Las clases especiales de Monica

La cama del motel chirria con fuerza, debido a las sacudidas de la pareja al follar. La madura aprieta y afloja las paredes de su vagina y el joven hace las penetraciones más profundas y rápidas.

Mónica es una profesora de universidad de 53 años y esposa de su marido Alfredo de 56 años, el cual es un empresario de éxito. También es madre de un joven de 20 años llamado Enrique. Aun con su avanzada edad y después de pasar un embarazo, su cuerpo aun es seductor, aunque menos de cuando era joven, con un culo firme y esponjoso, una cintura delgada y  dos buenas fábricas de leche materna, además es guapa incluso con las pocas arrugas que le habían salido. A pesar de todo eso su marido llevaba un tiempo sin hacerla sentir mujer, lo poco que estaba en casa se limitaba a revisar mas papeles de su negocio.

-Vamos, Enrique – llama a su hijo –me vas a hacer llegar tarde.

-Ya voy – le contesta desde su habitación. El joven baja corriendo las escaleras y se reúne con su madre – perdona no encontraba los apuntes de biología.

-Te tengo dicho que prepares la mochila la noche anterior –le regaña.

-Ya lo se, pero se me olvido –responde.

-Bueno, vámonos ya que tengo reunión –dice la madre.

Ambos montan en un BMW de aspecto nuevo y llegan a la universidad en media hora. Se despiden y cada uno va por su lado, en la sala de profesores sus compañeros estaban a punto de empezar la reunión. Después de una hora de gran aburrimiento, en donde lo único destacable fue la aprobación de cambiar la máquina de café, Mónica se dirige a su primera clase del día, en la cual estaban dos de sus tres alumnos favoritos. Aunque sabía sus nombres le gustaba referirse a ellos como “La parejita”, aunque desde hace un tiempo habían cambiado algunos aspectos en ellos y los alumnos añadían “sado” al mote por algún motivo.

-Buenos días, clase –dice al entrar.

Un murmullo general se levanta en saludo.

-Hoy toca ¿?, así que prestar atención y nos durmáis, este tema será importante en el examen – explica, siempre decía que la lección del día era importante, así mantenía el interés de los alumnos. Comienza la explicación, al cabo de unos diez minutos nota que ahí algo raro, se la vuelta de forma que parezca natural y revisa a sus alumnos. No tarda en darse cuenta de lo que le parecía raro y es que no había escuchado el golpe de Carmen en la mesa al quedarse dormida, ya que esta estaba despierta y tomando notas. La mira sorprendida y los demás alumnos se dan cuenta de a quien mira, la sorpresa de estos tampoco queda disimulada.

-¿Bueno, vamos a seguir con la clase u os vais a quedar mirándome todos? – pregunta Carmen incomoda por ser el centro de atención.

Mónica reanuda su explicación y solo es interrumpida por el sonido del timbre que anuncia que se acabo su clase ahí. Recoge sus cosas y va a la siguiente clase, cuando toca la quinta hora una pequeña sensación de felicidad la invade. Ya que le toca clase con el otro alumno favorito, Luke, suele tener un aspecto serio, pero es muy educado, trabajador, apuesto y desde hace ya un tiempo le hace tilín, aunque se resiste al deseo de la infidelidad.

Entra en la clase, deliberadamente deja caer en la mesa en grueso sobre marrón que trae y con una sonrisa anuncia –ya saben que les toca, control sorpresa, además hoy había que entregar el trabajo que mande, por favor bajen a entregarlo y cojan una copia del examen.

Los alumnos cumplen las órdenes, la mayoría se ven normales, pero algunos la miran con enfado y luego estaba Luke, su mirada no desvelaba nada pero es atrayente y profunda. Ella le entrega el examen sin poder apartar sus ojos de los suyos y al romper el contacto visual, toma aire y siente el calor de su entrepierna.

Una vez se sientan todos, ella ocupa su asiento y los vigila. Aunque intenta observar a toda la clase, no puede evitar pararse demás o volver a mirar a Luke, este día está especialmente salida y su mente no tarda mucho en fantasear con encuentros secretos y salvajes con él. La humedad y el picor de su entrepierna aumentan de forma muy molesta, sin poder ser atendidos. Frota sus muslos en un intento de aliviarte pero no se suficiente para calmarla, así que coge el teléfono y llama al jefe de estudios.

-Josemi, mira que estoy en medio de un examen y me está surgiendo una urgencia, ¿podrías mandar a alguien que me vigile a los alumnos?–pregunta en bajo.

-Sí, ahora te mando un profesor que este de guardia – le responde amable.

-Muchas gracias, te debo una – agradece ella y cuelga. En ese momento se alegraba de tener una buena relación con su superior, aunque siempre ha sospechado que es más debido a su cuerpo que otra cosa.

El profesor sustituto no tarda más de cinco minutos en llegar y ella se va caminando normal, hasta que cierra la puerta del aula y va corriendo al baño de profesores más cercano. Se asegura de que esta sola, entra en un cubículo, se sienta y rápidamente se sube la falda y se baja las medias y bragas. Lleva una mano a su babeante coño y lo acaricia suavemente, este le produce mucho placer de inmediato y no tarda en tener el primer orgasmo, mientras retiene las ganas de gemir. Coge un poco de papel higiénico para limpiarse, pero el roce en su clítoris la vuelve a encender, sin dudarlo vuelve a la carga y mete dos dedos en su vagina. Aunque a mejorado mucho en masturbación femenina, su aguante también a mejorado y suele necesitar el dildo que se compro a escondidas. Trata de pensar en su marido cuando de joven la follaba hasta dejarla sin aliento, pero sin que pueda evitarlo su marido es sustituido por Luke que la mira con sus intensos ojos y la folla con fuerza. El placer de fantasear con la infidelidad es indescriptible y sube el ritmo en sus dedos, su cuerpo se agita con espasmos musculares que la obligaban a sujetarse a la taza. Al alcanzar el clímax una ola de placer la inunda y su cuerpo se queda rígido, pero al terminar se vuelve débil. Cuando se recupera vuelve a coger papel higiénico, se limpia, esta vez solo nota unas cosquillas, se alisa la ropa y vuelve a la clase.

-Sí que tenías una urgencia – le susurra divertido el profesor cuando se le acerca.

-Me surgió un problema femenino adicionalmente – se excusa ella y se vuelve a sentar en su sitio. El suplente se va y Mónica se puede centrar en sus obligaciones. Al sonar la campana que anuncia el final de las clases, pide a los alumnos que entreguen los exámenes y los guarda con los trabajos. Va directa a su coche y arranca, su hijo lleva unos años que se va con sus amigos al terminar y ya no le espera para volver a casa, ya en su hogar se quita la chaqueta y los tacones, para ponerse sus cómodos zapatos de andar por casa.

La sirvienta sale a su encuentro –bienvenida de nuevo, madam.

-Gracias Jimena, ¿qué hay de comida? – pregunta Mónica curiosa.

-Hoy le he preparado macarrones con pesto – responde la criada.

-Muchas gracias – agradece ella, se dirige a su habitación y se cambia de bragas. Con nueva ropa interior seca, va al comedor donde ya tiene la mesa preparada y la televisión encendida con las noticias. Disfruta de la comida, pero las noticias la acaban aburriendo y cambia de canal buscando alguna cosa entretenida. Se topa con una escena de una mujer en la cama con un joven dándolo todo, con sus convenientes sábanas para no enseñar nada. El joven acaba terminando dentro de ella y se dicen palabras cariñosas, a pesar del matrimonio de ella y de la novia de él. La imaginación de Mónica se vuelve a desatar

-Seguro que el marido de ella tiene una plantación de albaricoques o algo así, siempre hay una plantación – dice Jimena sobresaltando a la espectadora, que rápidamente cambia de canal y vuelve a poner las noticias.

-Jimena ¿A qué has venido?  - pregunta la sorprendida.

-No sienta vergüenza, Madam, no hay nada  malo en que le guste una telenovela –tranquiliza ella.

-No me gusta, solo estaba pasando canales – responde ella sonrojada, pero recupera la compostura – te he hecho una pregunta, ¿A qué has venido?

-Disculpe mi atrevimiento, Madam – se disculpa la criada –Venia a por los platos ya que suele terminar a esta hora.

Mónica mira su reloj y se da cuenta que se había quedado embobada mirando la escena ya que aún le queda la mitad del plato, aunque era uno de sus platos preferidos, ha perdido el apetito y se levanta – puedes llevártelos ya, no tengo más hambre.

Unas horas después, Mónica se encuentra corrigiendo los exámenes de ese día, aunque este era el cuarto examen sorpresa que hacía con esa clase muchos alumnos aun no se habían decidido a estudiar todos los días para prevenir. Cuando se puso con los trabajos la cosa tampoco fue muy bien muchos estaban muy flojos para el nivel de universidad, como siempre había apartado el trabajo y el examen de Luke ya que no le gustaba que le pudieran condicionar al calificar a los demás por su alto nivel. Después de varias horas, termina con todos los demás y se dispone a realizar un último gran esfuerzo, pero para su sorpresa el nivel de ambos es tan bajo que no llegan al tres. Desilusionada se deja caer sobre el respaldo de la silla y se frota los ojos cansados de tanta lectura. En ese momento el móvil vibra, avisando de un mensaje de su marido “Cariño,  tengo mucho trabajo y no podre ir a cenar, cena tranquila y no me esperes levantada. Te quiero”

El mensaje la hunde mas se queda un rato pensando y al final toma una decisión . Se acicala y se pone el conjunto de lencería que más le gusta a su marido, aunque ya está algo viejo. Se viste con un vestido de noche, se pone la chaqueta y llama a la sirvienta.

-¿Si?, Madam – dice al entrar.

-Voy a ir a cenar con mi marido, así que has cena solo para enrique y asegúrate que no se quede hasta las tantas – ordena la ama.

-Como usted diga, que lo pase bien con su marido – se despide Jimena.

Mónica sale de la casa y monta en su coche que esta helado por el frío ambiental. Conduce hasta el restaurante chino que fueron en su primera cita, pide algo para llevar y va directa a la empresa de su marido. En su llavero siempre ha tenido una copia para entrar cuando quisiera aunque es la primera vez que la usaba, intentando ir en silencio y medio a oscuras por el solitario edificio, para darle una sorpresa, comienza a escuchar un extraño ruido. Cuanto más se acerca al despacho de su marido más distinguible es, son los gemidos de una joven y de su marido, al llegar a la puerta el sonido es tan claro que no hay duda, es mas se escucha el choque de la carne. Muy despacio gira la maneta de la puerta y la abre ligeramente, los gemidos cobran más volumen y por la pequeña rendija puede ver a su marido, desnudo, de espaldas mientras mueve su cadera, un par de piernas esbeltas rodean la cintura de infiel. Su plan para reavivar la pasión en el matrimonio, está siendo llevado a cabo por una pequeña zorra. Mónica humillada y deprimida sale corriendo del edificio, una vez fuera arroja la bolsa de la comida a la carretera, mira hacia el ventanal del despacho de su marido y ve que han cambiado de postura, ahora ella está con la cara, tetas y manos pegadas contra el cristal y su marido detrás de ella follandola duro. Aunque ya no tiene tan buena vista como antes, Mónica puede distinguir el pelo negro como el carbón, las hermosas tetas y la increíble figura seductora de la joven, toda ella está hecha para excitar a los hombres. Las lágrimas brotan abundantemente de los ojos de Mónica que corre a su coche y llora desconsolada.

Se despierta horas después cuando el sonido de su móvil la despierta, la alarma que tiene programada para despertarse. Quita la alarma y poco a poco es consciente del frío que la rodea. Mientras empieza a temblar, gira la llave del coche, el primer intento no funciona, pero el segundo termina de arrancar. La calefacción rápidamente caldea el interior del coche, Mónica vuelve a mirar su teléfono y descubre otro mensaje de su marido “Hola mi amor,  espero que ya estés dormidita, al final se me ha ido la hora y me quedare aquí a dormir, te veré mañana. Te quiero mucho.” piensa cabreada y mira a su alrededor, está en una calle que no conoce en la cual había aparcado después de conducir sin rumbo.

Decide llamar a Jimena – Buenos días, Madam, ¿donde se encuentra? ¿Está con el señor? – pregunta la sirvienta preocupada.

-Estoy bien, tranquila, dile a Enrique que coja el autobús, no podre ir a buscarle, y ahí dos pilas de papeles en mi escritorio tráemelos – pide ella.

-De acuerdo, ¿se encuentra bien verdad? –responde.

-Sí, tranquila, no me ha secuestrado ni nada parecido – contesta divertida por la actitud protectora de su empleada.

-Vale,  que tenga un buen día –se despide Jimena.

Mónica cuelga y pone el GPS de su móvil, está lejos de su casa y del trabajo. Después de conducir dos horas, llega a la universidad, pero como llega temprano se pasa por una cafetería a desayunar unos donuts y café < ¡que le ven a la dieta!>. Una vez empiezan las clases, los alumnos perciben al instante su enfado y se comportan inusualmente bien, en ningún momento se quita el abrigo para que no se vea el vestido. Sus compañeros también lo notaron y al preguntarla solo respondía con un seco “si”, sus clases le parecen igual de aburridas igual que a sus alumnos. A las dos últimas horas le toca con la clase de Luke y se anima un poco.

Al entrar todos guardan silencio, ella avanza hasta su mesa y deja las dos carpetas con los exámenes y trabajos.

-Ayer corregí papeles pintarrajeados por niños de primaria en vez de escritos por universitarios –comienza la bronca – ustedes verán, pero mi asignatura es una de las principales, así que si no aprueban repetirán y habrán perdido el tiempo y dinero.

Se sienta y empieza a llamar a los alumnos para entregarles sus documentos, además de una pequeña bronca personalizada. Cuando le toca a Luke, su intensa mirada la hace olvidarse de lo que le iba a decir.

-Tu… quiero que te quedes después de la clase –ordena Mónica. El asiente y su mirada tiembla un instante, mientras los demás alumnos susurran sorprendidos y especulan sobre las notas del mejor de la clase.

La ronda de entrega continua y al finalizar continua dando clase, pero esta vez explicando más rápido y sin simplificar los conceptos complejos. Los alumnos copian todo lo que pueden como locos y al principio tratan de distraerla para que se detuviera, pero no resulta eficaz. Al terminar la clase los alumnos se marchan malhumorados y fulminándola con la mirada. Luke no sale sino que se coloca enfrente de la mesa de Mónica.

-Coge una silla y siéntate aquí –le pide mientras le señala que se coloque a su lado. El abrigo le está dando mucho calor y decide quitárselo,  revelando el vestido.

Luke al volver con la silla se queda impactado, ella al ver la reacción de él se apresura a decir – no no no… no me malinterpretes esto… esto era… para otra cosa.

El se acerca y se sienta, Mónica le mira nerviosa, el vestido es muy revelador y el sujetador le realza mucho sus grandes pechos, y su estudiante perece que se esfuerza en mirarla a los ojos.

-Yo… estoy muy decepcionada contigo, el último examen y trabajo están muy flojos para el nivel que has mostrado hasta ahora. ¿Te ha pasado algo hace poco? – comienza a hablar.

-No es que me haya ocurrido algo, es solo que… he estado distraído –responde.

-Puedes contarme lo que sea, lo que pase aquí quedara entre nosotros – le promete.

Luke vacila un poco pero saca su móvil y busca algo en el, mientras Mónica le observa curiosa piensa. El encuentra lo que lo que busca y le tiende el móvil. La negra pantalla de carga es rápidamente sustituida por una imagen de ella desnuda y abierta de piernas mientras se masturba, pero no es una imagen sino un vídeo. Alguien con una cámara estaba recorriendo la habitación mientras, ajena a todo, se mete con fuerza un dildo y gime como loca. Asustada mira a su alumno y él la mira sonrojado.

-Me lo envío un correo anónimo hace unas semanas. Desde que lo vi, yo no he podido concentrarme – explica el.

Ahora es Mónica la que se sonroja - ¿Y qué haces mientras lo miras? – pregunta excitada, < ¿Pero qué digo? Estoy casada, aunque sea con un hijo de puta>.

-Yo me…. me… toco –confiesa tímido.

Un escalofrío recorre la espalda de la profesora y su entrepierna se humedece escandalosamente. <! Le excito!> canturrea feliz dentro de ella – pues es algo grave, las relaciones entre profesores y alumnos están prohibidas – dice mientras se levanta y rodea la mesa.

-Ya lo se, no la avise porque no quería preocuparla –se excusa.

-¿No será que no querías decirme lo del video por miedo a que te lo quitara? – pregunta traviesa - ¿y ya no poder masturbarte mientras me miras?

-Yo… - a Luke de le atascan las palabras de los nervios.

-Que mono, estas temblando de los nervios –observa ella y le sacaría la mejilla con el dorso de la mano. Se agacha, suavemente le coloca la otra mano en el otro lado de su cara y le atrae para besarle cortamente. Pero ese fino contacto la instiga a más y le vuelve a besar, mas apasionada que antes.

Luke sorprendido al principio no sabe cómo reaccionar pero luego la devuelve el beso y la coloca las manos en la espalda. Ambos se entregan al beso y poco a poco Mónica inicia un juego de lenguas, que él sigue torpemente.

-Tienes que mejorar con la lengua –dice ella al separarse y recuperar el aliento.

El avergonzado agacha la cabeza – la verdad es que era mi primer beso.

La profesora le mira sorprendida - ¿en serio? ¿Nunca has besado a una chavala de por ahí?

El alumno niega con la cabeza – las chicas me tienen miedo por mi rostro serio.

piensa molesta – pues te voy a demostrar el miedo que das – declara, se arrodilla frente a él y le desabrocha los pantalones. Luke sin saber que hacer se agarra a la silla y levanta la cadera cuando ella le tira de los pantalones. Saca el bóxer de golpe también y la dura polla del alumno sale al descubierto, sin dudar la profesora se introduce el joven miembro en la boca y comienza a enroscar su lengua alrededor de este. El gime suavemente y cierra los ojos, disfrutando de la experta boca de Mónica. Esta se mueve adelante-atrás de forma fluida y sorbiendo con fuerza.

-Profe, si lo hace tan rápido, me correré –avisa Luke mientras se agarra con fuerza a la silla.

Ella traviesa, se introduce todo el miembro de su alumno y lo repite hasta que, un fuerte chorro de semen, inunda su boca y garganta. El joven ahoga sus gemidos y ella espera paciente el final de la descarga.

Poco a poco se traga la espesa leche y al terminar toma aire –menuda corrida, la juventud es increíble.

-Tu mamada sí que ha sido increíble, nunca imagine que se sintiera tan bien – asegura el.

-Pues esto es lo suave – informa ella, se levanta, baja sus bragas y se tumba sobre el escritorio del profesor – ahora te toca a ti darme placer.

Luke se arrodilla enfrente de ella y la separa las piernas, el mojado coño de Mónica ya le estaba esperando ansioso por sus caricias. Este acaricia primero los labios y después mete dos dedos en la vagina. Ella se retuerce un poco y deja salir un suave gemido. El joven acerca la cara y lame los labios vaginales como había visto en vídeos.

-¿Qué haces? –le pregunta su profesora.

-¿No te gusta?  Es lo que he visto en vídeos –consulta el.

-Me estas babeando más que darme placer – se incorpora y, con una mano a cada lado de su cara, lleva la boca de su amante a su clítoris – esto es lo que tienes que lamer, pero con cuidado que estará muy sensible –le indica cariñosa.

El comienza a darle pequeñas lamidas observando la reacción de ella,  la cual gime con cada lamida. Poco a poco, Luke,  se envalentona y lo hace con más fuerza y cambia los movimientos de la lengua. Una mano de ella se enreda en su pelo y presiona más contra su coño. El joven succiona el clítoris y le da unas rápidas lamidas. Mónica ante el inesperado ataque, se vuelve a retorcía y suelta un gemido largo.

Luke sigue enfrascado en su labor – ¡Para para! ¡Me vas a volver loca! – le ordena su profesora extasiada

El rápidamente se detiene – perdona, no sabía si tenía que parar o seguir – se justifica.

La madura recupera algo el aliento – cuando una mujer se corre luego está muy sensible, por eso tienes que parar – le explica. piensa alegre, pero el sonido de unos pasos la alertaron.

Rápidamente mete a Luke debajo de la mesa, se arregla la parte de arriba y se sienta para ocultar a su alumno. La puerta se abre y el rostro de Enrique se asoma discretamente.

-Mama, al fin te encuentro, ¿Estás bien? –dice preocupado.

-Cla… claro, cielo,  ¿porque lo preguntas? – responde ella.

-Ayer te fuiste de improvisto y hoy no volviste para cambiarte –explica.

-O ¿es por eso? No te preocupes, lo que paso fue que me quede dormida y tuve que venir directamente – miente ella.

La mirada de preocupación de su hijo no desaparece – vale, lo que tu digas, ¿me llevas a casa o voy solo?

-Eee… te llevo, pero tengo que terminar de corregir este examen y llevarlos a la sala de profesores –inventa - ve un momento a la cafetería y compra dos refresco, luego espérame en el coche, ¿vale?

Enrique la mira fijamente, luego mira el examen con la nota ya escrita, después a la falda de su madre excesivamente subida y por último a la grada de pupitres donde se sientan los alumnos.

Mónica mira tensa como su hijo desenmaraña su farsa y averigua la verdad, últimamente se estaba volviendo en un detector de mentiras y su capacidad de razonamiento también había aumentado, haciendo imposible que ella encontrará una adivinanza que no resolviera fácil.

El termina de cavilar y sonríe de oreja a oreja – vale, te espero en el coche – dice y se va sonriendo.

Ella se pone roja como un tomate al ver la sonrisa de su hijo y mira abajo avergonzada. Y cuando este cierra la puerta, Luke asoma la cabeza y le lame suave los fluidos de la vagina. Mónica le aparta cariñosa – esto.. .no vamos a poder seguir.

-¿Qué porque? ¿Me ha visto? – pregunta alarmado.

-No creo… pero se lo ha imaginado – explica desilusionada –pero no puedo seguir sabiendo que mi hijo me ha pillado teniendo una aventura.

-Pero si te ha pillado y no ha dicho nada, significa que no está en contra, entonces ¿porque no seguir? –argumenta el.

-Si me hubiera pillado con un hombre, no me molestaría tanto, pero con un adolescente es otra historia –comenta ella.

-¿Adolescente?  Tengo 24 años, ¿Qué pasa que por ser virgen no soy un hombre? –réplica visiblemente molesto, mientras se levanta y se sube los pantalones.

-Luke, a mi no me importa eso – se defiende.

-¿Entonces qué? Con mis padres es igual, me siguen considerando un crío, ¿Qué coño hay que hacer para que se te considere un hombre? –pregunta.

-¡Y yo que sé! ¡Tal vez dejarte guiar por lo que te dice tu polla, ya que es lo que hacéis todos! –réplica cabreada.

Las palabras de Mónica hacen visiblemente daño a Luke –mi idea no era empezar por el sexo –aclara conteniendo su enfado y se va del aula.

La profesora se da cuenta del daño de sus palabras, pero es tarde para disculparse. Recoge la mesa, se arregla la falda y va a la sala de profesores. Por suerte está vacía y nadie la pregunta que hace ahí tan tarde. Una vez que deja todo se dirige a su coche, donde le está esperando su hijo.

-¿Ya has terminado de “corregir”? – pregunta pícaro.

Ella le mira molesta – A mi no me hables así, sube al coche –le ordena.

-Perdona –se disculpa –no sabía que te molestaría tanto.

Los dos entran en el vehículo, lo ponen en marcha y se encaminan a casa. Los dos se mantienen en un silencio tenso hasta que Mónica decide romperlo –cielo, yo tengo que… explicarte lo que ha pasado antes.

-No hace falta, lo entiendo perfectamente, papá lleva mucho tiempo sin prestarte atención y tú has escogido a alguien de entre todos que si lo hacen – dice Enrique.

-Pero está mal, estoy casada y te tengo a ti, no debería hacer estas irresponsabilidades, ¡qué ejemplo te estoy dando! – argumenta ella – de todas maneras ya no te tienes que preocupar, lo hemos dejado.

-¿Qué? ¿Porque? –consulta sorprendido.

-Le dije que no podíamos seguir si tú lo sabías y hemos discutido – explica.

-Sé que es un alumno, vi su mochila, ¿te preocupa que vea mal su edad? –pregunta su hijo.

-¡Sí! ¡No!… la cuestión es que está mal tener una aventura –aclara la madre.

-Se que te está poniendo los cuernos, ¿Por qué no hacerlo tú? –argumenta el.

Le mira sorprendida – como lo…

Enrique se encoge de hombros – cinco meses sin hacer nada con una de las mujeres más atractivas que he vistos, o está comiendo pollas o se tira a alguna secretaria jovencita que hay en su empresa.

Mónica no sabe que responder, pero por suerte, está llegando a su casa – vamos a dejarlo y ya veré que hago con tu padre.

Aparcan en silencio y al entrar en la casa les recibe Jimena sonriendo –Buenas tardes, Madam ¿Qué tal es día?

-Como siempre, hoy no me sirvas mucho que no tengo demasiada hambre –responde.

-Como quiera, vayan sentándose que ya está todo listo –afirma la criada.

Madre e hijo se sientan en la mesa y son servidos, la comida pasa en silencio y finaliza con rapidez. Mónica se encierra en su despacho y se pasa la tarde masturbándose desconsolada. Cuando se iba a dormir, vestida solo con un sujetador y bragas negras, escucha el sonido de la puerta y el posterior sonido de las pisadas de su marido.

-Hola cariño, ¿qué tal tu día? – saluda el cuándo abre la puerta del dormitorio.

-Hola amor, bien ¿y tú? ¿Has tenido mucho trabajo? –pregunta ella intentando ser cariñosa.

-Sí, estos días ha sido un no parar, pero por fin tengo tiempo para mi mujercita, que ha tenido que estar muy sola – dice claramente excitado.

Le mira sorprendida –pues me has pillado en mal día… me… tengo la regla.

-¿Ya no te acuerdas que un poco de sangre no me va a detener en meterte la lengua en el coño? – pregunta pícaro, mientras se desnuda.

-Ya pero… tengo dolores y calambres –argumenta ella.

-Bueno, pero una mamadita si que podrás hacerme – dice bajándose los calzoncillos. Se sube a la cama y gatea hasta ella – te he echado mucho de menos – susurra y la empieza a lamer la oreja.

-Alfredo, en serio, no tengo ganas de nada – repite intentando frenar a su marido, poniéndole las manos en los hombros.

Este baja a su cuello y le hace una marca –venga una rápida, que te he echado mucho de menos – pide, le coge las manos y se las levanta por encima de la cabeza, a la vez que se yergue y le pone la polla en la cara.

-Que no tengo ganas, otro día y hacemos algo completo – protesta y se intenta soltar del agarre de su marido.

-¡Joder chúpamela de una puta vez ¿qué te cuesta?!–exige enfadado y se la restriega por la cara.

Mónica que nunca se había dejado someter, en rebeldía abre la boca y cuando tiene parte del miembro de su marido en la boca le muerde ligeramente.

Este grita de dolor, la suelta y tropieza cayéndose de la cama. Enrique y Jimena entran en la habitación, uno en calzoncillos y camiseta y la otra con un camisón que le llegaba a las rodillas.

-¿Qué está pasando aquí? – pregunta Enrique.

Alfredo se tapa sus doloridas partes – nada hijo, una pequeña discusión con tu madre.

-Más bien una defensa legítima –aclara ella, el le mira furioso – Jimena, si no te importa hoy dormiré con usted.

-Claro, Madam, venga conmigo –contesta amable y salen juntas.

Las dos mujeres andan rápido y mirando de vez en cuando a su espalda, pero el único que sale de la habitación es Enrique. Al entrar en el cuarto de la criada, Mónica suspira aliviada al echar el cerrojo. Jimena retira las mantas de los dos lados de la cama mientras su ama curiosea por la habitación.

-Me acabo de dar cuenta de que esta es la primera vez que estoy en tu cuarto – comenta mirando la sencilla decoración.

-Es normal, Madam, no tiene que hacer aquí –le contesta –aunque si hubiera venido de visita la recibiría encantada.

-Otro día vendré con un motivo mejor que el de esconderme de mi marido –asegura ella. Encuentra la única foto que hay en la habitación, en ella aparecen una pareja de mediana edad con dos niñas –¿es tu familia?

-Si, son mis padres y mi hermana mayor – aclara mientras señala a una de las niñas.

-¿Donde viven? – pregunta al acercarse a la cama.

-Mi hermana vive en un piso de aquí, Madrid, y mis padres están enterados en Colombia – contesta,  mientras se meten las dos entre las sábanas.

-Oh, siento haberte preguntado – se disculpa.

No pasa nada, madam, paso hace mucho – aclara – ahora duerma, a tenido un día duro.

Mónica se acomoda y enseguida cae presa del sueño, mas tarde es invadida por sueños húmedos con Luke.

Varias horas después es despertada por su Jimena – Buenos días, Madam.

Ella se frota los ojos somnolienta y detergente nota la excitación de su cuerpo – Buenos días.

-¿Se encuentra bien? Tiene la cara roja y esta sudando – pregunta la sirvienta con cara de preocupación.

-Si si, tranquila – miente ella.

Jimena le pone una mano en la frente – ¡Uy, pero si tiene usted fiebre! De ninguna manera la voy a dejar irse así al trabajo, ahora mismo llamo a la universidad y les informo de que no asistirá.

-Pero… - la protesta de Mónica se queda en el aire ya que su cuidadora sale de la habitación. Se quita las sábanas de encima ya que se está asando y revisa su ardiente cuerpo. Sus pezones están duros como rocas y sus tetas parecían más firmes. La zona de la entrepierna estaba encharcada de la cantidad de fluidos que emanan de su vagina.

-Joder, estoy más cachonda que una perra en celo – protesta.

Comienza a masturbarse, pero extrañamente sus dedos no le dan placer. Confundida se masajea las tetas y los pezones, pero no consigue nada. Alguien toca la puerta y se tapa rápidamente con las sábanas.

-¿Mama? – Pregunta Enrique antes de asomarse –Jimena me ha dicho que te encuentras mal.

-Sí, cielo, no tienes que preocuparte, solo es un poco de fiebre –responde nerviosa. Aun con lo excitada que esta, curiosamente no se siente atraída por su hijo piensa.

-Entonces me lleva ella, ¿no? – consulta él.

-Pregúntala, pero si quieres te dejo coger mi coche – ofrece.

-¡En serio! No ye lo tomes a mal, pero ¿podrías ponerte enferma más a menudo? –bromea con una sonrisa.

-No seas malo con tu madre – le regaña la voz de Jimena, que entra con una bandeja – Madam aquí tiene una sopa para ayudarla a recuperarse – dice a su señora y se gira a Enrique - y a ti te llevo que eres un peligro diga lo que diga el carnet.

El aludido pone cara de fastidio – hoy en día por un pequeño accidente te vuelves un peligro.

-El coche a cabo en siniestro total y tu no moriste porque te saque del coche a tiempo –le regaña seria con los brazos en jarra – así que deja de protestar, coge tus cosas y me esperas al lado del coche.

Mónica los observa divertida y Enrique, avergonzado, sale con la cabeza gacha – Nunca te he dado las gracias por criarlo tan bien.

-El mérito no es solo mío, usted también ha hecho mucho – responde ella.

-¿Cómo? ¿Encerándome en mi despacho y corrigiendo decenas de exámenes? – pregunta sarcástica.

-Siendo un ejemplo a seguir, enseñándole a ganarse las cosas, jugando con él a juegos mentales desde pequeño, detalles así marcan la diferencia – contesta cariñosa –no se menosprecie como madre, su hijo está orgulloso de usted y seguro que probara cualquier cosa que la haga feliz.

Mientras decía esto último Jimena salía de la habitación  y cerraba la puerta. Mónica se pone la sopa con tranquilidad, la charla la había distraído de su excitación pero esta volvía a arremeter. Con esfuerzo va al baño y tira la sopa que le daba aun más calor. De vuelta en la cama intenta volver a aliviarte pero resulta inútil y el sueño la invade de nuevo.

Se despierta horas más tarde justo cuando se iba a correr en sueños. piensa mosqueada y retira las sábanas, su vagina seguí igual de mojada y ardiente. Se levanta y va a la cocina, Jimena parece no haber vuelto. Coge una botella de agua y se la bebe mientras se dirige a su habitación. Decide darse una ducha fría, pero su excitación no se reduce. Se seca, sale del baño, cubierta solo con una toalla, y se dirige al armario. Algo en su mente la incitaba a ponerse su lencería más erótica, un conjunto de encaje negro con velo, liguero y semitransparente, y ya que se ponía eso decidió ponerse la bata de satén para poder andar por la casa cuando volvieran Jimena y Enrique.

Como si la hubieran leído el pensamiento, se escucha la puerta al abrirse y la voz de su hijo - ¡Mama! ¡Estas despierta!

Mónica sale de la habitación y se dirige a las escaleras – Si, cielo, ¿Qué tal tu… – responde mientras baja, pero al ver a Luke al lado de su hijo la deja sin palabras - ¡Tu! ¡¿Qué haces…?! ¡¿Qué hace el aquí?! –pregunta nerviosa y nota que su vagina vuelve a palpitar.

-Mi nuevo amigo quiere disculparse –explica a su madre.

-Yo… siento mucho lo de ayer, me comporte como un crío – se disculpa avergonzado su alumno.

-No fue culpa tuya, yo fui una insensible y te llame algo que no eres –admite ella. Ambos se miran avergonzados y sonríen.

-Bueno, ya habéis hecho las paces, así que me voy con Jimena a comprar unas cosas para la cena, por cierto el desgraciado no viene esta noche–dice Enrique deprisa mientras sale de la casa y echa la llave a la puerta.

-¡Espera! ¡Enrique! –llama ella, pero su hijo no la hace caso y se escucha el sonido del coche. Mónica mira a Luke, el cual está igual de sorprendido.

-Te juro que no sabía nada de esto –aclara el nervioso.

-Pues… ¿quieres tomar algo? –pregunta ella.

-Si tienes algún refresco, no me importaría – responde algo ilusionado.

Ella le guía al salón y después va a por las bebidas. Se sientan en el sofá girados hacia el otro y dejando espacio.

-Enrique ya me ha contado lo de ayer y como están las cosas con tu marido – explica después de beber un buen trago.

-Oh, eso ahorrará muchas explicaciones – comenta algo molesta –estoy bien,  ya he aceptado que ya no me quiere.

-Pues él se lo pierde, cualquier hombre estaría encantado de estar con usted –declara el.

Sonríe divertida piensa y cambia piernas de posición para que la bata se abra por abajo, muestre sus largas piernas y deje entrever el liguero. La mirada de Luke es rápidamente atraída por el descarado movimiento –puede ser, pero no cualquiera es el hombre que yo necesito.

-¿Y cómo sería ese hombre? – consulta curioso.

-Pues sería serio, cariñoso, leal, trabajador,… - mientras habla, se deshace el nudo de la bata y se la deja más holgada – atrevido, de mente abierta, cosillas así.

-¿Y conoces alguien así? –pregunta mientras acorta la distancia y le acaricia una pierna.

-Bueno hay uno en una de las clases, que cumple casi todo, pero es tímido aunque le tiren la casa en insinuaciones –comenta burlona.

El se sonroja – bueno,  si quieres que sea atrevido, lo seré– afirma y  rápidamente se abalanza sobre su profesora y la besa apasionado.

Ella responde al beso y le rodea el cuello, la excitación de su cuerpo vuelve con fuerza, sus pezones se ponen duros al instante y su vagina vuelve a mojarse.

Esta vez es Luke el que inicia el juego de lenguas y ella le deja guiar, aunque sigue siendo torpe. Mientras él le retira la bata y la deja solo con la lencería.

-¿Siempre vas tan sexi por casa? – pregunta pícaro al cortar el beso.

-No, pero mi cuerpo parece que sabía que volverías a terminar el trabajo –responde seductora.

-Siempre volveré a ti – asegura con voz tierna pero firme.

Mónica le mira sorprendida y se sonroja. El no aparta la vista y la pone más nerviosa, así que le empuja, para que se tumbe y se pone ella encima –oye… ¿te importa si nos saltamos los juegos previos y pasamos directamente a la acción? – dice mientras se baja las bragas suavemente.

-N… no – contesta nervioso y se desabrocha el pantalón, al bajarse los bóxer desvela la dureza de su miembro.

Ella se posiciona para cabalgar la polla con la que había soñado - ¿Listo?

Luke traga saliva y asiente con la cabeza. Mónica separa sus labios vaginales e introduce la punta, coloca las manos en el pecho de su alumno y se mete el resto. Su joven amante no resiste el placer y un chorro cálido impregna el interior de la maestra.

-¿Te estas corriendo? –consulta al sentirlo.

-Per… perdona me pones mucho y se ha sentido increíble – se disculpa alterado.

Ella sonríe –bueno te salvas por esta vez, pero trata de aguantar, que ahora tengo que levantártela de nuevo – dice pero al levantar la cadera nota que la polla no ha perdido ni un ápice de dureza piensa sorprendida y comienza a cabalgarla.

Luke comienza a gemir de inmediato y la aprieta los muslos. Mónica le coge las manos y se las lleva a sus tetas – apriétame mejor aquí, pero con cuidado.

El obedece y le masajea atreves del sujetador y presiona los pezones –tu vagina es fantástica, quiero follarla todos los días.

-Tu polla es increíble y la quiero dentro de mí todos los días también –responde entre gemidos.

Mónica aumenta la velocidad y se agacha para pegarse más a él, el cual deja sus temas y se pone a acariciarle la espalada y las nalgas.

-Joder, como he echado esto de menos – grita extasiada.

-Yo… ¡Perdona! – se disculpa el cabalgado.

Ella le mira confundida y vuelve a sentir los espasmos de la polla de Luke. Decepcionada se frena y espera a que termine. piensa, el debe de adivinar su decepción, rápidamente lleva una mano a su clítoris y lo frota energéticamente. La maestra es pillada con la guardia baja y no tarda mucho en llegar al clímax.

-¡Dios, cabrón! ¡No seas tan bruto!  –le recrimina < ¡Que orgasmo!>

-Perdona, me sabia mal dejarte a medias –se explica nervioso pensando que ha hecho algo mal.

-Bueno esta también te la paso, pero el próximo provócamelo con tu polla –ordena – uff ¿quieres descansar un poco?

-Si por favor – responde.

Mónica se saca su miembro, se sienta en el sofá y da un buen trago a su bebida, que tiene los hielos casi derretidos. Luke la imita y se recuesta sobre el sofá cansado.

-¿Qué tal tu primera vez con la salida de tu profe? –pregunta picara.

-Pues que quiero que me siga dando clases especiales – contesta con una sonrisa.

-Si eres buen alumno te las seguiré dando –confirma ella y le devuelve la sonrisa.

Ambos se terminan sus vasos y se miran otra vez deseosos de repetir – mejor nos vamos a la cama, aquí es un poco incomodo.

-Vale –dice y la sigue a la habitación, al subir las escaleras tiene una excelente dista del culo de su maestra y de su semen escapando de la vagina.

-Puede que sea un poco tarde para preguntarlo,  pero ¿está bien que me corra dentro? – consulta el alumno.

-Si claro, pase la menopausia el año pasado, es imposible que me embaraces – explica, gira la cabeza y le mira a los ojos – espero que no desearas tener un hijo conmigo.

-¿Qué? Yo no lo había pensado –asegura el

-Menos mal, otros se llevarían una desilusión – comenta aliviada.

Entran en la habitación, Mónica se tumba seductora en la cama, Luke  se coloca encima de ella, empiezan a besarse lentamente y se acarician suavemente.

-¿Puedo quitarte esto? – pregunta entre besos y da ratoncitos al sujetador.

-Me acabas de ensartar con tu polla y vas a volver a hacerlo, ¿En serio me vas a preguntar si puedes quitarme una prenda? – responde divertida.

-Yo… es que… – trata de explicarse nervioso y rojo como un tomate por la vergüenza.

-Shhh, tranquilo, puedes quitarme y meterme todo lo que quieras – le interrumpe cariñosa – mira te enseño – coge las manos de su amante, las lleva al broche y realiza el movimiento para abrirlo.

-Es sencillo, lo habría averiguado enseguida –comenta el.

-Siempre os atascáis con él la primera vez – asegura ella –ahora descubre los pasteles.

Luke retira el sujetador y los grandes pechos de Mónica se mueven libres – ¡joder, que tetazas! Por fin veo lo que vuelve loco a todos.

-A los chicos os gustan demasiado las tetas –afirma y suelta una pequeña risa provocada por las cosquillas que le produce la lengua de Luke en su piel.

-Pues tienes a varias tías que les encantaría hacerte la tijera y dicen guarradas mas fuertes con estas ubres – informa y le chupa con fuerza uno de los pezones.

-Mmmmm, deja de hablar y sigue así –dice ella y gime suavemente.

El continúa succionando y mueve la lengua como hizo su profesora con el ayer.

-¡Joder que bien haces esto! – grita.

Ahora cambia al otro y provoca más gemidos.

Animado chupa mas fuerte pero esta vez provoca otra reacción – ¡Ay! ¡Para, me lo vas a arrancar!

-Perdona, me he motivado demasiado – se disculpa.

-Ten cuidado, estas cosas son sensibles – le explica.

-Lo siento –dice y le da un pequeño beso en el pezón.

-Tranquilo, ya va siendo hora de que me la metas, si quieres puedes chuparme las tetas a la vez, pero suave –comenta ella mientras se abre de piernas y separa los labios.

El coloca su miembro casi a la altura del clítoris y empuja, resbalando el miembro. Se vuelve a posicionar, consiguiendo el mismo resultado. Nervioso mira a Mónica y ve que se está aguantando la risa, pero rompe a reír al verle la cara.

Luke se pone muy colorado y aparta la mirada, ella vuelve a contener la risa, le pone las manos en la mejillas y le gira la cabeza cariñosa – tranquilo, es normal, mira es aquí – dice, le agarra la polla y la dirige correctamente –Ahora empuja – el obedece y se la hunde entera de un golpe – ¡despacio! – protesta con un fuerte matiz de placer.

-Por reírte – contesta pícaro y empieza a moverse suave, al principio de forma irregular, pero después se va haciendo más regular.

-Vas bien –felicita Mónica, mientras gime – ahora ve subiendo poco a poco el ritmo.

El alumno hace caso y según ve que mantiene bien el ritmo, lo hace más rápido. Los dos no tardan en gemir de forma sincronizada. La maestra cruza sus piernas alrededor de la cintura de él y le echa las manos a la espalda.

-Hoy es el mejor día de mi vida, te amo mucho – confiesa Luke.

-Yo también te amo, quiero que ocupes el lugar del cabrón de mi marido – responde Mónica, el  la besa apasionado y aumenta el ritmo.

La respiración de ambos se vuelve muy agitada y los gemidos quedan amortiguados por el beso. Finalmente llegan al clímax de forma sincronizada y los cuerpos de ambos se tensan por el placer.

Al relajarse Luke se desploma en los pechos de Mónica – a sido mejor de lo que nunca imagine – afirma el.

-Pues cuando quieras repetimos –ofrece ella.

El estudiante le mira ilusionado - ¿podría quedarme a dormir?

-Menudo insaciable estás hecho –dice la maestra burlona mientras le pellizca un moflete – si te portas bien en la ducha, te dejo que me lo hagas una vez más a cuatro patas, que mi coño ya no está para follar veinte veces al día.

La pareja se levanta y cogida de la mano se va a la ducha, después de mandar un mensaje a Enrique.

Al escuchar la vibración del móvil Jimena lo coge y revisa los mensajes – parece que tu madre a terminado de divertirse por ahora.

-¿Podrías dejarlo ahora?, estoy a punto de alimentarte – protesta el aludido.

-Sí, perdona –responde la criada y retorna sus gemidos.

La cama del motel chirria con fuerza, debido a las sacudidas de la pareja al follar. La madura aprieta y afloja las paredes de su vagina y el joven hace las penetraciones más profundas y rápidas.

-Dame mi leche, quiero mucha dentro de mí – ruega ella.

-Te gusta mucho mi semen, ¿eh? – afirma el dominante – eres una criada muy puta.

-Sí, soy una puta que le encanta la leche de su amo – confirma.

-Pues aquí tienes, zorra –dice Enrique mientras se corre dentro de Jimena. Esta entra en trance y  usando termina el cae desplomado en la cama y respirando débil.

La criada le mira cariñosa y le da un beso en los labios. El amo abre los ojos y se incorpora en la cama – ya te recuperas enseguida – le felicita.

-Lo hemos hecho muchas veces, tenía que mejorar a la fuerza –responde el.

-Ahora que termina nuestro contrato, te empiezas a volver un amante digno –comenta ella.

-Entonces… ¿ya te vas a marchar? – pregunta Enrique desilusionado.

-Bueno, ya he conseguido que tu madre encuentre a alguien que la quiera de verdad, así que ya no tengo nada más que hacer – razona Jimena.

-Ya… pero… ¿no es mucho lio buscar otro “satietas”, casa e identidad? –consulta él.

-Cariño ya sabes que soy inmortal, no puedo permanecer muchos años en el mismo lugar –explica ella.

-Ya… pero al menos espera a que termine los estudios, así podría irme contigo –pide el joven.

Vaaale, tienes suerte que me encanten los jovencitos monos como tú – cede la madura y le da un cariñoso beso – ahora a casa y recuerda enviar el video.

La pareja abandona el motel y se dirige a la vivienda.

Epílogo:

Mónica recibió al día siguiente un vídeo de su marido follando con la joven e irresistible secretaria. Al pedir el divorcio el juzgado le concedió la mayor parte de los bienes y como indemnización por infidelidad obtuvo el control de la empresa de Alfredo. Aunque ya no lo necesitaba, siguió dando clases en la universidad y continuó con las clases especiales de Luke.