Las enseñanzas de mi primo (3)
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Las enseñanzas de mi primo (1) http://www.todorelatos.com/relato/13395/
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Terminé de ducharme y salí del baño a la habitación, pero Antonio ya se había marchado, así que me vestí y bajé al salón el resto de la tarde.
Al llegar la noche, Antonio aún no había regresado de la calle, así que después de cenar y de ver un rato la tele, me dirigí a la habitación para acostarme.
Me puse mi pijama corto como solía hacer y me metí en la cama a dormir un poco enojado, puesto que Antonio me había prometido volver a jugar por la noche y ni siquiera había cenado, así que supuse que ya volvería tarde y que se había olvidado de su promesa.
Con todas estas cavilaciones en la cabeza, no podía dormirme y no paraba de dar vueltas aunque ya era tarde, cuando escuché el ruido de la puerta de casa abrirse.
Rápidamente me volví hacia la pared y me hice el dormido, estaba enfadado y ahora era yo el que pasaba de Antonio.
Escuché los pasos subir hacia la planta alta y abrirse la puerta de la habitación aunque no era Antonio, sino mi primo Alfonso.
Hacía varios días que no lo veía, era un bala perdida y entraba y salía cuando quería de casa. Mis tíos estaban desesperados con él y por lo que pude escuchar alguna vez en sus discusiones, intuía que tenía que estar metido en temas de drogas.
“David, ¿estas dormido? ¿Sabes si Antonio volverá pronto?”
A mí sinceramente por las cosas que había oído, Alfonso me daba algo de miedo y el estar allí solo con él no me gustaba, así que no contesté y me hice el dormido.
“Esta maricona hoy que lo necesito, se pierde. Cabronazo” le oí decir mientras intuí como se quitaba la ropa y se metió en el baño.
Al cabo de 10 minutos, lo oí salir y noté como se acercaba a mi cama.
“El primito la verdad es que tiene un buen culo, no me extraña que la maricona de Antonio se lo esté agenciando jejejejejejejeje”
“Además de maricón se cree que soy tonto o quizás ciego y sordo jajajajajajaja”
“David, ¿estas dormido?” me volvió a repetir mientras noté como se metía en la cama y se acostaba detrás de mí.
“No sé si estarás dormido o te lo haces, pero ya que mi hermanito no está aquí, tú ocuparás su lugar de putita” me dijo muy despacio mientras noté como colocó su polla contra mi culo y su mano derecha pasaba sobre mi cadera hasta colocarse sobre mi polla.
Estaba muerto de miedo, Alfonso me daba miedo, o quizás mejor dicho respeto, sabía que no estaba normal y al contrario que con Antonio, no tenía la más mínima confianza en él.
“Uhmmmm, a ver que tenemos aquí. Mira que pollita más lida” me decía susurrándome mientras acariciaba mi polla sobre el pantalón de pijama.
“Vamos a ver por aquí dentro si se nota igual de bien” me decía mientras metía su mano por el elástico del pantalón de pijama.
“Jejejejejeje esta putita no ha salido a la familia, es de polla estrecha aunque por lo dura que la tienes, veo que te tiene que estar gustando. Si estás dormido te vas a perder la fiesta y si estas despierto, como abras la boca te parto el cuello”
Me quedé helado, después de sus últimas palabras no pensaba moverme lo más mínimo y por supuesto, ni a abrir los ojos me atrevía.
Notaba como con su mano agarraba mi polla y me pajeaba lentamente por debajo del pantalón de pijama. Sin poder evitarlo, tenía la polla dura a reventar porque después de lo que pasó por la tarde en la ducha, estaba superexcitado al no haberme corrido y no quise hacerme una paja esperando a ver qué ocurría por la noche.
“Esto es un engorro. Fuera” y separándose un poco de mí, agarró el borde mi pantalón y lo llevó hacia abajo, quitándomelo junto a mis calzoncillos.
“Mucho mejor ahora. Me encanta tu culito, la zorrita de mi hermano tuvo buen gusto contigo” me dijo mientras volvía a colocarse pegado a mi espalda y volvía a cogerme la polla y pajearme.
Al volverse a pegar, noté como después de la ducha seguía desnudo puesto que su polla se colocó como una barra de hierro entre mis nalgas.
Si la polla de Antonio me pareció grande, comparada con la de Alfonso era como la de un niño pequeño. No solo era más larga sino más gruesa, notaba como ocupaba prácticamente todo el largo de mis nalgas.
Continuaba pajeandome cuando de pronto noté como se incorporó un poco y con el dedo índice de su mano izquierda, colocándolo sobre la entrada de mi esfínter empezó a masajearlo, primero hacía círculos y luego me hacía puntadas con él hacia dentro.
“Veo que estás cerradito. Se ve que Antonio aún no te empitonó aunque eso tiene fácil solución” y mientras decía eso empujó su dedo índice dentro de mi culo.
No pude reprimir un lamento puesto que me dolió muchísimo puesto que aunque me masajeó intensamente antes, salvo cuando por la tarde me punteó Antonio, pero lubricado con su semen, nunca me había metido nada por detrás y no había usado lubricante alguno.
“Ummmm que cerradito estas, me estas poniendo a cien. Sé que estás despierto pero tu actitud pasiva me está poniendo más burro aún mi niño, quédate así que me encanta”
Comenzó a mover su dedo dentro de mí al mismo ritmo que me pajeaba con su otra mano. Me estaba matando de dolor y a cada movimiento de su dedo se me escapaba un quejido de dolor.
“Aiiii aiiiii aiiii”
“Calla zorrita o quieres despertar a toda la casa y que te vean así. Voy a sacártelo pero haz lo que te digo, sube la rodilla derecha hasta tu pecho y deja extendida tu pierna izquierda reposando tu pecho en la cama”
“Eso es. Ahora quédate quieto así mientras voy a por una cosa” me dijo mientras me sacó el dedo del culo y se levantaba hacia el baño.
Noté un gran alivio puesto que al introducirme el dedo en seco, solo había conseguido irritarme el culo y sentía una gran quemazón.
Volvió a la cama y se colocó de rodillas detrás de mí. Noté como colocó un bote de mascarilla del pelo al lado mía y cogiendo un pegote, lo pasó por mi culo.
“A ver si ahora vas mejor. Estas muy cerradito y con esto irá mejor”
Y de un solo golpe introdujo nuevamente del dedo dentro de mi culo. Noté que entró mejor por la crema y no me quejé. “Bien, veo que ahora va mejor. Vamos a darle caña a este culito. Agárrate con las manos la rodilla derecha y así estarás más abierto”
Hice lo que me pidió, puesto que a estas alturas era absurdo hacerme el dormido. Cogiéndome por detrás de la rodilla, atraje mi pierna hasta mi pecho dándole un acceso más fácil a mi culo.
“Bien zorrita, veo que sigues muy calladita, vamos a tener que solucionar eso”, sacó el dedo, cogió más crema y tras depositarla sobre mi esfínter, introdujo dos dedos de golpe.
“Aiiiiiiii”
“Veo que así te gusta más, ¿verdad zorrita? Te quejas pero en el fondo gimes de placer. Mira que culito más tragón tienes. Hace un ratito estaba cerradito y ahora entran mis dedos fácilmente. Estoy seguro que serias capaz de tragarte mi mano”
¿Queeee? No podía creerme lo que había escuchado. Comencé a llorar. “No por favor, no me hagas daño. Te dejaré que hagas lo que quieras pero no me hagas daño”
“Daño, si solo quiero darte placer. Yo no soy el que te hace daño, eres tú. Tienes que relajarte y así podrán entrar mis dedos en ti fácilmente”
“Nota como te tragas sin problemas dos dedos. Nota como los giro dentro de ti sin problema”. Me decía mientras acompasaba la introducción de sus dos dedos con giros dentro de mí.
“Colócate de perrito y clava la cabeza en la almohada”. Eso es.
“Así estarás más cómodo y yo podré trabajarte mejor”
“¿Notas como entran mis dos dedos fácilmente? Ahora voy a abrirlos para que los sientas mejor” Y al mismo tiempo que los giraba dentro de mí, los abría en forma de V.
“Me encanta. Ni la putita de mi hermano Antonio lo hacía también la primera vez. ¿Alguna vez te hizo esto o te ha penetrado?”
Es decir, que Alfonso también se lo hacía a Antonio. Ahora comprendía porque Antonio se fijó en mí y empezó a jugar conmigo. Quería hacerme lo que habían hecho con él.
“No, nunca me hizo esto ni me ha penetrado. Solo se la he chupado y se ha pajeado en mi culo, aunque esa vez si me punteó un poco, pero solo eso”
“¿Y te gustó? ¿Qué te ha gustado más?”
“Si mucho, tanto chupársela como cuando usó mi culo para pajearse en la ducha, aunque esto me está gustando más”
“Eres una mina David. Voy a avanzar un poquito más, vamos a probar tu límite” y sin medias más aviso, retiró un poco los dos dedos y los volvió a introducir pero esta vez con tres dedos.
Notaba como se estiraba mi esfínter para acoger a los tres dedos, pero poco comenzaron a entrar los tres cada vez más fácil.
“Eso es putita, muy bien. Ahora voy a empezar a moverlos, estas casi listo”
Comenzó nuevamente a meterlos y sacarlos al mismo tiempo que hacía giros de muñeca y abría los dedos. De esta forma, cada vez le resultaba más fácil maniobrar.
En un momento dado, comenzó a hacer movimientos hacia arriba y hacia abajo y en uno de esos movimientos, noté como introducía un cuarto dedo.
A esas alturas yo estaba loco. Resoplaba y gemía contra la almohada intentando ahogar mis gemidos que esta vez, ya si eran de placer. Ya todo me daba igual, solo quería que continuase con esa sensación placer y de saciedad. Me notaba lleno, abierto y lleno a la vez, estaba en la gloria.
El seguía con sus movimientos hacia arriba y hacia abajo y con los giros. De vez en cuando sacaba los dedos, cogía más crema y continuaba, cuando de repente, noté que comenzó a hacer más fuerza en la entrada de mi culo.
“Aguanta, aguanta, ya casi está, solo un poco más, relaja ahora al máximo”
Así lo hice y en uno de esos movimientos más fuertes, noté como entró su mano. No podía moverme, estaba completamente lleno y fuera de mí. Había colocado el dedo pulgar que era el que le faltaba entre los otros para introducir la mano hasta la muñeca.
Esa presión que noté era la zona de sus nudillos pero yo en ese momento no lo sabía.
“Eso es, eres una puta de primera. Con este culito tan tragón me vas a dar muchas alegrías”
“Ahora quiero que te cojas la polla y que te pajees al ritmo de mi mano” comenzando a mover su mano dentro de mí con giros de la misma. Notaba como cerraba y abría su puño dentro de mí y al ritmo de su mano, comencé a pajearme.
Solo necesité unas pocas sacudidas en mi polla para notar como sin remedio alguno, mi polla explotaba en un orgasmo increíble y expulsaba chorros continuas de leche sobre las sábanas.
Tras casi 30 segundos de orgasmo, se me aflojaron las piernas y caí sobre la sábana aún con la mano de Alfonso dentro. Estaba en trance.
“Bien putita, tenía pensado follarte pero como te has portado tan bien, por hoy te dejaré” me dijo al mismo tiempo que de una forma brusca retiraba su mano de mi culo.
Dios, notaba como se quedaba abierto. Seguro que me lo habría destrozado aunque solo notaba alguna molestia, no dolor.
“Dejaremos ese culito que se reponga y seguiré contigo más adelante para enseñarte a trabajar bien”. Me serás de muchas ayuda, putita.
Ahora levántate, limpia todo lo que has formado y cuando hayas terminado de limpiar todo, ven a mi cama y chúpamela hasta que me corra sin manchar nada más.
Y con esas palabras, se retiró a su cama esperándome con su polla totalmente erecta esperando a que me recompusiese y limpiase todo, antes de terminar con mi tarea
(Continuará)