Las fiestas de los viernes (1)

Nunca había sido invitado a estas fiestas, pero el solo hecho de que Ángela y su prima Ana, me invitaran indicaban que no me iba arrepentir.¡

LAS FIESTAS DE LOS VIERNES

Luego de unas pequeñas vacaciones volvemos con otra de mis experiencias sexuales, cuando ejercía la docencia en un colegio nocturno público, en ese momento tenía 28 años.

Una noche me acerque a un grupo de profesores que estaban libres en ese momento, y los escuche hablando de las fiestas los viernes.

Me llamó la atención la conversación y pregunté ¿ qué fiestas eran esas?, Me explicaron que algunos viernes salían con un grupo de chicas del plantel a bailar y a tomarse unos tragos, que las chicas eran muy bonitas y calientes. Y que estaban planeando la próxima fiesta para el viernes, fecha de pago.

No hice comentario alguno, retirándome cuando tocó el timbre de clases.

El miércoles de esa semana vi a Pedro, conversando con tres chicas, dos de ellas daban clases conmigo, al verme bajaron la voz. Salude a todos y una de las chicas se retiro e indicándole a Pedro, que no faltaría el viernes, mientras Ángela y Ana, permanecieron conversando conmigo y Pedro de otras cosas.

Cuando sonó el timbre del cambio de hora, Pedro se fue, mientras yo me dirigí hacía mi aula acompañado de Ángela y Ana, ambas tenían clases conmigo.

Ángela, dijo, ¿ Usted no es como los otros profesores?. Como así. Contesté.

Mejor olvide lo que le dije y entramos a la clase.

Transcurrieron un par de semana, sin conversar sobre el tema ni con Ángela y su prima Ana, ni con mis colegas.

Al finalizar una de mis clases, se me acerca Ángela y Ana.

Me preguntaron. Profesor, porque no viene a las fiestas de los viernes.

Contesté, ¿ qué fiesta? Ángela, me explico que los viernes salían a bailar y a pasar un rato con algunos de mis colegas profesores.

Dije, eso no lo sabía y nunca me han invitado, ni ustedes ni los profesores.

Ángela, dijo. ¿ Si lo invitamos iría? ? Contesté, no sé, intervino Ana, profesor, Usted es casado. Dije, si pero, no es por eso.

¿ Entonces porque? Dije, la verdad es que no soy de muchas fiestas y no se como son.

Ángela, contestó no son todos los viernes. Además, nos cuidamos mucho a quienes invitamos. Usted, sabe porque. Contesté, si entiendo

Pregunté, como son las fiestas. Ana, contestó, nos reunimos después de clases los viernes y como la mayoría no trabajan los sábados, podemos quedamos un poco más, bailando y tomando con moderación. La fiesta es para divertirnos todos y pasar un buen rato.

Dije, si es así, voy. Pero, sí van las dos. No lo dude, queremos bailar con Usted.

Bueno, me apunto para el viernes, dije, sonriendo.

Ana, dijo, no es este viernes, sino el de más arriba. Buenos ahí estaremos, solo me lo recuerdan.

Ángela tiene 22 años separada y un hijo de 3 años, labora en una tienda de ropa de mujeres y vive con su madre. No es muy alta, con un cuerpo bien torneado, de busto grande y con un culo muy atractivo.

Su prima Ana, tiene 20 años sin hijo, trabaja en un Súper Mercado, como cajera y vive con sus padres, es alta y delgada, con un busto no muy grande. Ambas muy bonitas y atractivas.

Al inicio de la semana de la fiesta, Ana, me recordó la fiesta. Diciéndome, espero que no falte. No te preocupes, dime la hora y el lugar. Cosa que hizo.

El viernes al llegar al colegio me encontré con Ana y Ángela, explicándome últimos detalles y que estarían a dos cuadra del plantel, para que las recogieras en mi auto.

Pregunté, quienes van, dijo Ángela, nosotras dos, tres amigas, Pablo y dos profesores más.

Nos vemos a las 9. Ahí estaré, contesté.

Al terminar las clases, tomé mi auto y me dirigí a recoger a las chicas, encontrándome solo con Ana

Pregunté, los otros, contestó, van adelante. Ella subió al auto y nos fuimos al bar.

Los Bares en mi país generalmente tienen dos entradas, una que lleva a la barra y otra a los privados, independiente la una de la otra.

Al entrar encontramos al grupo en una mesa grande, me senté en el medio de Ana y Ángela, en total había cuatro profesores y cinco chicas. Las otras tres chicas no eran estudiantes de mi curso, pero bastante atractivas.

Pedro, dijo, ¿ qué vamos a tomar? Alguien recomendó comprar una botella de ron, y se pidió para todos.

La sala privada del bar tenía una pista pequeña de baile, con muchas mesas cerca de la pista, y algo de espacio para bailar sin tener que ir a la pista principal.

Salieron a bailar dos de mis colegas. Ángela me invitó a bailar.

Dijo, bailemos aquí cerca para que Ana, no se ponga celosa. Contesté, celosa. ¿Porque?

Ella esta muy caída con Usted.

No lo sabía. Y tú, pregunté. Usted, me gusta mucho, pero hoy no quiero interferir con la gestora de su invitación.

Me sonreí, todo lo tienen calculado las dos. No, exactamente pero desde que Usted, nos da clases, Ana, no deja de hablar de ti, yo por el contrario me caliento mucho cuando lo ve, y sobretodo cuando voy a dormir.

Solo piensa o que. Claro que pienso en otras cositas ricas, Usted, sabe a que me refiero.

Mientras conversábamos, Ángela, restregaba sus caderas contra mi verga erecta, decía que suerte tiene mi prima. ¿ Porque? Por lo que siento entre mis piernas, apretándose más contra mi verga.

Lastima que sea ella, la que vaya a disfrutar primero que yo. Como lo sabes tú, es que soy adivina riéndose en mis oídos. Pero muy paciente

Continuaba pegada a mi verga y restregándose cada vez más. Y tú, preguntó. Me gustan las dos.

No te preocupes, la próxima vez lo haremos sin que Ana, se entere, contestó Ángela.

Al finalizar la música, volví al lado de Ana, quién me preguntó. ¿ Que tal mi prima? Contesté baila muy bien.

Quiero bailar contigo. Dije, nos levantamos a bailar, esta vez fuimos a la pista principal, estaba repleta de pareja, nos metimos hasta llegar al centro de la pista, no se podía dar un paso.

Ana se apretó contra mí cuerpo, comenzó a contorsionar sus caderas contra mi verga erecta y dura, colocando sus brazos sobre mi cuello, yo puse mis manos en el borde de su cintura y sus caderas, restregándonos los dos cada vez más fuerte y sin poder desplazarnos mucho por lo apretados de parejas alrededor de nosotros..

Ana, buscó mi boca, para besarme introduciendo su lengua, mientras se meneaba más fuerte contra mi bajo vientre.

Estaba encendida, me besaba la boca, el cuello, las orejas, ha esa altura tenía mis manos sobando y apretando sus duras nalgas. Las piezas transcurrían, las parejas seguían bailando apretadas cada uno en lo suyo.

Cuando el calor se hizo insoportable, y mi verga me dolía un poco, al estar aprisionada dentro de mi pantalón.

Dije. Vamos a salir de aquí. Sí, contestó.

Fuimos a la mesa no había nadie, todos bailaban, decidí retirarme con Ana, y dejando en la mesa unos cuantos dólares, como mi aporte al pago de la botella. Nos fuimos sin despedirnos.

Dije, nos vamos, Ana. Sí. Salimos a buscar mi auto.

Me dirigí directamente a un Motel, al entrar Ana, dijo, voy un momento al baño, espérame en la cama.

Salió, enrollada en una toalla, mientras la esperaba desnudo en la cama.

Tan pronto se acostó, se quito la toalla estaba desnuda, nos abrazamos y nos besamos ardientemente.

Dijo, no sabes las ganas que te tengo José.

Ana, llevaba toda la iniciativa, me besaba apasionadamente, pasaba su lengua por el cuello, yo solo seguía sus ardientes movimientos.

No aguantó más la quiero toda adentro. Dijo.

Se colocó encima de mí y con una mano dirigió mi verga a la entrada de su concha, dejándose caer de un solo golpe hasta chocar con mi pelvis.

Gimió fuertemente aaahhhhhhhahhahh, siguió contornándose hacía arriba y abajo, luego en forma circular, era una máquina de coger, uuuuuuu aahahahhhhsisiii rico papi ricoooooo. Aahahhhh, yo no pude aguantar mucho tiempo por lo excitado que estaba y me corrí en su vagina, mientras ellas no dejaban de mover sus caderas, apretando su vagina contra mi verga, hasta que dijo, me vengo me vengoooooooo aaaaahahhhhhhh, detuvo sus movimientos, dejando caer su cuerpo sobre el mío, sastifecha.

Me beso en la boca. Diciendo que rico polvo hemos tenidos.

Te gustó pregunté. Sí mucho. Se levanto a lavarse, al volver se acostó al lado mío.

Dijo, no sabe las ganas que tenía de culiar contigo. No, no lo sabía.

Ya lo había comentado con Ángela, Tu prima, sí. Te cuento que ella se moja por ti.

No sabía. Es verdad. Pregunté, ¿ cómo lo sabes? Ella me lo dijo, riéndose y agarrando mi verga semi flácida.

Quería reanimarla nuevamente. Mi verga comenzó a levantarse y a ponerse dura.

Ana, se acomodó para besarme la cabeza del glande rojo, lo beso primero con su boca, luego paso la lengua alrededor y la chupo, tratando de introducirlo toda en su boca, hasta lograrlo, no estaba del todo erecta.

Cuando se puso duro, lo saco y comenzó a lamerme y a mamar la verga con gran intensidad, tuve a punto de venirme, cuando dijo, metémela ahora.

Se colocó boca abajo colocando una almohada debajo de su vientre y levantando su hermoso trasero.

Dijo. Ven. Me coloque detrás apuntando mi verga en la entrada de su concha, ella tomo mi verga y la orientó hacía la entrada, empuje suavemente y entró toda hasta el fondo de su mojada vagina.

Puse mi peso sobre ella sosteniéndome con mis codos, sintiendo sus nalgas duras contra mi pubis. Inicie él mete y saca lentamente, mientras le besaba el cuello y las orejas.

Ana, gemía uuuuuuummmmmsiiiiiiiiiiisisiiiii Ahora la iniciativa la llevaba yo, detrás de ella.

Gemía, cada vez mas fuerte, rico ricoooooo siiiiiiioooohhhhh, dale dale duro, más, más, más durooooooo oooohohohohoho me vengo.

Su cuerpo se estremeció gritando ajajjajaaaaaaaaaaaaaauuuumm. Continué empujando, metiendo y sacando mi verga dentro de su mojada concha, ahora más rápido.

Ana, gritaba de placer aAAAAAAAAAUUUUUUUUOOOOOOSSSSSSSSSOOOOOJHHHH.

Hasta que no pude más y me derrame dentro de ella, con violentas descargas de leche, parecía una fuente de agua derramando leche, mi venida había sido más abundante, que la primera vez, poco a poco fue disminuyendo mi ímpetu. Mientras, volvíamos poco a poco a nuestro ritmo de respiración.

Al concluir, me recosté a un lado de Ana, boca arriba.

Mientras, ella decía.

Me has llenado de leche, mira como chorrea mi chucha, se colocó una toalla entre las piernas para secarse.

Ana, se acerco y me besó en la boca.

Dijo. Me diste duro José, mira que todavía lo siento. Me arde un poco mi chucha

Me querías matar. Contesté, si de gusto, riéndome.

Sabes que me hiciste venir varias veces.

No exageres dije. Te lo digo de verdad, mira que perdí la cuenta de mis venidas.

Quiero que se repita de nuevo. Dijo, Ana.

Contesté, si me dejas descansar un ratito. Creó que puedo intentarlo de nuevo.

Bueno, dijo Ana, voy a lavarme espérame un momentito.

Si acostarme con Ana, fue espectacular, ¿ cómo sería con Ángela? Una chica con más experiencia. Esa será otra historia. Continuará. ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡

Agradecemos sus comentarios y si desea intercambiar experiencias sexuales, con mucho gusto le contesto... Solo a las mujeres, sin importar la edad... todas son bellas... chao.

Joxé

apolo02@hotmail.com