Las chicas dominan en la facultad. Parte IV
En una universidad estadounidense todos los alumnos y alumnas están obligados a ir desnudos.Cada año uno de los sexos es el dominador y tiene derecho absoluto sobre el otro.Este mandan las chicas, por lo que Haley y su novata prima Chloe junto al resto de chicas causan estragos en los pobres varones
PARTE IV: Anarquía total.
Cuando Paul, el líder de los chicos de la facultad, salió de la enfermería después de que la propia decana le apretara y retorciera sin piedad los testículos, había tomado una difícil decisión: iba a dejar la facultad. “La propia decana siendo partícipe del juego, esto está fuera de control”, pensaba.
Pero no iba a marcharse sin más, si Susan, la antigua líder de las chicas, había castrado a un chico antes de ser expulsada, el debía irse dando otro golpe de autoridad.
Lo tenía todo pensado, antes de ejecutar su plan, preparó la maleta para irse antes de que pudieran darse cuenta. Luego se coló en un baño de chicas poco transitado, se escondió tras una de las puertas y esperó a que entrara una chica sola. Cuando por fin llegó una, Paul salió de su escondrijo y la asaltó. Era Chloe, que iba a ser víctima de un intento de violación por segunda vez en poco tiempo.
- ¡Que haces aquí?- preguntó la chica sorprendida.
Ella lo reconoció enseguida, pero lejos de amedrantarse, levantó su rodilla con fuerza, directa a los testículos de Paul para castigarlo por entrar donde no debe. Pero este consiguió apartarse por los pelos y, acto seguido, le dio una bofetada de revés que la tumbo.
- No es nada personal, te ha tocado a ti.- le dijo Paul mientras se posicionaba sobre ella con el pene totalmente erecto.
Chloe estaba aturdida, pero al percatarse de sus intenciones, entró en juego su instinto de supervivencia y empezó a dar golpes con brazos y piernas como un animal acorralado. A Paul intentó sujetarla e incluso volvió a golpearla, pero Chloe tuvo en el miedo un poderoso aliado que no le permitió rendirse, por lo que Paul no podía evitar encajar bastantes golpes.
Al fin ocurrió lo inevitable, en uno de esos golpes el pie de Chloefue a parar a la entrepierna del chico, golpeando con el empeine justo en los testículos. Paul gimió de dolor y tuvo que soltarla y cubrir sus genitales para evitar que volviera a golpearlo.
La chica no desaprovechó la oportunidad y corrió hacia la puerta para huir cuanto antes de allí, pero cuando pasó junto al dolorido chico, este la zancadilleó con el brazo. En otras circunstancias esa patada lo hubiera dejado K.O., pero esta vez hará lo que sea por conseguir su objetivo. Chloe cayó de boca y él volvió a echarse sobre ella. Con un dolor de huevos terrible, le dio varios puñetazos en la espalda y la cabeza.
- Tu te lo has buscado.- le dijo mientras la dejaba fuera de combate.
Cuando la tuvo a su merced, la puso a cuatro patas y, sin ningún miramiento, penetró su coño hasta el fondo, una y otra vez. Esta vez era Chloe la que gemía de dolor, un dolor terrible por la penetración forzada.
La chica lloraba y suplicaba, pero Paul no estaba dispuesto a detenerse, menos aún después del dolor de huevos que todavía sentía.
Finalmente, Chloe dejó de resistirse y apoyó la cabeza contra el suelo, deseando que Paul terminara. Pero al mirar bajo su cuerpo, entre sus piernas vio una posible salvación, eran los testículos de Paul colgando bajo su vagina y balanceándose con cada embestida.
La chica no lo dudó un segundo y pasó el brazo bajo su cuerpo y agarró las colgantes pelotas del chico y las apretó con toda su rabia. Paul se detuvo y gritó de dolor. Cuando la decana le hizo lo mismo, el miedo y el respeto lo paralizaron, pero esta vez no sería igual. Casi por instinto, golpeó a Chloe en el costado con mucha fuerza, apartándola y haciendo que esta lo soltara.
El dolor testicular ahora era horrible y su erección había desaparecido, así que dio por finalizada la violación y se fue de allí tan pronto como el dolor le permitió. Ella se quedó allí tirada, golpeada y sangrando.
Paul corrió hasta su habitación dispuesto a marcharse antes de que encontraran a la chica. Pero al llegar, para su sorpresa, lo estaba esperando la decana, con una expresión para nada amistosa. “¿Cómo coño ha podido saberlo ya?¿Acaso tiene cámaras en los baños?” pensó Paul.
Aunque ese no era momento de pensar, sino de actuar. Rápidamente se acercó a la mujer dispuesto a golpearla.
- Te vas a arrepentir de lo que me hiciste.- dijo alzando el puño.
Pero la decana rechazó el golpe con facilidad y, aprovechando el desequilibrio de Paul, le dio un tremendísimo rodillazo en los testículos. Él no podía creerlo, ¿Cómo puede esa mujer ser tan rápida y fuerte?. No obstante Paul se negaba a darse por vencido, aunque su cuerpo no opinaba lo mismo. Estaba de rodillas e intentó levantarse, pero la decana se lo impidió con una patada en la cara que lo tiró de espaldas al suelo.
- Te avise de lo que pasaría si tocabas a una chica.- dijo la decana acercándose.
Él quedó tumbado intentando recuperar el aliento por un segundo, pero la decana no iba a darle un respiro. Levantó la pierna para, inmediatamente, pisar brutalmente los genitales del aturdido joven, que llevó las manos hacia la zona para protegerla, pero se topó con el pie de la decana aún aplastando su virilidad.
- ¿Acaso creías que un mierdecilla como tú puede salirse con la suya en mi facultad? Te crees alguien por ser el líder de un grupo de patéticos, pero eres uno más de ellos.- continuó la mujer empujando su pierna hacia abajo y girando el pie una y otra vez como si matara un insecto. Sentía a la perfección
El chico se echó a llorar suplicando con el poco aire que le quedaba en los pulmones, pero la decana hizo oídos sordos. Se inclinó y no levantó el pie hasta que su mano estaba lo suficientemente cerca para cambiar el pisotón por un buen agarre sin que Paul pudiera impedirlo.
- Creo que me llevaré esto como trofeo.- bromeó apretando los testículos de Paul.
Él entró en pánico por la inminente castración y se revolvió pataleando y golpeando con los puños las piernas y brazos de la decana. Pero el agarre era firme y las fuerzas del chico eran escasas, por lo que la mujer lo detuvo fácilmente apretando momentáneamente con todas sus fuerzas.
Cuando Paul estaba aceptando su destino, la puerta de la habitación se abrió. Era su salvación. Pero nada más lejos de la realidad, ya que eran las chicas, que después de encontrar a Chloe tras la violación, por fin daban con él. Pero éstas se detuvieron al ver que la decana se había adelantado. A pesar de tenerlo cogido por los huevos, no tenían claro si aprobaría sus intenciones, por lo que prefirieron esperar en silencio.
- Chicas, todo vuestro.- les dijo soltando a Paul y saliendo de la habitación.
El chico se agarró los testículos y empezó a retorcerse, notando la hinchazón. Tras unos instantes de incertidumbre, decenas de chicas entraron en la habitación y se abalanzaron sobre él. Ver a todas esas preciosas chicas desnudas corriendo hacia él hubiera sido excitante en otras circunstancias, pero en ese momento Paul estuvo a punto de cagarse encima.
Pronto solo veía piernas, tetas y coños, pero lo que sentía no era nada placentero. Lo sujetaron por brazos y piernas entre varias, mientras las demás lo golpeaban por todas partes, aunque sus genitales eran sin duda el objetivo predilecto. Sintió patadas, puñetazos, tirones, pisadas, apretones....
Cuando los chicos supieron que la decana había abandonado las instalaciones, aprovecharon para vengarse de las chicas que tanto les habían hecho sufrir, por lo que comenzó una reyerta entre ambos sexos. El resto de docentes y todas las enfermeras y doctoras huyeron por temor a ser víctimas de la batalla campal.
Muchas chicas fueron apaleadas y hubo varios intentos de violación. Las chicas temían por su integridad desde hace mucho tiempo. Pero con muchos integrantes en la enfermería y la mayoría con daños recientes en los genitales, los chicos pronto se vieron en inferioridad y se vieron obligados a rendirse o huir. Más de cien fueron capturados cual prisioneros de guerra y la facultad quedó bajó el mandó absoluto de las chicas, con Haley, la prima de Chloe al mando.
Al poco tiempo Paul despertó y no sabía dónde estaba ni cuanto tiempo había pasado. Conforme recuperaba la conciencia, empezaba a sentir dolor por todo su cuerpo, aunque un punto destacaba sobremanera: su entrepierna. Sin embargo, estaba contento a la par que sorprendido de seguir con vida y, sobre todo, de que no lo hayan castrado.
Al darse cuenta de que estaba solo no reparó en comprobar los daños y se levantó a gran velocidad para huir de allí. Pero en cuanto sus muslos tocaron sus testículos volvió a caer al suelo con un insufrible dolor. Estaba mucho peor de lo que imaginaba y pronto una oleada de nauseas lo abordó, haciéndole vomitar sin remedio.
Paul oyó como una chica al otro lado de la puerta informaba de que por fin había despertado. No sabía lo que eso significaba, pero sin duda no era una buena noticia, por lo que se arrastró hasta una pared y se levantó a duras penas para defenderse de lo que le esperara. Aunque su postura no era demasiado buena, ya que permanecía con las piernas muy separadas para que sus dañados testículos no contactaran con nada. En esas condiciones incluso el balanceo al hacer cualquier movimiento o el contacto con el propio pene hacía que el dolor aumentara.
Pasados unos minutos la puerta se abrió. Él temía otra oleada de chicas, pero únicamente entró una: Chloe, a la que había violado no hace mucho. La chica cerró la puerta y se acercó lentamente sin decir una palabra, con expresión amenazadora. Paul rodeaba la habitación manteniendo la distancia, y también la separación de sus piernas.
En cuanto lo tuvo acorralado, Chloe disparó su pie derecho directo a los testículos de Paul. Pero este sabía cual era el objetivo de la chica y se defendió con los brazos. Ella insistió con una nueva patada que el chico volvió a repeler, esta vez golpeando la pierna de Chloe hacia un lado y haciéndola dar un giro de 180º.
Paul aprovechó para inmovilizarla por la espalda, con el brazo izquierdo en su cuello y la mano derecha sujetando con firmeza un seno de Chloe.
- Si me ayudas a salir de aquí no te haré daño.- le pidió Paul mientras disfrutaba de tener su mano en la teta y su polla en contacto con el culo de la sensual chica. A pesar del dolor su pene se puso duro como una roca.
Pero Chloe más que valorar su oferta intentó liberarse.
- Eres una gata salvaje eh.... eso fue lo que más cachondo me puso cuando te violé.- susurró él al oído mientras la sujetaba con fuerza, exprimiendo el pecho que sujetaba y fantaseaba con volver a penetrarla.
Los ojos de Chloe se inyectaron en sangre. Adelantó su pelvis y rápidamente golpeó hacia atrás con el trasero. Sus firmes nalgas impactaron con la poya del chico, generándole un gran dolor en el glande.
Paul mantuvo el agarre con todas sus fuerzas mientras recuperaba el aire. Estaba un poco inclinado por el dolor y para evitar una nueva embestida. Sin embargo, Chloe aprovechó la separación entre ambos para doblar una pierna hacia atrás con todas sus fuerzas, aplastándole brutalmente los testículos con el talón.
Tanto a Paul como a Chloe les pareció sentir un crujido en el vapuleado escroto, aunque él sintió muchas más cosas, entre ellas un agudo pitido en los oídos y que la vista se le nublaba. Su erección y toda su fuerza masculina se esfumaron y sus rodilla se doblaron poco a poco, haciendo que el abrazo del chico se produjera por todo el cuerpo de la chica hasta que hincó rodillas.
Con Paul todavía sujetándola, Chloe se dio la vuelta, quedando el rostro del chico justo en su vagina. Él, sintiendo su coñito en la cara, miró hacia arriba, mareado. Al ver sus perfectos senos le pareció estar ante una diosa. Luego vio como esa diosa lo cegaba por completo con un puñetazo que lo envió a la inconsciencia.
Paul quedó tumbado con la espalda en el suelo a los pies de Chloe, la cual seguía con sed de venganza. Separó las piernas del desmayado chico y se arrodilló entre ellas, apartó el inerte pene y luego agarró un testículo con cada mano, ya que debido a la tremenda hinchazón le era imposible coger ambos con una sola mano. Antes de ejercer presión Paul se despertó, ya que el simple agarre multiplicaba el dolor.
- Bien, no quiero que te pierdas la mejor parte.- rompió Chloe por fin su silencio.
El chico empezó a revolverse y patalear, no por pedir clemencia, sino simplemente por el insoportable dolor. Pero Chloe detuvo su reacción cerrando sus manos con fuerza. Paul se detuvo dando un profundo gemido.
Ambos se miraron a los ojos durante unos segundos, Chloe percibió el arrepentimiento y el terror en su mirada, así como Paul sentía el odio y la sed de venganza de la chica.
Por último, Chloe recordó por un instante la violación e inmediatamente, dando un grito de ira, tiró hacia ella de los huevos del chico. Los débiles conductos espermáticos cedieron y se rompieron dando un chasquido. Paul sintió un enorme dolor en el estómago y sus piernas temblaban mientras mirada cómo Chloe seguía sujetando sus testículos, que ahora, al no estar sujetos por nada, estaban más separados del cuerpo que nunca, tanto como la elasticidad del escroto permitía.
Pero Chloe no estaba conforme con el resultado y, con la misma furia, volvió a tirar de los testículos del paralizado chico. Esta vez el fino escroto no dio más de sí y fue arrancado de cuajo del cuerpo de Paul, que estaba en estado de shock mirando su propio escroto en las manos de Chloe, asimilando lo que acababa de ocurrir.
- Ya estamos en paz.- dijo Chloe con una sonrisa levantando la bolsa de piel y dándole un lametazo a las bolas que ésta contenía.