Las confesiones de niño al cura 3
Espectáculo entre la monja, Don Cesar y yo
Hoy lunes toca volver a catequesis, no puedo defraudar a don cesar, necesito ponerme unas braguitas de mi hermana pero de la bronca que me metió el otro día prefiero pedírselas.
Fui a su habitación, como cada tarde cuando llegábamos del colegio nos desnudábamos en casa ya que practicábamos nudismo, toque a la puerta
- puedo pasar
- Pasa, que quieres
Entre tocandome mi minipicha por los nervios, pellizcadola, poniéndola roja, mi hermana estaba en la cama desnuda con las piernas abiertas, dejándome ver su chochito lampiño y rosadito.
- me puedes dejar unas bragas
- Coge de la ropa sucia
- Gracias
Sali al pasillo y me dirigi al lavabo donde dejamos la ropa sucia, me metí y abrí el cesto, aparte toallas mojadas, calzoncillos míos de mi padre y al final de la cesta había unas braguitas enrolladas rosas, las desenrolle e incluso las olí, no pude aguantar, desprendía ese olor peculiar y que en un momento mi pene se empinó, no quería tocarmela más,por lo que metí mis pies en las braguitas y las deslice por mis piernas hacia arriba hasta acomodarmelas bien, me mire en el espejo y me quedaban estupendamente, incluso la ereccion que tenía solo se notaba un botóncito pequeño en las bragas, me fui a mi habitación para vestirme, menos mal que no estaban mis padres, me puse unos pantalones cortos tejanos un polo verde y mis bambas blancas,
- me voy a catequesis
Abrí la puerta y salí, mi hermana ni me contesto, mientras subía la calle Mayor hacia la iglesia, intentaba dar los pasos cortos y juntar los muslos, para sentir el roce de las bragas en mis huevecitos, sentía que me salía ese liquidito y manchaba las bragas, creo que hasta manche los pantalones.
Llegue tarde ya habían empezado la clase, la monja me miró y se levantó de la silla no sin dificultad por la edad.
- Fernando no puedes llegar tarde, necesitas un castigo ejemplar.
- Lo siento no volverá a suceder
- Eres el más retrasado de la clase, ven aquí delante
Pase por en medio de todos , eran unos 6 niños y 4 niñas, todos estaban mirándome , me puse enfrente de la mesa a la espera de lo que me dijera la bruja vestida de monja, solo podía mirar hacia la pizarra, en la mesa había una regla de madera super grande que utilizaba para señalar la lección en la pizarra, la monja cogió con su mano huesuda y la levantó al cielo
- desabróchate los pantalones
Se me abrieron los ojos como platos ,me imaginé lo que quería hacerme, azotarme con la regla, recordé que tenía las bragas puestas, iba a hacer el ridiculo si me bajaba los pantalones y me veían las bragas puestas, lo que se hacía habitualmente en estos casos era que te bajabas los pantalones un poco dejando las nalgas con los calzoncillos puestos, por lo que el azote de la regla está más amortiguada y el dolor es menor, pero no podía enseñar las bragas al resto de los alumnos por lo que me desabroche los pantalones y baje a la vez las bragas, dejando ver a todo el mundo mis nalgas desnudas, escuche risas a mi espalda, pero sabía que no eran por las bragas ya que no se veían, baje la cabeza y me puse tenso, empecé a llorar, me caían las lagrimas encima de la mesa, me pegue a la mesa apretando mi picha en la mesa para que no se me Cayeran los pantalones desabrochados y los que estaban en mi espalda se dieran cuenta de las bragas, sentí silbar la regla en dirección a mi culo,llegó el primero, me quemo desde el culo y subiendome por la columna hasta la cabeza , donde solté un grito de dolor y me retorcí encima de la mesa, no me había recuperado del primero cuando llego el segundo, el tercero, el cuarto, hasta diez.no tenía más lagrimas.
- súbete los pantalones Fernando y siéntate en tu sitio
Fui a mi silla pero al intentar sentarme fue imposible el dolor era insoportable, me quedé allí de pie
- si no te vas a sentar vete a ver a don Cesar
Salí del aula en dirección a la iglesia y al despacho de Don cesar, por el pasillo intentaba tocarme el culo con la mano y era imposible aún con los pantalones puestos,.
toque a la puerta y pase
- buenas tardes Don Cesar
Me temblaban las palabras del berrinche de llorar que me metí cuando la monja me azotaba
- que te pasa Fernando, has llorado
- Si, es que Sor Clementina me ha azotado en el culo con la regla por llegar tarde
- No hay que ser pecador, si no tendrás que pagarlo
- Si lo entiendo
Don cesar hoy tenia la sotana puesta, vino hacia mi y me tocó la cabeza y con el dedo pulgar me seco las lagrimas de la cara, me cogió de la mano
- acompáñame
Salimos del despacho y fuimos a otra estancia al lado del despacho que no conocía, era una habitación pequeña muy bien iluminada donde había una cama a la derecha , un armario a la izquierda y un lavabo al final con una bañera de esas antiguas, Don cesar no me soltaba de la mano y me metió en el lavabo, abrió los grifos del agua y empezó a llenar la bañera, comprobó el agua que estuviera a la temperatura correcta.
Don Cesar se volvió hacia mi y sin decirme nada me desabrocho el botón del pantalón y me bajo los pantalones, dejándome con las braguitas a su vista
- vaya te has acordado en venir en braguitas, qué guapo estás
Me levanto el polo hacia arriba y levante los brazos para ayudar a Don Cesar a desnudarme, metió los dedos en mis braguitas y me las bajo hasta los tobillos, cuando rozaron mi culo, chille de dolor, me dio la vuelta para observar mi culo
- vaya,vaya como te ha dejado el culito al rojo vivo
Don Cesar me ayudó a meterme en la bañera, no me atreví a sentarme, me quedé allí de pie.
- un momento que no quiero mojarme la sotana
Don Cesar se empezó a desabrochar la sotana, solo llevaba unos calzoncillos blancos de los antiguos bastante dados de sí, ya que parecía que eran más grandes de lo normal, la sotana la colgó en la percha al lado de una toalla, se acercó a mi y se sentó en el borde de la bañera, me fijé en sus calzoncillos, tenía un importante bulto justo en una mancha amarilla de pis que tenían los calzoncillos, al tener un poco las piernas abiertas y el elástico estaba dado de si, se les veían los huevos grandes peludos, se les salían por debajo, no paraba de mirarlos eran hipnóticos, me cogió del hombro y me giro, echo algo en el agua que olía muy bien, y una esponja muy suave que primero hundió en el agua para pasarla desde mi hombro hasta terminar en mi culo, me escocía pero era agradable, pasaba la esponja por todos lados de mi espalda y me volteo y me puso enfrente de el, siguió con la esponja pasándolo por el pecho hasta mi entrepierna, no sé si era por el dolor de mi culo que mi picha estaba pegada a mis huevos, en situaciones parecidas ya estaría apuntando al techo, su entrepierna crecía por momentos, sus calzoncillos tenían una presión en su interior que parecía que en un momento u otro aquello iba a explotar
- Don Cesar puedo pasar
Era la voz de la monja que estaba buscando a Don Cesar.
- pase, estamos aquí en el lavabo
Sólo me dio tiempo de taparme con mis manos mi picha y mis huevos, allí estaba la monja viendo el espectáculo, Don Cesar ni siquiera se tapó seguía con la ereccion, la monja ni se sorprendió como si lo viera normal
_ sor Clementina no puedes pegar de esta forma a los niños
Me volteo dejando a la vista ese culito completamente rojo
- lo siento de verdad es que este niño me desquicia, es el más tonto y tiene que aprender
Empece a llorar otra vez aunque lágrimas ya no me quedaban.
- Ya sabes tu penitencia si no quieres que te envíe de misionera fuera del país
Yo seguía de espaldas a ellos dos, la esponja ya no estaba y Don Cesar me estaba acariciando la espalda con la mano, llegó al culo y me lo tocó con suavidad, sentí que quería meter la mano mas adentro de mis nalgas, buscaba con los dedos algo, empezaba a restregar con su mano en medio del culo, con sus dedos llegaba a tocarme los huevos, tenía que abrir las piernas para que pasara bien los dedos, resbalaban bien gracias al jabón que había echado en el agua, empezaba a respirar entrecortado, la picha se me despertaba, había un dedo de Don Cesar que se quería abrir paso hacia dentro de mi culo, apreté el culo instintivamente, era la primera vez que intentaban meterme un dedo por el culo.
- Fernando relájate
Intente relajarme y abrir el culo, mi madre me había puesto supositorios por lo que no sería tan grave, sentí que el dedo medio de don Cesar se abría paso poco a poco en mi culo, mire hacia tras y vi una dentadura postiza encima de la bañera, eche la vista más atrás, vi la cara de Don Cesar sonriendo, mire más abajo, la poya del cura estaba fuera de los calzoncillos, por fin se la había visto, era enorme, la monja estaba de rodillas enfrente de Don Cesar, metiendose ese pedazo de carne en la boca en un sube y baja a un ritmo bastante fuerte, la nariz llegaba hasta la base de la poya, se hundía en el bosque de pelos, había momentos que le entraban arcadas de lo profundo que se la tragaba, mientras que Don Cesar me sujetaba por el hombro mientras con la otra mano intensificaba el mete y saca con el dedo que se metía con más facilidad en lo más profundo de mi culo, tenia mi picha que me iba ha explotar, me volvió a voltear poniéndome de frente sin sacarme el dedo del culo, y se metió mi picha en su boca, la chupaba como si fuera un caramelo, incluso se metió mis huevos también en la boca, la sentía caliente, húmeda y jugaba con la lengua dentro de la boca, donde me llevaba la picha de un lado a otro dentro de su boca, mientras la monja seguía el sube y baja, sentí dolor y placer a partes iguales, explote, sentí un cosquilleo en todo el cuerpo, desde mi picha hasta el último pelo de la cabeza, todavía no eyaculaba pero salía un líquido transparente que lo noto don Cesar en su boca y que se le vio en los ojos el placer de sentirla, gimió y él se corrió aguantando la cabeza de la monja con la otra mano para que no la sacara de la boca, casi se ahoga, pero se notaba que estaba tragando todo el semen que había soltado, por las comisuras de los labios se le veía que salían chorretones de ese líquido blanco que caían por ese pedazo de carne hasta llegar al bosque de pelo y quedaba como una telaraña enganchada, mientras la monja no paraba de limpiar de arriba a bajo y de abajo a arriba hasta que se la sacó de la boca, se reía y se le veían las encías sin los dientes, tenía que ser una gozada una mamada asin, supongo que sería suave, Don cesar me saco el dedo del culo, estaba como enjabonado pero marrón, supongo que por los restos de caquita que tendría en mi culo y se lo ofreció a Sor Clementina que no dudó en llevárselo a la boca y chuparlo entero como si fuera una polla, cuando sacó el dedo ya estaba limpio, la monja se pasó la lengua por los labios para asegurarse que no quedaba ningún rastro y se puso la dentadura allí mismo,que estaban en el borde de la bañera y sin decir nada abandonó el lavabo, Don cesar aun tenía la polla fuera de los calzoncillos, la tenía morcillona,colgando, aun en reposo seguía siendo enorme, había visto muchas incluso triplicaba a la de mi padre, incluso los huevos que estaban dentro de los calzoncillos eran grandes y colgantes que le sobresalían por la entrepierna del calzoncillo, me ayudó a salir de la bañera y cogió la toalla para secarme, la paso por todo mi cuerpo con delicadeza y sin dejar ningún rincón sin secar, no le quitaba ojo a la polla que se movía rítmicamente de un lado hacia otro debajo del barrigón prominente de Don Cesar, dejó caer la toalla a mis pies y cogió mis bragas y me las puso metiendo la mano en las bragas y acomodando mi picha hacia arriba ya que había quedado aplastada en mis huevos para que estuviera más comoda, me puso el polo y los pantalones tejanos, y no lo pude evitar roce con la mano aquella polla desde el pelo y recorriendo las venas de ese pedazo de carne hasta llegar al glande, con ese roce parece que se despertó de un sueño profundo y empezó a desperezarse, Don Cesar tiro del elástico de los calzoncillos y guardó su pene, le mire a los ojos.
- no todavía no estás preparado, ten paciencia mi niño
Se puso la sotana y salimos del lavabo cuando termino de vestirme
- hasta la semana que viene mi niño
- Hasta la semana que viene, dije
Empecé a bajar la calle para ir a mi casa, apenas me dolía las nalgas, me dolía más el culo, su interior era molesto pero a su vez me hacía recordar que es lo que había pasado esa tarde y me estaba excitando, llegue a mi casa y vi a mi madre desnuda en la cocina con mi hermana preparando la cena, fuy al lavabo directamente para desnudarme y poner toda la ropa en el cesto de la ropa sucia, salí y fui a la cocina
- mamá hoy sor Clementina me ha castigado y me ha pegado
- A ver date la vuelta
Me di la vuelta y le enseñé a mi madre y mi hermana como tenía el culo
- ostia como te lo ha dejado, seguro que te lo merecías, esta noche te haré una friega antes de acostarte
Cenamos todos juntos en el comedor viendo la tele, eso si tuve que poner un cojín en la silla para estar más blandito, no por los azotes, era más interior, pero estaba deseando volver a catequesis la semana siguiente para ver qué pasaba....
Necesito que los que lean mis relatos me dejen mensajes para saber si les gusta, que es lo que más les ha gustado, y si tienen alguna pregunta, estaré aquí para contestarlas todas o en privado, gracias