Las cuatro estaciones (de mí, de la otra)
Primavera, verano, otoño e invierno.
Hierve mi sangre, despiertan mis sentidos, arde mi piel en contacto con la tuya. El tiempo se acelera, avidez en las miradas, ansias que no se colman ni con fuegos de pasiones. Me satura la emoción, amor en estado puro, sexo caníbal que devora nuestros cuerpos. Condimento en mi vida, se duplican los colores, y hasta el aire que respiro, me trae tu aroma y me obnubilo. El fuego me domina, me prende una simple caricia, me recorres, me conoces como nadie nunca antes.
Pasión densa y tranquila, horas de entrega absoluta, quiero vivir en ti, que formes parte de mi vida. Ahora gozo alegría, ahora vivo vida mía. No me importa el mundo entero, vivo ajena de mi entorno, tú me llenas, tú me sacias siempre que estas conmigo. Le pido al tiempo que corra y que luego se detenga, entre la vida y la no-vida, en tus brazos o en tu ausencia. Oh calida ventura, regalada dicha, si todo esto es tan hermoso, no me puede estar pasando.
Que me pasa en este día que no distingo me confunden el sol y la luna, no se, si es noche o día. Soy la otra, la que espera, la segunda, la que nunca pone excusa. La que ríe, la que llora, en las brasas de aquel fuego, recostada en sus cenizas que ahora apenas me calientan. Fuimos uno, lo se, de sobra me lo demostraste, pero ahora te veo distante, ajeno, extraño . Huye de mí, melancolía, sácate de mí, escozor del alma mía.
Me recojo en la noche fría, en el fondo de mi pena, se que no, que no puedo, pero quiero . Ahora el tiempo se hace eterno, y es perpetua mi tristeza, abriste en mí un dulce instinto y ahora lo siento vació. Y como el miembro amputado de un tullido, mi corazón dormido, siente calor y frió. Siento pánico al no verte, y tengo miedo de perderte, por saber ahora lo que pierdo si te pierdo. Se que después del invierno llegara otra primavera, pero ya no puedo, ya no quiero, por que sé, lo que me espera.