Las masturbaciones de mi madre

Entre mis hormonas y las masturbaciones de mi madre...

Hola, me llamo Juan. Soy un chico de 33 años pero mi historia incestuosa con mi madre viene de cuando estaba en la adolescencia.

Mi madre se casó con mi padre cuando tenía 18 años y me tuvieron enseguida. Soy hijo único. Mi padre era taxista, y recuerdo de él que nos quería con locura.

Trabajaba mucho, pero procuraba dejarse el fin de semana siempre para la familia y lo disfrutábamos a tope. Un fatídico sábado hace 20 años murió en un accidente de coche, mi madre y yo lloramos muchísimo su pérdida y le echamos mucho de menos desde entonces.

Como mi padre se hizo un seguro de vida a partir de entonces no tuvimos ningún problema económico, mi madre siguió con su trabajo pero la hipoteca ya la teníamos cancelada y además nos quedó un buen fondo que mi madre fue invirtiendo con mucho acierto.

Con el dinero que hemos ido ganando de las inteligentes inversiones que realizaba mi madre, nos dimos más de un capricho y mi madre pudo dejar de trabajar 8 horas para hacerlo sólo 4 horas diarias y dedicar el resto a sí misma, raíz también de un consejo del psicólogo que comenzó a visitar justo después de la muerte de mi padre. Empezó a vestir mucho mejor, a ir al gimnasio y a cuidar su aspecto.

La verdad es que unos 3 años después de la muerte de mi padre mi madre estaba en mucho mejor forma que cuando se casó, con un poco menos de pecho, pero tenía un cuerpo 10.

Yo no me percaté de todo éso hasta el cuarto año después de la muerte de mi padre, que fue cuando estaba en plena pubertad, con todas las hormonas hirviendo. Mi madre no es que fuera por casa en bolas, pero nunca había habido grandes pudores en casa y las ropas no eran demasiado opacas ni demasiado holgadas como para que en algunas fechas se la notaran los pezones erectos en días de frío o sus pechos abultados en camisetas de verano.

Aprovechaba todo momento que podía para espiar a mi madre e intentar verla desnuda todo lo que pudiera y casi siempre era imposible, porque desde que yo cumplí los 10 años ya intentó cuidar las formas y no se mostraba desnuda delante mío y cerraba siempre su puerta del cuarto de baño.

Un día, sin embargo, volví antes del colegio porque el profesor que gimnasia se lesionó en medio de unas clases y cuando llegué a casa me llevé una sorpresa enorme.

Cuando abro la puerta de casa, no suelo avisar de mi llegada nunca y por éso mi madre no me oyó, pero yo sí me percaté de que mi madre estaba en el salón. La puerta de éste estaba cerrada pero se oían ruidos, como si alguien estuviera viendo una película. A medida que me acercaba al salón esos ruidos se hacían más nítidos y antes de poder llegar a la puerta ya me caí en la cuenta de qué tipo de película estaba viendo mi madre...

La puerta de mi salón tiene un cristal transparente en el centro de la puerta que aisla pero es totalmente transparente con lo que yo pude ver, sin llegar a tocar la puerta, toda la escena: mi madre estaba tumbada, desnuda, en el sofá mirando a la televisión que estaba frente mío. La escena era de un chico que se veía muy muy joven (ahora no podría jurarlo porque no he vuelto a ver esa película, pero parecía tener mi edad en la época), dando por culo a una mujer que podría ser su madre.

La mía tenía las piernas abiertas, la mano izquierda en una de sus perfectas, redondas y duras tetas, deleitándose a sí misma, mientras que con la mano derecha "torturaba" su vagina a base de dedazos arriba y abajo, dentro y fuera. Aunque a mí personalmente me gustan los conejos depilados, mi madre tenía el monte de venus poblado, no como un peinado afro, estaban recortaditos, pero se veía negra.

Sus gemidos aumentaban mientras ella hablaba con los protagonistas de su filme favorito diciendo: "sí....folla a tu madre.....jódela bien"

Mi verga parecía atrapada intentando salir de una trampa con aquella visión, notaba que el bulto empujaba fervorosamente el pantalón y ni corto ni perezoso me la saqué y no tardé ni 1 minuto en correrme. Puse la mano para recoger mi lefa, me fui al cuarto de baño para limpiarme enseguida la mano y, aún sin creerme lo que había visto y pasado, salí de casa, respiré, pensé de nuevo en todo y, haciendo mucho ruido, volví a entrar en casa gritando: "MAMÁAAAA YA ESTOY AQUÍIIIIII"

Mi madre salió del salón maltapada con una bata y casi sin mirarme me dio el hola y se fue corriendo al cuarto de baño.

Ni que decir tiene que aquella noche me hice como 5 pajas seguidas rememorando a mi madre viendo escenas de posibles incestos y masturbándose a la par.

Ése día comencé a hacer pellas en las últimas clases que tenía para intentar pillar de nuevo a mi madre, durante una semana, pero fue imposible. En toda esa semana cada vez que llegaba a casa mi madre no estaba o estaba planchando o hablando por teléfono....

No quise seguir faltando porque no había llamado aún la atención y si lo hacía se pondrían en contacto con mi madre y entonces tendría que dar muchas explicaciones así que me resigné por un tiempo a mis furtivas pajas. Sin embargo pronto mis necesidades fueron "oídas".

Una noche que no podía dormir preocupado por un asunto que ahora sería muy largo de explicar y no tiene nada de erótico me desperté y me fui al salón a ver la televisión y volví a ver la misma escena: película de posible incesto (chaval joven, mujer madura), y mi madre en el sofá masturbándose, esta vez todo más en silencio, aunque algunos quejiditos lograba oir desde el otro lado de la puerta....Mis acciones volvieron a repetirse, pero esta vez fui a por papel higiénico antes. Cuando volví mi madre ya estaba apagando la televisión...¡maldición!, pensé, y rápidamente y procurando no hacer ruido me fui corriendo a la cama.

Me tuve que pajear en la cama, pero valió la pena.

Ahora la obsesión era verla por la noche, y por ello procuraba no dormirme para estar atento a cuando podía despertarse e ir al salón. Muchas noches me dormía muy pronto y no podía aguantar, otras aguantaba mucho pero ella dormía profundamente, así varias noches hasta que una de ellas volvió a pasar......

Dejé que ella fuera al salón y esperé unos segundos...entonces me acerqué a la puerta del salón. Ella veía su película de supuestos incestos y con su posición de siempre en esta ocasión se calzaba un consolador, no muy grande, gimiendo lévemente.

Yo no sabía si machacármela inmediatamente, ir al baño a por papel o qué....así que decidí acumular visiones de mi madre para luego pajearme regodeándome en ellas a tope.

Me fijaba en todo su cuerpo desde el primer mechón largo, negro y brillante de su cabello hasta lo fino de su pedicura francesa. Imaginaba el tacto de su piel al verla brillar con la luz suave de la pantalla, su olor de los líquidos que embadurnaban el juguete con el que disfrutaba....hasta que divisé que se arqueaba y ahogaba el gemido de varios orgasmos seguidos. Procuré esperar a que los últimos estertores de su climax se hubieran apagado para ir a mi cuarto.

Poco después, se abrió la puerta del salón, noté como se dirigía al cuarto de baño y se quedó encerrada en él durante pocos segundos (para limpiarse supongo), y acto seguido se encaminó a su dormitorio. En ese mismo instante fui yo al cuarto de baño a pajearme recordando todo lo visto.....mi orgasmo fue brutal, me costó bastante no hacer ruido del goce que sentía.

Al día siguiente no hacía más que darle vueltas y darle vueltas e ideé, llevado por la excitación de todo aquello y porque mis hormonas tenían cerebro propio, intentar dar un paso más allá. Si mi madre veía videos con chavales que se follaban a sus madres y éso la excitaba enormemente...¿éso significaba que quería follar conmigo y no lo hacía por los problemas socioculturales o porque no le gustaba yo sino sólo los chicos jóvenes?

Lo que hice fue, a partir de entonces, todas las noches a éso de las doce de medianoche (que era cuando pillé a mi madre las dos veces), irme al salón, poner una película de Pajares y Esteso (que eran las únicas que tenía a mano y se veían tetas), y desnudo pajearme despacio, como esperando. Había puesto un espejo pequeño en un lateral del salón en dirección a la puerta para poder mirar sin que mi madre se diera cuenta por si venía y no tener yo que darme la vuelta.

Mi plan era bastante ridículo ya que estuve casi una semana viendo como 3 películas del cómico dúo y lo único que pude es, ganar en resistencia y conocerme todos los ridículos diálogos de tan singulares películas. Pero una noche noté en el espejo que la luz del recibidor se encendía, me puse un poco nervioso y estuve a punto de apagar la película e irme a la cama, pero decidí que era entonces o nunca. Me agarré mi poya y comencé a masturbarme suavemente, entrecerrando los ojos pero no dejándome llevar demasiado esperando que surtiera efecto y.....abriendo los ojos miré con tiento el espejo y vi que mi madre se había metido la mano derecha por dentro del pantalón y debía estar frotando su entrepierna y con la mano izquierda frotaba su pecho izquierdo por encima de la camiseta que usaba como pijama. ¡No podía creerlo, mi plan surtió efecto! Aunque no quería dejar de mirar al espejo sabía que debía hacerlo porque sino mi madre se daría cuenta y volví de vez en cuando a cerrar los ojos. Cada vez que miraba al espejo veía que mi madre se embelesaba con los meneos de mi poya y entonces me dejé llevar y me corrí sobre mi mano. Fue uno de los mejores orgasmos de mi vida.

Cuando abrí los ojos después de aquella pequeña muerte vi que mi madre había desaparecido y el recibidor estaba apagado.

Fui al baño a limpiarme y aproveché para hacerme otra paja, no fue ni de lejos tan bueno como el recién disfrutado, pero el cuerpo me pedía más.

Cada noche se repitió esa escena, yo en el sofá y mi madre detrás de la puerta. Una y otra noche. A mí me gustaba, pero...necesitaba dar el siguiente paso, así que una noche yo no fui al salón. Pasaron tres noches sin ir, aunque yo estaba pendiente y la cuarta fue mi madre quien volvió a masturbarse en el salón, desnuda, como hacía antes.

Entonces despacio y desnudo entré en el salón y sin decir nada agarré sus tetas y comencé a chuparlas. Al principio mi madre pareció tentada de pararme, pero fue un instante, su cuerpo se entregó pasado ese momento. Me agarró la cabeza y comenzó a decirme: "chúpame las tetas hijo".

Al tiempo que succionaba, lamía y mordisqueaba con suavidad, con mis manos fui buscando esa cueva carnosa de donde yo había venido al mundo y, una vez alcanzado y con mis manos ya totalmente humedecidas por la excitación de mi madre, empecé a frotarla su clítoris y labios mayores y menores. Mi madre lo agradecía arqueándose, cerrando los ojos y deleitando mis oídos con frases como: "ahhh, sí hijo......qué bien hijo....síiii, vas a hacerme correr enseguida". Más por la excitación que por mis dotes de recién amante en ese momento, mi madre efectivamente se corrió muy rápido.

No terminó todabía de temblar cuando me tumbó en el sofá, agarró mi poya y me dijo casi con ella en la boca: "que ganas tenía de ésto desde hace tiempo hijo" y se la engulló casi de golpe....la primera mamada de mi vida y con esa pasión....ya os podéis imaginar que tuve que avisar a mi madre de que me iba a correr casi de inmediato y ella, al tiempo que la tenía aún dentro de la boca me empezó a pajear haciendo que me corriera dentro de ella.

Mis convulsiones fueron de campeonato. Mi madre no paró hasta que casi siento que me dejaba seco.

Al tiempo que yo me sosegaba ligeramente mi madre se sacó la poya de su boca y me dijo: "que un un hombre se corra no significa que el sexo haya acabado hijo, ¿quieres más verdad?", a lo que yo respondí de golpe: "mamá, te quiero follar por el culo".

Mi madre se sorprendió, supongo que porque pensaba que no iba a ser ni tan directo ni desde luego iba a intentar llegar tan lejos "en nuestra primera cita".

  • Veo que a ti también te gusta el sexo.....¿con cuántas chicas lo has hecho ya?
  • Mamá...aún soy virgen -dije con algo de timidez recién aparecida.
  • Dirás que eras virgen....que te la acabo de chupar – respondió medio riéndose. - Bueno, te he entendido. ¿Y no prefieres comenzar por lo fácil?
  • ¿Jo mamá....es que éso me excita mucho?

El hecho de que volviéramos a hablar como madre e hijo, la una que intenta educar y el otro que pide caprichos creo que o la excitó o la encandiló, el caso es que me dijo que esperara unos segundos y vino del baño con aceite corporal. Me agarró mi mástil y lo embadurnó bien con el aceite. Ella me dijo: "meneatela un poco mientras mamá se lubrica bien, que no quiero que nos hagamos daño", dicho y hecho.

Mientras yo me la tocaba ella se mojaba los dedos y se los metía en el culo, al principio uno, luego dos y, al tiempo que ella se masturbaba por el culo pues gozaba sin duda, un tercero.

Un rato después y con mi madre a punto de correrse ella sola, dije:"mamá....que si sigo yo sólo me correré enseguida". Me miró sonriendo y dijo "anda pillín......acércate".

Ella se puso a "cuatro patas", yo detrás.

  • Hijo tú métela e intenta moverte acompasadamente atrás y adelante.
  • Ya voy.

Con tanto aceite y los autotrabajos de dilatación de mi madre éso entró sin problemas, sin embargo mis envites eran bastante torpes y sin ritmo.

  • No te preocupes hijo, es normal. Tú quédate quieto ahora y ya me muevo yo. - Me dijo.

Entonces empezó ella a balancearse atrás y adelante. Al principo despacio y luego fue cogiendo un ritmo más rápido. Yo me estaba sintiendo en la gloria, estaba follando con mi madre, dándola por el culo y disfrutaba como nunca....En breve sus jadeos ya eran muy sonoros: "ohhh hijo....sí.....qué ganas tenía....y por el culo....qué maravilla...oh...hijo...¿te gusta hijo?", me preguntaba "sí mamá", acertaba a decir yo, procurando aguantar lo máximo posible.

En ese momento mi madre se llevó una mano a su vagina a la que acarició, apretujó y masturbó al tiempo que se movía para que yo la penetrara, "ohhh...qué maravilla....fóllame hijo....fóllame bien el culo...ohhhh....me voy a correr...aguanta hijo....aguantaa...ohhhhhhh", y se deshizo en otro orgasmo enorme.

Yo estaba a punto de caramelo y como pude procuré moverme intentando proseguir con el ritmo que llevaba mi madre antes de abandonarme en el disfrute en su orgasmo.

  • Mamá me voy a correr – jadeé.
  • Sí hijo, córrete dentro de mi culo, lléname de leche – gimió aún temblando de placer.
  • Me corro mamá, ohhhhhhhh.

Lo mucho o lo poco de leche que tenía fueron a para al interior del culo de mi madre, que agarraba con ambas manos mientras torpemente embestía para culminar mi climax.

Rendido y sofocado me tumbé en su espalda y la abracé, diciéndola:"mamá...te quiero mucho, ésto ha sido lo mejor que me ha pasado en mi vida"