Las Justicieras V: La prueba reina
Y el gran día había llegado. Sería la prueba final que definiría cuál de las hermosas concursantes lograba quedarse con el cruel cargo de Líder de la Gran Hacienda
Las Justicieras V: La prueba reina
Y el gran día había llegado. Sería la prueba final que definiría quien lograba quedarse con el cargo de Líder de la Gran Hacienda.
Prueba No. 3
Las chicas participantes se levantaron a eso de las 8 a.m., se ducharon, tomaron un desayuno muy liviano, a base de fruta y salieron a tomar el sol en una de las piscinas, usando unos diminutos bikinis.
Les informaron que la prueba seria a las 11 a.m.
Ya casi sobre las 10 a.m. una de las vigilantes les indicó que debían volver a la habitación para prepararse. Al llegar, pudieron apreciar en cada uno de sus lechos la vestimenta que debían lucir.
Se trataba de trajes de dos piezas, color blanco, consistente en pequeñas minifaldas ligeramente amplias, que al caminar permitían ver justo donde terminan las bellas piernas y empiezan los impactantes traseros; las blusas eran ajustadas y muy escotadas.
El calzado consistía en chanclas negras muy altas, de sujetar con cordeles que envolvían la pierna hasta justo antes de la rodilla.
Se les pidió que se vistieran y estuviesen listas, ya que en cualquier momento vendrían por ellas. El cabello debía estar recogido en una cola.
Se vistieron y se acicalaron frente a unos grandes espejos de techo a pared que tenía la estancia.
Se veían imponentes, impresionantemente bellas e intimidantes a la vez.
Si fuera un concurso de bellos traseros, decidir cuál era el mejor se antojaba imposible, ya que las minifaldas resaltaban ese escultural atributo en las tres chicas; las tetas de Sexy parecían a punto de saltar sobre su escote, mientras que las piernas de Darkgirl y de Cruella se asemejaban a cuatro monumentales columnas, el cabello en una sola cola, aunque Darkgirl se dejó su acostumbrado mechón de lado.
Se miraban al espejo en todas las posiciones, queriendo lucirse al máximo; ya conocían a sus víctimas y aunque no sabían aun en qué consistiría la prueba, se sentían preparadas y muy motivadas. De acuerdo a los puntajes acumulados, la que ganara esta prueba seria la Líder de la Gran Hacienda: era una verdadera final.
Y llegó la hora.
La vigilante guía las condujo a una especie de pequeño teatro al aire libre, en forma de semicírculo. Se dirigieron al centro por una pasarela ante la mirada y sana envidia de las vigilantes ubicada en las gradas. Se sentaron en unas cómodas sillas, con grandes parasoles para atenuar el candente sol; frente a ellas se encontraba un telón rojo, tras del cual algunas vigilantes, coordinadas por Alexa, organizaban a los prisioneros, aunque el telón impedía ver lo que estaban haciendo. Las vigilantes terminaron y solamente quedó la escultural rubia al lado del telón, con un largo látigo en la mano.
Aparecieron entonces Samantha y Grethel. Lucían zapatos altos de color azul oscuro y vestidos de satín también azul pero más claro. Estaban bellas y esplendorosas.
Se sentaron en la parte más alta y esperaron.
Las tres participantes esperaban, sonrientes y relajadas, con las piernas cruzadas, luciendo sus bellos muslos.
Grethel dio la señal y Alexa corrió el telón.
Los tres hombres estaban ubicados sobre sendas plataformas, amordazados, bocarriba y completamente desnudos; las piernas muy abiertas y sujetas solamente por los tobillos con grilletes fijados al piso con tornillos, a través de perforaciones en ese sector de cada plataforma; los brazos en cambio se encontraban a los costados, apenas separados del tronco, inmovilizados por las muñecas en forma similar que los pies; tenían una especie de bozal que por la parte posterior estaba atado al piso en la parte alta de la plataforma, de tal manera que la cabeza les quedaba imposible de mover, tirada hacia atrás de tal forma que exponiendo el cuello de manera especial.
Lo que más llamaba la atención, era las pequeñas chupas adheridas al pecho de cada uno, cuyos cables conectaban a unos monitores que registraban la frecuencia cardiaca de cada uno.
Y en la parte superior, las temidas rejas de apoyo para el equilibrio.
Alexa procedió a explicar la prueba.
-Cuando se les indique, al mismo tiempo, ustedes deben pararse sobre una barra de acero, achatada en los extremos para que apoyen los pies. Las barras estarán apoyadas sobre el cuello de cada una de sus víctimas, pueden hacer presión como quieran, pero no deben utilizar ningún otro medio, como los tacones, por ejemplo, para liquidarlos, solamente la barra. Aquella que logre ejecutarlo primero, será la ganadora. Lo sabremos al ver que ya no marque latidos de corazón en el monitor, es decir, cuando ya la línea que marque en la pantalla sea recta y continua. Entendido?
Las tres chicas asintieron, sin inmutarse. Darkgirl se mostró particularmente sonriente, segura que por tener el cuerpo más pesado que sus compañeras le representaba ventaja, pero no se iba a confiar.
Esta prueba la diseñé yo misma-continuó Alexa-claro que Samantha y Grethel me pidieron que les hiciera una demostración en privado, desafortunadamente el conejillo de indias que escogí no duró mucho. Después me di cuenta que tenía problemas cardiacos y ya había sufrido dos o tres infartos, creo que le hice un favor, de todas maneras me aprobaron este Método para la prueba final.
Sexy sonrió al imaginar la corta pero espantosa agonía del pobre infeliz bajo las esplendorosas piernas y el peso de la monumental rubia.
Los tres condenados a muerte lo habían escuchado todo. Se les sentía bramar bajo las mordazas y aterrorizados agitaban el tronco y las piernas hasta donde las ataduras le permitían, lo cual era lo suficiente para levantarse un poco de la base, en intentos inútiles de escape.
Podemos escoger ya?-preguntaba Cruella, mientras balanceaba la pierna que cruzaba sobre la otra.
-Nada de eso, el que les quedó al frente a cada una, ese les toca-dijo Alexa-cuando se sentaron escogieron, sin saberlo.
Cuando las bellas candidatas se pusieron de pie, los cuerpos de los hombres se agitaron con más fuerza. Los tres monitores marcaban por encima de las 150 palpitaciones por minuto.
Alexa los azotó en las piernas y los testículos, tratando de aquietarlos; no los golpeaba en el pecho para evitar desconectar el cableado.
Indicó a las tres participantes la forma en que debían situarse para empezar la prueba, parándose con las piernas a lado y lado de cada sujeto, con un pie sobre el piso y el otro apoyado, sin ejercer presión, sobre la parte achatada del otro extremo de la barra, ya ubicada sobre el cuello de cada uno. Cuando se diera la señal de inicio, las chicas podrían apoyar ambos pies en los extremos achatados y ejercer la presión para iniciar la ejecución por asfixia.
Las chicas se ubicaron tal como se les indicó. En esa posición, los hombres podían apreciar los bellos muslos y traseros de sus verdugos; tenían los ojos desmesuradamente abiertos, reflejando el terror ante su inmodificable destino, a pesar de lo cual no podían evitar que sus penes también lucieran inquietos y medio erectos.
Aunque Sexy y Darkgirl se sentían muy seguras por peso de su cuerpo, lo cual las favorecía en esta prueba, Cruella había notado que el sentenciado que le había tocado en turno era de aspecto más frágil que los de sus competidoras, por lo cual confiaba en la potencia de sus ejercitadas piernas, para fracturarle el cuello y asfixiarlo rápidamente.
Con su inigualable estilo, Sexy miraba a su víctima, la cual era la que con mayor agitación respiraba; se percató que la frecuencia cardiaca de su hombre aumentaba cuando movía sus bellas piernas y su maravilloso trasero; cuando notaba que el ritmo cardiaco disminuía, volvía a moverse provocadoramente, aumentándolo de nuevo, hasta superar las pulsaciones por minuto - p.p.m. de los otros dos sentenciados; jugueteó un rato de esa manera, en una silenciosa competencia de excitación de sentenciados, mientras esperaba la orden de iniciar.
Los hombres respiraban profundo, sabiendo que en cualquier momento empezaría la ejecución, con la idea de resistir al máximo y la esperanza que después que muriera el primero, los otros dos tendrían oportunidad de sobrevivir.
Todas esperaban ganar, pero solo una de ellas lo lograría.
Listas!-anunció Alexa con el látigo en alto- Ya!-sentenció, bajando el brazo
Los tres hombres, aun asustados pero resignados, tomaron aire con fuerza, sin despegar la vista de las esculturales piernas de sus verdugos.
Las tres chicas extendieron sus brazos al tiempo para sujetarse de las barras superiores para facilitar su equilibrio.
Mientras Sexy y Darkgirl levantaron el pie para ejercer presión sobre un extremo de la barra y el otro extremo lo pisaban dejándolo aún apoyado en el piso, Cruella balanceó su cuerpo de tal forma que los dos extremos quedaban elevados descargando todo su peso sobre el cuello de su víctima. Se escucharon casi al tiempo los gritos ahogados y roncos de los tres sujetos.
Se resistían a ser ejecutados, levantando y agitando sus troncos y piernas, pero como clavados del piso por los grilletes en muñecas y tobillos; las chicas miraban los monitores, sabiendo que ahí se vería su desempeño; pudieron apreciar que en principio las pulsaciones del penado de Cruella eran las más elevadas, llegando casi a 200 p.p.m.
Cruella sonreía por la aparente ventaja que estaba cogiendo. Sexy no estaba dispuesta a dejarse ganar tan fácil y puso su cuerpo en la misma posición que el de Cruella, al percatarse que la presión así era mayor ya que aprovecharía mejor el peso de su hermoso cuerpo; flexionó ligeramente las rodillas, aflojando apenas la presión y con un golpe seco dejó caer con más fuerza su cuerpo; su hombre reflejó en la mirada el dolor y la asfixia de tan sorpresivo movimiento.
Las bellas mujeres alternaban la mirada entre las caras de sus condenados y los monitores que median la cruel agonía, atentas a cualquier variación ante los movimientos de sus cuerpos.
De repente se escuchó la voz de la rubia vigilante:
-Alto! Abajo todas.
Las chicas se bajaron sorprendidas ante la inesperada orden.
-La idea no es liquidarlos tan rápido-dijo-necesitamos que la tortura se prolongue un poco.
Las tres se sentaron de nuevo y evaluaron la situación en que se encontraban.
El torturado de Cruella era el que al parecer en peor estado se encontraba. Apenas lograba moverse, trataba de respirar con mucha dificultad y su lesión de cuello era muy visible. El de Sexy le seguía en mal estado, abría y cerraba la boca, logrando emitir sonidos roncos, al igual que el que estaba siendo ejecutado por Darkgirl, el cual lograba convulsionar cada instante, más que moverse.
Cruella y Sexy estaban seguras de lograr culminar la ejecución en primer lugar. Pero Darkgirl ya estaba maquinando su estrategia para descontar rápidamente la ventaja que sus compañeras parecían llevarle, ya que los sacrificados por sus dos rivales estaban a punto de colapsar.
-Muy bien, participantes, prepárense para rematar la faena-dijo Alexa
Las tres se pusieron de pie rápidamente.
-Continúen, ahora!!!
Cruella y Sexy asumieron la misma posición sobre la barra que aprisionaba los cuellos de los moribundos.
Darkgirl hizo lo mismo que ellas, aunque esta vez puso las palmas de las manos bajo la reja de equilibrio, agregando una gran presión adicional al peso de su hermoso cuerpo sobre el cuello del infortunado hombre.
La barra prácticamente se asentó sobre el piso de la plataforma, aplastando y fracturando sin piedad los huesos y cuello.
La chica fijó su mirada en los ojos de su víctima, quien la miraba en sus últimos instantes de agonía, suficientes para oírla decir, remarcando las palabras:
-Muere, perrrrrrooo!!!
El hombre arqueó su cuerpo por última vez, con su pene erecto al máximo, cayendo ruidosamente sobre su espalda en la plataforma.
La alarma del monitor se hizo continua y la línea de vida completamente plana.
Darkgirl lo había logrado. Ganó en un cruel e inesperado remate.
Sexy remató a su víctima imitando la presión adicional de Darkgirl, en medio de la molestia por la derrota, aunque ya tarde. El sujeto no aguantó más, dio su último estertor, apenas alcanzando a escuchar a la escultural morena cuando le decía:
-Maldito, me hiciste perder, muere ahora!!!
Las tres se bajaron al tiempo, en medio de la celebración de la ganadora, quien danzaba agachando y levantando su cuerpo sobre la plataforma.
Resultados Prueba No. 3
Primer lugar: Darkgirl con 40 puntos (100 x 40%)
Segundo lugar: Sexy con 38 puntos (95 x 40%)
Tercer lugar: Cruella con 36 puntos (90 x 40%)
PUNTAJE FINAL
GANADORA DEL CARGO DE LIDER: DARKGIRL con 98 puntos
SEGUNDO LUGAR: SEXY con 96 puntos
TERCER LUGAR: CRUELLA con 92 puntos
El segundo y tercer lugar representaban lo mismo, ya que con ello alcanzaban los cargos de Comandantes de escuadra, con igual jerarquía de autoridad sobre las 25 vigilantes, pero bajo las órdenes de la Líder.
Mientras tanto, el hombre de Cruella continuaba agonizando. La chica no quiso rematarlo, decepcionada e incrédula por haber perdido después de empezar encabezando la competencia en la primera prueba; finalmente, las reglas no contemplaban si las perdedoras debían terminar la ejecución.
-Te lo regalo, remátalo tú, aguantó demasiado y por eso perdí-le dijo Cruella a Alexa, señalando el agonizante sujeto.
Alexa miró a Samantha y a Grethel, pidiendo autorización para ejecutar al reo. Samantha extendió su brazo con el pulgar de la mano hacia abajo, como indicándole que aceptara el ofrecimiento de Cruella.
La rubia sonrió, haciendo visible su blanca y perfecta dentadura. Se acercó lentamente al hombre.
La chica lucia sencillamente preciosa; tenía un pequeño top negro con un escote profundo que hacían sobresalir unas bien proporcionadas y hermosas tetas, unos cacheteros de tela de jean azul desteñida, con hilachas cortas, recortado al extremo de parecer casi una tanga, que destacaban su espectacular trasero y sus largas y bronceadas piernas, resaltando unos bellos y tonificados muslos; su abdomen plano como muestra de una disciplina de gimnasio, con el cual también contaban en la Gran Hacienda para mantener en forma a la selectiva población femenina. Calzaba unos altos zapatos cerrados de tacón, lo cual, aunado a sus más de 1.70 mts. de estatura, la hacía ver más imponente. Su rostro hacia recordar a la bella y famosa Charlize Theron.
La escena no podía ser de mayor contraste: un escuálido y agonizante cuerpo, con el miembro semirrígido, a los pies del escultural cuerpo de una verdadera diosa.
La barra usada por Cruella aun se hallaba recostada al cuello del hombre, quien abría y cerraba la boca de manera intermitente, respirando con dificultad; era evidente que estaba en sus últimos instantes, por lo cual Alexa se apresuró a rematarlo.
Lo hacía por placer, aunque también quería demostrar que su eliminación de la final no había sido por falta de méritos, además de querer ganarse la confianza de Darkgirl, su nuevo jefe y de Sexy y Cruella, las dos nuevas comandantes.
La celebración de Darkgirl se interrumpió momentáneamente, para concentrar la atención de todas en Alexa.
El sometido, desde su indefensa posición, miraba la escultural reina bajo la cual entregaría su último aliento.
Alexa subió ágilmente sobre la barra, se sujetó con la mano derecha de la reja de equilibrio, puso la otra mano en su cintura, en una actitud arrogante y provocadora. El infeliz soltó un ronco y débil quejido como única muestra de resistencia final. La chica empezó a mover su cuerpo alternando su peso entre una pierna y otra, como pedaleando sobre el fracturado cuello; al doblar las rodillas de manera acompasada, sus impresionantes muslos danzaban al mismo ritmo de la agonía del sentenciado.
El peso del hermoso cuerpo de Alexa fue demasiado para la casi esquelética humanidad de su víctima, quien rápidamente soltó un hilillo de sangre por la boca y entregó su último suspiro, plenamente certificado por la línea de muerte del monitor.
Samantha y Grethel bajaron al escenario y felicitaron a las tres competidoras, sin dejar de resaltar las habilidades mostradas por Alexa. Sexy le prometió a la rubia que como jefe inmediato de ella, le haría unas concesiones especiales a la hora de torturar y ejecutar reos, durante las ferias, concursos y eventos especiales que a partir de ahora se organizarían en la Gran Hacienda, bajo las ordenes de Darkgirl, en una verdadera cruzada para erradicar de Ficticia y del resto de la provincia a toda clase de delincuentes.
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