Las costumbres de las vecinitas

Mientras me mira con cara picara y maliciosa, coge y saca mi miembro, rodeando mi tronco con su mano, apretando sus dedos a la carne dura. Se inclina, acercando su boca a mí polla… uuuffff!!.

Las costumbres de las vecinitas

Antes de nada, agradecer tantos a aquellos que me leéis como los que me ponéis un comentario, ya sea mediamente al mismo portal de www.todorelatos.com como a mí email, pues por vosotros me dais ánimo a continuar, siguiendo a plasmar mis confidencias.

Bueno antes de comenzar me presentaré, mi nombre verdadero es José, aunque me esconda detrás de mi seudónimo Jhosua o Morbiux, actualmente tengo cuarenta y cinco años, casado y sexualmente satisfecho a pesar de no ser un adonis, un semental o un fuera de serie. Comprendo que muchas de mis experiencias os parecerán historias de ficción, fábula o invención, pero nada más lejos de la realidad, ya me gustaría muchas veces pues me han acarreado más de un disgusto. Desde muy joven tengo fama de mujeriego, cosa que mi propia mujer puede atestiguar, pudiendo decir que todas mis experiencias, están rigurosamente basadas en experiencias vividas a lo largo de estos años. Contadas siempre que el tiempo me lo permite, tal como sucedió, dicho esto comenzaré.

Cuando hablo tanto de las experiencias con mis vecinas, no es por hablar, no digo que sean unas salidas o que tengan rasgos a la infidelidad, no los excusos ni tampoco me gusta criticarlas, pues nosotros estamos iguales. Pero también es verdad que esto va de la mano de la climatología, pues en invierno notas que hay menos influencia que en verano.

Dando un ejemplo, podría deciros no la última, pero si la antepenúltima. Como tantas veces me he repetido, resido más que vivo en un bloque de pisos no muy viejo, piso que en su día me compre cuando era soltero cuando me emancipe, como se dice hoy en día sin carga de hipoteca. Además, siempre he dicho que me siento afortunado por donde vivo, debéis de saber que esta vivienda en particular, como he dicho anteriormente es mi piso de cuando era soltero, no queriéndolo vender por lo que pasará en un futuro más viendo el panorama últimamente de la vida en pareja.

También debo decir que esta vivienda la utilizo también como lugar de trabajo, pues como ingeniero me traigo mucho trabajo para casa, pudiéndolo hacerlo desde la distancia. Debo de decir que mi piso da al exterior, teniendo las ventanas de los dormitorios principales dando a la calle. El despacho en concreto, lugar de trabajo, tengo ubicada mi mesa de trabajo pegada a la ventana, manera que aprovecho la luz de la calle y de paso no me deslumbra.

Esto tiene un doble efecto, no siendo otro que el trabajar y de paso cuando las musarañas acechan, me da por mirar a mis vecinos de enfrente, vecinos que en su gran mayoría son vecinas ya que sus maridos trabajan, o en el caso que ellas también, no congenian con el horario laboral. Debo de decir que estas, me proporcionan una grata visión de sus quehaceres diarios entre otras cosas, faenas que a veces sabiendo que son observadas no ponen impedimentos.

Debo puntualizar que el bloque de frente, no está precisamente lejos que digamos, no digo que este a escasos metros, pero la distancia no excede los veinte metros, ya que esta longitud la compone: acera, aparcamiento en batería, carril auto de un sentido, carril bici, carril auto en sentido contrario, aparcamiento en batería y nuevamente acera. La calle está en un desnivel que apenas notas a pie de calle, pero desde la altura lo vez mucho mejor, como yo que desde mi piso que es un segundo, puedo ver con toda claridad y lujo de detalle el primero, teniendo el segundo un poco más bajo que el mío.

Como he dicho anteriormente, voy a narraros mi antepenúltima experiencia con esta mujer. Como sabéis, soy un hombre casado de cuarenta y cinco años, hombre cuyo físico es normal a pesar de estar en forma. Sexualmente no me quejo mucho, pues tengo una mujer tan ardiente como yo, quizás era más antes que ahora, pero bueno eso es la vida y que va con la edad.

Sé que, de mis experiencias opináis que son demasiado imaginativas, pues opináis que me ocurren con demasiada frecuencia, siendo muchas increíbles e incluso anormales. Pero yo siempre he dicho que las oportunidades son para aprovecharlas, no digo que no me equivoque o de un paso en falso, pero si surge algo de tonto es no aprovecharla. Bueno dicho esto, voy contaros como sucedió…

Tenía un proyecto complicado y le hice saber a mi mujer que me iría a mi piso a trabajar, está sabiendo que es verdad no es de las que me pone pegas. En verdad al proyecto le faltaba la documentación, donde se me da mejor redactarlo en allí, estaba en medio del presupuesto cuando levanto la mirada, dándome por mirar al bloque de enfrente. Bloque que se compone de cinco portales, cuya panorámica de esas viviendas me lo da tres de ellos, pues como he dicho me da por mirar hacia el fondo. No viendo apenas movimiento ese día, persianas bajadas o semí bajadas en todo el primero, sube la mirada y el segundo es más de lo mismo, siendo la excepción del segundo de mi izquierda. Segundo que la persiana se encuentra a medias, ventana abierta y cortina retirada, me quedo con la mirada fija en ella, intentando recordar que vecinos o vecina vive ahí.

Fui a retirar la vista cuando apareció una silueta femenina, silueta de una mujer que rondaría entre los treinta y los treinta y pocos años, delgada… muy delgada, casi me pareció en un primer momento anoréxica. Sigo, alta… rondaría entre el metro setenta o quizás el setenta y cinco, morena o quizás de cabellos castaños, no muy bella y con gafas. La veo que entra en el dormitorio, vestida con pantalón corto deportivo y una camiseta, dando por hecho que viene del gimnasio o de correr. Esta coge y con inercia, quizás sin darse cuenta de que tiene la persiana a medio subir, coge y se quita la camiseta, el sujetador deportivo y me deja a la vista sus pechos desnudos… uuummm!!. Pechos que para nada son espectaculares, pero aun así son pechos, una parte más la anatomía de una mujer que me fascina. Como he dicho, está mujer mostraba sus senos flácidos y caídos, no mostrando causas que fueran por dieta, embarazo o edad.

Cuando esta se percató de la persiana, quizás porque se sintiera observada, fue a echarla y fue cuando me descubrió. Se quedó unos minutos inmóvil mirándome, minutos que me quedé mirando, temeroso, pero al mismo tiempo, sentía una sensación extraña, una mezcla de miedo y al mismo tiempo excitado, ¡no sabría explicarlo… mmm!!, pero aun así no aparte la mirada de ella. Está mostraba su desnudez aún, desnudez que duro eso... minutos, reacciono y tiro de la correa de su persiana, cerrándose está a cal y canto. Pensé que era quizás algo casual, no llegando ni a pensar que esta se lo mentaría a su marido, cosa que me equivoque.

Pues un chico que en su momento supe que es su marido, debía de saber de mi presencia por la manera en la que actuó, no siendo casualidad la vez que entro en su dormitorio, dirigiéndose directamente hacia la ventana. Subió la persiana del todo, miro de un lado hay el otro, quedándose fijamente mirando hacía la mía, como si me buscará, cosa que estaba, pero esa vez de estar en mi despacho estaba en mi dormitorio. Tras quedarse unos minutos, tiempo que di por hecho que esperaba que apareciera, acabo por retirarse, bajar la persiana y marcharse. Esto duro durante unos días, hasta que me vio y se quedó apoyado en el marco de su ventana, tiempo que estuvo durante un par de días, cerciorándose que no estaba en plan mirón y que mi presencia allí, era quizás puramente laboral… o al menos eso pienso yo.

Me di cuenta de su rutina, no porque no tuviera yo nada que hacer, pero algo de ella llamo mi curiosidad. Sabía que ambos trabajaban, perro era en distintos turnos, coincidiendo a escasas horas. Ella salía a correr temprano como yo, habíamos coincidido un par de veces corriendo alrededor del parque. Luego ella se marchaba a trabajar e ignoro hasta que hora, marchándose su marido alrededor de las once de la mañana a trabajar, sabiendo la hora al verlo esperando sentado en la parada del autobús, no viéndola hasta las ocho y media de la tarde o quizás más tarde. Durante días deje de verla, no importándome demasiado, pues como digo tengo más vecinos que ver sus vidas cotidianas, no me considero mirón, pero me llama la atención sus quehaceres diarios, pues muchos son de libro.

Bueno continuo, pensé que lo de aquel día fue algo fortuito, no volviendo a pensar en ello, yo continuaba con mí rutina, entraba y salía. Trayéndome trabajo a casa, saliendo cuando tenía que verificar alguna obra, regresando a almorzar, volviendo a mi proyecto tras un descanso. Encendía mi portátil, ponía la radio y acababa por sentarme, no recuerdo el tiempo que llevaba, cuando levante la vista de la pantalla. Vista que fije precisamente en esa ventana, dándome cuenta que la persiana estaba subida del todo, ventana que solo cubría parte de ella una de las cortinas. Extrañado sí… pero no, para que me coma la cabeza el motivo. Pero minutos más tarde, entro esa mujer con prisa, no reparando en mirar si la persiana de su ventana estaba echada o no. Simplemente entra y sin pensárselo dos veces, comienza a desvestirse, comenzando por descalzarse, ¡continuando por quitarse la ropa de calle que tenía hasta quedarse en braguitas… uuummm!!, luego continúa por ponerse el pijama, pijama que las únicas prendas que la compone, era un pantaloncito corto y una blusa de tiranta.

Yo me deleito simplemente con ese acto, tiempo que me doy cuenta que podría haberse puesto alguna prenda en vez de esperar al estar desnuda, prenda que podría haber sido cualquiera y que hubiera sido lo más lógico. Tiempo que me pude recrear con esta vecina, como he dicho no es un top model o figura como la de mí mujer, pero aun así tiene algo que atrae y de paso, ¡me pude fijar en qué tipo de braguitas lleva… uuummm!!

Además, no hubo mañana o noche que al descambiarse, no hiciera lo posible por ocultarse o poner los medios necesarios, medios que era tan simple como echar la persiana o cortinas. Pero incluso me di cuenta, que esta miraba a modo de percatarse que estuviera yo ahí. Pues con la persiana a medio subir, veía su rostro a través del hueco o espacio de esa casi bajada persiana, desapareciendo para ver como esta sube, descorre las cortinas. Cierto día fue la guinda, pues todo era normal hasta que apareció, pude verla como iba vestida de haber estado en la calle. Camino hacia el fondo del dormitorio, colocándose frente a su armario, corriendo una de las puertas de este, miro las prendas que tenía colgada en su interior, escogiendo algunas. Para continuar por desvestirse sabiendo de sobra que la estoy mirando, ignoro si habría más como yo, perro me quedo mirándola y admirando como esa mujer va despojándose de sus prendas. Desde la lejanía puedo apreciar su delgadez, mujer de esas de las que yo digo… “Necesita un plato de puchero”.

Los días pasan dejando que las semanas se conviertan en meses, hasta que un día pasa lo que debía de pasar. Día como otros, día laboral en el cual me cogió de regreso a mi domicilio laboral, conducía de camino a casa cuando me pare en el Carrefour a echar gasolina, poniéndome de nuevo en camino hacia casa. Viendo a diez metros la silueta de una mujer en la parda del autobús, silueta que no era otra que la de mi vecina, decidiéndome detenerme y tras bajar la ventanilla. Cojo y le digo…

  • “Hola, perdona que te moleste, mira no nos conocemos en persona, aunque somos vecinos de bloque”.

  • “¿Quieres que te acerque?”.

Ella me mira y responde…

  • “Sí, te he reconocido, sé quién eres”.

Respuesta que me deja un poco helado, pero aun así insisto. Ella duda unos escasos segundos, acabando por responderme…

  • “Vale de acuerdo”.

Abre la puerta y se mete dentro de mi coche, tiempo que me fijo extrañado como esta con un vestido en vez de llevar pantalón. Viendo el tráfico, acabo por sugerirle tomar otra carretera, carretera que aunque sea más larga, acabaríamos llegando. Ella asienta con la cabeza dándome su aprobación, cojo y bajo el volumen de la radio a modo de poder conversar, soltando al principio tonterías y frases sin pies ni cabeza. Soltándome ella…

  • “Te he visto como me miras desde tu ventana. ¿Te parezco atractiva?”.

Pregunta que me deja helado, pero que decidido por intuir que eso puede llevar a buen puerto. Respondo, no sin antes disculparme…

  • “Discúlpame, no lo he podido evitar. Trabajo desde casa y no tengo costumbre cotillear a mis vecinos, ¡pero cuando te he visto desnuda… puuuffff!!, no veas como me has puesto”.

  • “Que mentiroso que eres, ¿Cómo te va a gustar una mujer como yo? Apenas sin tetas, casi anoréxica y para nada atractiva”.

  • “¿Qué te pasa, eres ciego, subnormal o desesperado por echar un polvo?”.

Disculpándose al momento por sus palabras y menosprecio hacia mí. Respondiéndole yo antes que ella continuara…

  • “Para nada soy ciego, una mujer me gusta por lo que es, no siempre me atrae una mujer atractiva o de buen cuerpo con sus atributos. Tú por ejemplo de verte cada día me gustaste, no me pregunté el motivo”.

  • ”Mira, no soy subnormal por ello y lo de desesperado por echar un polvo, creo que te equivocas, pues con preguntarle a mi mujer cuanto le hechos cada día, quizás te sorprendas”.

Ella me sonríe, intentando cambiar de tema coge y me suelta…

  • “Entonces te gusto, tanto como para poder ligar conmigo”.

Contestándole…

  • “Que va, simplemente quería ser sincero contigo, no deseaba que mis palabras dieran esa sensación”.

Entonces no me deseas

  • Claro que sí, no me importaría que en medio de esta conversación meterte un poco de mano”.

Respondiendo…

  • “Lo sabía. Que cacho de cabrón eres”.

  • “Sabía que deseabas que me subiera a tu coche para aprovecharte de mí, estoy incluso segura que sí no fueras porque conduces, me besarías y me estarías metiendo mano”.

Cosa que, tras coger la indirecta, cojo y giro a mi izquierda, tomando el acceso a un polígono Industrial, continuando hasta detener mi coche a medía calle, deteniendo mi coche aún lado. Me quito el cinturón de seguridad, girándome hacia ella decidido, no mostrando duda o vacilación. Acabando por darle un beso y esperar su reacción, reacción que vino por su parte al responderme con otro, beso al tiempo que rodea mi cuello con su brazo izquierdo y posando su mano derecha sobre mi pecho… uuummm!!.

Yo contrarrestó al posar mi mano derecha sobre sus cabellos, mano que comienzo a acariciarla… uuummm!!, mientras con la izquierda la poso sobre su pecho… uuuffff!!. Pecho que, ¡aunque pequeño y flácido comienzo a magrear… aaahhh!!, comenzando ella a suspirar e incluso a gemir levemente. Notando como su mano que tiene sobre mi pecho, comienza a descender hasta acabar sobre mi entrepierna… uuummm!!. Soltándome…

  • “Veo que ya estás preparado… mmm!!”.

Aprovecho para bajar las cintas de su vestido, soltar las hembrillas de su sujetador, comenzar a acariciar sus senos con delicadeza, acabando por bajar mi rostro hacia estos y besarlos, chupo con exquisitez, lamo y succionó sus pequeños y oscuros pezones… ooohhh!!. Ella no deja de suspirar y gemir, comenzando a soltar algún que otro insulto, mientras suelta la hebilla del cinturón, desabotona el botón y baja la cremallera de mi pantalón.

La dejo hacer… uuummm!!. Asciendo desde sus senos hasta su cuello… aaahhh!!, dándome cuenta por mis muerdos que es muy sensible, no tanto como cuando le como las orejas… ooohhh!!. Ella me sorprende al separarse, sonríe al tiempo que dirige su mano bajo mi asiento, mano que tras pulsar una palanca hace retroceder mi asiento. Soltándome…

  • “Así estaremos más cómodos”.

Mientras me mira con cara picara y maliciosa, coge y saca mi miembro fuera de mi bóxer… uuuffff!!. No esperándome de ella esto, pues más perplejo me dejo cuando coge y se inclina, quedando su cabeza entre el volante y mi miembro. Miembro que sujeta con su mano izquierda, rodeando mi tronco con sus dedos y acercándoselo a su boca… uuuffff!!. No pudiendo hacer otra cosa que ayudarla, colocando mi mano izquierda en su nuca, comenzando está a lamer mi glande… ooohhh!! e ir descendiendo con sus labios por mi tronco hasta mis genitales… uuummm!!. Chupándomelos y lamiéndolos a conciencia, volviendo a ascender hasta mi glande y acabar por introducírsela por completo… ooohhh!!. Joder… poco me falto para correrme, cosa que ella tuvo que notar y que acabo por soltarme…

  • “No te correrás ya, ¡aun viene lo mejor… mmm!!”.

  • “No te comportaras como mi marido, no me digas que eres de eso que nos pone calientes y luego nada”.

Postura suya que aproveche por tirar de la tela de su vestido hacia arriba, prenda que poco a poco dejo a la vista sus braguitas… uuuffff!!, comenzando yo por acariciar y magrear sus nalgas… ooohhh!!. Jugueteando tanto con sus glúteos como por la unión de estos, acabando en sus labios vaginales… aaahhh!!. Ella jadeaba cuando se la sacaba de su boca, soltándome…

  • “No me seas malo cabrón… ooohhh!!”.

Pero cuando dos de mis dedos se introduce en su orificio vaginal… aaahhh!!, ella me responde con una atragantada de polla que en esta ocasión sí que tuve que aguantar… aaahhh!!. Cayéndome hasta un par de goterones de mis ojos… uuuffff!!. Sacandosela de nuevo de su boca y soltarme…

  • “Eres un chico muy malo… uuummm!!, me gusta… aaahhh!!”.

Volviendo a bajar su cabeza y continuar con la comida de polla y huevos… uuuffff!!. Dejándome que le dedeará e incluso aprovechar parte de sus fluidos para juguetear con su orificio anal, orificio que pude darme cuenta que aunque ella intentará apartar mi mano, aquel dedo le entraba con mucha facilidad… uuuffff!!. Ella no dejaba de chupar, tragar y lamer… ooohhh!!, no dejaba de darme una espectacular mamada… uuuffff!!. Soltándome de vez en cuando chorradas como…

  • “Tanto evitarme por las mañanas cuando corremos, para acabar precisamente aquí”.

o…

  • “Eres un egoísta… uuummm!!, mira que dejar las locuras solo para tu mujer… uuuffff!!”.

Coge y se incorpora, comienza por quitarse las braguitas, continua por levantarse su vestido, y coloca una pierna a cada lado de las mías, apoyando sus piernas flexionadas. Coge mi miembro y es ella la que restriega mi glande a lo largo de sus labios vaginales… uuummm!!, soltándome …

  • “Bueno espero que te comportes, debes de poner el listón de los hombres bien alto, pues no estoy muy contenta con los de tu sexo”.

Dicho esto, acaba por introducírsela dentro, ¡soltando un sonoro alarido… uuummm!!, quedándose unos minutos quieta y soltarme…

  • “Joder que bien a entrado… uuuhhh!!”.

Comenzando a botar, cabalgando como toda una amazona, mientras yo la tengo sujeta por sus caderas o nalgas, ¡no dejando ambos de gemir y suspirar… ooohhh!!... aaahhh!!... uuuffff!!. No llevando ni escasos cinco minutos, cuando esta entre gemidos y convulsiones, acabando por estremecer haciéndome comprender…

  • “Si… si… aaahhh!!, no pares ahora… no pares… aaahhh!!, sigue… sigue… ooohhh!!. Si… siiiii!!… aaaaaaaaaaaaaaaaaaaahhhh!!”.

Lógicamente había tenido su primer orgasmo, orgasmo que no dejo de moverse… uuuffff!!, no dejo de cabalgar al tiempo que yo chupaba sus pequeños y flácidos pechos… uuummm!!. Chupando y lamiendo esas mamas que a pesar de tener estrías están deliciosa… uuuffff!!, cosa que ella agradecía y animada me decía…

  • “Ooohhh!!... sí… si… uuuffff!!, sigue campeón… uuummm!!”.

  • “Sigue… aaahhh!!, sigue que lo estás haciendo muy bien… aaahhh!!, sigue que hoy lo bordas… uuummm!!”.

Miro hacia los lados, no por sentir presencia ni nada parecido, perro si por no tener mirones. Mientras que ella continúa disfrutando de estos momentos, acabo por proponerla continuar en el asiento trasero, continuando con ella debajo y que ella acaba aceptando. Es ella la que se aparta, ayudándola a entrar atrás, tumbándose y tras coger sus largas piernas y ponérmelas en los hombros. Cojo mi miembro y se lo introduzco, ella gime de nuevo y ahora soy yo quien la embisto… aaahhh!!. Soltándome ella…

  • “Menuda locura… ooohhh!!, no hacía tiempo que hacía una de estas y con tanto morbo… aaahhh!!”.

Arque la espalda y entre espasmos me hace entender que ha tenido su segundo orgasmo… uuummm!!, sonríe y calla… ooohhh!!, acabando por taparse la cara avergonzada. Preguntándome…

  • “Córrete cuando quieras campeón… ooohhh!!, no te preocupes tomo la píldora…aaahhh!!”.

Respondiéndole…

  • “No te preocupes, ¡yo hace años que deje de preocuparme por dejarla embarazada… uuuffff!!”.

Y acabar por correrme, soltando dentro de ella todo lo que llevaba cargaditos en mis testículos… uuuffff!!. Soltándome…

  • “Joder tío, menuda corrida me estas echando, ¡cuánta leche tienes… aaahhh!!”.

Quedándonos sentados en el asiento trasero, nos reponíamos al tiempo que le ayudaba a limpiarse, ayudándola a reponer sus ropas y ella las mías. Disculpándose una vez tras otra por esta locura, al tiempo que me hacía prometerle que no le abordaría, cosa que le hice saber que no soy de esos. Ella comenzó a explicarme…

  • “Esto ha sido una locura y lo sé, pero es que mi marido a veces me ahoga. Lo amo y lo deseo, pero a veces apenas salimos y en el sexo como es todo monotonía”.

Para un momento y prosigue…

  • “Mira y no es por menospreciarte, pero incluso mi marido a pesar de todo, tiene un pollón increíble pero el pobre no sabe cómo usarla. Le falta todo lo que tú tienes, decisión, audacia, temeridad y morbo”.

  • “Yo soy de esas que le gusta el sexo, incluso veo en mi portátil pornografía, escenas que aprendo todo lo que puedo, como lo de comerte la polla. Pues a mi marido apenas se la chupo y como mucho le pajeo”.

  • “Pero fue verte por la ventana y sentí algo, no sabría cómo explicarlo, pero sabía que podría tener una aventura, sentí que podía salir de mí monotonía, aunque fuera por una vez”.

Estando más tranquilos, volví a poner el coche en marcha, dejándola en su portal, donde sin despedirse de mí coge y entra. Donde los días han vuelto a ser los de costumbre, lleno de trabajo y las costumbres de mis vecinos. Donde ella ha vuelto a recrearse para mí siempre que podía, recrearse con sus cambios de vestimenta. Sí os preguntáis, si lo hemos vuelto a repetir, os debo de decir que no, aunque no os mentiría que hemos tenido oportunidad de haberlo repetido, no siendo en otra parte que cuando coincidimos a la hora de correr. Bueno creó que es mejor dejarlo aquí, no me enrollo más, espero que os haya gustado tanto como a mí, espero vuestros comentarios. Mi email es… jhosua1974@gmail.com