Las duchas del gym

Me puse a mil y no pude evitar soltar una risita, este reaccionó soltando un gapo sobre su mano y repartiéndolo sobre toda su polla...

He de confesar que me he vuelto “adicto” a esto de leer relatos eróticos, y es que cada vez que llego a casa y enciendo el pc una de mis primeras búsquedas es “www.todorelatos.com” en especial la sección  gay. Tras un par de meses dándole vueltas si empezaba a escribir o no, finalmente hoy me he decidido y me dispongo a escribir mi primer relato, ante todo gracias por leerme y estoy abierto a cualquier comentario u crítica (esta claro que a nadie le gustan las críticas no constructivas), espero que disfrutéis.


Primero de todo paso a explicar mi aspecto físico. No soy nada del otro mundo, chico de 175 cm, más bien delgado y muy deportista, me encanta practicar deporte siendo la natación en el que más destaco. Blanco de piel, ojos claros y piel castaño claro/ rubio oscuro. Me llamo Pablo aunque doy rienda suelta a vuestra imaginación apodándome como MrX. Se me olvidaba, tengo 21 años.

Como todos los días se acercaba la hora de ir al gym, era miércoles y me encontraba especialmente cansado. Tras miles de exámenes y entregas mi cuerpo no daba para más pero mis queridos remordimientos empezaban a acechar mi cabeza; “para este verano tengo que estar cañón”; “en el sofá no te va a salir el deseado sixpack” , entre muchos otros. Finalmente me animé por partida doble preparando mi macuto para dirigirme a probar la clase de “bodypump” (de la que tan bien me habían hablado) y realizar como un día más unos largos en la piscina. Me abrigue ya que el frío apretaba con ganas estos días, salí a la calle y una bofetada de aire frío me acompañó hasta la llegada al gym. Me cambie con prisas ya que como siempre llegaba tarde y esa clase especialmente se llenaba hasta los topes. Al llegar a la sala me encontré con todo tipo de caracteres, mujeres mayores, más o menos de mi edad pero mi gran decepción fue al encontrar de entre todo el público asistente, hombres que no llamaron mi atención para nada. Cual fue mi sorpresa al ver entrar el monitor de la clase; no muy alto unos 176-77 cm, muy marcado, morenito y con unos ojos color miel que me derretían solamente con una mirada, llevaba aparato y aunque soy muy exigente con la dentadura me parecía de lo más excitante. Sinceramente no recuerdo su nombre (soy muy malo para ello), pero era bastante majo, se acercó ya que era la primera vez que me veía por alguna de sus clases y me ayudó a preparar todo el material que necesitaba para poder realizar alguna de sus clases.

La clase transcurrió sin ningún echo remarcable, a excepción de algún par de miradas que se tradujeron en una excitación por mi parte y sin duda alguna con ganas de intentar algo más. Tras la clase de “bodypump” me dirigí hacia los vestuarios para cambiarme y dirigirme a la piscina, esperaba que un poco de agua me ayudase con el calentón que llevaba encima. Me puse a nadar y me despiste de la hora, salía a las 21.45 de la piscina. Aún faltaban tres cuartos para que el gym cerrase pero ya estaba prácticamente vacío. Me dirigí a las duchas donde quedaban un par de chavales que terminaron cuando yo entraba en ellas (una verdadera pena) y sí allí estaba el monitor bajo el chorro de agua limpiando cada centímetro de su morena y depilada piel. Estaba de espaldas y no pude ver como tenia la polla pero si se podía divisar un culo perfecto y con aspecto de duro como la piedra. Pulse y el agua empezó a caer, estaba a la temperatura perfecta y necesitaba un poco de relax después del “tute” que me había metido aquel día. Me puse debajo de esta y deje que el agua cayese por todo mi cuerpo, cerré los ojos y la imagen del monitor llegó a mi cabeza, sus músculos en acción como se marcaban con cada movimiento, sus brazos al bajar y subir las pesas, su culo a la hora de hacer sentadillas... No pude evitar que se me pusiese morcillona (por cierto mi polla será de unos 19cm en erección y con un grosor considerable), abrí los ojos y vi como me miraba el monitor con los ojos clavados en mi. Se estaba frotando con jabón y pude ver su polla y puedo decir que me encantó, estaba “dormidita” y tenia pinta de ser grande. Sonrió, tenía el típico aspecto de joven macarra, me puso a mil haciendo que mi polla empezase a despertar. Me gire cogí el champú y lo esparcí por mi mano para luego masajear todo mi cuerpo poniendo el culo en pompa para ver cual sería su reacción, para mi sorpresa al girarme para aclararme pude ver al monitor frotando su polla la cual estaba cada vez más y más morcillona. Me puse a mil y no pude evitar soltar una risita, este reaccionó soltando un gapo sobre su mano y repartiéndolo sobre toda su polla, a lo que yo reaccione con una gran sonrisa. Me volví a introducir debajo del chorro de agua y empecé a pasar mis manos acariciando todo mi cuerpo, a lo que él me indicó que me acercase a su ducha con un movimiento de dedos. Me acerqué poco a poco a su ducha y con una erección que ya no podía ocultar. Al llegar a su ducha me cogió de la mano y me acercó a él quedando a escasos cm de este. Me cogió por el cuello y me metió uno de los mejores morreos que me habían dado en mi vida. Su lengua recorrió toda mi boca hasta encontrar a la mía fusionándose estas y haciendo que mi excitación subiese por momentos. Se acercó a mi oreja y me dijo:

  • Prepárate para disfrutar. Ahora vas a ser mi putita.

Acto seguido me tiró un gapo a la boca haciendo que me volviera loco. Me arrodillé y contemple su polla, estaba ya más animada, y sin pensarlo me la metí en la boca. Sabía a sudor y salina, me encantaba, notaba como crecia en mi boca. Empece a jugar con sus huevos mientras él se pajeaba.

Cuando me di cuenta me encontraba cara a cara con una polla de unos 21cm, rasurada y que pedía guerra. El monitor me cogió y me alzó en brazos llevándome hasta la zona de los bancos. Su piel brillaba debido al agua. Me sentó en el banco mientras me decía entre sollozos que siguiera con mi mamada. Tras un buen rato limpiándole el cipote me levante directo a comerle la boca. Le mordí el labio y baje poco a poco por su cuello, besando cada parte de aquella piel tersa y dura. Llegue a aquellos perfectos y definidos abdominales, pasando mi lengua por ellos y finalmente me encontré con esos pelos rasurados y que tanto me ponían. Volví “al ataque”; cogí la polla y empecé a pasar la lengua poco a poco, desde la base hasta la punta mientras él se retorcía de placer y mi polla empezaba a soltar precum.

  • Ven ponte a cuatro patas que te coma el culo.

Me puse a cuatro patas tal y como él dijo encima del banco, dejando vía libre para mi culo. Su lengua juguetona no paraba de lamer mientras una de sus manos recorría todo mi cuerpo, hacía que me estremeciese de placer. Pronto dejó de jugar con su lengua para empezar a utilizar un dedo lubricándolo con abundante saliva. Con cada entra y salida me excitaba más, nos podía ver en el espejo: nosotros dos solos en los vestuarios completamente desnudos y mojados, expectantes a que nadie nos pillase en plena acción. Pronto note como su glande caliente como el fuego se restregaba por todo mi culo, necesitaba que esa polla estuviese dentro de mi y así se lo hice saber; “Dame duro” pude decir entre gemidos. La metió poco a poco, sabía que aquello que manejaba me podía partir en dos. Cuando ya estaba toda dentro me cogió del pelo haciendo que me inclinase hacia detrás donde me encontré con su cuerpo. Apoyé mi cabeza en su hombro y me dijo: “Ahora vas a saber lo que es bueno”. Empezó con un metesaca que hacia que mis gimidos se escuchasen en todo el gym, me encantaba escuchar el sonido de sus pelotas chocando contra mi culo. Se subió al banco de los vestuarios para coger mayor intensidad, me encantaba como me cogía con sus brazos. Tras un buen rato así decidió cambiar de posición; sentado en el banco me indicó que se la mamase un rato más antes de empezar. Me encantaba el sabor que tenia su poya. Puso sus dos manos encima de mi cabeza y empezó a follarme la boca con una rapidez descomunal, me entraban arcadas por su tamaño pero conseguía hacerme con ella (me gustan las pollas muy grandes), el tio flipaba y cada cierto tiempo me la sacaba de la boca para escupirme en ella. Me encantaba ver los hilos de saliva colgando y como le brillaba la polla, se la estaba dejando reluciente. Cuando ya tuvo bastante me cogió y me sentó encima suyo, ahora me tocaba a mi cabalgar aquella bestia. Me gustaba ver sus caras de placer y como soplaba de gusto, me ponía a 100. Veía en él el placer y le di otro morreo. Al principio el culo me ardía por el tamaño de su miembro, pero una vez que se me acostumbró el culo solo sentía placer.

  • ¿Te gusta la leche? - Me dijo mientras me miraba con lujuria

  • Me encanta la leche recién sacada - Dije mientras movía mis caderas encima de su poya.

Me arrodille en el suelo y me metió la polla en la boca sin poder reaccionar. Empece a mamar como si estuviese loco mientras le masajeaba los huevos. “aaaahhh sii ohhh” empezaba a gemir más y más fuerte, notaba como sus músculos se contraían, pronto un chorro de leche impactó contra mi paladar, era caliente y espesa y me encantaba. Este vino seguido por unos tres chorros más de caliente y espesa leche que me salía por la comisura de los labios. Me sentó rápido y empezó a hacerme una mamada que no me esperaba, “me corro” pude decir entre sollozos, pero él seguía impregnando toda su boca con mi leche. Cuando terminó dijo “Ahora limpiame la polla puta” ¿y quién soy yo para no obedecer?. Me amorre a ese monstruo hasta que quedo reluciente, acto seguido me cogió y me alzo envolviéndolo con mis piernas. Terminamos bajo la ducha limpiándonos el uno al otro. Cuando terminó me pegó un cachete y me dijo “Espero verte más, algún día voy a tener que preñar ese culo”.


Espero que os haya gustado, si creéis que podría mejorar en algún aspecto, por favor sentiros libres para decirmelo,

Gracias!