Las miradas lo decían todo 1

Un profesor. Una madre. Miradas cada vez que él salía del colegio. Envío de mensaje por parte de ella...

Todos los días cuando terminaba el colegio, él la veía en la entrada esperando para recoger a sus hijos. El la miraba continuamente, ella también, aunque a veces, se daba la vuelta y después se giraba comprobando que él seguía mirándola. Así, día tras día, todo un curso. Pero al comenzar el nuevo curso, algo cambió. Ella buscó su nombre y le envió solicitud de amistad por Facebook. El, al ver el mensaje, le respondió que quien era; cuando ella le contó comenzaron a hablar. Primero sobre el por qué ella le había enviado la solicitud; despues, el por qué se miran tanto. Se pasaron el número de teléfono y comenzaron a hablar a diario, varias veces al día. Y cada vez la conversación terminaba en:" nos tenemos que ver, hablar y lo que surja".

Durante todos esos días que hablaban, la conversación sobre las ganas de besarse y abrazarse eran continuas.Todo ésto llevo a que, de vez en cuando, se enviaran alguna que otra foto subida de tono: él enseñandole sus atributos, tapándolos algo; ella de sus pechos...la tensión sexual entre ambos era muy grande y cada vez el deseo de ambos era mayor.

Hasta que llegó el día. El no tenía clase, ella cogió el autobús para ir a la ciudad donde vivía el. Llegó sobre las 10 de la mañana, Él la recogió, se montó en el asiento de atrás (por si alguien lo veía) y salieron dirección a un piso que tenía él para alquilar. Aparcaron en el parking de un supermercado, él le dijo donde era y subió; al momento llegó ella. Abrió la puerta, se vieron y se saludaron:"Hola".

Se abrazaron pero, a pesar de la tensión que había entre ellos, no se besaron...aún.

Pasaron al salón, se sentaron en el sofá. Hablaban de que era una locura todo eso, que no sabían como habían llegado a esa situación (todo mientras se cogían de las manos, él la acariciaba, se abrazaban...)

Hasta que después de un fuerte abrazo, se encontraron sus labios a escasos centímetros  y...se besaron apasionadamente! un beso espectacular. Y tras ese beso, vinieron muchos más, mientras se abrazaban sin parar.

Ella se separó y se puso de pie, nunca había sido infiel (él tampoco) y no sabía que hacer. El se levantó también y se sentó en otro sillón. En ese momento, ella se acercó a él, se sentó encima suyo (ya notó como su sexo estaba muy duro) y volvió a besarlo. El comenzó a abrazarla y pasar sus manos por debajo de su camisa. Ella se volvió a poner de pie, estaba dubitativa y no sabía si seguir o no.

El se levantó, se le acercó por detras, ella notó cuando él se le pegó al culo, eso la excitó muchísimo, se volvió, comenzó a acariciarlo, él notó que explotaba. Así que, le quitó las manos, comenzó a besarla mientras la iba guiando a la habitación.

Al llegar a ella, la tumbó en la cama, él se tumbó encima, siguió besándola mientras  su mano derecha se deslizaba por su espalda y desabrochaba el sujetador. Cuando lo hizo, le subió la camisa y comenzó a besarle los pezones. Se le habían puesto durísimos, ella gemía sin parar e intentaba que parara y la besara. Eso hizo él, la besó, y besó, y comenzó a bajar por su pecho, ombligo, le desabrochó el pantalón, le bajó el tanga y comenzó a acariciarla. Ella no quería aún, así que se incorporó, lo puso de pie, le quitó su pantalón y vio como su pene estaba a punto de explotar en su ropa interior, así que, se los quitó. Se abalanzó sobre él, comenzó a lamerlo, besarlo y lo introdujo por completo en su boca. La tensión seguía en todo lo alto y él, la volvió a tumbar y comenzó a besarla e introdujo un dedo en su coñito, Estaba muy húmedo, entró con mucha facilidad, por lo que introdujo otro más. El grito de ella fue....como si hubiera llegado ya al orgasmo. Continuó con los dedos y con la lengua. Cuando ella vió que se iba a correr, le dijo que parara. Y ella comenzó otra vez a besarlo y masturbarlo, hasta que él le dijo que parara, que primero tenía que correrse ella.

Comenzó a  lamerle nuevamente y metió otra vez los dos deditos, mientras con la otra mano le acariciaba los pechos. No había pasado ni un minuto cuando ella comenzó a gritar, gemir y se corrió. La corrida fue muy muy húmeda y él se tomó esos jugos tan ricos.

Se tumbaron juntos, abrazados y besándose, hasta que ella se incorporó y volvió a masturbarlo, no habían pasado ni 2 minutos y él se corrrió en su boca. La tensión entre ambos les había gastado una buena pasada y sus corridas fueron rápidas pero casi más intensas que las que habían tenido hasta ahora en su vida.

No se habían dado cuenta pero habían pasado ya casi 3 horas y ella tenía que volver a coger el autobús de vuelta a su casa. Pero no salieron del piso sin antes prometerse que tendría que existir otro encuentro en el que ya hubiera de todo y los 2 estarían dentro uno del otro. Pero ese encuentro...ese encuentro ya llegará en otro relato.