Las mujeres -poco atendidas-

Poco a poco develaré mis gustos por las mujeres "poco Atendidas"

Las Mujeres Feas Quizás el termino "feas" sea un poco fuerte, me refiero a las mujeres normales, quienes en un momento determinado no figuran entre las más atractivas de la reunión, las que no tiene una figura "perfecta", las poco atractivas, las que a veces siendo atractivas, ellas mismas no se lo creen, mujeres serias, encerradas, amargadas, en fin, mujeres que por una u otra razón han sido poco "atendidas" Esa es la definición, en adelante me referiré a ellas como "poco atendidas" (P.A.), Esas mujeres me gustan, me dan un morbo increible. De aquí comenzare a relatar mis recuerdos con alguna de ellas. Sonia La Dependienta. Una vez tuve que mandar a reparar una pequeña radio que había comprado en ese lugar, allí había dos chicas que atendían al publico, una de ellas normal, mas o menos bonita, simpática buenas tetas, etc. La otra: Sonia, una chica de unos 26 años, ni gorda ni delgada, vestida casi como una vieja y tan seria que parecía antipática. Al atenderme, intuí de inmediato que esa mujer necesitaba algo de alegría en su vida y me dediqué a conquistarla. Mientras ella era seca y dura en el trato, yo era amable y sonreía siempre a pesar de que no me resolvían el problema de mi radio. Ella comenzó a ablandarse y en un momento determinado comenzó a sonreír (había dado el primer paso), Afortunadamente tuve que hacer 3 o 4 visitas a ese negocio para resolver mi problema, a la tercera visita, ya Sonia se acercó a mí corriendo al verme entrar. Yo era "su" cliente y luego del consabido ritual del: "todavía no lo tenemos listo, ¿puede venir la próxima semana?", eso era lo que yo quería, en esa oportunidad la invité a tomar algo a la salida de su trabajo. Debo decir que se quedó petrificada. Pasé a recogerla y la invité a una cafetería, estaba nerviosisima, traté de relajarla y me comentó que era soltera, sin hijos, vivía con una amiga en un piso allí cerca y su familia vivía en una población a 1 hora de su trabajo. A la media hora, ya estaba mas relajada y comenzamos a hablar de temas mas personales, a veces se ruborizaba y yo la observaba, tenia una manos muy bonitas y no era nada fea, pero si mal arreglada, debajo de su gruesa ropa, se notaban ciertas redondeces en sus tetas y en su culo. Seguimos charlando cerca de dos horas, durante el tiempo que estuvimos juntos le insinué que me gustaba, que la encontraba atractiva, ella no lo creía, (al fin un hombre se había fijado en ella), a ratos se incomodaba y yo la tranquilizaba, suavizando el tema y variándolo, cuando me hablaba, la observaba, sus temas de conversación eran mejores y mas variados de lo que en un primer momento hubiera podido parecer, pero a parte de eso, me daba un morbo increíble, pensar que me podría llevar a la cama a esa dulzura y hacerla de verdad feliz, como nunca nadie lo había hecho antes. Pero tendría que tener paciencia, y la verdad, que estaba disfrutando de la conquista, poco a poco, despacio. Antes de irnos la invité para el dia siguiente a un bar de copas. Ella aceptó encantada. Al recogerla estaba tan nerviosa como el día anterior, para tranquilizarla, al entrar al coche le dí un beso en la comisura de los labios y ella se sorprendió gratamente, le dije que estaba muy bonita (era verdad, pero mal vestida, con ropa antigua), se soltó a hablar como si fuéramos viejos amigos.

Ya en el bar, nos sentamos en una zona apartada y teníamos que hablarnos casi al oído, por el ruido que había, aproveché esto para acercarme bien a ella, le pegaba mis pierna a la suya y ella la apartaba, tuve que decirle que no me importaba tocarla y que ella me tocara, que eso era normal, así fui ganando terreno, hasta que en un momento de nuestra conversación surgió una polémica y ella apostaba a que tenia la razón, yo igual y le propuse que hiciéramos una apuesta formal y si yo ganaba le daría un beso, Sonia por su parte apostó que si ella ganaba me lo daría a mi, por lo que era evidente que no era necesario saber quien tenia la razón y nos fuimos directamente al beso. Le dí un morreo de por lo menos 2 minutos y comencé a tocarle las piernas a la altura de los muslos, ella se dejaba, pero estaba cohibida, creo que por el lugar, no me atrevía a tocarle las tetas porque sabia que se opondría a ser tocada en publico, a los 15 minutos estaba totalmente excitada, con la respiración entrecortada y con una expresión de lujuria en su cara que denotaban sus 26 años de abstinencia. Cuando llegamos al coche, continuamos con el morreo y comencé a desabrocharle la blusa, ella se dejaba, cuando llegue a las tetas, no lo podia creer, hubiera necesitado las 2 manos para cogerle una sola y tenia unos pezoncitos pequeños y durísimos por la excitación, se las comencé a chupar y a los pocos minutos, creo que tuvo un orgasmo, dejó de besarme y me abrazó aún con la respiración fuerte y agitada. Pero yo estaba a medio camino todavía, así que continué con el morreo, pero como volviendo a comenzar, despacio y sin prisas, mientras tanto le tocaba los pezones con la punta de mis dedos, a los pocos minutos ella estaba lista nuevamente, pero me dijo: "para ya, vamos a un sitio mas comodo", eso sonó como una orden, y yo sin pensarlo obedecí. Ya en el hotel, entramos a la habitación y ella observaba todos los detalles, como si eso fuera un museo, la cama, la lámpara, el espejo, estoy seguro de que nunca había visitado uno en este plan. Con cuidado la desvestí mirándola a los ojos y ella se dejaba hacer, entregada, eso me gustaba, cuando la tenia completamente desnuda la abracé y la besé con ternura, como si fuera la primera vez, ella temblaba de pasión.

Le apretaba las nalgas contra mi sexo, le acariciaba la espalda, las tetazas (eran enormes y duras), le besaba el cuello, ella me abrazaba con fuerza y me acariciaba por encima de mi ropa. Comencé a desvestirme y me detuvo en seco, me dijo: "ahora me toca a mí" y comenzó a desvestirme con mucho morbo, disfrutaba de cada prenda que me quitaba, eso me puso a mil y cuando solo me quedaba la ropa interior, lo hizo despacio, lo estaba disfrutando, era como cuando estas en el teatro y se abre la gran cortina y todos en suspenso a ver que aparece, cuando vio mi pija, y en el estado en que se encontraba abrió los ojos un instante y luego la mirada de sorpresa se convirtió en mirada de lujuria, inmediatamente la beso con una mezcla de ternura y curiosidad, yo estaba de pie y ella de rodillas, sin previo aviso la comenzó a mamar de una forma deliciosa, la saboreaba como si fuera un caramelo, al minuto estaba desenfrenada y chupaba como una verdadera experta, colocó mi hierro candente entre sus gordas tetas , me lo frotaba , lo lamía, se lo restregaba por los pezones, se lo volvía a meter en la boca, yo estaba disfrutando pero al mismo tiempo confundido, esa era una experta mamadora, un animal en celo y evidentemente no era la primera vez, como me había parecido al principio. Seguí disfrutando mientras ella mamaba y se masturbaba, luego dejaba de hacerlo y me cogía la pija con una mano y me acariciaba las nalgas con la otra, sentía que explotaba y no quería hacerlo todavía, la levante la abracé y nos besamos desnudos, sentí su cuerpo blando y tibio, mi pija apretaba contra su pubis y esas tetas enormes duras y blancas se restregaban con mi pecho, los dos disfrutamos ese momento de forma que después lo recordaríamos en nuestras conversaciones posteriores.

La acosté en la cama, la continué besando mientras por primera vez le toqué su rajita, pequeña y apretada, era muy peluda, y estaba totalmente empapada de sus jugos. Le fui chupando el cuello, lengüeteándole los pezones, ella se retorcía de placer, bajé hasta su sexo y le comencé a chupar ese coñito peludo poco a poco, desde abajo hasta su clítoris, luego bajaba hasta su culito, verdaderos manantiales de jugos se mezclaban con mi saliva, era un olor a fruta madura, al fin y no pudiendo más me pidió que la penetrara, le abrí la piernas suavemente y me dispuse a penetrarla, ella colocó sus manos en mis caderas, para controlar la penetración y me dijo: "despacito papi, que soy virgen", yo me quedé pasmadó, la verdad que dudé de que fuera cierto, esa mamada que me habia hecho no era de una inexperta, de todas formas lo hice con cuidado, la verdad es que no me costó mucho, pero desde ese momento puse todo mi empeño en regalarle a Sonia un primer polvo inolvidable. Una vez dentro de ella, la comencé a bombear lentamente, para que sintiera toda mi tranca, se la sacaba y se la volvía a meter, le pasaba mi capullo por su clítoris, ella enloquecía de placer, no se cuantos orgasmos tuvo, o no sé si fue uno solo pero que duró como 10 minutos, estaba en la gloria y yo también, cuando vi que ya era el momento, me dispuse a darle toda mi leche, pero quería que la primera vez la viera y se la coloqué cerca de sus tetas, ella me empezó a pajear y me derrame sobre su cuello, su cara, su pelo, era tanta leche que le chorreaba las tetas, ella no cabía en su asombro, cuando terminé, ella me lo chupó, y hasta dejármelo completamente limpio, nos acostamos, nos abrazamos y me comentó que nunca había probado a un hombre, yo dudaba y se lo dije, era una experta mamadora, ella en ese momento me confesó que era una adicta a la pornografía, le encantaba ver mamadas, soñaba con comerrse una pija y toda su vida sexual, se resumía en tardes de paja, ella sola, con sus películas y sus sueños. Me sentía bien, había hecho feliz a otra mujer, seguro que habría mas encuentros con Sonia. En otras ocasiones contaré otros relatos con mujeres extrañas, feas, bonitas, normales, amargadas o impenetrables, lo que realmente mas me excita es el reto de poder llevármelas a la cama y debo confesar que me he encontrado con mas de una sorpresa algunas para no recordar, otras inolvidables, como la de Sonia. Vuestros comentarios y opiniones a buscafeas@yahoo.es