Las dos teniamos las mismas ganas...

Somos amigas desde la infancia, nunca nos habíamos mirado con otros ojos que no sean de amistad, pero el correr de los años hizo que despertaran fantasías entre nosotras que al final se hicieron realidad...

Las dos teniamos las mismas ganas...

Somos amigas desde la infancia, nunca nos habíamos mirado con otros ojos que no sean de amistad, pero el correr de los años hizo que despertaran fantasías entre nosotras que al final se hicieron realidad...

Quedamos como todas las semanas en encontrarnos una noche a tomar un café y hablar de cosas de mujeres ( sexo ), esta vez estábamos en mi casa, mi marido estaba de viaje, entonces estábamos a nuestras anchas, cómodas, porque no estábamos en un lugar publico, y hablando de todo un poco. Mirábamos televisión mientras charlábamos las dos sentadas en un gran sofá, dejamos el café de lado y destapamos unas cervezas...

Aclaro que yo por mi parte, siempre había tenido fantasías con ella, pero nunca había tenido una relación lesbica, por su parte me confeso que tampoco. Así empezamos las dos a rozarnos casi como descuido, yo notaba que mientras yo hablaba ella me miraba los pechos y como tenia un camisolín de seda y mis pechos son bastante grandes era lo más evidente y hasta a mí me gustaban mucho, ella estaba vestida con unos jeans y una musculosa con los pies arriba del sofá, casi recostada y los jeans se le metía en su gran zanja lo que para mi era inevitable mirarle. Ella tiene muy buen cuerpo, es alta, delgada no tiene pechos grandes, pero si paraditos con unos pezoncitos de adolescente, aunque ella sea unos años mayor que yo, yo soy más voluptuosa con muchas tetas, pezones siempre duros y renegridos, cola respingada y cintura que hace la cola más grande.

Yo estaba sin bombacha, suelo tener la conchita toda pelada, es lo que le gusta a mi marido, y en un movimiento con las piernas note que se fijo en mi concha, entonces le dije como por descuido: estoy sin nada abajo, me gusta mucho estar así, a lo que ella respondió: a mí también me gusta además te da una sensación distinta, entonces le dije que se pusiera cómoda, que aunque sea se sacara los jeans, que tanto le ajustaba, no lo dudo, y comenzó a sacárselo, yo no podía dejar de mirarla, y eso que siempre nos vimos hasta desnudas ( como amigas ), ella se volvió a sentar de la misma forma que antes pero ahora mostrándome toda su gran concha, parecía que tenia bulto, de tan grande que era, empezamos a jugar con nuestras piernas, como acariciándonos, luego con las manos, hasta ese momento ninguna de las dos se animaba a nada, hasta que en un momento ella se echo para atrás como insinuando cansancio o dolor de espaldas, entonces le ofrecí darle unos masajes, los cuales acepto rápidamente, entonces le dije que me hiciera lugar detrás de ella, corrió la colita para adelante y me ubique tras ella, con una pierna rodeándola y la otra colgada del sofá, yo para esa altura estaba muy caliente y al abrir las piernas creo que comencé a mojarme aun más.

Ella se retorcía toda por los masajes que yo le daba, hasta gemía, yo le levante la musculosa para llegar mas a su piel y sin querer comencé a rozarle mis tetas en su espalda, mis pezones estaban tan duros que la hicieron estremecer, hasta que ella me dijo: basta por me estas calentando mucho boluda!!!! y se corrió, yo me quede un minuto quieta y ella también hasta que la agarre despacito, ella todavía dándome la espalda, le corrí el pelo y le empecé a besar la nuca, cosa que a mí me pierde, ella no se contuvo mas y me agarro la mano y la llevo hasta su concha que estaba empapadísima de sus jugos, y comenzamos con un franeleo impresionante, yo le pegue mi concha a su culo mientras le seguía besando y con la otra mano solo le refregaba la concha con la tanga todavía puesta, creo que se acabo enseguida, pero seguía gimiendo mucho.

Se dio vuelta y nos besamos tragándonos todos nuestros jugos de la boca, las lenguas bailaban dentro nuestro, nos hacíamos rozar las tetas moviéndonos para que los pezones se tocaran, hasta que con mi boca empecé a saborearlos, primero en círculos sobre el pezón y luego mordisqueándole, ella se saca su tanga y empezó a pasarme la mano por mi concha empapada de mis jugos, le dije que quería que me la comiera, entonces me recosté y le di toda mi conchita en su cara, empezó muy suave con mucha saliva, y abriéndome mis labios, aunque mi clítoris estaba ya hinchado por tanta excitación, me metió un dedo y luego otro yo gozaba de una manera extraordinaria pellizcándome lo pezones y retorciéndome entera, ella busco con sus dedos llegar a mi culo y comenzó a jugar tocándomelo, yo le pedí que siguiera pero que me diera su concha la quería comer entera, se puso en un 69 que me dio un panorama esplendoroso, ella seguía mientras yo comencé con esa tremenda concha empapada y muy jugosa, le comí el clítoris como si chupara una verga, ella acababa en mi boca permanentemente moviéndose al rito de una gran cogida, la hice bajar un poco mas y empecé a saborear su agujerito del culo metiendole la lengua y sacándola intercambiando con mis dedos, estábamos las dos exhaustas de tantos orgasmos, nos incorporamos las dos de nuevo a besarnos y a sentir los sabores que habían quedado en nuestras lenguas.

No queríamos que esto se termine nunca así que le dije que se sentara arriba mío, yo también estaba sentada pero debajo de ella, y comenzamos a refregar nuestros clítoris una a la otra, yo chupandole las tetas una por una y ella moviéndose desesperadamente, cuando vi que estábamos para otro le metí un dedito en el culo y al ritmo la cogía por el culo, estábamos muy transpiradas de tanto gozar, acabamos juntas, y con un gran beso...

Esta era nuestra primera experiencia lesbica, pero no la aparentaba, luego nos reíamos de nosotras mismas por no haberlo hecho antes...

Seguimos muy amigas como antes, respetándonos en nuestras parejas, teniendo sexo cuando lo deseamos y creemos las dos que no hay nada mejor que una MUJER para otra MUJER...

Alexa