Las Justicieras I: En busca de la Líder
La ciudad se estaba saliendo de control y unas bellas chicas tenían la cruel solución
Las Justicieras I: En busca de la Líder
Ficticia era una ciudad grande, con los problemas de cualquier urbe de un país en desarrollo, con elevados niveles de desempleo, corrupción e inseguridad; un gran porcentaje de su población era menor de 25 años, lo cual agudizaba los problemas de pandillas y generaba problemas de prostitución a diversos niveles, gracias a la economía subterránea y algunas academias de modelaje que habían perdido su rumbo y objetivos, derivado tal vez de la bien merecida fama de ser una región de hermosas mujeres, muchas de ellas atraídas por la fama o el dinero fácil.
Debido a ello y a la indiferencia, en algunos casos y a la corrupción, en otros, se habían asentado grupos de bandas que pertenecía esencialmente a dos poderosos mafiosos, los cuales eran conscientes que no les convenía que las autoridades intensificaran sus acciones, y por ello deciden encargar a sus bellas esposas, Samantha y Grethel, la misión de organizar una estructura que se encargue de eliminar ladrones y violadores al costo que sea; el objetivo era que ellas se encargaran directamente de montar toda una organización supersecreta con todos los recursos financieros y la logística necesaria para obrar con efectividad, pero diseñada por ellas mismas. Las dejarían actuar con plena libertad, sin inmiscuirse en sus decisiones.
Samantha y Grethel eran dos hermosas mujeres que apenas pasaban los 30 años de edad; se habían convertido en muy buenas amigas desde muy jóvenes en fiestas de grupos de amigos, con quienes pasaban la vida de manera alegre y despreocupada; en ese ambiente conocieron a personajes con fortunas de dudosa procedencia, pero con quienes no dudaron en casarse cuando se los propusieron.
Samantha, alta, cabello rubio, un gran trasero y enormes tetas producto de cirugías estéticas pagadas en su soltería por quien ahora era su esposo, se había vuelto soberbia, banal e insensible, tal vez producto de la riqueza que ahora la rodeaba; Grethel, de gran porte y estatura, cabello negro, lacio, bellas piernas, un poco más calmada, pero no por ello menos ambiciosa y dispuesta a lo que fuera por conservar la cómoda vida que llevaba.
Fue por ello que aceptaron la propuesta sin dudarlo, ya que ocuparían su tiempo y era una actividad que les llamaba la atención además de la garantía de impunidad que tenían para desarrollarla; deciden entonces que lo haría únicamente con mujeres lindas y jóvenes, por lo cual se empeñan en contratar una chica de carácter fuerte e implacable, la cual tendrá a su servicio 25 bellas vigilantes, cuidadosamente seleccionadas, en una hacienda de gran extensión a las afueras de la ciudad, dotada de instalaciones para las más crueles torturas y eliminación de ladrones, violadores y delincuentes de toda clase; los encargados de capturar a las víctimas, las cuales serian todas de sexo masculino, serían los hombres de absoluta confianza de sus esposos.
Ellos entregarían a los condenados en las puertas de la Gran Hacienda, como llamarían al lugar de operaciones, ya que no se les permitiría entrar a ella y a partir de ahí las chicas que contrataran se encargarían del resto.
Para conseguir a la líder de esta misión, publican un aviso clasificado en el diario local, así:
“Se requiere chica entre 18 y 30 años, mínimo 1,65 de estatura, carácter fuerte, que odie las injusticias, decidida y muy discreta. Adjuntar fotografía de cuerpo entero y pseudónimo al correo enunciado. Millonaria remuneración”
El aviso se publicó durante una semana.
Al mismo tiempo, se hicieron unas adecuaciones en la casa rural, bajo la supervisión de las dos mujeres, que se inspiraron en libros e ilustraciones sobre métodos de interrogatorios en distintas guerras, la inquisición y otros, pero, sobre todo, en su propia imaginación.
Al correo enunciado llegaron cientos de fotografías de aspirantes, con información básica, referente a aspectos familiares, ya que preferiblemente las querían solteras, sin hijos, independientes y muy decididas.
Se dedicaron días enteros a analizar, una por una, clasificándolas en candidatas probables, seguras y descartadas, ya que faltaban las entrevistas que habían diseñado.
Encontraron toda clase de pseudónimos: “La implacable”, “La despiadada”, “Murder”, “Escorpión negro”; “Muerte dulce”, “Dark W”, entre muchos
La verdad, se estaban divirtiendo con esa misión.
En cuanto a sus físicos, se encontraron con igual variedad, pero lo importante era los requisitos de estatura y edad, además de su belleza.
Seleccionaron inicialmente 120 hermosas chicas, las cuales fueron llamadas a entrevistas que Samantha y Grethel harían personalmente. Las dividieron en 24 grupos de 5 chicas cada uno; a cada grupo le dedicarían 1 hora de cuestionarios, entrevistas y algunas pruebas; harían esto durante 3 días, en jornadas de 8 horas diarias, con intervalos de descansos para refrigerios y almuerzo.
Hasta ese momento se evaluaba el arrojo y la capacidad para llegar a extremos, calificadas por una experta sicóloga contratada para tal fin y de plena confianza, sin entrar en detalles y solo como una especie de juego para un concurso o algo así.
La idea era tener 28 chicas a cargo, que conformarían un grupo de 25 vigilantes, dos jefes de escuadra y una líder.
Finalmente, escogieron las 25 que mas disposición y cualidades tendrían para la misión de vigilantes que se les encomendaría y dejaron para la final a las tres que fueron consideradas las mejores, para escoger entre ellas a la Líder y sus dos lugartenientes.
El proceso de selección fue un éxito, ya que al reunírseles a estas 28 últimas, todas ellas muy hermosas y de cuerpos envidiables, para explicarles la verdadera tarea a encomendar, ninguna vaciló en aceptar, no sin antes advertir que era una labor de la más absoluta confidencialidad. Las vigilantes, con una llamativa remuneración económica, tendrían 5 días de descanso al mes, por grupos de 5, cada 25 días, por lo cual siempre estaría un equipo de 20 unidades en la Gran Hacienda.
Para las 2 jefas de escuadra y la Líder se diseñó un esquema de rotación especial, en el cual por algunos lapsos de tiempo quedarían solo dos de ellas, pero nunca una en solitario.
Todas iniciaron fuertes entrenamientos en disciplinas como equitación, tiro y conducción de vehículos todoterreno, entre otras, aunque muchas demostraron gran habilidad en algunas de estas artes. Tenían además un gimnasio a su disposición, dotado de los mejores equipos.
Las tres chicas que habían llegado a la final, gracias a los test que se les hizo, se habían inscrito con los pseudónimos de Sexy, Cruella y Darkgirl.
Sexy era una mujer de 22 años, 1.66 de estatura, 54 Kg. de peso y trigueña. Tenía unos ojos negros chinescos, cabello largo y negro profundo, a media espalda, recogido en una cola, piernas hermosas, gruesas, torneadas, enormes tetas como apetitosos y redondos melones y con un trasero hermoso, bien formado, como de concurso; de hecho, cuando apenas cumplía los 18, había quedado de segunda en un concurso local llamado “cola bella”, detrás de una de las chicas que precisamente ahora había sido seleccionada entre las 25 vigilantes.
Cruella, de piel bronceada, 28 años, 1.65 de estatura y 52 Kg., tetas grandes y llamativas, cabello rubio y largo, recogido con una diadema de tela negra, culona y piernona.
Darkgirl, era de piel blanca, 19 años, la más joven, 1.68 de estatura y 54 Kg, cabello negro, lacio, con un mechón a un costado, senos pequeños, piernas largas y atléticas y un trasero envidiable, firme y redondo.
Eran hermosas, decididas y tenían rasgos de ser crueles, según los test iniciales; las finalistas perfectas para Samantha y Grethel.
Aunque las verdaderas pruebas para alcanzar su estatus y posiciones de mando, estaban apenas por empezar.
Las citaron para una semana después.
Samantha ordenó capturar 6 delincuentes en la ciudad, para luego ser llevados a la Gran Hacienda. Para ello se valían de comunicaciones telefónicas con el jefe de los hombres al servicio de sus esposos, tal como había sido convenido.
Al tercer día ya habían traído la totalidad de los sujetos solicitados, los cuales eran transportados en furgonetas cerradas, esposados con las manos atrás y vendados; tres de ellos eran reconocidos asesinos, dos estaban prófugos por delitos de violación y otro por estafar a un grupo de personas humildes. Fueron entregados a un grupo de las vigilantes, en la puerta de Gran Hacienda, ya que los hombres encargados no podían entrar a ella y debían regresar inmediatamente a la ciudad, olvidando cada vez el asunto.
De cada prisionero se encargaban dos vigilantes, que los conducían a unas celdas subterráneas, de puertas metálicas y con candados, especialmente construidas para tal fin.
Todo había sido cuidadosamente preparado. A las chicas finalistas les compraron igual vestimenta, consistente en botas negras de tacón puntilla de 12 cms., largas hasta más arriba de las rodillas, cacheteros y tops negros de cuero, a la medida de cada una.
La final del concurso consistiría en 3 pruebas las cuales tenían diferente valoración, al final de las cuales aquella que sumara mayor puntaje seria la Líder y las otras dos sus jefes de escuadra.
El día de las pruebas finales, las tres finalistas se presentaron cada una con su vestimenta, lo cual era obligatorio; se veían hermosas e imponentes. Empezaba la etapa final del concurso.
Prueba No. 1
La primera prueba, la cual era la más sencilla y solo de trámite, consistía en que cada una escogiera de diferentes modelos de chicas y vestuarios que preferían para las vigilantes que estarían a su cargo en caso de ser elegidas. Para ello fue acondicionada una pasarela por la que desfilaron las modelos, escogidas entre las vigilantes, luciendo diversos vestuarios seleccionados en internet. Con ello se buscaba analizar la tendencia que tenía cada una de ellas respecto a la seriedad, efectividad y crueldad de su tarea. Esta parte tenía una ponderación en la calificación del 20%.
Cruella escogió una modelo de raza negra de cuerpo exuberante, con una pistola 9 mm, con funda amarrada al muslo izquierdo, vestida con una pequeñísima tanga y unos sostenes que luchaban para no dejar escapar unas enormes tetas.
Recibió una calificación de 100 puntos.
Sexy seleccionó una rubia de cabello corto, armada de un fusil, botas negras a media pierna, cacheteros de tela negra, sin sostén, con una larga canana que pasaba detrás de la nuca y descolgaba por delante cubriendo apenas los pezones de sus hermosas tetas.
Tuvo calificación de 90 puntos.
Darkgirl se inclinó por mujeres bronceadas con botas de tacón corto con armas cortas y trajes negros que más parecían ropa interior.
Alcanzó una calificación de 95 puntos.
Las posiciones, después de esta primera prueba, estaban así:
Primer lugar: Cruella con 20 puntos (100 x 20%)
Segundo lugar: Darkgirl con 19 puntos (95 x 20%)
Tercer lugar: Sexy con 18 puntos (90 x 20%)
Era evidente que la competencia iba a estar bien reñida, por lo cual eran conscientes que se tendrían que esforzar al máximo en las dos pruebas que faltaban; para ello, Samantha y Grethel utilizarían los 6 hombres capturados, los cuales habían sido condenados por ellas mismas, sin juicio previo, a la pena capital; consistirían en unas actividades diseñadas por ellas mismas, de tortura y muerte, donde se vería el verdadero talante de las candidatas para este oficio.
Lo más cruel estaba por venir. Y las hermosas chicas estaban dispuestas a sacar a flote sus más crueles instintos.
CONTINUARA…