Las compañeras de piso

Agradable sorpresa con una compañera de piso de una amiga, a veces las que menos aparentan son las más calientes, esta es la primera parte de dos.

Lo que os cuento a continuación ocurrió hace 10 años en Málaga, a principios del verano. Dentro del grupo de amigos y amigas que éramos, había una amiga que vivía con dos compañeras de piso, como el piso era suyo, ella tenía una habitación solo para ella y sus compañeras compartían dormitorio. Una tarde tenía que dejar mi coche en el mecánico y llegué antes de que abriera, como la casa de esta amiga quedaba muy cerca me presenté allí para hacer tiempo mientras abría el mecánico.

Cuando llegué a su casa estaba ella y solo una de las compañeras de piso, estuve un rato hablando con mi amiga en el salón, mientras la compañera veía la televisión y de vez en cuando se metía en la conversación, hasta ahí todo era perfectamente normal y nada calentorro, nada que me avisara de la tarde buena que iba a pasar….

Al rato de estar allí, María (por decir un nombre) que así se llamaba mi amiga, me dijo que se iba a vestir porque entraba a trabajar dentro de una hora, así que mientras se vestía me quede con la compañera charlando y viendo la TV; la compañera estaba en Málaga estudiando, ella era de Cádiz y no era para nada la típica andaluza, tenía los ojos azules y el pelo rubio ligeramente ondulado (rubio natural, como después comprobé); de cara estaba bien, no era una preciosidad pero ni mucho menos era fea,  era sólo un poco más baja que yo, y por lo que la había visto antes estaba bien de cuerpo, era delgadita pero no demasiado, no sobresalía en tetas aunque sí que estaban ahí, no era una tabla; ni tampoco sobresalía en culo  pero tampoco es que fuera “chata de espaldas” (que no tiene culo o lo tiene “metío pa entro”), en fin que era una tía a la que ves y no te llama especialmente la atención, pero a la que te follarías sin pensártelo de ponérsete a tiro, como tuve la suerte de hacer esa tarde y descubrir en qué sobresalía esa chica que por aquel entonces tendría 20 o 21 años.

Cuando María terminó de arreglarse me dijo que si nos bajábamos juntos, a esa hora ya estaba abierto el mecánico y le dije que sí, pero su compañera me dijo que se iba a hacer un café y que si la quería acompañar…. Le dije que no, tenía que dejar el coche cuanto antes para poder recogerlo a última hora de la tarde ya que lo necesitaba al día siguiente.

Así que me bajé con mi amiga, ella se fue a su trabajo y yo llevé el coche al taller. En cuanto salí del taller pensé en la rubia tomándose el café solita en casa y pensé en acompañarla, encontré el portal abierto así que subí directamente y llamé a la puerta, en cuanto me abrió supe que había hecho bien volviendo, no me dijo nada, me agarró de la hebilla del cinturón y tiró de mí dentro de la casa, cerrando la puerta y lanzándose a comerme la boca inmediatamente, nos fuimos arrastrando por el pasillo besándonos y tocándonos, parándonos brevemente cada vez que alguna de nuestras espaldas se apoyaba en la pared para seguir así hasta llegar a su habitación. En cuanto entramos se volvió a cerrar la puerta y yo me acerqué a ella por la espalda la abrace y le puse la polla toda dura en medio del culo, ella echó su culo para atrás y empezó a moverlo suavemente, yo la besaba en el cuello y en la oreja, le levante el pelo para tener acceso a su cogote, lo besé y le dí unos pocos mordiscos suaves, por como se movía y los ruiditos que hacía, sabía que le estaba gustando… no me dejó seguir así mucho más, se revolvió y quedó frente a mí, yo iba a besarla pero me empujó hasta llevarme a la cama, se pegó a mí y empezó a besarme mientras trasteaba con el cinturón de mi pantalón para bajármelo, mientras yo le había metido las manos por dentro del short que llevaba, con una mano le tenía un cachete de culo bien cogido y apretándolo fuerte, pero a la otra la mandé de exploración un poco más adentro… allí encontró un chochito que ya estaba chorreando, sólo me dio tiempo a pasarle un dedo desde atrás hacia delante por su rajita porque ella por fin había soltado el cinturón y el botón del pantalón, y se agachó llevándose con sus manos el  pantalón y el calzoncillo. Como os podéis imaginar le quedó mi polla tiesa frente a sus ojos, la miro un segundo, la agarró con una mano, abrió la boca, me miró y mientras lo hacía sacó la lengua y me dio el primer lengüetazo justo debajo del capullo, arrastrando su lengua como si fuera un helado…. Ni me lo pensé, la cogí de la cabeza y se la enfile en la boca sin contemplaciones,  comencé a moverme dentro y fuera, dentro y fuera,… ella no movía la cabeza (no podía) solo de daba con la lengua y mantenía la “succión”, como si fuera una pajita…,  cada vez intentaba colarle  más polla dentro de la boca, creo que no le gustó demasiado, después de un par de arcadas ( ya sabéis que sin arcada no es mamada), me empujo y caí sentado en la cama, sólo un segundo estuvo mi polla fuera de su boca, ella seguía de rodillas en el suelo en el lateral de la cama se acercó un poco más y comenzó  a mamármela otra vez… iba a sujetarla de la cabeza para marcarle el ritmo pero apartó mi mano, mientras seguía chupando… así que la dejé a ella hacer… y lo hacía de puta madre…  en un momento me apoyé sobre los codos para verla trabajar bien, con la boca le daba caña a mi polla y con una mano me acariciaba los huevos, estaba flipando, pero lo que casi hace que me corra instantáneamente es que al girar la vista un poco, veo donde está su otra mano; a los pies de las camas hay un armario de pared a pared, y en dos de las puertas hay espejos… que suerte tuve de que una de esas puertas estuviera entreabierta…. Me daba un ángulo de visión casi perfecto de su culo, no sé cuando se había quitado el short  pero ya sólo le quedaba puesta la camiseta…. por su brazo sabía  que su mano estaba en su entrepierna pero tenía las rodillas demasiado flexionadas para poder ver lo que hacía con su manita a través del espejo, así que metí el culo más al centro de la cama, con lo que ella tuvo que levantar las rodillas para poder seguir chupándomela… y me encantó lo que vi, a través del espejo veía como estaba jugando con su clítoris, haciendo círculos con sus dedos,  pasándose los dedos de arriba abajo y después metiéndose dos de ellos directamente al fondo, estaba gimiendo con mi polla en la boca lo cual incluso me daba más gusto, y en eso que la vi mirándonos también a través del espejo, con su frente apoyada en mi barriga, con mi poya en su boca y con sus deditos en su chocho, giraba un poco su cabeza miraba un poco hacia abajo. Creo que se corrió en ese momento, saco mi poya de su boca para respirar y gemir a gusto, yo estaba también a punto de explotar pero me la quería follar bien ya.

Mientras se recuperaba un poco seguía haciéndome una pajita lenta con la mano, la incorporé un poco para sacarle la camiseta, pero ella se levanto se saco la camiseta dejándome ver sus tetas, como ya he dicho antes no muy grandes pero hay estaban con dos pezones rosaditos de punta y casi mirando al cielo, también me permitió ver su chochito rubio, lo recortadito, en plan césped, con su clítoris y labios rosados e hinchados después del tratamiento que les se había dado ella misma hacia un minuto….

Tras ver aquello cambié de opinión, iba a comerme ese conejo antes de follarlo, así que sin levantarme de la cama me acerqué a ella, y empecé a comerle las tetas mientras la agarraba fuerte del culo, le daba pellizcos gordos en el culo y donde este se junta con las piernas, pero tenía hambre y eso no iba a durar mucho. Le pase un brazo entre las piernas y lo subí hasta que su conejo me mojo la parte interior del codo, apreté mi mano contra su espalda, y conforme me levantaba de la cama, con el otro brazo me ayudaba a levantarla para inmediatamente después girarla y tumbarla en la cama boca arriba, mi cabeza quedó a la altura de sus pechos, así que se los comí un poco más mientras le acariciaba las piernas, fui bajando por su vientre y mientras lo hacia iba subiéndole las piernas cada vez más, cuando llegué a la altura del “rubito” ella ya estaba totalmente tumbada, con las piernas muy abiertas y separadas, que mantenía yo así con una mano en cada parte posterior de su rodilla. Creo que en ese momento se dio cuenta plenamente de lo que iba a hacerle y se quejó e intentó quitar, no sé aún por qué, tampoco le di tiempo por que enseguida le clave la lengua lo más que pude, lo más hondo en su agujero, y empecé a mover la  lengua dentro de ella…. Ya no se volvió a quejar y relajó totalmente las dos piernas que aún las sujetaba yo. Le saque la lengua y la llevé lentamente por todos sus labios hasta el clítoris, al principio solo le daba toquecitos hacia arriba, después jugaba a hacerle circulitos, estuve un rato así , con la barbilla cada vez más mojada de lo que estaba soltando por su vagina, ummmm qué rico el conejo en su salsa. Cuando empezó a arquear su espalda y mover la pelvis de forma un poco descontrolada solté una de mis manos y la lleve donde estaba mi boca, le metí dos dedos y mientras lo hacia empecé a succionar su clítoris mordiéndolo con los labios suavemente, y se corrió otra vez, soltando más flujo y haciendo más movimientos espasmódicos…. Levanté la cabeza y la vi encendida, sudando, su pecho subía y bajaba rápidamente, me miró y me cogió fuerte de la cabeza tirando de ella hacia arriba hasta que me llevó a su altura, empezó a besarme y lamerme los labios, la barbilla, el cuello, parecía querer comerse todo rastro de su “salsa”; pero ahora ya era mi momento, y mientras hacia esto yo me había acomodado entre sus piernas y le pasaba la polla por toda su rajita,  iba de arriba abajo dándome un gusto bestial, estaba toda mojada y estuve así hasta que me cogió la polla fuertemente con la mano, parándome en seco y llevando la punta a su agujerito, me miraba directamente a los ojos muy sería, apretando sus mandíbulas,  y acercándose lo que podía para que la penetrara de una vez, con una de sus manos agarrándome desde atrás dejé que fuera ella la que empujando controlara el ritmo de la primera entrada, me estaba encantado aquello pero cuando se la metí entera me dije que ahora sería yo quién dirigiría la orquesta, e iba a ser una marcha rápida y dura,  entre y salí casi completamente de ella de forma lenta las primeras veces y noté su goce y su angustia por que ella quería caña, no sabía lo que se le venía encima, lentamente fui acomodando sus piernas como antes, muy abiertas, con sus rodillas a la altura de sus tetas y  con las plantas de los pies mirando al techo, sólo que esta vez no eran mis manos las que sujetaban sus rodillas, mis manos estaban apoyadas en el colchón, y sujetaba su postura con mis brazos, una vez la tuve sí, comencé el bombeo, constante, fuerte, a fondo, se la metía lo más fuerte que podía, con lo que a ella el culo y la espalda se le hundían en el colchón sólo un segundo, antes de que el colchón la hiciera salir despedida hacia arriba donde la recibía con otra embestida, y otra, y otra,  es lo bueno de los colchones y somieres antiguos de muelles, el efecto rebote es genial. No sé cuanto duré así; no creo que fuese demasiado tiempo porque llevaba ya un rato muy cachondo,  yo ya estaba en la línea final y cuando me vió la cara de inminente corrida, me leyó la mente y me regalo lo más hondo de su agujero para correrme…. Joder fue increíble……

Estábamos tumbados en la cama, descansando del polvazo que habíamos echado, y me dijo que tenía un regalito de su tierra, se incorporó a cuatro patas pasando su brazos por delante de mí para buscar algo en el cajón de su mesita de noche, sacó una cajita de puros y se sentó en la cama, la abrió y mientras me preguntaba si “fumaba”, me mostraba una bellota de hachís; le dije sí con una sonrisa de oreja a oreja, y comenzó a liarse un “peta”, lo encendió y volvió a ponerse a cuatro patas como antes para dejar la cajita en su sitio y coger un cenicero, al igual que la primera vez, yo aproveche para cogerle una teta que colgaba justo encima de mí, volvió a tumbarse boca arriba junto a mí y empezó a fumar, al ratillo me pasó el canuto y empecé a fumar yo, ella sintiéndose con las manos vacías, llevo una a mi polla  y empezó a jugar suavemente con ella, yo estaba en la gloria, y de repente, la puerta de la habitación se abrió, era Loli, la otra chica con la que compartía habitación, que apareció allí quedándose inmóvil por unos segundos con la cara roja como un tomate.

Esta ha sido la primera parte de lo que pasó esa tarde, aunque al principio dije que la chica “no sobresalía”, con el polvo que echamos ya me dejó claro que sí lo hacía…, lo que no me esperaba fue lo que pasó a continuación, que hace que la guarde en mi memoria como una de las chicas más “sobresalientes” que he conocido, sobresaliente en calentura.

Espero que os haya gustado y por favor, comentad la historia, y decidme que os ha gustado y que no.

Saludos