Las fantasias de mi novia (1)

Junto a mi novia nos divertimos haciendo realidad algunas de sus fantasias.

LAS FANTASIAS DE MI NOVIA (I)

Esto paso no hace mucho tiempo. Todo comenzó cuando mi novia María (...que había venido a buscarme) y yo, decidimos ver una película porno para excitarnos un poco después de trabajar. Eran como las 21.00 hs. y estábamos en mi oficina, así que encendí el televisor y puse la película. Mi novia venía de una mala relación, y yo quería enseñarle a gozar como no lo había hecho antes. Teníamos muy buen sexo, y ella me había contado algunas fantasías que tenía. Mientras la película iba avanzando, me fui a preparar café cuando vi como ella comenzaba a abrir y cerrar las piernas, como preguntándose dónde estaba la pija que un tipo repartía generosamente a dos atorrantas hermosas.

Mientras una mujer le lamía los huevos, la otra lo mamaba de una manera desesperante. Luego se la puso a la rubia en su enorme culo, chupándole la concha a la otra de una forma brutal. María comenzó a gemir, porque la chupada de concha era su debilidad. Perdía el sentido cuando le entrerraba mi lengua caliente hasta el fondo de su argolla, hasta hacerla acabar entre gritos. Eso me puso a mil. Cuando vio que mi bulto estaba a punto de romper el pantalón, me atrajo, se arrodilló, y bajando el cierre me dijo:

yo puedo chupártela mejor que ella...

Así que comenzó a lamerme la pija, para después metérsela toda en la boca. Solo la sacaba para pedirme algunas gotitas de leche entre gemidos (cosa que hábilmente me sacaba "exprimiéndola" lentamente) Mientras lo hacía, pensé que el circuito cerrado de la oficina nos estaba filmado, por lo que después le mostraría cómo nos veíamos cogiendo. Qué chupada me estaba dando! Pensé que iba a arrancármela para tragarla! Me la apretaba con las manos para hacer subir leche hasta su garganta, pero como soy muy lento para acabar, la dejé hacer. Cuando me di cuenta que estaba a punto, le saqué mi verga de su boca para darle una chupada perfecta. La senté sobre uno de los sillones giratorio, de alto respaldo, le corrí la tanguita mientras le abría la concha con las 2 manos. Comencé a metérselos (uno en el culo, y 2 en la argolla), mientras mi lengua le clavaba el clítoris. Comenzó a moverse y gemir buscando ritmo.

Me apretaba la cabeza contra su agujero empapado, como queriendo que no se me escapara ni una sola gota de su leche. Su agitación comenzó a subir mientras me pedia más. MÁS!! Se enterraba mis dedos y me pedía lengua. Estaba empapada! Saqué los dedos para ir y venir lamiéndole desde el culo hasta el clítoris, mientras le apretaba los pezones. Comenzó a sacudir la cabeza, como poseída, y al final, explotó. Nunca había sentido una acabada tan grande. Reía y lloraba al mismo tiempo. Se dobló hacia atrás, al punto que pensé se partiría. Entonces... me empujó al sillón. Me bajó los pantalones (hasta entonces solo tenía la pija afuera), y se sentó sobre mi, metiéndosela hasta el fondo. No saben cómo se movía! Me acabó otra vez. Me puse de pié, y levantándola la senté sobre el escritorio. Era una de sus fantasías, porque enseguida volvió a encenderse. La di vuelta, levanté su hermoso culo, lo abrí con las manos y mientras los papeles caían a cualquier parte, le enterré mi pija hasta el fondo! Ella, no acostumbrada, dio un grito de dolor, pero casi enseguida, mientras yo entraba y salía despacito, empezó a sentir placer. Entonces, mientras la clavaba, comencé a hacerle una paja de aquellas con mis dedos. Acabó dando un enorme salto y bañándome la mano como nunca me lo habían hecho.

Todavía nos estábamos reponiendo, cuando entró el muchacho que hace las tareas de limpieza. Por el rabillo del ojo, vi su asombro y admiración al descubrir lo buena que estaba María. Simulé no haberlo visto. Ella estaba acostada sobre el escritorio todavía, como un enorme gato, cuando la idea de que nos vieran coger hizo que mi pija se pusiera dura otra vez. Me acerqué, le abrí las piernas despacito, para que el chico viera, y le volví a clavar la lengua en la concha. Ella comenzó a moverse. No lo había descubierto ya que miraba la película, y me decía que con esa cogida la estaba matando de placer. Entonces, me senté en el sillón de espaldas al televisor y la subí para volver a clavarla. Volvió a galopar mientras gemía y miraba la peli. Comencé a lamerle las tetas, mientras le decía que si alguien entraba en ese momento, se volvería loco de calentura. Ella me dijo que estaba tan caliente, que no le importaría. Comenzamos a besarnos mientras ella acababa ininterrumpidamente. A cada orgasmo, su calentura subía de nivel. Mientras tanto, el flaco se estaba pajeando. Ella se apoyó sobre mi, y le metí un dedo en el culo.

Si alguien ahora te metiera la pija el ese hermoso culo? ...Qué harías?

Mmmm... Lo dejaría que me metiera la puntita.... nada más...

Segura que solo la puntita? Mirá que seguramente te la metería hasta los huevos, eh?

Me dejaría cogerme... pero solo un ratito...

Hice una señal de asentimiento y el flaco no lo pensó más. Como le mojé el orto con el flujo de ella, le apoyó la verga, y de un empujón, se la metió toda.

Ella gimió de dolor, pero estaba tan caliente, que lo miró asombrada por sobre el hombro, y se quedó quieta. El muchacho empezó a entrar y salír de su culo, mientras ella galopaba sobre mi verga. Deliraba de placer! Gemía y gritaba de calentura. DOS PIJAS A LA VEZ!!! No podía creerlo! Estaba en el cielo. Después de bombearla un rato, ella gritó desesperadamente, acabando... mientras le llenábamos el culo y la concha de leche!

Quedamos destruidos. Lentamente, el flaco se vistió, me dio las gracias con un guiño, y se fue.

Maria se deslizó hasta la alfombra, y con unas increíbles ojeras y una sonrisa preciosa me dijo: - Gracias, mi vida... te amo!