Las mujeres de mi vida: Trabajo y ¡Que vivan las m
Empieza mi trabajo como veterinario, pero me distancio mucho de mi querida jen...
Las mujeres de mi vida: Trabajo y ¡Que vivan las mejicanas!
De vuelta a casa de mis padres, les comenté mi decisión y ellos una vez más me apoyaron sin fisuras, que orgulloso estoy de tener unos padres como estos. Una vez hecho todos los preparativos hablar con mis jefes que pacientemente me habían esperado el tiempo que hubiese hecho falta y preparados los papeles para no tener problemas con inmigración, el coche se lo regalé a un primo mío que se acababa de sacar el carnet. Me volví para mi otra casa, no quise que nadie se enterara a excepción de mis padres, me sentía como si ya no perteneciera a esta ciudad, habían pasado muchos años, además no avisé a nadie de mi vuelta al otro lado del charco, tenía bastante claro lo profesional, pero en lo personal seguía siendo un mar de dudas, no sabía si seguir con Jen o por el contrario dar un tiempo a nuestra relación para poder centrarme en lo profesional. Por lo que decidí incorporarme al trabajo y tomar la decisión fríamente. Una vez aterrizado en St. Paul, me instalé en un hotel temporalmente hasta que encontrara un apartamento en el que vivir, estaba exhausto por lo que dediqué el primer día a dormir y descansar un poco.
Antes de nada lo que hice fue comprarme un coche nuevo, mi leal mitsu, se lo había regalado a Jen antes de volver a España, con lo que estaba solo, sin casa y sin coche, y precisamente quería resolver las dos últimas en durante esta semana. Esta vez el coche fue un flamante Honda CRV que acababa de salir al mercado, chulísimo y como siempre en color rojo, el dinero no era problema seguía teniendo una cuenta corriente bastante abultada debido al acierto de mis inversiones.
Una vez cerrada la compra, me puse en contacto con mi nueva empresa, no conocía nada más que a la persona que me entrevistó con lo que una vez hablado con él me concertó una entrevista con mi nuevo jefe esa misma tarde, llegada la hora me dirigí a la clínica para entrevistarme con el Dr. Axel Flint. Era una persona mayor, tenía una mirada enérgica pero un trato siempre amable y educado de él se decía que dirigía la empresa con mano de hierro pero con guante de seda. Me gustó su forma de ser desde el primer momento y era la persona ideal para poder aprender. Vestía como un auténtico cowboy. Una vez hechas las presentaciones, Doc que era como quería que le llamaran no se ando con muchos preámbulos.
- Bueno, me andaré sin rodeos, ¿qué es lo que esperas de nosotros joven?
- Aprender de los mejores, quiero ser tan bueno como usted en el campo de los caballos.
- Aprender de los mejores exige una serie de sacrificios, yo por ejemplo, estuve trabajando como un cowboy en un rancho de Texas para pagarme los estudios, y por lo que deduzco de ti, no eres más que un niño rico que quiere jugar a médicos.
- Bueno, es cierto que mi familia tiene dinero, pero como bien sabe, la carrera me la pague a base de becas…en cuanto al dinero, también es verdad que lo tengo, pero he decirle que es mío no de mi padre, he tenido siempre la suerte de rodearme de gente que me ha sabido asesorar muy bien y ha hecho que mi cuenta corriente crezca cada vez más.
- Me estás empezando a caer bien….pero tengo un problema, no me terminas de encajar así que te pondré a prueba no remunerada durante tres meses estarás directamente bajo mi supervisión serás mi ayudante, el problema es que tienes que seguir mi ritmo el cual es extremadamente duro, si al final acabas por convencerme te prometo, estarás dentro y no te arrepentirás, podrás cubrir tus expectativas con creces….Mañana te espero a las 7:00 de la mañana para que te presente al equipo.
Al día siguiente a la hora indicada, estaba allí como un clavo, era curioso pero la reunión de trabajo que me esperaba no era tal y como yo lo imaginaba, mientras devorábamos un desayuno copioso, me presentó a su equipo de confianza cada uno especializado en un área distinta, había especialistas en gatos, en aves, incluso en reptiles. Eran gente muy amable y me dieron la bienvenida al equipo y el desayuno era una forma de dar la bienvenida a un nuevo miembro puesto que con el paso del tiempo, me enteré que no había una rigidez de horarios a los que fueran trabajadores, salvo que trabajaras en la clínica.
Una vez desayunado, nos subimos en el coche de Doc, se negó a ir en el mío después de decir que era un coche de tía y yo responderle que ya me lo diría en invierno. Fuimos a visitar la granja de un criador afamado de la zona para atender un parto de una yegua, fue impresionante ver como la vida se abre camino. Una vez hecho el milagro nos dirigimos a atender a otro paciente, durante el camino mi jefe se interesó por mi vida y me preguntó si me había instalado en algún sitio, a lo que le dije que estaba temporalmente en un hotel, que aprovecharía el fin de semana para buscar algo, puesto que tampoco había tenido tiempo para más.
- Te voy a echar un cable con eso, - cogió su móvil y tras marcar comenzó a hablar….- ¿Hola que tal?, bien…. ¿sigues teniendo un apartamento disponible?, vale….no lo alquiles tengo un buen cliente para ti…si a las cinco, ok…bye.
- Bueno ¿qué?, dime algo, -le pregunté con impaciencia….
- Dentro de un par de horas podrás tener algo claro, pero un viejo amigo tiene un bloque de apartamentos bastante cerca del trabajo, no son nada del otro mundo pero el alquiler es económico y están amueblados, además mi amigo es honrado y cuida su inversión, por lo que su casa no se cae a trozos como otras.
- Gracias…
- Bueno ahora vamos a trabajar….
Durante nuestra segunda visita, estábamos en un establo donde se entrenaban caballos para monta western, estábamos tratando un par de cojeras sin importancia y un caso de un caballo que daba una serie de problemas muy curiosos, el animal era impresionante, pero de vez en cuando se le cruzaban los cables, se rebotaba y te tiraba. Doc, estaba un poco desquiciado con el problema, porque no encontraba el motivo habían intentado todo, así que me pidió que me montara en el animal y le indicara que notaba, estuve montando un buen rato, la bestia era muy buena en todos los aspectos, hasta que un momento determinado hizo lo de siempre y salí volando por las orejas….no sé por qué pero me quedé buscando palmo a palmo y no veía nada raro , hasta que agarre nueva mente al animal por las riendas y este se volvió a levantar, y observé algo curioso…
- Ya, lo tengo…
- Si claro….como todos, dijo Doc.
- ¿Qué te apuestas?
- Si solucionas el problema, te pago todo el alquiler del periodo de pruebas y si no me quedo con tu coche para regalárselo a mi hija...
- Ok, trato hecho….
- ¿estás seguro?, no quisiera abusar de alguien tan ingenuo como tú…
Le dije al ayudante de cuadra que atara una cuerda al foco de la luz y que la moviese hacia donde le pedí, el caballo al pasar por el mismo sitio iba tan tranquilo. Le pedí otra vez que la pusiera de la manera original por lo que el animal se volvió a rebotar…
- Bueno, ve preparando el cheque…
- Pareces muy seguro.
- ¿sabes algo de la Grecia clásica?
- No mucho, ya sabes algo de togas y poco más…
- Bueno de Alejandro Magno, si que sabrás algo…
- ¿De quién?
- Vale tío, te hago un resumen Alejandro conquistó Asia y Egipto con poco más de treinta años y murió sin descendencia. El personaje en cuestión domo su caballo con poco más de diez años, era un semental impresionante, pero nadie podía montarlo, hasta que sólo él se dio cuenta del problema. Su padre que estaba harto del bicho y lo iba a sacrificar, pero nuestro personaje se dio cuenta de que el pobre animal se asustaba de su sombra, este le pidió el caballo al padre y que iba a ser capaz de domarlo, el padre divertido accedió, puesto que no se llevaban muy bien que digamos y deseaba bajarle los humos, al final, nuestro héroe lo pudo domar sin problemas y el padre tuvo que regalárselo. Bueno pues tenemos el mismo caso, este caballo se asusta de su sombra, por eso se rebota en según qué sitios y según qué horas del día.
- Bueno, demuéstramelo…es fácil hablar, pero del dicho al hecho...
Ni corto ni perezoso, fuimos variando la luz y pasando por las zonas donde el animal veía las sombras, una vez encima obligaba al caballo a que la viera, hasta que poco a poco se fue familiarizando con su sombra al cabo de una hora el animal había perdido el miedo y el problema resuelto. Fue curioso, la cara de póquer que me puso Doc...al final se limitó a decirme:
- Puede ser que no seas una pérdida de tiempo después de todo, vamos a comer, te invito.
- Ok, le dije con una sonrisa en los labios.
Después de comer una hamburguesa, tampoco es que se estirara mucho, salimos para el bloque de apartamentos. Era cierto, no eran gran cosa, pero estaban bien cuidados y el precio era bueno así que me quedé con el apartamento, y me instalaría esa misma noche, lo único que tenía que hacer era comprar un par de juegos de sábanas, el edredón y un par de juegos de toallas. El resto lo compraría el fin de semana.
Después de un par de visitas más nos pasamos por la clínica a recoger los avisos del día siguiente y presentar las notas de gastos a la contable, esto era obligatorio todos los días, como pude observar, salvo urgencias de 24 horas, lo más tarde que llegabas era a las siete u ocho de la noche con lo que me quedaban solamente un par de horas para ir a casa y hacer quehaceres.
- Mañana, te espero aquí a las siete de la mañana, quiero repasar un par de expedientes contigo y enseñarte a organizar las visitas.
- Ok, mañana a las siete de la mañana, ¿qué te apetece desayunar?, -le contesté.
- No te preocupes por eso, los repasaremos en la cafetería de aquí al lado. Hasta mañana entonces.
Me fui al hotel, recogí mi maleta y pague, e hice las compras de urgencia en un Wal-Mart. Una vez en casa descargue las cosas hice la cama y me quedé dormido como un bebé, el problema fue que me quedé dormido como un auténtico gilipollas, cuando me desperté eran las siete y media de la mañana, con la misma ropa de ayer, salí disparado hacia el trabajo, ni que decir tiene, cuando llegué Doc, me estaba mirando con una cara de mala hostia, y sin mediar palabra me espetó.
- Es la última vez que te espero, la hora que has llegado tarde me la vas a pagar con una guardia completa de 48 horas este fin de semana, ahora dúchate que apestas y vámonos que llegamos tarde a la primera visita.
Mi estómago rugía no había comido nada desde el almuerzo de ayer, pero cualquiera decía nada, así que ajo y agua. El día no podía ir a peor pero fue. Cuando llegamos a la primera visita, era la granja de John y de mi chica Jen, a la que no había dicho que había vuelto. La cara se me puso más pálida todavía nada más bajar del coche y me quedé mirando a John con cara de gilipollas, él como buena gente que es se me acerca, me da un abrazo y empieza a gritar como un poseso…
- Jen, mira quién ha venido…sorpresa.
La cara de mi chica, era una mezcla de incredulidad y de auténtica mala hostia y la mía era de autentico idiota. La de Doc, era mezcla de divertida y al mismo tiempo de no saber que cojones pasaba.
- Veo que por fin das señales de vida.
- Yo….
- No digas nada, pasa al establo y mira a ver qué le pasa a Brownie.
- Ya está, eso es todo, te lo puedo explicar…
- No quiero saber nada de ti, olvídate que existo, y tú Doc en la medida de lo posible evita que este miserable, vuelva a venir por aquí.
- Se te olvida que tengo un 15% de este negocio…
- Podrás venir a recoger tu cheque cuando corresponda, para todo lo demás, por mí como si estuvieras muerto.
Después del trabajo rutinario, nos fuimos de vuelta, ya en el coche mi compañero de viaje con una cara de cachondeo, no pudo evitar preguntarme.
- ¿De qué los conoces?
- Es una historia muy larga, no quiero aburrirte con ella Doc.
- Tenemos una hora y media hasta la clínica además tenemos que parar a comer, aunque no lo digas, llevo escuchando tu estómago desde hace un buen rato.
- Ella es, bueno, era mi chica. Cuando llegué aquí hace ya seis años, nos liamos estando ella casada con un tío que era maricón perdido, yo la ayude en todo, pero no sólo era sexo, era algo más y ahora la he jodido bien. La verdad es que no le había dicho que había vuelto y entiendo que esté enfadada, muy muy enfadada.
- No te preocupes, te reduzco la guardia a 24 horas sólo por el buen rato que me has hecho pasar.
- Joder, muchas gracias. Pero hubiese preferido hacerla y que no hubiera pasado esto.
Terminamos nuestras visitas pendientes y me fui para casa, no sin antes comprar un despertador a pilas y comprar provisiones, me disponía a hacer la cena, cuando sonó mi puerta. Abrí la puerta y allí estaba, mi vecina de al lado, una chica latina, bajita pero con el típico cuerpo que te hacen perder el habla, vestía con mallas ajustadas, ideales para sordos puesto que se pueden leer los labios claramente y un top ideal para aprender braille.
- Buenas noches, vecino…
- Buenas noches, ¿necesitas algo?
- No, solamente quería invitarte a cenar.
- Muchas gracias, pero no quisiera molestar.
- No, en absoluto, es un placer.
- Bueno dame un par de minutos y enseguida estoy.
Me duché y me vestí, pero antes de llamar a su puerta baje a la tienda de licores más próxima y compré una botella de vino español y me presenté en su puerta, pensando que esa noche iba a mojar el churro en condiciones, pero nada más abrir la puerta y ver quién abrió la idea se esfumó como el humo, era su abuelo.
- Buenas noches…
- Buenas noches, “ María, el gringo gilipollas ha llegado,” ( en español)
- “Debería asegurarse de que el gringo gilipollas no habla español”. –le respondí con cara de malas pulgas.
- ¿no me jodas que hablas español?
- Soy español. -Le respondí, con una sonrisa en los labios.
- Ya estás aquí, me dijo María con una sonrisa y un vestido ligero que dejaba ver su preciosa silueta, veo que ya conoces a mi abuelo Miguel.
- ¿Sabías que era español?, dijo el abuelo con la cara que de no ser de su color cetrino hubiese sido roja de vergüenza.
- ¡Qué sorpresa! No tenía ni idea, pero así podremos hablar todos en el mismo idioma y tú podrás enterarte de todo.
- Sí hasta de lo que pienso de él, dijo el abuelo.
- Bueno, esto es para vosotros, dije yo extendiendo la botella de vino.
- ¡A qué bueno! un vino español.
La cena fue muy sencilla pero rica, después estuvimos haciendo una larga sobremesa, yo les expliqué mi trabajo con los caballos a lo que Miguel se puso muy contento, había sido vaquero durante toda su vida y según él sabía todos los remedios naturales para curar a los caballos, creo que me chuleó cuando aseguró que había desbravado y domado más de cinco mil caballos, pero al menos tendríamos más de lo que hablar. Ella era secretaria de un bufete de abogados, aunque era de ascendencia mejicana, había nacido en el país. Sus padres murieron en un accidente y su abuelo se hizo cargo de ella desde niña. Una vez terminada la velada, me despedí de ellos y me acosté.
Al día siguiente, llegué a trabajar media hora antes de lo indicado, cuando Doc llegó tenía preparado los expedientes del día anterior, el café hecho y la bandeja de donuts.
- Muy bien así me gusta, pero hoy nos toca clínica, tenemos programadas tres operaciones.
- Ok, le dije, así no haremos tanta carretera.
- Sí, pero hoy no hagas planes, terminaremos tarde.
Tampoco es el que día fuera muy duro, pero he de decir que me colgué otra medalla con mi jefe, puesto que gracias a mi ojo clínico salve a otro animal de entrar en el quirófano y eso hizo que termináramos mucho más pronto de lo normal o eso pensaba yo, el caso es que estaba recogiendo mis cosas y preparando lo del día siguiente, me iba a casa, pero antes decidí llamar a mi amigo Matt, para evitar más posibles problemas aunque la verdad, es que los hombres somos de otra manera.
- Hola, soy yo...
- Joder tío, ya va siendo hora que dieras señales de vida tío.
- No me eches la bronca tu también, tío…
- Que pasa, que ya te lo ha echado Jen...
- Joder, ¿cómo lo sabes?..
- Hace una hora que acabo de hablar con ella, no veas el cabreo que tiene, dale un tiempo, está muy enfadada.
- Seguiré tu consejo, por cierto, ¿por dónde andas? -La pregunta tenía su lógica puesto que le había llamado a su celular.
- Estoy en Minneapolis, quedamos a cenar.
- Vale encargo comida y cerveza, te espero en casa.
- Vale nos vemos.
Llegué a casa y me disponía a preparar algo de cena, cuando sonó la puerta, era mi súper vecina, estaba sola, su abuelo se había ido a visitar a su primo y que no volvería hasta mañana. Me pidió si podía cenar conmigo esta noche, yo le dije que sí pero que venía un amigo también, si no le importaba, María aceptó encantada. Cuando llegó Matt, mi vecina estaba ya en casa, noté como un chispazo corría en la sala, el flechazo entre ambos había surgido nada más verse...
- María, este mi buen amigo Matt, probablemente el mejor amigo que un hombre puede tener.
- Encantada de conocerte…
- Lo mismo digo...
La cena fue la mar de divertida, lo pasamos bien. Durante nuestra cena, Matt nos contó que su proyecto de internet estaba funcionando bien y que pronto daría sus frutos, yo le comenté lo que había pasado con Jen y María se puso junto con mi amigo en mi contra diciéndome lo capullo que había sido. Para terminar, mi colega que estaba un pelín achispado, le contó a María como yo le había sacado del ostracismo de la universidad para convertirlo en un tío famoso. Terminamos la cena y ya durante el café y el postre, la cosa se fue poniendo cada vez más caliente entre ambos, yo le pedí a Matt, que se quedara a dormir. A lo que ella le sugirió que se quedara en su casa puesto que en la mía era muy pequeña y no podría dormir bien el sofá. Ellos se fueron y yo me quedé sólo otra vez como un auténtico “pagafantas”, antes le di mis llaves por si al día siguiente necesitaba algo de ropa para cambiarse. Joder que divertido otra noche en blanco pensando como el cabrón de Matt se beneficiaba ese culo maravilloso.
Al día siguiente, como mis amigos no había hecho acto de presencia. Me fui a trabajar como si tal cosa, una vez allí mi jefe, me pidió que fuese a visitar a un cliente que estaba a tomar por culo de lejos, ¡que cabrón!, pensé, pero era el jefe así que me armé de paciencia y después de despachar el expediente del animal, salí de viaje, el día no podía empezar peor, Matt me había levantado un polvo seguro y además tenía más de tres horas de carretera para ir a ver un caballo moribundo, vaya planazo, en vez de estar follándome a la mejicana caliente tenía que estar con un granjero estúpido, pero como mi jefe me lo había pedido encarecidamente y además mis compañeros me habían dado la enhorabuena, nunca dejaba ir sólo a un novato en menos de un mes, yo lo había conseguido en tres días, una vez allí me di cuenta que había juzgado precipitadamente.
La granja, era una casa preciosa con una buena colección de caballos, el granjero era una señora espectacular de más de cuarenta años, un encanto. Una vez allí me puse manos a la obra, está feo que yo lo diga pero estuve sembrao. El problema era que otro veterinario de la clínica había errado en el diagnóstico, ello me colocaba en una situación delicada por lo que tuve ponerme en contacto con Doc y comentarle el problema, el no estaba muy conforme con mi opinión pero le pedí que me dejara hacer y vería como estaba en lo cierto, pero tenía que hacer una serie de pruebas y tener el animal en observación durante veinticuatro horas. Mi jefe accedió y allí me quedé trabajando frenéticamente durante cerca de quince horas sin parar, al pasar ese tiempo vimos una mejoría notable y pude relajarme un poco, así que le pregunté a la dueña donde podía asearme y comer un poco, ella me dijo que lo hiciera en su casa. Tanto insistió que no pude menos que aceptar, de todas maneras tenía que seguir estando allí. El problema empezó cuando estaba duchándome y al salir me encontré a la clienta, que por cierto se llamaba Jill, observándome mientras se hacía una paja, tenía un cuerpo espectacular, tetas operadas, pero ¡qué cuerpazo!
Sin pensarlo, le aparté las manos de su raja rasurada a la perfección y le brindé una comida de coño soberbia. Ella era exigente y mientras me agarraba del pelo, yo no dejaba de lamerle el clítoris, a la vez que mis dedos jugaban con el resto de su coño, me encontraba en una tesitura graciosa, puesto que a estas alturas de la película mis anteriores amantes, ya se habrían corrido al menos dos veces pero ella no, por lo que intuí que tendría que emplearme a fondo con lo que procedí a introducirle un dedo por el ano y seguir con mis juegos lingüísticos, al final se corrió como una auténtica perra al cabo de más de un cuarto de hora. Pero había conseguido mi objetivo, ninguna mujer se había resistido a mis artes bucales. Pero tenía que seguir no podía quedarme ahí así que agarré mi polla y sin dejarle reponerse del orgasmo la penetré como un auténtico bestia, sin ningún miramiento. Mientras ella jadeaba como una auténtica guarra, descargué toda mi fuerza bruta en su coño, sin dar clemencia como si algo hubiera hecho, pero estaba jodido por la cantidad de putadas que había sufrido últimamente y la pobre Jill estaba pagando por ello.
Cambié de postura y ella se puso sobre mí, agarrando su culo duro como una piedra con las dos manos amasando sus glúteos como si fuera un pan de pueblo, no tardó en correrse otra vez, pero yo estaba a lo mío, quería el placer que últimamente se me estaba negando, así que la puse a cuatro patas y encaré mi polla hacia su culo sin más dilatación, pero se notaba que a ella le gustaba, además para mi sorpresa tenía un ojete ya de por sí dilatado por lo que seguí embistiendo, hasta que por último me vine con una corrida espectacular que dejó que sus piernas chorreando restos de semen y flujo.
- ¡hacía tiempo que no me follaban así!, ¿dónde has aprendido a follar de esta manera?
- Soy joven pero con mucha experiencia. Perdóname, quizá he sido muy bestia…-le dije a mi nueva amante.
- Ha sido muy salvaje, como a mí me gusta…
- Vamos a ducharnos otra vez, puede que el caballo necesite ayuda.
Nos vestimos y al ver que todo iba bien, me dispuse a comer algo. Ella me comentó que era viuda, pero que antes de casarse había sido una scort de lujo, por su cama habían pasado gente de mucho dinero y que al cumplir los cuarenta se había retirado, conoció a su marido que era un rico heredero y al cabo de cinco años el murió de un infarto fulminante en la cama, la verdad es que no me extrañaba mucho.
Al final acabamos otra vez en la cama y esta vez ella me bridó una mamada extrema. Se notaba que dominaba el asunto puesto que no tarde en correrme ni un minuto y eso que había desalojado antes. Ella se lo tragó todo como si de un dulce de leche se tratara. Estuvimos toda la noche follando como perros en celo y ella me brindo todos los orificios posibles de su esplendido cuerpo cincuentón. Al día siguiente me sirvió el desayuno vestida con un delantal que acentuaba su culo perfeccionado por años de gimnasia y yo se le agradecí con una follada salvaje por detrás mientras en el espejo del aparador podía ver el bamboleo de sus tetazas de silicona y la cara de gusto que ponía. Al final vimos que mi decisión había sido la correcta y opté por volver, nos despedimos y ella con una sonrisa traviesa me dijo:
- Le diré a Doc, que en lo sucesivo sólo quiero que vengas tú, así podré disfrutar tanto de un buen veterinario como de un amante.
- Muchas gracias Jill, no sabes lo que me agrada que me reconozcas ambas cosas.
Llegué a la consulta, y la secretaria me dijo que Doc me esperaba en su despacho, que era importante que hablara con él, yo me acojoné…por que lo había puesto en evidencia delante de una clienta, así que no me demoré mucho. No quería que encima se cabreara por hacerlo esperar.
- ¿Querías verme Doc?
- Pasa, tengo que hablar seriamente contigo…
- ¿Hay algún problema?
- ¿Tú sabías que Jill es una de nuestras mejores clientas?
- Me lo imaginaba, dada la cuadra de caballos que tiene…
- ¿Tú sabías que estábamos a punto de perderla como clienta?
- No, la verdad es que no…
- Chico, no sé como lo has hecho pero me ha llamado para darme las gracias y para decirme que contigo hemos hecho un buen fichaje...
- Bueno, fichaje, lo que se dice fichaje…Te recuerdo que aún estoy a prueba.
- Ya no, se ha confirmado mis sospechas, estás dentro.
- Gracias Doc, no lo lamentaras...
- Eso espero y ahora dime, ¿Cuantos polvos le echaste?
- ¿Qué?, -le dije con cara de incrédulo.
- Eso mismo. Debí advertirte, se suele follar a todos los veterinarios que le he mandado, yo no voy a verla por que la última vez que estuve sólo necesité tres días para recuperarme y la verdad es que ayer el único disponible eras tú. Ella que es una de nuestras mejores clientas y no estaba dispuesto a perderla, cuando me ha llamado por teléfono me temí lo peor, pero después del colgar no me queda más remedio decirte que estás dentro.
- ¿Sólo por follarla bien?
- Eso también, pero también me has demostrado que eres un gran veterinario, ahora vete a casa y mañana nos vemos.
- Gracias Doc.
Aproveché el día para irme a casa, estaba fundido. Pasé por el supermercado, hice un poco de compra y llegué a casa, con la esperanza de tener una noche tranquila y descansar un poco, pero nada más lejos de la realidad.
Nada más abrir la puerta, escuché un ruido de ducha, me imaginé que era mi colega Matt y como me estaba meando, pasé al cuarto de baño e hice lo normal en estos casos. ¡Error!, no era mi colega….Era María mi vecina. Cuando me quise dar cuenta, estaba mirando con una cara de incrédula a la cosa que me colgaba entre las piernas.
- ¡Joder!, que susto me has dado, ¿Qué haces aquí?...
- Susto el que me acabo de llevar yo, ¿eso que tienes en la mano es todo tuyo?
- No me cambies de tema, -le dije mientras guardaba el pajarito en su jaula.
- Me acabo de despertar y Matt no estaba, antes de ir a mi casa he decidido ducharme en la tuya –me respondió mientras se ponía una toalla alrededor del cuerpo que no hacía sino acentuar su espléndido canalillo.
- ¿Dónde está tú novio?
- De novio nada, sólo folla-amigo, bastante he sufrido con novios capullos, ahora sólo le debo un respeto a mi abuelo.
- ¿Dónde está Matt?
- Se fue hace poco más de una hora, tenía una reunión de trabajo, me ha dicho que te diga que llegará esta noche.
- Y tú, ¿no trabajas hoy?.
- No hoy se lo he pedido a mi jefe y me lo hadado.
- Bueno, yo voy a ducharme, haz lo que quieras estás en tu casa, he traído compra por si quieres comer algo.
- Si, definitivamente quiero comer algo –dijo con una sonrisa traviesa en la cara.
- Yo, no puedo hacerle eso a Matt…es mi amigo, más bien es mi único amigo.
- ¿De verdad vas a ser capaz de renunciar a esto? –y soltándose mi albornoz, me mostró un cuerpo con unos pechos tiesos como piedras todo ello rematado con un coño peludo pero muy bien cuidado, y para terminar de joderlo me enseño su culo redondo como la luna, moreno y también duro como una piedra.
- María no me hagas esto…..
- Vamos sé un hombre y échame un polvo en condiciones –mientras frotaba mi entrepierna con su culo.
- María, por favor, vístete y sal de mi casa….esto está mal, y no quiero hacerle daño a Matt – ya la tenía agarrada del brazo para echarla de mi casa cuando…
- Vale, ya deja al pobrecillo –era Mata que salía del armario, literalmente, descojándose de la risa.
- Desde luego ya te vale hacerme esto –dije yo con cara de malas pulgas.
María y Matt, se descojonaban de la risa, pero yo no se la veía por ningún lado. Ya se habían serenado cuando me comentó que durante el día y medio que habían estado follando como locos, él le contó como yo le había convertido en el amante que era y mi historia de follador nato en la universidad, así como mi historia de amor con Jen. Y de cómo nos juntábamos para hacer tríos y follarnos a la que se pusiera por delante. María incrédula se apostó una enculada a que era capaz de hacer que la follara. Matt en cambio dijo que no, puesto que teníamos un pacto que no nos follábamos al amante del otro a no ser que nuestra amante nos propusiera un trío cosa que entonces compartíamos tan gratamente.
Entonces, ocurrió sin más ella se desnudó y agachándose agarro la polla de mi amigo y dijo la frase mágica, quiero hacer un trío. No hizo falta más, en menos de dos segundos estábamos con los pantalones bajados y ella brindándonos una mamada perfecta.
- ¡Nunca había visto dos pollones como estos en mi vida! –dijo María con cara de viciosa.
Acto seguido agarre a nuestra menuda amante por la cintura y me la lleve con ayuda de mi colega a la cama donde le regalé una comida de coño tan perfecta que no tardó ni dos minutos en correrse como una perra.
- Me pienso vengar haciéndote que te corras más de veinte veces. –le dije con cara divertida.
- Agg, no te aggtreveeeerahhhhh sigue..
No pudo hablar mucho más la pobre, Matt le había metido la polla hasta la garganta. Mientras mi lengua jugaba con su clítoris y mis manos estrujaban sus pezones para que estuviera a punto de caramelo, mi objetivo era encularla, quería romperle su precioso culo latino, para ello sin apartar mi lengua, humedecí con sus flujos mis dedos y fui introduciendo un dedo en el culo primero.
- Por favor no…
- Tú déjame hacer verás cómo te gusta..
- Pedro, que estaba yo primero, se quejo Matt.
- Ok pero déjame que la prepare que tú eres muy bruto y luego no va a querer.
- Que no os voy a dar mi culo…
- Vas a tener la experiencia más sexual de tu vida, cientos de clientes satisfechas nos avalan, ¿verdad Matt?
- Por supuesto…y ahora deja hacer al maestro..
- En el momento que me hagas daño te lo digo y lo dejamos ¿me lo prometes?
- Sí y ahora a lo nuestro..
Sin más dilación seguí con mi trabajo de calentar a mi vecinita que ya de por sí hervía de puro placer, pero yo estaba obcecado con su culo que siempre había visto como un vivero de placer, siempre con sus pantalones ajustados, ella sabía que era su arma secreta y yo sólo quería potenciarlo. Estaba con mis maquinaciones cuando ella volvió a estallar en otro placentero orgasmo, -dámela ya papito, decía pero yo tenía un objetivo claro que cumplir, después de un hábil trabajo de dilatación, la coloqué a cuatro patas y conduje mi glande a su conejo y la taladré sin más.
- Ahhhgggg, siiiiiggguuueee
- Vamos muévete como tú solo sabes.
Las embestidas iban a más y le dilataba el culo, mientras se la comía a mi amigo. Otra embestida y ella se rindió. No había más así que la ensarté poco a poco una vez dentro la embestí un par de veces y tal y como lo prometí, se la cedía mi amiguete para que terminara la faena mientras yo le tapaba la boca con mi nabo, una vez limpita de todo lo que hubiera me tumbé y se la introduje en su rajita brindándole una doble penetración de aúpa. Estuvimos así unos minutos hasta que por no ser que misterio nos corrimos los tres al tiempo. Fue formidable como rezumaba lefia por los dos agujeros.
Nos duchamos y después de comer un sándwich me fui a dormir dejando a mis amigos amantes otra vez con sus jueguecitos, hubiese seguido con ellos pero no podía ni con las cejas. Cuando desperté pude observa que mi amigo se estaba otra vez empleando a fondo con el culo de María, -ha costado convencerla, pero la jodía está disfrutando de lo lindo.
Continuará….