Las discapacitadas también necesitan el sexo

Continuando con la serie sobre el sexo en los discapacitados, por peticiones, público uno más dedicado a las chicas.

Debido al inesperado éxito de esta saga de relatos sobre discapacitados, me llegan multitud de correos pidiendo que cuente nuevas experiencias y situaciones distintas que pueden darse, trasladándome las suyas propias para que haga algún relato con ellas.

Como los anteriores relatos, se refirieron a casos de chicos principalmente, a los que ayudan sus madres o familiares a satisfacer esas necesidades que todo el mundo tiene, independientemente de sus circunstancias, en este voy a tratar el caso de las mujeres discapacitadas que se encuentran en esos mismos casos, ya que como bien me dijo otra amiga, este es un tema independiente del género que se tenga, afecta a las personas, sean hombres o mujeres y todos ellos tienen derecho a tener una satisfacción sexual que ante la dificultad de conseguir por los medios normales, la familia debe prestarse a suplir esas carencias de sus hijos venciendo todos esos prejuicios y tabús que a veces nos paralizan y que finalmente nos hacen infelices.

Todos los que sois padres y madres sabéis que cuando desgraciadamente, algunos de nuestros hijos no sale “normal”, como los demás, es algo muy duro de asumir, aunque se les acabe queriendo como a cualquier hijo, o  incluso más, por sus especiales circunstancias que lo hacen más vulnerable ante los demás y nos volcamos en ellos para que su vida sea lo más digna e independiente posible, siendo especialmente más delicado, cuando se trata de hijas en vez de hijos, porque dependiendo de la discapacidad, su vulnerabilidad será mayor que la de los chicos, por el mayor riesgo de abusos que pueden darse.

Este es el caso de unos amigos que tuvieron dos hijos, el primero un chico completamente normal y luego una chica, que por esas circunstancias impredecibles, a veces, nació sordomuda, con todo lo que eso implica, al igual que hay otros muchos casos, muy comunes, en los que nacen con algún tipo de retraso, que se suele notar  más con su crecimiento, haciendo que la gente se refiriera a ellas con alguna de esas tantas frases típicas despectivas…. “la falta un verano….”, “la falta un hervor…..” (En cada lugar tienen sus expresiones populares)

Los que conozcáis a alguna mujer así, os habréis dado cuenta de que suelen tener una lívido más alta de lo normal, quizás debido también a su desinhibición ante el sexo, ya que buscan satisfacerse con la misma naturalidad que comen cuando tienen hambre o duermen cuando tienen sueño.

Seguramente en vuestra adolescencia, en la pandilla hubiera alguna chica, a la que llamaban “la tonta”, pero a la que iban todos los chicos porque sabían que iba a dejarse tocar y si insistían mucho acababan follándola y dándose el gusto con ella, cuando las demás no se dejaban. Y al final, de “tonta” no tenía nada, porque era la que más pollas había probado de todas, incluso a veces, con varios a la vez.

Esto fue lo que empezaron a notar mis amigos cuando su hija llegó a la adolescencia, y  se ponía a masturbarse sin ningún pudor, aunque fuera delante de los demás, por lo que tuvieron que ir reconduciéndola para que esas cosas las hiciera en privado.

Sus padres, desconcertados, trataron de buscar consejo médico o ayuda a través de los centros donde suelen acudir para su formación y es cuando normalmente les acaban recomendando que les hagan la ligadura de trompas para evitar posibles embarazos debido a su alta actividad sexual y para calmar esos ardores vaginales, sugieren a la familia que lo hagan dentro de ella en la intimidad, sin decirles directamente que se la ofrezca ese sexo que necesitan dentro de la propia familia, pero si se les insinúa, por considerar que es la mejor opción en esos casos para evitar abusos de extraños o de los que solo las busquen porque sepan que se van a dejar follar fácilmente.

Esto fue lo que sucedió con estos amigos respecto a su hija, y así me lo comentó su madre:

.- Ya sabes que a mi hija, debido a su problema, la hicimos hace tiempo la ligadura de trompas y cuando fuimos al médico para que la revisara, imagínate cuál fue mi sorpresa, cuando nos dijo que ya no era virgen, que debíamos vigilarla porque estaba teniendo relaciones sexuales de forma habitual.

.- Ya tiene edad para tenerlas. ¿Tiene algún amigo ella?

.- Sí, pero casi siempre está acompañada y no sé cómo podría pasar, porque ella no nos quiere decir nada.

.- ¿Y tú marido que dice?

.- Él no dijo ni palabra, se quedó callado, pero tampoco parecía que le preocupara mucho, porque al salir del médico me dijo: (.- Menos mal que la hicimos la ligadura, así nos evitamos muchos problemas). Ya sabes que él insistió mucho para hacérsela.

.- Que extraño, ¿no? Perdona por lo que te voy a decir, pero….. ¿no sospechas de él?

.- ¡Ay, amiga! Qué lista eres……  Por eso te lo estoy contando, porque tú tienes mucha experiencia sobre estas cosas y quiero pedirte consejo. Claro que empecé a sospechar y empecé a observarles hasta que un día los pillé haciéndolo. Imagínate, me quedé en shock, sin saber que decir, pero cuando empecé a hablar, o gritar, mejor dicho, le llamé de todo a mi marido y él intentó tranquilizarme explicándome por qué lo hacía.

.- ¿Y qué te dijo?

.- Que ya sabía cómo era nuestra hija, que está todo el día tocándose y que él empezó a “calmarla” para que tuviera un comportamiento más normal.

.- Cuando te decía “calmarla”, supongo que se refería a masturbarla él y acabaría dándole la polla también.

.- Claro, y ella tan contenta. Pero ahora no sé qué hacer, porque te voy a ser franca, desde que empezó a follarla, está mucho más calmada en casa y se la ve más feliz.

.- Normal, mujer, a todas nos pasaría eso. ¿Es que tú  marido te ha dejado de lado por culpa de ella?

.- Bueno, ya no me folla tanto como antes, pero yo entiendo que disfrute más con una chica joven como ella. Además mi hija tiene un cuerpo de los que gusta a los hombres, con muchas tetas y un buen culo. Yo creo que debe llevar sobándola hace tiempo ya, por eso ella estaba tan excitada siempre.

.- Está claro. Además, me dijiste que tu marido tenía una buena polla, así que la cría debe estar disfrutándola mucho también. Entiendo que debe ser duro para ti ver como tu marido se folla a vuestra hija, porque a la vez tienes esa mezcla de sentimientos, de verla feliz a ella, pero de quedarte con ganas de polla tú también.

.- Sí que lo es, ahora ella siempre está buscándole, poniéndose encima y cuando mi marido se la saca, ella pone una cara felicidad y de vicio que a veces me quedo viendo como se lo hace y acabo excitándome hasta masturbarme yo también.

.- Pues únete a ellos, mujer, así disfrutáis todos más.

.- A veces lo pienso, pero es que es algo que nunca se me pasó por la cabeza que pudiera pasar.

.- Mi consejo es que lo hagas, porque antes de que te des cuenta, te vas a ver tu sola en la cama y tu marido durmiendo con su hija. Cuando nos hacemos mayores, los hombres siempre prefieren a una jovencita.

.- Sí, lo sé, pero estoy contenta de todas formas, porque así tengo a mi marido controlado también, sin que tenga tentaciones de andar con otras y a mi hija controlada en casa también, y no andando con unos y con otros, aprovechándose de ella.

.- Así matas dos pájaros de un tiro, jaja. Ya viste la noticia que salió el otro día, de una que era como tu hija, pero ésta era mayor ya, que se andaba acostando con un chaval que era vecino de ella, y encima la madre del chico la denuncia a ella por abuso, porque era menor, cuando seguramente sería al revés, pero vamos, que al final se quedaron los dos sin sus polvos y amargados.

.- Por eso te digo. Es lo mejor que podía pasar. Yo esto solamente lo he comentado  contigo, porque no quiero que la gente empiece a criticar y lo que hagamos en casa, no le importa a nadie.

.- Haces bien. Mira, el otro día estuve con Cristina, la madre de la cría esta que tuvo un accidente y se quedó en una silla de ruedas.

.- Ah, sí, pobre, tan jovencita y ya en esas condiciones para toda la vida.

.- Una desgracia, sí, pero va creciendo y va teniendo las mismas necesidades y deseos que las demás de su edad.

.- Claro, eso no se pierde, y ahora ¿qué chico va a querer estar con ella?

.- Ahí está el problema. Su madre me dijo el otro día que solía ponerse a ver vídeos porno en el ordenador y a masturbarse ella sola y que ella no la dice nada, pero la da mucha pena al verla.

.- Es que además era muy guapa y a la edad que tuvo el accidente, yo  creo que no habría visto ni una polla todavía.

.- No sé si en casa vería a su padre alguna vez, pero así en plan de estar empalmado y eso, no creo, ni mucho menos tocarla. Pero fíjate lo que le pidió Cristina a su marido.

.- Madre mía, no será lo que estoy imaginando…..

.- Efectivamente, eso mismo. Le pidió a su marido que le dejase a su hija tocarle la polla mientras veía esos vídeos, para que se hiciera una idea lo que era eso en realidad.

.- Y su marido encantado…….

.- No te creas, que al principio no quería, la decía a su mujer que estaba loca, que como iba a hacer eso….. Ya sabes que son bastantes conservadores ellos y tienen otra mentalidad.

.- Ya, pero cuando la vida te pone en esa situación, tienes que echar fuera todos los prejuicios y hacer lo que sea por tus hijos.

.- Así fue, claro. Se las arreglaron para que su hija no se asustara al ver a su padre ofrecerle la polla, esperando a que ella estuviera bien caliente viendo los vídeos y después del primer susto, no dudo en agarrar la polla de su padre y empezar a hacer su primera paja a alguien real.

.- Debió de ser un momento muy emocionante para ellos…….

.- Imagínate. Cristina me decía que el corazón le iba a 1000 cuando veía a su hija con la polla de su marido en la mano y que no conforme con eso, se la metió en la boca y empezó a hacerle una mamada.

.- Buff, es tremendo eso. Es lo que me pasa a mí cuando veo a mi hija con su padre. Pero no me digas que al final Cristina también te dijo que está follándola ya.

.- Sí, era normal. Después de empezar a hacer eso, lo normal es acabar en la cama, jaja. Su padre la cargó encima y para la cama se la llevó y aunque está limitada de movimientos, abrirle las piernas y metérsela, eso sí puede.

.- Bueno, al menos ya sabe lo que es estar con un hombre.

.- Sí, en eso, al menos, la están haciendo feliz, su madre me decía que de los gritos que daba tenía miedo de que la oyeran los vecinos.

.- Es que muchas en esa situación, se quedan con las ganas toda la vida y acaban amargadas.

.- Mi vecina, que lleva años impedida también, va todas la semanas a un masajista para que la estimule los músculos y no se le atrofien, me dijo que cuando empieza a masajearla se pone muy cachonda y que al notarlo el masajista, la metía los dedos en el coño y se lo masajeaba hasta hacerla correrse y que salía de allí como nueva.

.- Eso creo que debe ser bastante frecuente y no solo entre las impedidas, jaja.

.- Ya lo creo, cuando tienes a un chico tan guapo tocándote por todos lados, ya te dejas hacer de todo, le quitas la toalla y le comes toda la polla……. Esto fue lo que hizo mi vecina, un día le echó mano a la polla y el chico se la ofreció para que se la comiera. Imagínate, mi vecina feliz, con sus años y chupándole la polla a un chico guapo y jovencito, pero no acabó ahí la cosa, porque le ofreció una propina para que se la follara también y allí mismo la hace el servicio completo y sale tan feliz de allí que no se la quita la sonrisa de la cara en todo el día.

.- No me extraña, amiga. Eso a todas nos hace felices. Por eso , no podemos negárselo a nuestras hijas, sobre todo si están en estas condiciones, que bastante desgracia tienen ya las pobres, como para encima no poder darse un gusto si las apetece.

.- Pero esto no se lo puedes decir a todo el mundo. Hay madres muy cerradas que no lo aceptan y cuando las comentas algo, lo máximo que te dicen es que si sus hijas lo necesitan, la compran un vibrador y ya está, pero que la polla de su marido ni locas se la ceden, que es suya y que no la comparten.

.- Si supieran ellas donde la mete su marido, se llevarían muchas sorpresas, jaja.

.- Yo creo que prefieren no saberlo. Ya sabes cómo es la gente…….

Mientras hablábamos se acercó el marido de mi amiga a buscarla:

.- Vosotras os ponéis a hablar y no hay manera de que acabéis.

.- Perdona por hacerte esperar, es que estábamos hablando de las chicas discapacitadas cuando llegan a esa edad en la que necesitan el sexo, como todas las demás.

.- Ah, ya, bueno, ¿y la estabas comentando lo nuestro……?

.- Sí, se lo tuve que contar, claro, somos amigas.

.- Pues ahora no sé qué pensará tu amiga de mí. (Comentó preocupado su marido).

Aunque le tranquilicé:

.- No te preocupes. Yo lo entiendo todo, ya sabes lo que pienso de estas cosas.

.- Es que cuando tienes una situación así en casa es complicado y desde fuera no se entiende porque a ellos no les pasa.

.- Sí, está claro, cada uno busca lo mejor para sus hijos, aunque los demás no lo vean bien.

Siguió comentando el marido, dirigiéndose a las dos:

.- Mira, hay mucha hipocresía, porque ¿te acuerdas de aquella vez que fuimos a la playa con tu amiga Amparo y su hija, que le pasa lo mismo que a la nuestra?  (Le preguntó a su mujer). Pues resulta que la nena es así un poco gordita y como era al principio del verano, a su madre no la había dado tiempo a comprarle bikinis nuevos, y el que llevaba del año anterior la quedaba pequeño. O sea, que a cada momento se le estaban saliendo las tetas fuera y la braguita parecía más un tanga que se le metía entre el culo.

.- Sí, menuda situación. A la cría no le importaba, pero su madre pasó un buen apuro, porque veíamos a todos los hombres mirarla, estando atentos a cuando se le salían las tetas fuera.

.- Jajaja, ya ves, todos con la polla dura mirándola, incluido yo, que lo reconozco ¡eh!, porque estaba tremenda.

.- ¡Cómo sois los hombres! Lo peor fue cuando fueron a bañarse, porque yo creía que iban a dejarlas tranquilas, porque también a la nuestra la miraban, pero cuando estaban en el agua nos dimos cuenta de todos los que tenían alrededor y hasta se pusieron a jugar a la pelota con ellas.. Cómo os podéis imaginar, ya en el agua,  la hija de Amparo, ni bikini ni nada. Los que estaban con ella la abrazaban y entre todos estuvieron sobándola bien. Bueno, a nuestra hija también, la verdad.

Le pregunté a su marido:

.- ¿Y tú no hiciste nada, dejaste que lo hicieran?

.- No hice nada, porque veía como ellas estaban disfrutando y pasándoselo bien, como unas chicas cualquiera y a mí, la verdad es que también me daba morbo verlo.

Añadiendo su mujer, algo enfadada:

.- Menudo padre. ¿Tú has visto?

.- Bueno, mujer. Es muy generoso con vuestra hija. Él estaba atento a que no la pasara nada y si vuestra amiga tampoco decía nada sobre su hija…….

.- No, no decía nada. Además, ella también tiene lo suyo en casa con el marido porque a la cría la encanta provocar y en la playa estaba feliz acaparando todas las miradas, así que creo que si allí mismo se la hubieran metido, por ella encantada.

.- Ya me imagino, es lo que estábamos hablando antes.

Siguiendo con todos estos casos en los que me basé para escribir este relato, pensé en otra amiga con una hija discapacitada. Se llama Aurora y está separada, por lo que ella no podía recurrir a su marido o algún hermano de la chica para calmar esas necesidades sexuales de una forma discreta y en una ocasión que la visité, me contó como lo había solucionado:

.- Hola Aurora, ¿no está tu hija en casa?

.- Sí, está en su habitación con su asistente sexual.

.- ¿Cómo? No entiendo. ¿Eso del asistente sexual es lo que me imagino?

.- Sí, es un chico que contratamos para que tenga sexo con ella. En una de las reuniones de la Asociación, nos hablaron de ello, como una solución a los casos como el mío, en el que no tengo hombres en casa o el esos padres, que por pudor o por cuestiones morales, no quieren tener sexo con sus hijas ni pueden ayudarlas en ese sentido.

.- Claro, entiendo. Así que son una especie de “prostitutos”, ¿no?

.- Puedes llamarlos así, pero son hombres con una preparación especial para tratar con mujeres que están en la situación de mi hija, con una gran necesidad sexual por su edad, con muchas ganas de saber cómo es una polla, disfrutar de ellas y saber cómo se siente al ser penetradas.

.- Eso ya te lo había comentado yo hace tiempo, cuando veía a tu hija tocarse el coño a cada momento, que tenías que hacer algo para calmarla.

.- Sí, ya sabía que necesitaba una polla que la diera gusto, pero comprende mi situación. ¿Cómo iba a decirle a cualquiera que viniera a casa a follarse a mi hija? Tenía que ser alguien de mucha confianza y los amigos que traigo a veces a casa, tampoco se lo iba a decir. Imagínate lo que pensarían y en qué situación me quedaría yo, diciéndoles después de follarme a mí, que fueran a la habitación de mi hija para follársela a ella también.

.- Lo comprendo, es una situación muy difícil, pero al menos has podido solucionarlo de esta forma con este chico. ¿Y qué te dice tu hija? ¿La hace disfrutar?

.- Imagínate, está como loca, no hace falta que me diga nada, porque los gritos y gemidos que oigo ya me lo dicen todo.

Mientras hablábamos, un chico joven y muy guapo salió de la habitación y mi amiga le dio dos billetes de 50 €, preguntándole:

.- ¿Qué tal ha ido todo?

.- Genial, ya vamos compenetrándonos mejor y su hija está mucho más suelta, por lo que disfruta más de todo.

.- La verdad es que desde que vienes a casa, ella está mucho más alegre, relajada y con mejor humor.

.- Es normal. Su hija, a pesar de su situación,  es una mujer y necesita lo de todas.

Cuando el chico se fue, le comenté a mi amiga:

.- ¡Caray! Qué bueno está el chaval. No me extraña que tu hija esté encantada con él. Podías aprovechar tú también y que te hiciera un trabajito, jaja.

.- Ya quisiera, pero como ves, es un poco carillo y sólo podemos permitírnoslo dos veces al mes. Y lo primero es mi hija. Yo ya tengo algún amigo para eso, que me lo hacen gratis, jaja.

.- ¿Y los has visto alguna vez en acción, como lo hacen?

.- Solo la primera vez, para ver como reaccionaba mi hija y ver si se lo pasaba bien.

.- Entonces habrás visto si el chaval tiene buena polla.

.- Sí, claro. De maravilla. Me humedecí toda viendo como se la chupaba mi hija y como se la metía por el coño. Pero ya no pude verlos más, porque me dijo que era mejor que tuvieran su intimidad para que mi hija estuviera más relajada.

.- Que pena, jaja, porque de buena gana te hubieras sumado tú, ¿no?

.- No me hubiera aguantado las ganas, pero estos son muy profesionales, ya nos lo dijeron en la Asociación, que no quieren crear lazos afectivos.

Quizás este relato os sirva para recapacitar sobre una situación que será ajena a vosotros en muchos casos, pero también puede que alguno de vosotros o vosotras seáis protagonistas de alguna situación como estas o lo conocéis por alguien cercano, y si queréis comentarlo, aquí me tenéis.