Las Fantasías de dos tías jóvenes
Me dispuse a hacer realidad una de las fantasía de mis tías Ana y Rosa. Para eso es la familia.
Las Fantasías de dos tías jóvenes.
Me dispuse a hacer realidad una de las fantasía de mis tías Ana y Rosa.
En varias ocasiones mis tías me habían pedido que organizara una sesión con Ruben, este era un chico que se había ganado fama de tener la polla más grande de todos mis amigos, esto llegó a oídos de mi tía Ana y se lo contó a Rosa, desde entonces las dos tenían la fantasía de follar con Ruben.
Fui muy directo con mi amigo y le explique la situación y el deseo de mis tías; directamente le pregunte si estaba interesado. Su respuesta fue por supuesto, ¡en este momento, si os apetece!
El día elegido en casa de Ana estábamos Ruben, mi tía Ana, mi tía Rosa y yo. Esperamos un rato entre bromas y algún que otro besuqueo y toqueteo para que la temperatura no descendiera.
-Así da gusto, -dijo riendo con humor Ruben-, encontrarse con dos tías tan buenas y bueno... enseñándolo prácticamente todo.
- Porque hay que ver lo buenas que estáis, ¿eh? –Agregó Ruben riendo de nuevo
Ana y Rosa soltaron una divertida risa y agradecieron el piropo.
Acto seguido, las chicas comenzaron a desvestirse con mucho morbo.
Entonces Ana dijo:
-Me he imaginado tantas veces a cuatro patas… penetrada por el pene más grande posible. Y según me han informado ese deseo tiene fácil cumplimiento contigo Ruben.
A Rubén enseguida le brillaron los ojos de lujuria.
Las chicas comenzaron a desnudar a Ruben luego se arrodillaron frente a él y bajaron el pantalón con todo y ropa interior. Frente a ellas apareció una polla gruesa sobre un par de cojones enormes, la bolsa del escroto era larga, pero el pene era aún más largo, la polla era perfectamente cilíndrica desde su base hasta el glande, las chicas no parpadeaban, era mucho mejor de lo que esperaban, tremendo palo bien definido.
Mira Ana si es así de grande sin estar paradita ya te podrás imaginar cómo se va a poner cuando se la chupemos – Dijo Rosa.
Pues, averigüémoslo – Respondió Ana con una sonrisa de oreja a oreja.
Así lo hicieron, comenzaron una felación a dos bocas y cuatro manos, muy concentradas en lo que estaban haciendo, mientras una chupaba los cojones la otra se dedicada al glande, con esfuerzo la introducían en sus bocas hasta donde más podían, las manos de las chicas siempre estaban listas a pajear la tranca en los breves momentos que salía de una boca para pasar a la otra, mientras una se dedicaba al tronco la otra se encargaba del escroto y los cojones. Así estuvieron un rato.
- Cariño será mejor que te acuestes en el sofá y levantes y flexiones bien las piernas, para que nos encarguemos de este pollón – Le pidió Ana.
Ruben se ubicó y Ana al ver el culo expuesto fue como un imán a su ojete, le encantaba chupar el culo de sus amantes y se había convertido en una experta en dar masajes a la próstata. Por su parte Rosa se colocó haciendo un 69 con el chico lo que le permitía acceder sin límites al tronco de Ruben y a éste al coño de Rosa.
Ana había comenzado a meter su dedos en el ojete de Ruben que respondió arqueando un poco la espalda en señal de la tremenda excitación que esto le producía. Yo estaba sentado en un butaco presenciando la escena y haciéndome una paja. Los tres estuvieron en esta posición un buen tiempo; de pronto Ana sugirió un cambio, Rosa se recostó en el sofá y Ruben se sentó sobre su cara manteniéndose lo suficientemente despegado para que mi tía Rosa pudiera maniobrar su lengua sobre su ojete y meter un par de dedos en el culo de mi amigo, Ana se puso en cuatro frente a Ruben y se llevó la tranca a la boca, por lo menos una parte. Tuve la intensión ubicarme atrás de Ana y chupar su coño, pero me detuve, porque esto la distraería del enorme placer que estaba experimentando con la polla de su fantasía.
- Ufff….!que rico!...sigan chicas no paren…. se siente de maravilla! – exclamaba Ruben.
Consientes que Ruben no aguantaría más, Ana y Rosa se detuvieron con la intención de darle un respiro. Ruben se incorporó y sentó en un butaco, controlando la respiración. Ana y Rosa permanecieron en el sofá y formaron un 69, lo cual aproveché para ubicarme detrás de Ana.
-Venga, sobrino, quiero que me chupes el coño, ¡vamos arrímame la lengua a la raja!
Separé las nalgas y comencé a pasarle la lengua por la raja, por los pliegues del coño, penetraba su vagina con la lengua para después pasar a su esfínter, lo chupe y taladré con dedicación, me dedique por completo al ojete, y deje que Rosa disfrutara desde abajo del coño de Ana.
Tia Ana, no te quejaras del trabajo que estoy haciendo ¿eh?
No cariño, sigue por favor, no pares ni para respirar. ¡siiiiiiii! Es una delicia……continua…frótame el coño rosa, …….ufff…que bien.
Sin ponernos de acuerdo, intensificamos nuestra dedicación a dar placer, yo a Ana en el culo, Ana a Rosa en el coño y Rosa a Ana en la rajita especialmente en el clítoris.
-Sí… -decía mi tía Rosa con la voz entrecortada por el creciente placer que le daba mi tía Ana.– Sí… no pares… uffffff! Sí… dame gusto…… ¡Ay, ay que no aguanto Ana! Sí… aggghh! Dame así… Ayyyyyy! … ayyy… uuffff. Sí, qué gusto…
Ana por su parte no paraba de gritar:
- Síííííí…¡Aaaaahhhh!, quiero más…vamos sobrinito por favor, ¡chúpame más!
Las dos tías habían experimentado orgasmos muy intensos. Al volver en si, se incorporaron y fueron por Ruben de nuevo.
Que bien estas Ruben, tremendo palo bien definido que tienes tio, bien marcado, súper parado y mamable, sólo pude pensar "ya lo quiero adentro y que me dé duro, como a perra" -le dijo Ana.
Yo también estoy en modo “perra” y muero por tener ese pene “daña mentes” – Dijo Rosa.
Todos reímos, el ambiente era muy relajado y agradable, se había creado una buena vibra entre los cuatro.
Ana agarró con propiedad el pene “daña mentes” y le doy un pico reclamándolo como para ella, luego abrió la boca y sacando la lengua bien húmeda empezó a pasarla pervertidamente desde más atrás de la base hasta la punta del glande y repitió por cada cara, borde, en resumidas cuentas por toda la polla.
- Ahora yo – Dijo Rosa - nada más rico que tener un pene húmedo, mamarlo y sentirlo duro cada vez más
Yo le miraba a los ojos a Rosa mientras le pasaba esa lengua por todo lado, la chica estaba en otro mundo. Ruben con su mano agarró su cabello y fluía ese movimiento adentro y afuera en la boca de Rosa.
Ana aprovecho para acomodarse en cuatro sobre la alfombra, en una invitación clara a Ruben para que la penetrara, como en sus fantasías.
- Quieres que te lo meta Ana? – Pregunto Ruben con voz de excitación
-Como que para mañana es tarde, eso lo estoy deseando desde que te vi esa polla -Le respondió Ana, con una sonrisa enorme en el rostro.
Sin más precedente Ruben, agarró su pene, que ya se podía catalogar como un bate y primero lo lubricó, con los jugos del coño de Ana, luego le abrió bien de piernas y comenzó a meter la punta, eso hizo que Ana alcanzara una mayor excitación, porque es un juego que hace pedir y pedir, claramente Ruben sabía lo que quería, hasta que hizo que mi tía Ana le pidiera que lo metiera todo.
Sin más esperas, lo metió y fue la gloria par mi tía, la penetró con unas ganas que la hizo gemir como yo nunca la había escuchado en anteriores cogidas, la hizo erizar, Ruben continuo con movimientos repetidos.
Cómo está ese pollón, Anita? – Pregunto Rosa
A veces duele un poquito porque son muchos centímetros, pero quiero que me dé más duro. Estoy como perra encendida.
La vagina de Ana seguía palpitando con la severa penetración, Ruben le agarraba las caderas durísimo para coger con más fuerza. Estuvieron muchos minutos o no sé, porque no llevaba la cuenta del tiempo, eso no importaba en este momento.
Mientras todo eso sucedida entre Ana y Ruben, Rosa me estaba dando una chupada de polla de campeonato.
Ruben y Ana pasaron al sofá, Ana se recostó boca arriba y subió las piernas en los hombros de Ruben que la penetro duro y Ana como loca gemía de placer, al momento alcanzó un orgasmo espectacular que le hizo templar las piernas descontroladamente y arquear machismo la espalda, parecía una convulsión sexual.
- Una sí que es masoquista en esta vida, en fin, es mi turno – Dijo Rosa.
Todos reímos, menos Ana que apenas volvía en sí.
Ruben posicionó a Rosa en el butaco, en cuatro, con las manos en el espaldar y le pidió que separara las piernas lo más que pudiera. Rosa como experta saco el culo dejándolo en pompa, se veía hermosa, muy sensual, era irresistible para Ruben. Rosa estaba en una de las poses ricas del sexo, pero eso ustedes ya lo saben... Ahora se podrán imaginar esa postal.
Ruben le chupó deliciosamente el coño antes de penetrar, luego levantó y acomodó bien la cadera de Rosa, con el culito bien expuesto y usando la lengua junto con sus dedos de forma circular sobre el ojete, hizo que Rosa se pusiera muy húmeda.
- Vamos Ruben, que rico…. si no fuera porque quiero que me cojas, me habría venido de una...- Dijo Rosa.
Cuando ya estaba en un punto de excitación máxima, Ruben cogió las caderas de Rosa con una propiedad única, la movió hacia atrás un poco, y le agarró del cabello halándolo hacia atrás y penetró sin compasión, duro, con fuerza y rápido, mientras a la vez nalgueaba duro a Rosa.
Ruben le daba más y más duro, Rosa no dejaba de gemir, se agarraba con ambas manos fuerte al borde del butaco y dejaba que Ruben se lo hiciera, ambos disfrutaban como locos, sin aviso Rosa se vino.
Aggggg……siiiiiii….que rico! Dame duro.
Todo su cuerpo temblaba con la intensidad del orgasmo. Ruben aumento la fuerza y el ritmo de las emboladas…..
- Chicas, chicas, alistad las bocas que estoy por terminar – Dijo Ruben
Ana se preparó, se arrodillo con la boca abierta y la lengua afuera, apretándose los senos con ambas manos. Que morbo ver Ana en esa pose.
Ruben continuaba penetrando a Rosa, de pronto se detuvo y saco su tranca, la tomo con una mano y comenzó a masturbarse con fuerza, Rosa aprovecho para acomodarse al lado de Ana, las dos con la boca abierta, Ruben descargo toda su lefa en ambas, era abundante. Las caras de las chicas quedaron blancas, escurría semen por sus mejillas, comenzaron a chuparse la cara y a besarse, una vez se limpiaron a lengüetazos tomaron la tranca de Ruben que estaba sentado en el butaco totalmente exhausto, y le agradecieron con una mamada de polla, ojete y cojones.
Los tres descansaron de tremenda faena.
- No te hemos olvidado sobrinito, tenemos que agradecerte que hayáis invitado a Ruben a pasar la tarde – Dijo Rosa – Ahora es tu turno con nosotras recuéstate en el sofá.
Obedecí y las chicas una al lado de la otra comenzarón a chupar mi polla. Que todo el tiempo había estado con una fuerte erección producto de todo el espectáculo que había presenciado.
Estaba acostado en el sofá, con la polla mirando al techo y Ana se va montando, toma la polla y se la lleva al ojete y poco a poco se va sentando hasta tenerla adentro del recto por completo.
Después de la cogida que me hado Ruben prefiero tener tu polla en el culo, sobrino – Dijo Ana.
No hay problema, tía Ana., me encanta tu culo.
Ana tenía el control arriba, subiendo y bajando a su antojo, volviéndome loco, luego adoptó una posición de sentada, que cosa tan deliciosa sentir el roce de mi pene entrar y salir de esfínter, definitivamente tienen que probar.
Rosa se había dedicado a frotar el clítoris de Ana lo cual fue el detonante para el orgasmo de mi tia.
- Agggggg…..!Que rico! No paren, ninguno de los dos…..más, más por favor.
Seguimos un rato más hasta que Ana se dejo caer sobre mi pecho y me agradeció con un beso intenso y muy sensual.
Terminada esa pose y sin haber eyaculado aún, volví a retomar, pero esta vez con Rosa que puse en cuatro, sobre la alfombra en el centro de la sala, otra de las poses ricas del sexo, le chupe el ojete deliciosamente antes de montar ese culo, levante bien la cadera de Rosa, con el culito bien expuesto Rosa estaba en un punto de excitación máxima, acomode la punta de la polla sobre el ojete y deje caer mi peso empujando con el glande el esfínter que se fue expandiendo hasta abrazar todo el diámetro de mi polla, la visión de la penetración era muy excitante, continúe penetrando a Rosa sin compasión, duro, con fuerza, le daba más y más duro, llegue al punto de la eyaculación, el placer era inmenso tensione todo el cuerpo y empecé a eyacular dentro del recto de Rosa que para ese momento gemía en medio de un orgasmo, ambos acabamos prácticamente a la vez.
Tras esa explosión de orgasmos dimos por concluida la fiestecita sexual, pero Ana y Rosa le pidieron a Ruben tuvieran un nuevo encuentro de ese tipo, pero donde se dedicaran solamente al sexo anal, que como había visto para ellas era un vicio y querían probar hasta donde podrían llegar con una polla como la de él.
- Sobrinito - Dijo mi tía Rosa - Como a ti te gusta el sexo en grupo estas especialmente invitado, para que ayudes a que nos partan el culo.
Todos reímos.