Las locuras de mi marido

Las locuras de mi marido.

LAS LOCURAS DE MI MARIDO

Tengo un marido que desde hace unos año a esta parte no deja de sorprenderme. Antes nuestra vida sexual era monótona, nos limitábamos al polvo de los sabadetes y de manera muy simple, el misionero y poco más.

Pues bien, nosotros somos una pareja normalita, de 37 años yo y 41 mi marido, físicamente no estamos nada mal, pues no tenemos niños y salimos mucho ha hacer deporte.

Todo empezó el día que mi marido decidió poner Internet en casa, tras ese día se pasaba muchas horas pegado al ordenador y ya si lo hacíamos poco a partir de entonces menos.

Incluso yo que casi nunca me he masturbado he tenido que hacerlo por la falta de sexo. En mas de una ocasión he entre en la habitación donde se metía mi marido y le pillaba masturbándose, cosa que a mi me frustraba por que entendía que encontraba en Internet que no tuviera yo.

Un día, me llamo, había localizado una pagina que le tenia loco, yo no entendía como podía excitarle esas películas y esas fotos, pero le excitaban y mucho.

La página en cuestión era voayer y de gentes haciendo el amor en lugares públicos.

La verdad es que a mi no me llamaba la atención y así se lo hice saber.

Un fin de semana nos marchamos a unas fiestas de un pueblo cercano, yo note que mi marido estaba demasiado encantado por ir pero la achaque a que se pasaba demasiado tiempo en el ordenador y tenía ganas de salir.

Al llegar aquello era un bullicio de gente fueras donde fueras, todo eran empujones y apretones. Caminamos un rato para ver el ambiente que la verdad es que estaba muy animado y entramos en varios bares, teniéndonos que sacar la bebida a la calle por los apretujones después de varias horas y algunas copas mi marido ya estaba chispeante, le notaba algo distinto en la mirada, algo que hacia mucho años que no veía.

De pronto se acerco a mí y me soltó un morreo de los que hacia mucho que no me daba y que por cierto me hizo poner la piel erizada e incluso me excito.

Pero ahí no acabo la cosa, se me acerco al oído y muy susurrarte me dijo,

te voy a follar delante de todos.

En ese momento por mi cuerpo recorrió un escalofrió que aflojaron mis piernas y casi me caigo al suelo y es que sabia que no lo havia dicho de broma.

Me cojio de la mano y nos metimos en el bar mas lleno que vimos nos acercamos a la barra y pedimos de beber mientras nos servían, mi marido muy hábilmente me havia bajado las braguitas que cayeron al suelo y no pude recogerlas porque era tal el gentío que ni siquiera me podía agachar. A el le tenia detrás de mi muy pegado a mi cuerpo, le podía sentir perfectamente gracias a los empujones que quieres trataban de hacerse sitio en la barra. Me sentía tremendamente excitada y me dejaba hacer por mi marido mientras controlaba a mi alrededor que nadie se diera cuenta aunque en esas circunstancias a mi me parecía que todos nos miraban, cosa que aun me ponía mas caliente. Me cogío de mi mano derecha y me la acerco a su entrepierna, estaba aun mas excitado que yo y podía sentir su respiración entrecortada en mi cuello y oreja. Mientras le masajeaba su instrumento el con sumo mino me fue levantando la falda lo gusto como para que no se me viera por los laterales, llevaba una falda muy larga casi hasta los tobillo y de mucho vuelo, lo cual facilitaba la faena.

A estas alturas yo ya estaba con el culo prácticamente al aire y mi marido me metía mano por todos los recovecos, no lidia explica como era posible que yo me estuviera dejando hacer y que demás sintiera tanto placer y excitación por aquella situación.

Ya casi no miraba a nadie, apenas me importaba que me vieran tan solo me preocupaba de ocultar mi rostro para que no se notara mi excitación y aun así me era imposible con una sola mano.

Le baje la cremallera a mi marido y no me fue difícil sacar a la luz su pene erecto, sin soltarlo me lo arrime a mi entrepierna y le facilite la penetración, entro muy suavemente y sin problemas pues ya estaba muy húmeda. Me agarro por la cintura

Como para que no me escapase y presiono hacia el. Yo sentía perfectamente apresar de aquel gentío y bullicio la respiración entrecortada me mi marido y su miembro entrando en mi, era como estar ausente, de aquel sitio, no me importaba ya nada, el que me vieran, me moría por sentir cada vez mas a mi marino en cada penetración y mis nalgas a si se lo hacían notar moviéndose en todas direcciones estrujándose contra el. Hasta que empecé a notas que no aguantaba mas, momento en el cual alargue mi brazo por entre mis piernas hasta llegar a tus testículos, (le encanta que le acaricien en esa zona cuando esta apunto de correrse) y así lo hice hasta que note mi interior un profundo calor que manaba de las envestidas de mi marido, me sentía totalmente llena de el y profundamente feliz de lo que acabábamos de hacer, tras unos segundos de recuperación me dispuse a dejar caer mi falda, pero algo me lo impidió, quise mirar hacia atrás pero mi marido me sujeto la cara diciéndome

este chico lleva un rato esperándote cielo, déjale que disfrute de ti.

Yo ni me moví, me quede paralizada, esto superaba todo para mi, nunca había tenido a otro hombre y mi marido me lo estaba proporcionando.

Tengo que reconocer que el echo de ser penetrada por un desconocido me ponía muy pero que muy caliente y mas aun, sabiendo que es consentido por mi marido, así que no dije nada salvo que me abrí mas de piernas para que el muchacho hiciera su trabajo, y bien que lo hacia, por la forma de cómo me lo hacia tenia que ser mucho mas joven que yo, era muy impulsivo y sus manos no paraban de buscarme cada rincón de mi cuerpo, aunque con disimulo para que no se notara, aunque a estas alturas ya se habrían dado cuenta medio bar y así fue, levante la cabeza para controlar mis alrededores y al fondo del bar en la barra había un grupo de chicos y chicas pirando, algunos con cara de sorpresa, otro de excitación, otros de incredulidad, pero a mi no me importaba a estas alturas todo lo contrario aun me ponía mas cachonda.

Empezaba ya anotar que mi orgasmo estaba ya cercano y mis movimientos eran ya como la de una loca de deseo, y rompí a chillar y a golpear con el trasero al chico que también tubo su orgasmo y le pude sentir muy dentro de mi.

Jamás había tenido un orgasmos como ese, fue como compartirlo con todos, como estar abierta al mundo y todas las cosas, fue tremendamente intenso y placentero como jamás lo havia tenido. Acto seguido mi marido me agarro de la mano y sin mirar siquiera al chico que hacia unos segundos me havia penetrado, salimos corriendo del bar. Nos perdimos entre la gente y hablamos de lo sucedido.

Nos había encantado la experiencia y estábamos decididos a volverlo a repetir, ya hacíamos planes, en un cine, en una discoteca, en un parque en la playa, miles de sitios menos nuestra cama.

Aunque al llegar a casa y reviviendo lo sucedido y los próximo por venir hicimos el amor como dos enamorados que se encuentran después de mucho tiempo.

Y es que… las locuras de mi marido me vuelven loca.

¿FIN?