Las historias de Sara (I)

Nunca imaginé que de esas llamadas anónimas, surgiría la mejor cogida que haya tenido hasta ahora...

Me llamo Sara , tengo 22 años y trabajo en una firma comercial. Me considero bastante bonita: pelo y ojos negros, piel blanca translúcida, pechos rotundos, algo grandes, coronados con unos pezones pequeños, de color rosa, cintura estrecha, caderas cimbreantes, y un culo redondito, todo mantenido en su lugar, gracias a mi personal trainer. Mi trabajo es el de una secretaria, y mi jefe es Pablo, un cuarentón, muy viril, entrecano, ojos verdes, piel bronceada gracias a largas jornadas de pesca, deporte que ama, y que lo lleva bastante seguido a ausentarse de la ciudad.-

Justamente, fue durante uno de esos días en que mi jefe no estaba, cuando comencé a recibir unas llamadas extrañas al teléfono de la oficina. Era una voz susurrante, que al principio me llenaba de temor, por lo que yo colgaba enseguida. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, esa voz se fue haciendo mas y más interesante, al punto que le dí mi número de teléfono móvil, a fin de que me llamara a cualquier hora, incluso de la madrugada. Y así lo hizo. Muchas veces, durante mis sueños, esa voz llegaba a mí para contarme como me imaginaba en sus brazos, como deseaba morder mis pechos, estrujarlos en sus manos, lamerlos, bajar su mano hasta mis labios vaginales, abrirlos, para descubrir mi clítoris erguido, acariciarlo hasta llevarme al paroxismo...

Cuando estos llamados terminaban, yo me encontraba totalmente exitada, con mi conchita mojada a mas, por lo que debía conformarme con acariciármela, hasta quedar dormida nuevamente...

Pero un día, durante la mañana, sonó mi celular: era él. Se le notaba la voz mas exitada que de costumbre, preguntándome si quería conocerlo. Dudé, pero al final le dije que si. Entonces, me dijo, esta noche, cuando todos se vayan, quiero que te quedes solamente vestida en ropa interior de encaje negro, medias, con liguero incluido, y tacos altos. Dicho esto, cortó la comunicación. Debo reconocer que me asustó algo, pero también me dejó muy caliente ante esta nueva perspectiva de las cosas...

Llegó la hora en que todos se retiraron y yo me quedé sola en la oficina. Me quité la camisa y la falda de ese día, y tal como me lo había pedido, dejé lo demás en su lugar. En ese momento, suena el teléfono de la oficina de mi jefe. Al atenderlo, era nuevamente esa voz, para decirme que estaba cerca, que apagara las luces, y descorriera las cortinas, de tal forma que la habitación solamente quedara iluminada por las luces de la noche, y que una vez hecho esto, me acercara al escritorio de mi jefe, de espaldas a la puerta y esperara allí. Cortó...

Yo, ya en clima, hice lo que me pidió, al tiempo que escuchaba abrirse la puerta, cerrarse de nuevo. Un escalofrío recorrió mi piel. Unos pasos amortiguados por la alfombra, sonaron, acercándose hasta mí...Una voz, su voz, me susurra en el oído: tranquila, nena, no te voy a lastimar, al contrario, te voy a cuidar. Mientras lo decía, me colocaba un pañuelo de seda en los ojos. Cuando lo estaba haciendo percibí un perfume varonil conocido...Era Pablo, mi jefe! Eso me exitó totalmente! Una vez, con los ojos vendados, comenzo a besar mi cuello, a recorrer mi espalda con su aliento...Mmmm, decía, como te deseo...Tomándome por la cintura, me apoyó contra el escritorio, mientras en mi culo podía sentir su verga dura, pujando por salir del encierro...

Me desabrochó y quitó el brasier, para ocuparse de mis pechos, cuyos pezones clamaban por ser tocados... Y así lo hizo, los pellizcaba, los amasaba, los sobaba, para mi delirio. Luego, bajó sus manos, tomó una tijeras que estaban sobre el escritorio y cortó rapidamente liguero y bragas, para separarme las piernas, arrodillarse detrás de mí, separarme los labios y comenzar a lamerlos...me apoyé sobre el escritorio, abriéndome aún mas, mientras le pedía que no se detenga...Eso hizo que enloqueciera, porque me metió un dedo y luego otro y cuando parecía que ese metesaca no podía ser superado con nada, retiró sus dedos para reemplazarlos por su lengua. La lengua era grande y húmeda, casi parecía un pene, que me penetraba, me recorría todos los rincones de mi concha, hasta hacerme acabar, con abundante emanación de jugos, que él succionaba con placer...Yo, transportada a otro mundo, le pedía mas, por lo que sacó su verga y me la enterró hasta el fondo, haciendome gritar de placer..Unmmmm, dame mas.....ahhhhhh, si, así, dame mas......Hasta que de su miembro salió tremenda cantidad de leche, que junto a mis jugos, me corrian por entre las piernas.

Me volteó, me recostó sobre el escritorio, me alzó las piernas para apoyarlas en sus hombros, y mientras con una mano estrujaba mis tetas, con la otra undia un dedo en mi concha, lo embardunó de jugo, y luego me lo metió en mi ano...Increíble sensación, comenzó a dilatarlo y cuando estuvo listo, me penetro con su verga, despacio, y luego mas y mas, hasta que llegó al fondo de mi...Yo me movía de adelante hacia atrás, gimiendo de placer...Hasta que acabé nuevamente, al igual que su semen inundó mi culo...

Cuando terminó, me tomó una mano, y me hizo bajar, para guiarme hasta el sillón de la oficina. El se sentó, desnudo, con las piernas abiertas, y me recostó a mí sobre sus piernas...Yo sentía su verga en mi cara, eso me calentó de nuevo, asi que la tome entre mis manos firmemente, y comencé a lamerla, como si fuera un helado, la chupaba, cada vez con mas fruicción, las bolas, toda, de arriba hacia abajo, la metí hasta el fondo de mi garganta, y cuando estuvo lista para mí, me quité la venda de los ojos, para mirarlo directamente a Pablo, mientras yo me montaba sobre su verga espectacular, la cual se deslizó fácilmente dentro de mi concha, totalmente lubricada por mis jugos, una vez mas...Pablo me tomo de la cintura y me empujaba hacia abajo, mientras mis pechos se bamboleaban, y mis gritos enloquecidos se mezclaban con sus gemidos. Esa última cogida fue alucinante, hasta que mis jugos y su leche caliente se unieron en un espectacular orgasmo!!!!

Desde esa noche, cuando todos se retiran, Pablo y yo nos matamos de amor en su oficina, excepto cuando se va de pesca...pero esa es otra historia...