Luego un silencio, un silencio de muerte, luego unos pasos, mas y mas cerca... mas cerca,  abrieron la puerta, era Caín.

Tod Brinco y antes de que Caín dijera cualquier palabra  lo tomo del cuello, apretando sus mandíbulas sin piedad,  no me atreví a mirar, me cubrí los ojos pero escuchaba los gruñidos de la bestia y algo parecido a un esfuerzo por respirar, por pronunciar algo que quedaba aprensado…

Volví a contar por instinto por dejar de escuchar…. 1, 2, 3, 4, 5, 6,… pedía  a Dios que todo terminara rápido, 12, 13, 14, 15, 16… dejar de estuchar, no quería ver,  no quería saber… quizás debí haber huido, lo que si era seguro es que jamás debí regresar aquí  32, 33, 34, 35, 36….

Cuando llevaba 73…. Sentí las manos de Noah en mis hombros, abrí los ojos instintivamente al sentir el contacto de sus manos, puso su mano sobre mis ojos –ven conmigo, no mires y ten cuidado donde pisas -  dijo mientras me jalaba de la cama, podía escuchar a Tod ruñendo lo que supuse era el cuerpo de Caín.

Llegamos al pasillo me soltó los ojos, pude verla, se veía mas pálida aun.

-gracias –me limite a decir, camino hacia la habitación, mi como era seguido de un hilo de sangre que dejaba a su paso.

-Noah , estas herida – dije mientras me interrumpía.

• déjame me encargo de algo -  dijo regresando a la  habitación, Tod salió de la habitación y corrió a mi lado,  no puedo decir que no me asuste, se escucharon 2 disparos, Noah salió de la habitación, inexpresiva, con la misma calma de quien se va a cambiar un foco.

Caminamos a la cocina, había varias manchas de sangre, 2 cuerpos  desconocidos,  3 de los guardias que se suponían cuidaban la casa,  entre ellos el que me  había invitado a irme a su lado.

Al llegar, Noah se sentó en la barra de la cocina a tratar de revisarse una herida  que tenía en el muslo. Me acerqué a ella despacio –anda, deja que te ayude – me limite a decir. Con unas tijera corte  la tela de su pantalón que cubría la herida, parecía solo un raspón pero bastante profundo, tome un trapo, un poco de agua y limpie despacio su herida.

• gracias – dijo por primera vez desde que la vi llegar  me parecía humana. Era tan solo una chica.

Me quede en silencio, no había un solo ruido, las gotas de lluvia seguían golpeando sin parar las ventanas.

• ¿que se hace ahora?- me limite a preguntale.

-¿Qué se hace de que? – me dijo intrigada.

• bueno, jamás había estado en un tiroteo con muertos, con un lobo que como carne humana, que se supone que hacemos ahora,  imagino que no llamamos a la policía – dije sin pensar.

Sonrio por primera vez – no, no se llama a la policía- dijo  - tenemos que esperar a que la hie… bueno a que tu novia- dijo corrigiéndolo rápido – mande limpiadores,  se encargen de todo –dijo mientras me veía curarle la herida.

• es reconfortante saber que tienen un protocolo para todo esto – me limite a decir sin pensar , Noah rio.

-¿ te puedo preguntar algo? -  le dije mientras levantaba la vista – ¿Qué edad tienes? –dije intrigada.

• ¿es importante?- me pregunto sin verme, mientras continuaba viendo su herida.

• no, solo te vez extremadamente joven, no se como una chica como tu puede ser …- me detuve de golpe para replantear mis palabras – como puede hacer lo que tu haces –

-¿matar gente? – dijo mirándome a los ojos.

• pues no se, quizás, a menos que también hagas pasteles o algo asi – dije para amortiguar su comentario.

• tengo 24 y lo he hecho por varios años, la paga es buena – se limito a decir.

• ¿quieres comer algo?- dije para cambiar el tema.

Me acerqué al refrigerador, saque algo de vino y serví dos copas.

Noah tomo la suya y la bebió de golpe.

• ¿tienes algo mas fuerte?- se limito a decir.

• creo que hay whiskey, ¿quieres un poco?- dije mientras regresaba a buscar mas alcohol.

-¿Cómo te llamas? – me pregunto Noah mientras levantaba la mirada hacia mi.

-Joliene – dije mientras le servia el whiskey.

-Necesitas otro nombre – dijo mientras le daba el primer sorbo al licor – te puedo preguntar otra cosa, dijo viéndome fijo sin esperar una respuesta – ¿es verdad que le disparaste a la ventana?- dijo mientras sonreía

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Saludos y Gracias por leer.