Las Noches de Perséfone....13

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Solo me quede mirando a la chica, tratando de adivinar algún tipo de pensamiento o sentimiento… se veía casi, como si no fuera humana.

Noah, no debia pasar los 22 años, y aun asi se veía demasiado joven, totalmente inexpresiva, vestida toda de negro contrastaba demasiado con su piel blanca.

Eso no era tan interesante como el lobo, el lobo daba miedo, no hay otra forma de describirlo.

No entraron a la casa, Perséfone salió, la saludo de mano y hablaron un rato en el jardín.

Mil ideas me cruzaban por la mente, ninguna de ellas era positiva. Tenia la sensación de estar a la deriva, de ser microscópica, pequeña y totalmente insignificante, sentía que el mundo se me venia encima y yo peor era, que no había algo que yo pudiera hacer, mi destino simplemente no estaba en mis manos.

Noah entro a la casa junto con Perséfone después de media hora,  ni siquiera me miraba.

-Ella es – dijo Perséfone, apuntándome con el  dedo-  tienes que cuidarla, especialmente de si misma –  dijo mientras me miraba.

  • aja- se limito a decir Noah sin mirarme.

  • el lobo no puede entrar a la casa – continuo Perséfone – y ella no puede salir de la propiedad – dijo sin bajar el dedo que me apuntaba –a menos, que valla a mi lado, en ese caso tu iras también,  preferiría que no la vieras como una amiga, no le hables a menos que sea necesario, no por ti, - dijo mientras continuaba apuntándome con el dedo como reprendiéndome – por ella, se enamora muy rápido de las extrañas  y después de todo eres una chica linda.

Ese comentario me dejo boquiabierta, me pareció de mal gusto.

Noah solo se limito a asentir con la cabeza sin pronunciar palabra, parecía que no le importaba nada de lo que Perséfone había dicho.

Perséfone salió de la casa para ultimar los detalles con Noah.

Me sentía enojada, a pesar de todo no tenia porque tratarme así.

Cuando regreso Perséfone me abrazo por la espalda y me esforcé por soltarme.

  • ¿por que le hablas así de mi a la chica?- le dije entre dientes, enojándome mas y mas con cada palabra que salía de mi boca – ósea se que no he tomado las decisiones mas inteligentes del mundo, pero tienes que entender que este no es mi mundo y tu jamás me explicas nada, no se cómo esperas que me comporte como tu deseas si no me dices nada-  dije mientras me rodaban un par de lagrimas  de enojo.

-Shhhh, calma amor – dijo Perséfone mientras me abrazaba de nuevo – yo se que no sabes como funciona esto, pero también tienes que entender que yo no me puedo ver débil delante de nadie,  ni de ti, ni de Noah, aparte… crees que me interesa que te cuide una chica… o un chico… claro que no,  para mi seria mejor que no te metieras en ningún problema y yo no me viera obligada a  traer un matón que te cuide.

  • yo se que tu tienes el cuaderno – dije mientras la abrazaba – dime ¿Por qué es tan importante? –

-No  es tu problema corazón – dijo Perséfone mientras me abrazaba mas fuerte como para demostrar dominio.

  • si no me dices,  voy a buscar la forma de irme – dije mientras me abrazaba

  • si te vas… te mueres – dijo entre risas.

  • No puedo vivir así- dije soltándome de ella – coño dime algo,  mínimo para saber que esta pasando. Detesto que siempre me tratas como si fuera estúpida –

  • ven conmigo – dijo tomándome de la muñeca como tiempo atrás y arrastrándome por toda la casa.

Me llevo a una oficina que parecía de construcción nueva, estaba ubicada detrás de una de las habitaciones, una a la que jamás había entrado, había un escritorio una caja fuerte, todo el cuarto era de un color rojo intenso que se volvía molesto a la vista después de un tiempo y un zumbido desagradable  y continuo sonaba al entrar.

Se  acerco al escritorio y de uno de los cajones saco el cuaderno, lleno de números incomprensibles,  que no parecían una operación matemática, ni el seguimiento de algo.

  • Este es el cuaderno que quiere Caín – dijo sin mirarme – tiene números de serie y  localizaciones geográficas y otros códigos que todavía no podemos descifrar. Este cuaderno – dijo haciendo un énfasis especial – vale mas de lo que yo tengo, de lo que yo puedo valer, vale mas que tu vida y la mía juntas y es, lo único que hace que tu y yo estemos vivas en este momento. Ahora lo sabes, no puedes hacer nada y yo quiero saber que tiene en estos lugares, como trafica lo que trafica  y por que nadie lo descubre. Escúchame bien – dijo cuando por fin levanto la vista del cuaderno para verme a los ojos – si alguna vez, tu dices que yo lo tengo, a quien sea… hasta a Noah, yo te voy a matar, prefiero hacerlo yo, rápido y con el menor dolor posible a dejarte en manos de Caín. ¿Entendido?  - de limito a decir, con un brillo que jamás había vistos en sus ojos.

  • entiendo – me limite a decir, mientras salía del cuarto porque el color rojo y el zumbido me molestaban demasiado.

Regrese al cuarto que compartíamos, me tumbe en la cama, pensé mucho ese día, jamás espere que la misma Perséfone alguna vez dijera que me mataría, era extraño, porque en verdad lo consideraba una posibilidad, la consideraba capaz de matarme y volverme alimento para el lobo antropófago de Noah.

El resto del día paso en una ensoñación, no hice nada, literalmente, no fui capaz de levantarme de la cama, no tenía hambre, ni sueño, ni interés alguno por nada, solo sentía el peso del tiempo, despacio, que me asfixiaba con cada minuto.

Salí de la casa,  camine por el jardín  di tres pasos hasta que vi el lobo parado frente a mi,  enseñándome sus colmillos. No me atreví a mover ni una pestaña  hasta que escuche un ..

  • SIT – el lobo se sentó ante la orden de Noah – en verdad eres  imprudente – dijo mientras le hacia una seña para que se alejara de mi.

  • ósea no puedo salir de la casa porque tu perro gigante me va a comer – dije enojada.

  • mi trabajo es solo ver que no te mates por tus estupideces, pero al parecer no va a ser nada sencillo- dijo Noah enojada también

  • mira, no necesito una niñera, por mi vete – me limite a decir

  • yo tampoco tengo ninguna necesidad de estar cuidando a una niñata idiota, que es la putita de una traficante- dijo Noah aun mas enojada.

  • A mi no me hables asi, tu no me conoces – dije dando un paso hacia delante. Inmediatamente sentí que alguien me jalaba del brazo,  era Perséfone.

-Tu, cálmate – dijo apuntándome con el dedo  - y tu  - dijo mientras  me empujaba hacia atrás de ella y  se acercaba a Noah – jamás en tu vida, la vuelvas a llamar así, si estás aquí es porque se que eres buena, pero entiende, que ella es tu jefe  y no es mi puta, es mi novia, si te vuelves a hablar así, te juro por Dios que mato a tu perro  te lo doy de comer en piezas y después te mato a ti, entendiste…. Pídele disculpas.

-discúlpeme – dijo Noah de mala gana sin mirarme.

  • ahora tu  - dijo Perséfone – discúlpate con Noah, tampoco tiene porque soportar tu mal genio –

  • no  me importa que se valla – me limite a decir.

-pídele disculpas – repitió Perséfone con un tomo mas fuerte  y pausado mientras me apretaba el brazo.

  • discúlpame – dije también de mala gana.

Perséfone me apretó mas del brazo y me jalo hacia la casa.

-¿amaneciste suicida? – se limito a pregúntame Perséfone mientras me jalaba hacia una silla de la cocina.

  • Me cae mal, no tiene porque gritarme, mucho menos por que llamarme puta – dije todavía muy enojada.

  • mira Joliene … ella  no es un guardaespaldas,  ni uno de los perros a los que les puedes gritar y a mí no me importaría, es una asesina a sueldo, si le colmas el plato te va a matar y ni yo voy a poder detenerla, si no te agrada no le hables, no me importa que sean amigas, tiene un trabajo que hacer no te metas en su camino y no hay nadie en el mundo que te pueda defender mejor que ella – dijo  mientras se sentaba a mi lado – ¿por que estas tan molesta? – dijo mientras me acariciaba el muslo.

  • me tienes encerrada, cada 5 min alguien me amenaza de muerte en esta casa y quieres que este de buen humor? – dije enojada.

  • te amo – dijo muy seria – jamás te haría daño, entiéndeme, eres lo que mas quiero en el mundo, lo único que quiero, no quise arrastrarte a este mundo, pero te quiero conmigo… son tus 6 meses de infierno, como en la historia- se limito a decir.

-también te amo – dije mientras la abrazaba, tenia sentimientos encontrados respecto a ella, la amaba pero la detestaba a momentos.

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A peticion popular vamos a terminar este relato, si quieres leer otros relatos que alguna vez publique aqui, los voy a ir subiendo despacio a Wattpad para resguardarlos y que esten accesibles para el que quiera leerlo, como El divan Rojo y Vainilla.... los ire subiendo en la semana.

puedes verlos aqui:

https://www.wattpad.com/user/DeshilandoIdeas

Saludos y Gracias por leer.