Las nalgadas en mi vida sexual
Hasta que en una ocasión, con otro amante al que todavía veo, me propinó una sesión de nalgadas que iniciaron suavemente, mientras me cogía de "perrito", y me preguntaba si me gustaba la verga, y yo le respondía a gritos que SI, que me encantaba, y que además era su putita...y el me daba mas fuerte...y yo chillaba de placer, y me zambullía su enorme verga, sacándola y metiéndola, y enterrándomela finalmente por mi apretado culo, y yo lloriqueando le pedía perdón...pero el me nalgueaba mas fuerte...yo gritaba ensordecedoramente...
"Durante años pensé que era rara, extraña, que algo malo pasaba conmigo..."
Pensaba que el deseo de tener relaciones sexuales con otro hombre o mujer, me hacían una persona perversa y amoral, sin derechos de verme a mi misma en el espejo.
Durante años, sufrí el peor castigo: aquel que se refiere a un ataque de lo que llegas a creer que es tu propia conciencia, y que solo resulta ser la conciencia de los demás, quienes te imponen su forma de pensar durante tu vida.
Entre muchas cosas que llegué a conocer y que me fue enseñado por mi esposo, a quien consideraba un ser pecaminoso, se encuentran las nalgadas...
Aunque en mi familia solo me fueron impuestos castigos físicos leves, y yo no los aplico, siempre tuve la rara fascinación oculta de que alguien me forzara a las nalgadas, para que luego, quitándome los calzones y yo luchando por no dejarme, me cogiera intensamente (combinado).
De soltera, solo llegué a tener en mis manos algunas imágenes de nalgadas en caricaturas y algunas fotos... y me excitaba leer que les dijeran a las mujeres que las iban a nalguear por alguna razón como medida disciplinaria...
Así transcurrió parte de mi vida, hasta que me casé...y mi esposo me propinó la primera sesión de nalgadas, a la vez que me decía que era porque yo era una puta a quien le encantaba la verga...y era verdad!, mas yo no podía aceptarlo de ninguna manera...
Hasta que en una ocasión, con otro amante al que todavía veo, me propinó una sesión de nalgadas que iniciaron suavemente, mientras me cogía de "perrito", y me preguntaba si me gustaba la verga, y yo le respondía a gritos que SI, que me encantaba, y que además era su putita...y el me daba mas fuerte...y yo chillaba de placer, y me zambullía su enorme verga, sacándola y metiéndola, y enterrándomela finalmente por mi apretado culo, y yo lloriqueando le pedía perdón...pero el me nalgueaba mas fuerte...yo gritaba ensordecedoramente...
"¡Esto es porque eres una puta!" me decía jadeando como perro agotado...un enorme perro avaricioso y caliente que me bombeaba sin detenerse hasta que me inundaba de semen vagina y trasero...
Todo esto inició mientras en cierta ocasión, al paso de los años, mi esposo y yo jugamos a que yo no era una mujer caprichosa y malcriada, además de una puta incorregible, que necesitaba ser castigada...
En ocasiones me vestía de colegiala, con trencitas y con calzones de "olancitos" que son muy ricos a la vista e incitan a ser nalgueada y cogida... Otras, con mi vestimenta de ejecutiva durante mi trabajo, llegaba y cerrando mi oficina, me empinaba en mi escritorio con las nalgas para arriba, subiendo mi falda y dándome de nalgadas con mis calzoncitos de "olancitos", para bajarlos y cojerme encima del escritorio sentándome en su verga en un sillón...mis gritos eran tremendos...
Otras veces me nalgueó en baby doll transparente, haciendo los calzones a un lado, y metiéndola entre ellos, mientras unas personas se detuvieron en un auto a vernos a través de la ventana del cuarto. Estos hombres le suplicaron a mi esposo desde afuera, que los dejara subir y entrar al cuarto para participar con nosotros. Fue algo genial y excitante que otro día les platicaré (se llama "dogging" y consiste en exhibirse para otros o ver a otros y dejarse coger si así se desea).
Mi actual amante le encanta darme nalgada y nalgada como ya mencioné: Primero suave y luego fuerte, mientras yo chillo estridentemente ensartada.
Como parte de la disciplina, mi amante me pide que yo degluta su enorme salchicha humana, lo cual ya he logrado tragarla hasta el tope, aunque mis lagrimas se escurran del esfuerzo para no vomitar al alojar todo aquello en mi boca y garganta, mientras el me hala de los cabellos como potranca, igual que cuando me coge de perrito...
Como parte de la excitación sexual, mi amante y yo nos filmamos de común acuerdo para yo llevarle después las escenas de las sendas cogidas a mi esposo; y que el me azote de nuevo, castigándome por puta, mientras me la mete sin parar muy caliente.
A pesar del enorme placer que aquello me proporcionaba, me consideraba una mujer pervertida, tanto por tener otro amante, como por mi enorme placer a las nalgadas...
hasta que un día apareció una pagina de Internet ante mi, en donde conocí a otros hombres y mujeres que practican esta variedad sexual con gran placer (spanking)... y me sentí identificada con ellos. Se trata de seres humanos con una variedad sexual como hay muchas, y así incluí con mi esposo a mi vida sexual esta forma combinada de placer con otras.
Nada me place mas que un amante que sepa dar nalgadas, y que goce conmigo desde mi ropa, que sepa besarme, que me diga que me ama... que le encanten y le exciten mis bragas, acariciarlas y oler mis nalgas recostándome sobre sus piernas, para finalmente iniciar la sesión de ricas nalgadas, ser cogida, y finalmente que lama mis enrojecidas nalgas y bese mi culito, para prepararlo con el fin de meterla por ahí castigándome de nuevo por ser una puta...