Las dos a solas en una celda del convento (2)
Monjas fumando con boquilla, latigo, cadenas y potro. La primera parte esta en la categoria dominacion a principios de Mayo.
Las dos a solas en una celda del convento (2).
Habíamos pasado un domingo maravilloso lleno de cariño y ternuras, Sarah me había mamado tanto los senos que hasta me crecieron y los pezones se habían puesto como unas bellas cerezas, me decía poemas al oído, nunca en mi vida había sido tan feliz, fumaba en mi boquilla como una posesa.
Estaba en el paraíso, me sentía locamente enamorada de aquella monja dedicada y fiel que había dado toda su vida a la obediencia de Dios y ahora volcado su cariño hacia mí en la intimidad de su celda, a solas las dos, mi corazón daba brincos de alegría.
Ella no era mala, aunque me hubiera gustado también que lo fuera un poco aquel domingo, era la disciplina del convento la que la había obligado y la cámara de video de la madre superiora, yo había cometido muchos pecados y tenia que responder por ellos, pero a solas era tan solicita, estaba al acecho de mi menor capricho.
Con el cantido del gallo comenzó el lunes y todo en el convento adquirió su vida de siempre, abajo se sentía el restallar del látigo de las madres para que las sirvientas fueran muy rápido a cumplir con sus lógicos deberes, el sonido de las cadenas en los pies de las que estaban castigadas se repetía con el eco producido con las antiguas bóvedas del edificio, era volver a la normalidad de la vida de aquel lugar, que solo tenia esos momentos agradables al amanecer, el resto del día no se sentía nada.
Sarah salto de la cama como un tigre y llamo con un timbre a su esclava particular para que la vistiera, apareció al rato, estaba completamente encadenada, argollas en los senos y en las vulvas que se destacaban en su rustica vestimenta, tráeme la fusta le dijo en tono imperativo, ahora la boquilla y los cigarrillos.
Se tomo todo el tiempo del mundo en colocarlo en la boquilla después pasar el filtro por la boca, ahora enciéndelo, la eslavita que estaba arrodillada viendo deslumbrada como su bella ama fumaba desnuda implacablemente recibió el primer fustazo del día en plena cara, ahora de verdad comenzaba la actividad en el convento.
Después, con mucho cuidado, para no cometer el menor error, la esclava, de segunda categoría, le puso todos los hábitos, Sarah estaba imponente en su uniforme, con la boquilla de medio lado en la boca y la fusta en la mano.
Entonces me dijo a mi, tu tonta que te crees, levántate y vístete muy rápido que tenemos un plan para ti diseñado por la madre superiora y otra persona, rápido perra, así, que pensaste que me había enamorado de ti imbecil, ahora si vas a saber que es el cariño del potro, nadie lo prueba hace trescientos años, ya veras y tu esclava encadénale de muñeca a muñeca al largo que le permita fumar mucho y de tobillo a tobillo hasta que llegue al hueco de castigo.
Mi corazón dio un brinco, aquella joven y candida mujer era un demonio sin entrañas, ahora yo no sabia que hacer con mi amor, estaba completamente confundida y alelada, me pesaba en el alma la traición pero de esos pensamientos me alejaron abruptamente dos sólidos fustazos que recibí en los senos, de ahora en adelante a fumar sin parar de fumar con tu boquilla perra me espeto en la cara y mirando para el suelo entiendes, concluyo.
No te preocupes que ya volverás a tus líneas, con la diferencia que yo voy a estar vigilando tu tarea con un látigo de siete colas, eres de la madre superiora, entiéndelo de una vez, los domingos mucho cariñito conmigo pero los días entre semana mucho castigo, también conmigo, te lo mereces, la madre superiora encontró dos errores en las ultimas diez mil líneas del sábado y en la cocina no bruñiste un caldero para que se viera como un espejo porque estabas media dormida.
La esclavita, que también lo disfrutaba, me empujo hasta el lúgubre pasillo y ahí se acabaron mis experiencias en el paraíso de la celda del convento, nada una tiene que ser muy cuidadosa con el primer amor.
Bajamos por recovecos desconocidos para mi y se abrió un enorme portón donde de pronto pude ver la sala de tormentos para las que no acataban la disciplina consciente, vi. algunas encadenadas a las paredes y todo tipo de instrumentos, pero a mi me condujeron a la mayor velocidad que permitían las cadenas en mis pies, que por cierto eran doradas, hasta una reja que estaba en el suelo.
Allí me esperaba la madre superiora, con su vestuario inmaculado, su inseparable boquilla en la boca y un látigo de cuero con una sola cuerda con el cabo dorado y forma falica.
Tuvieron que levantar la reja dos esclavas que ayudaban a las monjas de aquel salón en los trabajos mas pesados, porque después me entere que la madre superiora había mandado a construir una salita mas refinada moderna para sus antojos, en esa otra sala estaba ya incorporada la electricidad que era su verdadera especialidad.
A aquella mujer la tenia clavada en mis sueños eróticos mas profundos y de pronto pensé que si tenia que ser esclava sexual en realidad quería solo serlo de ella, tan firme, tan directa, sin pliegues en su alma, ella era el ama suprema, me humedecí y casi tengo un orgasmo, de pronto me vino a la mente que estando mamándosela a Sarah pensaba en aquella imponente mujer.
Me lance de rodillas a sus pies y bese sus brillantes botas de cuero, ella me cogio por pelos y me puso su boquilla en la boca, fue la fumada mas rica que recuerdo en mi vida.
De inmediato me pusieron una carcaza metálica, muy parecida a un cinturón de castidad con bisagras, primero me metieron un grueso consolador por detrás, que me dolió mucho y después uno por delante, entonces lo cerraron con un firme candado.
Me bajaron al hueco y después de quitarme las cadenas de los pies me montaron en un potro antiquísimo, la calcaza metálica ajustaba muy bien a el, era un castigo casi perfecto, me pusieron una sutil mordaza que no me permitía quitarme la boquilla de la boca y Sarah me dijo no se te vaya a ocurrir estar un solo momento sin fumar, mira que nos queda una larga semana por delante, el sábado sales, pero olvídate de los cariñitos del domingo, solo te estamos preparando para el pleno disfrute de la madre superiora.
Desde arriba la madre me miro inmutable y la esclavita de Sarah se sonrió con satisfacción de haber logrado la venganza por los celos que sentía de su ama.
Sarah me venia a visitar todos los días varias veces, me bajaba un buen rato del potro y me mamaba las tetas intensamente, me hacia mamársela mientras fumaba muy duro con su boquilla y me daba fustazos para que se la chupara bien. Llegue a fumarme cinco cajetillas de cigarrillos por día y le tiraba una o dos a otra joven monja presa que estaba en un hueco al lado mió, la había mandado allí expresamente la madre superiora con la expresa indicación que la domaran bien y que no la dejaran fumar aunque rabiara, también le tire en una ocasión un encendedor y una pequeña boquilla que se le había caído en mi hueco a una de las celadoras.
La madre superiora me visitaba por las mañanas, no bajaba, solo se limitaba a mirarme a través de la reja, fumando muy duro y con el látigo en la mano, el miércoles al ver como crecían mis senos y mis pezones mando a que me pusieran un ajustador de castidad metálico con un candadito en la espalda.
El jueves, en su visita diaria me hablo por primera vez y me dijo el lunes vuelves a las líneas, pero en mi cuarto, tengo grandes planes para ti, ya tus padres aceptaron tus votos de clausura y silencio absoluto, el prior conoce tu letra muy bien y firmo tu solicitud, no te preocupes por ellos, están ahora en Montecarlo en una gira por los mejores casinos de Europa, van a cumplir tu pedido de no verlos mas y dedicarte solo a Dios, dejaron una tuertísima suma al convento que hubiera sido tu herencia.
Yo cuidare mucho ti en todos estos años que vienen, fue lo ultimo que me dijo antes de tirarme por las rejas una excelente rueda de cigarrillos 120 V y una cajita dorada con tres boquillas nuevas de plástico negro y oro.
Este relato es la continuación de otro denominado Las dos a solas en una celda del convento que puede encontrarse en la categoría lesbicos los primeros días de Mayo del 2007.
Estoy receptivo para cualquier añadidura o aspecto que les guste para enriquecer la continuación, en fin díganme de que desean que les hable, Ej. la electricidad, etc.
Latigoduro