Las cuatro apuestas
Una chica salida, un chico muy caliente, unos amigos y unas apuestas con un gran premio.
Las 4 apuestas
Hay una cosa en mi vida que no tiene ni tendrá nadie, se trata de Vanesa, digo cosa, porque no se me ocurre una palabra mejor, realmente es mi amiga, confidente y media naranja de verdad y por se mi media naranja no es mi esposa. Mira que lo hemos intentado, pero nuestra relación está mejor desde lejos, de amigos con derecho a todo, penas, alegrías, juegos... de nuestros juegos va este relato.
Éramos ya grandes amigos y ya habíamos decidido dejar de intentar ser pareja cuando comenzamos un juego peculiar, apostar sobre sexo. ¿Os suena la frase esa de "No hay huevos"? Pues bien, conmigo funciona, sobre todo cuando la dice ella... y ella es chica de mecha corta.
El caso es que comenzamos a hacer apuestas sobre sexo que incluían de todo, os voy a contar las 4 apuestas eróticas más peculiares que nos cruzamos.
APUESTA 1
Sábado por la noche, estábamos con la cuadrilla bebiendo como cosacos, ella me dijo al oído:
- ¿A que no tienes huevos de ir al pasillo de los baños, nos desnudamos y nos cambiamos la ropa interior?
El pasillo en cuestión, no era precisamente el sitio más discreto del bar, por allí pasaban los camareros, además de unas ventanas enormes que daban a la playa, pero claro tuve que ir, cuando algo empieza por "no hay huevos" se hace si o si.
Nos levantamos, fuimos al pasillo en cuestión, y allí comenzó a complicármelo.
- Tú empiezas
Así que me despeloté a todo correr, estaba ya en pelotas cuando me dijo
- Ahora te toca esperar a que yo acabe
Y comenzó a hacer un streaptease lento y excitante que consiguió ponerme totalmente empalmado, camareros y clientes pasaban por el pasillo y nos miraban, yo no sabía donde meterme, eso si, disfrute de verla menear sus enormes tetas, enseñarme el
culo y, por qué no, de sentir a esa camarera que me miraba la poya con cara de deseo.
Cuando acabó me puse su tanga, me obligó a ponerme su sujetador y volvimos a la fiesta.
De ese día aún tengo el tanga y el sujetador y el recuerdo del polvo que eché en la playa con la camarera cachonda, que poco después de volver a la mesa con los amigos vino y me dijo al oído.
- Si sabes utilizar eso que he visto espera a que cerremos.
Lógicamente esperé.
Por cierto, además gané la apuesta.
APUESTA 2
Fuimos toda la cuadrilla de vacaciones a Punta Cana, estábamos en el hotel, los cuatro chicos en una habitación y las cuatro chicas en otra. Cuando sorteamos las habitaciones no sabíamos como eran, mala suerte para ellas, nos tocó una que daba al mar Caribe y con un jacuzzi en una terraza enorme. No os imagináis el cabreo que se pillaron.
Estábamos en la piscina tomando tequilas y Vanesa me dijo:
Te apuesto algo a que no tienes huevos de subir a tu habitación y tomar el sol en pelotas en ese jacuzzi tan chulo.
Claro, lo que tú quieres es subir al jacuzzi - contesté
Pues la verdad es que si, eso y que las rubias que hay en la habitación de arriba te vean en pelotillas.
Miré y pude ver que efectivamente había dos despampanantes rubias asomadas a la terraza de la habitación que estaba justo encima de la nuestra.
- Vale, pero tú también tomarás el sol en pelotas.
Resumiendo, subimos los dos a la habitación, nos desnudamos en la habitación y justo cuando íbamos a salir se arrodillo delante mío, se metió mi polla en la boca y cuando vio que estaba empalmado del todo paró, me miró guiño un ojo:
- Pensabas que iba a ser tan fácil, que las rubias se queden ciegas viendo polla.
Me quedé un poco cortado, estar en pelotas era una cosa, algo natural si me apuras, pero salir allí, a la terraza, cachondo a más no poder, mirar arriba y ver a las rubias...
- ¿Hay huevos?
Pues por supuesto los hubo, no puedo soportar perder una apuesta, así que salí detrás de ella, nos metimos en el jacuzzi y puse en marcha las burbujas; Vanesa las paró
- ¡¡¡Que no te van a ver bien las rubias!!!
Mire disimuladamente al piso de arriba y allí estaban las dos, por cierto, estaban más que buenas, así que me puse más cachondo todavía, sobre todo cuando las ví cuchicheando y hablando claramente sobre mi poya.
Vane no se conformó con eso, se acercó a mi, me empujó al borde del jacuzzi y quedé sentado en el borde, no me dejó volver al agua, se quedó mirando a mis ojos mientras agarró mi pene y comenzó a masturbarme salvajemente.
- Ya que voy a perder la apuesta al menos me lo voy a pasar bien... y esas rubias también, cuando vean como te corres y piensen "Mira qué cachondo está porque sabe que le estamos mirando"
Tardé poco en correrme, miré a las rubias y ví como fijaban sus miradas en el semen que tenía sobre el pecho y que Vane se dedicaba a repartir con su mano sobre todo mi cuerpo.
Apuesta ganada y una de las mejores pajas de mi vida.
APUESTA 3
Esto es una mezcla de apuesta, favor, reto... el caso es que Vane había estudiado dos años en Italia y venían a verla unas amigas de al universidad. Me confesó que de esas "charlas" que mantenían por chat les había engañado diciendo que tenía un
novio que era su esclavo sexual y hacía lo que él quería.
¿Me harías un favor? - me dijo
Huuuu, esto tiene pinta de apuesta erótica de esas ¿o me equivoco? - contesté
Apuesta, ¿tienes huevos de hacer algo para que mis amigas te vean como un esclavo sexual?. Sólo va a ser un rato, van a estar aquí un día.
La apuesta consistía en llegar a casa de Vanesa, desnudarme en la puerta, entrar en el salón donde estaría ella con sus amigas, acercarme a Vanesa, comerle el coño hasta que se corriera y luego dejar que me chupara el culo y me metiera un dedo.
Según ella sus amigas no se creían que a algún tío le gustara eso.
Tenía tres días para pensármelo y la tuve intrigada hasta el último minuto, de hecho la llamé cinco minutos antes de llegar a su casa diciéndole que iría, y me planté allí.
Como habíamos quedado me despeloté en la puerta y llamé, una morena con escote de infarto me abrió la puerta, tras mirarme de arriba a abajo se apartó y me dejó pasar. Estaba claro, esa amiga de Vane, como el resto, ya estaban informadas de mi esclavitud.
Llegué al salón con la morena detrás, que al entrar me adelantó y se sentó en el sofá junto a otras dos chicas, una pelirroja que me pareció muy mona y otra morena bastante entrada en carnes. Vane estaba en un orejero totalmente desnuda, en el otro había otra morena que no dejaba de mirar mi erecto pene.
- Ven esclavo, ya te he dicho lo que tienes que hacer.
Me acerqué a Vane, que subió uno de sus pies a la mesa y abrió las piernas para que tuviera fácil acceder a su chocho depilado, me arrodille y sin mediar palabra hice como me pidió, le comencé a chupar el coño con fuerza, jugar con su clitoris y meter y sacar mis dedos de su vagina. Vanesa mientras tanto se acariciaba las tetas y se mordía los labios.
No tardó en correrse y supe que tocaba el siguiente paso, así que me di la vuelta y me apoyé sobre la mesa de la sala, dejando mi pene a una altura ideal para que ella me lo pudiera chupar. Al darme la vuelta vi a sus amigas, las del sofá estaban como atontadas con lo que estaban viendo, sin embargo la morena del otro sillón se había bajado los pantalones y se estaba masturbando.
Note pronto la lengua de Vane recorrer mis nalgas y llegar a mi ano, humedecerlo y penetrarlo con la punta de su lengua, la morena seguía a lo suyo y las tres del sofá ni pestañeaban. Vane comenzó a jugar con sus dedos, primero uno y luego dos, mientras mi erección seguía en aumento, aunque sabía que en ese momento no serviría para gran cosa.
Veis chicas, es el perfecto esclavo sexual. - Me dió un azotito en el culo
Puede irte, que esto al fin y al cabo es una reunión de chicas.
Me fui lentamente por donde había venido. Otra apuesta ganada.
APUESTA 4
Un verano nos fuimos toda la cuadrilla a ver un festival de rock cerca de nuestra ciudad. Como no había presupuesto nos fuimos de tienda de campaña, íbamos seis chicas y seis chicos con cuatro tiendas de campaña. Dormiríamos de tres en tres y sin mezclas raras, no penséis mal.
Estuvimos varios días sin más novedad "erótica" que algunos comentarios de cuadrilla diciendo que qué separaditos dormíamos, alguna pareja de novios castigados a dormir separados... para saciar la sed se quedaban en el camping por la tarde ocupando alguna de las tiendas de campaña.
La noche del concierto Vane se acercó y me propuso la apuesta:
Tengo un reto ¿te interesa?
Claro - contesté rápidamente, sus retos siempre tenían algo de interesante
Pues bien, hoy vamos a aparentar que nos emborrachamos, nos vamos al camping y te metes en la tienda de campaña conmigo, nos quedamos desnudos y esperamos a que vengan Eloisa y Marta - eran las chicas con las que dormía Vane.
Tú - continúo - te harás el dormido, supondrán que hemos echado un buen polvo, y como hemos apostado entre las tres que dormiríamos desnudas todas las noches pasara lo que pasara, las dos se despelotarán y dormirás con las tres desnudas
¿Y cómo pierdo la apuesta? - me parecía tan fácil que la pregunta era evidente
Pierdes la apuesta si se dan cuenta que no estás dormido - Dijo pícaramente
Vale
Apuesta aceptada, y llegó la hora de los conciertos de la noche, tomamos algunas copas mientras veíamos el concierto, Vane y yo comenzamos a tontear haciéndonos los borrachos y nos fuimos como 30 minutos antes de acabar el concierto.
Al llegar al Camping Vane abrió la puerta de la tienda de campaña, era una noche calurosa, así que lo de dormir desnudos iba a ser casi una bendición, entramos y me dijo que me fuera desnudando. Mientras lo hacía ella preparó el colchón hinchable y los sacos, que realmente no pensábamos utilizar.
Yo estaba desnudo sobre el colchón, ella se giró, abrió la puerta de la tienda de campaña y salió al porche de la tienda, abrió bien la puerta
- Disfruta del espectáculo como esos dos de la tienda de al lado
Pude ver dos chicos en la tienda justo frente a la nuestra que tomaban una cerveza mirando sin disimulo a Vane, no había nadie más en el camping.
Comenzó a desnudarse eróticamente, se quitó la camiseta y pude comprobar lo que llevaba sospechando toda la noche, no llevaba nada debajo. Nada salvo las marcas del vikini, estaba realmente morena, salvo el blanco inmaculado de sus tetas. A la luz de la farola del camping se la veía perfectamente. Se tomó su tiempo para doblar la camiseta y dejar que la vieran bien las domingas.
Se agachó junto a mi y me dijo al oído:
- Me pone cachonda pensar que esos dos van a cascarse unas pajas esta noche pensando en mis tetas - una pequeña pausa y siguió - llevamos haciendo esto desde que llegamos, no se cual de las tres les gusta más
Me quedé imaginando a Elo y Mar enseñando sus domingas... por supuesto empecé a empalmarme y mucho.
Vane se levantó, hizo como que se estiraba, se quitó los zapatos y siguió con su pantalón, era un pantalón de lino, de eso pseudo transparentes y debajo sólo llevaba un tanga rojo que por supuesto se quitó, separando bien las piernas para que los mirones de enfrente la vieran bien. Dobló con parsimonia el pantalón y se volvió a agachar a mi lado, se colocó de tal manera que en primer plano tenía su coño bien abierto y tras ella podía ver a los de las cervezas.
- ¿Me haces un hueco "chico de la poya empalmada"?
Entró, cerró la puerta, encendió una pequeña lamparita y se tumbó a mi lado agarró mi pene mientras me miraba:
- No puedo permitir que te empalmes cuando lleguen estas, así que habrá que arreglarlo... mastúrbate para mi.
Se sentó cómodamente y se dispuso a mirar, la verdad es que no me costó mucho, la miraba a los ojos y me ponía cachondo solo la sensación que me producía pensar en correrme mientras ella me miraba, mientras yo me masturbaba primero lentamente, luego más rápido, pude ver cómo ella comenzaba a tocarse los pechos y sus pezones se ponían duros. No tardé demasiado en tener una gran corrida pensando en Vane mirándome, en Eloisa desnudándose, en Mar mirándome la poya... y en mi sin poder moverme.
Vane cogió una klinex, me limpió con él mientras me acariciaba los testículos y lo dejó en el cabecero del colchón.
- Necesitaba una prueba de que habíamos tenido sexo... ahora me toca, más espectáculo para que disfrutes.
Se tumbó, abrió las piernas y yo me dispuse a mirar.
Primero jugó con su clítorix a la luz de la lámpara, pude comprobar como se ponía brillante toda su entrepierna, se lo acarició con fuerza, mientras con la otra mano abría bien sus labios vaginales. Comenzó a gemir más fuerte y mientras seguía acariciándose se metió dos dedos, los metía y sacaba con agilidad, abriendo cada vez más las piernas. De repente levantó el culo y cerró las piernas, estaba claro que se había corrido brutalmente, se dejó caer y me sonrió.
- Vaya, te has vuelvo a poner cachondo, lo tendré que arreglar - se levantó, se tumbó sobre mi y hicimos un sesenta y nueve apoteósico. Siendo sinceros diré que me hizo un 69, Vane la chupa de una manera increíble y pude sentir en varias ocasiones como la punta de mi poya tocaba su garganta cuando se la metía completamente, además, conocedora de mis gustos, jugó con su saliva y uno de sus dedos en mi culo... vamos, que acabé corriendome en su boca.
Volvió a limpiarme, se relamió un poco diciendo esa frase suya de "rico, rico" y se tumbó junto a mi.
Pasaron unos 20 minutos y oí ruido, llegaban Mar y Elo. Yo a lo mío, dormir. Al abrir la puerta la conversación que pude oír, primero en susurros y luego normal cuando pensaron que estaba dormido, fue la siguiente:
¡Serás cabrona! Te lo has follado - le reprochó Elo
Eso no se le hace a un ex, y menos a unas amigas con las que vas a dormir en pelotas - eres capaz de todo por ganar una apuesta ¿verdad? - esta vez fue Marta la criticona
Bueno, estaba un poco pasado, yo un poco caliente... no os preocupéis, está grogi total, casi no me aguanta ni el polvete -alegó la chica más salida que he conocido - en cualquier caso si no queréis dormis vestidas, y la apuesta la gano yo.
Y una leche, ni lo sueñes, domirmos todas en pelotas y listo, sólo que podremos ver poya esta noche - Elo cayó rapido al "no hay huevos"
¿Está muy, muy dormido? -Preguntó Marta
Totalmente - dijo la intrigante Vane - mira, me dio un empujón y disimuladamente lance un penoso quejido
Comenzó a partir de ahí un espectáculo que ya me gustaría haber visto del todo, pero que sólo pude entrever abriendo muy poco los ojos.
Mar y Elo salieron al porche y se desnudaron con el mismo ritual que Vane, deduje que los cerveceros seguían ahí. Pude ver las enormes tetas de Elo y las perfectas curvas de Mar.
Entraron en la tienda y pensé que directamente se dormirían, pero no, a Mar se le ocurrió hacer unas fotos, primero me sacó solo, luego se fue tomando libertades y se hizo una foto con mi poya, una foto con su coño sobre mi cara. Coño totalmente depilado, por cierto, os puedo asegurar que lo ví muy bien.
Le pasó el móvil a Elo y se hizo unas fotos conmigo, entre ellas una simulando como que me comía el capullo, otra chupándome un pezón... imaginación al poder.
Mientras me deleitaba observando con dificultad sus cuerpos desnudos, pensé que ahora se irían a dormir, pero nada más lejos de la realidad.
Bueno, no nos olvidemos del trato, hoy le toca a Elo - dijo Vane ¿le toca? ¿el trato? vaya, habría más. Elo tomó la palabra.
Y una mierda, lo flipáis, con él aquí ni de coña, que me vea en pelotas cuando se despierte no pasa de anécdota pero que me pille dormida así...
¿Te estas rajando? Sabes que quien rompa el trato tendrá que estar desnuda todo el último día mientras estemos en la piscina ¿lo prefieres? - Marta sonreía mientras decía eso
¡¡¡Qué cabronas sois!!! vale, venga, rápido que solo pensarlo me pongo cachonda - Elo accedió a eso que yo todavía no sabía que era.
Mar se acercó a su maleta y sacó una bolsita, sacó de ella algo que no llegué a visualizar al principio, mientras, Elo se puso a cuatro patas sobre el colchón. La verdad es que la postura era interesante desde mi "dormida" posición, estaba justo detrás de ella y podía ver su culo, su coño rasurado y, a través de sus piernas, sus tetas colgando.
Mar y Vane comenzaron a sobarle las tetas y el culo, Vane se centro en las tetas, se tubó bajo Elo y estuvo mordisqueando sus pezones, de vez en cuando me miraba y sonreía, con las tres tan ocupadas podía abrir un poco más los ojos y disfrutar del espectáculo.
Mar, mientras tanto, se dedicó a lamer el coño y el culo de Elo, cuando por los gemidos de Elo pensó que debía estar lista cogió un consolador enorme (que era lo que había sacado de la bolsa) y se o metió sin muchas contemplaciones. Mientras lo metía y sacaba continuó lamiendo el culo de Elo y pronto metió uno de sus dedos, cosa que hizo que arqueara su espalda y lanzara un grito de placer.
Vane se levantó, cogió un arnés con un pene que era lo otro que Mar tenía en su bolsa, se lo puso lanzándome miradas picaras, y quitando la mano de Mar del culo de Elo comenzó a metérselo por el culo. Follada vaginal con un consolador enorme y anal por parte de una de sus amigas... Elo comenzó a gemir más fuerte, se dejó caer sobre el colchón mientras mordía el saco de dormir para no gritar, poco después grito un "vale, no puedo más" que hizo que Mar y Vane dejaran lo qe estaban haciendo. Eso si, le dejaron los agujeros ocupados, Mar dejó el consolador bien dentro y Vane se quitó el arnés y se lo dejó metido en el culo.
- No has durado nada - sonrió Vane - Ala, ahora a dormir, recuerda que no te puedes quitar eso - le giñó un ojo mientras se tumbaba a mi lado
Apagaron la luz y poco después noté como Vane agarraba mi poya y me masturbaba, me susurró un "quieto, yo solo" al oído siguió cascándome una de las pagas más excitantes de mi vida: con tres tías, en una tienda de campaña y después del espectáculo. Cuando acabó y se aseguro que mar y Elo estaban dormidas se incorporó, me lamió la poya y cogió con su lengua el semen que había caído sobre mi pecho, me dio un largo beso y se tumbó a dormir.
Caí rendido hasta la mañana siguiente, cuando me desperté Elo seguía dormida, el consolador se había salido, pero el arnés seguía en su culo. Vane ya estaba despierta, me hizo salir de la tienda y no hablamos más del tema, eso si, me dijo que
”apuesta ganada".
El último día de camping Elo estuvo totalmente desnuda mientras estuvimos en la piscina (duró poco ya que vino el socorrista y la echó), por mi parte disfrute del streaptease todas las noches, y me masturbé sabiendo lo que estaban haciendo momentos después y pensando en a quién le tocaría esa noche.
Hasta aquí las cuatro mejores apuestas, por si alguno no se lo ha preguntado todavía, yo haré la pregunta ¿Qué ganaba yo al ganar las apuestas? Pues el que ganaba la apuesta sabía que el otro sería su esclavo sexual el día que el ganador decidiera y sin ningún tipo de excusa durante cuatro horas.
He gastado ya tres de las cuatro apuestas ganadas. Una el día de su licenciatura en la universidad, me la estuve follando en un hotel junto a la universidad justo antes de licenciarse; otro un día de navidad justo antes de la cena; otro el día que, mientras salía con uno de mis mayores enemigos, se iba a ir de vacaciones, nunca la he follado tan salvajemente como ese día y de algo sirvió, a la vuelta lo dejó con él y dijo que era porque no la satisfacía en la cama. El cuarto lo utilizaré el día de su boda, si algún día se casa, morbo asegurado.