Las experiencias de Elia

La compilación de las experiencias de Elia se presentan juntas en un solo relato.

Las experiencias de Elia

I

Fuimos invitados, mi esposa Elia y yo a cenar a la casa de nuestros amigos Albania y Mario. Aprovechamos que nuestros hijos habían ido a un campamento ese fin de semana y estaríamos solos. Les voy a contar lo que esa noche pasó en su casa. Mi nombre es Calixto, me dicen Cali, tengo 15 años de casado con Elia a quien llamo Ely. Después de 15 años de casada y dos hijos, Ely se conserva delgada con buena figura, mide 165 cm, por su delgadez se ve alta, es blanca, de ojos claros, de pelo castaño un poco largo. Realiza ejercicio con frecuencia por lo que su cintura casi no ha cambiado a cuando la conocí. Sus nalgas son firmes y bien formadas. Por mi parte, mido 172 cm y aunque hago ejercicio físico, mi abdomen ya ganó como 10 kilos de más. A pesar de esto, todavía juego básquetbol sin que mi sobrepeso represente un obstáculo. Somos sexualmente normales (eso creo). Lo que a Ely le gusta de mí, es que ella logra tener hasta cinco o seis orgasmos por cada venida que yo tengo. Tardo mucho en venirme, no voy a decirles que tengo un miembro grande, es de tamaño normal con la cabeza grande. Hacemos el amor una o dos veces por semana, siempre Ely termina exhausta. Ely tiene los pechos un poco pequeños pero hermosos, sus pezones son suaves, sus areolas son grandes como de 8 cm de diámetro ligeramente más oscuras que el color de su piel y cuando esta excitada toda la areola se pone dura. Su vagina también es hermosa, tiene los labios vaginales y clítoris muy grandes, que se endurecen e inflaman demasiado cuando ella se calienta. Su sexo se pone muy rojos, lo cual contrasta mucho con el color de su piel y como no tiene mucho vello es fácil de observar esto.

Los amigos llamamos Alba de cariño a Albania, es más bajita que Ely, como 160 cm, morena y de pelo lacio. También ha tenido dos hijos. Ella a ganado algunos kilos de más en sus doce años de casada, esto ha hecho que su figura sea más pronunciada. En una ocasión, hace como seis años, que la vimos en playera y short, pude observar que sus pechos eran de tamaño normal, su cintura muy breve y sus caderas muy anchas con unas nalgas muy llenas. En esa ocasión con el short mostrando sus bien tornadas piernas, era difícil que algún hombre no volteara a verle su trasero. Mario también es moreno, más o menos de mi estatura, delgado, con una personalidad tímida que cambia cuando se encuentra bajo el influjo del alcohol.

En fin, nos preparamos para ir a la casa de nuestros amigos. Ely me preguntó como vestir, recomendé que vistiera de manera casual, pues era una cena informal. Ella vistió de falda y blusa. Hizo énfasis en mencionar que llevaría su panty azul, tipo tanga de hilo dental, que le regalé en su cumpleaños. Por ser muy estrecha, la tira de la panty le presiona sus labios vaginales, lo cual le gusta porque se calienta y se moja. Quería que al llegar de la cena le diera una buena cogida por toda la casa, aprovechando que no estarían los niños. Yo me imaginé que magnifica noche pasaríamos al regresar a casa.

Al llegar a la casa de Albania y Mario, nos dimos cuenta que todo estaba en orden, listo para la cena, había música muy calmada y en la sala un recipiente lleno de hielo con una botella de vino. Después de los saludos y algunos comentarios breves fuimos a sentarnos a la sala. Mientras Alba fue por las copas para servir el vino, pude observarla detenidamente. Llevaba un vestido largo, de tela delgada, con un escote de espalda muy grande llegaba más abajo de la cintura, lo que hacia que se viera muy rica.

Tomamos algunos tragos y después pasamos a cenar, fue una buena velada con comida sabrosa y buen vino. Después de cenar pasamos a la sala. Se consumió la cuarta botella de vino, lo cual ya hacia efecto en las mujeres pues se veían mas relajadas y cualquier cosa les provocaba mucha risa. Mario fue por otra botella, al regresar trajo una de tequila. Yo ya estaba imaginando la noche al regresar a casa, pues cuando Ely toma alcohol se pone mucho más caliente. Notaba que el rostro de Ely se veía muy rojo, no estaba seguro si era efecto del tequila o el efecto de su tanga, pues veía que frecuentemente apretaba sus piernas. En un momento dado, se acercó y me susurró al oido:

Oye Cali, ya estoy en mi punto, prepárate para la cogida que nos vamos a dar.

Seguro, le contesté.

Seguimos conversando y charlando, ya estábamos contando anécdotas y chistes subidos de tono. Alba trajo a la plática las posibles actividades y juegos que nuestros hijos estarían haciendo en el campamento y propuso que nosotros jugásemos algo también. Estuvimos de acuerdo a jugar, pensamos en jugar a la botella, Mario sugirió que jugáramos a las cartas y todos aceptamos. Alba sacó unas cartas del mueble de la sala y las colocó en la mesa de centro. Nos acercamos a la mesa y quedamos Mario al frente de Ely y Alba al frente mío. Discutimos que no podríamos jugar dinero pues somos amigos y no tendría ningún sentido apostar dinero. Entonces Alba sugirió que jugáramos al ‘yo mando, tú obedeces’. Esto es: quien sacara la carta de más valor daría una orden a quien tuviera la carta de menos valor y éste tendría que obedecer sin discusión alguna.

Iniciamos el juego y Mario fue la carta más alta y Ely la de menor valor. La orden fue tomar la copa de tequila de un jalón. Ely sin chistar la tomó, solo sacudió su cabeza al terminar. Nuevamente Mario ganó, esta vez la que perdió fue Alba, le dio la misma orden. Después ganó Alba y Ely perdió, le indicó que tendría que tomar tequila y luego dármelo a tomar a mi, directo de su boca. Ely obedeció, mientras me pasaba el tequila nos dimos un largo, largo beso, por la forma que me besó, comprendí que Ely estaba completamente caliente, el castigo la puso a mil. Alba tuvo que interrumpirnos.

  • Yaaaa!!!!, si nada más es tantito, no sean golosos.

La forma como nos besamos trastornó a Alba, sus ojos tenían ahora un brillo especial. Luego perdió Alba y ganó Ely, le regresó el castigo a Alba. Con el beso y el tequila seguramente que Mario y Alba se calentaron también. Al separarse, era evidente la erección de Mario. Me di cuenta que Ely miró de reojo el bulto de Mario, y apretó fuertemente sus piernas. En la siguiente, ganó Alba y perdió Ely. Alba le ordenó:

  • ¡Quitate tu blusa y sostén! Ely protestó, Alba le recordó que no tenía que discutir. Ely me miró, le dije que solo era un juego. Se quitó su ropa y dejó al descubierto sus senos, sus areolas estaban muy turgentes, signo de que estaba excitada. Mario no pudo evitar exclamar en voz baja:

-Guaauuu,!

Ely simplemente arqueó su espalda, por el efecto de estar mostrando sus tetas a extraños.

Dije a Alba: - Tú también deberías mostrarnos sus tetas. Mario me secundó:

  • Sí, para que estén parejas Ely y tú. Alba simplemente desató los tirantes del vestido detrás del cuello y quedaron frente a nosotros sus pechos, eran más grandes que los de Ely, con una areola muy oscura y sobresalía el pezón, que era muy grande y estaba completamente erecto. Continuamos el juego. Después ganó Ely y le ordenó a Alba:

  • ¡Quitate tu vestido!

Alba no tuvo otro remedio que obedecer. Se quitó el vestido despacio, con movimientos sensuales, dejando al descubierto una figura sensacional, con sus tetas muy bien marcadas, su cintura estrecha y sus amplias caderas. Llevaba una panty blanca, totalmente transparente, lo cual dejaba ver en su zona púbica un manchón muy negro por la gran cantidad de vello, incluso algunos vellos no alcanzaban a ser cubiertos por la panty. Ahí teníamos frente a nosotros a Alba, prácticamente desnuda, movió una mano queriendo cubrir su pubis. Sin embargo, el subconsciente la traicionó e hizo que su mano, en lugar de cubrir, apretara la entrepierna. Alba cerró ligeramente sus ojos y emitió un pequeño suspiro. Entonces Mario dijo:

  • Ely tú también tienes que quitarte tu falda, para que estén parejas.

Sin decir nada, Ely bajó el cierre de su falda y comenzó a quitársela. El movimiento de su falda hacia abajo, hizo que los tirantes de su tanga también bajaran, paró de quitarse su falda para subirse los tirantes. Se quedó con ese movimiento por un rato, tenía los ojos cerrados, yo sabía que se estaba estimulando el clítoris con la tanga, eso hizo que mi verga se parara. Terminó de quitar su falda, mi primera reacción fue mirar su entrepierna, a los lados de su tanga salían los labios de su vagina completamente mojados, la tanga se notaba humedecida. Voltié a ver a Alba y Mario, ambos tenían los ojos en el pubis de Ely. Alba ya respiraba agitadamente, mientras que Mario, pasó saliva, sorprendido de lo que estaba viendo. Entonces Alba habló: - Ahora ustedes quítense la ropa y queden también en calzoncillos.

Sin decir nada, rápido, nos quitamos la ropa. Mario tenía una truza y yo un bóxer, que no podían ocultar las erecciones de los penes. Nadie decía nada, hasta que Mario habló a su esposa: - Alba, súbete a la mesa y muéstranos tu culo. Alba obedeció, estiró su mano para que yo la ayudase a subir a la mesa. No soltó mi mano, hizo que me moviera junto a Mario. Después se voltió, dándonos la espalda se agachó ligeramente. ¡Que nalgas tan grandes y carnosas tenía Alba! Las movía lentamente en pequeños círculos, se agachó un poco más y con una mano separó su panty para mostrarnos su culo. ¡Que vista! Ahí tenía enfrente de mí el culo de Alba, los vellos de su pubis se extendían hasta el ano, era muy erótico ver ese culo. Su culo era más oscuro que el resto de sus nalgas, tenía muchas estrías y estaba completamente cerrado. Por debajo del culo se notaba una mata de pelos completamente mojados que cubrían su vagina. Mientras una mano de Alba separaba su panty, con la otra mano lentamente abrió su vagina. Yo sentí que me iba a venir, mostraba toda su vagina abierta y mojada, el olor de su sexo llegó a mí. Así quedó por un momento. Alba tenía los ojos cerrados, disfrutando el estar mostrando su sexo. Disimuladamente miré a Ely, ella se imaginaba que también nos mostraría su culo, estaba extasiada, tenía una mano acariciándose suavemente un seno y la otra presionaba lentamente su clítoris por encima de su tanga. Mario empujó la espalda de Alba hacia delante, para que se agachara más, luego tomó su panty a los lados de su cadera y se la comenzó a quitar lentamente, movió ligeramente las nalgas de Alba para que quedaran exactamente frente a mí. Alba se agachó lo más que pudo, sabía que yo estaba observándola. Así, agachada, metió una mano en medio de sus piernas y abrió su vagina otra vez. Estaba empapada, los dedos los tenía completamente mojados con su líquido. Yo no puede aguantar las ganas de restregarme la verga por encima de mi bóxer, estaba yo a punto de venirme. Tenía ganas de irme sobre Alba, aunque guarde la calma por la presencia de Ely y Mario. - Muy bien Alba, - dijo Mario después de unos momentos.

Alba se irguió, y estiró su mano para que yo la ayudase a bajar, pude sentir sus dedos mojados en mi mano, ella se voltió y se llevó sus dedos a su boca. Los chupo suavemente mientras nos veía a Mario y a mí. Como por reflejo, yo llevé mi mano a mi nariz, para oler los líquidos de Alba. El olor fue embriagante, mi verga parecía explotar, nunca la había tenido tan crecida.

Todos nos quedamos mirando a Ely, quien lo notó y alcanzo a decir: - Creo que ahora me toca a mí. ¿Verdad? Con ayuda de Alba se subió a la mesa y se puso frente a nosotros. Ahí estaba frente a nosotros mi esposa, casi desnuda y completamente caliente. Empezó a contornear su cuerpo, acariciándose suavemente sus tetas, sus pezones estaban erectos, sus areolas más oscuras de lo normal muy inflamadas. Llevó un dedo a su boca y lo llenó de saliva, la cual depositó en una de sus tetas. Con movimientos circulares, distribuyó la saliva en toda su areola suavemente. Repitió lo mismo con la otra teta, así quedó, moviéndose lentamente y masajeándose las tetas mojadas con su saliva. Eso hizo que Mario restregara su verga por encima de su truza. Yo me aguanté las ganas de sobar mi verga, porque pensé que si lo hacía, ahí mismo eyacularía. Alba también repetía los movimientos de Ely, se acariciaba y pellizcaba suavemente sus pezones. Ely dejó sus tetas y bajó lentamente sus manos por las costillas, sin dejar de moverse sensualmente, llevó sus manos a la cintura y después a los tirantes de su tanga, despacio los jaló hacia arriba una y otra vez. Se estaba estimulando tanto el clítoris que cerró los ojos y se le escapó un leve quejido.

  • Ahhhh!

Luego otro.

– Ahhhh!.

Entonces se detuvo, de lo contrario hubiera tenido su orgasmo ahí mismo. Se paró sobre la punta de sus pies y levantó sus brazos. Que mujer tan más sensual teníamos frente a nosotros. Con su movimiento agitó sus pechos varias veces y separó ligeramente sus piernas haciendo su cadera hacia delante para que mirásemos su tanga completamente metida dentro de su vagina con sus labios muy inflamados a los lados de la tanga. Se voltió lentamente, como había visto a Alba hacerlo, se agachó y nos mostró su culo. Que bárbara, tenía el hilo dental de la tanga exactamente en medio de sus nalgas, cubriendo su ano, la tanga estaba completamente mojada y dentro de su vagina. Alba se puso junto a nosotros para ver también el sexo de Ely. Entonces le dije a Ely: - Separa tu tanga y muéstranos todo. Ely se agachó un poco más, y con la mano intentó separar la tanga. Tenía problemas para asirla, estaba dentro de su vagina y resbalosa por lo mojado. Así que, para tomar la tanga fue necesario que introdujera un dedo en su vagina y como un gancho, tomara la parte que le aprisionaba su sexo. Al hacer esto se le escapó un leve quejido.

  • Aaayyyy.!!

Le gustó la sensación del dedo dentro de su vagina, mientras con dos dedos separaba la tanga, alternadamente se introducía la punta de un dedo y se estimulaba el clítoris. Voltié a ver a Mario, quien tenía la mano dentro de su truza masturbándose lentamente. Procedí a retirar la tanga de Ely, moviendo también su culo para que quedara frente de Alba y Mario. Lentamente bajé su tanga, Ely se concentró en meter y sacar todo el dedo en su vagina. Los gemidos de Ely eran uno tras otro.

-Ahhhhhh!!

-Aahhhhh!!!

-Aaaaahhh!!!

Mario apresuró la velocidad con que se masturbaba, también se notaba que agarraba más fuerte su verga, la cual asomaba la cabeza por arriba de su truza. Alba tenía la mano en la entrepierna, por sus movimientos se adivinaba que también se estaba introduciendo el dedo. A momentos abría los ojos para ver como Ely se dedeaba y los volvía a cerrar mientras temblaba y aumentaba la fuerza con la que hundía el dedo en su vagina.

Cuando terminé de quitarle la tanga a Ely, ella se voltió y bajó lentamente de la mesa. Quedó completamente desnuda frente a nosotros. Cerró los ojos y dio un paso al frente. Se paró frente a mí, esperando que yo le hiciera algo. Ely seguía con los ojos cerrados y su respiración muy agitada, sin decir nada. Mario la veía, con mucho asombro, se masturbaba fuertemente. No resistió tenerla casi frente a él, tan cerca. Se acercó a ella y agachó ligeramente su cabeza para poner su boca en uno de los senos de Ely. Nadie dijo nada, ni Ely abrió los ojos para ver de quien se trataba. Mario empezó a mamar muy suavemente su seno y después pasaba su lengua por toda la areola, saboreándola. Alba veía la escena y se pellizcaba con más fuerza sus pezones con una mano, mientras introducía dos dedos de su otra mano en su vagina. Mario cambió hacia el otro seno de Ely. Esto fue mucho para Ely, sin abrir los ojos, movió su mano hacia el frente, buscando la verga de quien le mamaba los pechos. Metió la mano en la truza y tomó la verga, masajeándola suavemente hacia atrás y adelante, hizo una pausa, recorriendo toda la verga de Mario. Seguramente supo que no era mi verga, porque esa verga era un poco más grande que la mía con la cabeza de tamaño normal. Por la cabeza grande de mi verga, Ely podría reconocerla fácilmente al tacto. El hecho de saber que tenía la verga de otro hombre en la mano la calentó más e hizo que la tomara con más fuerza y la masajeara más rápido. Mientras Mario seguía besando y mamando sus pechos, las exclamaciones de placer de Ely, dejaban ver que pronto tendría un orgasmo.

Por mi lado, también masturbaba mi verga, por dentro del bóxer. Era realmente excitante ver como le mamaban las tetas a mi esposa mientras ella gemía y movía la cadera y la mano con la verga de forma sincrónica, imaginando que tenía la verga penetrándola. Alba caminó hacia mí, también estaba como carbón candente, sin decir nada, se puso de rodillas frente a mí, bajo mi bóxer y agarró mi verga. Ella abrió los ojos enormes, sorprendida, al ver mi verga, que aunque no es grande, es algo gruesa y sobresale el tamaño de su cabeza. Comenzó a masturbarme, intentando tomar la cabeza y el cuerpo de la verga al mismo tiempo, lo cual encontró que su mano no se movía con facilidad, así que tomó solo el cuerpo de la verga dejando la cabeza libre. Me masturbaba lentamente apretándola muy fuerte, como si la verga se le fuera a escapar. Los dedos de la otra mano de Alba seguían entrando y saliendo de su vagina. Seguía viendo mi verga, la tenía como a 20 cm de sus ojos. Movió lentamente su cara hasta poner sus labios en la cabeza de mi verga y comenzó a besarla muy delicadamente, siguió besándola una y otra vez, después mientras la besaba, acariciaba la cabeza con su lengua y pasaba su lengua por toda la cabeza, saboreándola. Ahí alcanzó su primer orgasmo, lo supe porque apretó sus piernas presionando los dedos dentro de su vagina, al mismo tiempo que se metió toda la verga en la boca y la mamó en forma desesperada. Se sacó la verga de la boca, para exclamar quejidos de placer. Mientras gemía fuertemente, todo su cuerpo se tensaba, abría y cerraba con fuerza sus piernas, a mi verga la masturbaba muy fuerte y rápido.

Miré a Ely quien al escuchar los fuertes gemidos, abrió los ojos y miró como se estaba viniendo Alba. Soltó la verga de Mario, y lo empujó hacia el sillón.

Espera….- dijo Mario.

Nada, acomódate- le dijo Ely.

Necesito la verga dentro ya!

Mario acomodó su espalda en el sillón, estiró sus piernas dejando su verga completamente parada para que Ely lo montara. Ely se puso frente a él y flanqueó los muslos de Mario con sus rodillas, tomó la verga acomodándola para introducirla a su vagina. Este movimiento, hizo que sus tetas quedaran cerca del rostro de Mario, quien inmediatamente las comenzó a mamar. Eso le encanta mucho a Ely, ser cogida mientras le chupo sus tetas, especialmente las areolas que son muy sensibles. Ely colocó la verga en la entrada de su vagina y se dejó caer, entró toda la verga muy fácilmente. Después de dos o tres metidas, se desencadenó un fuerte orgasmo en Ely, empezó a mover muy rápidamente sus nalgas, metiendo y sacando la verga de su vagina. Mario tomó a Ely por los lados de su cintura, para apoyarse y meterle la verga lo más profundo que se pudiera. Que cogida se estaba pegando Ely, seguramente tenía un orgasmo largísimo, como los que suele tener. Decía con voz muy baja.

Así, así, así, más fuerte, más fuerte. Que ricooooo!!

Me vengo, me vengo, me vengo, me vengo. Dijo Mario.

Ely se paró un momento para sentir la venida de Mario dentro. Tenía los ojos cerrados y realmente disfrutaba esa cogida, al terminar la venida, por lo caliente que estaba Mario su verga se mantuvo erecta. Ely comenzó nuevamente a moverse, metiendo y sacado la verga de su vagina. Sus labios vaginales estaban completamente grandes y rojos, nunca los había visto tan inflamados, parecía como si una boca se estuviera comiendo la verga de Mario. Ely buscaba otro orgasmo, pues no es mujer de un solo orgasmo.

Alba, al terminar de venirse sin soltar mi verga, me dijo muy suavemente:

Cómeme también tú.

Así que me acosté sobre la alfombra. Alba pasó su pierna por encima de mi cabeza, para que su sexo quedara encima de mi cara, el clásico 69. Ella nuevamente llevó su boca a mi verga y comenzó a mamarla. Que mamada más rica me estaba dando Alba. Yo tomé con mis manos sus nalgas y las separé para ver muy bien su sexo. Tenía un olor muy fuerte y muy rico, jamás imagine que Alba tuviera una vagina tan velluda, al separar las nalgas también se abrió su vagina, estaba completamente roja y muy grande. Todos los pelos que cubrían su vagina y ano estaban completamente mojados. Nunca había visto un ano tan grande, me refiero a la cantidad y tamaño de las estrías, su ano estaba completamente cerrado. Comencé a lamer sus labios, bebiendo el líquido ahí depositado. Alba bajo más su vagina para que se la lamiera completamente. Inicie a lamer nuevamente su clítoris, que aunque pequeño, se sentía muy duro. Alba se metía y sacaba mi verga de la boca y con la mano me presionaba suavemente los huevos. Ocasionalmente decía:

Ayyy, que rico!

Que rico!

Así, así, cómeme toda,

Cómeme toda!

Yo seguía recogiendo con mi lengua los líquidos de su vagina, tuve que quitarme algunos pelos que quedaron pegados a mi lengua. Seguí y seguí, hasta que llegué al ano de Alba, también empecé a lamerlo haciendo círculos con mi lengua en todo su ano, así le hago a Ely y le gusta mucho. Pensé que también le gustaría a Alba. No me equivoqué, comenzó a jadear muy fuertemente y dejó de mover sus nalgas. Su boca la mantuvo en mi verga mientras con sus manos separó sus nalgas para que pudiera mover mi lengua sobre su ano con más libertad.

Me vengo, me vengo. Dijo Alba.

En ese momento comenzó a subir y bajar sus nalgas, haciendo que mi lengua recorriera del ano al clítoris. Comenzó a moverse mas rápido y su cuerpo se tenso nuevamente, yo tomé la parte superior de sus nalgas y las atraía hacia mi cara para que pudiera yo mamarle y saborearle más rico su vagina y ano. Otra vez quedó completamente mojada, como si yo no hubiese bebido nada de sus jugos.

Uuuyyy!!!

Uuuuuyyyyy!!

Que venida!!

Que venida!! Decía Alba.

Repentinamente Alba se levantó y me dijo:

Cógeme, ahora quiero tu verga dentro de mi coño.

Y sin más, se colocó sobre mi verga para ser penetrada. Cuando pasó la cabeza de mi verga por su orificio vaginal, Alba nuevamente abrió los ojos enormes, seguramente nunca le habían metido una cabeza así de grande. Yo también me sorprendí por el tamaño que había alcanzado mi verga. No recuerdo que me hubiese crecido tanto como en esa ocasión. Alba comenzó a subir y bajar rítmicamente, cerró sus ojos y se concentró en sentir como la cabeza de mi verga recorría su vagina. En una de esas, mientras ella subía, mi verga salió de su vagina, pero al bajar Alba, mi verga entró nuevamente. Esto provocó una ligera exclamación en Alba, que hizo que en la siguiente subida Alba buscara que mi verga saliera, para volvérsela a meter. Cada vez que mi verga entraba, Alba emitía pequeños quejidos de placer. Yo también disfrutaba mucho como la vagina de Alba presionaba mi verga. Sentía muy bien como la cabeza de mi verga abría la vagina de Alba cada vez que entraba. Yo no deseaba venirme, quería seguir disfrutando a Alba. Alba tomó uno de sus pechos con las dos manos, dejando la punta de la teta libre y la llevó a mi boca. Yo abrí la boca lo más que pude para que Alba metiera su teta, se la comencé a mamar y a morder suavemente, especialmente su grande y duro pezón. Alba cerró nuevamente sus ojos y cada vez que le mordía su pezón movía más rápido sus nalgas. Después de morder por un rato ambos pezones, Alba se incorporó para mover sus nalgas hacia delante y hacia atrás con la verga dentro, al mismo tiempo comenzó a pellizcarse y torcerse los pezones y emitir gemidos muy fuertes en señal que tenía otro orgasmo. Yo puse mi mano por atrás de ella, sintiendo como mi verga entraba y salía. Con un dedo mojado por el jugo de Alba, busqué su ano y le di unos leves masajes, sin penetrar su ano. Así le hago a Ely y se pone como loca. Lo mismo pasó con Alba, esto hizo que los gemidos de Alba fueran más fuertes, casi gritos pues se estaba viniendo otra vez.

Desvié mi mirada hacia mi esposa, seguía cabalgando a Mario, sin parar. En eso, Ely cambio de posición, giró completamente para quedar de espaldas hacia Mario quien seguía recargado en el sillón. Otra de las posiciones favoritas de Ely, pues le gusta que me la coja mientras le sobo las tetas con ambas manos y le beso la nuca y detrás de las orejas. Así que mientras Ely sostenía la verga para metérsela, Mario la tomó por la cintura para facilitar la penetración. Mientras Ely buscaba el orificio vaginal, la cabeza de la verga de Mario chocó con el clítoris de Ely, al sentir esto, Ely abrió la boca dejando salir un suave suspiro. Siguió estimulándose el clítoris con la verga de Mario, y después la llevó a recorrer toda la vagina. Desde el piso veía de frente como mi esposa semisentada con las piernas completamente abiertas se pasaba la verga por todo su sexo, movía la verga de un lado hacia otro, haciendo que la cabeza chocara con sus labios vaginales que parecían reventar por lo crecidos. Su cara tenía una expresión de placer indescriptible. Desde atrás Mario seguía con detalle como Ely se acariciaba toda la vagina con su verga. Entonces mojó con saliva la punta de un dedo y lo dirigió al ano de Ely y le sobó con el dedo, a lo que Ely volteó ligeramente a verlo y entonces se dejó caer sobre la verga. Esto provocó que Mario retirara la mano, y Ely recargó su espalda en el pecho de Mario, y ya con la verga adentro Ely comenzó a subir y bajar. De forma natural, las manos de Mario se dirigieron a los pechos de Ely, que fueron masajeados circularmente. Ely recargó su nuca sobre el hombro de Mario, haciendo su cara hacia un lado, dejando su cuello cerca de la boca de Mario, quien con su lengua empezó a recorrer el cuello de Ely, haciendo que ella aumentara la velocidad e intensidad sus embestidas a la verga de Mario. Ely tomó una de las manos de Mario y la llevó hacia su vagina, ahí tomó unos dedos de Mario y comenzó a frotar suavemente su clítoris. Yo supe que eso provocaría el orgasmo de Ely. Mi esposa tomó otra vez la mano que le masturbaba el clítoris y la movió mas rápidamente, Mario entendió qué quería Ely y movió su mano rapidísimo. Ely comenzó a gemir otra vez, ahora levantaba su cadera y la verga de Mario salía para volverse a meter.

  • Me vengo otra vez, dijo Ely.

  • Ooohhh!!

  • Ooohhhhhhh!

Y comenzó a moverse más rápido, su cuerpo se retorcía mientras se venía. En eso, la verga de Mario se salió y lanzó una gran cantidad de semen, llegó hasta la cara de Ely. Al sentirlos, mi esposa dirigió su mano a la verga de Mario para acariciarla, una segunda cantidad de semen cayo en medio de las tetas de Ely y luego otro poco sobre su abdomen y su pubis. Al terminar de eyacular Mario, Ely acarició otro poco más la verga de Mario para luego embarrarse con la mano el semen en todo el abdomen y el pecho. En la cara, un hilo espeso de semen cubría desde el pelo a la mejilla del lado derecho. Con un dedo, Ely recogió el semen y lo colocó cerca de la comisura labial, cuando junto la mayor cantidad, con el dedo llevó el semen a su boca, se lamía el dedo y trataba de juntar más semen de su abdomen y pecho para llevarlo a su boca. La otra mano frotaba rápida y fuertemente su clítoris, pues no completó el orgasmo que ella tenía. Cuando vi como Ely saboreaba los espermas de Mario, sentí como una fuerte presión se acumuló en mi cuerpo y tuve una gran venida, salían chorros de semen de mi verga, al sentir mi eyaculación, Alba se detuvo y se dejó caer sobre mi pecho, disfrutando la gran cantidad de semen que llenaba su vagina. Seguí arrojando semen al mismo tiempo que sentí como la vagina de Alba empezó otro orgasmo, su vagina estaba contrayéndose apretando muy fuerte mi verga, Alba prácticamente estaba aullando por el orgasmo que estaba teniendo. Me dijo al oido suspirando:

  • Así papi.

  • Así, lléname de tus mocos!!

  • Así papi.

  • Así.

Esto hizo que yo tomara a Alba de la cintura y la moviera hacia atrás y hacia delante, sintiendo mucho placer en mi verga que no dejaba de votar semen. Cerré muy fuerte mis ojos y mis piernas se tensaron mucho. Nunca pensé llegar a ver como otro hombre se cogía a mi esposa y que ella lo disfrutara tanto, y que eso provocara que yo tuviera una venida tan copiosa y larga como en esa ocasión.

Terminada mi eyaculación, mi cuerpo se relajó, pero mi verga se mantuvo igual de dura dentro de Alba, quien descansaba sobre mi pecho, con su cabeza a un lado de la mía. Me dijo en voz baja al oido:

Que cogidota me estas dando papi.

Nunca me habían cogido así.

No dije nada, solo llevé mi mano a su culo y puse un dedo en su ano. Noté que ahora su ano se encontraba ligeramente abierto. Introduje la punta de mi dedo y lo moví en círculos, sentí como inmediatamente era apretado por el ano de Alba, quien me susurró:

-Aayyy papi.

  • Sí así, más despacio!

Baje la velocidad de mi dedo y Alba comenzó a moverse hacia delante y hacia atrás. Mantenía sus ojos cerrados y se concentraba en sentir mi verga nuevamente y la punta de mi dedo entrando y saliendo de su culo. Regrese la mirada hacia Ely, quien seguía gimiendo con las piernas abiertas frotándose el clítoris con una mano y con la otra intentando reanimar la verga de Mario que se encontraba flácida. Alcance a escuchar a Mario preguntar:

¿Te gustó Ely?

Ely con los ojos semicerrados, movió la cabeza afirmativamente diciendo:

Mucho

Nunca me había venido dos veces en tan corto tiempo- replicó Mario.

Ely ya no dijo nada, seguía acariciando la verga de Mario, pero esta no respondía.

  • Deja que se descanse un poco- habló Mario.

Al ver que no tenía verga disponible, Ely fue hacia nosotros y tomó a Alba de los hombros para levantarla. Al momento que me decía:

Cali cómeme el coño por favor, que no terminé de venirme.

Y sin más, apoyándose en los hombros de Alba, quedando frente a ella, puso su vagina sobre mi cara. Ely tenía el clítoris muy crecido, lo presione con mis labios al momento que Ely dejó escapar un fuerte quejido. Continué con los labios vaginales, que mientras los presionaba con mis labios los jalaba hacia abajo, pues se que Ely lo disfruta mucho. Alterne el clítoris y los labios jalándolos con mi boca y dándoles pequeñas mordidas. Ely cerró los ojos, abrió más sus piernas y puso sus manos sobre sus muslos con los brazos completamente estirados. Ely gemía de placer. Alba puso sus manos en la cintura de Ely y acompañaba los movimientos de su cadera. Alba no resistió la tentación de tener los pechos de Ely libres frente a ella y jaló la cintura hacia ella mientras se inclinaba a tomar un pecho con la boca, recorría toda la areola del pecho con su lengua. Al sentir esto Ely, tomó con sus manos la nuca de Alba y la presionó fuertemente contra su pecho. Al momento que comenzó a gritar:

Me vengo,

No paren por favor que me vengo!

Nunca le habían mamado a Ely la vagina y las tetas al mismo tiempo. Lo más que habíamos hecho era que yo mamara sus tetas mientras la cogía. Así que esta sensación fue nueva para ella. Mientras gritaba de placer, descargó una gran cantidad de jugos por su vagina. Nunca había visto que esto le sucediera a Ely. Todo su cuerpo de convulsionaba y decía:

Sigan mamando que me estoy viniendo!

Sigan mamando!

No se Alba, pero yo, puse más fuerzas en la mamada a su vagina, mientras con un dedo le di masaje a su ano. Ely metía y sacaba aire muy fuerte por su boca, para luego dar largos gemidos. Que venida tuvo Ely! Fue muy larga e intensa. Al terminar, bajó de mi cara y se hincó junto a Alba, quien continuaba moviendo la cadera con la verga dentro, le quería regresar el placer recibido. Ely tomó un pecho de Alba y lo comenzó a mamar. Alba echando su cabeza hacia atrás, movió más rápido su cadera. Así estuvimos por unos segundos, de pronto, sentí la mano de Ely en mis huevos, que la subía y bajaba acariciando mis huevos y el culo de Alba. Al sentir el ano abierto de Alba, Ely se llevó la mano cerca de la boca y escupió sobre los dedos. Embarró la saliva en el culo de Alba y repentinamente le metió un dedo. Alba dio un pequeño alarido. Alba abrió los ojos y al mirar tan cerca de Ely se le prendió de la cara dándole un beso profundo. Ely respondió al beso, sacaban y metían recíprocamente la lengua en sus bocas. Ely metía el dedo en el culo de Alba más rápido y mi verga sentía muy claramente el ir y venir del dedo de Ely. Nunca pensé ver a mi esposa en esa situación, besándose tan frenéticamente con otra mujer. Después de unos segundos la vagina de Alba otra vez se contrajo fuertemente, el orgasmo era inminente. Dejó de besar a Ely y puso sus manos sobre sus muslos para acompañar los movimientos de mi verga y el dedo de Ely.

Que rico! que rico!- decía Alba.

Que rico! Que rico!

Un largo y fuerte quejido provocado por el orgasmo de Alba le impidió continuar. Al terminar, parecía desfallecer, se veía mareada y se salió de la verga para acostarse en la alfombra, totalmente cansada. Ely acarició el rostro de Alba, comprendiendo como se sentía. Yo mire mi verga que seguía parada y muy dura, me dirigí a las dos diciendo:

  • No pensaran dejarme así, verdad?

  • Claro que no!- respondió Ely.

Ely se puso de pie y me dio la mano para levantarme, me colocó sentado en el sillón, tal y como Mario se la había cogido. Dándome la espalda, abrió mis piernas y subió sus pies encima de mis rodillas, tomó mi verga y sentándose sobre ella la metió en su vagina. Una vez con la verga adentro, empezaron los movimientos hacia arriba y hacia abajo metiéndose la verga una y otra vez. Arqueó hacia atrás su espalda y acercó su nuca a mi boca. Le besé y mordí muy suavemente el cuello mientras le acariciaba las tetas. Ely comenzó a gemir placenteramente. De nuestros amigos, Alba fue la primera en reaccionar. Se puso frente a nosotros hincada, mirando como mi verga entraba y salía. Miraba sintiendo que era a ella a quien se cogían. Se acercó más a nosotros y puso sus manos sobre mis rodillas, mirando como la vagina de Ely se comía la gran cabeza de mi verga. Ely viendo como estaba Alba, estiró un brazo para tomar la parte posterior de la cabeza de Alba y suavemente la jaló hacia su vagina. Alba se dejó llevar, mi verga pudo sentir la fuerte respiración de Alba, en eso, besó el clítoris de Ely y suavemente con la lengua recorrió la parte superior de la vagina. Puso su lengua en la entrada del orificio vaginal, lamiendo mi glande cada vez que este salía. Ely estaba como loca otra vez, movía su cabeza de un lado hacia otro. Alba sobaba mis huevos mientras movía la lengua por todas partes de la vagina y mi verga. A estas alturas Mario se masturbaba lentamente la verga, estaba erecta nuevamente. Se colocó detrás de Alba abriéndole las nalgas y le metió la verga. Alba paro un momento, voltió a ver a su marido y se agachó lo más que pudo para lograr una profunda penetración. Después se incorporó nuevamente a lamernos. En este momento Ely alcanzó otro orgasmo, gritaba y se retorcía, yo también tenía una sensación extraña pero muy placentera. Tomé a Ely por la cintura, presionándola contra mi verga muy fuertemente. Esa era la cogida más rica que había dado en mi vida. El cuerpo de Ely sudaba demasiado por el esfuerzo hecho. Al terminar su orgasmo, se quitó de la verga y se sentó en el sillón junto a nosotros mirándonos. Ahora mi verga quedó a completa disposición de Alba, que sin pensarlo la comenzó a masturbar y a mamar. Mario seguía cogiéndose por atrás a Alba, yo veía muy bien como la verga entraba en la peluda vagina por debajo del ano de Alba. Mario dejo caer saliva sobre el culo de Alba y le metió la punta de un dedo. Alba por un momento dejo de mamar mi verga, concentrándose en la verga y dedo de Mario, con una mano se agarraba muy fuerte de mi verga, mientras que con la otra separaba una de sus nalgas para tener mayor penetración. Regresó a mamar y a gemir con más fuerza. Mire a Ely quien incrédula veía como Alba estaba siendo cogida. Alba empezó a dar pequeños gritos de placer y decía:

Más duro Mario,

Cógeme más duro.

Mario aumentó la velocidad y fuerza de la metida de verga, haciendo que Alba se viniera otra vez. Alba se metió toda mi verga en la boca y la mamaba queriendo arrancarla. Que sensación tan rica! Mientras Alba se venía, Ely abrió completamente sus piernas y acarició muy delicadamente su clítoris. Introdujo un dedo en su boca y otro en su vagina y así estuvo por unos momentos. Después se acercó a mi oido y suavemente me dijo:

Cali, así quiero que me cojan.

¿Cómo quieres? – le pregunte.

Quiero sentir dos vergas, una en la boca y otra en el coño – respondió.

Yo únicamente abrí más mis piernas y saqué con mi mano mi verga de la boca de Alba, y la sacudí mostrándosela a Ely, quien inmediatamente se hincó y la comenzó a mamar levantando y abriendo su culo lo más que pudo. Mario al ver la vagina de Ely lista para ser penetrada, sacó su verga de Alba para cogerse a Ely. Empezamos a movernos los tres rítmicamente, Ely estaba disfrutando mucho esa cogida, pasó una de sus manos por debajo de su abdomen para estimularse el clítoris.

¿Así querías que te cogiéramos? – Le pregunté.

Si, así. – respondió.

Después de un rato de estarla cogiendo, Mario pegó un alarido, sacó su verga y descargó el semen sobre el culo y vagina de Ely. Ely se frotó con más fuerza el clítoris y sacó mi verga de su boca para gemir mientras me apretaba la verga muy fuerte. Alba tomó con la mano la verga de Mario y trataba de exprimirla, queriendo sacarle más semen. Un poco de semen quedó en la mano de Alba quien se lo llevó a la boca. Quizá se le hizo poca la cantidad de semen que comió, porque separó a Mario y empezó a comer el semen que tenía Ely en el culo y la vagina. Alba limpió todo con la lengua, por alguna razón, quedó con la lengua sobre el ano de Ely, le frotó la lengua en el ano, queriendo meterle la lengua en el estrecho agujero. Con esto Ely tenso todo su cuerpo para dejar escapar una fuerte exclamación de placer. Que orgasmo tan intenso alcanzó Ely! Yo no pude más, sentí como me iba a venir. - Me vengo! Me vengo! – dije levantando mi cadera.

Entonces Alba le dijo a Ely:

Déjame comerme esos mocos por favor!

Ely se hizo a un lado y Alba presurosa tomó mi verga y se la llevó a la boca. Casi al llegar a su boca, el semen brotó de mi verga cayendo dentro de la boca de Alba, quien los tragó casi todos, una cantidad de semen escurrió a los lados de su boca. El siguiente chisguete de semen fue sobre sus labios y mejilla. Entonces Alba se metió mi verga en su boca y se tragó mucho del esperma que aventé. Al terminar de eyacular, saqué mi verga que ya estaba semierecta. Ely se fue sobre mi verga para pasarle la lengua, queriendo comer semen también. No logró casi nada, por lo que dirigió su lengua a lamer el semen que escurría de la boca y cara de Alba. Alba compartió el semen que todavía tenía en la boca pues se entrelazaron en un beso en el que intercambiaban semen y saliva.

Todos quedamos exhaustos. Nadie hablaba. Ellas se acostaron en la alfombra, su respiración ya era menos agitada. Mario se levantó y dirigió al baño. Yo quedé sentado en el sillón con los ojos cerrados, con brazos y piernas abiertos. Alcancé a escuchar que Alba le susurró con mucho cuidado a Ely:

Tenías razón, tu marido aguanta mucho sin venirse,

Que suertuda eres!

Nunca me había venido tanto.

Ely nada más sonrió. Yo no hice movimiento alguno, fingí no oír. Pero comprendí que todo esto fue algo planeado por estas mujeres. ¡Que bueno que se les ocurrió! Me dije a mi mismo.

Mientras nos vestíamos Ely y yo, nadie hizo ningún comentario. Todos teníamos una sonrisa de cómplices. Al despedirnos Ely y Alba se despidieron con un fuerte beso en la boca. Durante el camino a casa, pensé en todo lo que había pasado. No tuve ningún arrepentimiento pues lo disfruté mucho. Pero tenía un pequeño temor: estar descubriendo una faceta de la sexualidad de Ely que ella y yo desconocíamos.

Casi toda mi vida he trabajado duro. Me siento contento con lo que la vida me ha dado. ‘Esto fue un regalito de la vida’, pensé.

Días después de la experiencia con Albania y Mario, Ely me confesó que recientemente Alba y ella habían platicado de sus vidas matrimoniales y tocaron el punto de las relaciones sexuales. Por relaciones de amistad y profesionales se frecuentan tres o cuatro veces a la semana, son amigas muy cercanas. Ya en confianza Ely le comentó sobre los cinco u seis orgasmos que ella alcanza cuando hacemos el amor porque yo tardo no menos de treinta minutos para venirme, tiempo en el cual Ely mama y se coge mi verga de muchas maneras, cosa que a Alba le pareció inverosímil pues ella le confesó que generalmente solo logra un orgasmo y muy raras veces a tenido dos, pero muchas veces Mario termina sin que ella alcance el orgasmo. Esta plática abrió la curiosidad de Alba y tiempo después, con la amistad y confianza que se tienen, le planteó comprobar lo dicho por Ely. El campamento de los niños, dio la oportunidad que ellas esperaban. Pensaron en incluir a Mario, pues se trataba de comprobar una cosa sexual y no era cuestión de infidelidad o algo parecido. También acordaron que únicamente sería una experiencia y que cual fuese el resultado no hablarían más de ella.

Aunque Ely y yo tenemos confianza mutua, debo admitir que la experiencia con Alba y Mario me tuvo confundido algunos días, hasta que Ely me aclaró las cosas. Esto nos resultó favorable a Ely y a mí, pues en ocasiones que hacíamos el amor cuando ella o yo, hablaba sobre esa experiencia nos poníamos más calientes y nos pegábamos grandes cogidas. Semanas después me platicó que Alba le pidió hablar en privado, que comenzó por decir que aunque habían acordado no hablar sobre lo que pasó. Alba quería romper ese acuerdo solo para dejarle saber a Ely que después de eso, las relaciones sexuales con Mario habían cambiado de manera sorprendente, que ahora cada vez que tenían sexo al menos alcanzaba ella dos orgasmos y que la primera vez que tuvieron relaciones después de nuestro encuentro, ella alcanzó como cinco. Solo quería dejarle saber y prometió no volver a tocar el asunto. - Pues como ves, les pasó algo similar que a nosotros. Le dije a Ely y reímos sonoramente.

II

Tiempo después, por razones de trabajo, Ely y yo viajamos a una ciudad y tuvimos que dormir una noche allá. Tomamos un hotel cinco estrellas, la habitación era confortable con muchas comodidades. Por la noche, nos dimos cuenta que olvidamos nuestra ropa de dormir, así que anduvimos en la habitación con las batas de baño. Para dormir, fuimos a la cama desnudos como a las nueve de la noche. Ya acostados, nos quedamos viendo la televisión en el hotel. Al estar cambiando los canales del televisor pasamos por uno con películas pornográficas, se mostraba una mujer mamando la verga, se suponía que sucedía en la cocina de una casa. La mujer era rubia muy exuberante, con unas tetas muy grandes, exageradas diría yo, el hombre negro musculoso y con una verga muy grande. Cambié al siguiente canal, pero Ely me pidió regresar al canal por un momento. Nosotros no somos aficionados a las películas porno, si alguna vez vimos alguna fue hace mucho tiempo, cuando se filmaban con cámaras corrientes y los filmes eran de muy mala calidad. Por complacer a Ely regresé al canal. La imagen era muy clara con colores nítidos, se notaba que había sido filmada por profesionales, ayudaba a la imagen la televisión que era grande y con buena resolución. Quedamos viendo un rato la película, Ely observaba muy atenta como la mujer masturbaba la verga, en ocasiones la tomaba con las dos manos o el tipo le metía la verga en la boca a la rubia. La música de fondo era muy erótica. Momentos después Ely me preguntó:

¿Oye Cali, te imaginas lo que estará sintiendo esa mujer al estar mamando una verga de ese tamaño?

Imagino que mucho placer- Le contesté.

Debo decir que Ely y yo somos de poblados rurales, mi pueblo estaba a treinta minutos en camión del pueblo de Ely. Aunque nos conocimos desde jóvenes, nos hicimos novios mientras estudiábamos en la ciudad de Villahermosa. Fui el primer novio de Ely, después de un noviazgo de cuatro años nos casamos y ella llegó virgen al matrimonio. Yo tuve cuatro novias anteriores a Ely, pero solo tuve relaciones sexuales con dos de ellas. Cuando fuimos jóvenes, no había tanta información disponible sobre sexo, como lo existe ahora. Así que muchas cosas de nuestra sexualidad las fuimos descubriendo juntos.

Ely seguía la escena de la película con detalle, estiró su mano y suavemente comenzó a sobar mi verga. Como la sabana de la cama nos cubría poco arriba de la cintura, pude observar como las areolas de Ely se habían puesto turgentes, señal que se estaba excitando. Después metió la mano por debajo de la sabana para tomar mi verga y masturbarla lentamente. Noté como su respiración era cada vez más agitada. El tipo de la película, se acostó sobre la mesa de la cocina y la mujer se hincó con las rodillas cerca de la orilla de la mesa. La cámara se movía mostrando desde diferentes ángulos como la rubia mamaba la verga. Al pasar por atrás de la mujer, hizo un acercamiento a la vulva la cual estaba completamente abierta y sin pelo. Se alcanzaba a ver hasta el interior de la vagina completamente roja y muy lubricada. Ely comentó:

¡Mira Cali!

¡Que bárbara!

¡Esa mujer se rasuró toda!

Masturbó más rápido mi verga y ya tenía la otra mano acariciándose una areola con sus dedos ensalivados. En ese instante en la película, entró una mujer trigueña a la cocina, también exuberante, con un vestido de sirvienta muy corto. Al ver a la pareja, por detrás de la rubia, se quedo inmóvil y llevó las manos a su entrepierna, con una separa su panty y con la otra se comienza a masturbar. Como la cámara enfoca ahora la masturbación de la trigueña, Ely dejó su pecho y movió la mano hacia su vagina. La trigueña avanza hacia la pareja, siempre por detrás de la rubia, quien continuaba hincada mamando verga. La sirvienta se acerca a la pareja, pone sus manos sobre las nalgas de la rubia y comienza a comerle la vagina. Al ver esto Ely, se hincó arriba de la cama y comenzó a mamarme la verga. Mientras mamaba emitía gemidos muy fuertes y paraba momentáneamente para regresar a ver la televisión. Después regresaba a mi verga y la mamaba con más intensidad. Así estuvo por un buen rato. Yo estaba atento a lo que pasaba en la televisión, disfrutando la mamada que me daba Ely. Mientras en la escena se veía como la trigueña metía toda su lengua en la vagina de la rubia, Ely comenzó a decir en voz baja:

Sí, así

Así,

Métela toda.

Esto me llamó la atención pues Ely me estaba masturbando muy fuerte y rápido. Mire a Ely, quien hincada con las rodillas completamente separadas, estaba moviendo rapidísimo su cadera hacia delante y atrás. Comprendí que estaba asumiendo el rol de la rubia. Le pregunté:

¿Sientes como si te estuvieran mamando el coño a ti?

Sí – contestó.

¿Así como se la están mamando a la rubia de la película?

Sí, igual - Volvió a contestar.

Pues imagina que eres tú quien esta en la película – Le dije.

Cuando le dije esto, comenzó a gemir muy fuerte y a mover mucho más rápido su cadera.

Me vengo, me vengo - empezó a decir.

Aaahhhhhh!

Aaaaahhhhhhhhh!!

Aaaaaaaaahhhhhhhhhh!

Ely tuvo un orgasmo muy intenso, cuando lo terminó, me miró con una sonrisa muy pícara, se levantó y se sentó en mi verga. Con mi verga sentí como tenía la vagina muy caliente y mojada. Puso una teta sobre mi boca e inició el mete y saca de mi verga. Ahí iniciamos una cogida que terminamos ya muy pasada la media noche. Quedamos muy cansados y dormimos profundamente. Al otro día, salí de la ducha y Ely se encontraba ya despierta descansando en la cama. Después de los buenos días y un pequeño beso, me dijo:

Que bárbaros somos Cali.

¿Por qué?- le pregunté.

Anoche me vine sin que tuviera nada en la vagina, solo con ver a esa cabrona chapándole el coño a la rubia - me contestó.

Entonces la bárbara eres tú! Te imaginas como te hubieras venido si realmente te hubieran mamado así el coño mientras me mamabas la verga – le dije.

Ya párale, ya párale, no vayamos a comenzar otra vez – me dijo muy rápidamente- y nos quedamos todo el día en el hotel.

Reímos y nos preparamos para terminar nuestros asuntos y regresar a casa. Como dos meses después de ese viaje, un día lunes de julio en pleno verano, mientras cenábamos trajo a la mesa ese viaje. En eso me preguntó:

¿Te gustaría hacer algo como lo que vimos en esa película?

Huuuummmm – lo pensé y respondí rápido sabiendo que había pocas probabilidades que ocurriese - sí, creo que ¡sí!

Entonces prepárate para el viernes – me contestó- Solo te pido que no me preguntes nada, espérate hasta el viernes y haz todas las cosas que yo te diga.

Pero….

Nada!! – interrumpió Ely. Ningún pero, ni nada, si no quieres pues no hacemos nada y ya.

Ya no dije nada, solo asenté con la cabeza. Me quede muy pensativo, no se si por la confusión que me causó la propuesta de Ely o por imaginarme la pinche cogida que tendríamos el viernes. Ahora se que fue esto último.

Por la noche tuve ganas de tener sexo con Ely, ella se negó, me dijo que esperara hasta el viernes. Toda la semana estuve pensando en cual sería el plan de Ely. No podía creer que su plan involucrara a Chayito, nuestra sirvienta, pues ella es muy bajita, gordita y no muy atractiva que digamos, muy lejos de la exuberante trigueña de la película. Además que la queremos como de la familia pues ha trabajado con nosotros desde que nació mi hijo el mayor. No tenía idea que plan pudiera tener, solo me quedó esperar con ansias el viernes.

El viernes llegó, Ely me habló a la oficina para decirme que llevara a los niños a la casa de sus padres, allá pasarían el fin de semana. También había dado permiso a Chayito a que fuera a visitar a su familia, regresaría el lunes. Estaríamos solos en casa, es parte de su plan, pensé en seguida. Al llegar a casa, alrededor de las siete de la noche noté el silencio, pasé y dije hola, sin que nadie respondiera, no había nadie. Dejé las llaves del carro, mi portafolios y subí a la recamara. Al abrir la puerta encontré sobre la cama mi bata de seda y una nota sobre ella. La nota decía: "Toma un buen baño mi amor, y ponte esta ropa nada más. Espera en la cama hasta que te llame". La nota tenía un beso hecho con pintura labial. Además de mi bata, ahí estaba mi bóxer de seda, que es muy fresco para ese tiempo de verano. En la tina del baño había gel y lociones para agregar al agua. Después de preparar el baño y tallar todo mi cuerpo, me sumergí en la tina tratando de adivinar que cosa había planeado Ely.

Como a las ocho de la noche, en la transición de día y noche de ese caluroso verano, escuché llegar el carro de Ely. Por la plática que sostenía, supe que no había llegado sola. La otra voz era de mujer. Contrató a una prostituta!- Pensé inmediatamente. Me quedé muy atento a lo que decían:

Pásale a la sala– dijo Ely.

Gracias – contestó la mujer.

Esa voz me pareció haberla escuchado con anterioridad, pero no situaba quien podía ser.

¿Qué quieres de tomar? - preguntó Ely.

Lo que sea, pero frío - respondió la mujer – hace mucho calor.

Se oyó el abrir de la puerta del refrigerador y a Ely hablar:

Mira aquí esta este vino blanco que frió sabe riquísimo.

Está bien – le contestó su acompañante.

Después de una pausa, escuche a Ely decir:

Toma tu copa y salud.

Salud! – le respondieron.

Imagino que tenían sed, pues escuche a Ely decir que iba a llenar nuevamente las copas. Ya no puse atención que más hablaban. Pensé que ese vino en el refrigerador era parte del plan de Ely. Ahora pensaba en el banquete que tendríamos con esa mujer. Salí de la tina y comencé a vestirme con la ropa que Ely me dejó. Intenté escuchar nuevamente, pero no podía escuchar claramente la conversación, era muy rápida –como suelen conversar las mujeres – y además había una música suave en la sala.

A pesar que la nota de Ely me había indicado esperar en la recamara, no aguanté las ganas de saber quién era esa mujer, por lo que decidí bajar al estudio que esta contiguo a la sala, entré por la puerta lateral. El estudio tiene una ventana grande hacia la sala, con una cortina de tela delgada, que permite la visibilidad hacia el espacio donde la luz sea más intensa. Al estar apagadas las luces del estudio, yo podría ver a Ely y su amiga, pero ellas no a mí. Me paré en un sitio cercano a la puerta, por si tuviera que salir rápido y desde ahí miré la espalda de la mujer. Cuando hizo su cara a un lado la reconocí. Se trataba de Lourdes Patoja una amiga de muchos años de Ely, Lulú, como le llamamos quienes la conocemos. Lulú es viuda de un alto ejecutivo de una de las compañías de la competencia, de Gil Roque, ‘Gilito’ le decíamos, que en realidad era un hombre alto y fuerte. Gil murió como hace cinco años a consecuencia de un accidente de carretera. Era la envidia por tener como mujer a Lulú. Ella es alta y hermosa, de piel blanca y pelo muy negro, con un gran porte, no es delgada, mas bien es robusta, pero con un cuerpo muy bien formado. Su distinción y clase la hacen una mujer demasiado atractiva. Seguramente tiene más de cuarenta años, pero la forma de su físico, la manera caminar y movimientos corporales siempre con su espalda muy erguida, la hacen ver con mucho menos años. Como al año del fallecimiento de su esposo, ella comenzó a vender joyas y ropa, nuevas por supuesto. Tenía marcas exclusivas y no eran nada baratas, varias ocasiones Ely me había pedido de regalo de cumpleaños algún producto de los que Lulú vendía. Sus principales productos eran aretes y collares de piedras preciosas y lencería de telas muy finas.

Había un muestrario de joyas sobre la mesa del centro y mucha ropa de lencería en uno de los sillones. Después de platicar un rato y tomar varias copas de vino. Esto fue lo que conversaron:

L: ¿Por cuáles juegos te animas?

E: No se, todos están preciosos.

L: Mira estos aretes de rubí, combinan muy bien con este juego.

Lulú levantó las joyas y unas piezas de lencería mostrándolos a Ely.

E: Sí, son muy bonitos. ¿Me los puedo medir?

L: Claro, adelante!

Ely comenzó a desvestirse ahí en la sala, al mirar el rostro sorprendido de Lulú le dijo:

No te preocupes, no hay nadie en casa. Sólo esta Cali, que debe estar arriba leyendo o viendo la televisión.

Sí, ya vi su carro – respondió Lulú.

Ely tenía puesto un conjunto de lencería blanco, que había comprado a Lulú precisamente. Era un juego de medias sin liguero, que se ajustaban al muslo con un encaje muy fino. La panty de hilo dental con encaje y lentejuelas formando figuras al frente. Ely habló señalando su lencería:

E: Mira este es el que te compré la vez pasada.

L: Sí ya me di cuenta.

Mientras Ely se desnudaba, Lulú miraba hacia otros lados evitándola. Al terminar Ely le dijo, pásame las prendas. Al darle la ropa, fue inevitable que Lulú viera el cuerpo desnudo de Ely. Yo, dentro del estudio me quede asombrado al observar a mi esposa sola desnuda frente a otra mujer. Creo que Lulú puso atención en las tetas de Ely por las areolas tan grandes que tiene. Porque dijo:

L: Tienes todo en su lugar, Ely.

E: ¿A que te refieres?

L: A tus tetas, todavía se ven muy firmes y en su lugar. No se han caído como las mías.

E: Debe ser por el peso, te imaginas las mías son pequeñas y deben pesar poco. En cambio las tuyas deben ser muy pesadas. – Le dijo en tono de broma.

L: Sí, eso debe de ser. No los años! – ambas rieron por las bromas.

Alzando las prendas Ely comentó:

E: Te imaginas lo caliente que se pondrá Cali cuando me vea con esta ropa!! Disculpa lo que dije – comentó como aclarando que había pensado en voz alta.

L: No te preocupes, me imagino que sí tienes razón, así le pasaba a Gil.

Mientras Ely se ponía la ropa, le preguntó:

E: ¿Puedo hacerte una pregunta indiscreta?

L: Claro no te preocupes, estamos en confianza.

E: ¿No has pensado en casarte nuevamente?

L: ¿Esa es la pregunta indiscreta? No, por ahora no. Así estoy bien.

E: ¿Pero tienes novio, verdad?

L: No, claro que no. Y no es porque me faltan pretendientes, por ahora no quiero.

E: Siendo tan hermosa debes tener muchos pretendientes.

L: Favor que me haces Ely, cierto que tengo montones de prete…..no, no son pretendientes, solo quieren aprovechar que soy sola. En cada reunión más de uno se acerca a mí, pero la intención es pasar un rato conmigo y eso no me llama la atención.

E: Ni siquiera un ‘amigo ocasional’ has tenido – lo dijo en tono apropiado para insinuar una aventura.

L: Nada, ni eso.

E: ¿Es que ya no tienes ganas de….eso?

L: Claro que todavía me dan ganas! Me quedé viuda pero no manca! – contesto poniendo al frente su mano de dedos suaves y largos.

Ambas rieron por esto último. Ely agregó:

E: Con esos dedos tan largos, no debes extrañar nada – continuaron riendo.

L: No te creas, mis dedos no se acercan nada a como era Gil.

E: ¿De veras? A poco Gilito, era…, quiero decir, hay…no se como decir

L: Sí, lo tenía grande, pero grande de verdad.

E: ¿Cómo de que tamaño?

L: Pues, como de este tamaño- Con sus manos separadas le mostró el tamaño.

E: ¿Y… era gruesa?

L: No mucho, era más bien delgada, pero larga.

E: Que suertuda fuiste, eh!

L: ¿Por qué? Acaso tú tienes algo muy ‘pequeño’ en casa?

E: Bueno pequeño no, normal diría yo, pero no se compararía con nada al tamaño del de Gil. – dijo sonriendo muy alegremente.

L: No sigas, eeehhhh! Porque vas a hacer que use mis dedos aquí mismo. Las dos rieron a carcajadas.

E: Yo no me perdería por nada ese espectáculo, eeehhhhh!.

Ambas rieron muy fuertemente. Conforme fue avanzando su conversación mi verga se fue poniendo erecta. Entendí que Ely planeaba seducir a Lulú y que eso era lo que había planeado. El hecho de pensar que pudiéramos tener a Lulú en nuestro juego sexual hizo que mi verga se parara por completo. Cruce mis dedos para tener suerte. Ely terminó de vestir las nuevas prendas y dijo:

E: ¿Qué tal? ¿Cómo me veo?

L: Estupenda!! Combina muy bien con las joyas.

Ely giró modelando las prendas, era un medias, panty y sostén color rosa. Realmente Ely se veía muy bien.

E: Me gustaría usarlas con un vestido strapless. Pues tengo una reunión el mes próximo.

L: Entonces úsalo con este sostén de media copa sin tirantes.

Ely hizo el cambio de sostén para luego mostrarle a Lulú. El nuevo sostén cubría parcialmente las grandes areolas de Ely, dejando una buena porción fuera. Esas tetas se veían muy sexy.

E: ¿Y ahora?

L: Mmmm, creo que necesitas un sostén de copas más altas.

E: Tienes razón, la costura me rosa la areola y mira como me las ha puesto.

L: ¿Que quieres decir?

E: Es que tengo los senos muy sensibles, especialmente las areolas, mira como se me ponen! – para mostrarle se agachó un poco y le enseñó el seno completo, que en verdad estaba poniéndose turgente y duro.

L: Definitivamente entonces ese sostén no te va! No te va dejar disfrutar la reunión – dijo bromeando.

E: Claro, pero te imaginas cuando regrese, Cali me va a tener en mi punto. Ambas rieron.

Ely probó varias prendas, cada vez se acercaba más a Lulú y cuando se tocaba los senos, emitía pequeños gritos. En uno de esos cambios, sin que Lulú lo notara, cuando se ponía la panty, intencionalmente la tiró al piso, diciendo: ¡ay se cayó! Lo cual llamó la atención de Lulú. Para levantarla, Ely se voltió y agachó de tal forma que le mostró todo su sexo. Lulú sentada en el sillón, con el culo de Ely a la altura de su cara, fue inevitable que observara los grandes labios vaginales que empezaban a crecer y mojarse. Note como abrió los ojos. Según yo, por la vista que tenía. Note como cerró los ojos, como queriendo quitar esa visión. Ely se incorporó con naturalidad y procedió a ponerse la panty.

E: ¿Que tal, eh?

L: Fabulosa, te ves divina.

E: Ahora déjame ver este. – dijo señalando un juego de color negro.

L: Buena elección, es como el que yo traigo.

E; Entonces déjame verlo, así no tengo que quitar y poner.

L: Es que me da pena!

E: ¡ándale, muéstramelo! Estamos solas, bueno esta Cali, pero ni modo que te haga algo, además, el ya te ha visto en traje de baño.

No se si este argumento la convenció o fue la necesidad de mostrar y hacer ventas. Pues por cada venta de joyas y lencería ella ganaría muy buena plata. Se quitó la ropa para mostrar el juego de medias negras muy finas que eran detenidas por un ligero muy pequeño que se sujetaba a la cintura. La panty obviamente negra tenía bordadas flores en la parte de frente, que dejaban espacios a través de los cuales se podía ver la estrecha línea del vello púbico de Lulú, se veía que Lulú tenía rasurada la zona del bikini, pues la parte anterior de la panty era angosta para cubrir todo el pubis. La tela del sostén era de la misma textura que las medias, y se podía ver a través de la tela las areolas y pezones de los senos. Las tetas de Lulú eran grandes, un poco caídas, tal como había lo dicho, pero se veían muy eróticas, sobre todo por lo ajustado del sostén. El color de la lencería contrastaba con el color de la piel y hacia juego con el color de su pelo a la altura de los hombros. Ella giró modelando su cuerpo al tiempo que abría y sostenía sus brazos a la altura de los hombros. Cuando la vi de espaldas, casi se me escapa un grito. Que preciosas nalgas tenía Lulú. Eran muy grandes y firmes y su textura dejaba ver que deberían ser muy suaves. La panty de hilo dental y el liguero hacían ver mucho mejor esas nalgas. No pude evitar restregarme la verga. Quería salir ya y cogerme ese rico mango. Ely seguía con detalle todo el cuerpo de Lulú.

E: Te mantienes muy bien eehhhhh. ¿Así se me verá esa ropa a mí?

L: Claro igual, y mira este sostén no te lastimara tus senos – Le dijo, mientras con los dedos tocaba la tela del sostén por uno de los senos.

E: ¿Me permites sentir la tela?

L: Claro!

Ely puso la mano sobre el muslo de Lulú y muy suavemente sentía la textura del la tela.

Se siente que es muy fina – Le dijo Lulú.

Acariciando la tela poco a poco movió la mano hacia la parte interna del muslo de Lulú y acaricio la parte más alta del muslo con el pretexto de sentir el encaje de las medias. Lulú parecía no inmutarse, pero observé que sus pezones habían reaccionado al estar Ely frotando la parte interna de su muslo. Y después acarició la tira del liguero.

E: ¿Y estas tiras no se notarán a través del vestido?

L: Claro que no ¿Acaso tu notaste que yo traía liguero?

E: No, no se notaba.

E: Déjame probar este juego que tiene encaje en toda la orilla. – dijo tomando otro juego de lencería.

L: Adelante, los colores intensos están de moda este verano.

Las prendas sostén, panty tipo tanga y una bata transparente, eran de color amarillo muy vivo, con un bordado de color negro por toda la orilla de las prendas. Cuando Ely mostró su cuerpo con ese traje se veía riquísima, las prendas debieron ser una talla más chica estaban muy ajustadas. Esto hacia que los senos de Ely llenaran toda la copa del sostén mostrando una parte pequeña de sus areolas.

E: Lo siento ajustado, un poco chico – movía su cuerpo tratando de acomodar bien las prendas.

L: Yo lo veo bien, te ves sensacional.

E: La panty me aprieta un poco – dijo mientras movía sus piernas y jalaba hacia arriba la tanga.

L: Le va a dar un infarto a Calixto cuando te vea así – yo pensé lo mismo.

E: Pues déjame llamarlo para que me de su opinión.

L: Entonces déjame vestir que me dará pena que me vea así – al tiempo que tomaba su ropa.

Ely tomó sus manos deteniéndola, le dijo que no tuviera ninguna preocupación, ya que no sería la primera vez que viera a una mujer en ropa interior, pues hemos asistido a muchos desfiles de modas donde se exhibe lencería y las modelos se muestran en público.

E: No tengas ningún temor, Cali es civilizado. – terminado Ely gritó mi nombre llamándome. El grito me tomó desprevenido, acerté a salir silenciosamente y rápido del estudio e irme a mí recamara. Un tercer grito se escuchó al momento que llegaba a la recamara, únicamente me paré en la puerta y contesté:

C: ¿Qué quieres mi amor?

E: Baja a la sala por favor.

C: ¿Qué se te ofrece?

E: Ven, quiero que me des tu opinión.

C: Ahí voy!

Corrí al espejo a verme, parecía chamaco de secundaria emocionado. Arreglé mi pelo y la bata y note que por la carrera hasta la verga se me había puesto flácida. Bajé a la sala, fingiendo estar adormilado. Poco antes de llegar a la sala, pregunté:

C: ¿Qué pasa? – tres pasos después estuve en la sala.

E: Mira!! – dijo mientras giraba mostrándome su cuerpo.

C: Guuuaaauuuu, ¡Que linda te ves!! ¡Hasta el sueño se me quitó!

L: Verdad que sí. – hablo Lulú quien estaba sentada en el sillón, con una bata cubriendo sus piernas.

C: Buenas noches Lulú, que sorpresa! ¿Cómo estas?

L: Buenas noches.

Me acerque a darle un beso en la mejilla, el olor de su perfume lleno mi olfato. Lulú, siempre elegante y con buen gusto en la elección de perfumes. Ya de cerca note su delicado maquillaje que hacia que su rostro luciera más hermoso. Se contaba la historia que Lulú en su juventud ganó el segundo lugar en un concurso de belleza estatal, pero que hubiera tenido el primer sitio, si los jueces hubiesen calificado honestamente. Debían tener razón, aun con el tiempo y algunos kilos de más, Lulú era una mujer muy frondosa y cautivadora.

L: Aquí animando a Ely a que compre toda la ropa.- Dijo sonriendo.

E: ¿Qué te parece Cali? ¿Cómo se me ve?

C: ¡Me va a dar un infarto!!

E: De eso se trata, de que se te pare! Pero no el corazón! Jajajajajaja – Todos reímos.

C: ¿Qué están tomando? Déjenme ir por una copa.

E: El vino esta en el refrigerador.

Fui por mi copa, al abrir el refrigerador note que habían consumido una botella. Tome otra botella y mientras la abrí, regrese a mirarlas. Ely subía los tirantes de la tanga, fingiendo ajustarla, yo sabía que se estaba frotando sus labios vaginales y el clítoris, por lo que mi verga se paró levemente. Regrese a ellas, serví sus copas y brindamos. Me senté en el sillón libre que era el más grande de la sala. El sillón pequeño estaba ocupado por las joyas y el sillón de dos plazas, por la ropa y Lulú. Mi rodilla casi tocaba la de Lulú, cuando cruce mis piernas la bata se abrió, dejando ver que no tenía yo pantalones de dormir.

E: Creo que necesito una talla más grande. Esta me lastima aquí.

Sin más, Ely se puso de espaldas, entre Lulú y yo, subió un pie a la mesa de centro y se inclinó ligeramente para señalar con su dedo donde le lastimaba la tanga. Nos mostró sin ningún recato su culo y su vagina, sus grandes labios vaginales estaban a los lados de la tanga, ya crecidos por la estimulación que se había dado. Yo tragué saliva al verla así. Mire a Lulú quien se puso roja, yo creo que de vergüenza, por lo inesperado de la acción de Ely.

E: Toda esta parte me lastima - Dijo mientras con un dedo recorría toda el ‘área afectada’, detuvo el dedo un momento sobre su clítoris y lo estimuló. Toda su vagina se llenó de líquido. Mi verga estaba muy crecida. De no estar sentado, seria evidente mi erección. Lulú estaba muda, no atinaba que decir, pero miraba con atención lo que Ely le mostraba.

C: Tal vez debas tomar otro – alcance a decir.

E: Bueno, pero este lo tendré de comprar de cualquier forma – dijo mientras se incorporaba – porque este ya lo mojé y creo que me rocé ahí mismo. ¿Puedes mirar Cali si estoy rosada?

Volvió a subir el pie a la mesa y se agachó mostrándonos otra vez su empapada vagina. Yo haciendo un esfuerzo enorme para no sobarme la verga y fingir naturalidad, me puse de cuclillas para ver el ‘area afectada’de cerca. Por mi posición, la bata se abrió y el bóxer se subió un poco dejando ver la punta de mi verga. Lejos de ver si estaba rosada, yo empecé a pasar mi dedo por toda la vulva de Ely, quien daba pequeños suspiros. De reojo vi a Lulú. Tenía cara de sorpresa, pero no había duda que tenía la mirada hacia mi verga. Observé como con su boca un poco abierta, su lengua recorría despacio los bordes de sus labios. Sus senos se habían puesto duros y tenía la respiración levemente agitada.

Me puse de pie, diciéndole a Ely que no tenía nada, pero que efectivamente tendríamos que comprar la ropa porque las había mojado, y Lulú ya no las podría vender.

E: Discúlpame Lulú, no imagine que me fuera a pasar esto.

L: No hay problema- dijo reaccionando normalmente,

E: Creo que es el bordado de la panty lo que hizo esto. Sentía como si me los estuvieran acariciando

L: Al comprarlos han encontrado la solución- interrumpió como para evitar que Ely siguiera hablando de eso.

E: Muéstrale a Calixto el traje que tienes puesto – dirigiéndose a Lulú- seguro que viéndolo lo convenzo a que lo compre.

L: Eehh… este…. este

E: ándale! Sin pena. – al momento la tomó de la mano para que se pusiera de pie.

Por lo aturdida de la situación, Lulú se incorporó, mostrando su cuerpo a plenitud. Yo respiré profundo y pensé que era un sueño tener a Lulú con esta ropa tan sexy y tan cerca. Ely ayudaba a girar lentamente a Lulú. Cuando pasó su espalda, Ely se detuvo un poco y recorriendo los tirantes traseros del liguero con sus manos, me dijo que eso no se notaría a través del vestido. Ni caso le hacía a lo que Ely decía. Estaba absorto viendo las hermosas y blancas nalgas de Lulú, hasta pude apreciar los finos y cortos vellos que cubrían su piel. Tenía un lunar entre el liguero y la correa de la tanga. Ely me dijo que ese lunar se veía muy coqueto. Al decirlo dejaba saber a Lulú que teníamos la atención sobre su trasero. Ely recorrió suavemente con la mano el liguero y el tirante superior de la tanga. Me di cuenta que Lulú hizo un movimiento hacia atrás muy rápido y corto de su cabeza. Cuando terminó de girar, tenía los pezones muy duros y sus ojos levemente cerrados.

E: ¿Verdad que tiene un supercuerpo?

C: Sí, es muy hermoso. – dije balbuceando.

E: ¿Te imaginas como me veré con esta ropa?

C: Divina.

E: Siente la textura de este tela.

Me tomó de la mano y me invitó a que tocara la tela. Yo me puse de pie, y rehusé a tocar la tela. Al estar de pie, el bulto de mi verga se notaba en la bata. Señalando hacia el bulto, Ely dijo sonriendo:

E: Mira como te pusiste – Lo cual hizo que Lulú también mirara hacia allá. Yo traté de ocultar mi erección. ¿Ves Lulú? Mira como hiciste que Cali se pusiera? -No decía yo nada, quedé callado e inmóvil al igual que Lulú.

E: ¿Fue Lulú o fui yo?

C: Las dos, fueron las dos -respondí rápidamente: Discúlpenme – que falso me oí a mi mismo.

E: No te preocupes, Lulú esta acostumbrada a ver vergas muy grandes. ¿Verdad Lulú?

Lulú alcanzó a dar una respuesta débil. Solo movió la cabeza en señal afirmativa, diciendo: - Bueno, nada más una.

E: Déjanos ver la tuya – Sin más, Ely se movió hacia mi, desató la cinta de mi bata y me bajo el bóxer. Mi verga se quedó balanceando completamente parada. Lulú seguía muda, con los ojos en mi verga, seguramente la cabeza de mi verga llamó su atención. Los años de viuda y sin verga la pusieron en una situación muy frágil. Su respiración era más agitada y su rostro se veía encendido.

E: ¿Qué tanto más grande era la verga de Gil?

L: Más grande, definitivamente más grande, pero menos gorda. - Respondió con dificultad por la respiración agitada que tenía.

E: Pero si le agarramos la verga a Cali, le crecerá otro poco. – Al decir esto, Ely ya tenía su mano en mi verga haciéndole movimientos lentos hacia arriba y hacia abajo. Creí que mi verga no crecería más, pero las venas de la verga se hincharon mucho y la hacían ver más grande.

E: Ahora agárrala tú. – dirigiéndose a Lulú.

Como hipnotizada, Lulú dio unos pasos hacia mí y agarró mi verga. La tomó muy fuerte y la masturbó un poco.

E: ¿Así de grande era?

L: Más grande, pero no tenía la punta tan grande como esta la tiene – no quitaba la vista de mi verga.

E: ¿Sientes bien agarrar esa verga después de varios años de no hacerlo? ¿Te gusta la verga de Cali?– Lulú movió la cabeza afirmativamente. En ese momento supe que el plan de Ely había funcionado. Lulú estaba en un estado de excitación del cual no saldría hasta ser bien cogida.

E: ¿La quieres mamar?- Lulú se quedo inmóvil, sin responder, solo seguía masturbándome. Ely puso una mano en la nuca de Lulú, para acercarla a mi verga. Lulú no puso resistencia, mientras se hincaba, iba abriendo su boca mirando mi verga. Abrió su boca lo más que pudo y mi cabeza entró fácilmente. La comenzó a mamar con suavidad, después con muchas ganas, realmente estaba ansiosa por sentir otra vez una verga. La besaba, chupaba y volvía a meter en la boca. Yo parado, no perdía detalle de la mamada. Disfrute mucho viendo como una mujer tan guapa me mamaba la verga. Lulú puso sus manos a los lados de mi cadera y se metía y sacaba la verga de la boca. Sentía como su lengua pasaba por la orilla de la cabeza de mi verga. Así estaba, cuando levantó su vista hacia mí, sin dejar de mamar me miró a los ojos, abría y cerraba los ojos demostrando tener mucho placer al mamar la verga. Con su mirada, parecía agradecerme el volver a mamar verga. Ely por su parte, estaba de pie, con las piernas abiertas, masturbándose y apretándose un seno. Paró un momento y puso una mano en mi pecho empujándome hacia el sillón para sentarme, a Lulú la tomó de su brazo para que no se despegara de la verga. Caí en el sillón y me acomodé con las piernas abiertas lo más que pude. Lulú ahora estaba de pie, agachada mamando verga, por lo que sus nalgas quedaron a disposición de Ely, quien se puso en cuclillas atrás de Lulú, hizo a un lado la tira de la tanga y comenzó a lamerle la vulva a Lulú. Al sentir esto, Lulú se sacó la verga de la boca y dio un fuerte grito:

Uuuuyyyyyyyhhhhhh.- Cerró sus ojos fuertemente e hizo gemidos como si se hubiera enchilado con picante. - Sssssssshhhhhhhhhhhaaahhhh Sssssssshhhhhhhhhhhaaahhhh……Sssssssssshhhhhhaaaaahhhh

Sssssssshhhhhhhaaaaaaaaaahhh…..Sssssssssshhhhhhhhaaaaahhhhhhh

Su cuerpo tembló al tener su primer orgasmo. Cuando terminó, sin decir nada, se quitó la tanga y volvió a la posición que tenía a seguirme mamando la verga. Yo estiré mis manos para tomar sus grandes tetas. Mis manos no alcanzaban a tomar todo el pecho, las tetas eran muy suaves y elásticas, colgaban hacia el piso, me concentré en acariciar los pezones. Ely separaba con sus manos las nalgas de Lulú y seguía metida comiéndole el coño. Por momentos Lulú sacaba la verga de su boca y seguía con sus exclamaciones: - Ssshhaaahh……Ssshhaaahh, para luego volver sobre la verga. Tuve que dejar sus pechos y retirar un poco su boca de mi verga, pues mamaba con tanta intensidad que me produjo dolor. Yo creo que ella comprendió y comenzó a masturbarme más lentamente, recorriendo con su lengua mis huevos, yendo hacia arriba a la base del pene recorriéndolo todo hasta la cabeza y la mamó más suavemente, disfrutándola. Hizo esto varias veces, yo me sentía en las nubes, gozando esa mamada, pensando muy contento lo cabrona que era Ely. No cerré los ojos, quería ver como pasaba todo para después recordarlo. Ely recorría con su lengua todo el sexo de Lulú, se veía que lamía desde adelante hasta el culo, después de hacerlo varias veces, introdujo un dedo en la vagina de Lulú y lo comenzó a meter y sacar. Pocos segundos después, Lulú tuvo otro orgasmo: Uuyyhhh…. Uuyyhhh…. Uuyyhhh. Aahhhhhh, Aaaaahhhhh Aaaaaaaahhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh!

Su segundo orgasmo fue más profundo y duradero que el primero. Lulú quedó seminoqueada, no acertaba a decir algo. Suavemente Elia la levantó al momento que decía; – Ahora me toca a mi! Acto seguido puso sus rodillas separadas en el descansa brazos del sillón y se agachó a mamarme la verga. Miró a Lulú y repitió: – Ahora me toca a mi! Indicándole que ahora Lulú tendría que regresarle la mamada de coño. Lulú se movió sin pensar, puso sus manos en la nalgas de Lulú y le pasó la lengua en su sexo de abajo hacia arriba. Ely cerró los ojos, arqueó la espalda y dejó caer su cara sobre mi verga para mamarla. A momentos dejaba de mamar y entonces masturbaba la verga, tenía los ojos cerrados, concentrándose en la mamada de su coño. Habló con los ojos cerrados:

Sí, así

Así, así, así, así.

Métela toda, toda.

Vi a Lulú que movía con más intensidad la cara pegada al culo de Ely. Esto me recordó película porno de nuestro viaje a Tapachula. Le susurré en el oido a Ely:

Así querías ser cogida, verdad?

Sí- respondió- así. ¡Que rico estoy sintiendo!

Su cara tenía esa expresión de gran placer. Imagino que solo otra mujer que haya estado mamando verga mientras otra mujer le come la vagina en esa posición podrá entender el placer que Ely sentía.

Me vengo, me vengo! Decía Ely al momento que su espalda se arqueó mucho. Se mantuvo así mientras gemía: - Mmmmmhhhhhhhhhh! Mmmmmhhhhhhhhhh! Volvió a mamar la verga y dijo: - Síguele Lulú hermosa, síguele por favor!

Lulú continúo mamándole el coño mientras se introducía los dedos en la vagina. Ely tenía toda mi verga dentro de su boca, movía su cabeza hacia todos lados, produciendo en mí una sensación increíble. Sentí que faltaría poco para que yo me viniera.

  • Me vengo, otra vez me vengo! - Gritó Ely. Aahhhhhh, Aaaaahhhhh Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Aaaaaayyyyyyyyhhhhhhh! Aaaaaaayyyyyyyyyyhhhhhhhhhh!

Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Aaaaaayyyyyyyyhhhhhhh! Aaaaaaayyyyyyyyyyhhhhhhhhhh!

Otro, otro, Otrrrrooooooohhhhh!- Gritó de nuevo. Aaaayyyy, Aaaaaayyyyyyy

Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Aaaaaayyyyyyyyhhhhhhh! Aaaaaaayyyyyyyyyyhhhhhhhhhh!

Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Aaaaaayyyyyyyyhhhhhhh! Aaaaaaayyyyyyyyyyhhhhhhhhhh!

Más, otro massss, Otrooo maaasssssssss!- Aaaahhh Aaaahhhhh Aaaaahhhhhhh

Aaaaaaahhhhhh! Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaahhhhhhhhhh! Aaaaaaahhhhhhhhhh!

Entendí que tuvo una de esas venidas largas, que suele tener. Al terminar, se incorporó lentamente al momento que Lulú retiraba su mano de su vagina, pues se estaba masturbando. Ely tomó la mano de Lulú y se la llevó a la boca, chupando los jugos de Lulú. Le dijo: - Deja que ahora te coma Cali – Eso sonó como música a mis oidos, por fin me la voy a coger, pensé. Así tomada de la mano, la sentó en el sillón y le abrió las piernas. Lulú se dejo hacer todo sin hablar – ándale Cali, es toda tuya cómetela!! – Me dijo Ely refiriéndose al sexo de Lulú. Me puse de rodillas en medio de las piernas de Lulú y le abrí las piernas lo más que pude. Lulú con los ojos cerrados se recargó en el sillón, esperando sentir mi boca en su sexo. Yo comencé a besar sus muslos por la parte interior, acercándome cada vez más a su sexo. Sin llegar a besar su vagina, hice lo mismo con mi lengua, la pasé por toda la parte interna de sus muslos. Miré a Lulú, se acariciaba fuertemente las tetas. Pude aspirar el olor del sexo de Lulú que se mezclaba con el aroma de su perfume, realmente era un olor muy rico. Con mi lengua recorrí los labios vaginales de Lulú que eran pequeños pero anchos, los besé y succioné saboreando todo el jugo que los cubría. Busque el clítoris de Lulú y moví mi lengua muy rápido estimulándolo, alterné sus labios y clítoris por unos momentos. Sentí unas ganas enormes de probar su culo, metí mis manos por debajo de sus nalgas, las levanté y aprecié su hermoso ano. Era pequeño y de color rosado, con mi lengua hice círculos en su ano. Mi lengua iba del ano al clítoris, pasando por los labios, intentando meterla en la vagina. Lulú prácticamente se vaciaba por la cantidad de líquidos que emanaban de su vagina, bebí la mayor cantidad que pude. Nunca imaginé saborearle el culo a Lulú. Sentí como Lulú se retorcía, levanté mi vista y miré que ella tenía una de tetas agarrada con sus dos manos muy cerca de su cara, estirándola para chuparse ella misma el pezón. Ver esto hizo que me levantara para meterle la verga. Ely estaba observándonos sentada en el descansa brazos del sillón con sus piernas abiertas dedeandose la vagina, masajeándose con los dedos ensalivados las areolas de las tetas. Lulú al sentir que le metía la verga me miró y me movió con sus brazos a un lado mientras se levantaba, pero sin sacarse la verga. Ahora quedé yo sentado en el sillón y Lulú cabalgándome, Lulú bufaba literalmente cogiéndose mi verga. Hizo su pecho hacia delante, tome una de sus tetas con mi boca y la comencé a mamar, ella se llevó a su boca la otra teta. La tomé por la cintura para acompañar sus movimientos de sube y baja, con mi verga dentro. Sus gemidos se hicieron muy fuertes al igual que la forma que se metía mi verga. Dejó su teta y con sus manos me tomó de la cara y me dio un beso muy prolongado en la boca. Correspondí al beso, cerré mis ojos saboreándolo y sintiendo como mi verga se deslizaba en la vagina de Lulú. No oía, nada, solo sentía como su vagina apretaba mi verga. Lulú se desprendió de mi boca para poder gemir: Aaaahhh Aaaahhhhh Aaaaahhhhhhh

Aaaaaaahhhhhh! Que rico!!! Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaahhhhhhhhhh! Que ricoo!! Aaaaaaahhhhhhhhhh! Más rápido, más rápido!! Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaahhhhhhhhhh!

Al terminar su orgasmo se acostó desfallecida en el sillón, mi verga quedo parada completamente mojada, hasta en mis piernas había liquido de Lulú. Ely inmediatamente se sentó en la verga de frente a mí y me besó también. Su orgasmo ya estaba en puerta. Después de unas cuantas metidas Ely parecía aullar del orgasmo tan fuerte que tenía.

Sí, así Cali

Así, más duro, más duro. -- me decía. Métela toda, toda. Métela duro.

Ely hizo su espalda hacia atrás para comenzar a mover muy rápido su cadera con mi verga dentro. En eso sentí a Lulú que me besaba nuevamente. Estiré mi brazo buscando el sexo de Lulú, ella abrió sus piernas para darme acceso total, lo acaricié suavemente y busqué meterle un dedo. Todo esto fue demasiado para mi, sentí que era el momento que tendría mi eyaculación.

-Me vengo!! - Grité. Ely prácticamente pegó un brinco para salirse de mi verga, al momento que mi verga arrojó un chorro de espermas que se estrellaron en el abdomen de Ely. Ely tomó mi verga y la masturbó muy fuerte y rápido, salió otro chorro hacia arriba que cayó sobre la mano de Ely y mi verga. Repentinamente, Lulú retiró la mano de Ely de mi verga y se agachó para metérsela en la boca. Esto hizo que mi siguiente chorro fuera de gran cantidad y siguiera arrojando semen por un gran rato. Lulú comía los más que podía y su cara tenía una expresión de estarlos saboreando realmente. Cuando terminé, Lulú continúo pegada a la verga por unos segundos. Ely tomó del cabello a Lulú y levantó su cabeza, haciendo que esta se flexionara para atrás completamente. Con su lengua Ely recogió el semen que salía de la boca de Lulú, culminando con un gran beso en su boca. Lulú correspondió al beso que fue largo e intenso.

Yo estaba respirando profundamente, descansando y pensando lo cabrona que era Ely. Estaba seguro que esto salió como lo había planeado. En ese momento, pensé que la experiencia pasada con Alba y Mario, pudo ser idea exclusiva de Ely. Quizá algún día lo llegue yo a saber. Me incorporé, solamente dije: - Discúlpenme! Me retiré como apenado, pero por dentro estaba muy feliz de lo que había pasado. Quise dejarlas solas para que hablaran sobre el asunto. Me quedé escondido para escuchar lo que decían.

L: Que pena Ely! Que pena tengo! Que vergüenza!

E: No te preocupes.

L: Como no me voy a preocupar! ¿Qué no te das cuenta?!

E: No hicimos nada malo.

L: Como no! Me tiré a tu marido aquí! Enfrente de ti!

E: No fue tu culpa, quizás fue mía.

L: No Ely, fue culpa mía. No debí dejar que esto pasara.

E: No te preocupes, ya pasó y ni modo.

L: Pero tu marido Ely, que va a decir!

E: No te preocupes, yo arreglaré eso. Cali comprenderá que paso aquí y jamás dirá nada a alguien, es un caballero.

L: Eso me tranquiliza, pero…..

E: Nada olvídalo, reprocha algo si es que tu no lo disfrutaste.

L: Bueno…. Sí lo disfru

E: Ya ves, no puede haber algo malo en eso. – escuche que ambas sonrieron.

E: A menos que hayas extrañado el tamaño! – dijo riéndose.

L: De eso ni me acordé – respondió riendo abiertamente.

E: ¿Ya ves? Mira que cara tan contenta tienes!

L: Gracias Ely, tengo que agradecerte de verdad. – se escucho el tronido de un beso.

E: ¿Qué? Mira! Estabas arrepentida y ahora me agradeces!

Ambas rieron muy fuerte. Me retiré a mi recamara, sabiendo que Ely tenía el control de la situación. Minutos después, vi por la ventana que Lulú se despedía. Me quedé pensativo, descartaba que Lulú estuviera de acuerdo con anticipación. Una mujer como Lulú, fuerte y segura, resistente al asedio de tantos hombres, cayó en la trampa de Ely. No hay duda que para una mujer cabrona hay otra más cabrona! Sonreí recordando todo.

Ya en la recamara, después que Lulú se marchó, Ely me preguntó:

  • ¿Qué te pareció la sorpresa mi amor?

  • Eres una cabrona! – le respondí. – A ver que otro día me tienes otra sorpresita así!

  • También tu eres un cabrón! – me dijo aventándome una almohada.

Los dos sonreímos. También sonreí días después cuando Ely me envió la cuenta de las compras a Lulú, recordé otra vez esa noche. La sonrisa se me quitó al ver la cuenta, era una cantidad considerable. En unos segundos volvió en mí la sonrisa, pensé: Sí valió la pena!

Han pasado cuatro meses y no he tenido otra sorpresa. Espero que Ely no me haya hecho a un lado en sus ideas calenturientas.

III

Más o menos seis meses después del encuentro con Lulú, tuvimos la visita de Leticia, la prima de Elia, y su marido Jonás. Lety y Ely convivieron mucho en su infancia, por lo que les unía una fuerte amistad. Ellos viven en Veracruz, llegaron el jueves por la noche Jonás tenia que tratar un asunto el viernes, pero quedarían el fin de semana y regresarían el domingo. Ely les ofreció dormir en la casa, tenemos un cuarto para visitas y tendríamos más oportunidad de convivencia. El jueves por la noche cenamos y conversamos normalmente, di las buenas noches a eso de las 9:30. El día siguiente debía estar temprano en la oficina, Ely llegó a la cama unos minutos después. El viernes por la mañana, yo pasaría a dejar a Jonás, ya que su reunión quedaría cerca de mi oficina. Ely por su lado, quedó de recoger a Lety a medio día, para ir de compras y pasar las tarde juntas. Jonás y yo regresaríamos hasta la noche. Llegué como a las 22:00 horas, Ely y las visitas se encontraban cenando. No vi a los niños, por lo que pregunté a Ely sobre ellos. Dormirán con sus abuelos, me respondió. No me extrañó, ya que con mucha frecuencia duermen allá. Después de cenar y tomar algunos tragos, fuimos a dormir un poco tarde, ya que el sábado sería de descanso. Ya en la cama, pregunté a Ely cómo le fue en las compras. Me dijo que pasaron toda la tarde en el centro comercial, incluso ahí compraron las pizzas que cenamos. Hacia algunos años que no se veían, por lo que después de las compras pasaron horas platicando en un café, hasta que se dieron cuenta que era momento de regresar. - ¿Quieres saber lo que platicamos? – me preguntó.

-Mañana, le respondí. Estoy cansado y prefiero dormir.

-Sí, es mejor dormir, mañana te cuento. Me dijo Ely bostezando.

Desperté descansado, quedé dentro de la cama leyendo. A los pocos minutos despertó Elia quien me hizo compañía en la cama. Después me dijo que tenía algo que contarme. ¿A ver qué es? -le dije.

  • Fíjate que ayer por la tarde platiqué mucho tiempo con Lety. Me confesó que no es totalmente feliz en su matrimonio.

  • Déjame adivinar, Jonás tiene otra mujer! – Interrumpí.

Jonás tenía fama de conquistador de mujeres. De hecho, era muy solicitado por ellas. Entre el circulo de amigos, se bromeaba por la adoración de las mujeres por el ‘paquete’ de Jonás. Casi cada mes, o en menos tiempo, tenía una novia distinta. Por lo que no me extrañaría que una amante fuera el motivo de la infelicidad de Lety. Cuando se casó con Lety, ella fue la envidia de varias mujeres. Tal como Jonás lo fue de algunos hombres por el bombón que se comería. Desde su juventud, Lety es muy atractiva, un poco alta, con un largo pelo negro ensortijado, de tez blanca con cejas pobladas, nariz recta, labios regulares y unos dientes blancos y bien alineados que formaban un rostro hermoso. Tendía a ser ‘gordita’ por lo cual casi siempre andaba en dietas para no subir de peso. El hijo que tuvo le asentó el cuerpo, sus pechos y cadera crecieron de volumen.

E: No, no es eso!

C: ¿Entonces?

E: Su problema es que tiene temor de no estar complaciendo totalmente a Jonás y teme que la deje por otra mujer.

C: Explícate qué quieres decir.

E: Me comentó que lleva años fingiendo tener relaciones sexuales placenteras.

C: Ah caray! ¿Cómo es eso?

E: Desde la primera noche que pasaron juntos sus relaciones no son como ella las esperaba.

C: ¿Por qué?

E: Ella no tiene placer cuando hacen el amor, más bien tiene dolor.

C: ¿Ah si? ¿Y eso?

E: Lety piensa que es debido al miembro grande que tiene Jonás, que le produce dolor cuando es penetrada. Ella finge que tiene orgasmos, pero en realidad sus quejidos son de dolor porque la lastima mucho, ha tenido muy pocos orgasmos.

C: ¿Y nunca lo ha platicado con Jonás?

E: No, tiene temor que la deje y busque otra mujer.

C: ¿Pero no lo supo antes de casarse?

E: Claro que lo supo, pero se casó pensando que podría llegar a tener relaciones placenteras. Tú sabes, se sentía contenta de tener una vergota en casa.

C: ¿Y que ha pasado, en todos estos años de casados?

E: Pues me dijo que a tanto uso, ahora ya puede meterse un buen tanto, que su vagina se ha distendido, pero no lo suficiente para tener solo placer, siempre hay dolor.

C: Deberían buscar ayuda profesional- Dije dirigiéndome a tomar la ducha.

Al asomar por la ventana vi a Lety en el jardín haciendo ejercicio. Vestía un conjunto deportivo de licra de top y short muy pegados a su cuerpo que dejaban descubierto su ombligo. La ropa dejaba ver que sus pechos eran ligeramente más grandes que los de Ely, y que su aspecto de ‘llenita’ era por sus grandes caderas, pues su abdomen era plano casi sin grasa, tenía su largo pelo amarrado tipo cola de caballo.

C: Ahí esta Lety, junto a la alberca haciendo ejercicio.

E: Diario hace ejercicio, quiere mantenerse en forma y no dar chance que Jonás busque otra mujer.

C: ¿Quién va a pensar en otra mujer teniendo una así?

E: ¿Acaso te gusta Lety?

C: Eshhh… este.. este.. bueno lo que quiero decir es que es atractiva, que será difícil que otra mujer le haga competencia.

E: Reconócelo, te gusta mi prima.

C: Te digo que reconozco que al igual que tu, se ve muy juvenil. E: ¿No te gustaría cogértela?

C: Aja! – entendí el por qué de su charla. -¿Y tú te cogerías a Jonás, verdad?

E: Mmmhh…Este..no..no…yo nada más decía

C: Mira, la otra vez yo tuve a Lulú, porque no te habría de complacer yo a ti esta vez.

E: Ay! Cali, que comprensivo eres! La verdad es que si tengo curiosidad, al menos de ver de que tamaño la tiene Jonás. ¿Pero cómo le hago?

C: Eso sí es asunto tuyo, tienes mi permiso, pero tampoco te lo voy a traer aquí para que te la enseñe, ¡eeehh!

E: Bueno, ¡veremos que se me ocurre!

Pasé a la ducha sintiendo ya la emoción de la locura que Ely haría en esta ocasión. Desde que Ely llevó a los niños con su mamá, debí sospechar. ¡Que cabrona es Ely!. Mientras tomaba la ducha muchas interrogantes me surgieron: ¿Estará de acuerdo Lety? ¿Por eso estaba haciendo ejercicio para mostrarme su cuerpo? ¿Ely sabía de este problema con anterioridad y por eso los invitó a la casa? Otras preguntas me hicieron tener un poco de temor ¿De veras estará muy dotado Jonás? ¿Qué hará Ely para satisfacer su curiosidad? ¿Se conformará nada más con ver el tamaño de la verga? ¿Y si se quiere comer esa verga? ¿Y si le gusta la verga grande y después se le hace poco lo que tengo? Si se la coge ni modo, ya le di mi aprobación, pensé. Bueno, también tendré chance de cogerme a Lety, que la verdad es un mango muy rico.

Después de vestirme me incorporé a la mesa de la terraza. Lety todavía sudaba por el ejercicio realizado y Jonás se encontraba en short y playera. Ely salió de la cocina con la comida del desayuno, todavía vestía su bata de dormir transparente que dejaba ver claramente que no tenía sostén y el contorno de su panty tipo tanga. –Ya comenzó a atacar – dije en mis adentros. Obviamente que la figura de Ely no pasó desapercibida por Jonás ni Lety, pero no hicieron comentario alguno. Mientras desayunábamos, discutimos el plan para pasar ese sábado. Lety sugirió descansar un poco y tomar el sol en la casa y después salir a tomar unos tragos por la noche. – Me parece perfecto- dijo rápidamente Ely - ¿Tu que piensas Cali? – Me parece muy buena idea- respondí.

Desayunamos con calma, después Ely trajo unas cervezas, conversamos un rato. Después Ely le preguntó a Lety si quería tomar el sol y ella aceptó diciendo que le hacia falta un buen bronceado. – Déjame ir por mi bikini– dijo Ely. Mientras caminaba al interior de la casa, comenzó a despojarse de su bata. Repentinamente escuchamos:

E: ¿Ustedes no se van a poner su traje de baño?

Inevitablemente los tres volteamos a verla, solo estaba con su panty. Lety y Jonás quedaron mudos. Yo dije con mucha naturalidad:

C: Claro mi amor, en un momento voy a ponérmelo. ¿También van a cambiarse verdad?

L: Sí. Claro – respondió algo turbada.

Cuando llegué a mi habitación, Ely estaba en la ducha, sobre la cama se encontraba su traje de baño tipo brasileño, con tanga muy corta de hilo dental. Ely salió del baño diciéndome:

E: Mira como estoy- refiriéndose a sus tetas que ya estaban endurecidas.

C: Pues mírame a mí – enseñándole la verga un poco crecida.

E: Escúchame con atención Cali! Espera dentro de la casa hasta que te llame. Después te acercaras sin hacer ningún ruido.

C: ¿Qué vas a hacer?

E: Tú solo sigue mis instrucciones. ¿Entendiste?

Yo moví mi cabeza aceptando sus instrucciones. Me asomé por la ventana. Elia bajó a la terraza y se encontró con Lety y Jonás. Ellos preguntaron por mí y Ely les dijo que me había quedado en el estudio revisado un contrato, que demoraría un poco. En ese momento le pidió de favor a Jonás comprar algunas cosas. Las cervezas se habían terminado y necesitábamos algunas verduras para la ensalada de la comida del medio día. Por supuesto que Jonás aceptó a ir por la compra. El ir i venir por esto le demoraría no menos de una hora en coche. Jonás partió y Ely fue con Lety a los camastros. Lety se encontraba con un traje de baño de dos piezas que dejaba ver su bien formado cuerpo. Ya no pude escuchar que platicaron porque Ely bajó su voz, hablando íntimamente con Lety. Unos diez minutos después, Lety se acostó boca abajo mientras Ely tomaba en aceite bronceador y me hacía señas para bajar en silencio. Pinche Ely!!, pensé. Que cabrona! Adivinaba que la ida de Jonás al supermercado, estaba ligado a esto. Cuando me asomé a la terraza, Ely se encontraba untando el aceite en la espalda de Lety, quien tenía una toalla cubriéndole la cabeza. Me hizo señas de que quedara ahí parado en silencio. Yo obedecí intrigado. Ely comenzó a hablarle a Lety mientras seguía untando el aceite.

E: Todo es cuestión que tengas relajación completa. La sombra de la toalla ayudará a que te relajes más fácilmente.

L: ¿Tú crees?

E: Claro, Cali también…bueno…no creo que sea del tamaño como me dijiste de Jonás, pero cuando esta muy excitado toma un buen tamaño. Y la relajación funciona muy bien para mí – sonrió un poco.

L: Ojalá que tengas razón.

E: Claro que sí. Tú lo verás!

En ese momento desabrochó el top del bikini. Pareció que Lety iba a protestar por eso, siendo interrumpida inmediatamente por Ely.

E: Tranquila Lety, tranquila. Quedamos que no dirías, ni harías nada, o no?

Lety, continuó dando masaje a la espalda de Lety, metió sus manos por debajo de la toalla y trabajó sobre el cuello de Lety, diciéndole: - Mira que tensa estas. Relájate! Cierra tus ojos y pon tu mente en blanco – continuó con la parte lateral de dorso con la punta de los dedos alcanzaba a tocar la base de los senos, parecía un masaje normal. Yo estaba ahora por atrás de Lety, muy silencioso, observaba las ricas nalgas de Lety, saqué mi verga del short completamente parada. No sabía que exactamente era el plan de Ely. Lo que sí sabía era que en pocos minutos me estaría cogiendo a Lety. Ely pasó a la parte baja de la espalda de Lety, al estar ahí, hizo hacia abajo el bikini de Lety, ella preguntó:

L:¿Es necesario eso también?

E: Sí también es necesario, si quieres mantener a tu lado a tu marido, deja que yo te enseñé qué es la relajación total. No hables Lety porque interrumpes tu relajación – fingió un tono duro y subió sus manos hacia la espalda nuevamente.

L: Discúlpame, no te voy a interrumpir más.

E: Eso, tu cállate! Pon tu mente en blanco. Suelta tu cuerpo, concéntrate en lo bien que se siente este suave masaje. Cierra tus ojos, respira despacio.

Prosiguió con la espalda, luego la parte baja. Bajó el bikini hasta la mitad de las nalgas de Lety, sin que esta ahora protestara. Al ver así las grandes nalgas de Lety, me agarré la verga y la sobé un poco. Ely puso aceite sobre los muslos y comenzó a untarlo, poco a poco lo esparcía del muslo hacia las nalgas y como el bikini estorbaba, Ely bajó por completo el bikini. Lety no protestó nada, ni siguiera se movió, estaba relajándose profundamente. Se veía una hilera de pelos entre las nalgas de Lety. Tomé con fuerza mi verga y la apretaba muy duro. Ely me miró y me guiñó un ojo. Ely dedicó un tiempo a untar el aceite en las nalgas de Lety. Después se movió hacia las partes internas del muslo llevando sus manos hasta muy cerca de la vulva de Lety, como el bikini estorbaba, Ely lo bajo a la mitad de los muslos, poco a poco fue bajando más el bikini hasta dejarlo cerca de las rodillas de Lety. Lety seguía inmóvil, pero su respiración se notaba agitada. Ely pasaba sus manos por la parte interna de los muslos hacia las nalgas, cada vez más cerca de la vulva de Lety. Con estos movimientos poco a poco separaba las piernas de Lety. Apareció un poco de líquido en el sexo de Lety. Y muy suavemente Ely comenzó a masajear los labios vaginales de Lety. Yo me concentré en mirar el sexo de Lety y comencé a masturbarme despacio. Ely le habló muy suavemente:

E: Muy bien, muy bien. Ya hay líquido, es señal que te estas relajando. Siente que suave se pone tu piel aquí – mientras con sus dedos tocaba sus labios vaginales.

E: Ahora voy a tocar tu botoncito – buscaba su clítoris hasta encontrarlo.

E: Eso es, mira como esta, disfruta como juego con el – la respiración de Lety aumentó al momento que separaba sus piernas.

E: Muy bien, muy bien – se acercó al oido de Lety y le susurró.

E: ¿Verdad que se siente bien? – Lety hizo movimiento afirmativo.

E: Ahora voy a introducir un dedo.

Pude observar como entró el dedo de Ely en la vagina de Lety. Después de unos momentos introdujo otro y minutos más tarde otro. Lety acompañaba la metida de dedos con movimientos suaves de su cadera. Yo seguí masturbándome, tenía la verga crecida a su máximo.

E: Muy bien Lety, muy bien. Veo que estás muy relajada, abre otro poco tus piernas.

Lety obedeció. Ya estaba como Ely la quería. Los tres dedos de Ely entraban y salían de la vagina de Lety haciendo círculos para abrir su vagina lo más que se pudiera. Lety estaba suspirando suavemente pero muy rápido.

E: Muy bien, ahora concéntrate en lo que sientes en tu sexo.

Le dijo al momento que me llamaba. Yo abrí los ojos como preguntándole qué debía hacer. Con su mano hizo señas para que me acercara y puso su dedo en la boca señalando que guardara silencio, siguió hablando.

E: Muy Lety, muy bien. Espérame un momentito. Como ya me encontraba cerca de ellas. Ella jaló de mi mano, para que el camastro quedara entre mis piernas. Entendí que quería que yo penetrara a Lety así en la posición que Lety guardaba boca abajo. Abrí mis piernas para no tocar el camastro y me paré encima de las nalgas de Lety.

E: Muy bien Lety ahora concéntrate en lo que vas a sentir.

Ely con una mano agarró mi verga y la acercaba a la vagina de Lety, con la otra abrió los labios vaginales de Lety para ver donde iba a meter mi verga. Ely dejó la punta de mi verga en la entrada de la vagina de Lety y puso su mano en mis nalgas para que bajara mi verga y penetrara a Lety. Yo penetré lentamente a Lety, disfrutando cada milimetro que le metía, nunca antes había tenido una sensación como esa vez. La vagina se sentía muy caliente y resbalosa, parecía que la cabeza de mi verga apenas rozaba las paredes de la vagina de Lety. Ella estaba inmóvil, concentrándose en la penetración que ocurría en su vagina. No metí toda mi verga, cuando iba a la mitad, levanté mi cuerpo para que saliera y después lo bajé para que se metiera la verga otra vez. Puse mis manos en mi cintura y comencé el sube y baja, metiendo casi la misma cantidad de verga. Si intentaba meterle más verga sería inevitable no tocar el cuerpo de Lety y pudiera echar a perder el asunto. Ely pasó una mano por atrás de mi, cerca de mis huevos y con su palma acariciaba mi verga y con sus dedos el clítoris de Lety. Lety comenzó a levantar y mover la cadera al ritmo de mi verga, intentando meterse otro poco más en cada embestida, tenía sus manos en sus pechos acariciándolos. Yo miraba como entraba y salía mi verga y cuidaba no tocar el cuerpo de Lety con mis piernas. Lety comenzó a gemir fuertemente: Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! ¿Qué me haces Ely? Que se siente tan bien!!!!

E: ¿Te gusta?

L: Mucho! Aaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaahhhhhhhh

E: ¿Sientes cómo entra y sale?

L: Síííííííííííííí, que ricooooo!!! Aaaaaaahhhhhhhh! Creo que me voy a venir!! Creo que me voy a venir!!

E: Vente, vente todo lo que puedas!!

Apreté mis dientes para no gritar, la vagina de Lety se estaba contrayendo y relajando rapidísimo, sentí la gloria en ese momento. Lety había iniciado un orgasmo tremendo.

L: Me vengooooo!!!! Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh!

Aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh!

Aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Cuando Lety terminó yo no paré, seguí cogiéndomela, también quería terminar. De repente se quitó la toalla y voltió hacia atrás y abrió los ojos asombrada cuando descubrió que era yo metiéndole la verga. Miró incrédula que Ely estaba ahí tocando mi verga y su clítoris, gritó:

L: Pero… Elia!!

E: Cállate Lety! Quedamos en que te dejarías hacer todo.

Yo seguía moviéndome. Ahora que me había visto, ya no tenia caso no tocarla, puse mis manos en su cintura y le metí la verga lo más profundo que pude. Eso hizo que diera un gemido muy fuerte.

L: uuuuuffffffffffffffff, Ely …..no….por….

E: No digas nada, sigue disfrutando.

Lety se calló, pasó sus brazos hacia delante para apoyarse en sus codos y levantar más su cadera. Al hacer esto la tomé por la cintura y sin sacarle la verga levante y jalé su cadera, indicándole que se pusiera en cuatro patas con las rodillas cerca de la orilla del camastro. Me paré por detrás de ella, sintiendo un descanso en mis piernas que por la posición anterior ya tenia un dolor a los lados de mi cadera. Lety pegó su cabeza al camastro para levantar lo más que pudo su cola. Comencé a darle embestidas fuertes y profundas, haciendo ruido nuestros cuerpos al chocar como si fueran aplausos. Que rico sentía, miré como mi verga entraba y salía del sexo de Lety, cerré los ojos disfrutando la cogida. En esas estábamos cuando sentí que algo húmedo acariciaba mis huevos y verga. Era Ely que se había agachado a lamerle el coño a Lety mientras yo me la cogía. Ely se masturbaba por encima de su traje de baño. Lamía todo, después se concentró en el clítoris de Lety. Esto desencadenó un intenso orgasmo en Lety, sentí esa sensación indescriptible de la vagina de Lety contrayéndose.

L: Me vengo, me vengo Aaaaaahhhhhhhyyyyyyy, Aaaaaaahhhhhhhyyyyyyyyy

En una de esas, mi verga se salió. Lety gritó:

L: No la saques que me estoy viniendo, Aaaaaahhhhhhhyyyyyyy. Por favor no la saques que me estoy viniendo. Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaahhhhhhyyyyyyyy

Yo comencé a meterla y sacarla más fuerte y rapidísimo.

L: Otra vez!!!! Me vengo otra vez!!!! Aaaaaahhhhhhh! Uuuuuffffffffff!! Uuuuufffffffffff!

Aaaaaahhhhhhh! Uuuuuffffffffff Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaahhhhhhyyyyyyyy!!! Síganle!! Síganle por favor!!!!

Continué mis movimientos, mi eyaculación estaba en puerta, pero quería seguir disfrutando de Lety. Escupí un poco de saliva cerca del ano de Lety con mis dedos lleve la saliva al ano y con mi dedo pulgar comencé a masajearlo, sin penetrarlo.

L: Aaaaaayyyyyyyy!!! Así, así, Me vengooooo!!!! Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh!

En ese momento yo también me vine, dejé de moverme para sentir como salía mi semen mientras mi verga era apretada por la vagina de Lety. Ella que movía su cabeza para todos lados, gimiendo de placer y pellizcándose las tetas, también se detuvo queriendo sentir mi venida dentro de ella. Eyaculé demasiado. Ely seguía debajo de nosotros tratando de comerse el esperma que salía de la vagina. Lety tuvo una especie de convulsiones, eran los espasmos finales de su orgasmo. Yo sudaba muchísimo, movía lentamente mi cabeza disfrutando esa venida. Cuando terminamos. Lety se voltió boca arriba en el camastro cansadísima. Yo me quedé parado ayudando a Ely a levantarse. Ely tenía semen y líquidos de Lety alrededor de su boca. Mi verga seguía parada, esperando todavía batalla.

L: Pinche Ely! Eso querías, que me cogiera Calixto ¿verdad?

E: No por supuesto que no! Quería demostrarte que relajada podrías meterte una verga grande.

L: ¿Esa es grande? – señalando mi verga.

E: Bueno no, no te dije que la Cali era grande, pero mira su cabeza.

L: Sí es grande la cabeza, pero no se compara con la de Jonás.

E: ¿Es más grande??!!!

L: Sí, por eso no puedo disfrutarla.

Ely no sabia que decir. Entendí que su plan era envolver a Lety conmigo para que ella le permitiera estar con Jonás. Pensé que si no hacía yo algo, esto pudiera terminar muy mal. Yo ya me había cogido a Lety, ahora lo justo era que Ely tuviera su chance con Jonás, por lo que yo hablé:

C: Bueno Ely, si ese es el problema enséñale tus técnicas de relajación a Lety.

L: ¿Qué quieres decir Cali?

C: Mira ahora que regrese Jonás, los dejamos solos, a él y a Ely. Y tú podrás ir a observar desde la ventana de tu cuarto lo que hace Ely usando sus técnicas de relajación.

E: Me parece una estupenda idea!!! – dijo inmediatamente.

L: Tu permitirías eso!!!

C: Bueno se trata de ayudarte. Si yo te cogí, es porque Ely me pidió ayudarte. Deja que Ely te enseñe lo que sabe hacer.

L: Pero…. ¿Acaso? ¿Es qué no la amas?

C: No es cuestión de amor. A ver, ¿A poco porque yo te acabo de coger dejaste de amar a Jonás?

L: Nooo! Claro que no!

C: Para que veas. Piensa en lo que puedes perder y lo que puedes ganar.

L: Bueno….esta bien.

C: A propósito ahí viene Jonás.

Desde la terraza pude ver el carro de Jonás. Mientras llegaba nos arreglamos la ropa y pretendimos que no había pasado nada. Bajó sonriente del coche y abrió la portezuela sacando varias bolsas del supermercado. Me acerqué para ayudarle.

C: ¿Cómo fue? ¿Todo bien?

J: Todo bien, es muy agradable manejar por estas carreteras! Y ustedes ¿Cómo la están pasando?

C: Muy bien. Hice un descanso a mi lectura y bajé, debo terminar la revisión para estar libre por la noche.

J: Bueno, adelante!

Me retiré, pensando que este cabrón estaba a punto de cogerse a Ely. Ni modo, pensé, es lo justo después que me cogí a su rica esposa. Yo fui a mi recamara, abrí ligeramente la ventana para escuchar y desde ahí observé que pasaba, por ser los vidrios de la ventana polarizados, yo podía ver muy bien que pasaba en la terraza, sin ser visto. Después de dejar las bolsas en la cocina, Jonás salió corriendo y se metió a la piscina para refrescarse. Ely y Lety estaban en los camastros leyendo. Lety le dijo a Jonás que iría a tomar un baño y descansar un poco pues estaba cansada por ejercicio hecho en la mañana. Le preguntó a Ely si haría lo mismo. Ely le respondió que se quedaría un rato más.

L: Entonces nos vemos a hora de la comida.

E: Esta bien que descanses.

Jonás nadaba en la piscina yendo de un lado a otro. Pocos minutos después, Ely ofreció una cerveza a Jonás. Mientras Ely hacía la pregunta, se puso de pie y se quitó el top de su bikini. Jonás se quedó boquiabierto. Alcanzó a decir que sí. Ely camino contorneando muy sutilmente su cuerpo, sabedora que Jonás la seguía con la mirada. Al regresar, puso las cervezas en una mesa cercana al camastro. Y le indicó a Jonás que ahí estaba su cerveza, mientras hablaba se subía los tirantes de su bikini, pretendiendo acomodárselo. Yo sabía muy bien que se estaba estimulando el clítoris. Mientras pretendía acomodar la toalla del camastro, se dirigió a a Jonás diciéndole que no dejara que su cerveza perdiera lo frió. Claro que no! – contestó Jonás, mientras volteaba a verla. Ely intuyó que era observada por Jonás. Le dio por completo la espalda, y puso una rodilla arriba del camastro. Pretendiendo acomodar el extremo de la toalla, Ely se agachó y estiro sus brazos. Esta posición dejo a la vista de Jonás todo su culo, cubierto únicamente por el hilo dental de su tanga. Jonás se quedó inmóvil admirando la vista que Ely le ofrecía, caminó lentamente hacia ella. Ely subió su otra rodilla, continuó agachada fingiendo acomodar la toalla. Después se acostó boca abajo, con las piernas ligeramente abiertas. Cuando Jonás estuvo cerca del camastro, se detuvo para observar a Ely. Seguramente él había notado que los labios vaginales de Ely estaban muy crecidos a los lados del tirante de la tanga. En ese momento Jonás reaccionó y voltió para todos lados temiendo que alguien lo estuviese observando. Obviamente que no me podía ver, ni se imaginaba que Lety también lo estaría mirando por la ventana contigua a la mía.

Salud - le dijo Jonás a Ely. Salud! – respondió Ely mientras se volteaba y cogía su cerveza. Jonás tomó un sorbo grande. Entonces Ely le pidió de favor que le untara aceite bronceador en la espalda. Era difícil para Jonás negarse, pues no había nadie más. Se sentó en cuclillas e inició a ponerlo por la espalda, pocos minutos después, Ely le pidió que lo aplicara ahora en sus muslos. Ely abrió otro poco más sus piernas, pude ver como Jonás se concentraba en mirarle el culo. Mientras Jonás estaba untando el aceite en la parte interna de los muslos de Ely, levantó su cara y miró hacia varias partes, asegurándose de que nadie lo veía. Talló varias veces su mano muy cerca del culo de Elia y después llevó la mano a su nariz. Seguramente Ely estaría muy mojada y él quiso oler los líquidos de Ely. Ely se voltió, pidiéndole untara el aceite en su abdomen. Las tetas de Ely tenían los pezones erectos y las areolas muy turgentes. Jonás untaba el aceite en el abdomen, llevando sus manos muy cerca de las tetas de mi mujer. Ely tomó una mano de él y la puso sobre su teta. La otra mano de Jonás seguía untando aceite en el abdomen. Ely le dijo: - Mira como me pusiste! – mientras se hacia a un lado el bikini para enseñarle su mojado sexo. Él inmediatamente llevó su mano a la vulva de Ely. Por unos momentos Jonás estuvo masajeando la teta y vulva de Ely. Ella con los ojos cerrados respiraba rápida y profundamente. Ely estiró su brazo buscando el miembro de Jonás, quien abrió sus piernas para facilitarle el acceso a Ely. Ella le sobaba el miembro por encima del traje de baño, se podía apreciar el ‘paquete’ grande de Jonás. Ely abrió más sus piernas y subió sus rodillas para mejor movimiento de su cadera. Jonás puso la palma de su mano por abajo del ombligo de Ely y la deslizó por abajo del bikini directo a la vulva de Ely. Por los movimientos de su mano, tapada parcialmente por el bikini, se apreciaba que introducía y sacaba un dedo de la vagina de Ely. Ella por su lado, con su mano recorría todo lo largo del miembro de Jonás. Ely repentinamente se quitó la tanga del bikini diciéndole a Jonás: - ¡Tú también quitatelo! Jonás se levantó para retirarse la truza, mirando nuevamente si nadie los observaba. El enorme miembro de Jonás quedó moviéndose en el aire. Ely exclamó con los ojos muy abiertos: ¡Que grandote! Jonás se sentó en cuclillas nuevamente, para continuar lo que hacia anteriormente, sin el bikini, metía y sacaba fácilmente el dedo de la vagina de Ely. Ella agarró el miembro con su mano y comenzó a masturbarlo. La mano cubría una porción muy pequeña de ese gran miembro. Jonás acercó su boca para besar los pechos de Ely. Los besó y con su lengua hacia círculos en la areolas. Ely gemía suavemente. Yo por mi lado ya tenía la verga parada y la masturbaba despacio. Me había calentado mirar lo que mi mujer estaba haciendo. Ely habló:- Déjame mamártela! Jonás se movió para ponerle la verga cerca de la boca, Ely la tomó con las dos manos y aun sobraba un buen pedazo de verga. Ely abrió la boca lo más que pudo y únicamente pudo meterse la cabeza de la verga, continuaba masturbándola con las dos manos, él se dedicaba a apretarle las tetas. Unos momentos después, Ely le pidió a Jonás que se acostara en el camastro. Cambiaron posiciones, Jonás se situó a la mitad del camastro poniendo sus piernas a cada lado, se sentó y recargó su espalda en el camastro dejando sus piernas abiertas con su verga bien parada. Realmente era una verga enorme y gruesa. Ely se hincó en la porción restante del camastro, dando la espalda hacia mí, tomó nuevamente la verga y se la metió en la boca. Se veía que Ely tenía dificultades para mamarla, pues la punta llenaba su boca dejando poco espacio para mamarla. La sacó de la boca y comenzó a lamerla a todo lo largo, mientras lamía los huevos y la base del miembro, con una mano estimulaba la cabezota de la verga. Ely tenía tres dedos de su otra mano entrando y saliendo de su vagina, su sexo estaba lleno de sus líquidos vaginales, preparándose para ser penetrada por ese monstruo de verga. Unos momentos más tarde, Ely se movió hacia arriba agarrando la verga para orientarla. Jonás tenía sus manos en la cintura de Ely. Ella colocó la punta en la entrada de su sexo e hizo el intento de metérsela. No pasó. En un segundo intento tampoco entró. En otro intento solo una pequeña porción de la cabeza de la verga se metía a la vagina de Ely. El rostro de ella tenía una expresión de dolor, siguió tratando de introducirla sin éxito. El dolor ocasionado no le quitó lo caliente a Ely. Puso la verga sobre el abdomen de Jonás, y colocó su vagina sobre la base del miembro, y comenzó a deslizar su sexo a todo lo largo de la verga. Yo podía ver claramente como los grandes labios vaginales de Ely se encontraban a los lados de la verga abrazándola, por lo mojado que estaba el sexo de Ely, su vulva se deslizaba muy fácilmente. Ely movía su cadera hacia delante y hacia atrás, frotando su sexo fuertemente en la verga de Jonás. Paso una mano hacia delante para estimularse el clítoris y con la otra mano se acariciaba el ano. Ver como mi mujer se retorcía y gemía frotando su sexo sobre esa grande verga hizo que me empezara a masturbar. Se notaba que Ely estaba disfrutando mucho, sus piernas se tensaban apretando su sexo contra la verga de Jonás. Yo estaba muy caliente por ver a mi mujer así. En eso, tocaron suavemente a la puerta de mi recamara, solamente Lety podría ser. Al abrir, Lety estaba con su bata de dormir abierta por el frente mostrando su cuerpo desnudo. Antes que yo dijera algo, ella habló:

L:!Cógeme otra vez Cali! ¡Cógeme por favor!

C: ¿Los viste tú también?

L: Sí, mírame como me pusieron!

Lety me mostró su sexo completamente mojado y sus labios vaginales muy crecidos. La tomé de la mano e introduje a la habitación. Cerré la ventana, para aislarnos del ruido de nuestras parejas. Senté a Ley en la cama y comencé a besarle la boca mientras removía la bata por sus hombros. Lety correspondió al beso, nos besamos apasionadamente, ella metía su lengua en mi boca y ratos yo hacia lo mismo con ella. Lety puso su mano en mi verga para masturbarla lentamente. Yo recosté a Lety en la cama, seguí besando su boca, luego su cuello y llegue a sus senos. Sus tetas eran muy suaves, con pezones de tamaño regular y las areolas tenían vellos en la orilla. Las besé y chupé, de una teta salió un poco de leche, al sentirlo succioné más fuerte y llevé una mano a la vagina de Lety, jugué con su sexo, estimulando su clítoris. Los gemidos de Lety se acompañaban de suspiros. Después bajé besando su abdomen hasta llegar a su sexo. Me acomodé para poder mamarle mejor. Pasé mi lengua por todo su sexo. Lety tomó con fuerza mi cabeza y la presionó contra su vulva. Metí mis manos bajo sus nalgas para levantarlas y poder mamar mejor. Lety se convulsionaba y quejaba diciendo: - ¡Así mi chulo! ¡Así, papacito! Yo levanté más su cadera, hasta dejarla prácticamente con sus hombros y cabeza sobre la cama. Abrí sus piernas completamente y tuve ahí frente a mí el sabroso sexo de Lety a mi completa disposición. Sus labios vaginales eran muy oscuros y rugosos, con una gran cantidad de vellos, su ano también era oscuro y cerrado, con un poco de vellos. Pasé mi lengua por todo su sexo, desde el ano hasta el clítoris una y otra vez, me detenía en el ano o clítoris moviendo rapidísimo la punta de mi lengua en ellos. Lety dejó escapar gemidos que indicaban su orgasmo. - Aaaaaaaahhhhhhh!!Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh!

Yo abracé su cintura y presioné más fuerte mi cara contra su sexo, queriendo enterrar mi boca en su vagina. Los suspiros de Lety aumentaron de intensidad y abría sus piernas en el aire lo más que podía.- Aaaaaaaaahhhhhhh!!Aaaaaaaahhhhhh!! Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh! Todo su cuerpo se tensó y apretó mi cabeza entre sus muslos. ¡Así, papacito! ¡Así, que rico! Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! Al terminar su orgasmo buscó mi verga con su mano diciéndome: - La quiero mamar!. Me acosté en la cama y ella luego luego se abalanzó sobre mi verga. La mamaba con mucho gusto, se metía toda la verga en la boca. ¡Que rica, que rica! - Decía una y otra vez. No pude evitar pensar en la comparación de mi verga con la Jonás, para Lety la diferencia sería obvia. Lety mamaba la verga con gusto y ansias, seguramente Lety nunca había tenido una verga completa dentro de la boca. También pensé en como la estaría pasando Ely con Jonás, aunque la verdad, no me importó. Quería disfrutar otra vez a Lety. Estiré mi brazo para alcanzar el sexo de Lety, lo sentí muy caliente y jugoso, le introduje un dedo. Lety aumentó la fuerza de sus mamadas, agarró el cuerpo de mi verga con la mano y se dedicó a besar y lamer la cabeza. La otra mano la tenía en mis huevos. A ratos soltaba la verga y se la metía toda en la boca, presionando con los labios muy fuerte desde abajo hasta arriba. Su cadera se movía rítmicamente con mi dedo. La vi así, hincada, con sus ojos cerrados gozando mi verga Yo sentía la gloria en esos momentos. Pensé que eyacularía, tensé un poco mi cuerpo y exhalé un fuerte suspiro. Lety paró repentinamente. – No te vengas, todavía no - Se subió encima de mí, y me dijo al momento que se metía mi verga en su vagina: ¡Cógeme rico otra vez! Cerró sus ojos, sintiendo como mi verga la penetraba, cuando la tuvo toda adentro, comenzó la cadera a moverse de atrás hacia delante. La tomé de su cintura para lograr mayor penetración. Sus movimientos eran cada vez más rápidos. Me abrazó mientras seguía con sus movimientos. Estiré mi brazo para masajearle su ano. Sus exclamaciones aumentaron al igual que la intensidad con que se contraía su vagina. Aaaaaahhhhhhh! Uuuuuffffffffff!! Uuuuufffffffffff! Uuuuuffffffffff Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! - ¿Te estas viniendo? – le pregunté. Movió su cabeza afirmativamente. Apurate! también voy a venirme - le dije. ¡Échamelos adentro, papacito! ¡Échamelos adentro! – Me contestó. Apreté los dientes y estiré mi cuerpo cuando sentí que aventé el primer chorro de semen. Lety contenía sus gritos, su orgasmo era muy fuerte. Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhyyyyyyyy!!! Aaaaaaaaaaahhhhhhyyyyyyyy!!! –Mássss! ¡Mááássssss! ¡Échame más! – Me decía. Yo seguía aventando mucho esperma, su vagina se contraía de tal forma que parecía que una boca estuviera succionando mi verga. Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh! Aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhhhhh!- Terminó su orgasmo y quedó un momento aun con la verga adentro. Pude sentir en mis piernas el semen caliente que salía de su vagina. Lety respiraba profundamente, muy cansada. Me besó en la boca. ¡Gracias papacito! – me dijo – hacia mucho tiempo que no me venía como hoy. Se tiró sobre la cama a descansar. Me quedé callado escuchando. – Desde que..…Fue interrumpida por un fuerte grito proveniente de la terraza. Corrimos hacia la ventana y vimos como Ely estaba hincada en cuatro sobre el camastro, Jonás estaba parado con las piernas abiertas muy abiertas, por detrás de ella, se podía ver que la mitad de la verga de Jonás estaba dentro de la vagina de ella. Jonás metía y sacaba esa mitad de verga del cuerpo de Ely. Aunque no se veía el rostro de Ely, sus manos fuertemente agarradas al colchón del camastro dejaban ver que la metida le ocasionaba dolor.- Pobre Ely- dijo Lety- no se puede tener placer con Jonás. La miré sin decir nada. Así ha sido mi vida. Ahora ya soporto tener metida su verga, pero no es muy placentero. Regresé a mirar a Ely, quien después de varias metidas, terminó por sacarse la verga, sentarse y masturbarla fuertemente con las dos manos. Jonás puso sus manos en su cintura, cerró los ojos y levantó la cara al cielo al momento que su verga botó un chorro de semen sobre la cara de Ely. Ely imprimió más velocidad, otros chorros salieron quedando en el pecho de Ely y sus manos. Cuando Jonás terminó, su verga aun mantenía un buen tamaño. Ely pasó su lengua por la cabezota de la verga, limpiando con la lengua y tragando el semen que quedó en la verga. Jonás se agachó para darle un beso en la frente a Ely. Lety reaccionó, me dio un beso rápido en la boca y me dijo: -¡Te veo luego papacito! Recogió su bata y corrió hacia su recamara. Caminé tras de ella, al llegar a la puerta de su habitación, continua a la mía, miré como entraba al bañó y cerraba la puerta. Hice lo mismo, es decir, tomé un baño también.

Mientras el agua caía en mi cabeza, pensé en lo que había pasado, en la linda cara de Lety expresando un gran placer contrastándola con las muecas de dolor de Ely. Comprendí porque Jonás tenía muchas novias y era seguido por las mujeres. Seguramente que lo buscaban atraídas por los rumores del tamaño de su ‘paquete’ pero luego se alejaban al no encontrar placenteras las cogidas con Jonás. Aposté a que nunca se separaría de Lety, pues entre tantas mujeres, solo ella le había aguantado su grande miembro. Mis pensamientos fueron interrumpidos por el ruido de la puerta de la recamara al cerrarse. Era Ely, entró al baño y me preguntó:

E: ¿Viste todo?

C: Sí, - mentí, en realidad no vi todo- es muy grande ¿verdad?

E: Demasiado.

C: ¿La disfrutaste?

E: Un poco, el principio sí, hasta me vine cuando restregué mi coño contra su vergota, y cuando se puso detrás de mí, con su palote entre mis piernas.

C: No recuerdo bien eso – seguro pasó mientras me cogía a Lety.

E: Ah! fue cuando Jonás quedó de espaldas hacia ti y no pudiste ver.

C: Sí, claro, seguro ahí fue. – no tenia ni idea a que se refería.

E: Yo estaba hincada en cuatro, y él deslizaba su verga entre mis muslos y mi coño, parecía que me la metía, pero en realidad solo estaba restregando su palote contra mi coño. Eso si se sentía bien, el problema fue cuando quiso metérmela…..

C: Fue cuando gritaste! – la interrumpí.

E: No, cuando grité fue cuando me metió un buen pedazo. Primero hizo muchos intentos, me dolía pero me aguanté el dolor. Mi coño se abría un poco más en cada intento, en una de esas, sentí que Jonás abrió sus piernas y me metió un pedazo de golpe. Me dolió muchísimo.

C: Sí escucha..…quiero decir, hasta Lety debió escuchar tu grito. Yo pensé que te estabas viniendo.

E: No para nada, el dolor me quitó la calentura. Por eso nada más aguante unas pocas metidas, si no soy tan pendeja para quedarme ahí hasta que ese cabrón terminara.

C: Pero lo hiciste terminar ¿no? Mira todavía tienes mocos aquí en el pelo.

E: Pues no lo quise dejar así, ya había visto la vergota, quería ver que tanta leche arrojaba.

C: ¿No que ya se te había quitado la calentura?!!!!

E: La calentura sí, la curiosidad no! Ambos reímos – desde el principio te dije que era curiosidad ver la verga de Jonás. Ahora que la vi, pues ya! ¡Ya está y ya!

C: ¿Y qué? ¿Te gustó?

E: Cabrón! Tengo todo el coño adolorido. Y ahora tú también pagaras las consecuencias!

C: ¿Yo? ¿Por qué?

E: Porque te pasaras varios días sin cogerme, hasta que se me quite el pinche dolor.

C: A ver déjame sobártelo.

E: ¡Esperate! ¡No me toques! ¡Me duele!

C: Tienes razón otra vez, yo también pagaré las consecuencias.

Continuamos bañándonos y platicando sobre esto y otras cosas. Descansamos un poco hasta que Lety tocó a la puerta para decirnos que la comida estaba lista. Serian cerca de las seis de la tarde. En el comedor todos nos comportábamos como si nada hubiese pasado. Ely sugirió que suspendiéramos la salida de la noche, pues quería descansar. Todos estuvimos de acuerdo en quedar en casa. Más tarde nos despedimos para ir a dormir, Lety le dijo muy quedito a Ely, que iba a practicar las ‘técnicas’. Quien sabe a que se habrá referido Lety, pero ojalá y haya tenido éxito con las ‘técnicas’.

IV

Recientemente hice un viaje a Tapachula, Elia no pudo acompañarme por razones de trabajo. Debido a que viajaría solo, opté hacerlo por autobús ejecutivo que es más práctico que hacer el viaje en automóvil solo. Además actualmente viajar en camión es muy cómodo. En mi viaje de regreso el viernes, tuve como compañera de asiento a una mujer con quien entable plática para evitar el tedio del viaje. Hablamos sobre cuestiones generales, sobre las condiciones del clima, del tiempo de recorrido, etc. La mujer, quien era muy amena para platicar, dijo llamarse Lizeth. No pregunte su edad, pues es de mal gusto hacer esa pregunta a una dama. Pero calculé que tendría entre 25 y 30 años. Reparé en algunos detalles de su cara, de tez blanca ojos marrones, nariz afilada y labios carnosos. Su rostro tenía una expresión muy dulce y vivaz, con cierto aire de inocencia. Su cabello era muy negro y lo llevaba recogido en forma de cola de caballo. Tenía muy buen sentido del humor y a muchas cosas le encontraba el lado jocoso, su sonrisa era franca y contagiosa. También noté que sus manos no portaban el anillo de matrimonio, por lo que supuse era soltera. Interrumpimos nuestra charla porque el movimiento del autobús invitaba a dormir. No se qué tiempo después, el autobús se detuvo en un paradero. Al sentir que el autobús detenía su marcha desperté y escuché el aviso del chofer, estaríamos 40 minutos en ese lugar. Miré a Lizeth dormida y no quise despertarle. Bajé a tomar algo y unos minutos más tarde vi venir a Lizeth desde el camión. Me fijé que era alta, un poco más de 170 cm, vestía unos pantalones de mezclilla muy ajustados, que dejaban ver que poseía una bonita figura, es decir unos muslos firmes y glúteos grandes, llevaba una chamarra deportiva que impedía ver el contorno de sus senos, pero definitivamente no eran pequeños, se adivinaba que Lizeth tenía un cuerpazo. ¡Que suertudo el cabrón que se anda cogiendo a este mango, pensé! Le invité una bebida y aceptó un café. Platicamos nuevamente, siempre hablándonos de ‘usted’ por ser nuevos conocidos y por respeto mutuo. Le pedí que me hablara de ‘tú’ y me llamara Cali, como lo hacen todos mis amigos, aceptó con la condición que yo hiciera lo mismo, llamándole Liz. Esto abrió el espacio para preguntas más personales, ya saben: en qué trabajas, qué haces, qué aficiones tienes, etc. Nuestra plática se extendió por buen rato, subimos nuevamente al camión y aún seguíamos platicando. La plática tomó tintes de seriedad y era inevitable no preguntar por el motivo de su viaje:

C: ¿A qué vas a para allá?

L: Estoy buscando un poco de distracción.

C: ¿Y eso?

L: Mmmmmhhhhh….pues eso, necesito distraerme, relajarme y olvidar un poco.

C: Disculpa que te haya preguntado esto, veo que hay motivos muy personales y…..

L: No tienes por que disculparte. – me interrumpió. Es más, te voy a decir, porque creo que necesito decírselo a alguien y tú me inspiras confianza.

C: Bueno, te agradezco tu confianza, pero no tienes por que decírmelo si tu no quieres.

L: No, no. Al contrario, a lo mejor tú me puedes ayudar….

C: ¿Yo? ¿En qué?

L: Lo que pasa es que hace unos meses terminé con mi novio, y eso me tiene un poco triste, ojalá y este viaje me ayude a recuperarme.

C: Creo que tomaste una buena decisión, allá encontrarás miles de cosas para pasar el tiempo, relajarte y chance que hasta nuevo galán te consigas.

Jajajajajajajaja. – Reímos muy fuerte, algunas personas de asientos contiguos dirigieron su mirada hacia nosotros, en señal que le bajáramos el volumen.

C: ¿Qué tiempo tiene que terminaron, digo, si se puede saber?

L: Como ocho meses, más o menos.

C: A caray, ya es algo de tiempo, eh!

L: ¿Sí, ya es mucho tiempo, verdad? ¿Te imaginas? Sin novio, y sin ser…….bueno, creo ahora lo olvidaré.

Yo me quedé callado, notando que no había terminado su oración, seguramente que quería decir sin ser amada, es decir, sin ser cogida. También pensé que solo un idiota podía dejar ir un bombón como ese. Liz es una mujer para satisfacer al más exigente. Personalmente creo que en esa edad es cuando las mujeres se ven más ricas, más sabrosas, están en la plenitud de su sexualidad. Me hizo recordar a Elia, cuando la conocí a los 25 años de edad, ella estaba en su punto. Vinieron a mi memoria las grandes encerronas que teníamos cogiendo todo el día y noche. Fui interrumpido por la pregunta de Liz:

L: ¿Y tu eres casado?

C: Sí – enseñándole el anillo de bodas.

L: Ya me había dado cuenta, pero ya sabes, tenía que preguntarte.

C: Claro, no hay problema, tengo cerca de 18 años de casado.

L: Pues que suerte y sobre todo que aguante.

C: Lo mismo digo yo.

Jajajajajajaja- Ambos reímos quedito, para no molestar a los demás viajeros. Volvimos a quedar en silencio, yo me fui quedando dormido. Por mi mente nunca pasó querer conquistarla o buscar una aventura, ni nada por el estilo. Aunque como mencioné, si pensé en las cogidotas que Liz debió tener con su novio, y que seguramente era lo que más extrañaba, porque por su atractivo, Liz podría conseguirse a quien quisiera en cuestión de minutos.

Llegamos a la estación de autobuses como a las 10:30 de la noche. Caminamos juntos hacia la calle y me dirigí a donde Elia me estaba esperando para llevarme a casa. Ahí le presente a Liz, ya saben, las presentaciones de rigor, como la conocí, etc. Liz tenía ese don de caerle bien a la gente, alegre, extrovertida, con su cara de jovencita bien portada, inspiraba confianza. Ely ofreció que la llevásemos a su hotel, nosotros pasaríamos por ahí camino a casa. Liz se negó, a insistencia de nosotros terminó aceptando. Le acompañamos a la recepción y al momento de registrarse le comunicaron que no había ninguna reservación a su nombre. Sorprendida Liz, insistió pues ella misma había hecho la reservación.

C: ¿Segura que en este hotel reservaste?

L: Claro, hasta anoté la dirección. – mostrando un papel con los datos del hotel.

El recepcionista confirmó la ausencia de reservación y de habitaciones disponibles.

C: Mira, si gustas te acompañamos a buscar hospedaje a otro hotel.

L: Les agradezco, pero no quiero darles más molestias.

E: Nada! Ninguna molestia, ni ningún otro hotel. No te vamos a dejar sola casi a media noche buscando hospedaje. Te quedas en la casa con nosotros!

L: No! ¿Cómo creen? Ya hicieron demasiado por mí, buscaré en otro lado.

E: No seas terca Liz, es muy tarde y tú sabes que ahora la seguridad es muy mala. Quédate con nosotros esta noche y mañana, en el día, buscas un hotel.

L: Es que no quiero molestar.

C: No hay problema, tenemos habitaciones para visitas.

Finalmente aceptó, llegamos a casa, Ely le enseñó su recamara y la invitó a comer algo. Liz dejaba ver cierta timidez, propia de encontrarse en la casa de alguien a quienes acababa de conocer. Prefirió tomar un baño y descansar. Ely y yo nos dispusimos a dormir, le hice un resumen de la plática en el autobús, termine diciéndole que Liz me hizo recordar las cogidas que dábamos cuando nos conocimos. -¡Que cabrón eres! ¡Seguro que te imaginaste que te la cogías! - Me reprochó Ely.

-¡Por supuesto que no, como crees, me acordé cuando éramos novios! – le contesté.

  • ¡Que calientes éramos! ¿Verdad? – dijo Ely añorando.

  • ¡Éramooooos? ¡Somos! - Le respondí, enseñándole mi verga bien parada.

Ely se abalanzó sobre mí, besándome la boca, el cuello, el pecho, todo. Los recuerdos de nuestras cogidas la encendieron también. Volvimos a coger esa noche como en los ‘viejos tiempos’, ahora con más experiencia, hicimos cosas que en esos años no estaban en nuestro ‘repertorio’. Ely se volvió loca en cada venida, gritó, aulló, no le importó que los niños ni la visita oyeran. Pobre Liz, pensé, a lo mejor esta oyendo y ella sin poder hacer nada, quiero decir, sin una verga que la consuele.

El sábado por la mañana mientras desayunábamos, Ely recordó que esa noche sería la despedida de soltera de Cristina, la hija de su amiga Elvira, quien se casaría en dos semanas. Ely necesitaba comprar el regalo y cosas para la fiesta, ella era del grupo de organizadoras. Le sugerí invitar a Liz, lo que le pareció una buena idea. Más tarde, Lizeth bajó con su maleta agradeciendo la hospitalidad y pidiendo hablar por teléfono a algún hotel. Ely le invitó a la despedida de soltera de la noche sugiriéndole que quedara otra noche más con nosotros. Liz rechazó la invitación, argumentando que sentía que estaba abusando de nosotros y cosas por el estilo. Ely pidió a Chayito, nuestra sirvienta, que regresara la maleta de Liz a su habitación, luego que Liz aceptó. Acordaron hacer las compras juntas, pasar a la estética por la tarde e ir juntas a la fiesta por la noche, Gloria la tía de la festejada pasaría por ellas a las seis de la tarde. Yo salí con los niños al club deportivo e hice otras actividades que me consumieron todo el día. Por la noche, acosté a los niños y fui a dormir. Pensé en la divertida que se estarían dando estas mujeres, pues Ely es tremenda en esas fiestas. Finalmente quedé dormido y fui despertado por las risas y ruidos que hicieron Ely y Liz al llegar. Mire el reloj, eran las 3:30 de la madrugada, venían pasadas de copas y reían de las anécdotas de la reunión. Salí a ayudarles para que se fueran a descansar. Ely me vio y dijo: -Míralo Liz, míralo ahí esta el cabrón, por si sientes que todavía te falta algo! Ambas rieron fuertemente. Aunque Liz me miró un poco apenada. - Se ve que estuvo buena la pachanga – les dije. -Ay! ¡Que buena velada tuvimos – respondió Liz. Le dio un beso a Ely de buenas noches, después a mí y se retiró a dormir. ¡Que noche! ¡Que noche! – dijo Ely con una cara de contenta – mañana te cuento! Subimos a la recamara y en pocos minutos todo era silencio en la casa nuevamente.

Ely despertó como a la diez de la mañana, yo estaba en la piscina y desde la ventana me pidió un vaso de agua con alka-zeltsers, pues tenía un fuerte dolor de cabeza. Le llevé el vaso. Note que el cuarto de Lizeth estaba en silencio, seguramente ella seguía dormida. Le di el vaso a Ely, tomando toda el agua, me recosté junto a ella.

C: Bien y ¿cómo estuvo la fiesta? Cuéntame que pasó anoche – le pedí.

E: Mira Cali, ¡no te imaginas que pasó!

C: Por eso te digo que me cuentes.

E: Pues mira, la reunión fue muy amena en la casa de Gloria, la tía de Cristina, ya sabes juegos de adultos, con consoladores, bromas se sexo, unos tragos, y toda la cosa. Gloria se ausentó un rato de la fiesta, dijo que iba por una sorpresa, regresó un poco después que la mamá de Cristina se fue de la fiesta, como a eso de las diez de la noche, la sorpresa fue un ‘chippendale’. Le reclamamos que era muy tarde, que debió traerlo cuando estaba la mayoría de las invitadas, ahora ya quedábamos pocas personas con Cristina: Liz, yo y otras dos amigas. Gloria dijo que era la única hora disponible del stripper, ya que es muy solicitado y que por cierto, de ahí tendría que ir a al club nocturno donde trabaja normalmente. Terminó diciendo, ¿saben qué? ya le pagué por su show, así que lo hará de todas maneras. Nos fuimos a la sala, todas nos acomodamos en los sillones con nuestros tragos en mano, el stripper Aramis, le dio un compact disk a Gloria con la música y se quitó su gabardina. Llevaba un traje elegante e inició su show. Todas gritamos o chiflamos, por el cuero de hombre que estaba bailando: un joven rubio, alto, de cabello largo, musculoso y bien parecido. Con señas, le pidió a Gloria que empezara a quitarle la ropa. Poco a poco cada una de nosotras le quitó alguna prenda, hasta dejarlo en truza. Ni te imaginas la gritería que se armó, cuando acarició su ‘paquete’. Por sus movimientos y su show, no había duda que era un profesional. Se estimuló más su paquete, hasta que el bulto se le notó claramente. Se fue acercado a nosotras, le decíamos toda clase de piropos, el no se inmutaba, seguía con sus movimientos y nos ponía sus nalgas cerca de la cara. Gloria no resistió y le agarró una nalga. Después Aramis, le puso las nalgas a Liz, quien estaba sentada junto a Gloria, y ella restregó sus pechos sobre las nalgas de Aramis, todas aplaudimos la hazaña. Aramis preguntó por la festejada y se le sentó en las piernas, siempre moviéndose sensualmente, todas le pedíamos ser la siguiente. Se levantó y le acercó el miembro a la cara de Cristina, ella retiró su cara apenada, pues ya se notaba que tenía la verga erecta. Gloria le gritó: házmelo a mi cabrón! Ella todavía no sabe de esas cosas! Aramis se voltió y se acerco a mi, pensó que fui yo quien le había gritado. Me quede inmóvil, viéndole el paquetote, el se me acercó demasiado. Sentí como cosquillas en el coño y me mojé muchísimo. Le acaricié su miembro, por encima de la truza, haciéndolo hacia un lado para ver su longitud, era grande! Y le di un beso a la verga. Esto provocó que todas se pusieran como locas. La siguiente fue Gloria, que estaba junto mí. Aramis simplemente se paró frente a ella, lo más cerca que pudo. Gloria inmediatamente tomó la verga con las manos, por encima de la truza, la acarició varias veces y recorrió con la boca todo lo largo de la verga dándole pequeños besos. Todas gritamos y aplaudimos muy emocionadas. La siguiente fue Liz, esperábamos que ella superara a las anteriores y no nos decepcionó. Liz metió la mano en la truza, y comenzó a masturbarle. La gritaría fue más fuerte. Liz le bajó la truza con una mano, mientras con la otra le masturbaba y también le restregó su pecho en el miembro, esto hizo que la verga de Aramis se pusiera completamente erecta y dura, cuando consideró que su ‘turno’ había terminado, le dio un beso a la verga y se la pasó a la próxima. La siguiente, Conchita, también tomó la verga y la masturbó muy suave, con las dos manos, sin quitarle la vista a la vergota, todas esperábamos que se la metiera a la boca, pero no, se la pasó a Norma, ella se negaba a agarrarla, todas empezamos a gritar: que la agarre! Que la agarre! Como no queriendo, Norma la tomó y la masturbo también, le dio besos y pasó su lengua por todo lo largo de la verga y pareció meterse la cabeza de esa vergota en la boca. Miré a Liz, estaba apretando las piernas igual que yo. Seguramente que esa vergota la había calentado, como a todas. Nuevamente Aramis se acercó a Cristina, ella estaba incrédula, con los ojos medio abiertos, y con la respiración muy agitada, caliente vamos! Tímidamente tomó la verga con las dos manos y con los ojos cerrados, le dio un tímido besito en la cabeza. Gloria nuevamente le gritó: Eso házmelo a mi cabrón! Ella todavía no se casa! Aramis, voltió ahora sí identificándola, se acercó a Gloria, quien se veía completamente caliente, Gloria inmediatamente puso las manos en los muslos de Aramis, y con su boca buscó la verga. Todas nos quedamos en silencio, asombradas, imaginándonos que ocupábamos el lugar de Gloria. Yo sí me lo imaginé! Gloria se metía y sacaba toda la verga de la boca y parecía que se estaba viniendo, al menos por la forma como movía las nalgas en el sillón, dejaba ver que eso estaba pasando, tardó un buen rato mamando verga, lo hacía con ganas. Aramis, la retiró y pasó con Liz. Ella tenía las piernas cruzadas, apretándolas fuertemente, igual que yo. Liz tomó la verga y la masturbó con fuerza, agarrándole los huevos con una mano, cuando iba a metérsela a la boca, Aramis se voltió hacia Cristina y un enorme chorro de espermas salió de su verga, cayendo en las piernas de Cristina, Aramis continuó masturbándose el palo mientras giraba para que todas viéramos como se venía. Casi a todas nos alcanzó algo de semen. Cuando terminó, se acercó a Cristina para que le diera los últimos jalones a la verga mojada con semen. Cristina la agarró y masturbo suavemente. Todas gritamos bravos, vivas y aplaudimos como locas. Aramis recogió su ropa y le dijo a Gloria que tenía que irse. Gloria me pidió que la esperara, que no me fuera, iría a dejar a Aramis e inmediatamente regresaría por nosotras. Le dije que estaba bien. Luego que se fue Gloria, se escuchó el claxon de un carro, era el marido de Norma. Conchita se fue con Norma. Nos pusimos a platicar con Cristina, esperando a Gloria. Cristina seguía muy nerviosa, excitada como todas, diría yo. Nos dijo:

C:!Qué bárbaras! ¡Nunca me imagine tener una fiesta así! ¡Ni que hicieran todas esas cosas!

E: ¡Ay m’ija, pues todo eso te espera ahora que te cases!

C: ¿Todo eso?

E: Bueno, según te entiendas con tu marido.

L: Oye Cristina, ¿Por qué tu tía no dejó que Aramis te agasajara?

C: Lo que pasa, es que todavía soy virgen

L: ¿De verdad?

C: Bueno, he visto cosas, como películas, y revistas, pero muy poco en vivo. La primera vez que lo iba a hacer con mi novio, mi mamá nos encontró en mi cuarto cuando apenas nos habíamos desnudado, eso fue hace un mes. Así que ahora tenemos que casarnos.

L: ¿Cómo? ¿Entonces por ejemplo, nunca has chupado un pene?

C: ¿Chuparlo? Pues, agarrado sí, pero chuparlo, lo que se dice chuparlo no, todavía no!

E: Mira m’ija, por eso se hizo esta fiesta, para que veas como se trata un pene.

C: Pues no me fije mucho, estaba muy apenada y nerviosa.

L: Mira Cristi, si quieres te podemos enseñar otro poco, verdad Ely.

C: ¿De veras?

E: Mejor enséñale tú, ustedes son más jóvenes y se comunican mejor.

C: Sí, Liz, enséñame tú, a mi me daría pena que la señora Ely lo hiciera.

Lizeth fue a la mesa y tomó dos consoladores de esos que vibran, uno plateado y otro con forma de pene un poco más grande y grueso. Le dio el plateado a Cristi, y le dijo: - Trata de repetir todo lo que yo le haga al aparatito. –Está bien, respondió Cristi. Lizeth tomó el cuerpo del consolador y comenzó a darle de besos a la cabeza, cerró los ojos y pasó la lengua por la punta del consolador, para después meterse la cabeza en la boca, iniciando el mete y saca la cabeza de la boca. Cristi hacia lo mismo, pero era más excitante ver a Liz, se veía que ella tenía mucha experiencia mamando vergas y por la forma del consolador se veía más real. Yo apagué las luces de la sala, dejando encendida una lámpara, para que se sintiera mas intimidad, pero que permitiera ver lo que estaba pasando. Me senté para observarlas. Liz se desabrochó los botones de su blusa, y se acarició los senos, después se desabrochó el sostén, llevaba uno de esos que se enganchan por el frente. Lizeth encendió el vibrador a media velocidad, Cristi la imitó. Liz puso la punta del vibrador en sus pezones y en pequeños círculos recorrió toda la areola de sus dos tetas. Cristi exclamó un pequeño Ay! Cuando hizo esto. Yo por mi parte, verlas así me calentó muchísimo, de hecho ya estaba caliente desde el show de Aramis, me recargué en el sillón y abrí mis piernas. En silencio, Lizeth tomó de la mano a Cristina y la llevó a sentarse junto a mí. Ella se sentó frente a nosotras, para que Cristi siguiera los detalles que ella hacía. Liz se llevó el consolador a la boca otra vez, y con la otra mano comenzó a acariciarse el coño. Noté que su panty estaba empapada, se hizo la panty a un lado y empezó a acariciarse el clítoris, pude ver su coño, se veía que estaba rasurado, era grande, casi como el mío, rosado y con un triangulito de pelos en el pubis. Continuó con el consolador en la boca y depositó una gran cantidad de saliva en la punta del aparato, despacio se acarició la vulva con el consolador, lo pasaba por todos lados, por sus labios, cerca de su ano, lo dejó un buen rato estimulando su clítoris y aumento la velocidad del vibrador. Cristina hizo lo mismo, el bbsssss de los vibradores se mezclaba con los gemidos y suspiros de las dos. Lizeth comenzó a suspirar más fuerte: Aaahhh! Aaahhh! Aaahhh! Dejé de mirarla por el grito de Cristina: Aaaaaayyyyyyyy!!!

Aaaaaayyyyyyyy!!! Aaaaaayyyyyyyy!!! Esto fue demasiado para Cristina, estaba temblando convulsionando y gritando por el orgasmo que tenía. Mi primera reacción fue abrazar suavemente a Cristina, cuidando que no se fuera a lastimar con el consolador. Ella siguió viniéndose mucho. Aaaaaahhhyyyyyyy! Aaaaaahhhhhhyyyyyy! Aaaaaahhhhhhhyyyyyyy

Quité con mi mano el sudor de su frente, al momento que escuché el orgasmo de Lizeth. Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Lizeth había subido los pies al sillón, tenía las piernas muy abiertas, se metía y sacaba el consolador de su vagina con gran rapidez, movía sus caderas al ritmo de las metidas que se daba, se veía que tenía mucha experiencia en la masturbación. Su orgasmo era profundo. Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Cristina quiso introducirse el consolador también, pero la detuve. -Eso no m’ija, eso no. Eso déjalo para tu marido – le dije. Tomé el vibrador, y lo pasé a todo lo largo, con mucho cuidado sobre su clítoris. – Así m’ija, hazte así. Puso su mano sobre la mía y acompaño su movimiento varias veces, la dejé estimularse sola, Cristina siguió pasándose el vibrador sobre el clítoris, mientras con una mano se apretaba las tetas, su cara mostraba que lo estaba disfrutando. Voltié a ver Liz, ahora ella estaba de espaldas a nosotras, completamente agachada con las piernas abiertas, con la mano por en medio de sus piernas se metía y sacaba el consolador. ¡Que nalgas tan grandes tiene Lizeth! ¡Me recordaron a las nalgas de Lulú! Blancas, suaves y un ano muy pequeño y rico. Tenía los ojos cerrados, su cara mostraba un gran placer y movía su cabeza diciendo palabras como: Así papacito! Más duro! Y cosas de esas, creo que se estaba imaginando que se la estaban cogiendo realmente, y como no! Si el consolador parecía una verga de verdad. Ya no aguanté más, subí mi vestido, hice mi panty a un lado y comencé a dedearme rapidísimo. Mi orgasmo no tardo mucho en llegar, ya sabes empecé a moverme y gritaba mucho, sin dejar de dedearme Aaaaaahhhhhhh! Uuuuuffffffffff!! Uuuuufffffffffff! Cristina y Lizeth nuevamente se vinieron, así que se mezclaron los gritos y quejidos de las tres, Aaaaaahhhhhhh! Uuuuuffffffffff Aaaaaahhhhhhh! Uuuuuffffffffff Aaaaaaaaaaahhhhhh! Aaaaahhhyyyyyyyy!!!! Aaaaahhhhhhyyyyyyyy!!! Aaaaaaaahhhhhhhhhhh! Creo que eso nos calentó más a todas, porque tuvimos el orgasmo muy prolongado. Aaaaaahhhhhhh! Uuuuuffffffffff Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaahhhhhhyyyyyyyy!!!Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Uuuuuffffffffff Aaaaaaaahhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaahhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh! Que venidota, bueno yo tuve una pero valía por tres! Al finalizar me dirigí a Lizeth:

E: ¡Que bruto Liz! ¡Que bárbaro! ¡Mira, hasta yo me vine!

C: Gracias Liz, gracias de verdad! Si esto se siente con un aparato, ¿me imagino lo que se sentirá con una verga de verdad?

L: Ojalá y tu marido te salga cumplidor! Jajajajaja – Todas reímos.

E: Sí, así como el mío! Jajajajaja – volvimos a reír.

Cuando terminamos de acomodarnos la ropa, poco después llegó Gloria. – Vámonos Cristi, te paso a dejar! – Dijo Gloria. Ay tía! Deja arreglar un poco este tiradero! – respondió Cristi. Ya sabes como queda una casa después de una fiesta. Gloria dijo que la ‘chacha’ limpiaría al día siguiente, noté que Gloria tenía prisa en salir. Después de dejar a Cristina en su casa, Gloria dijo:

G: Ahora sí, la noche es nuestra! ¿Quieren continuar la parranda?

E: ¿A que te refieres?

G: ¿Qué si quieren divertirse más?

E: ¿Exactamente qué quieres decir?

G: Miren, Aramis trabaja en un centro nocturno, donde admiten como público sólo a mujeres. Si vieran que ejemplares masculinos se ven ahí ¡Se desmayan!

E: ¿Qué opinas Liz?

L: Decídelo tú Ely, por mi no hay problema, me gusta conocer cosas nuevas.

Vaya que si conoces! Pensé. Quien te viera, con esa carita que no rompes ni un plato, y las venidotas que nos provocaste hace rato. Me dio curiosidad, había escuchado de sitios así, pero nunca había estado en uno de ello, dije que sí, además supuse que no te enojarías, ¿verdad Cali?

C: Eh! Mmjj! ¡No claro que no, tú me conoces bien! Mientras me tengas confianza y me lo digas, no tengo porque molestarme. Mejor saberlo de ti, a que otra persona me diga: ‘vieron a tu mujer en tal lado’ o ‘tu mujer hizo esto o lo otro’. ¡Aja! ¿Y luego que pasó?

E: Pues llegamos al lugar, muy amplio con gran estacionamiento y jardines bien cuidados. Fuimos recibidas por hombres muy apuestos y gentiles, nos conducieron al interior del club, cruzando la puerta estábamos en un lugar que parecía discoteca por las luces y sonido, pero por la decoración parecía el interior de un palacio árabe: el lugar tenía muchas cortinas de telas finas, todo el piso alfombrado, una pista central con muchas almohadas y cojines para que el público se sentara, en el centro un bailarín haciendo sus movimientos eróticos y alrededor de la pista central las mujeres aplaudiendo y animando al stripper. El sitio estaba llenísimo de mujeres, la mayoría del personal masculino vestía al estilo árabe, había otras mesas con mujeres sentadas en sillas y un strippers bailando para ellas en la mesa. Al lado de la entrada se hallaba la barra de bebidas. Más hacia el fondo, se veía una especie de tiendas de campaña, hechas de cortinas y tela que separaba a diferentes grupos de mujeres. Observé que al entrar un bailarín a una de esas tiendas, cerraron la cortina para darles privacidad. Todos los streppers que se encontraban bailando estaban desnudos, se veían vergas de todos colores: blancas, morenas, negras, etc. Eso sí, parecía que el tamaño era requisito para trabajar ahí, porque todas eran grandes, unas más, otras menos, pero en general grandes. Estuve observando todo hasta que llegó, imagino que, el capitán de meseros y saludó muy familiarmente a Gloria. Le preguntó que si quería el lugar de siempre. Gloria dijo que sí y que enviara una botella de tequila. El tipo llamó a un hombre vestido como cavernícola y este nos llevo a una de esas tiendas al fondo del club. El lugar era muy cómodo, con sillones amplios y con una buena vista de lo que pasaba en la pista. El sonido del lugar anuncio "ahora con ustedes directamente de Brasil, Joao" y salio un bailarín vestido de futbolista con la ropa muy sexy a entretener a la gente. Hubieras escuchado las cosas que le gritaron: Papazote! Quiero! ¡Cógeme! ¡Te saco de trabajar! Y así por el estilo. Llegó el servicio y brindamos. ¿Qué les parece? – preguntó Gloria. ¡Sensacional! –respondió Liz. Cuantas viejas calientes hay! –yo le dije. Es que es sábado –contestó Gloria. ¿Y qué? Hay escasez de verga en casa los sábados ¿o qué? Jajajajaja todas reímos. Seguimos tomando y viendo el show, en un momento dado, Gloria llamó al mesero y le dijo: - Tráeme al ‘Transparente y al Blanca Nieves’, el mesero se retiró haciendo señas a alguien. Aquí hacen bailes privados, ahorita van a ver lo que es bueno -nos dijo Gloria- no la cosa que tienen en casa. Reímos muy fuerte. Llegó el tipo que nos recibió, el capitán de meseros, con dos negros muy fuertes y altos. Se dirigió a Gloria diciéndole: Señora aquí tiene lo que pidió, el tipo salió cerrando la cortina de la tienda. ¡Yo esperaba unos rubios y llegaron esos negrotes! Los negros saludaron de beso a Gloria, a nosotros solo nos dijeron un hola con la mano y comenzaron a bailar para Gloria. Yo me acerqué un poco más a Lizeth para dejar más espacio a Gloria y los streppers. Lizeth me dijo: - Oye Ely, como se le ocurrió llamarse transparente y blanca nieves a estos cabrones, están más negros que las llantas de mi carro! Jajajajajajaja Nos carcajeamos. Esos negros se fueron quitando las prendas hasta quedar en tanga, se le veía que los dos tenían un vergón. Gloria puso un billete de cien dólares en la tanga de cada uno de ellos. Los negros se quitaron la tanga y dejaron al aire unas vergas grandes, Gloria las agarró, una en cada mano y las masturbó, despacio al principio y cada vez mas rápido según se veía que las vergas se endurecían. El rostro de Gloria dejaba ver que estaba muy caliente, las besó y comenzó a mamar las vergas alternadamente, las mamaba con ansia, mientras los negros le acariciaban las tetas. En eso, uno de los negros la tomó de la cintura, queriendo voltearla para cogérsela, pero Gloria lo detuvo. –No, ¡aquí no! – le dijo al negro. Seguramente le dio pena que la viéramos como se la cogían. Así que los negros la tomaron de las manos y salieron con ella. ¡Te imaginas! – me dijo Liz- ¡se la van a coger esos dos negrotes!

Con razón la urgencia que tenía en ir a dejar a Cristina- pensé – seguramente que su marido no la atiende bien en casa. Le interesa más andar haciendo negocios que satisfacer a su mujer. Por el trato que le daba el personal, sin duda Gloria era cliente asidua del club. Lo que hace la necesidad de verga ¿verdad? En eso, entró el capitán de meseros acompañado de un joven muy alto blanco, de pelo castaño muy corto, este caballero –señalando al joven- es la nueva estrella del club, viene de Italia y se llama Victorius, él es cortesía de la casa para ustedes ¡disfrútenlo! y salió cerrando la cortina. Las dos nos quedamos mudas admirando el cuerpo atlético del stripper, vestía como guerrero romano y era muy guapo. ¡Ay, cabrona! – me dije a mi misma. Victorius sonrío y preguntó ¿A quién? A ella- le respondí señalando a Liz. Lizeth le dijo: - No a mi no, mejor a ella! A ti Lizeth, tu vienes a disfrutar tu viaje! Que le digo al stripper: - A ella, que hace algún tiempo no es atendida como se merece. El stripper sonrió encantadoramente, le guiño un ojo a Lizeth y se paró frente a ella, Liz se recostó sobre el sillón, preparándose a disfrutar el show privado. Victorius inicio su sensual baile, se fue desprendiendo de las prendas poco a poco hasta quedar únicamente en con su falda de guerrero romano. Su físico era impresionante, los músculos muy marcados, la espalda ancha y la cintura, creo que más chica que la mía. Por debajo de la falda se notaban unas piernas fuertes. Lizeth estaba muda, creo que quería brincar sobre Victorius para violarlo. El stripper acercó su cadera para que Lizeth removiera la falda, ella trataba de desabotonarla sin éxito, estaba muy nerviosa o caliente. Finalmente desabotonó la falda, el stripper se voltió de espalda a Liz, con lo movimientos eróticos del bailarín, la falda fue cayendo al piso. Victorius quedó desnudo, aunque su miembro no estaba erecto vi que era de buen tamaño. Puso sus nalgas sobre las piernas de Lizeth, lentamente fue moviendo sus nalgas hacia atrás hasta quedar sentado sobre ella. Liz puso su cara de lado sobre la espalda de él y lo abrazó, acariciando los grandes pectorales y abdomen del bailarín. Victorius restregaba su cuerpo contra Lizeth, ella dirigió una mano hacia abajo para acariciarle el muslo y poco a poco buscó su miembro para agarrarlo. Victorius abrió sus piernas para darle más espacio a Lizeth, ella cerró los ojos y comenzó a masturbarlo. Movía su mano hacia arriba y hacia abajo mientras daba pequeños besos en la espalda de Victorius, hizo que el miembro se le pusiera completamente erecto y duro. El bailarín se puso de pie frente a Liz, ella inmediatamente dirigió sus dos manos al miembro y siguió masturbándolo, Victorius empezó a abrir la blusa y a acariciar las tetas de Lizeth, desabrochó el sostén y las tetas de Liz quedaron al aire. Victorius detuvo las manos de Lizeth y puso su verga en medio de las tetas. El bailarín puso sus manos a los lados de las tetas apretándolas contra la verga, y comenzó a subir y bajar la cadera, masturbando su verga con las tetas de Liz. Ella agachó su cabeza tratando de tocar con su lengua la punta de la verga. Victorius retiró sus manos, pero dejó ahí la verga, inmediatamente las manos de Lizeth ocuparon el lugar de las manos del stripper y continúo la masturbación. En cada movimiento la verga llegaba más cerca de la boca de Lizeth, hasta que fue posible que Liz la besara y pasara la lengua por toda la cabeza, en ocasiones se la metía en la boca. Al ver esto, yo empecé a acariciar mi sexo por encima del vestido, había resistido hacerlo, pero ver la forma como Lizeth manejaba esa verga y la cara de placer que tenía, hizo que me mojara muchísimo. Un rato después el bailarín subió al sillón poniendo sus pies a los lados de Lizeth, por su estatura, su miembro quedó arriba de la cabeza de Lizeth, como a treinta centímetros. Ella levantó su cara y abrió su boca, Victurius flexionó sus rodillas para ajustar la altura de su miembro a la cara de Liz y dirigió su verga a la boca de Lizeth. Lentamente la verga fue entrando en la boca de Liz, casi entró toda. Se notaba que ella movía su lengua dentro de la boca, Victorius puso su manos en su cintura y arqueó su cuerpo hacia atrás, estaba apreciando la forma como la lengua de Liz acariciaba a su verga. Lizeth mamó esa verga como una experta, la sacaba y metía casi toda, en eso, la sacó de su boca y le escupió una gran cantidad de saliva para mantenerla lubricada, comenzó a masturbarla con una mano mientras su lengua lamía los huevos de Victorius. La lengua recorrió todo lo largo de la verga, a veces le daba pequeñas mordidas a la cabeza o su lengua se movía rapidísimo sobre el borde de la cabeza, Victorious exclamó un quejido de placer: Aaaahhhh! Lizeth continuó pasando la lengua por todos lados, le besaba los huevos y en un momento se metió un huevo a la boca. Con la mano, levantó la verga de Victorius y comenzó a mover su lengua en la parte de atrás de los huevos. Lizeth seguía lamiendo ahí y masturbando la verga, levantó más la verga y movió su lengua hacia el ano de Victorius. Al sentir esto, Victorius retiró la mano de Lizeth y él mismo se masturbó, movió sus piernas para acomodar su ano exactamente sobre la boca de Lizeth. Ella comenzó a darle una lamida increíble en el ano, hacia círculos, la movía de arriba abajo, metía la punta de la lengua en el ano y hacia movimientos como si le rascara el culo con la lengua. Esto hizo que yo me subiera el vestido y bajara la panty hasta el muslo, me empecé a dedear el clítoris muy rápido, me desabroche la blusa y me agarré las tetas, las saqué del brassier y jugué con mis areolas, ya sabes, les puse saliva que me encanta muchísimo y les daba pequeños pellizcos a mis pezones, mi dedo ya entraba y salía de mi vagina tan mojada que parecía que me había orinado. Victorius seguía con los ojos cerrados, apretando los dientes y moviendo la cabeza de un lado a otro, sintiendo como Lizeth le lamía el culo. Repentinamente se bajó del sillón, tomó por la cintura a Lizeth, la voltió y la hincó sobre el sillón, ella quedó agachada, tipo perrito. Victorius se colocó detrás de ella, subió la falda de Liz, hizo la panty a un lado y le metió toda la verga. El miembro entró fácilmente, todo hasta el fondo. Lizeth gritó placenteramente -Aaaahhhhhhhyyyy! El stripper estiró sus brazos y puso sus manos sobre los hombros de Lizeth, con esto lograba que cada metida fuera fuerte y profunda. En cada metida Lizeth daba pequeños gritos y le decía a Victorius: ¡Así papito! ¡Sigue, que rico lo haces! ¡Cógeme más duro! ¡Méteme toda tu verga! ¡Cógeme más fuerte! ¡La quiero sentir toda! Victorius dio más velocidad a las metidas, la verga entraba y salía rapidísimo. Lizeth habló nuevamente: - ¡Me voy a venir papito! ¡Así más rápido papito! ¡ya casi! ¡yaaaa Aaaaahhhh! Aaaaaahhhhhhhh! Me vengooooo!!!! Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! De repente el stripper sacó la verga y apuntó hacia el sexo de Lizeth descargando una gran cantidad de semen. Al sentir esto, Lizeth exclamó: ¡Échamela toda papito! ¡Toda! ¡Échame toda tu leche! Victoruis gruñó de placer: Aaaagggrrrrhhhh! Aaaagggrrrrhhhh! Aaaagggrrrrhhhh! Yo también me vine, mi venida fue prolongada, en silencio. Todo mi cuerpo tembló, cerré muy fuerte los ojos y mis labios mientras mi cuerpo seguía temblando. Cuando terminé me sentía muy mareada y débil, no se si era por la borrachera o por la venidota que tuve. Miré como Victorius se limpiaba la verga con unas servilletas, recogió su vestuario y salió de la tienda. Lizeth estaba acostada en el sofá, boca abajo, sus ojos seguían cerrados, se mordía sus labios suavemente, tenía las piernas abiertas moviendo su cadera lentamente, como si todavía se la estuvieran cogiendo. Me acerqué y vi su sexo lleno de semen del stripper, instintivamente puse mi mano sobre su sexo y le embarré el semen, el cuerpo de Liz dio una fuerte sacudida, Liz voltió a verme y me dijo: ¡Síguele, por favor síguele! Entendí que aún no estaba satisfecha, así que continué acariciando su sexo, ella seguía arrojando líquidos por su vagina, puse mi dedo pulgar sobre su ano y lo presioné ligeramente al mismo tiempo que metía y sacaba dos dedos de su vagina. Oí que Lizeth se estaba viniendo nuevamente, decía: ¡Más rápido! ¡Más rápido cabrona! ¡Me estoy viniendo! ¡No pares que me estoy viniendo! Aaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaahhhhhhhh! Me vengooooo!!!! Aaaaaahhhhhhh! Aaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhh! Ahí quedo Lizeth, agotada y satisfecha. Realmente andaba urgida de verga, creo que ella jamás se imaginó que esa noche se la cogería tan rico un tipo tan hermoso como Victorius. No es que Lizeth no tenga lo suficiente como para conseguirse un tipo así, sino que, pues digamos, es como si tú te cogieras a Demmi Moore!

C: ¡Házmela buena Ely!

E: ¡Eso quisieras verdad cabrón!

C: ¡Eso lo dijiste tú! Bueno, síguele contando.

E: Ok. Lizeth me vio apenada y se disculpó. Le dije que no tenía de que disculparse, ni sentirse mal, que sabíamos que esa noche era de desmadre, que lo malo sería que se la hubieran cogido y ella no lo hubiese disfrutado. Hasta yo he gozado esta noche, le dije. Apretó mi mano en señal de agradecimiento. Regresó Gloria, venía limpiándose la cara con toallas de papel, la panty la traía en la mano. ¡Ay muchachas! – nos dijo- ¡Que cogidota me dieron esos cabrones! Se nota – le respondí – todavía traes semen en el cabello. ¿Dónde? – preguntó. Ahí cerca de la oreja – le contesté. Se sentó para terminar de limpiarse y ponerse la panty.

G: ¿Quién se cogió a Victorius?

E: Ella – señalando a Lizeth,

G: ¿Y tú Ely? Ve estos manjares! ¿No te vas a comer nada?

E: No, ganas no me faltan, de verdad que están muy bien los chavos, pero todavía me atienden bien en casa. Jajajaajajaja – reímos las tres. Oye Gloria – le pregunte:

E: ¿Tú eres clienta distinguida del lugar, verdad?

G: Ay chula! Sí, aquí vengo por lo que no tengo en casa.

E: ¿Qué tu marido no….

G: Nada, ese pendejo ya no me hace nada. Lo conoces chula, siempre en viajes de negocios, cuando le pido que me atienda, siempre esta cansado, no tiene tiempo, que al día siguiente tiene una junta importante etc. Pero eso sí, seguido me dice: te deposité tal cantidad de dinero en tu cuenta bancaria, para lo que compres lo que te haga falta y no me molestes. Así que con ese dinero pago lo que me falta. Y como único que me falta es verga, la compro y no molesto a mi marido. Jajajajajajaja Reímos muy fuerte todas.

E: ¡Ese es el poder del dinero!

G: ¡No chula! Estas equivocada ¡Ese es el poder de la verga!!! ¡Lo que hace uno con tal de sentirla dentro y estar contenta! Jajajajajajaja, - nos carcajeamos por un buen rato.

E:¡Sí, tienes razón! ¡Es el poder de la verga!

G: ¡Brindemos por el poder de la verga!! – levantando su copa con tequila.

E: ¡Salud!

L: ¡Salud por la verga!

Seguimos tomando y brindando por el ‘poder de la verga’, los machos y las buenas cogidas, etc. Cuando nos sentimos bien borrachas, Gloria pidió la cuenta, pagó y dejó una gran propina. El capitán llegó con unos tipos quienes nos ayudaron a llegar hasta la camioneta de Gloria. Uno de ellos manejó, obviamente que cuidan a una clienta como Gloria, el capitán pidió que extremaran el cuidado de nosotras. Llegamos a casa, el carro se esperó hasta que entráramos y lo demás, bueno eso tú lo sabes.

C: Oye Ely, ¿de veras que no quisiste ‘echarte’ uno de esos strippers?

E: No, ¡para nada! En primera, tú me das lo que necesito, a veces hasta de más. Jajajaja -rió fuertemente. Y luego te imaginas, pagar para que te cojan ¡ni loca! a menos que estuviera tan fea para no poder conseguirme un buen macho. jajajajajaja

C: O tan necesitada como Gloria!!

E: Ándale! Eso también.

Jajajajaajajajaja – reímos a carcajadas.

Escuchamos el sonido del claxon de un auto. Me asomé y vi a Tania que preguntó por Lizeth. Tania es una chica soltera, unos años más joven que Lizeth, también poseedora de un cuerpazo. Se conocieron en la fiesta de Cristina, habían acordado que pasaría por Lizeth para ir a la playa con otras amigas. Ely fue al cuarto de Liz a llamarle. Unos minutos después, Liz salió de prisa y se fue con Tania. Elia me comentó, haberle dicho a Lizeth que podría quedar en casa todas sus vacaciones. Me pareció bien, pues era una chica agradable que congeniaba muy bien con mi esposa. Ely prefirió quedarse en casa descansando de la tremenda fiesta. Lizeth regresó entrada la noche, a tiempo para cenar con nosotros.

Durante la cena, había una conversación entre todos. Cada quien hablaba de lo que le parecía importante. Mis hijos se despidieron para ir a dormir. Quedamos mi esposa, Lizeth y yo. Ellas empezaron a platicar mientras yo preparaba unos tragos.

L: Que bien te quedó tu corte de pelo Ely.

E: Gracias! Por cierto, ¿Cómo te fue en la playa con Tania y sus amigas?

L: Muy bien, fuimos la atracción de los chavos todo el día. A cada rato pasaban por donde estábamos acampadas, sabíamos bien que lo que querían era vernos en estos bikinis...

E: ¿Cuáles bikinis?

L: Unos nuevos que compramos todas las amigas del grupo. Unas tangas tipo brasileño, aunque no esperábamos enseñar tanto con este tipo de bikinis. De espaldas, nos veíamos casi desnudas. Nada más te cubrían las tiras traseras del sostén y la tanga, prácticamente nada.

L: Con razón no se quitaban a los muchachos de encima.

Jajajajaja-Ambas rieron.

L: Me arde todo el cuerpo Ely. No pensamos pasar tanto tiempo en la playa, a pesar que usamos mucho protector solar, no fue suficiente para evitar que nos quemara la piel.

Mientras decía esto Lizeth, mostraba sus muslos y espalda para que viéramos que tan enrojecidos se encontraban.

E: No te preocupes, tengo una loción refrescante que te va ayudar mucho. Cuando vayas a dormir te la aplicas.

L: Gracias Ely, desde luego que voy a usarla porque el ardor es muy intenso.

Seguimos conversando y al fin, llegó la hora de ir a dormir. Al despedirnos Lizeth le preguntó a mi esposa:

L: Ely, ¿Me puedes ayudar a poner la loción en la espalda?

E: Claro, que sí, déjame ir por la loción. Me pongo mi camisón de dormir y te alcanzo en tú habitación.

Seguí platicando cosas triviales con Lizeth, hasta que mi esposa la llamó. Liz me dio las buenas noches y se dirigió a su cuarto. Entró seguida de mi esposa. Dejaron la puerta un poco abierta y se podía escuchar lo que ellas decían.

E: Bueno, quítate la camiseta y acuéstate boca abajo - comandó mi esposa - Mira nada más! Como estas de quemada! Creo que lo único que no se quemó fue el lugar de las tiritas del bikini!!Quítate el brassier y tu panty.

L: Ay Ely, me da pena.

E: No te preocupes las dos somos mujeres nadie te va a ver.

Imagino que se las quitó, porque escuche lo siguiente:

E: Tenía razón, lo único que no se quemó fue la piel cubierta por las cintas del bikini. Bueno acuéstate y empezaré a ponerte la loción en los brazos y la espalda.

Hubo unos minutos de silencio, hasta que Lizeth habló: - Realmente es muy refrescante esta loción, sobre todo con la frotación tan suave que me estas dando, se siente uno descansar. Me levanté de mi lugar silenciosamente, me dirigí a la puerta del cuarto de Lizeth para mirar que estaba pasando ahí. Vi que mi esposa estaba arriba de la cama, hincada junto a Lizeth, quien se encontraba completamente desnuda acostada boca abajo. Tenía sus ojos cerrados y su cuerpo se veía completamente rojo, excepto desde luego por las líneas del sostén en su espalda y la parte posterior de la tanga. Admiré el hermoso cuerpo de Lizeth, que piernas y que nalgas tan ricas! Tenía razón Ely, recordaban a las nalgas de Lulú. Mi esposa estaba concentrada aplicando la loción, por lo cual no se percató que yo miraba por la puerta. Ponía un poco de loción sobre su mano y luego la aplicaba suavemente sobre la piel de Liz. Había terminado ya con sus brazos, hombros y espalda. Puso un poco de loción sobre una de las nalgas y la pierna. Comenzó a extender con la mano la loción dando un ligero masaje al mismo tiempo. Los movimientos eran de arriba hacia abajo, desde la cintura hasta la parte posterior del muslo. Lizeth continuaba con sus ojos cerrados. Ely repitió lo mismo en la otra nalga y después empezó a aplicarlo en la parte interna del muslo. El movimiento de su mano era limitado porque Lizeth tenía las piernas juntas. Así que con un movimiento leve de la mano, mi esposa le indicó, que abriera las piernas. Lizeth las separó ligeramente, y pude observar muy claramente su culo y su concha. Tal como dijo Ely, Liz era dueña de una grande y sabrosa concha. Realmente se me antojó comerme ese rico coño. Me pareció una visión estar viendo esas partes maravillosas de Lizeth. Al continuar con la aplicación de la loción, me parecía que Lizeth abría cada vez más las piernas. Note que el ritmo de la respiración de mi esposa había aumentado. Y es que era realmente erótico, ver el contraste del color rojo de la piel por el sol, con la blancura de las partes que el bikini había protegido. De pronto, con mucha dificultad mi esposa le dijo a Lizeth: -Tienes quemado prácticamente toda esta parte, ¿quieres que aplique la loción en todos los sitios? Lizeth no contestó, solo movió la cabeza dando su consentimiento. Mi esposa derramó loción directamente sobre el cóccix y la distribuyó hacia abajo, hacia su ano y concha. Lizeth abrió más sus piernas al momento que daba un ligero gemido. Con mucho cuidado mi esposa, ponía la loción en las partes íntimas de Lizeth. Le dedicó especial atención a su concha. Yo veía como la acariciaba lentamente, Después, mientras con los dedos pulgar y anular separaba sus labios vaginales, introducía y sacaba la punta del dedo medio. Ahora también mi esposa se encontraba con los ojos cerrados, y movía su cadera, como sintiendo que era a ella a quien le metían el dedo en su conchita. Lizeth al darse cuenta de los movimientos de mi esposa, levantó su cadera y abrió otro poco sus piernas, para dar más espacio a la mano que la estaba haciendo gozar. Al mismo tiempo, deslizó su mano por abajo del camisón de mi esposa hasta alcanzar el muslo, siguió hacia arriba hasta poner la mano en medio de las piernas justo encima del coño de Ely. Mi mujer apretó esa mano, para que no se escapara. Eso hizo que mi verga se parara y pusiera durísima. Mi esposa paró un momento. Y se quitó el camisón. En ese momento, pensé que tal vez los niños no se dormían aún, por lo que fui a echarles un vistazo. Por suerte ellos ya estaban dormidos. Regresé a la puerta y vi que mientras con una mano mi esposa dedeaba a Lizeth, con la otra hacia a un lado su pantaleta para que la mano de Lizeth tuviera acceso total a su vagina. Este cuadro era realmente caliente. Mi verga estaba completamente dura, la apreté muy fuerte con la mano, me masturbaba muy despacio mientras veía como esas dos mujeres se dedeaban una a otra, con sus ojos cerrados y moviéndose muy sensualmente. Sin decir nada mi esposa retiró su mano para quitarse la ropa que le quedaba. Mientras mi esposa se desnudaba, Lizeth se dio la vuelta, quedó acostada con las piernas abiertas. Veía directamente a la concha de mi mujer, y se pasaba la lengua por sus labios, saboreado el coño que iba a mamar. Al reincorporarse mi esposa a la acción, ninguna dijo algo, parecían saber que iba a acontecer. Elia pasó una pierna por encima de la cabeza de Lizeth para dejar su concha precisamente encima de su boca al mismo tiempo que buscaba la concha de Lizeth, quedaron amarradas en un 69, cerraron nuevamente los ojos y comenzaron a darse una mamada de concha, como si fuera la última vez que tuvieran sexo. Yo sabía que mi mujer no tardaría en venirse, pues los más grandes orgasmos los alcanza mientras yo le como la concha. Movía su coño sobre la boca de Lizeth, con esa experiencia que dan los años de casada. Su piernas empezaron a moverse más rápido, y su concha pasaba más rápido sobre la lengua de Lizeth, el orgasmo en mi mujer era inminente. Aaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaahhhhhhhh! Yo no aguanté más, entré al cuarto en silencio, ellas no se percataron de mi presencia pues estaban metidas comiendo concha. Cuando mi mujer separó la cara para dar un fuerte gemido, en ese momento tomé su cadera, la levante un poco y le metí la verga de un solo golpe. La penetré lo más profundo que pude. Eso aumentó la intensidad de su orgasmo. Gemía y gritaba de placer. Aaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaahhhhhhhh! Aaaaaaahhhhhhhh! Aaaaaahhhhhhhh! Creo que ni cuenta se había dado que tenía la verga adentro por el gran orgasmo que tenía, solo continuaba meneando su cadera rapidísimo, queriendo arrancarme la verga para comérsela con la vagina. En ese momento Lizeth empezó a exclamar suavemente: ¡Me vengo Ely! ¡Me ven….. me estoy viniendooooo! Aaaaahhhhhyyy! Aaaaahhhhhyyy! Aaaaaaahhhhhhhyyyyyyyyy! Sujeté con mi mano la cabeza de mi esposa y la empujé para que continuara comiendo la concha de Lizeth. Ahí se dio cuenta de que yo ya tomaba parte de la acción. Lizeth gritaba mientras tenía otro orgasmo: ¡No pares Ely! No pares que me vengo de nuevo! ¡Sigue mamacita! Aaaaahhhhhyyy! ¡Come mi concha! ¡Cómeme toda! Aaaaahhhhhyyy! Así, así métele toda la lengua! Aaaaahhhhhyyy! Aaaaaaahhhhhhhyyyyyyyyy! ¡Que rico! ¡Que rico! Aaaaaaahhhhhhhyyyyyyyyy! En ese momento sentí como la lengua de Lizeth lamía mis huevos y regresaba para lamer el clítoris de mi mujer. Eso provocó el inicio de otro orgasmo en Ely, otra vez tenía una verga adentro mientras le comían el clítoris. Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh! Aaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhh! Mientras Elia se venía, retiró su boca de la concha de Liz y se concentró en sentir las arremetidas de mi verga. Mientras esto pasaba, Lizeth se apartó un poco de nosotros y mientras observaba como me cogía a Ely se estaba masturbando con frenesí. Seguí bombeando a mi mujer, Ely terminó su orgasmo y se dio cuenta que Lizeth aún se masturbaba. Me dijo que no fuera a eyacular sin antes cogerme a Lizeth, pues lo justo era que también ella sintiera la verga adentro. Eso fue como música para mis oidos, dejé de cogerme a Ely, diciéndole: Claro, nada más que primero quiero probar ese coñote que se ve muy sabroso. Lizeth abrió sus piernas lo más que pudo, y levantó sus rodillas ofreciéndome su jugosa conchita. Pasé cuidadosamente un dedo alrededor de su vulva y ano. La cantidad de líquidos en su vagina aumentó. Cali - alcanzó a decir Lizeth- siento que estoy como flotando o volando, que rica sensación! Movía sus caderas hacia arriba y hacia abajo muy lentamente y había abierto aún más sus rodillas sujetándolas con sus manos y despegando los pies de la cama. Era lo más que podía aguantar, me hinqué. Mi cara quedó enfrente de su vagina, acerque lentamente mi cara a su sexo y con la lengua trate de recoger los líquidos que salían de su vagina. Después de algunos lengüetazos, me retiré un poco para ver cual era la reacción de Lizeth. - Sigue Cali! ¡Por favor no pares! ¡Se siente muy rico! Sigue por favor! Yo procedí a acostarme en la cama y le dije: Mámame la verga! Rápidamente Lizeth se puso sobre mí, hicimos el 69 también. Inmediatamente Liz se metió mi verga en la boca y le dio varias mamadas para luego decir: ¡Que rica verga! ¡Que rica! Con esto, puse mis manos sobre sus nalgas, las cuales abrí lo más que pude y empecé a pasar mi lengua por todos lados. El movimiento de caderas de Lizeth aumentó, ahora emitía un gemido tras otro. Era evidente que se acercaba su orgasmo. Continué besando y pasando mi lengua por su ano y su conchita. Metí mi lengua en su vagina y hacia círculos con ella dentro de su canal vaginal. Localicé su clítoris y empecé a lengüetearlo haciendo círculos también. Le mordí muy despacito los labios de su vagina, y me tragaba todos los líquidos que ella estaba soltando. Ella seguía gimiendo y suspirado. - Que rico, Cali! ¡No pares cabrón! ¡sigue, sigue cabrón! ¡Me estoy viniendooooo…. Aaaaahhhhhyyy! Aaaaaaahhhhhhhyyyyyyyyy! Al escuchar esto, imprimí más fuerza a la mamada que le estaba dando. Le pasaba la lengua desde dentro de la vagina hasta el ano y regresaba. Hubo un momento en que mientras introducía mi lengua lo más profundo que podía en su conchita hice presión con mi nariz sobre su ano, ella empezó a hacer círculos con su cadera al momento que decía: - Me vengo otra vez cabrón! ¡No saques tu lengua que me estoy viniendo, no la saques! Aaaaahhhhhyyy! Aaaaaaahhhhhhhyyyyyyyyy! Aaaaahhhhhyyy! Por supuesto que no la saqué, al contrario trataba de meterla más y hacia los círculos lo más grande que podía. Cuando terminó su orgasmo, me senté recargando mi espalda sobre la cabecera de la cama. Le enseñe a Lizeth mi verga que seguía durísima. Ella me montó, se metió mi verga y puso sus tetas muy cerca de mi boca, yo chupe sus pezones muy lentamente, les di suaves mordiscos, cuando hacía esto, Lizeth se retorcía y emitía fuerte gemidos, noté que sus senos eran muy sensibles y la calentaban muchísimo. Le mamé los senos apasionadamente. Lizeth se movió sobre la verga, la cual entraba y salía sin ninguna dificultad. Empezó a hablar: Ay cabrón! ¡Que rico me coges! ¡Otra vez me voy a venir! Sentí como mi verga era aprisionada por su sexo. La cabeza de mi verga sentía la fuerte presión de su vagina. Las contracciones de su vagina por el nuevo orgasmo, provocaban una sensación increíble en mi verga. Era realmente sabroso, tenerla ensartada así. Se quejó placentera y largamente Aaaaaaahhhhhhhyyyyyyyyyaaahhhhhh! Terminó su quejido, pero su vagina seguía contrayéndose. Yo seguía metiendo y sacando la verga, sentía que me venía, pero yo no quería terminar. Lizeth levantó su cabeza, y la echó hacia atrás, creo que estaba a punto de tener otro orgasmo. Incremento nuevamente el movimiento de su cadera, ahora hacia adelante y hacia atrás, de manera coordinada con las embestidas de mi verga. – Así Aaaaaaahhhhhhhyyyyyyyyy! ¡Así cabrón! ¡síguele Cali, síguele! ¡Vacíame! ¡Vacíame! ¡Vacíame cabrón! Exclamó un fuerte gemido, al mismo tiempo que su vagina se contraía fuertemente apretando otra vez mi verga, empecé a eyacular. Al sentir los espermas por dentro, nuevamente hubo otra exclamación, seguida de una contracción de todo su cuerpo. Yo seguía viniéndome, fue una eyaculación realmente larga y abundante. Nos estábamos viviendo al mismo tiempo. Los espermas empezaron a salir de su vagina y aún mi verga no perdía su erección. Después de unos momentos. Lizeth cayó sobre la cama desfallecida. Yo también me tiré sobre la cama. Todavía me parecía un sueño lo que acababa de ocurrir. Que increíble venida había tenido. Me sorprendió la cantidad de leche que tiré. Por su lado, Lizeth, comenzó a abrir los ojos y dijo muy quedito: que rica cogida me diste Cali, nunca había tenido unos orgasmos como estos. Sin decir nada, masturbé mi verga y se la enseñe a mi mujer, quien estaba dedeandose fuertemente el clítoris, le pedí que se sentara sobre la verga. Cosa que hizo rápidamente, Elia se movía como loca encima de la verga porque ya casi tenía su orgasmo. Su cuerpo se estremeció, se sacudió y un fuerte gemido indico que su orgasmo había llegado. Aaaaaaaahhhhhhhhhhh! Uuuuuyyyyyyyyyhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhh! Uuuuuyyyyyyyhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhh!

Alcance a decir: - Me voy a venir otra vez, me voy a venir. Esperate - dijo mi esposa- lo justo es que las dos compartamos tu leche. Échanos la lecha a las dos. Me puse de pie en la cama, y ellas se colocaron enfrente de la verga, mientras una le daba pequeñas mamadas, otra me acariciaba los huevos. No puedo más - les dije - ahí va, ahí va! Colocaron sus caras frente a la verga y varios chorros de esperma salieron cubriendo su cara, su boca, su pelo y escurría por sus pechos. No creí que fuera a expulsar tal cantidad de leche. Pues supuse que ya había tirado mucha en la eyaculación anterior. Terminé y me tumbé a la cama. Ahí quedamos los tres, completamente satisfechos y agotados. Nadie decía nada. Creo que no queríamos pensar sobre lo que había pasado. Finalmente, quien rompió el silencio fue mi esposa. - Disculpen, no se que pasó, de momento estuve envuelta en esta situación y no pude detenerme. Estoy muy apenada.

  • Creo que no tenemos que disculparnos - dije- se dio la situación, y todos lo gozamos. Creo que somos adultos y debemos aceptarlo como un hecho de adultos y ya.

Lizeth seguía sin decir nada, solo asentía lo que decíamos. Finalmente, nos abrazó y nos dijo: los quiero mucho a los dos. Así continuaron esas vacaciones, a veces íbamos al cuarto de Lizeth o ella venía al nuestro. Ahora ella ya no está. Esperamos que haya encontrado con quien desquitar todo el calor que lleva dentro.

V

Después de la fiesta de Cristina, la amistad de Gloria y Ely se hizo más intima. Se veían para ir de compras, tomar un café, ir a la estética, pasar largas horas conversando, etc. Definitivamente Gloria tiene más edad que Elia, es mayor por lo menos diez años. Sin embargo, se ven de la misma edad a consecuencia del cuidado y los ‘tratamientos corporales’ de Gloria. Al menos dos veces ha visitado al cirujano plástico, para aumentar su ‘boobies’ y ‘mejorar’ la nariz. A mi juicio, no era necesario. Según Ely, los senos los agrandó para equilibrar el tamaño de sus grandes caderas. Fue muy notorio el aumento de sus senos después de la operación. Gloria es una mujer guapa, no es rubia pero los tintes hacen que lo parezca, tiene ojos color miel, es alta de complexión media y por su estatura se ve delgada, de piel blanca con pecas en los hombros y pecho, Siempre viste elegante, con vestidos cortos, escotados, muy pegados a su cuerpo y zapatillas. Proviene de una familia de empresarios ricos, del mismo círculo social de su marido. Si otra persona, diferente a Elia, me hubiera contado lo que pasó la noche de la fiesta de Cristina, no le hubiera creído nada. Gloria siempre tan educada, culta, refinada y tan necesitada de verga! Imaginar lo que me contó Elia, me ponía caliente. Que bueno que puede y tiene $$$ con que satisfacer sus necesidades. Creo que tengo envidia por esos cabrones que se cogen a esa mujer exuberante, realmente bella, y todavía reciben dinero. Yo me la cogería las veces que quisiera sin cobrarle, gratis todo! En una ocasión en que retomamos este tema mi esposa y yo, le pregunté:

C: Te imaginas Ely, ¿Cuántas mujeres estarán deseosas de gozar como Gloria lo hace?

E: Esperate Cali¡– me respondió- si te refieres a que te cojan dos vergas al mismo tiempo, quizá muchas. Si te refieres a pagar para que te cojan, muy pocas. Pagar por sexo, es más de los hombres, la mayoría de mujeres no llegamos a tanto. Esto de Gloria, es algo especial. Su marido no la atiende nada de nada. Te imaginas que tuviera una verga permanente, más tardaría en cogérsela en dos ocasiones, que en saberse en su circulo de amigos. Te imaginas el desmadre que se armaría con su marido, sobre todo ahora que quiere ser senador.

C: Pero el club es un lugar público!

E: Bueno, lo que no te dije es que la mayoría de las mujeres eran extranjeras, ‘spring-breakers’que vienen a hacer su desmadre aquí y otras mujeres eran de igual o más edad que tu abuela

C: ¡Órale! Mi abuela no te ha hecho nada

E: Es un decir, eran mujeres maduras solventes económicamente. ¿Tú crees que cualquiera se gasta mil quinientos dólares en un rato? No! Además, entre nosotras, hay un acuerdo no hablado, ‘si te vi, ni me acuerdo’, de pendejas hablamos de nuestras loqueras. Te lo conté a ti porque compartimos todos los secretos ¿o no? ¿O hay algo tuyo que yo no sepa?

C: Claro que no, como crees! Pero oye, ¿si me pongo a trabajar de strepper…..

E: Cabrón! Nos vamos a morir de hambre, ni quien pague un peso por ti!! Jajajajajajajajajajaja, nos carcajeamos por un buen rato.

Una semana después, mientras nos preparábamos a dormir, Elia me habló con su cara muy seria:

E: Cali, necesitamos tu ayuda!

C: ¿Necesitamoooooos? ¿Tú y quién más?

E: Bueno, Gloria necesita que la ayudes. En realidad me pidió la ayuda a mí, por ser su amiga, pero yo te he involucrado.

C: Ah! Chinga’! ¿Ayudarle en qué?

E: Mira, su marido hará una comida a amigos y políticos de su confianza

C: Oye! yo ahí no puedo ayudar, de política sé lo mismo que de aeronáutica espacial

E: Esperate! Déjame terminar, el evento será en un hotel, Gloria no tiene deseos de asistir, pero esta obligada a ir por compromiso social. Ella no quiere pasar el tiempo sola y aburrida, mientras Ernesto se emborracha con sus amigos. Así que también va a ir tu sobrino para que la acompañe.

C: ¿Mi sobrino? ¿Cuál sobrino?

E: Tú sobrino Gabriel

C: ¿Gabriel? ¿Gabriel? Mmmmm… ¡Pues no recuerdo a ningún Gabriel!

E: Jajajaja Jajajajaja Jajajajajajajaja, es que Gabriel es el nombre real de ‘Aramis’ el stripper que fue a la fiesta de Cristina, ¿recuerdas?

C: Ay cabrón! A ver! Explícate bien por favor.

E: Gabriel estará aquí en la casa cuando Gloria y su marido pasen por nosotros. Tú tienes que presentar a Gabriel como sobrino tuyo, quien nos visita de Los Ángeles, California. Eso es todo.

C: No, no es todo! Explícame como es que estará yendo a la comida este cabrón.

E: No hay más que explicar, Gloria lo quiere como ‘caballero de compañía’, pero no puede llegar descaradamente con el, es como si

C: Ya! Ya entendí, está bien las ayudaré….

E: Gracias mi amor, yo sabía que no me podías fallar – dando dos besos ¡muack! ¡muak!

C: A ver sino se hace un desmadre.

E: No! Claro que no! Ya lo verás!

En la fecha indicada, como a medio día llegó Aramis a la casa, quiero decir Gabriel. Era un tipo bien parecido, muy bien vestido, tal como lo describió Ely. Me saludó con humildad: - Buenas tardes señor, soy Gabriel. Que tal, pásale muchacho – le respondí- siéntate donde gustes. ¿Te ofrezco algo de beber? No señor, gracias – me contestó. Señor quiero agradecerle…. Nada de señor! - le interrumpí – soy tu tío! Esta bien …tío, gracias de verdad gracias – dirigiéndose a sentar en la terraza. Lo invite a pasar a la casa, su forma de caminar no fue orgullosa ni con esos aires de muy macho, la verdad, contrario a lo que pensé que sería su comportamiento. Mientras platicamos de diversas cosas, calculé que tendría poco más de 20 años de edad, por su tono de voz y plática me pareció sincero. Media hora después, llegaron Gloria y Ernesto. Fue inevitable para mi, comparar a Ernesto con Gabriel, que diferencia! Ernesto vestía un traje verde pizarra, algo brillante, con una corbata azul celeste y lentes oscuros. Caminaba de una forma que parecía que el suelo no merecía ser pisado por él. Seguramente el saco de su traje cerraría con mucha dificultad por el abombado abdomen. A su lado, la siempre elegante y hermosa Gloria, con sombrero blanco de ala ancha que combinaba perfectamente con su vestido amarillo y altas zapatillas. Su maquillaje perfecto, su caminar sensual y una sonrisa radiante. Su cara expresó felicidad cuando vio que Gabriel esperaba en la sala. Honestamente envidié a Gabriel, ¡mira todo lo que te andas cogiendo cabrón! – pensé.

C: Que tal Ernesto! Gloria! ¿Cómo les va? - besé a Gloria y olí la esencia de su delicado perfume.

E: Muy bien Calixto, muy bien! ¿Y a ustedes?

C: No nos podemos quejar! Siéntense por favor. Ely no tarda en estar lista.

E: ¿Y este joven?

C: Perdón, Ernesto, por no presentarlo. Es mi sobrino Gabriel, quien nos visita de Los Ángeles.

G: Mucho gusto señor. – dándole la mano a Ernesto.

E: ¿De qué parte de los Ángeles eres muchacho?

G: De Anaheim, señor.

E: Aja! Conozco un poco California. Seguido voy a San Francisco.

E: Hablas muy bien el español…..

G: Es que mi madre es mexicana…...

C: Sí, Carolina, su madre ...es mi media hermana…. hija del primer matrimonio de mi padre.

Elia estuvo lista! Wow! Vestía un vestido blanco corto ‘strapless’ muy pegado a su cuerpo, el sombrero, las medias y las zapatillas eran las adecuadas. Estábamos listos para salir. Gloria me pidió ocupar el asiento delantero de la camioneta, en el asiento trasero se acomodaron ellas con Gabriel en medio. Gloria quedó detrás de Ernesto. Platicamos todo el camino de cosas sin importancia, ahí Ernesto nos hizo saber que tendría que retirarse temprano, pues saldría a Miami a finiquitar algunos negocios. Durante el trayecto, yo eventualmente volteaba para dirigir la charla hacia ellas, note que Gloria le iba sobando el paquete a Gabriel. ¡Como quise ser yo el que se encontraba en medio de esos viejorrones! Sentí la mano de Gloria en mi verga. ¡Pura ilusión desde luego!

La comida tuvo lugar en un hotel, había muchas mesas circulares y una principal grande al fondo del salón. Nos sentamos en una cercana a la mesa principal. Conversábamos sobre la política, economía, etc. Gloria fingía muy bien su papel y en ningún momento le puso atención a Gabriel. Llegó a la mesa Pedro Martz, un amigo cercano de Ernesto, acompañado de su esposa y su hija Tania. Saludo a Ernesto con un fuerte abrazo. Después de los saludos y las presentaciones, tomaron su asiento. Tania inmediatamente ocupó un lugar cercano a Gabriel y no pudo ocultar su interés por él, tomando la iniciativa para platicar. Tania, era una muchacha de cara simpática, de senos pequeños y un culo sensacional. Si compitiera contra Gloria y el criterio para ganar la competición fueran las nalgas, yo como juez, en una muy difícil decisión le daría el gane a Tania. Gloria se molestó por esta situación. Gabriel dándose cuenta de la seriedad de Gloria, se disculpó para ir al sanitario. Ernesto se levantó para ir a saludar a los invitados mesa por mesa, ya saben el ritual político. Cuando Gabriel regresaba, fue llamado por Ernesto, quien lo presentó a otras personas, dejando su brazo sobre el hombro de Gabriel en señal de camarería, después Ernesto lo jaló un poco para separarlo del grupo y platicó brevemente con Gabriel. El muchacho siempre sonriente, meneaba su cabeza diciendo no. Llegó a la mesa y sutilmente ocupó el lugar de Ernesto. ¿Todo bien?- le pregunté. Todo bien tío – me respondió. Ernesto se dirigió a la mesa principal junto con otros políticos, después de varios discursos, sirvieron la comida e inició el baile. Me levanté a bailar con Elia, no sin antes hablar fuerte, para que Pedro Martz oyera, y le pedí a Gabriel por favor invitar a la señora Gloria a bailar ya que Ernesto departía en la mesa con otros políticos. Pasamos un buen rato divirtiéndonos, hasta que llegó Ernesto para decirnos que tenía que ir al aeropuerto. Lo fuimos a dejar, yo regresé manejando con Elia en el asiento del acompañante. Tan pronto dejamos el aeropuerto, Gloria se abalanzó sobre Gabriel, lo besaba, le acariciaba el paquete y le bajó el cierre del pantalón, sacó su verga, comenzó a masturbarlo y mamarle la verga, se escuchaban las mamadas que daba Gloria, la mamaba con desesperación, con urgencia. Ely iba muda, con la respiración muy agitada observando todo, sin perder detalle. El jodido era yo, quería mirar a Gloria como mamaba la verga, pero tenía que mantener la atención manejando. Gloria se levantó un instante con mucha saliva en la boca. Ves ese motel allá – me dijo. ¿El Edén? – le pregunté. Sí, ese, mete el carro ahí por favor! – me pidió. Me quedé con cara de interrogación dirigiéndome a Ely, esperando que me dijera que hacer. Ella un poco confundida, dijo: pues entremos, hay que entrar. Observé que su cara estaba enrojecida, señal de estar excitada.

El cuarto era muy amplio alfombrado, con un sofá, cama ‘king size’, baño, jacuzzi, espejos y música. Ya en la habitación, Gloria y Elia se sentaron en el sofá y pidieron que bailáramos para ellas. Me negué, para no hacer el ridículo bailando al lado de Gabriel, me senté en medio de ellas. Gloria ordenó bailar a Gabriel, quien inició sus movimientos sensuales, fue quitando su ropa hasta quedar desnudo, siguió bailando balanceado su miembro que se encontraba medio erecto. Gloria y Elia respiraban con dificultad, sus ojos seguían el movimiento de la verga del bailarín. Repentinamente sentí la mano de Ely sobre mi verga, la sobaba mientras con la otra se acariciaba los senos por dentro de su vestido. Gloria con las piernas abiertas y el vestido arriba, tenía la mano en su sexo acariciándolo suavemente. Yo me desabroché el pantalón y bajé el cierre para que Elia tomara mi verga. Ely continuaba masturbando mi palo y estimulándose las tetas sin quitar la vista de Gabriel. Gloria juntó sus piernas he hizo su pecho hacia delante al momento que introducía la mano a su sexo por debajo de su panty. Después volvió a recargarse y abrir sus piernas. Por los movimientos en su panty, se notaba que metía y sacaba un dedo de su vagina. Su otra mano la dirigió a mi verga. Me pareció un sueño; ahí estaban esos dos bombones agarrando mi verga. Ely puso su mano en la base de mi miembro y Gloria tomaba principalmente la cabeza, lo hacían despacio, al ritmo de los movimientos del strepper, quien ahora presentaba una erección completa. Yo moví mi mano derecha hacia el seno de Gloria y lo acaricié, su cuerpo ahora se retorcía. Pasé mi mano a su espalda y busque el cierre de su vestido, lo bajé, y también desabroché su brassier. Ella cooperó y sacó los brazos de su vestido para que sus tetas quedaran libres. ¡Que tetotas! Mi mano cubría solo una porción de su seno, me valió madre que tuviera implantes, ni se notaban. Las acaricié, les pellizqué suavemente sus pequeños pezones, Gloria aumentó la velocidad con que se dedeaba. Ely se bajó su strapless junto con su sostén, sus tetas estaban muy turgentes con sus grandes areolas muy inflamadas, yo puse saliva en mi mano izquierda y la embarre cuidadosamente en una de sus areolas, Ely exclamó un leve Uyy! Sus areolas son muy sensibles. Gloria con la mano llamó a Gabriel, quien se paró cerca de nosotros, Gloria le agarró la verga para masturbar las dos vergas al mismo tiempo. Elia estiró su brazo buscando también la verga de Gabriel, las dos tenían la mano en el cuerpo del miembro de Aramis y sobraba la cabeza, era grande esa verga. Yo tenía la verga durísima, Gloria lo notó, dijo con acento que demostraba su gran excitación: Ely que verga tan dura tiene tu marido! Ely solo cerró los ojos, y apretó más fuerte mi verga. Unos momentos después, acerqué mi boca para besar a Ely, ella también buscó la mía, en eso oí que Gloria dijo: cógeme! Ella se levantó y se paró delante de Gabriel, se agachó poniendo sus manos en mis muslos, él le bajó el vestido y su panty para penetrarla inmediatamente. Por el grito que dio Gloria sin duda disfrutó la penetración Aaaahhhhhhhh! Aaaayyyhhhhhhhh! Gloria buscó con su boca mi verga, sin quitar sus manos de mis muslos, se la metió toda en la boca, la metía y sacaba apretándola muy fuerte con sus labios. Dejó la cabeza de mi verga dentro de su boca y movió su lengua rapidísimo, desesperada. Yo dirigí mi mano al sexo de Ely, lo tenía mojadísimo, mis dedos se deslizaron fácilmente entre su piel y su tanga, identifique fácilmente su grande clítoris y lo estimulé con movimientos circulares de mis dedos, con los cuales tomaba líquidos vaginales de Elia y los ponía sobre su clítoris para hacerlos más resbalosos. Elia me dijo al oido tomando mi cabeza con sus manos. Mámame las tetas por favor Cali! Obedecí inmediatamente. Se las mamé como a ella le gusta, pasando la lengua por sus areolas y dando mordiditas a todo su pezón, empezando desde la parte externa de la areola. Que sensación tan rica tuve, mamando las tetas y dedeando el clítoris de Elia, mientras Gloria me mamaba la verga con desesperación. El orgasmo de Ely no se hizo esperar. Aahhhhhh, Aaaaahhhhh Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Aaaaaayyyyyyyyhhhhhhh! Aaaaaaayyyyyyyyyyhhhhhhhhhh! Casi al mismo tiempo Gloria tuvo el suyo. Mmmmmmhhhhhh! Mmmmmmmhhhhhhhhh! Mmmmmjjjjjjjjjjjaaaaaaaaaahhhhhhhhhhh! Ely me miró, con voz tímida y tono excitado me exigió: ¡Quiero mamar la verga de Aramis! Adelante- le dije. Aramis ven por favor! – le llamó. El strepper se dirigió hacia Ely, se paró frente a ella ofreciéndole su verga. Elia la tomó con las dos manos, la masturbó despacio pero firmemente, la llevó a su boca, le dio varios besos a la cabeza, dejó marcados sus labios con la pintura labial en la cabeza de la verga. Con la lengua la recorrió toda con cuidado y la fue introduciendo lentamente, saboreado cada centímetro que se metía. Dejó una mano en la verga, pues lo demás ya lo tenía dentro de la boca e inició el mete y saca de su boca, mientras con una mano masturbaba la verga y con la otra acariciaba los huevos de Gabriel. Que escena tal caliente para mi, pensé que me iba a venir al estar viendo a Ely meterse esa vergota en la boca. La sacó de su boca y puso su lengua en la base de la verga, que grande verga! Era de la extensión de la cara de Elia, llegaba hasta su frente. Elia le dio lengüetazos a toda la verga, para nuevamente tratar de meterse lo más que podía. La masturbaba con la boca. De repente, Ely gritó al momento que un chorro de semen salió de su boca, Gabriel retiró un poco la verga y otro chorro se estrelló contra la cara de Ely. Ella buscó con la boca el miembro de Gabriel, quería sentirlo venirse dentro de su boca. Después agarró la verga y así con la cabeza humedecida por su saliva y algunas gotas finales de semen, recorrió sus areolas dándoles masaje con la verga. Siguió masturbando la verga de Aramis con la mano, y nuevamente la volvió a meter a su boca.

Gloria y yo observamos mudos la mamada de Ely. Gloria reaccionó y tomó mi mano, me jaló para ir a la cama. La seguí, Gloria se recostó en la amplia cama, con el rostro gritaba la necesidad de verga. Mientras yo me desnudaba me fijé saboreando los detalles de su cuerpo, así acostada, sus grandes senos se mantenían firmes con los pezones erectos, en el pecho tenía numerosas pecas, su abdomen plano, una delgada hilera de vellos rubios partía desde sus labios vaginales hasta cerca del ombligo, sus bien formadas piernas se veían lisas y suaves, parecían de porcelana. Riquísima, sí, así riquísima se veía Gloria. Terminé de desnudarme y me recosté junto ella besándole cerca de la oreja, dándole pequeños besos bajé mis labios buscando su boca, la besé con cuidado y ternura, chupando y mordiendo suavemente sus labios, ella se dejó hacer. Seguí besándole, mientras mi mano acariciaba sus tetas. Regresé a besar su boca, ella me ofreció su lengua, la tomé delicadamente con mis dientes y la recorrí toda con mi lengua. Nuestras lenguas juguetearon, se entrelazaron, iban de una boca a la otra, se acariciaban mutuamente. El sabor de su saliva era embriagante, nos besamos muy apasionadamente por no se cuanto tiempo. Cuando quise besar su pecho, ella me detuvo y me dijo: bésame! Por favor bésame! La besé con más intensidad y pasión, me olvidé de sus senos y con mis manos tomé su cabeza y su cara para seguirle besando. Ella comenzó a gemir, aumentando la duración de sus gemidos. Mmhh! Mmhhh! Mmmhhhhhh! Mmjjjjjjjjaaaahhhhhhhhh! Ella tomó con sus manos mi cabeza, para presionar mi boca contra la suya, mientras todo su cuerpo se sacudía y temblaba por su fuerte orgasmo. Mmhhh! Mmmhhhhhh! Mmjjjjjjjjaaaayyyyyyy! Yo seguí besándole y después mi boca recorrió su cuello besándole y dando suaves mordiscos. Pasé mi lengua atrás de sus orejas e introduje la punta de mi lengua en su oido. Gloria seguía viniéndose. Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Busqué con mi mano su sexo y lo acaricié suavemente, su orgasmo se prolongó. Mmmhhhhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjjjjaaaahhhh! Mmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Me abrazó muy fuerte y yo a ella, me parecía increíble que ella hubiese alcanzado el orgasmo con besos y caricias. Su cuerpo daba las últimas sacudidas. Dejó su barba sobre mi hombro y aún abrazándome dijo en tono suplicante: ¡Hazme tuya Cali! ¡Por favor hazme tuya! Cerré mis ojos y pensé rápidamente: entendí que ella no estaba urgida de verga, lo que ella realmente necesitaba es que alguien le hiciera el amor. La besé nuevamente, puse sus brazos por arriba de su cabeza y besé todo su rostro, me detuve en su boca para juguetear con nuestras lenguas, fui a su cuello, con más serenidad, aspiré el aroma de su perfume, capté un olor exquisito en su cuello diferente a su perfume, era un olor del cual no puedo explicar con palabras, esa misma sensación me había ocurrido con Elia muchas veces, debo aclarar que tampoco se trataba de sudor, era ese olor propio de mujer, que me embota los sentidos y hace sentirme en otra dimensión. Bajé besando, de su cuello hacia su pecho, dirigí mi boca a sus senos besándolos y mamándolos suavemente, coloqué mi cara entre sus tetas, junté sus tetas e inspiré para percibir nuevamente ese olor del que he hablado, besé rodeando todos sus senos y llevé mi lengua hacia su axila, lamí ahí, aspirando al mismo tiempo su perfume y ese, su olor de mujer, pude diferenciarlos claramente, trataba de absorberlo. Gloria gemía nuevamente. Mmhh! Mmhhh! Mmmhhhhhh! Hice de lado a Gloria para besar su nuca, su espalda, las recorrí completamente besando, lamiendo y mordiendo muy suavemente, Gloria se dejaba hacer, retorcía un poco su espalda y su cuerpo según las sensaciones de mis caricias. Continué besando la parte baja de su espalda, sin olvidar sus costillas y su delgada cintura. Así llegué a sus glúteos, que suaves eran! los bese, lamí y mordí saboreándolos, llevé mi lengua al surco de sus nalgas, lamí con mi lengua arriba y abajo descendiendo cada vez más hacia sus partes íntimas. Con mis manos separé las nalgas de Gloria y de momento mi lengua se encontró en su ano. Lo lamí haciendo círculos con mi lengua, lo dejé, porque Gloria levantó su pierna y ahí apareció nuevamente ese intenso olor emanando del sexo de Gloria, restregué mi nariz contra su sexo llenándome del olor, de sus líquidos vaginales, quise beberlos, con mi lengua los juntaba y los bebí todos, continué succionando la vagina de Gloria para beber más de sus jugos, quería beber su exquisito olor e impregnarme todo de él. Sentí sus manos sobre mi cabeza mientras me decía: Así! Así! Mmmhhhhhh! Bésame así! Soy tuya mi amor! Mmmhhhhhh! Mmmhhhhhh! Soy tuya Cali! Me vengo! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjjjjaaaahhhh! Mmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Me estoy viniendoooooo! Que ricooooo!!! Mmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Nuevamente me suplicó: Hazme tuya! Cali hazme tuya! Me incorporé, ella seguía acostada de lado, levanté un poco su pierna derecha con mis manos y flexione su rodilla hacia su abdomen, quedó su sexo completamente expuesto, jugoso, con sus labios muy hinchados, monte su pierna, la que se mantenía extendida sobre la cama, y coloque la punta de mi verga en la entrada de su vagina. Mi verga se veía retadora, descomunal, embravecida, con las venas grandísimas, lentamente, muy lentamente la fui haciendo mía, le metí la cabeza poco a poco, despacio, gozando y sintiendo el calor de su vagina en mi verga. Ella inmóvil, con sus ojos cerrados y su respiración muy agitada, presionando una almohada contra su pecho. Pasé mis dedos por su sexo, untándoles los jugos de Gloria y los embarre en mis fosas nasales, quería olerla mientras la poseía, su olor fue como un golpe en mi cerebro, me perdió, mientras me concentraba ese olor tan rico, mi cadera se hizo hacia delante metiéndole toda mí verga a Gloria, ella gritó con placer: Mmhhayyy! Mmhhayyy! Saqué la verga y la volví a meter, aumentando la velocidad en cada metida. Mi mente seguía perdida en su olor, tome más líquidos y los lleve a mi boca. Me deleité con sus jugos, al igual que gozaba con su sexo. La vagina de Gloria apretaba y soltaba mi verga, que delicioso se sentía, puse mis manos en su cintura y la jale hacia mi, en cada metida la jalaba hacia mi. Los gemidos de Gloria se hicieron más sonoros: Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjjjjaaaahhhh! Mmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Me agaché ligeramente sobre ella, sin interrumpir el movimiento de mi cadera penetrándola una y otra vez, acaricié todo el cuerpo de Gloria con mis manos, toqué su abdomen y sus nalgas sintiendo la suavidad y tersura de su piel, acaricié sus pechos y su espalda sobándoles, puse una mano sintiendo como mi verga entraba y salía de su sexo y juguetié con su sexo. Mojé otra vez mis dedos y los llevé a mi nariz inhalando profundamente para llenarme nuevamente de su olor. Sobé su ano con un dedo mojado con sus jugos. Esto enloqueció a Gloria, empezó a retorcer todo su cuerpo con movimientos rápidos y bruscos Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjjjjaaaahhhh! Me estoy viniendo Cali! Me vengo mi amor! Máááássss! Mmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjjjjaaaahhhh! Mmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Sentí pequeños golpes en las sienes de mi cerebro, señal que mi eyaculación ocurriría pronto, recargué mi cuerpo contra el suyo al tiempo que deposité una gran descarga de semen dentro de Gloria. Ella continuaba en ese estado de orgasmo tras orgasmo. Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjjjjaaaahhhh! Uuuuuyyyyyy! Mmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Gloria movía muy rápido su cadera hacia delante y atrás, queriendo beber con su vagina el semen que le arrojé. Seguí y seguí viniéndome, mientras mordía muy suavemente el hombro de Gloria. Terminé, dejé mi verga ahí dentro, sintiendo como su vagina se contraía cada vez más débil hasta quedar completamente relajada, lo mismo pasó con mi verga, se puso flácida. Gloria, con sus ojos cerrados, respiraba profundamente descansando por el esfuerzo realizado. Me acosté junta a ella, sin poder pensar claramente, todavía confuso por la venidota que tuve y mareado por el olor de Gloria. Mire a Ely y Gabriel, de quienes me olvide por completo mientras me cogía a Gloria.

Ely seguía mamando esa vergota, tenía sus ojos cerrados y alternaba mamadas con movimientos muy rápidos de su lengua sobre la cabeza de la verga. En un momento dado, Ely se levantó, removió su vestido, sostén y tanga quedando únicamente con su corto liguero sosteniendo sus medias blancas y en zapatillas. Caminó hacia la pared, subió sus brazos extendidos lo más alto que pudo y descansó las palmas de sus manos en la pared, abrió sus piernas y al mismo tiempo paraba su cola, sacando hacia atrás su sexo. Se podía ver la vulva completa de Ely, toda mojada, escurriendo líquidos, sus grandes labios vaginales estaban muy crecidos y rojos, hambrientos, queriendo devorar verga. Su ano parecía abrirse y cerrarse por las contracciones de su vagina. Voltió su cara un poco y cerró sus ojos, esperando ser penetrada. Gabriel sabía que hacer, caminó hacia ella, flexionó sus piernas un poco, detrás de ella, y puso la punta de su verga en la entrada de Ely. Con sus manos tomó a Ely por su breve cintura e hizo descender la cadera de Ely para que sus labios vaginales engulleran su verga. Aramis, con sus manos, levantaba y bajaba la cintura de Ely, penetrándola lo más profundo. Ely movía su cabeza gimiendo: Aaaaahhhhhh!, Aaaaaaahhhhh! Aaaaaahhhhh! Elia estiró una pierna para subir su pie sobre el buró de la cama, y ella empezó a subir y bajar sus nalgas. Aramis, se quedó estático, solo poniéndole la verga para que Ely se diera sentones metiéndosela toda. Ella dio gritos de placer. Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Ver como Ely se cogía a esa verga, hizo que mi miembro se pusiera erecto otra vez. Me masturbé a baja velocidad, viendo como Ely se metía toda la verga. Gemía y gritaba: Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Métemela mas! Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Métemela mas! Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Me vengo, Me vengoooo! Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Quiero más verga! Quiero más verga! Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Aramis le reclamó cerca de su oido: ¡Pero si la tienes toda adentro! Quiero más!- le respondió Ely - Quiero más verga! Quiero otra verga más! Se salió de Aramis, y se dirigió hacia mi diciendo: Dame tu verga Cali, quiero sentir las dos vergas cogiéndome! Me coloqué sobre la orilla de la cama, y me acosté dejando mi verga parada para Ely, ella inmediatamente se agachó a mamármela, dejando su cola hacia arriba con las piernas separadas. Gabriel llegó por atrás de ella, separó sus nalgas y la penetró otra vez. Ely mamaba mi verga con desesperación, se la metía toda en la boca y meneaba sus nalgas hacia delante y atrás clavándose toda la verga de Aramis. En un momento, recostó su cabeza sobre mi abdomen, me masturbaba y dejó de moverse para sentir las arremetidas de Aramis. Le pregunte: ¿Así querías que te cogiéramos? Sí – me respondió. ¿Te esta gustando? Mucho- me contestó. Siento como entra y sale toda – me dijo- es muy grande! Volvió a mamarme la verga, hasta que empezó literalmente a aullar: Uuuuuuyyyyyyyyyy Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Uuuuuuyyyyyyyyy! Me estoy viniendo, no pares que me estoy viniendo! Uuuuuuyyyyyyyyy! Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Por favor, no me saques la verga que me estoy viniendo! Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Aramis sacó su verga al tiempo que arrojaba su semen sobre la espalda de Ely, siguió masturbándose echando todo sobre la espalda. Ely pasó su mano hacia atrás para estimularse el clítoris. Uuyyyyhhh! Uuuuuuyyyyyyyyyy! Aaaaaaayyyyyyyhhhhhh! Uuuuuuyyyyyyyyy! Ely regresó a ver la verga de Aramis, la cual se encontraba semierecta, la masturbó pero la verga no reaccionó, Ely dejó esa verga y dio un brinco para montarme, se metió mi verga, dio muchos sentones durísimos sobre mi verga. Ella quería apagar esa calentura que tenía, a como diera lugar. Seguramente sintió la diferencia de tamaño, pero no le importó, Ella quería verga todavía. Así me lo confirmó. Quiero más verga! Quiero más verga Cali! Gritó completamente caliente. Toma esta – le dije- al tiempo que tomé su cintura y levante mi cadera para meterle lo más que pudiera. Sí mi amor, dámela! Dámela! Todavía estoy caliente! Agachó su cuerpo sobre el mío, la besé, sin dejar de bombearla, nos besamos, la levante por sus hombros y besé y mordí sus pechos. Hice círculos con mi lengua en sus areolas, yo sabía que así se vendría rapidísimo. Su orgasmo no se hizo esperar. Aaaaaaaahhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh!

Levantó su cuerpo, para moverse con más libertad, se apretaba los pezones y continúo sus movimientos de cadera con la verga dentro, viniéndose prolongadamente. Aaaaaaaahhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaahhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Aaaaaaaahhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!

Pase mi mano hacia su culo, sentí el semen de Gabriel escurriendo en su espalda, y le sobe el ano, tal como a Ely le gusta. Su vagina se contrajo fuertemente al momento que yo eyaculé. Ely cayó sobre mi casi desmayada, su cuerpo temblaba por su orgasmo mientras mi verga seguía vaciándose en ella. Sus temblores disminuyeron de intensidad y así quedamos hasta que terminamos los dos completamente. Ely se arrojó sobre la cama para descansar. Yo mantuve mis ojos cerrados por un buen tiempo, cuando los abrí, mire a Gloria y Aramis. Ellos estaban boquiabiertos mirándonos sin decir nada. Gloria se acercó a mi y me dijo: Gracias! De verdad Gracias! Me dio un beso en la boca. ¿Gracias de qué?- le pregunte. Por esto, me hiciste sentir mujer otra vez- respondió.

Sonó un celular, Gabriel hizo por su teléfono. Tras una charla rápida, se dirigió a nosotros: Disculpen, me tengo que ir. Me llaman de la agencia…Pero ¿Cómo? – fue interrumpido por Gloria. Ya son seis horas señora –respondió Gabriel- una más de lo que acordó con la agencia. Yo quisiera quedarme con usted. De corazón me quedaría con usted, pero si no atiendo el llamado, tendré problemas con la agencia. La cara de Gloria se llenó de tristeza, de decepción. Gabriel tomó un baño y salió. Elia había quedado semidormida, yo preparé el jacuzzi y me sumergí en el pensando en la situación. Que cabrona es Ely! ¿Habría planeado todo esto con Gloria? ¿Me mintió Gloria cuando le pregunté si desearía a alguno de los streppers? ¿Cómo voy a seguir viendo a Gloria? No fue una simple cogida, ella se entregó a mi, me pidió hacerla mía! ¿Con que cara veré a su marido? He mencionado que no estoy de acuerdo con la infidelidad, pues todo se puede hacer con la comunicación adecuada. Vi nuevamente el rostro entristecido de Gloria mientras tomaba la ducha. Creí entender los deseos de Gloria, ella necesitaba sentirse amada, que la hicieran sentir mujer, que apreciaran las cosas bellas que posee. Gloria camino hacia mí, preguntándome: ¿Me puedo meter? Claro - le respondí. Nos sentamos separados, ella inició la plática:

G: Gracias Cali, que rico me hiciste el amor! hacía mucho que no tenía sexo como hoy – me quede callado escuchándola-- creo que solo con Arturo, mi ex marido – la miré con expresión de interrogación- sí, yo fui casada anteriormente y lo dejé deslumbrada por el mundo que me ofrecía Ernesto. ¿Y que pasó? tengo todo o puedo tener casi todo, mejor dicho. Sólo me faltan algunas cosas que no puedo tener: la amistad, amor, la pasión, el sentirse deseada, amada y el sentimiento de hacer feliz a mi pareja. Eso no lo tengo ahora. La verga, esa la puedo comprar a montones, pero no el amor ni la dicha -lagrimas escurrieron por sus mejillas – con Gabriel pensé que seria distinto. Pero mira, al primer telefonazo me abandona.

C: Discúlpame Gloria, realmente no se qué decirte.

G: No es necesario que me digas algo, con escucharme haces demasiado….

Fuimos interrumpidos por Elia, quien preguntó: ¿Y Aramis? Ya se fue- le contesté. Elia se unió a nosotros dentro del jacuzzi.

E: ¿Qué te pasa Gloria? ¿Estas llorando?

G: ¡Ay Ely!-le contestó Gloria- es por lo mismo que te respondí cuando me preguntaste que sentía ser cogida por los cabrones streppers. Ya sabes, lleno mis ansias de verga, pero quedan muchos vacíos en mí.

E: Pensé que Aramis se quedaría más tiempo.

G: Tal vez debí hacerle caso y decir a la agencia que lo quería las 24 horas. Pero no anticipé que fuera a pasar esto.

E: Se hubiera quedado el desgraciado!

C: Bueno, por que no lo ven desde este punto de vista: él tiene un compromiso con la agencia, cual sea y de la naturaleza que sea, él esta siendo responsable con ese compromiso, como lo sería con cualquier otro compromiso, eso quiere decir que si hace un compromiso contigo, va a cumplir.

G: Puede que tengas razón Cali. Él nunca ha aceptado dinero mío, solo el suficiente para pagar la comisión de la agencia.

E: Wow! Entonces entre ustedes hay…..

G: No nada, no hay nada….sólo amistad…..eso creo

Continuamos charlando cambiando el tema, Gloria fue recuperando el ánimo. Bromeamos y reímos, pedimos una botella de champagne y la tomamos ahí en el jacuzzi. Ellas brindaron por ‘el poder de la verga’, yo por el ‘poder de mi verga’ les dije que era la verga de Thor. Reímos y nos divertimos mucho, pedimos una segunda botella, jugamos con el agua y la espuma. El champagne empezó a hacer efecto en Ely: ¡Que rico estar con ustedes desnudos aquí! – dijo ella. Parándose en medio de Gloria y yo. Me ordenó: ¡Báñame Cali! Me puse de pie junto a ella y tallé su cuerpo con la esponja, pasé delicadamente la esponja enjabonando su cuerpo, inicié por su cuello, su espalda, enjaboné sus senos por tiempo prolongado, luego su abdomen y su pubis, tallé suavemente la esponja con mucha espuma en su sexo de Ely. Gloria, quien seguía sentada en el jacuzzi, no perdía detalle de cómo yo lavaba el ‘rinconcito’ de Ely. Pasé la esponja a mi otra mano y lavé su culo, mientras le seguí tallando mi mano en su sexo. Ely cerró sus ojos e hizo su cabeza hacia atrás, abriendo un poco sus piernas para que yo moviera mejor mis manos. Sentí como mi verga se empezaba a parar. Gloria continuaba sentada, sus piernas estaban abiertas el agua no permitía ver como se estaba acariciando su vulva, solo se veía el movimiento circular de su brazo. Con la regadera de teléfono removí el jabón del cuello, y pedí a Gloria que me ayudara. ¿Qué debo hacer?- me preguntó. Ayúdame a quitar el jabón – le respondí – yo pongo el agua con la regadera y tú remueve el jabón con la mano. Levanta tus brazos – le pedí a Ely. Ella obedeció, irguiendo su cuerpo y levantando sus brazos sobre su cabeza. Su pecho se movía al ritmo de su respiración, suave y agitado. Las manos de Gloria recorrieron la espalda de Ely y su pecho al mismo tiempo. La mano del pecho se quedó acariciando los senos de Ely. Gloria habló: ¡Que hermoso cuerpo tiene Ely ¿verdad? Sí muy hermoso- le respondí. Gloria tomó un seno en cada mano y los masajeó delicadamente. Ely siempre con los ojos cerrados, hundió su abdomen levantando su pecho. Sus senos estaban turgentes, con sus grandes areolas endurecidas y sus pezones erectos. Gloria dio unos suaves besos a las tetas de Ely, quien hundió más su abdomen al sentir los labios húmedos de gloria en sus pezones. Moví la regadera hacia el abdomen de Ely, Gloria continuó removiendo el jabón con movimientos circulares de sus manos. Dirigí el chorro del agua hacia el sexo de Ely, abrió sus piernas para que el chorro pegara directamente sobre su vulva, Gloria puso su mano sobre la vulva, retirado el excedente de jabón. Los labios vaginales de Ely se excitaron demasiado, crecieron y se endurecieron al igual que su clítoris. Gloria abrió sus ojos asombrada, y es que de verdad es impresionante ver como crecen y se enrojecen los labios vaginales de Ely. Yo dirigí el chorro de agua desde abajo hacia arriba, recorriendo desde el ano de Ely a su clítoris. Le pedí a Gloria: Abre sus labios para lavarle bien todo! Gloria obedeció rápidamente, se hincó frente a Ely y con sus dos manos separó los labios vaginales de Ely. Giré la llave del agua para incrementar la fuerza del chorro, y lo dirigí directamente al sexo de Ely. Aaaaahhhhhh! - exclamó Ely. Ella puso su brazo por atrás de mi cuello, para apoyarse, y subió una pierna a la orilla de la tina, para disfrutar mejor del chorro de agua que se estrellaba contra su sexo. Mi mano con la regadera fue retirada por Gloria, quien veía como hipnotizada el sexo de Ely, se movió dentro de la tina para quedar exactamente por abajo del sexo de Ely y lo comenzó a mamar. Ely se prendió a mi boca para besarme mientras Gloria le comía su sexo. Ely separó su boca, pero mantuvo su cabeza junto a la mía, sentí que la fuerza de su brazo me apretaba mas fuerte el cuello, al momento que Ely inició su orgasmo. Aaaaahhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh! Gloria incrementó la intensidad de su mamada, porque se escuchaban los ruidos de los labios de su boca al succionar los labios vaginales de Ely. Ely presionó con su mano libre la cabeza de Gloria contra su sexo. Ahí! Ahí mámame Gloria! Ahí! Los ruidos que hacía con su boca desaparecieron. Pensé que seguramente le estaría mamando el grande clítoris a Ely, pues el movimiento de la cabeza de Gloria, era como el de un bebe con un chupón. Ely, gritaba suavemente, anunciando el gran orgasmo que tendría. Aaayy! Aaayy! Aaayy! Así! Así mámame Gloria! Así! Que ricooooooo!!Aaaaaaaaaahhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh! Gloria seguía mamándole a Ely sin perder la intensidad, deteniéndose de las nalgas de Ely, provocando un larguísimo orgasmo en Ely. !Aaaaaaaaaayyyyyyyyyhhhhhh! Aaaaaaaaaayyyyyyyyyyhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaayyyyyyyyyyhhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaayyyyyyyhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh! Aaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhh! Ely terminó de venirse y se salió del jacuzzi, tirándose agotada sobre el sofá. Con la mano en su frente, Ely se dirigió a Gloria: Que bárbara! Me hiciste venir muchísimo! Me dejaste agotada! ¡Ya por favor, ya es suficiente por hoy!

¿Pero Ely, mírame! – le reclamé señalándole mi verga bien parada. Gloria si tú quieres verga todavía, quítale lo caliente – fue su respuesta. Gloria había quedado hincada dentro de la tina a muy corta distancia de mi verga, no contestó nada, simplemente tomó la regadera y enjuagó mi verga, la llevó a su boca y la comenzó a mamar lentamente, disfrutándola, hasta meterla toda en su boca. Volví a gozar la mamada de Gloria, me levantó el palo, me besó los huevos, la recorrió toda con su lengua y le dio muchísimos besos y mordiditas, principalmente a la cabeza. Se puso de pie y me besó en la boca, sin soltar mi verga de su mano. Nos fundimos en otro beso, largo y lleno de pasión. Ella seguía masturbando mi verga con su mano. Se separó de mi boca y me dijo al oido: ¡Hazme tuya otra vez! ¡Quiero ser tuya de nuevo! La tomé por la cintura con mis manos para acercar mi cuerpo al suyo y la abracé al momento que busqué su boca para besarle nuevamente. Mis manos se enredaron con su mojado cabello, ella también me abrazaba, queriendo meterme dentro de su cuerpo. Mi verga se restregaba contra la hilera de rubios vellos de su pubis, yo me sentía en las nubes. Con mi nariz hurgué alrededor de su oreja y su pelo, buscando ese olor que me había enloquecido momentos antes, lo encontré y lo aspiré profundamente. Lleno de ese olor me senté sobre la orilla del jacuzzi, jalando a Gloria de su mano para que me montara. Mis pies quedaron en la tina, estiré mis piernas mientras Gloria se metía mi verga montándome y dejando sus pies fuera del jacuzzi. Nos prendimos mutuamente de nuestras bocas, ella comenzó la danza del amor con sus caderas, era en realidad una danza, porque movía su cadera al ritmo que sus sensaciones le imponían al estar disfrutando la verga. Seguíamos abrazados mordiendo y lamiendo nuestras lenguas, Gloria me abrazó fuertemente, pegando sus grandes tetas a mi pecho, dejó de besarme y puso su cabeza sobre mi hombro al momento que dejaba salir los gemidos de su venida. Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Así! Así tómame Cali! Así papacito! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Así papi! Así papacito! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Tomé sus grandes nalgas con mis manos y ayudaba a que se metiera la verga, sentía en mis manos las contracciones de sus glúteos y en mi verga las contracciones de su vagina. Mmjjjjjjjaaaahhhh! Así! Así mi amor! Así papacito! Así mi amor! Así mi amor, hazme tuya! Soy toda tuya Cali!

Mmjjjjjjjaaaahhhh! Mmjjjjjjjaaaahhhh! Gloria empezó a darse metidas muy fuertes de mi verga, pensé que con caeríamos de la tina por la fuerza con la que se movía con mi verga adentro. Mmmmmmmmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Mmmmmmmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Hizo su espalda hacia atrás, yo entrelace mis dedos para sostenerla por la cintura, ella con su cuerpo completamente hacia atrás continuaba con su orgasmo. Mmmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Mmmmmmmmmmmjjjjjjjaaaahhhh!

Mmmmmmmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Mmmmmmmmmmmjjjjjjjaaaahhhh! Aaaaayyyyyyyyyhhhhhh! Aaaaaaayyyyyyyyyyyyyhhhhhhhhhh! ¡Que rico me vine! ¡Que venidota! Dijo, incorporándose para volverme a abrazar y darme muchos besos alrededor de mi boca. Yo sentí que mi eyaculación saldría. ¡Me vengo! ¡Me vengo! Dije al momento que sentí que Gloria se quitó rapadísimo, diciendo: Esperate! Esperate que quiero beberte! Se hincó frente a mí, el primer chorro de semen que arrojé cayó en su pecho. Gloria se metió mi verga en la boca y se tragó todo el semen que tiré. Terminé y ella siguió chupando mi verga, sacó mi verga y con su lengua recorría mi verga, limpiándola. Con sus dedos juntó el esperma que cayó en su pecho y los comió. ¡Mmmmhhh que rico sabes Cali!

Su lengua lamió sus labios y sus comisuras, limpiando los restos de semen alrededor de su boca. Se levantó y me dijo: ¡Que rico sabes Cali! ¡Que rico sabes mi amor! Dándome un beso en la boca. Ely nos observó todo el tiempo desganada, cansada por las cogidas. Sólo dijo: Creo que es hora de irnos Cali.

Gloria nos llevó a casa, después que Elia se despidió, hice por besar su mejilla al despedirme, Gloria movió su cara para darme el beso en la boca, fue un beso amoroso. Yo sentí algo raro, una especie de temor. Arrancó su vehículo, diciendo que esperaba otra reunión como esa. Nos fuimos directamente a la cama. Note que Ely se encontraba muy seria con el rostro algo desencajado. ¿Qué pasa Ely? – le pregunté.

E: ¿Cómo que, qué pasa?

C: Sí, ¿qué pasa? Te noto muy seria.

E: ¡No te hagas, cabrón! Tú sabes lo que pasa.

C: Pues no! No sé que pasa! ¿Por qué estas molesta?

E: ¡No me digas que no te diste cuenta que Gloria te llamó ‘mi amor’!

C: No recuerdo eso – mentí por que sí note que Gloria lo había hecho – si lo dijo, seguramente que fue por lo caliente que se encontraba, o tal vez acostumbra decirlo mientras se viene.

E: ¡No, no en ese tono que ella lo dijo! Lo dijo de tal forma que sentí celos.

C: Bueno, pero tu sabes que yo fui ajeno a todo esto. Tu me incluiste en ‘el plan de ayuda’ a Gloria.

E: Sí, lo sé, no te estoy recriminando nada. Estoy molesta con no se qué cosa.

C: ¿Tú planeaste junto con Gloria lo del motel? – le pregunté directamente.

E: No, por supuesto que no. Acepté ir porque me calentó ver como Gloria mamaba a Aramis. ¿Sabes Cali? Creo que debemos parar nuestra calentura.

C: ¿Qué quieres decir?

E: Que debemos de dejar de meter a otras personas en nuestras relaciones sexuales. Tengo temor que tú o yo, nos lleguemos a involucrar seriamente con alguno de ellos y haga daño o terminemos nuestra relación.

C: ¿Tú crees? Por mi puedes estar segura que eres la única mujer que amo y amaré en mi vida.

E: Sí, lo se y lo mismo es conmigo para ti. Pero no tengo la seguridad que alguien como Gloria, se pueda convertir en dependiente de alguno de nosotros. Lo mejor es pararle. Hasta aquí llegamos. ¿O es que tú necesitas de alguien más para ser feliz?

C: No, por supuesto que no. Creo que tienes razón, lo que hemos hecho, como experiencia ha sido muy bueno, tienes razón debemos parar, antes que no lo podamos controlar. Te propongo no hablar más del asunto.

Esa noche dormimos abrazados, colocó su cara contra mi pecho, yo olí su pelo y ahí estaba su olor de mujer, distinto al de Gloria, pero igual de intoxicante para mí. Pensé en lo acertado de nuestra decisión. Mejor parar ahora antes de hacernos algún daño. Continuamos con nuestra vida, como era antes de iniciar nuestras experiencias sexuales con Alba y Mario.

Al día siguiente, mi secretaria anunció la visita de Gabriel en mi oficina. Hazle pasar – le ordené. Gabriel traía un maletín de viaje.

C: ¡Pásale¡ y toma asiento- le indiqué.

G: Regreso a Los Ángeles y no quise ir sin despedirme de usted – me dijo.

C: ¿De mi? ¿Y eso?

G: Es que después de lo que pasó – me recargué en mi sillón escuchándole- pude ver que hay mucha diferencia entre sexo pagado y sexo deseado, no quiero seguir trabajando más en esto. Además no le quiero hacer ningún dañó a la señora Gloria.

C: ¿A que te refieres?

G: Su esposo Ernesto, el día de la comida, me pidió acompañarlo a Miami. Y sabe, ese tipo de ‘invitaciones’ las recibo frecuentemente de los ‘gays’. Mejor me voy, a buscar nuevos horizontes en mi tierra, junto a mi madre.

C: Pues que te vaya bien – me puse de pie y le extendí mi mano.

G: Aquí le dejo mi tarjeta, si visita Los Ángeles, no deje de saludarme.

El apretón de su mano trasmitió amistad, salió de mi oficina con la misma forma de caminar como cuando entró a mi casa. Me dejé caer en mi sillón, pensando: ¡Pinche vida! ¡Que cabrona es la vida! ¡Da y quita! Con razón Ernesto no toca a Gloria. ¡No hay duda, la vida da y quita!

Dos semanas después, Ernesto me llamó a mi teléfono celular. Quería saber la dirección o el teléfono de ‘mi sobrino’ en Los Ángeles. Me hizo saber que hacía tres días que Gloria había salido a pasar unas largas vacaciones a Holliwood. Que él la alcanzaría y quería aprovechar la oportunidad de estar allá y saludar a Gabriel. Yo le respondí que no sabía donde estaba mi sobrino, que la última noticia que tuve de él, fue que pasaría unos días de vacaciones con su novia. Ya ves como somos de cogelones en la familia, le dije. Colgó sin antes decir lastima, quizá para la próxima visita. No tengo nada en contra de las preferencias sexuales de Ernesto, al fin y al cabo, puede hacer con su culo lo que quiera, pero sentí que era mala onda interrumpir las vacaciones de Gloria y Gabriel. Cuando colgué el teléfono, no me sentí nada mal, pues lo único en que mentí, fue en la dirección y teléfono de Gabriel. No quise ver su tarjeta ¡Se me olvidó! ¡Que casualidad! ¿Verdad?