Las dudas son una condenación
Arreglamos todo, nos fuimos a la cama, a recibir una dosis de medicina para mi cuerpo que estaba ansioso, necesitado de su verga, de sus besos, de sus abrazos, de sus chupadas, ah dios!.
Cosas de parejas
Recientemente mi pareja y yo, tuvimos un percance. Se me metió en la cabeza que había algo extraño en su comportamiento. Cosas propias de las mujeres. Se fue más temprano al trabajo, con una de sus mejores camisas y pantalones, oloroso y fresco. Le observé picarón. Quizás eran cosas mías, pero lo noté extraño. Estando ya en mi labores cotidianas laborales me llamó al tel. e hizo saber lo mucho que me amaba y bla, bla. Le pregunté si ya había entrado a sus labores, me dijo sí. Me extrañé más, porque inconscientemente me llamó a la hora que siempre lo hacía. Se me metió el diablo en la cabeza. Bueno te amo, se despidió y le dije "igual, nos vemos". Pasé todo el día en el trabajo con pensamientos vagabundos. Honestamente, pensé que me estaba montando los cuernos.
No es que esté dotada de una belleza sin igual, ni que esté podrida de buena, pero tan horrible no estoy, pensé, al menos doy unas chupadas de guevo que le hago ver el cielo y se que lo llevó al infierno también. Entonces, me montará los cuernos? No quise seguir pensando cosas porque me iba a volver como loca, me extrañé de esa situación puesto que no acostumbro a ser celosa. Mierda! Me estoy convirtiendo en una igual a todas, pensé. Nosotras las sensibles, las intuitivas, las que tenemos un sexto sentido y esas cosas, ahora como no me dé por llorar y pasar una noche en vela, porque no me lo podría soportar, creí que esa mujer frágil se la había llevado el coco. Llegó la ansiada noche y el Señor estaba allí esperándome a la salida de mis labores, me hizo un gesto, se instaló en mi auto y nos fuimos en silencio. Vivimos lejos del lugar donde trabajamos. El comenzó una conversación.
Cómo te fue y bla, bla lo rutinario. Silencio, luego me dijo, te noto callada. Yo? Ah si, no tuve buen día, le dije. Él me observó bien y me dijo te vas a poner más vieja si sigues así de seria y reía porque ese desgraciado no entendía que con sus palabras ya me estaba perforando por dentro. Qué le pasa a este coño de madre, pensaba yo. Llegué a pensar que se estaba burlando, por que él, es unos 4 años menor que yo. Un hálito de vergüenza me pasó y me prometí que me las iba a pagar, el muy desgraciado. Llegamos a casa, en silencio igual, fui me di un buen baño, me sobé los pezones, me acaricié el clítoris, me pasé el jabón una y otra vez por mi cuquita humedecida infernalmente, me introduje por el ano un gomero que tengo por allí y así pude abrir un poquito más el hoyito anal, pero me guardé para él.
Hice un cafecito y me propuse preparar la cena para ambos, cuando sentí que se acercaba, me dijo, querida te vas a quemar por andar así en la cocina, (yo estaba con una camiseta blanca y unas pantaletas hilito blancas también), descalza y olorosita!. Por dentro yo decía no papito lindo quien se va a quemar eres tu, pero sonreí y guardé silencio. Se fue y se recostó, pero andaba tenso por mi actitud silenciosa. Fui a la habitación donde yacía él acostado muy rico y le dije quieres ya tu comidita? Si. Ah si? Bien aquí tengo postre primero, porque lo fuerte viene después. Me lancé con él en la cama y comencé a sobarle el guevo en ascendente y descendente, después en círculo de arriba abajo. Chupé su cabecita, pasaba mi lengua por su vena hinchada, le hundía mi lengua debajo el sombrerito de su cabecita, mientras él me miraba, solo me miraba, ni jadeaba siquiera. Yo pensé, mierda algo pasa aquí. Pero haciendo caso omiso a su grandísima estupidez, yo continué masajeando su pene y chupándoselo hasta que su verga se puso gruesa y tiesa, y la metía en mi boca hasta la mitad. Cuando escuché sus gemiditos muy sutiles y luego más fuertes, y luego vi que sus ojos estaban hacia atrás dentro de sus párpados, se le notaba que estaba gozando.
Apretaba sus pezoncitos y el gritaba un poco más, comencé a pasar mi lengua por su ano y se puso tenso, apretó sus piernas, continué, él lentamente fue tranquilizándose, relajándose, hasta que sentí sus piernas manejables, las coloqué sobre mis hombros y comencé a chupar pene y culo juntamente ambas cosas y apretaba sus pezones, luego se desencadenó y me dijo dame más. Anja dije por dentro mi venganza, me coloqué a su lado, le metí el dedo en el culo, aunque no era la primera vez, pero no se dejaba permanentemente, le fui hundiendo lentamente mientras mordía sus pezones y daba pellizcos en su nuca y en sus lados en los glúteos, hasta que sentí las paredes de su ano cedían fácilmente al paso de mi dedo, comencé a mover mis dedos dentro, entonces chupé su verga mientras le metía el dedo, mete y saca, así como subía y bajaba, mete y saca, sube y baja. Estuve dándole en ese culo unos largos minutos, hasta que pude meterle otro dedo, ni cuenta se dio. Me dijo me voy mami, me voy, y se vino en un potente orgasmo donde botó semen como un animal, quedó exhausto y tranquilizado, relajado y divino. Me paré de la cama. Él hizo un gesto como que "tu no te vas", pero yo dejé las sábanas, fui y me fumé un cigarro.
El me encontró en la cocina sirviéndole la cena, me dijo: me cogiste otra vez por el culo, coña de madre. Sin voltear le pregunté: "Te has cogido otra cuca". Me dijo queee? Otra cuca, en que tiempo, coño? Ah, no se dime tú. Yo soy quien te veo raro a ti, extraña, silenciosa, y hoy no te dejaste chupar, tanto que te gusta, qué coños te pasa? Le dije nada papi. Y dentro de mi pensé, caray ambos andamos pensando el que nos montamos los cuernos. Estuve silenciosa en la cena, no pronuncié palabras. El por su parte me habló para decirme, te voy a quitar la canlentera que tienes a punta de guevo.
De repente se obstinó y me dijo, tú como que me estás montando los cuernos mijita, si es así dímelo y ya! Estaba alterado, logré alterarlo, yo solo buscaba la verdad. Pero guardé silencio. Pensé que a él le faltaba decir más cosas. Esperé. De momento me quedó mirando y me dijo, mami hay otra persona en tu vida? Uuuf pensé por dentro de mi, sus dudas son mis dudas, le dije no papi no tengo a nadie más no podemos formalizar una relación donde existan tantas dudas? a lo que me contestó y porque andas tan silenciosa? Le repetí, tuve un mal día en el trabajo hoy. Nada es por ti, y me entró un fresquito. Arreglamos todo, nos fuimos a la cama, a recibir una dosis de medicina para mi cuerpo que estaba ansioso, necesitado de su verga, de sus besos, de sus abrazos, de sus chupadas, ah dios! De sus chupadas, no había pasado un día y quería que me la chupara como un bebé chupa las tetas de su madre al nacer.
Pasó sus manos debajo de mis nalgas y la apretaba mientras hundía su lengua fornida en mi clítoris y subía mis caderas con sus manos atadas a mis nalgas, me fui yendo al cielo obscuro que veo cuando me chupa, sentí como su lengua se bajaba a mi culito y luego se posaba en la corona de mi clítoris. Sacó sus manos de abajo, me abrió bruscamente más las piernas y dejó abierta totalmente mi vulva y duramente pisaba con su punta mi clítoris y bajaba, me escupía, se chupaba todo lo que salía de mí y yo gemía fuera de este mundo, me introdujo el dedo en mi hoyito anal, estaba baboso y mi cuca botaba líquido y líquido y él se volvía loco, se hundía en mi vulva embadurnando su rostro de todas mis sustancias, extasiado.
Tomé luego su cabeza la presioné más fuerte contra mi vulva. Su barba raspinosa me rasgaba por lados de los labios de mi vulva, me tocaba con su nariz toda mi superficie y se la hundía más y más hasta que desaté un gritito hundiendo mis uñas en su cabeza, produciéndome un orgasmo inmenso, parecía que me había orinado y él se lo tomó todo, haciéndome sentir la mujer completa que soy, hecha a su medida y necesidad. Todo volvió a la normalidad. No pasa nada me dije, son cosas de tu imaginación femenina.
¿Por qué había hecho eso de la camisa y pantalones, su picardía, quizás era conmigo, mejor pienso eso, me quedo con ese pensamiento y él se quedará con sus pensamientos de mi actitud también, silencio e indiferencia. Nunca lo sabré él tampoco nunca lo sabrá. En fin, así es la vida, a veces vemos con nuestra mente maliciosa lo que con nuestros ojos inocentes no podemos.