Las guarradas que hicimos en el cine X

Aqui cuento cómo una de mis fantasías se convirtió en algo bastante más grande.

Yo ya había ido alguna vez a aquel cine. Era un cine X del centro. Me excitaba sobremanera la masturbación colectiva, pero íntima al mismo tiempo escondidos tras la oscuridad y los asientos, que allí se sucedía. Esta vez mi novia ha querido acompañarme. Hace unos días descubrió mi pasatiempo onanista y para gran sorpresa mía dijo que le daría morbo que nos lo montásemos allí. Accedí de inmediato; se me puso dura enseguida al pensar en todos aquellos "degenerados" observándonos y pajeándose.

Pago la entrada a una taquillera jovenzuela que siempre está allí, pintándose las uñas de distintos colores y que nunca mira a la cara de quienes allí entran. No sé si por respeto a quienes no quieren ser reconocidos o por guardarse ella misma de las miradas lascivas que le dirigimos todos al pasar. Esta vez se queda perpleja al ver a Eva. Ella le sonríe. Nos mira de arriba abajo y luego nos guiña un ojo. Sabe perfectamente a lo que vamos, y parece que lo aprueba con aquella mirada cómplice. Todo es oscuro dentro del cine, hasta el pasillo que nos conduce a la sala. Están dando una peli de los noventa, menos mal, odio el punto excesivamente extravagante y mecánico del porno actual. Observo a Eva, se ha quedado un poco traspuesta ante la escena. Los gemidos se oyen bien alto, no está acostumbrada, y la imagen de una mujer siendo penetrada salvajemente en ese formato tan grande la pilla por sorpresa. Sin embargo, se repone enseguida. Vamos de la mano, ella la aprieta y me sonríe, dándome un beso. Caminamos por el pasillo central. No hay mas de veinte filas, repartidas en dos sectores uno a cada lado del pasillo. Veo tres figuras. Son tres hombres evidentemente, Eva debe ser la primera fémina que pone el pie en la sala. Ninguno nos presta atención, sus brazos se mueven mecánicamente y sus miradas se centran en la pantalla. De pronto veo una figura más que antes no estaba. Se acaba de incorporar junto a uno de los tres hombres. Se limpia la boca con la manga de la camisa. Ahora el otro lleva su mano hacia la entrepierna del primero y vemos como su brazo empieza a sacudirse. Eva tiene los ojos como platos, me mira y se relame. No puedo con mi asombro, no conocía ese lado vicioso de mi novia. La miro de arriba abajo, mientras caminamos por el pasillo en busca de un lugar a nuestro gusto. Está preciosa. La ilumina tan sólo la luz proveniente de la pantalla. Tiene la piel clara, larga melena oscura, con algunos mechones rojizos. Su pelo cae liso y suelto sobre sus hombros. Tiene una mirada brillante, profunda, amparada en unos ojos grandes que hablan por sí solos. Las cejas finas, la nariz pequeña, bonita. Su boca es de lo más sensual, ni grande ni pequeña, enmarcada por unos labios finos pero carnosos. Lleva un aro con una bolita centrado en el labio inferior. Eva es delgadita, no muy alta, "manejable" que dirían algunos. Me encantan sus hombros, los lleva desnudos porque viste una camiseta de tirantes finitos, suelta. Tiene pechos pequeños que a mi me encanta manosear y chupar. Usa sujetador con relleno, hoy uno negro muy sexy que ya conozco. Lleva una falda más corta de lo habitual, apenas por encima de las rodillas, más ceñidita, tras la cual se puede intuir ese culito perfecto que tiene, redondito y suave. Tiene unas piernas de infarto, sobretodo unos muslos torneados por los que estoy salivando mientras escribo. Se ha puesto medias, negras, de rejilla. Se ajustan a la mitad del muslo. Me muero de ganas de ver sus braguitas.

Nos sentamos en dos butacas hacia la mitad del cine, junto al pasillo. Casi de inmediato empezamos a tocarnos. Nos acariciamos. Ella me roza el paquete por encima del vaquero. Yo acaricio su muslo por debajo de la falda. Ella se acerca a mi oreja, la chupa y me susurra: "hazte una paja". Ufff, me pone a mil. Obedezco al instante. Me desabrocho el vaquero ante su atenta mirada y comienzo a masturbarme, despacito.

Ella no pierde detalle. "Mira la película", me dice. Una rubia liadísima le chupa la polla con pasión a un chico. La lame de arriba abajo con ganas. "Te gustaría que esa zorra te lamiese el rabo, ¿verdad?". Asiento y la miro de reojo. Ha comenzado a masturbarse, metiendo su mano bajo la falda. Puedo ver el bulto de su mano acariciando son ritmo su clítoris bajo una braguitas negras semitransparentes. Veo como un poco más allá, del otro lado del pasillo, se ha sentado un chico y que nos mira descaradamente (mira a Eva), y se relame mientras se la toca a través del bolsillo del pantalón. Le hago una seña a Eva y para de tocarse instantáneamente al verse observada. Sin embargo, tras un instante, se pone de pie mirándole, se quita la camiseta y se mete entre mis piernas. Se pone de rodillas y de una se mete mi polla en la boca. No puedo evitar soltar un gemido bastante audible. Eva me chupa la polla con pasión, como lo hacía la rubia de la peli hace un momento, ensalivándomela bien. Mira hacia el chico sentado más allá mientras me la chupa y él, ni corto ni perezoso, decide acercarse. Me mira, como pidiendo permiso. Eva me sonríe y saca la lengua para que vea mi capullo embadurnado en babas reposando sobre ella. Entiendo que le parece bien que se acerque y yo me excito más al ver lo que provoca mi chica. El chico se queda de pie a nuestro lado, ahora con la polla en la mano, cascándosela, atento al subir y bajar de Eva por mi rabo. Otros tíos se han dado cuenta de la situación y se han acercado a echar un vistazo.

Un hombre mayor se asoma por detrás de mi y la anima en su cometido: "Eso es, chúpasela bien!" Otro se acerca por encima de la fila delantera y directamente le pone la mano en la cabeza a Eva y la empuja sobre mi polla. Ella cree que soy yo aún y se deja hacer. Decido ponerme de pie para que mi niña vea como esta el panorama. Tres hombres a nuestro alrededor la miran con deseo. Eva se sienta en la butaca pone las piernas sobre los reposabrazos y señala su coñito al más joven. Ahora soy yo el que se queda de piedra por un momento. El chico se sitúa entre sus piernas y aparta las braguitas para empezar a lamer con decisión. Ella entorna los ojos y resopla de placer. Me mira y dice en plan picarona: "Nene, fóllame la boca no?". A sus órdenes, me pongo de pie sobre la butaca y me pongo frente a ella. Me encuentro follándole la boca a toda prisa, superexcitado. Pienso seriamente en correrme ya, pero quiero que esto siga un poco más. Voy más despacio. Veo como los otros dos no se cortan y están metiendo mano a mi novia. Uno mete la mano bajo el asiento para palpar su culo. El otro le ha subido el sujetador para lamer su pezón; a este último Eva le está pajeando a buen ritmo. Con la otra mano aprieta la cabeza del tipo que la folla con la boca hacia su coño. Lo quiero para mí. Aparto a todo el mundo y obligo a mi putita a ponerse a cuatro patas.

Ella se apoya en el respaldo, semierguida mientras la penetro por detrás, profundamente. Su chocho está ardiendo, empapado. Todos se pajean a toda velocidad a nuestro alrededor. Mientras me follo a Eva alcanzo a ver unas cuantas filas más atrás como la niñata de la taquilla nos mira sentada, escondida, y su cara de placer obviamente provocada por el hábil trabajo de sus deditos. De pronto uno de los tíos, completamente desnudo se pone en la fila de atrás a la nuestra, de pie frente a Eva: "Vamos, zorra, chúpame la polla, sé que te gusta" y le acerca su miembro erecto a los labios. Ella saca la lengua y le lame la punta. "oh sí, puta, métela toda". Yo flipo, pero me encanta y en una embestida mi niña abre bien la boca y empieza chupar. Más bien deja que él la folle por la boca. El tío mira al techo y resopla como un cabrón, se concentra en la mamada de mi chica. Eva se deja hacer todo. Otro tío está manoseándole el culo mientras yo la follo e incluso le mete un dedo furtivo por el ano. Ella gime como una perra. De repente, noto que el hombre que tiene su polla en la boquita de mi chica está punto de correrse. Él tiene planeado llenársela con su leche, pero ni de coña. Lo único que me da tiempo a hacer es agarrar por el pelo a Eva y tirar para atrás, al tiempo que él empieza a eyacular a lo bestia sobre su cuello y su pecho. Ella lanza un grito de dolor y excitación a la vez. La zorra tiene leche goteándole por los pechitos y el cuello. El tío se disculpa y yo les digo a todos que hay que avisar. Cojo la primera camiseta que encuentro y limpio el semen del cuerpo de mi chica. Ella me guiña un ojo y me acaricia el pene. No estoy cabreado, de hecho estoy muy cachondo. Uno se acerca y comienza a lamer los restos que aun quedan de lefa del vientre de Eva. Ella le empuja hacia mi rabo y obediente comienza a mamármela.

La chupa muy bien, suavecito, con delicadeza. Eva y yo nos besamos, pero pronto se desliza hacia abajo con la intención de compartir mi rabo con ese tío. Los dos se van turnando para metérselo en la boca y jugar con sus lenguas. Le hago señas a la taquillera para que se acerque, pero no me hace caso alguno. Sigue pendiente de nosotros y masturbándose con el espectáculo. Mientras el tipo que se corrió se viste, el tercero que faltaba se acerca y se continúa pajeándose muy cerca de nosotros. De hecho, trata de llamar la atención de Eva acariciando se pelo con la mano libre. Finalmente lo logra y ella empieza a mamársela con dedicación. Él resopla, muy excitado. El otro también deja de lado mi polla y se dedica por entero a ella. Prácticamente, me ignoran y la llevan un par de metros más allá para mientras uno se deleita con la chupada el otro se sitúa detrás y trata de montarla. Ella lo ayuda a colocarla y pronto la folla con pasión.

La agarra por la cintura y del pelo mientras la penetra, y el otro la sujeta del cuello para meter su polla bien adentro de su boca. Yo decido hacerme la paja mirándolos, disfrutando del jadeo entrecortado de mi niña, viendo como brilla su cuerpo lleno de sudor. Detrás de mi una mano se posa sobre mi hombre y al girarme descubro a la joven taquillera sonriendo. No hacen falta palabras. Dirige su mano a mi polla y la acaricia con cuidado. Nos enrollamos y enseguida nos estamos metiendo mano por todas partes. Ella me masturba con mucho arte y yo la sobo con ansias, sus tetas, su cintura, el cuello… Tengo urgencia en penetrarla. La obligo a agacharse sobre la fila de asientos delanteros y levanto su falda para posteriormente apartar sus bragas y meterle la polla hasta el fondo de su coño ardiente. La meto y la saco con ganas, un empujón tras otro provocan sus gemidos claramente audibles por encima de los de la actriz de la película. Eva me mira de reojo. Ahora la muy puta está cabalgando a uno de esos extraños mientras el otro roza la punta de su polla contra su espalda mientras se la casca. Noto como el coño de la niñata se hace agua y empieza a chillar sin contención alguna. Se está corriendo con mi rabo dentro. Voy descendiendo en la cadencia de mi penetración hasta sacarla y ofrecérsela para que me la chupe. La echo al suelo agarrándola del pelo y se la meto de un golpe en la boquita. Se traga toda mi polla hasta que noto la punta en su garganta. Es una sensación gloriosa y estoy a punto de correrme, pero me distrae escuchar el orgasmo del tipo que se pajeaba detrás de Eva. Hasta cinco chorros de semen bañan la espalda de mi novia.

El otro también está a punto. "No te corras dentro" le oigo decir. Entonces la levanta con violencia y la coloca de rodillas. Ella intenta zafarse, pero no puede y él se corre profiriendo grandes gritos sobre su cara, dejándola perdida de leche. Eva se acerca gateando hasta donde estamos nosotros y acaricia a la taquillera mientras esta me pajea con fuerza. Sus dos caritas se encuentran bajo mi polla. La tengo roja, a punto de estallar. "Quiero esa leche, papi" dice Eva, "síi, córrete cabrón!" dice la otra. Siento entonces los brutales espasmos que preceden mi eyaculación. Eva se hace con mi polla y la dirige hacia la boca abierta bien grande de la otra. Los dos primeros chorros de lefa le llenan la boca y los siguientes caen a diestro y siniestro sobre todo su rostro. Eva empieza a lamer los chorretones de su mejilla y se funden en un beso de tornillo compartiendo mi semen.