Las historias de mi vida, luis sacando la tarjeta

Por la presión que hacían todos los de la fila, nos fuimos pegando uno a otro sin dejar siquiera milímetros entre nosotros y fue cuando primero sentí la raja del culo del militar pegada en mi verga y luego como la verga del militar se pegaba a mi propia raja.

LAS HISTORIAS DE MI VIDA,

LUIS SACANDO LA TARJETA DE IDENTIDAD

Yo, LUIS nunca pensé que sacar la reposición de mi tarjeta de identidad fuera una tan placentera situación.

Después de llegar alrededor de la once de la mañana al Registro Nacional de las Personas en Honduras note que había unas 500 personas esperando para ingresar y primero tuve que ir a sacar copia de mi partida de nacimiento ya que extravié mi contraseña de solicitud de reposición de identidad.

Lo importante no es eso, pregunte a donde me correspondía hacer fila y resulta que por tarde que llegaba tuve suerte y estaba en 4to. Lugar en la fila de reclamo de mi cedula de identidad y me tocaba atrás de un cabo del ejercito de Honduras, como todos los cabos en nuestro ejército; la mayoría están en excelentes condiciones físicas, por su entrenamiento y por su juventud.

El asunto es que atrás de mi estaba un ex-militar que lo supe de buenas a primeras por la forma de expresarse al cabo que Yo tenía al frente.

El asunto se comenzó a poner interesante cuando llevábamos como 45 minutos de hacer fila y los que allí estábamos nos pusimos muy molestos, pero muy molestos y las filas comenzaron a pegarse para evitar que los mal intencionados que llegaban tarde se colaran.

El asunto es que a medida pasaban los minutos comencé a sentir que todos nos pegábamos más de lo debido, al grado que el tipo que estaba atrás mío se pegó de tal forma que primeramente pude sentir como sus jeans gruesos y nuevos me marcaban la raja del trasero a través de pegarse a mis pantalones de tela delgada.

Supe que sus jeans eran  nuevos porque al sentir esa presión en mi trasero de forma disimulada le volteo a ver y así lo note.

En esas estábamos cuando de la puerta principal se abrió con alguien de esa institución dando indicaciones que nos fuéramos al final de la fila cuando llevamos casi una hora al principio de la fila y nos querían mandar al final.

El asunto es que con la enojada que nos pegamos los que habíamos iniciado la fila al escuchar que nos fuéramos al final fui el primero en negarme e inmediato sentí como la fila se pegó uno contra otro condicionando que nadie retrocedería nada de sus posiciones.

En mi raja del culo a través del pantalón de tela delgada, sentí como una verga gorda y firme se posicionaba en mi raja.

Las presiones con los empujes y encojes fueron muchos.

Yo con mis 46 me sentía en la gloria, porque atrás tenía un chaval de casi 19 según había hablado con él y el militar al frente con solo 21 con casi 1.85 mts. De altura. o sea unos cms. más alto que Yo.

Ambos delgados pero fibrados y en ambos casos podía sentir sus rabos y culo bien parado del militar.

Todo eso para mí era ilusionante; No podía dar crédito a estar en medio de dos tipos veinteañeros y Yo con 46.

Por la presión que hacían todos los de la fila, nos fuimos pegando uno a otro sin dejar siquiera milímetros entre nosotros y fue cuando primero sentí la raja del culo del militar pegada en mi verga y luego como la verga del militar se pegaba a mi propia raja.

Al principio todo era muy normal, pero a medida pasaron los minutos podía sentir como mi verga disfrutaba de la sensación de separación de ese par de glúteos bien formados por la disciplina militar, imaginaba las miles de sentadillas que haría a diario para tenerlo tan duro y paradito; en esas estaba cuando siento que el ex militar a mis espaldas se acomoda de tal forma que su bulto queda metido en la raja de mis nalgas.

La sensación era deliciosa, pero la presión en la fila continuaba y Yo no dejaba de percibir la sensación del culo del militar en mi propia verga, mi verga comenzó a crecer y por como estábamos de pegados ni modo él tenía que sentir que lo mío se acrecentaba y engordaba.

Mi propia verga a través de mi pantalón de tela delgada estaba tomando un tamaño que nunca  había sentido;   estaba más gordo y largo que nunca.

Mi verga quería penetrar a ese cabo del ejército de Honduras  que hacia fila junto a mí y que a mi espalda un ex militar me punteaba el culo de igual forma.

Todo esto era alucinante, a mi izquierda había una fila de más de 500 personas para sacar la identidad por 1Ra. Vez y a mi derecha un balcón de unos 25 metros a la calle.

Yo andaba con mi mochila grande y colocándomela al lado izquierdo podía tapar mi cadera y así seguir disfrutando de esa sensación sin que nadie se diera cuenta.

No cabía en mi el sentirme tan lleno de algo que siempre imaginé y era el estar en medio de dos machos heteros que pudieran darme placer gay sin que se perturbaran en lo más mínimo.

Entre empujes y relajaciones de la fila pasaron casi una hora y mi verga el militar a mi frente comenzó a sentirla puesto que a penas se me terminó de parar él me volteo a ver y comprendí que ya había sentido mi pija bien parada pegada a todo lo largo de la raja de su culo.

Y Yo por mi parte pude sentir la verga bien gorda y dura de mi compañero de atrás y para indicarle que ya lo sentía lo volteo a ver y él como respuesta pone sus manos al lado de mi cintura “para afianzarse más a la fila”.

Yo por mi parte puse mis manos a cada lado de la cintura del militar y este me volteo a ver a lo que puse mi cara más seria y di un leve empujón a mi cadera para indicarle al militar que conscientemente estaba empalmado y punteándole el culo.

No dijo nada,  ni hizo ningún gesto de reclamo; volteo su rostro al frente y continuo como si nada, pensé que me daría un buen trompazo por mi audacia pero salí librado.

Y así podía seguir disfrutando de ese par de nalgas bien duritas y respingonas teniendo un rabo grueso y duro en las mías.

La fila era interminable como todas las de lugares públicos que son una amenaza para el entendimiento normal.

El aprieta y suelta era tal que parecíamos de esos gusanos peludos que se mueven muy gracioso.

Nuestros cuerpos permanecían muy juntos, más juntos de lo debido y nuestras vergas aún más.

Después de más de media hora con la pija bien parada y pegadito a ese sabroso culo de militar duro y respingón, mi verga no pudo más y comenzó a lanzar borbollones de semen en mis bóxers y sentí como se volvía una sola goma dentro de ellos.

Mi compañero de fila el militar, debía sentir como mi verga daba saltos dentro de mi pantalón y en menos de un segundo pude sentir que sus manos se estiraron hasta mi pantalón y tomó mi verga aún parada y lanzando lefa e introdujo por arriba de la cintura de mi pantalón su mano y fácilmente llegó a mi pija y la estrujó con fuerza.

Pude sentir una mano bien callosa y amplia, mucho más amplia que la mía y sentí como sus dedos pronto llegaron hasta el agujero de mi culo y uno de ellos me penetró mientras aún Yo soltaba mi semen en mi bóxer y ahora sobre su mano también.

Lo sexual, excitante, prohibido y exhibicionista de la situación me llegaba aún más y siguiendo lo que el militar me hacía tiré mi mano hacia atrás mío y la metí entre mi compañero de fila y Yo y de un solo tirón baje su zipper y metí mi mano en su pantalón. No sin antes haber sentido esa enorme protuberancia dentro de ese jeans negro.

Mi mano palpo, mi mano jugueteo con esa verga gruesa y dura, luego introduje mis dedos por la rajadura frontal del bóxer y pude sentir en carne propia el calor, forma y grosor de ese pedazo de carne, si me hubieran dicho que cuanto pesaba, diría que unas tres libras de carne bien formada.

La cabeza de esa verga era puntiaguda como para iniciar el camino a esa masa robusta y dura que es su cuerpo.

Una verga de excelentes proporciones.

Poco a poco la masajeaba y sentía como aumentaba su calor, esa verga era robusta y placentera al tacto, me ponía a imaginar como sería que se la metieran a uno.

Seguro al inicio dolería, pero después sería una maravilla.

En el trabajo mi jefecito debería estar pensando que me fui a otro lado por lo mucho que me tardaba ya.

El pantalón era un lío por delante, la mancha de mi corrida se comenzaba a notar, pensando estaba en como iba a disimularlo cuando nos hicieron entrar para hacer el trámite; fue relativamente rápido y como pude con mi mochila logre tapar la zona para no ser descubierto.

Al cabo que llevaba en frente como que le pasaba algo raro también pues se anudó su chamarra (chumpa) a la cintura lo más rápido que pudo.

El amigo que tenía atrás, por lo negro de su jeans no se notaba mancha; pero sí logre notar un tremendo bulto que al parecer no solo Yo lo pude percibir pues el encargado de hacernos pasar e indicarnos donde recogeríamos la identidad abrió un tanto los ojos al pasar el amigo.

No hubo chance de intercambiar números pero volví al trabajo muy feliz y relajado.

Ya saben, nombres y otras cositas cambian por lo de los interesados en eso….

Joanve09@gmail.com