Las mujeres de la familia

Una boda muy poco convencional.

Al día siguiente, el día de la boda de mi hija Anna, nos despertamos a media mañana, como la boda era a las 8 de la tarde, había tiempo para hacer todos los preparativos. Mi mujer me hablaba como si nada hubiese pasado, imagino también influenciado por sus posibles remordimientos por haber estado follando con mi consuegro. Lo que no sé si aquello sucedió sólo aquella noche o ya estaban juntos con anterioridad. Mi hija estaba de muy buen humor, bromeando con su madre y conmigo. Desayunamos frugalmente, y luego ellas dos se vistieron y yo me puse unos shorts y una camiseta. En eso llamaron a la puerta, de la manera familiar, dos pitidos largos y uno breve. Era alguien de la familia pues. Y efectivamente era Julia, mi nuera, la mujer de Juan, mi único hijo varón. Venía hecha un mar de lágrimas y me pidió hablar con mi mujer. Entraron al salón las tres, mi hija también se quiso enterar. Estuvieron una media hora y cuando salieron me dijo Luisa:

-Juan y Julia han discutido. Yo me voy a hablar con Juan…

  • Yo voy contigo mamá –dijo Anna.- Tengo mucha mano con Juan.

  • Vamos pues –decía Luisa,- a ver si estamos aquí antes de las 2. Andrés, Julia se queda contigo. Cuídala bien.

-Pero por qué no le llamáis por teléfono?

-No es un tema para hablar por teléfono… Vamos Anna.

Cuando me quedé a solas con Julia le pregunte si había desayunado y me dijo que no que toda la noche se la había pasado llorando. Pero que de todas formas no tenía hambre. Yo insistí en que comiera un poco. Me comía por dentro la intriga de saber qué había pasado entre ellos.

-Estarás intrigado por saber a qué viene toda esta movida.

-No te voy a decir que no, me como las uñas por saberloooooo, jajjajjajaj

Ella se rió por primera vez, llevaba una blusa blanca que dejaba ver la forma de sus caderas.

-Tu hijo se está follando a una amiga mía.

Ahora su risa de hacía unos instantes se mezclaba con un llanto y un pesar que trataba de controlar.

-Y lo has descubierto hoy?

-Fue esta noche me levanté al aseo y le enviaban un mensaje, y como él estaba dormido fui a mirar su móvil…

  • Puta mierda.

-  Ahora que estamos solos Andrés, el siempre presume de tenerla enorme como su padre…

  • Ahhhh sí? Jajjajajaj – reia yo queriéndole quitar dramatismo a la situación. Ella sonreía y añadió:

  • Tu mujer, Luisa, siempre me había dicho que la de su hijo no era tan grande como la de su padre, y al recordarle esto a tu hijo, sabes que me decía?

-Cualquier tontería.

-Me decía, pues fóllate a mi padre y así lo compruebas. – Yo a estas alturas le había puesto mis dos manos en sus rodillas y empezaba a subir bajo su falda.

  • Te apetece? O lo dejamos para otro día.

  • Ahora Andrés, otro día más. Que hoy tenemos poco tiempo. Fuimos a mi habitación.

  • Joder, si no me cabe toda, la de tu hijo sí.

-Pues misterio resuelto –le dije. – te hago dañó?

  • Házmelo más rápido Andrés, más duro, no me trates tan bien.

  • Quieres que te trate como a mi puta, que te de caña.

  • Eso es Andrés quiero ser tu puta a partir de ahora. Me aceptas? Igual tienes a más mujeres…

  • Tú serás mi putita, a la que me follaré siempre que yo quiera.

  • Estoy en mis días fértiles si te corres dentro me puedes dejar embarazada…

-Ya llego Julia, me salgo?

  • Noooooo, tu hijo en tres años no ha podido dejarme en estado, quizás tú el primer día lo consigas.

Al sentir mi semen dentro de ella se corrió también y unimos nuestros orgasmos. Nos vestimos rápidamente y al poco, regresaron mi mujer, mi hija y también venia mi hijo, quien estuvo hablando con ella en privado y cuando salieron, iban cogidos de la cintura nos dieron dos besos a cada uno, dejar mención de que sus dos besos a mi fueron acompañados de un guiño de ojo y una sonrisa.

El resto del día ya fueron los preparativos típicos de una boda normal. Anna estaba esplendida con su vestido. Me miraba de una manera especial, imagino que igual que yo a ella. En el coche a la iglesia íbamos los dos detrás, Anna y yo, puesto que era el padrino y delante iban Juan, mi hijo y Julia mi… digamos nuera. Como la suegra de Anna era la madrina mi mujer iba el coche con nuestro consuegro. Todos íbamos emparejados, pero yo iba en el coche con las dos mujeres que me había follado en menos de 24 horas.

Después de la ceremonia, ya en el banquete nupcial estuvimos comiendo y bebiendo abundantemene. Habían contratado una orquesta que amenizó los bailes de casi todos los invitados. Maite me buscaba para bailar.

-Venga consuegro. Tu sí que sabes bailar. – y reía. Estaba un poco pasada de copas. Note como se acercaba a mi mientras bailábamos pero mi polla no estaba ya para muchos juegos. Había tenido a dos mujeres jóvenes de buen ver y la verdad que Maite no era ahora lo que me apetecía. Pero era muy maja y muy extrovertida, era una delicia hablar con ella.

-Follaste con tu mujer anoche? –me dijo bajito al oído.

  • Noooo. Tú sí?

-Si me folló anoche.

  • Joder que potencia tiene tu marido. Yo ya no estoy en edad de eso.

  • Tú estás en la mejor edad, bandido. Él es que toma viagra. Y por la noche me dio un par de cogidas.

  • Por eso llevas esa cara tan radiante y no te importa lo que vimos anoche.

  • Bueno él está aún por mí. Por tu mujer esta encoñado.

  • Te lo confesó él?

  • Me dijo que llevan juntos más de un año, que me quiere igual, pero siente algo con ella que no la puede dejar.

-Joder, más de un año y no nos hemos enterado hasta ayer.

-Yo lo sabía desde hace unos meses.

  • No me digas eso Maite…

  • Lo descubrí por whatsapp al leer algunos de sus mensajes. – Me entró la risa y estuve carcajeándome mientras ella me miraba con extrañeza.- Qué te hace tanta gracia?

  • Nada, nada. Esto de las nuevas tecnologías… hay que llevar cuidado. Te has tirado a alguien desde entonces?

  • Al principio no tenía ganas de nada. Pero un día vino mi cuñado a casa y él había salido y pasó.

No quise seguir con la conversación por si alguien nos escuchaba, aunque nos hablábamos al oído.

En eso vino Julia, se acercó a nosotros y me dijo:

-Perdona Maite, pero vengo a buscar a Andrés por si me puedes acompañar a casa. Se me ha roto el pasador del zapato y necesito cambiármelos. Es que tu hijo está ya muy perjudicado y no puede conducir, y yo con los zapatos así tampoco.

-Te importa Maite? Cuando vuelva seguimos.

-Espera que te voy a dar una cosa. Fue a su mesa donde estaba su bolso y al volver me deslizó algo en el bolsillo del pantalón. Gracias, hasta luego.

Salimos Julia y yo del local. En el bolsillo llevaba una pastilla azul. Me la llevé a la boca y me la tragué sin demasiada dificultad. Al subir al coche a mi lado me  volví a mirarla, iba preciosa también. Con un vestido en tonos azul y verde. Y unas medias finas, negras. Cuando salimos del parking y enfilamos hacia su casa le puse la mano en su muslo por la parte interior. Ella me desabrochó la bragueta y sacó, no sin esfuerzo, mi polla que ya estaba preparada. Me la empezó a mamar, pero cuando ya entrabamos en la ciudad nos compusimos de nuevo. Ya llegando a su casa le dije:

-Subo para aconsejarte qué zapatos elegir.

-Sube y ayúdame, no sólo con los zapatos.

Ya en su casa me dijo que quería que la follara en su cama. Fuimos hasta su dormitorio besándonos. Nos desnudamos rápido y cuando se dio cuenta ya me tenía castigándole duramente su coñito, como a ella le gusta.

-Ahora sí que me estoy portando como una puta…

  • Y yo? Que me estoy follando a la mujer de mi hijo?

  • Tú eres un cabrón…  -lo pensó dos veces- Uy perdón no lo digo con mala fe.

-No importa cielo, yo si te estoy follando de mala fe.

Se corrió intensamente, entonces la hice dar la vuelta.

-Quieres mi culo?

-Está visitable?

  • Es todo tuyo. Pero date prisa.

Estuve 5 minutos abriéndole su culito estrecho. Luego en la misma posición se la volví a meter en el coño. Quería embarazarla.

-Rápido Andrés que tenemos que irnos.

  • Ya llego Julia… yaaaaaa ahí tienes puta.

-De esta sí que me preñas, me has llenado mi coñito.

Nos vestimos rápido y regresamos a la fiesta. Y cual no fue mi sorpresa cuando mi hija me dice:

-Papi, necesito un favor, es que se me ha roto el pasador del zapato y necesito ir a cambiármelos. Me llevas?

Miré a Julia no dando crédito… Y Julia y mi hija reían. Y como yo no respondía nada fue Julia quien me dijo:

-Venga acompáñala y ayúdala como me has ayudado a mí… recuerda que llevas la pastillita.

Yo estaba sin palabras, no daba crédito a la relación que tenían las mujeres de mi familia. Julia me dio las llaves de su coche. Y no tardamos en estar delante de casa de mi hija. No dije nada en todo el trayecto. Al entrar al piso se echó a mis brazos y nos fundimos en un beso.

-Ahora ya estoy casada y quiero q seas el primero que me folle. Vamos que hay prisa.

  • Pero vosotras estáis muy unidas… no?

  • Ya hablaremos de eso Andrés… ahora méteme esa herramienta que tanto gusto nos da. Ahhhhgggg Eso es hasta el fondo, todo lo que entre.

  • Qué puta eres, sois, jajajjaj

-shhhhhh no te desconcentres y córrete dentro de mí

  • Dime que estas tomando algo.

  • Que si hombre, no voy a quedarme embarazada de mi padre.

Al verterme dentro de ella se corrió conmigo.

Al día siguiente, el día de la boda de mi hija Anna, nos despertamos a media mañana, como la boda era a las 8 de la tarde, había tiempo para hacer todos los preparativos. Mi mujer me hablaba como si nada hubiese pasado, imagino también influenciado por sus posibles remordimientos por haber estado follando con mi consuegro. Lo que no sé si aquello sucedió sólo aquella noche o ya estaban juntos con anterioridad. Mi hija estaba de muy buen humor, bromeando con su madre y conmigo. Desayunamos frugalmente, y luego ellas dos se vistieron y yo me puse unos shorts y una camiseta. En eso llamaron a la puerta, de la manera familiar, dos pitidos largos y uno breve. Era alguien de la familia pues. Y efectivamente era Julia, mi nuera, la mujer de Juan, mi único hijo varón. Venía hecha un mar de lágrimas y me pidió hablar con mi mujer. Entraron al salón las tres, mi hija también se quiso enterar. Estuvieron una media hora y cuando salieron me dijo Luisa:

-Juan y Julia han discutido. Yo me voy a hablar con Juan…

  • Yo voy contigo mamá –dijo Anna.- Tengo mucha mano con Juan.

  • Vamos pues –decía Luisa,- a ver si estamos aquí antes de las 2. Andrés, Julia se queda contigo. Cuídala bien.

-Pero por qué no le llamáis por teléfono?

-No es un tema para hablar por teléfono… Vamos Anna.

Cuando me quedé a solas con Julia le pregunte si había desayunado y me dijo que no que toda la noche se la había pasado llorando. Pero que de todas formas no tenía hambre. Yo insistí en que comiera un poco. Me comía por dentro la intriga de saber qué había pasado entre ellos.

-Estarás intrigado por saber a qué viene toda esta movida.

-No te voy a decir que no, me como las uñas por saberloooooo, jajjajjajaj

Ella se rió por primera vez, llevaba una blusa blanca que dejaba ver la forma de sus caderas.

-Tu hijo se está follando a una amiga mía.

Ahora su risa de hacía unos instantes se mezclaba con un llanto y un pesar que trataba de controlar.

-Y lo has descubierto hoy?

-Fue esta noche me levanté al aseo y le enviaban un mensaje, y como él estaba dormido fui a mirar su móvil…

  • Puta mierda.

-  Ahora que estamos solos Andrés, el siempre presume de tenerla enorme como su padre…

  • Ahhhh sí? Jajjajajaj – reia yo queriéndole quitar dramatismo a la situación. Ella sonreía y añadió:

  • Tu mujer, Luisa, siempre me había dicho que la de su hijo no era tan grande como la de su padre, y al recordarle esto a tu hijo, sabes que me decía?

-Cualquier tontería.

-Me decía, pues fóllate a mi padre y así lo compruebas. – Yo a estas alturas le había puesto mis dos manos en sus rodillas y empezaba a subir bajo su falda.

  • Te apetece? O lo dejamos para otro día.

  • Ahora Andrés, otro día más. Que hoy tenemos poco tiempo. Fuimos a mi habitación.

  • Joder, si no me cabe toda, la de tu hijo sí.

-Pues misterio resuelto –le dije. – te hago dañó?

  • Házmelo más rápido Andrés, más duro, no me trates tan bien.

  • Quieres que te trate como a mi puta, que te de caña.

  • Eso es Andrés quiero ser tu puta a partir de ahora. Me aceptas? Igual tienes a más mujeres…

  • Tú serás mi putita, a la que me follaré siempre que yo quiera.

  • Estoy en mis días fértiles si te corres dentro me puedes dejar embarazada…

-Ya llego Julia, me salgo?

  • Noooooo, tu hijo en tres años no ha podido dejarme en estado, quizás tú el primer día lo consigas.

Al sentir mi semen dentro de ella se corrió también y unimos nuestros orgasmos. Nos vestimos rápidamente y al poco, regresaron mi mujer, mi hija y también venia mi hijo, quien estuvo hablando con ella en privado y cuando salieron, iban cogidos de la cintura nos dieron dos besos a cada uno, dejar mención de que sus dos besos a mi fueron acompañados de un guiño de ojo y una sonrisa.

El resto del día ya fueron los preparativos típicos de una boda normal. Anna estaba esplendida con su vestido. Me miraba de una manera especial, imagino que igual que yo a ella. En el coche a la iglesia íbamos los dos detrás, Anna y yo, puesto que era el padrino y delante iban Juan, mi hijo y Julia mi… digamos nuera. Como la suegra de Anna era la madrina mi mujer iba el coche con nuestro consuegro. Todos íbamos emparejados, pero yo iba en el coche con las dos mujeres que me había follado en menos de 24 horas.

Después de la ceremonia, ya en el banquete nupcial estuvimos comiendo y bebiendo abundantemene. Habían contratado una orquesta que amenizó los bailes de casi todos los invitados. Maite me buscaba para bailar.

-Venga consuegro. Tu sí que sabes bailar. – y reía. Estaba un poco pasada de copas. Note como se acercaba a mi mientras bailábamos pero mi polla no estaba ya para muchos juegos. Había tenido a dos mujeres jóvenes de buen ver y la verdad que Maite no era ahora lo que me apetecía. Pero era muy maja y muy extrovertida, era una delicia hablar con ella.

-Follaste con tu mujer anoche? –me dijo bajito al oído.

  • Noooo. Tú sí?

-Si me folló anoche.

  • Joder que potencia tiene tu marido. Yo ya no estoy en edad de eso.

  • Tú estás en la mejor edad, bandido. Él es que toma viagra. Y por la noche me dio un par de cogidas.

  • Por eso llevas esa cara tan radiante y no te importa lo que vimos anoche.

  • Bueno él está aún por mí. Por tu mujer esta encoñado.

  • Te lo confesó él?

  • Me dijo que llevan juntos más de un año, que me quiere igual, pero siente algo con ella que no la puede dejar.

-Joder, más de un año y no nos hemos enterado hasta ayer.

-Yo lo sabía desde hace unos meses.

  • No me digas eso Maite…

  • Lo descubrí por whatsapp al leer algunos de sus mensajes. – Me entró la risa y estuve carcajeándome mientras ella me miraba con extrañeza.- Qué te hace tanta gracia?

  • Nada, nada. Esto de las nuevas tecnologías… hay que llevar cuidado. Te has tirado a alguien desde entonces?

  • Al principio no tenía ganas de nada. Pero un día vino mi cuñado a casa y él había salido y pasó.

No quise seguir con la conversación por si alguien nos escuchaba, aunque nos hablábamos al oído.

En eso vino Julia, se acercó a nosotros y me dijo:

-Perdona Maite, pero vengo a buscar a Andrés por si me puedes acompañar a casa. Se me ha roto el pasador del zapato y necesito cambiármelos. Es que tu hijo está ya muy perjudicado y no puede conducir, y yo con los zapatos así tampoco.

-Te importa Maite? Cuando vuelva seguimos.

-Espera que te voy a dar una cosa. Fue a su mesa donde estaba su bolso y al volver me deslizó algo en el bolsillo del pantalón. Gracias, hasta luego.

Salimos Julia y yo del local. En el bolsillo llevaba una pastilla azul. Me la llevé a la boca y me la tragué sin demasiada dificultad. Al subir al coche a mi lado me  volví a mirarla, iba preciosa también. Con un vestido en tonos azul y verde. Y unas medias finas, negras. Cuando salimos del parking y enfilamos hacia su casa le puse la mano en su muslo por la parte interior. Ella me desabrochó la bragueta y sacó, no sin esfuerzo, mi polla que ya estaba preparada. Me la empezó a mamar, pero cuando ya entrabamos en la ciudad nos compusimos de nuevo. Ya llegando a su casa le dije:

-Subo para aconsejarte qué zapatos elegir.

-Sube y ayúdame, no sólo con los zapatos.

Ya en su casa me dijo que quería que la follara en su cama. Fuimos hasta su dormitorio besándonos. Nos desnudamos rápido y cuando se dio cuenta ya me tenía castigándole duramente su coñito, como a ella le gusta.

-Ahora sí que me estoy portando como una puta…

  • Y yo? Que me estoy follando a la mujer de mi hijo?

  • Tú eres un cabrón…  -lo pensó dos veces- Uy perdón no lo digo con mala fe.

-No importa cielo, yo si te estoy follando de mala fe.

Se corrió intensamente, entonces la hice dar la vuelta.

-Quieres mi culo?

-Está visitable?

  • Es todo tuyo. Pero date prisa.

Estuve 5 minutos abriéndole su culito estrecho. Luego en la misma posición se la volví a meter en el coño. Quería embarazarla.

-Rápido Andrés que tenemos que irnos.

  • Ya llego Julia… yaaaaaa ahí tienes puta.

-De esta sí que me preñas, me has llenado mi coñito.

Nos vestimos rápido y regresamos a la fiesta. Y cual no fue mi sorpresa cuando mi hija me dice:

-Papi, necesito un favor, es que se me ha roto el pasador del zapato y necesito ir a cambiármelos. Me llevas?

Miré a Julia no dando crédito… Y Julia y mi hija reían. Y como yo no respondía nada fue Julia quien me dijo:

-Venga acompáñala y ayúdala como me has ayudado a mí… recuerda que llevas la pastillita.

Yo estaba sin palabras, no daba crédito a la relación que tenían las mujeres de mi familia. Julia me dio las llaves de su coche. Y no tardamos en estar delante de casa de mi hija. No dije nada en todo el trayecto. Al entrar al piso se echó a mis brazos y nos fundimos en un beso.

-Ahora ya estoy casada y quiero q seas el primero que me folle. Vamos que hay prisa.

  • Pero vosotras estáis muy unidas… no?

  • Ya hablaremos de eso Andrés… ahora méteme esa herramienta que tanto gusto nos da. Ahhhhgggg Eso es hasta el fondo, todo lo que entre.

  • Qué puta eres, sois, jajajjaj

-shhhhhh no te desconcentres y córrete dentro de mí

  • Dime que estas tomando algo.

  • Que si hombre, no voy a quedarme embarazada de mi padre.

Al verterme dentro de ella se corrió conmigo.

Al día siguiente, el día de la boda de mi hija Anna, nos despertamos a media mañana, como la boda era a las 8 de la tarde, había tiempo para hacer todos los preparativos. Mi mujer me hablaba como si nada hubiese pasado, imagino también influenciado por sus posibles remordimientos por haber estado follando con mi consuegro. Lo que no sé si aquello sucedió sólo aquella noche o ya estaban juntos con anterioridad. Mi hija estaba de muy buen humor, bromeando con su madre y conmigo. Desayunamos frugalmente, y luego ellas dos se vistieron y yo me puse unos shorts y una camiseta. En eso llamaron a la puerta, de la manera familiar, dos pitidos largos y uno breve. Era alguien de la familia pues. Y efectivamente era Julia, mi nuera, la mujer de Juan, mi único hijo varón. Venía hecha un mar de lágrimas y me pidió hablar con mi mujer. Entraron al salón las tres, mi hija también se quiso enterar. Estuvieron una media hora y cuando salieron me dijo Luisa:

-Juan y Julia han discutido. Yo me voy a hablar con Juan…

  • Yo voy contigo mamá –dijo Anna.- Tengo mucha mano con Juan.

  • Vamos pues –decía Luisa,- a ver si estamos aquí antes de las 2. Andrés, Julia se queda contigo. Cuídala bien.

-Pero por qué no le llamáis por teléfono?

-No es un tema para hablar por teléfono… Vamos Anna.

Cuando me quedé a solas con Julia le pregunte si había desayunado y me dijo que no que toda la noche se la había pasado llorando. Pero que de todas formas no tenía hambre. Yo insistí en que comiera un poco. Me comía por dentro la intriga de saber qué había pasado entre ellos.

-Estarás intrigado por saber a qué viene toda esta movida.

-No te voy a decir que no, me como las uñas por saberloooooo, jajjajjajaj

Ella se rió por primera vez, llevaba una blusa blanca que dejaba ver la forma de sus caderas.

-Tu hijo se está follando a una amiga mía.

Ahora su risa de hacía unos instantes se mezclaba con un llanto y un pesar que trataba de controlar.

-Y lo has descubierto hoy?

-Fue esta noche me levanté al aseo y le enviaban un mensaje, y como él estaba dormido fui a mirar su móvil…

  • Puta mierda.

-  Ahora que estamos solos Andrés, el siempre presume de tenerla enorme como su padre…

  • Ahhhh sí? Jajjajajaj – reia yo queriéndole quitar dramatismo a la situación. Ella sonreía y añadió:

  • Tu mujer, Luisa, siempre me había dicho que la de su hijo no era tan grande como la de su padre, y al recordarle esto a tu hijo, sabes que me decía?

-Cualquier tontería.

-Me decía, pues fóllate a mi padre y así lo compruebas. – Yo a estas alturas le había puesto mis dos manos en sus rodillas y empezaba a subir bajo su falda.

  • Te apetece? O lo dejamos para otro día.

  • Ahora Andrés, otro día más. Que hoy tenemos poco tiempo. Fuimos a mi habitación.

  • Joder, si no me cabe toda, la de tu hijo sí.

-Pues misterio resuelto –le dije. – te hago dañó?

  • Házmelo más rápido Andrés, más duro, no me trates tan bien.

  • Quieres que te trate como a mi puta, que te de caña.

  • Eso es Andrés quiero ser tu puta a partir de ahora. Me aceptas? Igual tienes a más mujeres…

  • Tú serás mi putita, a la que me follaré siempre que yo quiera.

  • Estoy en mis días fértiles si te corres dentro me puedes dejar embarazada…

-Ya llego Julia, me salgo?

  • Noooooo, tu hijo en tres años no ha podido dejarme en estado, quizás tú el primer día lo consigas.

Al sentir mi semen dentro de ella se corrió también y unimos nuestros orgasmos. Nos vestimos rápidamente y al poco, regresaron mi mujer, mi hija y también venia mi hijo, quien estuvo hablando con ella en privado y cuando salieron, iban cogidos de la cintura nos dieron dos besos a cada uno, dejar mención de que sus dos besos a mi fueron acompañados de un guiño de ojo y una sonrisa.

El resto del día ya fueron los preparativos típicos de una boda normal. Anna estaba esplendida con su vestido. Me miraba de una manera especial, imagino que igual que yo a ella. En el coche a la iglesia íbamos los dos detrás, Anna y yo, puesto que era el padrino y delante iban Juan, mi hijo y Julia mi… digamos nuera. Como la suegra de Anna era la madrina mi mujer iba el coche con nuestro consuegro. Todos íbamos emparejados, pero yo iba en el coche con las dos mujeres que me había follado en menos de 24 horas.

Después de la ceremonia, ya en el banquete nupcial estuvimos comiendo y bebiendo abundantemene. Habían contratado una orquesta que amenizó los bailes de casi todos los invitados. Maite me buscaba para bailar.

-Venga consuegro. Tu sí que sabes bailar. – y reía. Estaba un poco pasada de copas. Note como se acercaba a mi mientras bailábamos pero mi polla no estaba ya para muchos juegos. Había tenido a dos mujeres jóvenes de buen ver y la verdad que Maite no era ahora lo que me apetecía. Pero era muy maja y muy extrovertida, era una delicia hablar con ella.

-Follaste con tu mujer anoche? –me dijo bajito al oído.

  • Noooo. Tú sí?

-Si me folló anoche.

  • Joder que potencia tiene tu marido. Yo ya no estoy en edad de eso.

  • Tú estás en la mejor edad, bandido. Él es que toma viagra. Y por la noche me dio un par de cogidas.

  • Por eso llevas esa cara tan radiante y no te importa lo que vimos anoche.

  • Bueno él está aún por mí. Por tu mujer esta encoñado.

  • Te lo confesó él?

  • Me dijo que llevan juntos más de un año, que me quiere igual, pero siente algo con ella que no la puede dejar.

-Joder, más de un año y no nos hemos enterado hasta ayer.

-Yo lo sabía desde hace unos meses.

  • No me digas eso Maite…

  • Lo descubrí por whatsapp al leer algunos de sus mensajes. – Me entró la risa y estuve carcajeándome mientras ella me miraba con extrañeza.- Qué te hace tanta gracia?

  • Nada, nada. Esto de las nuevas tecnologías… hay que llevar cuidado. Te has tirado a alguien desde entonces?

  • Al principio no tenía ganas de nada. Pero un día vino mi cuñado a casa y él había salido y pasó.

No quise seguir con la conversación por si alguien nos escuchaba, aunque nos hablábamos al oído.

En eso vino Julia, se acercó a nosotros y me dijo:

-Perdona Maite, pero vengo a buscar a Andrés por si me puedes acompañar a casa. Se me ha roto el pasador del zapato y necesito cambiármelos. Es que tu hijo está ya muy perjudicado y no puede conducir, y yo con los zapatos así tampoco.

-Te importa Maite? Cuando vuelva seguimos.

-Espera que te voy a dar una cosa. Fue a su mesa donde estaba su bolso y al volver me deslizó algo en el bolsillo del pantalón. Gracias, hasta luego.

Salimos Julia y yo del local. En el bolsillo llevaba una pastilla azul. Me la llevé a la boca y me la tragué sin demasiada dificultad. Al subir al coche a mi lado me  volví a mirarla, iba preciosa también. Con un vestido en tonos azul y verde. Y unas medias finas, negras. Cuando salimos del parking y enfilamos hacia su casa le puse la mano en su muslo por la parte interior. Ella me desabrochó la bragueta y sacó, no sin esfuerzo, mi polla que ya estaba preparada. Me la empezó a mamar, pero cuando ya entrabamos en la ciudad nos compusimos de nuevo. Ya llegando a su casa le dije:

-Subo para aconsejarte qué zapatos elegir.

-Sube y ayúdame, no sólo con los zapatos.

Ya en su casa me dijo que quería que la follara en su cama. Fuimos hasta su dormitorio besándonos. Nos desnudamos rápido y cuando se dio cuenta ya me tenía castigándole duramente su coñito, como a ella le gusta.

-Ahora sí que me estoy portando como una puta…

  • Y yo? Que me estoy follando a la mujer de mi hijo?

  • Tú eres un cabrón…  -lo pensó dos veces- Uy perdón no lo digo con mala fe.

-No importa cielo, yo si te estoy follando de mala fe.

Se corrió intensamente, entonces la hice dar la vuelta.

-Quieres mi culo?

-Está visitable?

  • Es todo tuyo. Pero date prisa.

Estuve 5 minutos abriéndole su culito estrecho. Luego en la misma posición se la volví a meter en el coño. Quería embarazarla.

-Rápido Andrés que tenemos que irnos.

  • Ya llego Julia… yaaaaaa ahí tienes puta.

-De esta sí que me preñas, me has llenado mi coñito.

Nos vestimos rápido y regresamos a la fiesta. Y cual no fue mi sorpresa cuando mi hija me dice:

-Papi, necesito un favor, es que se me ha roto el pasador del zapato y necesito ir a cambiármelos. Me llevas?

Miré a Julia no dando crédito… Y Julia y mi hija reían. Y como yo no respondía nada fue Julia quien me dijo:

-Venga acompáñala y ayúdala como me has ayudado a mí… recuerda que llevas la pastillita.

Yo estaba sin palabras, no daba crédito a la relación que tenían las mujeres de mi familia. Julia me dio las llaves de su coche. Y no tardamos en estar delante de casa de mi hija. No dije nada en todo el trayecto. Al entrar al piso se echó a mis brazos y nos fundimos en un beso.

-Ahora ya estoy casada y quiero q seas el primero que me folle. Vamos que hay prisa.

  • Pero vosotras estáis muy unidas… no?

  • Ya hablaremos de eso Andrés… ahora méteme esa herramienta que tanto gusto nos da. Ahhhhgggg Eso es hasta el fondo, todo lo que entre.

  • Qué puta eres, sois, jajajjaj

-shhhhhh no te desconcentres y córrete dentro de mí

  • Dime que estas tomando algo.

  • Que si hombre, no voy a quedarme embarazada de mi padre.

Al verterme dentro de ella se corrió conmigo.

Al día siguiente, el día de la boda de mi hija Anna, nos despertamos a media mañana, como la boda era a las 8 de la tarde, había tiempo para hacer todos los preparativos. Mi mujer me hablaba como si nada hubiese pasado, imagino también influenciado por sus posibles remordimientos por haber estado follando con mi consuegro. Lo que no sé si aquello sucedió sólo aquella noche o ya estaban juntos con anterioridad. Mi hija estaba de muy buen humor, bromeando con su madre y conmigo. Desayunamos frugalmente, y luego ellas dos se vistieron y yo me puse unos shorts y una camiseta. En eso llamaron a la puerta, de la manera familiar, dos pitidos largos y uno breve. Era alguien de la familia pues. Y efectivamente era Julia, mi nuera, la mujer de Juan, mi único hijo varón. Venía hecha un mar de lágrimas y me pidió hablar con mi mujer. Entraron al salón las tres, mi hija también se quiso enterar. Estuvieron una media hora y cuando salieron me dijo Luisa:

-Juan y Julia han discutido. Yo me voy a hablar con Juan…

  • Yo voy contigo mamá –dijo Anna.- Tengo mucha mano con Juan.

  • Vamos pues –decía Luisa,- a ver si estamos aquí antes de las 2. Andrés, Julia se queda contigo. Cuídala bien.

-Pero por qué no le llamáis por teléfono?

-No es un tema para hablar por teléfono… Vamos Anna.

Cuando me quedé a solas con Julia le pregunte si había desayunado y me dijo que no que toda la noche se la había pasado llorando. Pero que de todas formas no tenía hambre. Yo insistí en que comiera un poco. Me comía por dentro la intriga de saber qué había pasado entre ellos.

-Estarás intrigado por saber a qué viene toda esta movida.

-No te voy a decir que no, me como las uñas por saberloooooo, jajjajjajaj

Ella se rió por primera vez, llevaba una blusa blanca que dejaba ver la forma de sus caderas.

-Tu hijo se está follando a una amiga mía.

Ahora su risa de hacía unos instantes se mezclaba con un llanto y un pesar que trataba de controlar.

-Y lo has descubierto hoy?

-Fue esta noche me levanté al aseo y le enviaban un mensaje, y como él estaba dormido fui a mirar su móvil…

  • Puta mierda.

-  Ahora que estamos solos Andrés, el siempre presume de tenerla enorme como su padre…

  • Ahhhh sí? Jajjajajaj – reia yo queriéndole quitar dramatismo a la situación. Ella sonreía y añadió:

  • Tu mujer, Luisa, siempre me había dicho que la de su hijo no era tan grande como la de su padre, y al recordarle esto a tu hijo, sabes que me decía?

-Cualquier tontería.

-Me decía, pues fóllate a mi padre y así lo compruebas. – Yo a estas alturas le había puesto mis dos manos en sus rodillas y empezaba a subir bajo su falda.

  • Te apetece? O lo dejamos para otro día.

  • Ahora Andrés, otro día más. Que hoy tenemos poco tiempo. Fuimos a mi habitación.

  • Joder, si no me cabe toda, la de tu hijo sí.

-Pues misterio resuelto –le dije. – te hago dañó?

  • Házmelo más rápido Andrés, más duro, no me trates tan bien.

  • Quieres que te trate como a mi puta, que te de caña.

  • Eso es Andrés quiero ser tu puta a partir de ahora. Me aceptas? Igual tienes a más mujeres…

  • Tú serás mi putita, a la que me follaré siempre que yo quiera.

  • Estoy en mis días fértiles si te corres dentro me puedes dejar embarazada…

-Ya llego Julia, me salgo?

  • Noooooo, tu hijo en tres años no ha podido dejarme en estado, quizás tú el primer día lo consigas.

Al sentir mi semen dentro de ella se corrió también y unimos nuestros orgasmos. Nos vestimos rápidamente y al poco, regresaron mi mujer, mi hija y también venia mi hijo, quien estuvo hablando con ella en privado y cuando salieron, iban cogidos de la cintura nos dieron dos besos a cada uno, dejar mención de que sus dos besos a mi fueron acompañados de un guiño de ojo y una sonrisa.

El resto del día ya fueron los preparativos típicos de una boda normal. Anna estaba esplendida con su vestido. Me miraba de una manera especial, imagino que igual que yo a ella. En el coche a la iglesia íbamos los dos detrás, Anna y yo, puesto que era el padrino y delante iban Juan, mi hijo y Julia mi… digamos nuera. Como la suegra de Anna era la madrina mi mujer iba el coche con nuestro consuegro. Todos íbamos emparejados, pero yo iba en el coche con las dos mujeres que me había follado en menos de 24 horas.

Después de la ceremonia, ya en el banquete nupcial estuvimos comiendo y bebiendo abundantemene. Habían contratado una orquesta que amenizó los bailes de casi todos los invitados. Maite me buscaba para bailar.

-Venga consuegro. Tu sí que sabes bailar. – y reía. Estaba un poco pasada de copas. Note como se acercaba a mi mientras bailábamos pero mi polla no estaba ya para muchos juegos. Había tenido a dos mujeres jóvenes de buen ver y la verdad que Maite no era ahora lo que me apetecía. Pero era muy maja y muy extrovertida, era una delicia hablar con ella.

-Follaste con tu mujer anoche? –me dijo bajito al oído.

  • Noooo. Tú sí?

-Si me folló anoche.

  • Joder que potencia tiene tu marido. Yo ya no estoy en edad de eso.

  • Tú estás en la mejor edad, bandido. Él es que toma viagra. Y por la noche me dio un par de cogidas.

  • Por eso llevas esa cara tan radiante y no te importa lo que vimos anoche.

  • Bueno él está aún por mí. Por tu mujer esta encoñado.

  • Te lo confesó él?

  • Me dijo que llevan juntos más de un año, que me quiere igual, pero siente algo con ella que no la puede dejar.

-Joder, más de un año y no nos hemos enterado hasta ayer.

-Yo lo sabía desde hace unos meses.

  • No me digas eso Maite…

  • Lo descubrí por whatsapp al leer algunos de sus mensajes. – Me entró la risa y estuve carcajeándome mientras ella me miraba con extrañeza.- Qué te hace tanta gracia?

  • Nada, nada. Esto de las nuevas tecnologías… hay que llevar cuidado. Te has tirado a alguien desde entonces?

  • Al principio no tenía ganas de nada. Pero un día vino mi cuñado a casa y él había salido y pasó.

No quise seguir con la conversación por si alguien nos escuchaba, aunque nos hablábamos al oído.

En eso vino Julia, se acercó a nosotros y me dijo:

-Perdona Maite, pero vengo a buscar a Andrés por si me puedes acompañar a casa. Se me ha roto el pasador del zapato y necesito cambiármelos. Es que tu hijo está ya muy perjudicado y no puede conducir, y yo con los zapatos así tampoco.

-Te importa Maite? Cuando vuelva seguimos.

-Espera que te voy a dar una cosa. Fue a su mesa donde estaba su bolso y al volver me deslizó algo en el bolsillo del pantalón. Gracias, hasta luego.

Salimos Julia y yo del local. En el bolsillo llevaba una pastilla azul. Me la llevé a la boca y me la tragué sin demasiada dificultad. Al subir al coche a mi lado me  volví a mirarla, iba preciosa también. Con un vestido en tonos azul y verde. Y unas medias finas, negras. Cuando salimos del parking y enfilamos hacia su casa le puse la mano en su muslo por la parte interior. Ella me desabrochó la bragueta y sacó, no sin esfuerzo, mi polla que ya estaba preparada. Me la empezó a mamar, pero cuando ya entrabamos en la ciudad nos compusimos de nuevo. Ya llegando a su casa le dije:

-Subo para aconsejarte qué zapatos elegir.

-Sube y ayúdame, no sólo con los zapatos.

Ya en su casa me dijo que quería que la follara en su cama. Fuimos hasta su dormitorio besándonos. Nos desnudamos rápido y cuando se dio cuenta ya me tenía castigándole duramente su coñito, como a ella le gusta.

-Ahora sí que me estoy portando como una puta…

  • Y yo? Que me estoy follando a la mujer de mi hijo?

  • Tú eres un cabrón…  -lo pensó dos veces- Uy perdón no lo digo con mala fe.

-No importa cielo, yo si te estoy follando de mala fe.

Se corrió intensamente, entonces la hice dar la vuelta.

-Quieres mi culo?

-Está visitable?

  • Es todo tuyo. Pero date prisa.

Estuve 5 minutos abriéndole su culito estrecho. Luego en la misma posición se la volví a meter en el coño. Quería embarazarla.

-Rápido Andrés que tenemos que irnos.

  • Ya llego Julia… yaaaaaa ahí tienes puta.

-De esta sí que me preñas, me has llenado mi coñito.

Nos vestimos rápido y regresamos a la fiesta. Y cual no fue mi sorpresa cuando mi hija me dice:

-Papi, necesito un favor, es que se me ha roto el pasador del zapato y necesito ir a cambiármelos. Me llevas?

Miré a Julia no dando crédito… Y Julia y mi hija reían. Y como yo no respondía nada fue Julia quien me dijo:

-Venga acompáñala y ayúdala como me has ayudado a mí… recuerda que llevas la pastillita.

Yo estaba sin palabras, no daba crédito a la relación que tenían las mujeres de mi familia. Julia me dio las llaves de su coche. Y no tardamos en estar delante de casa de mi hija. No dije nada en todo el trayecto. Al entrar al piso se echó a mis brazos y nos fundimos en un beso.

-Ahora ya estoy casada y quiero q seas el primero que me folle. Vamos que hay prisa.

  • Pero vosotras estáis muy unidas… no?

  • Ya hablaremos de eso Andrés… ahora méteme esa herramienta que tanto gusto nos da. Ahhhhgggg Eso es hasta el fondo, todo lo que entre.

  • Qué puta eres, sois, jajajjaj

-shhhhhh no te desconcentres y córrete dentro de mí

  • Dime que estas tomando algo.

  • Que si hombre, no voy a quedarme embarazada de mi padre.

Al verterme dentro de ella se corrió conmigo.