Las fantasias de mi novia (2)

Cuando creíamos que la "fiesta" había terminado... llegó mi secretaria.

LAS FANTASIAS DE MI NOVIA II

Después de tamaña fiesta en la oficina, mi novia María dormitaba en el sillón, mientras yo preparaba café. Habíamos estado charlando sobre la "magia" que algunas circunstancias aportan. Si bien no nos habíamos propuesto hacer el amor junto a otro hombre, su fantasía se había desarrollado de una manera natural... resultando algo realmente placentero.

Ahora todo estaba en silencio, ya que era casi de madrugada, pero... como siempre, algo sucede. Sandra, mi secretaria, había decidido adelantar trabajo ya que me había pedido el día anterior faltar el viernes, porque tenía pensado irse con su novio de campamento. Y ahí estaba... con su minifalta negra.... cabello corto negro aún húmedo, ojos verdes... hermosa. Me miró con incredulidad al principio, pero cuando descubrió a María semidesnuda en el sillón, una sonrisa pícara se dibujó en su rostro. Movió la cabeza como diciendo...Mmmmm... qué nochecita habrán pasado! Luego entró despacito a mi oficina, tratando de no molestar a Maria que al verla, le sonrió cómplice. Sandra no tenía prejuicio alguno, y en más de una oportunidad me había sugerido quedarse a hacer "horas extras". Yo no había considerado su propuesta para evitar líos, pero ahora... Mi novia me miraba de una forma extraña. Creí entender que se estaba preguntando si entre Sandra y yo habría algo. Le sonreí y ella dijo a mi secretaria:

Qué linda estas, Sandra!

Gracias! –respondió- No sabía que eras tan hermosa, María.

Es que este hombre me mantiene todo el tiempo en forma –dijo sonriendo-

Sí? Es verdad? –me preguntó divertida-

Bueno... no es tan así...

Como que no? Le contamos lo que pasó esta noche?

Si querés... -respondí-

Y María le contó, sin decirle quién era el flaco que había participado de nuestra fiesta. Sandra comenzó a mirarnos de una manera particular, supongo que preguntándose si todavía tendríamos ganas de seguir. Le devolví la mirada, y giré para ver cómo Maria, despacito, se ponía de pié (...solo llevaba puesta la tanguita y se cubría los pechos con mi saco), y ayudaba delicadamente a Sandra a ponerse cómoda en un sillón. Luego, sensualmente, fue hasta el televisor y conectó la película porno que habíamos comenzado a mirar. En ese momento, un tipo con una pija enorme le estaba acabando en la boca a una morocha bellísima, mientras una rubia le chupaba los huevos y le hacía una terrible paja para ayudarlo a que soltara toda la leche que tenía. Mientras las dos hembras que tenía ante mí miraban el espectáculo, me acerqué a mi novia y empecé a

besarla, acariciando las tetas y apretándole los pezones. Ella, sin dejar de mirar la película, bajó sus manos para sacar mi pija del pantalón y comenzó a chupármela. Sandra miraba la película y a nosotros alternativamente. Yo sabía que María estaba recaliente por el solo hecho de que alguien nos mirara. En una oportunidad, me había confesado que fantaseaba con la idea de querer verme mientras otra mujer me la chupaba. Eso nunca había sucedido, por lo que ante la posibilidad de hacerla realidad, estaría a punto de volársele la cabeza. Miró de reojo a Sandra, y sacándosela de la boca le dijo:

-Mmmm... no sabés lo rica que esta!

Sandra estaría a mil, porque sin dudarlo, se arrodilló ante mí y se puso a 4 centímetros de mi verga. Solo miraba como María me la chupaba, pero su aliento caliente me estaba enloqueciendo. Estaba como fascinada. Se pasaba la lengua por los labios, esperando que mi novia le permitiera ponerse mi pija (...que para ese entonces estaba durísima), en la boca. María le hizo un lugarcito y Sandra me pasó la lengua desde los huevos hasta la punta. Entonces, desesperada, se la arrebató a mi novia y se la tragó toda. No la chupaba, solo la tenía clavada hasta la garganta, y hacía jugar su lengua tratando de meterla por el orificio de la punta, mientras me acariciaba el culo. Nunca me habían chupado así, de manera que la dejé hacer. Mi novia nos miraba mientras se acomodaba en el sillón y se hacía una enorme paja. Los ojos se le iban, estaba como hipnotizada, y me tocaba los huevos tratando de estimularlos. Sandra le apoyó una mano en sus hermosas tetas, y mi novia respondió metiéndole los dedos en la concha. Así, con mi berga incrustada en la boca de mi secretaria, y manoseándolas a ambas, me senté sobre el escritorio. Qué chupada me estaba dando!!! Hacía una presión enorme con la boca y empezó a sacarme algunas gotas de leche. De pronto, se la sacó lentamente de la boca y dándose vuelta, se recostó de frente sobre el escritorio esperando nuestra actuación. María le subió la minifalda y le bajó la tanguita. Le abrió las piernas y me miró esperando que hiciera algo. Me arrodillé y separándole los cantos del culo con las manos, le enterré la lengua en la concha. Debo que reconocer que su culo es precioso, paradito y hambriento. Le lamí todo el tajo mientras sus jugos me bañaron la boca, y subí hasta clavarle la punta de la lengua en el orto. Sandra empezó a gemir, y se movía despacito, buscando que mi lengua caliente lo dilatara, así que le metí 2 dedos en la concha. Mi novia, mientras tanto, metió su cabeza entre mis piernas, y siguió chupándome la pija, buscando ponerme a punto. Sandra estaba recaliente! Tuvo su primer orgasmo entre gritos, y se abrió más pidiéndome que no parara de chuparla.

-Dios!!! –gritó- Me estas volviendo loca con tu lengua!!! DAME MÁS!!! María estaba acabando por su paja, y subió para poner su culo a la par del de mi secretaria. Era hermoso ver ese par de ortos esperando mi lengua y

mi pija! Le saqué otro polvo a Sandra y empecé a cogerme a María. Ella gritaba pidiéndome más y que la cogiera por donde quisiera. Sandra se dio vuelta y empezó a chuparle las tetas, subiendo hasta fundirse en una enorme beso. Saqué mi verga y me puse a mirarlas. Dos bellezas que se acariciaban lentamente... buscando sensibilizar cada punto de la piel. María la acostó sobre la alfombra, y empezó a chuparle el clítoris, alzando el culo para ofrecérmelo. No podía negarme a tamaña invitación, así que mojé la cabeza de mi pija en su concha, y se la enterré hasta los huevos. Como soy muy lento para acabar le hice una paja con mis dedos hasta hacerla explotar de una forma impresionante. Entonces les pedí que se tomaran mi leche. No se hicieron rogar. Ambas se repartieron mi pija y haciéndome presión para que mi leche subiera, la exprimieron hasta que les acabé en la boca. Cuando me sacaron la última gota, se besaron apasionadamente. Después les abrí las piernas, y tome el pote de crema que pensaba poner en el café. Con mis dedos, le unté la concha a Sandra, mientras María hacía lo mismo con mi pija. Así, mientras le chupaba la concha a una, la otra me comía la verga entre gemidos. Después hice al revés, hasta que ambas acabaron entre contracciones.

Aún nos faltaba algo: Nos sentamos a tomar café (...sin crema), y cambiando la película puse la filmación de nuestra cogida, ya que el circuito cerrado de la oficina lo había grabado todo. Eso nos recalentó. María me arrastró a la alfombra nuevamente y me montó, mientras Sandra ponía su concha sobre mi boca. Galopaban buscando acabar, cosa que unos minutos después hicimos casi simultáneamente con un alarido. Nos llenamos la boca y cuerpo de leche caliente.

Extenuados, comentamos lo bien que lo habíamos pasado y quedamos en repetir la cosa, pero esta vez, Sandra propuso incluir a su novio.

Una semana después...