Las Crónicas de Andrea Harrison 5

Lily tiene planes para con Andrea, pero no la ve demasiado receptiva... así que decide aprovechar sus talentos para convencerla y enseñarle lo que puede lograr con sus capacidades.

El poder que le había mostrado Lily no parecía conocer límites. ¿Acaso podría negarse, si quiera? Estaba segura de que encontraba aquello muy divertido. Seguramente bastaría con chasquear los dedos y haría cualquier cosa que le pidiera. Prefería mantener la consciencia el máximo tiempo posible… y eso sin pararse a pensar aún en Victoria. Notaba la boca seca al tratar de hablar.

_ ¿Qué es lo que quieres de mí? _ Preguntó, notando cómo su vista se dirigía inevitablemente a Victoria.

Ante un gesto de Lily, la muchacha se apartó, confundida, y se limpió con la mano los flujos de la psicóloga. Seguía estando algo confundida, con la mirada perdida. Instintivamente se acomodó en la cama junto a Andrea y comenzó a jugar consigo misma. Lily sonrió mientras se subía las bragas y el pantalón con parsimonia.

_ Pero no me mires así, Andrea._ Sonrió y la tomó del mentón._ ¿Estás molesta? Si ni siquiera sabes lo que te voy a pedir.

Se acercó y le dio un beso en los labios, con mucha calma. Andrea respondió por inercia. Su cuerpo se relajó un poco cuando Lily le acarició el rostro, pero se tensó rápidamente cuando le puso la mano sobre el paquete. Su miembro se puso duro muy rápido. Lily sonrió. Andrea ya notaba cómo le costaba pensar cuando la sangre abandonaba su cerebro.

_ Lo que quiero… es que sometas a otra chica… Que te adueñes de su mente… que la hagas enteramente tuya…_ Le apretó las pelotas, provocando que gimiera. _ Piensa en ello como otro paso para recuperar a tu chica.

_ Allison…_ Susurró. Su miembro se puso aún más duro en la mano de Lily.

_ Sí…_ Le bajó los pantalones con mucho cuidado y siguió tocando su miembro sobre el calzón.

_ Imagina a Allison… a tus pies… suplicando por chuparte la polla…

Le bajó lentamente el calzón y jugó un poco con su polla. Le hizo un gesto a Victoria y la muchacha, sibilinamente, se metió la polla en la boca y empezó a chuparla como tan bien sabía. Andrea sintió que se perdía. Su mente se derretía ante el trabajo combinado de las dos féminas.

_ Pero… ¿Por qué conformarse? Imagínate a Allison y a Victoria, juntas… entregándose a ti en cuerpo y alma…

Andrea soltó un largo gemido y Victoria redobló sus esfuerzos bucales, ruidosamente. La rubia se sentía sometida por su miembro, dominada por su deseo. Se imaginaba a las dos mujeres, ofreciéndole sus cuerpos. Se imaginaba cómo atravesaba el coño de Victoria, mientras Allison mordía sus pechos, adorándola, venerándola. Su deseo interior de dominar la estaba gobernando por completo.

_ Imagina todas las chicas que podrían someterse a ti. Todas ellas deseando complacerte. Céntrate en ese pensamiento.

Andrea babeaba, embriagada por el placer y sus fantasías de poder. Lily retiró lentamente a Victoria y empezó a comerse ella misma el miembro, relegando a la rubia a la tarea de chuparle las pelotas. Andrea finalmente se acomodó y llevó sus manos a sus pechos. Su mente estaba llena de imágenes de mujeres que se sometían a ella, que la alababan y se entregaban en cuerpo y alma a complacerla.

Su moralidad chocaba fuertemente con esos deseos primigenios. Y estos estallaron en un poderoso orgasmo en el que se descargó en la boca de Lily, y se desplomó sobre la cama. Su cuerpo estaba dominado por una agradable debilidad, respiraba pesadamente, las endorfinas aún fluían por su torrente sanguíneo. Lily se acercó y le susurró al oído.

_ Lo que quiero que hagas… es que hipnotices a la compañera de piso de Victoria… quiero que la hagas tuya…_ Le susurró dulcemente, soplando en su oído, lo que produjo un estremecimiento.

_ Vale… puedo hacerlo…_ Susurró, rindiéndose ante su instinto.

_ Oh… y una cosa más…_ Le acarició la melena rubia. _ Verás… quiero que seas exigente con ella… No te conformes con lo mínimo… ¿Entiendes?

_ No estoy… segura…

_ Tus chicas deberían ser las mejores, ¿No crees? Si hay algo en lo que no cumple… asegúrate de que lo sepa…_ La miró a los ojos. _ Prométemelo.

Andrea sintió un escalofrío que le recorría la espalda. Aquello no era una petición, era una orden directa. Una que no convenía desobedecer.

_ Te lo prometo.

_ Bien… Victoria. _ La rubia la miró instintivamente, aún cuando sus ojos no la enfocaban. _ Cuando chasquee los dedos, todas las sugestiones que yo te he implantado desaparecerán… olvidarás todo lo que has hecho conmigo. Sólo aquello que Andrea ha hecho permanecerá en tu mente.

Se acercó a la puerta y dio un chasquido antes de salir. Victoria volvió en sí, y por algún motivo se echó a reír.

_ Estoy un poco dormida pero… ¿Te acabo de chupar la polla? _ Se echó a reír. _ Menudo despertar… Te quejarás.

Se acercó y le dio un tierno beso. Escuchó ruido en la planta inferior. Debía ser la compañera de piso de Victoria… su siguiente víctima. Su miembro, aún flácido, dio un respingo. Estuvo a punto de darle una orden directa a Victoria… pero se lo pensó mejor.

_ Victoria, quiero que entres en trance, ya. _ Le ordenó.

Victoria al principio mostró confusión en el rostro, pero rápidamente su mirada se perdió y su rostro quedó relajado. Parecía una muñeca, con los ojos vidriosos.

_ A partir de ahora, cada vez que te diga “Duerme, victoria”, caerás en este trance. Asiente si me has entendido.

Victoria movió la cabeza en un gesto afirmativo.

_ Y despertarás sólo cuando yo te lo ordene.

_ Sólo cuando tú me lo ordenes. _ Repitió, con voz monocorde.

_ Este gatillo sólo funciona si soy yo quién te lo dice.

_ Sólo cuando tú me lo dices.

_ Muy bien, Victoria, despierta._ Andrea chasqueó los dedos y Victoria volvió en sí.

_ ¿Estás bien? Estás muy rara esta mañana. _ Victoria se desperezó.

_ Apriétate el pezón izquierdo.

Efectivamente, en cuanto se lo ordenó, Victoria se pellizcó el pezón en un gesto casual. Ni se paró a pensar en ello.

_ Duerme, Victoria.

Con la misma facilidad que había caído la primera vez, el trance se adueñó de Victoria. Lily probablemente se hubiera asegurado de generarle un trance profundo para esos casos. Con otras chicas tendría que asegurarse ella misma de hacerlo.

_ Victoria, a partir de ahora, sólo obedecerás mis órdenes cuando estés en trance, a menos que yo te indique lo contrario durante el mismo.

_ Sólo obedeceré durante el trance.

_ Si te ordeno que hagas algo después, obedecerás, pero sólo si la orden ha sido dada durante el trance.

_ Sólo si la orden ha sido dada durante el trance…

_ No obedecerás mis órdenes estando despierta, a menos que te lo ordene durante el trance.

_ No obedeceré si estoy despierta._ Repitió.

Andrea suspiró aliviada. Quería tomarse las cosas con calma y cuidado. Paso a paso. Se había metido en ese lío porque Lily le había dado control total. Quién sabe, si seguía sin un límite y en algún momento se enfadaban y le decía “Que te follen”, por ejemplo, quizá la descubriera buscando a una persona al azar para hacerlo. Y aunque la imagen la ponía tan cachonda que notaba cómo su polla volvía a ponerse dura, no quería exponerse al riesgo de acabar convirtiendo a su “novia”, en una fulana… para con los demás.

_ 3…2…1… Despierta.

_ Oye… Estoy super grogui, creo que necesito un café. Deberíamos ponernos algo y bajar. _ Dijo, con un largo bostezo._ Jennifer se va a mosquear.

_ Claro, pero antes pellízcate el pezón izquierdo. _ Le ordenó.

_ ¿El pezón izquierdo? Pero qué cosas tienes. ¿Por qué el izquierdo? _ Se echó a reír. _ Estás un poco zumbada esta mañana… Pues te fastidias.

Y, como riéndose de ella, se pellizcó el pezón derecho. Andrea sonrió.

_ Duerme, Victoria. _ La muchacha cayó en el trance sin llegar a soltar el pezón.

Andrea podría acostumbrarse a eso. Esa mirada perdida, esa mancha de flujo que destilaba de su sexo… el rostro relajado y la expresión babeante. Pero no, tenía un objetivo, y debía cumplirlo.

_ ¿Jennifer es tu compañera de piso?

_ Sí… _ Susurró, con esa voz monocorde tan excitante.

_ Cuando respondas una pregunta estando en trance, siempre responderás llamándome, “mi amor”. _ Sonrió, divertida.

_ Sí, mi amor. _ Respondió con naturalidad._ Como desees, vivo para complacerte.

Andrea se paró a pensar en las cosas que le había gritado mientras se la follaba. En el calor del momento no se paró a pesar en cómo calarían en ella, pero estaba claro que las había interiorizado profundamente. En ese momento no eran peligrosas… pero debía pararse a pensar en ese poder en el futuro.

_ Exacto, vives para complacerme… y por eso harías cualquier cosa para hacerlo.

_ Cualquier cosa…

_ Y a mí me complace acostarme con otras mujeres además de contigo. Así que es natural que eso te complazca.

_ Yo… _ Pareció dudar.

_ ¿Acaso no quieres complacerme?

_ Quiero complacerte. _ Se reafirmó.

_ Y lo harás de cualquier forma.

_ De cualquier forma.

_ Conseguir que otras mujeres se acuesten conmigo es una forma de complacerme. Así que lo harás.

_ ¿Lo haré? _ Lo preguntó.

_ Lo harás, para complacerme.

_ Lo haré para complacerte_ Dijo, más segura.

_ Es más… te excita mucho complacerme…

_ Me excita mucho… complacerte. _ Se interrumpió para emitir un gemido.

_ Que me acueste con otras mujeres me complace… así que te excita.

_ Me excita… que te acuestes con otras mujeres…

_ Eso es… te excita mucho. Ver cómo me follan otras te vuelve loca.

_ Me vuelve loca. _ Comenzó a mover las caderas instintivamente.

_ Casi tanto como hacer tríos. Te encanta hacer tríos, porque eso me complace mucho.

_ Tríos… sí, mi amor_ Masculló, mientras llevaba instintivamente la mano a su sexo y empezaba a frotarlo.

_ Y por eso… tú vas a ayudarme a follarme a Jennifer.

_ Ayudarte… follar… Jennifer. _ Parecía que le costaba asumirlo.

_ Si lo consigues… haremos un trío.

_ Trío… sí… yo quiero trío. Follémonos a Jennifer. _ Sonrió ampliamente.

_ ¿Quieres ver cómo me follo a Jennifer?

_ Quiero ver cómo te chupa la polla.

Andrea se sorprendió. No sabía de dónde salía aquello. ¿Acaso era una fantasía de la propia Victoria?

_ Sí… quieres ver cómo me chupa la polla. _ Reforzó esa idea. _ Quieres sujetarle la cabeza para enseñarle cómo se hace. Tiene que aprender a darme placer como tú sabes hacer.

_ Tiene que aprender…_ Se frotaba el clítoris con insistencia. _ Tiene que saber cómo darte placer.

_ Bien… Victoria… quiero que recuerdes esto…_ La miró a los ojos. _ Cuando chasquee mis dedos vas a tener un orgasmo. Pero antes, quiero que me recuerdes lo que has aprendido.

_ Sí, mi amor.

_ Con cada cosa que recuerdes estarás más cerca del orgasmo, pero no te correrás hasta que yo chasquee mis dedos. ¿Has entendido?

_ Sí, mi amor. _ Dijo, sonaba algo desesperada.

_ Bien, dime que has aprendido.

_ Me excita mucho complacerte… _ Gimió y se tocó más fuerte.

Andrea se notaba dura como una piedra, pero sabía que debía esperar, ser paciente.

_ Acostarte con otras mujeres te complace.

Comenzó a hurgar con insistencia en su interior.

_ Verte follarte a otras mujeres… me excita.

Frotaba con más ganas su sexo.

_ Quiero ver cómo Jennifer te come la polla.

Empezó a gruñir como un animal en celo, buscando su orgasmo desesperadamente.

_ La enseñaré cómo complacerte.

Se frotaba con tanta fuerza que daba la impresión de que se iba a hacer daño.

_ Harás lo que sea para conseguir que Jennifer me coma la polla.

_ Haré… lo…que…sea…_ Respiraba entrecortada entre los gruñidos_ Para que… Jennifer… te coma la polla.

_ Bien. Eso quería oír. 3..2…1 córrete_ Andrea chasqueó los dedos.

Victoria se dejó caer sobre la cama, debatiéndose, presa de un poderosísimo orgasmo. Se quedó tirada en la cama, con una sonrisa estúpidamente feliz, y aun liberando flujos.

_ Cuando chasquee mis dedos, vas a despertar. No vas a notar nada fuera de lo común en ti. No recordarás que te he hipnotizado ni nada de lo que te he dicho, pero cumplirás con todo lo que has aprendio. 3…2…1… Despierta.

Con un chasquido, Victoria abrió los ojos y se desperezó.

_ En serio… necesito ese café…_ Lanzó una mirada a la hinchada polla de Andrea. _ Después podemos hacer algo con esa “hinchazón”.

_ He escuchado abajo a tu compañera de piso… no puedo bajar así. Notará el bulto… hasta mi voz está ronca.

_ ¿Y qué esperas? ¿Qué te la chupe? _ Victoria se sonrojó, seguramente imaginando a Jennifer chupándole la polla.

_ Pues… la verdad… no estaría mal, no.

_ Andrea… de verdad que quiero ese café.

_ Vicky… porfa… compláceme.

Victoria pareció quedarse parada un segundo antes de arrastrarse hasta aquella polla y comérsela con ansia. Andrea sonrió… tenía ganas de conocer a Jennifer.