Las infidelidades de Emma capítulo 4

¿Aceptará Emma la propuesta?

Recomiendo la lectura de los capítulos anteriores para poder comprender la historia.


Llegué a mi casa a las 03:45, mi marido ya estaba en la cama y se despertó al verme llegar, me dio un beso algo frío en la boca y sin preguntarme nada, siguió durmiendo, yo me acosté tras

desnudarme,

pero me costó un rato dormirme por la adrenalina que llevaba encima después de todo lo que había pasado esa noche.

A las 06:00 me sonó el móvil de empresa, era Marina que me enviaba un mensaje en el que me decía:

“¡Arriba, putilla, es hora de levantarse! ¿Has tomado ya una decisión?”

Le respondí a Marina diciendo que nos veríamos en el gimnasio y me fui a la ducha, me duché y me masturbé pensando en Álvaro y sobre todo en Estefanía y me vestí con ropa deportiva para poner rumbo al gimnasio tras tomar un rápido café y preparar un termo con más café para el trayecto en coche.

Pilar no estaba en el gimnasio esa mañana porque tenía el día libre, así que entrenamos a solas Marina y yo, durante todo el entrenamiento no tocamos el tema de si iba a aceptar o no, yo me centré en el

deporte,

aunque ver a Marina haciéndolo me ponía muy excitada y pensé en besarla allí mismo, sin importarme lo que dijeran los demás.

Cuando acabamos la hora de deporte y fuimos a las duchas, Marina cambió de actitud, me empotró contra la ducha y comenzó a besarme en la boca, fue bajando con su lengua por todo mi cuerpo, se detuvo en mis tetas que tenían los pezones duros y excitados, y llegó a mi coño, lo lamió con ganas, como si fuera la primera vez que lamía un coño, y yo alcancé un orgasmo que disfruté un montón.

Cuando acabamos de tener nuestro momento de intimidad, Marina me dijo al oído:

-” Espero

que aceptes, tendrás muchos más momentos como este, no mientas, zorra, sé que te ha gustado”.

Marina y yo nos vestimos con ropa de calle y Marina se despidió con la excusa de que tenía un cliente en menos de una hora y tenía que ir a preparar la sesión, pero me esperaba a las 19:00 en su gabinete para que le diera a ella la respuesta de si aceptaba o no y resolver las dudas que pudiera tener.

A mí me tocó irme sola al bar a desayunar un poquito, después fui a la oficina y trabajé toda la mañana, me centré en el

trabajo,

aunque la verdad, la más mínima distracción y pensar en Estefanía y en la propuesta, me hacía humedecer mi coño y estremecerme.

A las 13:45, llamaron a la puerta de mi despacho, pedí que pasara quien fuera, era Estefanía, iba vestida como una verdadera puta, con un top de cuero del que parecía que se le iban a salir las tetas enormes, el corsé que llevaba siempre y una falda tan corta que casi parecía un cinturón ancho y unas botas con 25 cm de tacón y unas medias de red; en la mano llevaba un abrigo largo de cuero marrón.

Sin

embargo

lo que más me sorprendió fue su pelo, la melena rubia había dado paso a una melena pelirroja más corta, le pregunté por ello, Estefanía se quitó la peluca que llevaba mostrando la cabeza afeitada al 0, me explicó que era lo más cómodo, y que cuando tuviera que llevar máscaras de cuero o de látex, lo iba a entender.

Estefanía me dio un beso en la boca y me pidió que fuéramos a tomar algo y a comer, y que no me importara el horario porque ya Ingrid lo sabía y podía salir sin problema de la oficina.

Agarré mi abrigo y salimos de la oficina, fuimos caminando hasta el garaje donde estaba el coche de Estefanía, el mismo que la noche anterior, y fuimos en él a un restaurante de tipo asador que estaba casi a las afueras de Madrid, por la zona de Aravaca.

En el restaurante nos sentaron en un reservado, al parecer, conocían mucho a Estefanía, ella se encargó de aconsejarme lo que tenía que pedir, primero un poco de embutido diverso y de segundo un chuletón al punto (Al estilo de cierto personaje de este país).

Estefanía me preguntó si ya había tomado una decisión, yo le respondí que casi ya la tenía y que iba a ser que sí, así que Estefanía me animó a que no le diera más vueltas y me sacara un moco y fuera al despacho de Ingrid nada más regresar a la oficina tras la comida y le comunicara la buena noticia para poner en marcha todo lo necesario y comenzar cuanto antes el proceso de cambio.

Acabamos de comer, me sorprendió cuando Estefanía se fue sin pagar, pero me dijo que no había problema, que estábamos invitadas y que no me preocupara, así que supuse que el restaurante sería de Ingrid o de Álvaro o algo así y que por eso nos invitaban a la comida.

El hecho de que Estefanía fumara casi sin parar en el interior del restaurante también me hizo sospechar eso.

Regresamos a la oficina, volvimos a aparcar el coche en el mismo parking y Estefanía se ofreció a acompañarme al despacho de Ingrid para que le diera la noticia de que aceptaba su propuesta.

En el despacho, Ingrid se puso muy contenta al saberlo, mandó traer una botella de champagne del caro y tres copas, y estuvimos celebrando, Ingrid llamó a Lara y le dijo que reservara la mañana del viernes para hacerme pruebas médicas.

Ingrid me estuvo explicando los primeros pasos a seguir una vez que ya había aceptado, al día siguiente me llevarían a una clínica donde Lara me haría el preoperatorio de las primeras cirugías, después iría a una peluquería y pasaríamos el fin de semana en Marbella a todo lujo.

Al regresar el domingo, tendría la charla con mi marido en la que le pediría el divorcio, y me iría de la casa, pasaría la noche del domingo al lunes en el gabinete de Marina, y el lunes por la mañana me iría a la clínica donde me operaría y pasaría allí unos días mientras me recuperaba; cuando ya estuviera recuperada, me iría a vivir a la casa de Álvaro con toda su familia (Estefanía y las hijas de Álvaro) y poco a poco iría recuperando la rutina de deporte y de trabajo cuando lo indicara Lara, en función de mi recuperación.

Tras decir esto, Ingrid y Estefanía se desnudaron y me indicaron que yo también debía hacer lo mismo, Ingrid llamó a Francisco para que acudiera a su despacho.

Francisco iba cargado con dos braguitas con

strap-ons

que se pusieron Estefanía e Ingrid, Francisco cerró el despacho por dentro, se desnudó dejando ver su lencería de mujer que llevaba oculta tras su impecable traje de raya diplomática, y entre Ingrid y Estefanía me empezaron a follar mi coño y mi culo a la vez.

Ver a Ingrid casi desnuda era un espectáculo, sus enormes tetas, algún tatuaje, su cuerpo lleno de pecas, era una delicia.

Cerré los ojos y me dejé hacer, me dolió un poco al principio, pero disfrutaba, sabía que mi nueva vida me iba a gustar más que la anterior, iba a ser más feliz e iba a disfrutar.

Cuando me corrí fue Francisco quien me tuvo que limpiar, no lo hacía mal, se notaba que sabía tratar a sus semejantes (Teniendo en cuenta que Francisco se sentía una mujer).

Miré el reloj, eran las 19:15, y yo había quedado con Marina y ya llegaba tarde, Ingrid me dijo que no me preocupara, llamó a Marina, le dio la buena noticia y le dijo que nos veríamos en un restaurante para celebrar

tod@s

junt@s

la buena noticia.

Ingrid pidió que nos trajeran ropa de fiesta y yo aproveché para llamar a mi marido y decirle que tardaría de nuevo en llegar a la casa, y también le dije que tendríamos que hablar cuando fuera posible porque había un asunto muy importante que debíamos tratar; colgar la llamada me hizo sentirme liberada, era el comienzo de algo bueno...