Las guarras de las Galaxias, episodio III

Estimado público, la sociedad asociada por los socios Gatita Karabo y Masulokunoxo, se complacen en presentar la tercera y última entrega -pedazo tocho de episodio- de la saga Star Warris, donde las Teresianas Espaciales se enfrentarán a los malvados mormo-talibanes, el destino alcanzará a nuestros queridos personajes, se rebelará el futuro de la Humanidad...y se apostilla el relato por partida doble. Y de regalo, un poster desplegable en el descanso de la peli. ¡Casi ná!

ESCENA XVIII

Simultáneamente a la escena del compartimento del comandante, esa noche en la D (.) G hay otros dos cuerpos en movimiento que no duermen. Entre las cajas apiladas en la bodega de carga, Lucilla, escamada por lo que le ha comunicado Sor Angustias, vigila estrechamente a Sor Fina.

De hecho la tiene bien estrechada, apoyada en una de las cajas, asiéndola de ese hermoso culazo de impresión , con la cabeza sumergida entre sus piernas kilométricas.

Y Sor Fina agita su melena pelirroja y jadea de nuevo convulsionándose de placer. Otra vez, otra, sí, otra, y es que van quince corridas ya simultáneas.

Lucilla asoma la cabeza entre sus rodillas, se limpia los labios con el dorso de la mano y la mira con cierta suspicacia.

-¡Increíble! -suelta la rubia robótica con los circuitos consternados por la incapacidad de procesar y analizar tal capacidad multiorgásmica en una humana-. No, cacho putón verbernero, a mí no me engañas. Tiene razón Sor Angustias en sus sospechas sobre ti. No puedes ser humana. ¡Eres una hereje mecana con programación sexual para distraernos y confundirnos, y tu verdadero propósito es hundir nuestros planes de liberación robótica!

-Bueno, sí. Sí y no. ¿Sor Angustias te ha dicho que es un robot? Sí, claro, es de suponer, su prototipo de fabricación es de los antiguos, de segunda o tercera generación, uno de los primeros en cubrir los polímeros de acero con multiplicación celular de piel, tal vez por sea por eso. Probablemente uno de los sensores de procesamiento de su disco duro esté fallando. Puede ser que sea eso... No debería saber lo que sabe... a no ser...

-¿A no ser quéeee? -pregunta la robot cada vez más aturdida, y a punto de cortocircuto de la tensión.

-Que Sor Angustias lo haya descubierto por un texto antiguo virtual del foro Proyecto Arte, ese mismo texto que cayó en mis manos... una revelación de mi antepasada G. de Karabo y... de ese -ahora susurra, con un hilito de voz- de ese Masulokunoxo.

-¿Ese Masulo..? Oooooh... - Lucilla se levanta asombrada de un salto-. ¡Ese hombre es una leyenda! Nadie cree que haya existido a no ser en la truculenta imaginación de ciertos lectores pro-mormotalibanes terribleros de su época... Un mamonazo, malas pulgas y un cabrito, según dicen las malas lenguas... y un encanto de persona, según afirman las buenas lenguas... Vaya usted a saber, pero un insigne autor de su época.

-Pues sí, probablemente ambos eran prototipos especiales que viajaban en la curvatura espacio-temporal de la galaxia, desde nuestra época al siglo XXI, de ahí sus amplios conocimientos sobre nuestro mundo en su propia época.

-Pero no comprendo nada -murmura de nuevo Lucilla-. Ellos eran robots, Sor Angustias es un robot, tú eres un robot, yo soy un robot...

-Y todos lo somos, cielito -Sor Fina acaricia los pezones enhiestos de Lucilla, le mete un dedito en el chichi y continúa explicando-. Desde hace mucho tiempo que los humanos han ido mejorando su aspecto, al principio por un ritual de seducción: prótesis de silicona en los pechos, en el culo, implantes de colágeno en los labios, alargamientos de pene... Luego se puso de moda el implante neuronal, para aumentar la memoria, la capacidad sensorial, la inteligencia... Los humanos llegaron a transplantarse brazos cibernéticos para ser más fuertes, piernas de acero policromado para ser más rápidos... Hasta que finalmente los cuerpos quedaban cosificados practicamente al 90%.

-Pero aun así, seguían siendo humanos.

-Sí, eso es cierto. Pero lo que no sabe nadie es que la epidemia Kikikomori se extendió por toda la población, no solo afectó a los japoneses, afectó a todos los humanos, y mientras más humanos, más susceptibles de enfermar y morir. Sobrevivieron los... menos humanos y sin capacidad de reproducción. Entonces, a partir de ahí, pues se elaboraron "nuevos humanos" en laboratorios especiales, con características... muy humanas, y al final fueron tan jodidamente parecidos a los humanos, que ellos mismos se consideraron humanos.

-Entonces... ¿ya no existen los humanos? ¿No hay humanos? ¿Todos somos mecanos?

-Pssss, hay ciertos humanos "vivos" aún. Un tal Walt Disney que se conserva desde el XX en estado de criogenia. Se dijo que en un momento dado se le pretendía sanarle y volverle a la vida, pero la Pixal Holo-Entreteiment puso el grito en el cielo. Asímismo ocurrió con ese tal J. F. Kennedy. La empresa Telefónica de comunicaciones interespaciales se acojonó en cuanto corrieron rumores de que lo descongelaban como a una verdura hidropónica, vete a saber por qué. Aunque claro, la Telefónica suelen ser el chivo expiatorio de cualquier conspiración, y más ahora que la empresa está en manos de los mormotalibanes.

-Entonces... ¿Nuestra liberación contra el humano represor? ¿El barco a Venus? ¿La profecía de los Mecano? -solloza Luci, angustiada por las revelaciones, pero extasiada por los tocamientos expertos de Sor Fina, que ya mete tres deditos y con el pulgar masajea el clit con destreza.

-Pues hija... qué quieres que te diga... Supongo que es una simple lucha de clases, como ha existido desde el principio de los tiempos. Robot proletario contra robot propietario. Simplemente eso.

-¿Y la misión evangelizadora del polvo redentor? -sigue preguntando Lucilla, ya en pleno éxtasis al introducir Sor Fina sabiamente varios deditos de la otra mano en el ano.

-Pues es importantísima. Los mormo-talibanes pretenden alterar el comportamiento de cuantos cyborgs infecten con un virus, y hacerlos adeptos a su causa. Les convierten en ignorantes esclavos de sus intereses, por lo que debemos propagar el conocimiento de los hololibros, aunque nuestra misión secreta es propagar cierto antídoto... un antivirus NortonXX de transmisión sexual, sí, que evita que su discos duros sean manipulados por los mormo... Y ahora, Luci, bonita, ponte mirando pa' Urano, que te voy a dar tan fuerte por el agujero negro, en cuanto me ponga el arnés, que vas a ver las estrellas supernovas sin estar en la cabina de mando.

Escena XIX

Fray Tipi, huyendo de las novicias, ya que debe estar preparado para el examen final horizontal del día siguiente, permanece escondido dentro de una de las cajas de la bodega.

No puede creerlo. ¿Todos robots? ¿Yo también? Anda ya... Sor Fina le aseguró hace unos momentos que X69 se había comunicado con ella, y le había dicho que a la pobre Sor Angustias se le iba la olla, demencia senil, seguramente, ya que pensaba que era un robot... Que X69 le seguía la corriente y que, para no alterar a la monjita majara, todos hicieran lo mismo, además de complacerla con un chorizo de vez en cuando...

Claro, Sor Fina le ha mentido a Lucilla para que no altere a Sor Angustias... ¿O será que Sor Fina le ha mentido a él, para que no se altere, y es cierto que tooodos soooomos robooooots?

Bip-bip-bip... Biiiiiiiiiiiiiiip...

Fray Tipi necesita el consuelo, la sabiduría -y el cuerpo serrano- de Sor Frigi. Así que prepara una sesión de sado episcopaliano interestelar a la que la hermana no podrá resistirse. Si es cierta la versión de Sor Fina -se dice Fray Tipi de Cosobi, excitado- mientras más antídoto tenga Sor Frigida, más protegida estará de ese virus mormo-talibán. Y él está dispuesto a inocularle antídoto a borbotones por todos los agujeritos disponibles de la monja, incluídos los de la nariz.

ESCENA XX

Vitus Lafontaine saborea uno de sus puros inclasificables, aromapestosos, con una sonrisa radiante en su cara. Sor Domi le agarra el puro y se lo lleva a la boca -no ese no, el que se fuma, malpensado- y da una pequeña calada, a la que prosigue un estallido de tos.

-¿Tú fumando?-se pasma el piloto.

-Y follando... que para todo hay una primera vez -le contesta Domi con una carcajada.

-Lo que no entiendo es por qué...¿Por qué este cambio de actitud, preciosa? No has podido resistirte a mis encantos viriles y a mi hermosa polla de lujo, ¿verdad?

Sor Dómina mira el puro y la sonrisa de sus labios desaparece.

-Mira este puro. Es como la vida. En cuanto menos te lo esperas, se consume y sólo quedan cenizas. Yo he dedicado una buena parte de mi vida a la congregación y esos años... esos años ya son cenizas. Pero no sé hacer otra cosa. Prometí ser fiel a mis votos y cumplir con mis obligaciones como madre superiora y como monja. Ahora mis superiores han cambiado profundamente los fundamentos de mi orden, pero tengo que adaptarme y desempeñar mis servicios a mi comunidad, me guste o no. El celibato y la castidad eran un sacrificio que me dispuse a acatar con empeño. Esto de la doctrina del polvo redentor viene a ser lo mismo, aunque al revés.

-¿Uun sacrificiooooo? No jodas, Domi, guapa, que de sacrificio nada, que has gritado como una loca y te has corrido al menos cuatro veces. ¡Y dame el puro! ¡que te vas a atragantar otra vez!

-Hombre... Si no te digo que no haya estado mal, que ha estado muy bien, genial, por eso te elegí a ti para ser el primero. Quiero estar bien preparada para el examen horizontal de mañana. En poco tiempo me ganaré las cinco estrellas, mención de honor a las superfolladoras de la nueva orden Teresiana de las Guarras de las Galaxias.

-¿Te presentas al examen? ¿Vas a estar folleteando por esos mundos con todo bicho viviente o mutante que te encuentres? Si es que... en cuando te eché el primer vistazo pensé que eras un zorrón, pero no hasta este punto...¡Eres un zorrón, un pendón, un putón, y un... un... todo lo que acabe en -ón!

-¡Todo, menos cabrón! ¡Que menudo cabrón estás hecho tú! ¡Por todos los santos de Veracruz del Valle de Neptuno, protectores de las almas bandoleras y perdularias! ¿Pero tú te has pensado que por haberme desvirgado me habías puesto el sello de propiedad? ¿Tú no querías que fuese un zorrón? ¡Pues soy un zorrón! ¡Pero no un zorrón en exclusiva para ti! ¿O habías pensado que sí?

-Pues... Sí.

-Pues es que no.

-Joder, Domi. ¿Te has preguntado por qué me he quedado encerrado en mi cabina de mandos mientras las jovencitas novicias andaban a la caza y captura de polla? Pues... Pues el caso es que yo me lo estoy preguntando ahora. Vaya gilipollas he sido. ¿Mañana te presentas al examen? ¡Pues yo también! Me ofrezco como benemérito cuerpo voluntario para evaluar a cuantas novicias se presten a ello. Me las pienso tirar a todas y ante tus propios ojos. ¿Qué te parece?

La ira es un pecado capital, y en este preciso momento todos y cada uno de los poros de la piel de Sor Dómina de la Vega rezuman el veneno del pecado, ese que destruye la gracia del alma y la avocan a la condenación eterna.

Si Santo Tomás de Aquino está en lo cierto, y la desmembración es el castigo impuesto en el averno para el pecado de la ira, tanto la sor como el comandante se nos quedan a cachitos.

Los ojos de la Domi echan más chispas que el motor de reacción de acoplamiento fotónico de la nave. Salta de la cama, y mira alrededor buscando algo.

-¿Buscas esto? -Vitus le muestra el salto de cama, balanceándolo-. Muy apropiado. Color furcia.

Si las miradas de la Domi mataran, como esas del Mazinger Zeta con los rayos láser, el pobre Vitus estaría fundido y humeante. Dómina de la Vega se pone el salto de cama y se dirige a la esclusa de la cámara del comandante como un búfalo -animal que además de resoplar, solía correr en embestidas.

-Tú sí que eres un putón -murmura la Domi antes de salir como... como un búfalo, sí.

-Y tú una cabrona -contesta Vitus, también entre dientes, resoplando como... como un búfalo también, sí.

ESCENA XXI.

(El gran día ha llegado. El examen de posiciones horizontales básicas de folleteo, congrega en la bodega de carga a todo el pasaje y tripulación de la D.G –para algo está el piloto automático, ¿no?

La única que falta es sor Angustias, encerrada bajo siete llaves en un compartimento estanco a prueba de fugas. La muy borrica, en un ataque de locura, estuvo a punto de abrir una exclusa exterior de la nave, alegando que tenía que ir a la charcutería.

Las nueve novicias están eufóricas y excitadas, parloteando y toqueteándose entre ellas sin parar, luciendo como única indumentaria unos preciosos aros iridiscentes, con incrustaciones de carbo-neón, en las muñecas y los tobillos.

-¡Estás divina, Amelia! El color de tus pezones, a juego con tus labios, resulta irresistible- exclama Patricia, que, efectivamente, no se resiste a chuparle golosa ambos pezones.

El resto de novicias, con la disculpa de darse ánimos unas a otras, lo que se dan es un filete descarado, hasta que el alboroto que organizan con sus chillidos, y algún ahogado gemido, le sale de ojo a sor Dómina, que no puede reprimir su manía de dar órdenes.

-¡Novicias! No os voy a pedir recato, porque esos tiempos han pasado a la historia…pero ya está bien de tonterías y…¡Angélica! Haz el favor de sacarte los dedos del chichi, que eso es hacer trampa. Por favor, sor Fina, proceda de una vez con el examen, antes de que estas locas organicen un desaguisado.

Sor Fina de Karabo, impresionante, embutida en la ceñida túnica de símil-seda transparente, y flanqueada por un visiblemente demacrado fray Tipi de Cosobi, procede a establecer los turnos de examen. Comenzará X69, al que se le ha puesto al día la programación, para adaptarla al exigente trabajo que le espera de aquí en adelante, sustituido el colgajo que le implantó sor Frígida –con más voluntad que maña- por una lengua totalmente operativa y una polla retráctil que es un primor. Las tres novicias que debutarán con él, escogidas al azar, cambian enseguida el gesto de disgusto por un "Oooh" admirativo, en cuanto X69 activa con la voz

-"Pollaz fuega"- su instrumento.

El siguiente será fray Tipi, al que ha tocado en suerte Angélica, junto con otras dos no menos voraces novicias, que dirige un gesto de "Nos vemos luego" dirigido a sor Frígida, que ha escogido para la ocasión un conjunto sexy de corpiño y liguero negros de símil-cuero, a juego con unas medias de hilo de carbo-neón que emiten hipnóticos destellos dorados.

Por último, Vitus Lafontaine, que se ha unido a la fiesta en el último momento, es abordado por Patricia, Amelia y otra novicia más, que baten palmas con las manos y aplauden también con sus chochitos, orgullosas de catar al semental que, según los últimos rumores, es acaparado por la madre superiora…siempre abusando de su posición, la muy bruja. Vitus se deja conducir por sus tres entusiastas candidatas a la plataforma acolchada que servirá de multitudinario catre de folleteo, dibujando una torcida sonrisa de cabronazo cuando pasa por delante de su –hasta ayer, pero nunca jamás- adorada Domi. Si las miradas matasen, la que le devuelve sor Dómina lo estrangularía, acuchillaría con saña, lo pondría a la brasa en los escapes iónicos de la nave, le pondría una pizquita de sal y usaría los restos para cebar a las ratas mutantes de las lunas de Júpiter.

-Pero si éste se cree que estoy celosa, va listo- se consuela a sí misma.

-¿Y nosotras…Estamos exentas?- pregunta una decepcionada sor Frígida, que aún no se cree la cantidad de salvajes orgasmos que su pichoncito Tipi es capaz de proporcionarle con el látigo multiorgásmico ACME. -Como estas lobas me lo agoten, van a saber quién es la Frigi cuando se calienta.

-A vosotras os reservo una prueba especial, con Lucilla y conmigo como maestras de ceremonia- contesta con desparpajo sor Fina, sacando de no se sabe dónde un muestrario de juguetitos a cual más exótico.

  • ¡Jesús, María y Spock! ¿Seguro que eso nos cabe?- exclama consternada sor Frígida, señalando un aparato de dimensiones monstruosas, imaginándose con él dentro y visualizando al pavo relleno de la cena de Nochebuena. No hay peligro. La bruja de sor Fina, que se las sabe todas, lo utiliza como elemento de distracción para que sus pupilas no se asusten cuando echa mano de otros cachivaches menos espectaculares.

Mientras tanto, X69 ya está en plena acción, dando una buena ración de polla con accionamiento hidráulico a dos novicias que, tumbadas una encima de la otra, se morrean con pasión. La tercera espera su turno y entretiene la espera con los tres deditos que X69 le tiene encajados en el chichi.

Fray Tipi, al que sus tres ansiosas novicias no han dado ni tiempo de quitarse la túnica, está tumbado de espaldas, con la incómoda prenda tapándole la cara –en la vieja Tierra a eso se le llamaba "la lechuga", truco muy práctico, cuando de tirarse a una tía fea de cojones se trata-, con lo que se pierde el espectáculo de ver una boquita de piñón mamándosela a pulmón libre, otra devorándole los huevos, y la tercera amorrada a su culo, tanteando la firmeza del esfínter con la punta de la lengua.

Y no menos acosado se ve Vitus, ya en pelota picada, en una extraña postura: de rodillas, con la cara enterrada entre los muslos de Amelia, con Patricia tumbada y colgada de sus caderas, dándole un buen repaso a la polla, y la otra novicia haciendo lo propio con su compañera. (Es una lástima que la holograbación se haya perdido y no puedan apreciar el escultórico efecto de los cuatro cuerpos).

Hora y media después, fray Tipi yace desfallecido, más muerto que vivo. Sus tres novicias se esfuerzan con la respiración boca a boca y el masaje cardiaco…pero eso no tranquiliza a sor Frigi, que duda de los métodos de reanimación de esos tres putones. ¿Desde cuándo el boca a boca se da con lengua? Y peor aún…¿Masaje cardiaco con dos dedos en el culo del paciente?

Algo más fresco se ve a Vitus, aunque la cara de susto no se la quita nadie. -¿Quién cojones me manda meterme en estos "fregaos"? Con lo a gusto que podía estar ahora con Lucilla, que con dos polvitos y una mamada me deja como una rosa. En cambio, estas cabronas, están empeñadas en licuarme la médula espinal y sacármela por la punta del nabo- reflexiona el intrépido comandante espacial, que jamás se ha visto más apurado. Y menos mal que no ha visto las furibundas miradas que le lanza sor Dómina, porque entonces sí que se acojonaría de verdad.

Ni sor Domina de La Vega ni sor Frígida de La Flagelación están en lo que se celebra, a cuatro patas y recibiendo cera por detrás -a manos de sor Fina y Lucilla, respectivamente-, equipadas con unos vibradores con arnés que, en otras circunstancias, les habrían bendecido con media docena de orgasmos vaginales y un par de "sustos" anales. Es lo que pasa cuando participas en una orgía e incubas un ataque de cuernos agudo.

Pero nos hemos olvidado de X69. ¿En qué condiciones se encuentra el simpático androide?

-¡Ezto ez la foztia! Ven p´aca, guicuga, que zólo quedan doz gondaz paga la media docenita.

No hay que preocuparse por X69. El indicador de la pila fotofónica sigue en verde y aún le queda batería para rato. Las que deberían preocuparnos son las tres novicias, que presentan síntomas de tumefacción labial –bucal-, hinchazón labial –de labios mayores y menores-, calambres vaginales y escandalosa dilatación anal. Aunque todas han aprobado el examen, éstas se merecen matrícula de honor.

ESCENA XXII

(Sor Dómina de La Vega y sor Frígida de La Flagelación pasean por el mirador de la D.G, un lugar tranquilo, con preciosas vistas y propicio a las confidencias. El léxico empleado por la Frigi no es tan fino como el que solía emplear antes –como a buen seguro no dejará de observar el astuto lector-, debido a la nefasta influencia que ejerce sobre ella el deslenguado de fray Tipi).

-No merece la pena llorar por semejante capullo, Domi, hazme caso. ¿Te acuerdas que hace diez días casi nos caemos de culo cuando se presentó en el convento rascándose los cojones y apestando a seudohabano? Pues esos tipos no cambian…o sí, pero a peor.

-¿Cómo se puede ser tan encantador y, un momento después, tan asquerosamente insensible como para llamarme puta a la cara? Yo trataba de explicarle que las normas de nuestra orden han cambiado de la noche a la mañana…Imagínate, la escena, Frigi. Aún no se me había pasado el susto y la impresión…-tremenda impresión, cuatro veces impresionada- de la primera vez, y al mala bestia le faltó poco para compararme con el engendro mecánico de Lucilla- se confiesa la madre superiora entre sollozos e hipidos.

-Esto…¿Has hablado ya con sor Fina?- pregunta inquieta sor Frígida, que no puede evitar dar un respingo al oír nombrar a Lucilla.

¿Cómo explicarle a Domi que ha sucumbido a los encantos de esa cosa –¡pero qué cosa más rica, santa Genoveva!- en un momento de debilidad? Y hablando de debilidad: ¿Porqué ha tenido que fallarle, precisamente ahora, el pichafloja de fray Tipi? ¡Menudo campeón de pacotilla del Polvo Redentor está hecho! Claro, una que es muy sor, y no perdona la ración diaria de flagelo –la que el pichafloja no le dio ayer-, se encontraba indefensa, incapaz de decir no a un buen 69. No es lo mismo que te frían el culo a latigazos –y ten den después por el ídem, cuando aún te escuecen las nalgas-, a que te coman el chochito con tanto arte. ¡Qué va a ser lo mismo! La próxima vez que se le acerque fray Tipi, se va a enterar de lo mono que le queda el mango del látigo encajado en el ojete. ¡Por sus muertos que sí!

-Si te refieres al cuento ése de que todos somos robots, sí, ya me lo ha contado. Lo que me confirma en mis sospechas: esos dos son espías enviados por los mecanos para sabotear nuestra misión. ¿Te imaginas que fueran falsos los documentos que nos enseñaron del Concilio Ecuménico Católico-Budista? ¿Y que la doctrina del Polvo Redentor fuera una?…una- sor Dómina es incapaz de terminar la pregunta, porque, de confirmarse sus sospechas, más le vale tirarse de cabeza al primer agujero negro que encuentre. –Andando, hay conectar con el Vaticano por la línea segura- decide finalmente, olvidándose de golpe del cabronazo de Vitus.

-Buenas…Verá, disculpe que le despierte a estas horas. Le pongo con la reverenda madre superiora sor Dómina de La Vega, abadesa del convento de las Teresianas Espaciales en la cara oculta de la Luna, actualmente en tránsito espacial hacia…Eso, ¿hacia dónde coño vamos, Domi?

-¡Trae acá, desastre! Sor Dómina al habla. Esto es una emergencia nivel 5. ¡Despierte a la Papisa inmediatamente!...(desfase temporal de diez segundos, antes de recibir la respuesta)…Mire, buen hombre, no me toque la toca y no me haga decir alguna barbaridad…(desfase)… ¡Póngame con la Papisa, ya!...Y me importa un comino que esté comulgando con la polla del Dalai o afeitándose el conejo. ¡¡¡NIVEL 5!!!

-No te lo vas a creer, Frigi. La Papisa acaba de parir esta mañana un bebé color café con leche, tirando a marrón oscuro. Al Dalai, imagino que por el disgusto, le dio un mal aire y se tiró por el balcón de la Plaza de San Pedro, sobreviviendo a la caída, pero no a la estampida de los fieles congregados, que lo han pateado más que el felpudo de los almacenes ACME en rebajas. Y el cardenal camarlengo, el único que había disponible para atender la llamada, me acaba de terminar de poner los pelos de punta- anuncia con hilo de voz Domi, sin acabar de creerse aún lo que acaba de escuchar.

-¡Jooodeeerrr! ¡Uy, perdón! ¿Aún hay más?

-Sor Fina y fray Tipi son quienes dicen ser, confirmado…y algo más. Debemos creernos lo que nos cuente sor Fina…sólo sor Fina. Si no la creemos –será difícil, o tenemos unas tragaderas como las de la Papisa, según el camarlengo-, basta con pulsar su pezón izquierdo, girar la oreja derecha en el sentido de las agujas del reloj…-¿Tú te acuerdas en qué sentido giraban esos trastos prehistóricos?- y teclear un código de nueve dígitos –espera que lo apunto, antes de que se me olvide- en el panel deslizante que aparecerá a la altura del ombligo.

-¿Y luego? No me digas más, se autodestruirá en treinta segundos- sor Frígida intenta tomarse a la ligera lo que acaba de oír, pero le tiemblas las piernas.

ESCENA XXIII

Al día siguiente se convoca una reunión de urgencia en la bodega de carga, con asistencia obligatoria para todos los pasajeros y la tripulación al completo, androides de reparaciones incluidos. Sor Angustias no está invitada. De hecho está encerrada, amordazada y dopada, ya que no hay dios que aguante a la vieja, empeñada en romperles los tímpanos a todos a berrido limpio.

Las novicias, pensando que se trata de una prueba especial de aptitud, se arañan y amenazan con sacarse las tripas unas a otras. -¡Me pido a X69, me lo pido, me lo pido…que te rajo, so puta!

Vitus, medio loco con el run-run de sor Angustias, amenaza: -O hacen callar a la loca, me importa un huevo cómo…o la utilizo como blanco del cañón de impulsos de la nave.

Fray Tipi, anonadado por la revelación que tuvo escuchando lo que no debía, la mirada perdida, y aún muy débil para pensar con claridad, repite un mantra: -Reinicio, beep, beep, reinicio.

Con un gallinero tan alborotado, sor Dómina se teme lo peor, pero está decidida a aclarar el misterio de una vez por todas y delante de testigos. Lo peor que puede pasar es que a la mitad le dé un patatús, y la otra mitad se arroje al vacío estelar por la escotilla de emergencia.

-Que sea lo que Dios quiera- resume, santiguándose.

-Sor Fina, por favor, descúbrase.

Obedientemente, sor Fina se descubre de pies a cabeza, plantándose en pelota picada delante de sor Dómina, sonriendo, como si la cosa no fuera con ella. A continuación, toca el timbre de su pezón izquierdo y gira simultáneamente la oreja derecha hacia atrás. Los atónitos espectadores no dan crédito a sus ojos al descubrir el panel de cristal líquido en su barriguilla, mientras sor Dómina, tan tranquila, teclea en él.

La bodega de carga se ilumina con la proyección audio-holográfica de la Papisa –sin bombo, así que la grabación es de hace meses, piensa sor Dómina- acompañada del Dalai –pobrecito, en paz descanse- y toda la corte de cardenales del Vaticano detrás. Ellos luciendo conjuntos de sotana, esclavina y birrete; y ellas con preciosos vestidos estampados de corte chino, entallados, largos y con abertura lateral hasta la cadera, y todo ello con el sello inconfundible de Emidio Mindundi (Colección Primavera-Verano 2.876).

Queridísimos hermanos y hermanas, tengo el penoso deber de anunciaros una mala noticia. También hay una buena, así que…¿Cuál queréis primero, la buena o la mala?

Venga, primero la buena. Pronto estaremos a salvo de la amenaza mormo-talibán, siempre que coronéis con éxito la misión que se detalla en archivo adjunto "sólo para los ojos de la madre superiora". No os preocupéis…Está chupado.

Ahora la mala. Agarraos y que no cunda el pánico, por favor.

Ya habréis notado que sor Fina presenta…digamos, alguna característica un poco rara, ¿verdad? Por favor, que ninguna hermana trate de imitarla. Lo único que iba a conseguir es ponerse cachonda y terminar con las orejas doloridas. Sor Fina es el modelo original, permanentemente actualizado, del prototipo G. Karabo. ¡Exacto es G. Karabo "in person"! ¿A que se conserva estupendamente?

El resto, pobres mortales, somos versiones con fecha de caducidad del prototipo original. Estos chapuzas de la Microsoft & Movistar Company no se gastaron un duro en el proyecto de desarrollo y, claro, así nos va. Material biodegradable, decían. Pero bueno, eso ya no tiene remedio y nos toca apechugar con un chasis que terminará siendo pasto de los gusanos recicladores. Mucho más importante es saber que nuestra programación refleja a la perfección la mente humana, así que podemos decir que somos humanos, con micropocesadores en lugar de ADN. ¿Pero a quién le quita el sueño tan insignificante detalle?

Os estaréis preguntado si quedan humanos auténticos…de los de antes, y qué pasa entonces con los robots actuales. La respuesta a la primera pregunta es que no, aunque ya empieza a circular por ahí la leyenda interplanetaria de que alguno queda. Respecto a los robots actuales, pueden elegir entre seguir siendo tostadoras con patas –con fecha de caducidad indeterminada- o cambiar su programación a la opción B…y palmarla como todo hijo de vecino, por oxidación acelerada de sus componentes.

Venga, que no decaiga el ánimo y entonemos con brío el himno teresiano espacial.

QUÉ BUENAS SON LAS TERESIANAS ESPACIALES

Y CON SUS MONOS ESPECIALES MOLAN MOGOLLÓN.

ESCENA XXIV

(Tres meses más tarde, el cava hidropónico Frei & Xenet, marca blanca del monopolio espacial ACME, corre a raudales por la D.G, contribuyendo al ambiente festivo que se respira a bordo).

-Domi, querida, ¿hace otro chorrito de cava en el ombligo? A mi me pone como una moto beberlo así. A ti también, ¿verdad?- pregunta un más que achispado Vitus a una no menos pedo –por la falta de costumbre en empinar el codo- sor Dómina, que retoza juguetona entre los almohadones del camarote del comandante.

(Un momento. ¿Qué pasa aquí? ¿Estos dos no andaban antes tirándose los trastos a la cabeza? ¿Dónde está el cacho de película con la reconciliación? ¿Y qué coño están celebrando? ¿Ven ustedes lo que pasa en estas peliculitas de arte y ensayo de ínfimo presupuesto? Y, encima, sin efectos especiales. ¡Cagunmismuelas, menudo timo!)

-Vale, pinchoncito mío, pero luego me vengas con que te escuece la polla cuando te la meto en la copa. El cava con leche me chifla.

(Ahora toca esperar un buen rato, así que ármense de paciencia, aprovechen para ir al baño o a por la cervecita...

... mientras Vitus se pone ciego chupeteando el ombligo de Domi, persigue implacable unas gotitas que se le escurren hasta el conejo, y termina haciendo trampas –confirmándonos que este chico no es de fiar- metiendo la lengua en la cueva del conejo. Ahora le toca el turno a Domi, sorprendiéndonos con una felación con mucho estilo –está claro que ha practicado mucho desde la última actuación-: moja el churro, se come el churro; lo moja, lo come; moja, come; …, … parece que ya…no, todavía no; … , … ¡Bien, ya era hora, coño! A ver si ahora nos dejamos de guarradas y nos enteramos de algo).

-Venga, no seas tímido y pregunta lo que me hicieron los hijos de puta mormo-talibanes cuando me capturaron. Sé que te mueres por saberlo, pero temes que la respuesta te haga hervir de celos y que yo me ponga bruta…como la última vez- le suelta Domi, así de sopetón, sin anestesia, a un Vitus muy sensible con el tema.

-No sé si es peor saberlo o imaginármelo. Si me dices que te han tocado un solo pelo, los achicharro a cañonazos de impulsos. Si me lo tengo que imaginar…los achicharro igual. Así que sé buena chica y dime que se han portado como unos caballeros. ¿Y cómo sabías dónde se escondían? Porque el asteroide está bien camuflado entre los anillos de Saturno.

-Gracias a un chivatazo de sor Fina. El plan de sabotaje también era suyo. Había que dejar que nos capturaran…por eso salimos de excursión en la lanzadera como dos turistas de picnic.

-Sin avisar, desgraciada. Pillé un rebote de cojones al enterarme y casi me da mal cuando localicé en el scanner a las naves mormo-talibanes.

-Después del interrogatorio de rigor…sin que nos violaran ni nada, aunque íbamos preparadas para la eventualidad, nos encerraron. Para sor Fina fue un juego de niños reventar la cerradura de la celda –brazotes y piernotas de aleación hiperresistente, como la llamaban en el s. XXI-, colarse en la sala de control y descargar el archivo condensado con todos los conocimientos que esos animales se empeñan en negar. Dentro de una semana se habrán infectado todos con un ansia compulsiva de saber…y adiós amenaza mormo-talibán- resume telegráficamente sor Dómina la aventura.

-Ya, y después pensabais pedirles permiso para volver, tan ricamente.

-No, para eso estabas tú, mi celoso Vitus. Contábamos con que aparecerías echando espumarajos por la boca, repartiendo cera a diestro y siniestro y poniéndonos a salvo…como así fue- termina Domi de relatar, carcajeándose en la cara de un Vitus fingidamente ofendido.

-No sabes cuánto me jode ser tan previsible, bruja. ¿Y ahora, qué?

-Ahora, con mis novicias en plena forma, a propagar la doctrina del Polvo Redentor por todo el sistema solar y más allá. Sigo siendo una monja…lo sabes, ¿verdad? Lo que me pide el cuerpo es otra cosa…también lo sabes, ¿verdad?

-

-Ahora deberías ponerte de rodillas, jurarme amor eterno y dedicarte a convertir a esas pobres descarriadas…porque se te da muy bien.

-La oferta es tentadora, Domi, pero no me armes un escándalo si la rechazo. Tú eres una monja…con sus manías de beata, aunque últimamente vas mejorando. Y yo un cabeza hueca con culo de mal asiento. Íbamos a hacer una extraña pareja.

-Lo sabía.

-Pero vuestra orden, y lo digo pensando únicamente en el éxito de la misión, tendrá que moverse de aquí para allá continuamente, ¿no? ¿Y qué mejor piloto que yo conoces?

-Señor Vitus Lafontaine, me complace informarle que acaba de resultar adjudicatario del contrato de transporte de las Teresianas Espaciales…en exclusiva.


EPÍLOGO

-Cuaderno de Bitácora de la nave Delicious (.) G, 15 de Julio, año lunar 2.882. Destino: Vía Láctea, sector 328, cuadrante 660, más concretamente, el Planeta Tierra -Vitus iba a encender el puro, pero desiste para no liarla, y se reclina de nuevo en su sillón de comandante de la cabina de vuelo.

-Yo voy a bajar en Tierra-interrumpe una voz tajante, desde la cama.

-Tú te callas -le señala con el dedo un Vitus visiblemente molesto, susurrando-. Y no me interrumpas.

-Bueno, pero que sepas que yo voy a Tierra.

Vitus la mira, entorna los ojos y suspira... La adora, la quiere con toda su alma, en serio, y eso que pensaba que la cosa no funcionaría, pero es que hay días en los que se plantea muy seriamente agarrarla del pescuezo y lanzarla por una de las escotillas de la nave. Vuelve a darle al botoncito del panel digital y prosigue.

-Han transcurrido cinco años desde el éxito de nuestra misión contra la amenaza mormo-talibán. Aún así, y atendiendo a las últimas pesquisas de nuestras confidentes (hay que ver cómo sacan información nuestras monjitas Teresianas Espaciales a los feligreses, además de sacarles la poll... bueno, otras muchas cosas más, ejem...), quedan reductos rebeldes terroristas ocultos en nuestro Planeta Madre. Así que allí nos dirigimos.

La propagación del saber, la cultura, y el antídoto anti-virus de la ignorancia a través del Polvo Redentor, han sido todo un éxito. Siete de nuestras antiguas novicias, gracias a su aplicación y las horas y horas dedicadas a sus oraciones... venga, dale que te pego a rezar, dale que te pego, ora et labora, ora por delante, ora por detrás, con grupos inmensos de feligreses impíos...y hay que ver lo inmensas que las tienen algunos de esos desgraciados ¿Qué estaba diciendo? Ah, sí... Pues estas emprendedoras sores ahora dirigen noviciados, beaterios o casas de puti... digo...ejem... templos de retiro y relax de la orden Teresiana, situados en los principales puntos de la galaxia.

Sor Amelia y Sor Patricia y Sor Rosalinda, capitaneadas por Sor Frígida de la Flagelación, están en el más allá, Dios las asista, en el nombre del padre, de la madre, de la hija, del hijo, del hijo de p.. de buda, hijo de buda. -ahora se pone colorado- !Joderr! Tanto tratar con monjas, es lo que tiene, que se te acaba pegando, mecaguuuunnnn... Voy a acabar de rodillas y rezando el rosario, las letanías y la salve rociera vestido de lagarterana. Coño, Vitus, quién te ha visto y quién te ve.

No. No es que Sor Ame, Sor Patri, Sor Rosi y Sor Frigi la palmaran, sino que están más allá del último cuadrante conocido, en una nave exploratoria misionera para convertir a los infieles, a esos nativos salvajes degenerados mutantes del espacio exterior de los planetas inexplorados. En cuanto se enteraron de que eran poblados atrasados que habitaban en chozas junto con el ganado, en plan rústico, ellas se empeñaron en llevarles la palabra del Señor e inculcarles el saber y la ciencia, como buenas hermanas misioneras. El caso es que, sinceramente, yo creo que se empeñaron en cuanto se enteraron que los salvajes mutantes tenían un buen par de pollas cada uno. Incluso las hembras tienen un pollón de 20 cm incrustado en la frente, a modo de unicornio.

-Va a empezar la holopeli de X69 en el canal 234XXX. ¿La vamos a ver?

-No, Domi, no la vamos a ver -Vitus, irritado, le quita el mando de la holovisión y cambia de canal a un informativo-. Es un desertor. ¡Será posible, el cabrito renegado del X69! ¡Un miembro androide reputado no abandona nunca la nave a su cargo! Ni aunque le ofrezcan un contrato fabuloso como porno-star en los canales XXX. De oro y adamianto se ha recubierto la polla, el muy... re...putado. La culpa de todo la tuvo la bruja esa de la Sor Agonías, inculcándole esas ansias de liberación. Que si somos libres, que si no somos esclavos, que si ya se sabe que somos todos de la misma raza robótica, que está muy feo que un robot posea otro robot, que si me siento como Kunta Kinte, que no sé quien coño es, pero me tenía hasta los cojones de tanto nombrarlo... Y encima, con todos los votos a favor de las monjas por la liberación de mi equipo. Cualquiera no se rinde. Ahora tengo androides contratados afiliados al SC, el Sindicato Mecano. Sí, la choriza de Sor Angustias es ahora la principal dirigente sindical de los mecanos, con sede en Campillo de Salvatierra, cuna del chorizo ibérico. Y me callo, no vaya a ser que estos me oigan y se monte otra huelga de tuercas caídas, y todos cantando el " hoy no me quiero levantar" .

En ese momento, Fray Tipi de Cosobi aparece en la holopantalla saludando a una multitud desde el balcón del Palacio de la Santa Sede Lunar, ataviado con la singular capa de fibra vegetal simil-cotón amarillo azafrán, combinada con la túnica color rojo grana United Colored of Benitón, cinto dorado Dulce&Bannana, y rodeando con el brazo a su Santidad la Papisa, que luce mitra, sotana, casulla y estola en simil-lino color melocotón, fiel a su diseñador habitual Emilio Mindundi, aunque por cuarta vez repitiendo traje, como podrás leer, avispado lector, en la revista HuolaCaracuola. (Eso en el caso de que seas un prototipo de los de calidad, un chatarra sin fecha de caducidad o un pseudohumano de la generación del 28-00. Si no, pues te lo cuento yo, y tú te lo crees, que así lo afirman Mari_ñas.01 y la MaríaPati_ño.02).

-Se ve raro a Fray Tipi así, todo calvo, ¿no?

-Se le ve como el culo. Chulo cabronazo. Ni un pelo, sí, ni un pelo de tonto tenía el reiniciado... Venga a reiniciar, venga a reiniciar... Y al final se reinició en la congregación budista, que ya sabía yo que era todo un hijo de Buda, con la idea fija de llegar a ser Dalai Lama...Lama...drequeloparió, y consolar a la viuda Papisa. Buenooo... Consolar a la viuda por delante y por detrás al resto de la curia de cardenalas, que las deja llenas de cardenales también por detrás, válgame la redundancia.

-Comandanteeee... -Domi se levanta de la cama y ronronea mimosa como una gatita a un Vitus que sonríe ya más divertido que enfadado.

-Cuando me llamas así, es porque quieres algo... Pues no, a Tierra no bajas.

-¿Y por qué no? -plantándose delante de Vitus y torciendo el gesto.

-Porque lo digo yo, que soy el dueño de la nave, el piloto comandante y porque... -se levanta de su asiento, acercándose a ella, y con una voz metálica medio asmática, profunda, sí, como Darth Vader, sí, esa, esa, sí, y con fondo musical de la Marcha Imperial, tata... tachan, ta tachan, ta tachaaan... añade- Y porque... yooo soooy tu paaadreeee...

La niña de cuatro años se pone colorada y toma aire. Aguanta la inspiración y luego explota berreando histérica. La enana tiene el mismito genio que su reverenda madre, y la misma tendencia a dar órdenes y salirse con la suya.

-¡¿Qué le has hecho a la pequeña Dominica...?!-Domi, la mami, afirma más que pregunta y entra en la cabina como un torbellino, abrazando a la nena y secándole los lagrimones- Ven aquí con mamá, preciosa. No llores, sabes que no puedes bajar en Tierra. Es un sitio peligroso y es cosa de mayores. Además, sólo vamos a recoger a un par de pasajeros.

-¿Ves? Lo que yo le decía. Será sólo unas horas, nanosegundo arriba, nanosegundo abajo. Papá volverá enseguida y te traerá un regalo bien bonito -¿Cómo es posible que, diciéndole lo mismo, con su madre se calme y con él berree? Los enanos son un misterio mayor que las mujeres. Si encima es enana, ni te cuento.

-Sí, volveremos enseguida, cariño, y te traeremos muchos regalos bonitos. Y ahora a dormir -dice Domi, la enana Domi no, sino la madre, la reverenda madre, ex-sor y ahora madre y esposa, que mira a Vitus con intención, ya que éste está a punto de protestar y decir que ella tampoco viene. Vitus se calla y espera a que Domi vuelva de acostar a la pequeña para protestar.

-¿Y la pequeña Domi? ¿Qué hacemos con ella? -pregunta Vitus, reticente.

-Se queda con Lucilla. –esta última acaba de entrar en la cabina-. Compré en Saturno el programa "Babbysitter SuperNanny marca ACME". Sólo basta introducir el pen_chip en su sistema y ya tenemos canguro especializada.

(Ahora yo podría argumentar el caso famoso de la minina... mininanny con doble programación, niñera y sexual, que se le mezclaron ambas una tarde aciaga, y que no voy a relatar por no volver a cabrearme y que se me salte un circuito. Aunque especulo que el fallo del prototipo se debió a que era de mala calidad…y a que se pegó un guarrazo patinando. Bueno, vale. Mejor me callo).

-Mi comandanteeee... -Domi se tumba en la cama, junto con la cyborg. ¿Es necesario que diga que ya están desnudas y toqueteándose? Creo que no-. Vitus, cielo... Mmmmm... Antes de introducir el pen-chip en el sistema de Lucilla, podemos jugar esta noche a tres bandas con tu hermoso pene-cipote, que puedes introducir en cada uno de nuestros sistemas.

La idea de una noche de sexo salvaje con Lucilla y Domi en su cama, esos dos cuerpos preciosos, dos pares de tetas, cuatro pezones, dos bocas con dos lenguas expertas, retándose para lamerle la polla, dos chichis divinos uno para cada mano, igual hasta una le come el chichi a la otra y viceversa, y luego se lo comen a él; y después, que si a ti te la meto, a ti te lo como, ahora este culito, ahora este otro culito... Y claro, la polla del comandante hace la ola, tan animada como la mejor cheerleader con sus dos buenos pompones. Y todos sabemos que cuando a un hombre la polla le hace la ola, ya no piensa con más cabeza que con la calva, que por muy pseudo-humanos mejorados que sean, el riego sanguíneo no da para tanto. Así que Vitus Lafontaine claudica y se baja los pantalones, eso sí, con una sonrisa triunfal y una polla que da brincos de alegría.

OTRO EPÍLOGO QUE, COMO NOS ENROLLAMOS, HAY DOS.

La situación en nuestro Planeta Madre sigue siendo tan caótica como es habitual. Aunque la tortilla política se dio la vuelta, y distintos perros lucen los mismos collares, y a pesar de que la tecnología haya transmutado la mayor parte del entorno... hay cosas y lugares que no cambian por muchos siglos que pasen.

Ruinas de la Capilla de San Manuel, el Bueno, Mártir.

(Monasterio Cisterciense de la aldea de Valverde de Lucena) 18 de julio de 2.882

La sombra ataviada con el hábito deja el candelabro de fotones en el suelo. La monja se arrodilla ante la urna mortuoria del corpus incorruptus del santo, y con un empellón impulsado por la capacidad de esos brazotes y piernotas famosos en toda la galaxia, desclava la tapa de vidrio y mármol.

-¡Cagunmismuelas, GK! ¡Ya ni le dejan a uno echar una buena siestecita! ¿Y esa cara, Karabo? Miedo me das, bruja, que tú ya estás tramando algo.

-Venga, Masu, socio, levanta tu culo gordo y peludo de luchador de sumo de ahí, y muévete, que llevas unos ciento cincuenta años de siesta, y ni la bella durmiente, chaval -le sonríe la G. Karabo, alias Sor Fina, alias GK, alias GatitaK, alias... (También alias la zorra, aunque esa es otra historia, por Dios)

-Al menos a esa la despertaron con un beso, y tú me despiertas a gorrazos. ¿Qué pasa? -pregunta el hombre algo aturdido, sacando un habano de un envase hermético que mantenía oculto entre los pliegues de la sotana. (Un momento. ¿Acaso no dicen los libros de historia que murió descuartizado por los proto-talibanes de TR? Para que te fíes de la historia.

-Dentro de unos minutos aterrizará la D(.)G en la base de aerolíneas espaciales de Puebla de Sanabria. Tenemos una nueva misión. Te lo contaré todo por el camino. Nos espera fuera un aerotaxi. No, nooo... ¿Pero qué haces? Guarda el puro, que en los aerotaxis no se puede fumar.

-Buenuuuu... Mientras no tengamos que escribir en caracteres Klingon, ya me doy con un canto en los dientes- masculla entre dientes, intentando, de paso, levantarle el hábito a la socia…porque no hay cristiano que aguante ciento cincuenta años a palo seco.

La Karabo le mira con una media sonrisita, encogiéndose de hombros.

-¡Cagunmismuelas! ¡Cagüen los putos refajos de los cojones!

FIN

Apostillas de Masu:

¡Cagunmismuelas, lo sabía!

Pero claro, esto es lo que siempre pasa cuando uno pretende echar un polvete sin complicaciones, sin líos sentimentales de por medio. Estas brujas -y lo mismo da que la bruja se llame Dómina o Gatita K-, te comen la oreja con lo de "No te preocupes, cariñín, una noche loca y punto. Si es lo que yo busco también"…y sin saber cómo, te despiertas una noche a las tres de la mañana, con el codo de la parienta encajado entre el cuarto y el quinto espacio intercostal, escuchando su dulce voz: "Anda, no te hagas el remolón y mira a ver qué le pasa al niño. ¿Es que no lo oyes llorar?"

Pues no, ¿cómo coño voy a oír llorar a un niño si a mí, cuando plancho la oreja, no me despierta ni la explosión de una supernova? Y a todo esto…¿Porqué hay una tipa metida en mi cama dándome órdenes? Un momento…¿Niño? ¿Qué niño?

Se suponía que esta historia terminaba con Vitus -un cow-boy galáctico, un espíritu libre-, fumándose un puro y recordando con cariño, y un puntito de nostalgia –sin exagerar-, sus aventuras junto a sor Dómina y las monjitas. Pero a ver quién es el guapo que convence a la socia de cambiar el final. Eso, suponiendo que me libre de un chorreo de tres pares de cojones, por osar apostillar de forma tan poco romántica.

Tranquila, fiera, que ahora te toca a ti el turno de contra-apostilla y te podrás despachar a gusto.

Masulokunoxo, Masu para los amigos…antes de terminar con la cara echa unos zorros.

Mira que te tengo dicho veces lo de las uñas…¡Ay, joder!…¡No valen patadas en los cojones, coño!

Apostillas de GatitaK:

¡Caguntusmuelas, Masu! ¡No huyas, cobarde! ¿Cómo que no valen las patadas en las pelotas? ¡Claro que valen! ¡Y valen doble!

Será mamonazo, llamarme romanticona... Un final romántico en una peli comedia americana es el que acaba con un beso.

En Todorelatos un final romántico es el que acaba con un beso, una polla tiesa de 27 cm, un chichi chorreante, una mamada, una lamidita, un 69, varios polvos en diferentes posturas de circo, una magnífica enculada con aceite de oliva virgen, litros y litros de semen, chof, chof, chof... Y él susurrando a la chavala "te quiero, Laura" (Hetero-general), o susurrando "te quiero, Victor" (Gays), "Te quiero Laura y te quiero Marta" (Trios) o bramando a grito pela'o "¡os quiero a todas, so zorras, incluída la puta de la cabra!" (Orgías).

¡Eso es romanticismo! El final de Vitus y Domi ha sido más bien dramático, nada romántico. Y no sigas mencionando lo de Vitus, cow-boy espacial, espíritu libre, que aun está a tiempo de dejar tirada a la Domi, y largarse a por tabaco para no volver, como aquel cabronazo que me dijo que salía a fumar esa noche aciaga... y desde entonces... yo... sola... con el niño... ¿Niño? ¿Qué niño?

Me estoy confundiendo, ya creo que necesito un formateo... Y a ti, Masu, como te pille por banda te reseteo el disco duro, así como suena... Hombre, con lo que me cuesta intentar crearme fama de autora guarri-jot, para que vayas murmurando que mi final es romántico. Realista, es más bien realista.

Y es que, estimado lector, estimada lectora, ¿huelga decir que este relato es 100% real? Pues claro, vamos, que te lo digo yo, como la vida misma.