Las dos a solas en la celda del convento

Con ella descubrí mi verdadero ser.

Las dos solas en la celda del convento.

Estaba triste, sola en este mundo, me parecía que nadie me miraba, todos lo muchachos decían que era muy bella pero a eso mi no me decía nada, era muy tímida y cuando alguien me miraba no sabia que hacer.

Estudiaba en una antigua escuela de monjas, donde todo era rigor y recogimiento, mi familia tenia mucho dinero y la madre superiora de la escuela me atendía directamente.

Ella un día me dijo, no pienses que los donativos que entrega tu familia te van a hacer diferente, aquí todas son esclavas de Dios, de ahora en adelante llevaras habito escolar con falda hasta los pies, no saldrás excepto en las vacaciones y escribirás en latín, ingles, alemán y francés precisamente esa frase, yo no soy mas que una esclava de Dios, entiendes o no, mil veces en cada idioma en estas hojas numeradas, después de todas las actividades por supuesto, lo revisare todos los días, a tu edad ya a mi me habían puesto un silicio bien apretado en la cintura y un cinturón de castidad para calmar mis instintos, algún día tu misma lo pedirás, concluyo.

Cada día reforzaba un poco mas los castigos.

Yo le respondí con las dos únicas palabras posibles ante aquella dura mirada, si señora, ella me dijo esta bien levanta la mirada, entonces como de costumbre saca de un finísimo estuche dorado un largo cigarrillo magenta con filtro de oro y lo coloco en una boquilla Denicotea de seis pulgadas de plástico negro y metal también dorado, me gusto mucho, pero a las señoritas ni soñar en que nos dejaran fumar.

A la madre superiora le encantaba el dorado, así era el cabo de la fusta que llevaba en la mano cuando inspeccionaba las celdas de las madres inferiores, y en las requisas buscando revistas pornográficas, juguetes sexuales o videos escandalosos, es verdad que nunca la uso con una alumna, al menos que yo conozca pues allí ella dejaba hablar poco a unas con otras, tenia una política de recogimiento absoluto y la que hablaba era ella, generalmente cuando se trataba de imponer castigos, algo que evidentemente disfrutaba intensamente.

Tuve que trabajar hasta muy tarde esa noche para terminar, es verdad que vino la monja jefa del ala y me dijo que por ordenes expresas de la madre superiora se me permitiría tener la luz encendida hasta el alba y no apagarla a las diez como estaba reglamentado.

A los tres días ya estaba temblorosa y cayendo de sueño frente a ella entregando mi tarea, que revisaba cuidadosamente hoja por hoja, cualquier error era castigado detalladamente, cuando escribía en ingles, en una de las hojas puse varias veces I am a slave solamente y ella me dijo, mirándome fijamente mientras fumaba muy duro con su boquilla, esta bien Dios esta en todas partes y es dueño de todo, ahora todas las cuartillas las escribirás con esa frase inglesa solamente, pero serán ocho mil líneas.

Me eche a llorar en el piso, perdone mi señora, usted es mi ama, pero no me haga eso, cualquier otra cosa por favor, ya hasta sueño con usted, su boquilla en la boca y castigándome con la fusta, por favor no, las líneas no.

Entonces se paro, tomo la fusta y me dijo bien te merecerías hacer tus sueños realidad, pero no, eres una señorita rica y no una de esas inmundas sirvientillas que tenemos, pensándolo bien harás diez mil líneas después de acompañarlas limpiando las cazuelas y limpiando el piso sin palo de trapear, a frazada limpia, mandare a revisar tu trabajo cuidadosamente y ahora vete, te quiero aquí bien temprano en la mañana con todas tus tareas bien cumplidas, yo haré de ti una verdadera servidora del señor, en fin esa es mi tarea y ya le informado de tu desobediencia al padre Mateo que es quien de verdad manda aquí.

Pusieron a una monja a vigilarme y darme ordenes a cada minuto, era joven, linda y tierna, también estaba con seguimiento diario pero en el fondo estaba muy protegida por la madre superiora, la dejaban fumar con boquilla, privilegio que solo tenían las de mas edad.

No me dejaba un minuto de descanso pues a ella también la vigilaban, pero cuando tenia una oportunidad, sin que la vieran, me traía un jugo bien frió de la cocina.

Lave cazuelas, limpie pisos en cuatro patas al lado de una joven sirvienta que tenían castigada con cadenas en los pies, planche hábitos y después para asegurar que cumpliría mi labor escrupulosamente me mandaron a dormir con Sonia, que así se llamaba mi tutora.

Cuando termine mis líneas, con las hojas mojadas en llanto ya una voz en mi interior me decía soy una esclava, soy una esclava de la madre superiora, si al menos me dejaran fumar con boquilla, la tenia grabada en mi mente y cada vez me daban mas deseos de fumar, de que me castigara con la fusta, de arrodillarme ante mi ama, sentía convulsiones en mis partes, estaba húmeda, muy húmeda.

Estaba escribiendo en un recinto muy estrecho y con un catre, la luz entraba por una claraboya y tenia un pequeño bañito, la entrada era una plancha de metal con una ventanilla para pasar la comida y el agua, me alumbraba con una vela, había un escaparatico con algunas ropas de esclava muy ajadas por el uso, es verdad que todo estaba inmaculadamente limpio, el único adorno era una cruz.

En el centro de una de las dos gruesas paredes había una misteriosa puerta, era de madera durísima y muy gruesa, no se notaba la cerradura, de pronto se abrió y una agradable luz entro en la celda, en mi deslumbramiento lo que vi fue a Sonia.

Estaba parada en el umbral con las piernas abiertas, su única vestimenta eran unas botas de látex negro que le llegaban mas allá de las rodillas, un arnés con un largo y grueso falo muy engrasado con bolitas para que doliera mas, la boquilla en la boca y un látigo en la mano, el cabo era dorado.

Se limito a decirme, pasa esclava, se que tienes muchas ganas de fumar pero probaras la boquilla solo cuando yo quiera, soy tu ama comprendes bien.

No me dio tiempo ni a responder si mi ama, me encadeno las dos manos a la espalda, me puso en cuatro patas y comenzó a clavarme por el ano con el inmenso consolador, por suerte ya yo estaba muy caliente cuando pensaba en la madre superiora y escribía las líneas.

Este es el castigo que te manda la madre superiora esclava, metértela por el culo y que dejes de estar tan indecisa, eres una lesbiana cojones, entiéndelo y me la metía mas profundamente, me dolía muchísimo pero era verdad que me gustaba, ser penetrada por una mujer, que rico.

Después se quito el arnés y me hizo mamársela, me dejo fumar y solo me dio tres latigazos, bese el látigo de rodillas.

Pasadas unas cuatro horas, me zafo las cadenas, me mando a bañar y cuando salí me regalo una bella bata de seda, unas sandalias doradas y una boquilla y me dijo ya la superiora apago su cámara de video y somos libres.

Yo estoy enamorada de ti desde que llegaste y solo pretendo darte carisias, besitos por todas partes y lamer tu papayita mucho, hoy es domingo y es todo nuestro, aquí en mi habitación hay de todo y he mandado mi esclava para la cocina.

El canto de los pájaros y el arrullo de los árboles, el fresco de la mañana entro y nos acaricio nuestros bellos cuerpos, ahora si me había descubierto a mi misma.

A la espera de sus comentarios y correos.

Latigoduro