LAS HISTORIAS DE MI VIDA, El Campesino Fortachón I
Este relato es fuerte, contiene incesto y otras cosas más ...solo atinaba a sujetar sus caderas para tener la certeza que no se movían porque su interior era como una licuadora que movía mi verga a su propia discreción.
LAS HISTORIAS DE MI VIDA,El Campesino Fortachón II
Juan, había tenido una iniciación a la vida adulta como nunca se pudo imaginar.
Él y sus hermanos comenzaron a llevarse muchísimo mejor que nunca, sus padres admiraron como el resto de sus hermanos estaban acoplándose y aceptando a Juan cada día más.
Los días de trabajo eran intensos en esas vacaciones y Juan aprendía cada día algo nuevo en relación a laborar fuerte y como tratar a las mujeres.
Durante el día, trabajaban casi de sol a sol y durante parte de la jornada lo hacían por lo general sin camisas, tostando sus dorsos al sol haciendo que sus cuerpos sudaran y expulsaran cualquier indicio de grasas extras en sus cuerpos que a medida crecían todos, se fortalecían levantando leños, piedras y empujando arado y bueyes, cargando sacos de grano, sacos de concentrado y pacas de heno para las vacas.
Juan volvió a la escuela, pero aquella iniciación no salía de su mente, regularmente iban al río, se divertían pero no se hablaba de lo ocurrido, si hablaban de sexo, de las mujeres, mostraban sus cuerpos desnudos al nadar entre ellos o con amigos que llegaban de las otras casas y haciendas pues la poza de ellos era la mejor.
Juan durante el primer mes de clases, se dedico a lo suyo, a sus tareas de colegio, sus labores en el campo y las domésticas que su madre les pedía que hicieran a alguno de ellos.
Rápidamente pasó un par de meses, Juan miró el efecto de hacer ejercicio en la labor (labor de campo) y le comenzó a gustar la forma en que su cuerpo respondía a la fuerza que se imponía hacer.
Su pecho comenzó a tomar forma, sus piernas se estaban volviendo duras y un poco más gruesas, su culo se lo celebraban sus hermanos y amigos del colegio.
Juan estaba dando descapullo de forma muy hermosa para un chaval.
Estando en estas, a él le toco dormir con Miguel en la misma cama ya que ambos andaban en el pueblo visitando a la novia de Miguel para que Miguel pudiera volver más tarde por el camino solitario y pudiera aprovechar el tiempo ofrecido ese día por sus futuros suegros que daban una fiesta familiar, para festejar el cumpleaños de la novia de Miguel.
Llegaron tipo 2:00 de la madrugada, sus padres no los escucharon llegar, al entrar al cuarto todos sus hermanos dormían y se escuchaban suaves ronquidos que así lo determinaban.
Ambos se desnudaron como era costumbre y se metieron a dormir, las camas habían sido asignadas por orden de llegada al mundo y los que llegaron después eran los que rondaban de una cama a otra en las diferentes ocasiones y muy, pero muy pocas veces eso cambiaba.
Pues al meterme en la cama con Miguel, este siguió contándome como la había pasado con su novia en los momentos que no estaban los suegros y que le había metido mano en sus hermosos pechos, bien duritos y paraditos y que ella le había acariciado el pecho a él diciéndole lo sabroso que se sentía sus pelos y que poco a poco bajaba su mano hasta su abdomen acariciando lo duro y firme que lo tenía, diciéndole que era un hombre sumamente guapo y que estaba locamente enamorada de él.
A todo esto Miguel a tomado mi mano y pasaba mi mano por du propio pecho indicándome como eran las caricias que su novia le había propinado y que en un momento llevó su mano hasta su pija bien tiesa de bajo de los jeans ajustados que solía llevar y que se había asustado de tocar su tranca que es grande al igual que todas las de mis hermanos y que la mía iba por igual andar.
Yo estaba bien empalmado para ese entonces, en la habitación solo se escuchaba nuestro murmullo muy suavecito para no despertar a los demás que dormían.
Miguel es un tipo genial, muy cariñoso desde siempre con migo, fue quien me enseñó a pescar en el río y ahora estaba allí con él comenzando una nueva etapa de mi educación sexual.
Yo acariciaba la hermosa melena que tiene Miguel mientras este me hacía una paja sabrosa, indicándome con el dedo de su mano silencio, Miguel comenzó a cambiar de posición y se colocó boca abajo en dirección a mis pies.- Yo quedé viendo los suyos, nuestras vergas medio se rozaban con sus movimientos suaves y tiernos, entonces ocurrió; Miguel tomó uno de mis pies y comenzó a besar mis dedos, luego a lamerlos y eso me causó algo de cosquillas que este rápidamente cayó con una de sus manos, volviendo a indicarme silencio.
Volvió a su posición y tomó nuevamente mi pié y esta vez pude dejarme hacer mucho mejor, comenzó con mi talón, lo lamió con toda su lengua como si de un helado se tratase, sentir la lengua de Miguel en mi talón fue estupendo, luego siguió lamiendo mi pié y esta vez subió hacia mi arco el cual no solo lamió, lo succionó al igual que la parte baja de mi dedo gordo para luego subir hasta el y besarlo suavemente, lamerlo con ternura y metérselo en su boca como un caramelo pírulin, esto me lanzó un rayo de corriente desde mi pié hasta mi verga que continuó por mi Columna y llegó a mi cerebro provocándome una sensación inmensa y excitante como todo lo nuevo que en sexo estaba por aprender.
Miguel jugaba con mi pié mientras Yo acariciaba sus piernas, se metía mis dedos de los pies uno a uno en su boca, lo paladeaba, lo disfrutaba con fervor, parecía que en ello se le iba la vida.
El empeño puesto en Miguel para paladear mis pies fue tal que Yo al principio tenía mis reservas a eso, pero tanto era el placer que me estaba dando que me volteo de lado y a medida este mamaba uno de mis dedos, Yo le hacia algo similar a otro de él.
Era grandioso, el pié de Miguel olía riquísimo; era su piel suave, un aroma a cuero de su zapato, un poco a salado de su sudor y un punto de hombre que solo se sabe distinguir pero dudo que alguien sepa como detallar.
Me sentía en la gloria estando allí, lamiendo sus pies peludos y que él lamiera los míos.
Nos volteábamos uno sobre el otro, no podía soltar ese nuevo manjar que se me procuraba a mi paladar, a mis sentidos del tacto y a ese amor fraternal que estaba en aumento cada día más hacia cada uno de mis hermanos.
Ya había estado en las entrañas de Francisco, Miguel me ofrecía sus pies; como dicen aquí en Honduras, por la gran puta esto si que es rico también.
Por un lado recordaba como Miguel horas antes estaba bien enrollado con su novia, besándola, acariciándola, metiéndole mano por donde pude ver y ahora estaba enrollado con migo, besando y mamando todo mi pié.
Hubo un momento en que Miguel se colocó sobre mí y distanciando su boca de mi pié fue subiendo por mis pantorrillas y subiendo más y más hasta llegar a doblarse sobre sus rodillas haciendo con este movimiento que su pié fuera arrancado de mis fauces y me dejara hambriento de algo que saborear.
Pobre iluso de mi, me quitó un pié; pero me entregó su culo.
Un par de nalgas grandes y firmes por el ejercicio del trabajo diario, bien peludas todas ellas, por todos lados y el centro de esto estaba adornado por una raja más peluda aún y el centro de esta raja tenía formado una especie de remolino de pelos que muy al fondo adivina esconder algo.
Con mis manos fui explorando sus apetitosas nalgas al tiempo que mi boca hacía lo mismo al succionar, al morder y lamer todo lugar que logré alcanzar.
Si las patas de mi hermano estaban buenas, ese culo estaba mejor.
Todavía guardaba su aroma a jabón de la ducha antes de ir a visitar a su novia.
Se adivinaba lo saladito del sudor y un pequeñísimo olor a almizcle/hombre, culo por descubrir diría Yo.
Miguel elevó un poco sus glúteos y frente a mi quedó un par de hermosas pelotas peludas que rápidamente succioné, todo esta fenomenal pensé Yo.
Mis manos paseaban por las columnas de sus piernas haciendo un mapa de los músculos que encontré por allí, eran piernas de hombre de campo, piernas gruesas, firmes, peludas.
Miguel empujó su riata hacia atrás y adiviné lo que quería, había sentido a Norbel hacérmelo a mi cuando me iba a coger a Francisco.
Su verga pegó en mi barbilla, luego su glande rozó mis labios y mi boca se abrió.
Pude recibir su glande en mi boca y comencé a succionar como un bebe de año que toma su biberón.
Que sabroso sabor, un sabor agridulce, un aroma fuerte que me llenó las fosas nasales, un calor a carne caliente pero fresca y dura con tu toque suavidad que sentía en mi lengua al degustar.
Me sentí un poco mareado al tener en mi boca esa riata emanando todo ese líquido seminal, era sabroso, estupendo, podía degustar las frutas del campo que mi hermano mayor había comido durante el día, el toque de una copa de licor con que brindó por su novia y lo saladito de la cena que habíamos degustado por igual.
Eso es el néctar de un hombre, es su sumo esencial.
Ese primer sabor se aumentó a medida Miguel emanaba más de el, podía sentir en mi propia verga como mi hermano mamaba de mi mis propios sumos esenciales y adivinaba que estaría sintiendo algo similar.
Miguel metía toda mi verga en su boca y podía sentir como la llevaba hasta el inicio de su garganta, eso es algo sin igual.
Mi hermano mayor me succionaba la verga, la soltaba y tomaba mis huevos, bajaba por el perineo y lamia mi ano.
Tenía toda mi zona sexual a punto de miel, Yo por mi parte había descubierto también el sabor de un ano que se dilata a tu merced.
Podía sentir en mi boca como su ano se dilataba a medida pasaba mi lengua por sobre el y cuando empujaba mi lengua para forzar entrar esta dilataba y volvía a cerrar.
Supe que el olor y sabor del culo de mi hermano Miguel no lo iba nunca a olvidar.
Quise colocarme en mejor posición, con mis manos empuje a Miguel para que quedara boca abajo y poder comerme su culo sin obstáculo alguno y así poder disfrutar de la visión de sus amplios hombres su espalda y de ese especial par de nalgas saltonas, peludas y duras que tiene este ejemplar.
Miguel cayó algo brusco boca abajo en la cama y esta chilló.
Nos pusimos tensos pues el ruido sonó muy fuerte por la quietud de la madrugada, el dormir de todos en la casa.
En una de las camas alguien se incorporó, no supe quien, la tenue luz que venía de la ventana al fondo de nuestro cuarto y que facilitaba nuestra discreción nos ayudo, Yo me quedé inmóvil metido por completo entre las piernas abiertas de Miguel y este boca abajo frente a mi dejando a unos 5 centímetros de mi boca su suculento manjar, la figura se volvió a recostar a penas pasar unos segundos y supuse podía volver a nuestro andar.
Mi lengua continuó ese surco de pelos y carne que me llevaría nuevamente a un pozo de gloria y placer, de gustos exóticos y aromas singulares.
A un pozo de placer que hacía que mi hermano enterrara su cara en las sábanas de la cama para amortiguar los gemidos que le estaba arrancando desde su parte posterior.
Comí, lamí, mordí y llegué a saborear ese culo tan especial de Miguel de tal forma que mi cara quedaba totalmente sumergida en sus cachetes, mi lengua entraba ya no se cuanto en su interior y podía sentir sus esfínter apretar mi lengua al rozarlos.
Ahora se que solo teniendo a un hombre así a tu merced puedes decir que lo has hecho gozar, morir y revivir, llorar y reír con tu lengua e inspiración.
Miguel me pidió parar, me dijo que si seguía así lo iba a hacer acabar sin tocarse y no quería acabar ahora porque quería seguir gozando con migo.
Y me dijo, vi como Francisco gozó con tu verga y quiero poder sentir algo igual, sin levantarse de su posición jaló de mí para que quedara sobre su espalda, con su mano ágil tomó mi verga y la apuntó a su agujero que había sido mi plato fuerte de este madrugón la cabeza de mi falo y con un leve movimiento de cadera hacia arriba me hizo entrar en él.
El culito de Miguel se abrió, ese culito abrazaba mi verga con una piel suave y tersa, una membrana siguió el mismo acometido al terminar de entrar en sus entrañas y mi glande estar completamente dentro de este ser adorado para mi, mi hermano Miguel.
Podía sentir el fuego que llevaba dentro, mi verga era envuelta en me una membrana cálida y exquisita al tacto de mi glande, me sentía en la gloria.
Un segundo hermano se estaba entregando a mí, mi verga estaba siendo utilizada por segunda vez y era para hacerme gozar para hacerme sentir sensaciones nuevas, pues había estado pensando como iba a ser sentir meter mi verga otra vez.
Al tiempo que levantó sus caderas, Yo estaba empujando mi pelvis y gran parte de mi miembro entró; me sentí en los cielos, dueño del mundo y de este oso, de este hombre peludo y varonil que estaba dándome su culo para ser sodomizado por su hermano menor, el menor de todos que venía entrando en el mundo de los hombres y que había prometido junto con los demás enseñarme a vivir como hombre de mi comunidad.
Estas tácticas sexuales eran sin lugar a dudas muy particulares, a penas Miguel sintió que Yo estaba completamente adentró, estiró uno de sus brazos hacia atrás y comprobó que Yo estaba todo adentro de él con sus dedos que no encontraban un milímetro de espacio entre mi pubis y la entrada de su ano.
Suavemente, con un movimiento casi gatuno estiró su cabeza hacia atrás, me plantó un beso en los labios que Yo recibí con todo mi amor, haciéndome sentir que una descarga de corriente fue de mi boca a mi verga y esta brinco en su interior, Miguel lo sintió y dijo: Que rico eso amor.
Luego muy calladito me dijo: Juan mi cielo, quiero que no te muevas y dejes que Yo sea quien te haga sentir lo más rico que hayas conocido hasta ahora.
Sí, le dije como un susurro en su oreja, besándosela y lamiendo su lóbulo para luego morder un poco su nuca.
En eso estaba Yo, cuando comienzo a sentir en mi pija como mi hermano Miguel sin siquiera mover un músculo de su anatomía en su interior comenzó a apretujar, a succionar o que se Yo mi miembro y todo esto sin mover su cuerpo o nalgas, todo lo estaba haciendo en su interior, no podía creer lo sabroso que es todo eso y mucho menos como lo podía hacer tan bien, tan rico, sabroso y como en segundos me estaba llevando de la gloria al éxtasis sexual.
De mi boca salieron varias tonadas guturales de placer, Miguel paró, volvió su cara hacia mí, Yo tenía los ojos cerrados de tanto placer y este tocó mi cara con su mano y llamó mi atención.
Sssshhssssss fue todo lo que salió de su boca y Yo solo hice un gesto un sonido de mmmj indicándole que entendía que tenía que aguantar y callar.
Tonto pensé Yo, mis otros hermanos estaban al tanto de que Yo ya podía coger, ellos mismos me instaron a pisarme a mi primer hermano mayor y ahora Miguel quería tener esto sin contar, sin que se enterasen los demás.
Bueno, él sabrá pensé.
No había terminado de pensar esto en fracciones de segundos cuando nuevamente Miguel tomó de sorpresa a mi miembro viril que estaba totalmente encajado en su interior y que su tripa comenzaba a apretar y escurrir como si un guante puesto en el lo quisieran quitar y lo volvieran a meter, realmente me estaba haciendo gozar a montón.
Mi mente se volvió en blanco, mi mente alucinaba viendo hacia mi interior en donde estaba mi verga clavada hasta el fondo del ano de Miguel y este haciendo estos movimientos sabrosos con las tripas de su interior que rodeaban a mi miembro y que me estaban haciendo gozar.
Más no puedo describir lo que este hombre, este oso grandote y todo peludo me estaba haciendo disfrutar, me estaba demostrando que sexo es una palabra que conjuga mucho amor, pasión y sabiduría para hacer gozar a quien está contigo.
Mi verga pegaba saltos por si sola al sentirse totalmente estimulada desde la base hasta la punta del glande, en ocasiones sentía que el culito de Miguel era un ser con vida propia, aparte de la vida de mi hermano y que nos hacía disfrutar por igual.
Miguel doblaba su cuerpo para alcanzarme y besarme y acariciarme, Yo, sin mover mi pelvis, estando ensartado en el solo atinaba a sujetar sus caderas para tener la certeza que no se movían porque su interior era como una licuadora que movía mi verga a su propia discreción.
Miguel me anunció que él iba a acabar, pero que no me preocupara que vamos a continuar hasta hacerme acabar; me tomó de la nuca y a todo esto sin dejar de masturbar mi verga con el interior de su ano, acercó mi boca a la suya y desde adentro de su garganta pude sentir como un sonido gutural invadía mi cavidad bucal y entre ambos la ahogábamos para no hacernos escuchar.
Su interior sufrió un terremoto, pude sentir un leve temblor en su exterior; pero repito en su interior sufrió un terremoto mayor, mi verga fue apretada cual hubiera sido con su mano y estrujada para dejarla lista a acabar.
Así fue, no lo pude aguantar; el placer fue tanto que de mi interior comenzó a brotar un río de semen para llegar a inundar las entrañas de mi hermano y de esta forma agradecer todo ese inmenso placer que me hizo disfrutar.
No podía imaginar que todo eso se podía lograr, que arte tenía mi hermano Miguel en ese su culo cruel.
Si un culo cruel para torturar a la verga mas buscona de placer.
Un culo cruel pues no sabría si podría encontrar de nuevo un placer que me hiciera sentir un océano de pasión como en el que acabada de nadar.
Exquisito, sabroso; algo celestial.
Mi pija tardó en terminar de expulsar todos mis jugos interiores, todo ese semen que le quise regalar y el que él mismo forjó a base de inmenso placer para que lograra salir y llenar sus entrañas de mi esencia personal.
Caí casi desmayado en sus espaldas y el bajo de mi, no se cuanto pasó; pero si se que dormí sobre él.- Un ruido me despertó y fue Sigfrido que estaba al lado nuestro, al lado de nuestra cama y tocando mi hombro me nombró.
Yo estaba todavía ensartado en Miguel y este bajo mí.
Solo Sigfrido estaba despierto y al ver mi asombro supo reaccionar y calmar mi ímpetu, mi susto; Miguel solo se movió un poco bajo de mí y suavemente me salí de él, Sigfrido me ayudó indicándome con mi dedo silencio.
Me levanté y pude observar mi verga roja de la juerga de la madrugada y toda pringosa de mis propios mecos depositados en mi hermano Miguel.
Miguel al sentir que me salía de él y que su culo quedaba vacio de mí terminó de despertar, se asustó un poco al ver a Sigfrido de pié junto a mi al lado de su cama.
Sigfrido también le indicó silencio, este comprendió; a ambos nos indicó salir y así lo seguimos, nos fuimos a la pileta de baño que está fuera de la casa, atrás de nuestro cuarto y a la cual tenemos acceso directo para no ser vistos por mi madre o sus visitar al estar bañándonos.
El hecho de salir desnudos del cuarto uno o más de uno de nosotros para nadie que nos conoce es extraño y por ende lo hicimos con naturalidad.
Sigfrido traía su verga bien tiesa como es normal por las mañanas y nos dijo: menuda cogida han pegado ustedes anoche, mmmm mejor dicho ahora en la madrugada.
Pero?, pero? ¿Cómo es que te has dado cuenta?
Serás baboso Miguel, no los acabo de descubrir con este todavía ensartado en voz.
Miguel cambió de colores.
Nunca pensó que quedaríamos dormidos uno sobre el otro y peor aún que alguien nos iba a descubrir.
Se mira que le estas enseñando bien el arte de pisar dijo Sigfrido.
Bueno, a este le voy a enseñar lo que sabía cuando le enseñe a Francisco y todo lo nuevo que tengo de ese entonces hasta ahora.
No me quejo de eso, lo malo es que no comparten con los demás dijo Sigfrido.
Pero si ustedes no han vuelto a querer tener nada con migo porque me he insinuado que quería volverlo ha hacer y no me indicaron nada les dije a Miguel y a Sigfrido.
Es que nosotros esperamos siempre a que asimilen las cosas al hacer la iniciación, pero veo que tú eres un poco más despierto que nosotros.
Es que con eso de la internet ya casi nada está en cubierto dije Yo.
Ok, Ok dijo Sigfrido; veo la necesidad de convocar una nueva reunión en el lago o en algún otro lugar, ya lo sabrás me dijo al tiempo que abría de un solo el grifo helado del agua haciendo que todos fuéramos bañados de sorpresa por ese frío chorro de agua casi por congelar, nuestros gritos de sorpresa y luego de tanto relinchar en las duchas llegó a oídos de mis otros hermanos haciendo que despertaran y se unieran al baño familiar.
Pronto los nueve estábamos en las duchas, en la ducha mañanera que incluía vergas paradas y culos que palmear, huevos que apretar y pijas para tocar.
Que rica es mi vida con mis hermanos, sobre todo después de este manjar.
Ya saben amigos, nombres, lugares y otras cosas se llegan a cambiar por seguridad de los interesados e involucrados lo del bla bla bla bla.
LUDAVAGI