Las chicas de la clase de francés (5)

La comunicación es la base de una pareja, así que cuanto antes lo hagas, mejor

Se me olvidaba!! A partir de ahora intentaré poner los pensamientos de cada una, tal y como lo estoy haciendo en estos dos últimos, después de "introducir" a las protagonistas poniendo su nombre antes del párrafo. De la otra manera que escribía apenas mostraba sus pensamientos :).

También decir que esta parte me ha costado algo más... menos mal que he tenido a una personilla muy maja que me ha servido de inspiración...  si estás ahí manifiestate, de buenas maneras por favor!! jajajaja.


M: No, para ti no está bien, se te nota a leguas, eres la persona más expresiva que conozco.

R: Que no, que está bien, no hablemos más del tema que me pongo de mal humor. Ya hablamos -  –Le dio un frio beso en la mejilla a Marian- Adiós que llego tarde.

M: Adiós…

MARIAN.

Pff… ahora sí que la he cagado, con lo perfecto que parecía todo he tenido que salir con esta tontería de mis padres. Raquel tiene razón, pero se me hace muy difícil, por mucho que ella diga no lo van a entender, pero lo tengo que hacer por ella… no se lo merece. De momento me tengo que desahogar con alguien, almenos se lo contaré a Tati, va a flipar!!  Aunque ella siempre me ha entendido y apoyado con todo lo que he hecho.

(Tati es la mejor amiga de Marian desde que tenían cinco años, en el colegio se tenían la una a la otra y aunque en el grupo tuvieran más amigas, ellas dos siempre estaban más unidas. Es una de las que fue el fin de semana a las fiestas de su ciudad, así que en realidad ya conoce a Raquel. Ya había oído hablar de ella en el pasado, y Marian le había comentado algo de la atracción que sentía hacia ella cuando todavía iban a francés, pero ya hacía semanas que no salía el tema. Cuando le dijo a sus amigas que Raquel iría con ellas a las fiestas del fin de semana no le comentó nada de intereses “extraamistosos”, simplemente que la invitaba como amiga, cosa que Tati creyó de arriba abajo.)

Espero que la semana pase pronto, ya la estoy echando de menos. Pero bueno, espero que se le pase el enfado y hablemos estos días, no voy a poder estar sin escuchar su voz.

Voy a enviarle un mensaje a esta a ver si puede quedar para tomar un café esta tarde y se lo cuento… A ver si pasa ya la mañana que entre la mala sensación que se me ha quedado con Raquel y este tostón de clase, se me está haciendo eterna… y todavía es lunes!!! Me voy a morir hasta el viernes… Ah que rápido me ha contestado Tati… estupendo, esta tarde se lo cuento todo, almenos así me desahogo.

RAQUEL

Creo que me he pasado, he sido una borde. Tengo que controlar mi carácter!! Siempre había pensado que cuando estuviera con alguien se me amansaría, pero ya veo que no, y no puede ser… Pero es que me frustra! Tenerme que esconder… vale que unos padres son unos padres, y que son de otra generación y toda la pesca, pero me ha sorprendido tanto que de repente al salir a la calle haya cambiado su comportamiento de esta manera… que no me he podido controlar. Tan cariñosa que estaba en casa… Pero qué estoy diciendo! Marian me ha demostrado que le gusto, y eso es lo único que importa. Y realmente, voy a estar más yo allí que ella aquí, así que tampoco me corre tanta prisa que se lo cuente a sus padres… Quizás he exagerado un poco. Luego le escribo y le pido perdón.

(Raquel tenía rasgos de su personalidad que odiaba y rasgos de los que se sentía muy orgullosa. Odiaba su facilidad por ponerse de mal humor, con un mínimo gesto o comentario ya se le activaba el interruptor y se volvía muy borde, escapándosele comentarios hirientes; eso lo intentaba arreglar apenas hablando y siendo muy seca cuando lo hacía, y lo acababa con un “da igual, no estoy de humor”. Pero por otro lado se sentía muy orgullosa de su habilidad por relativizar las cosas; si consideraba que el motivo de su enfado tenía arreglo o era una simpleza, volvía a cambiar el chip y ya volvía a ser la chica bromista y optimista de siempre. Los acontecimientos negativos que le habían sucedido a ella o a conocidos suyos (accidentes de tráfico, enfermedades, grandes sustos) le habían hecho desarrollar ese carácter optimista, de que la vida son cuatro días y no podemos enfadarnos o comernos la cabeza por simplezas, que a cualquiera nos puede pasar cualquier cosa en el dia menos pensado y acabarse todo, y no haber disfrutado de la vida).

Va pasando el lunes y Raquel no puede borrar la sonrisa tonta de su cara, está muy torpe en el trabajo y no para de rememorar los momentos del fin de semana, cada caricia y cada beso de Marian.

Pedro: A la señora de la limpieza se le van a acabar los carteles de “No pisar. Suelo Mojado”.

R: Ja ja ja, muy gracioso el señor.

P: ¿Se puede saber qué te pasa? Aunque creo que ya lo sé, diría que este fin de semana alguien ha follad…

R: -Escandalizandose al oir esas palabras- Pedroooooooo!! No seas ordinario!!! –Cambió su cara a una sonrisa y una mirada al infinito- En mi cama sólo hay lugar para el amor…

(Pedro era el típico amigo gay que hablaba sin vergüenzas de nada. Tenía dos años más que Raquel y un largo currículum de relaciones, duraderas y esporádicas. En su nueva vida en esa ciudad, Raquel había encontrado en él un consultorio sentimental dentro del trabajo. Pedro era también enfermero y era él quien le iba enseñando el funcionamiento de todo hasta que Raquel se supiera desenvolver más o menos sola, así que pasaban muchas horas juntos).

P: Lo dicho, voy a ir a pediatría a por un cargamento de baberos.

R: Deja de hacer bromas o no te lo cuento. ¿Qué te parece una cerveza al acabar el turno?

P: Trato hecho, nos vemos luego. Portate bien mi niña, y no provoques muchos resbalones…

R: Tssss que no te cuento nada!!

P: Jajajaj vale vale, ya me callo.

A las seis y cinco ya estaba Pedro esperando a Raquel en el bar de enfrente del hospital. Había pedido una cerveza para cada uno y una ración de bravas. En poco tiempo llegó Raquel.

R: Puedes estar tranquilo que no he provocado ningún accidente en el resto del día.

P: Ya me lo imagino cariño, no dudo de tus capacidades de mujer que puede hacer dos cosas a la vez, estar en la inopia y trabajar. Bueno al lío, cuéntame, quien es, de donde ha salido, que habeis hecho, y sobretodo, ¿tiene algún amigo??

R: Jajaja, tú siempre a lo tuyo. Gracias por pedirme la cerveza por cierto. ¿Bueno, pues te acuerdas de la chica aquella de la que te hablé en su día, que conocí en francés?

P: Ah sí, la francesita! –Pedro le había puesto este mote como mezcla del lugar en el que se conocieron y el aspecto de la chica-

R: La misma! Pues ella es de aquí como te dije, y bueno ya sabes que este fin de semana fueron las fiestas…

Raquel le contó lo sucedido la noche del sábado, la tarde del domingo y esa misma mañana, incluída la breve “discusión”.

P: Vaya vaya vaya… así que por fin ha triunfado el amor… me alegro mucho chiquilla, por lo que me habías contado, esa chica te había vuelto loca aunque insistieras en negarlo, y al parecer tú a ella también. ¿Lo ves como a veces la vida es justa?

R: Sí, por eso me jode tanto haberla tratado así esta mañana…

P: Pero ya le has pedido perdón, no?

R: No, todavía no…. me debe odiar ahora mismo.

P: ¿¿Y a qué esperas??

R: A tener tiempo libre y escribir algo con pies y cabeza.

P: La comunicación es la base de una pareja, así que cuanto antes lo hagas, mejor

R: Sí sí, tenía pensado mandárselo ahora… pero qué le pongo??

P: Ayyy si que estás afectada eh? Esa chica te mola de verdad...

R: Ay, es que si la vieras… y lo mejor es que es tan imprevisible, y tan sensible!! Y como me pone…

P: Camarerooo!! Una fregona a la mesa siete! –Raquel le da un golpe- Eeehh!!!

R: Va, que le escribo, ayúdame.

Mientras, Marian está en su piso con Tati tomando un café. Llevan un rato hablando de trivialidades, hasta que Tati no puede más,

T: A ver Marian, ¿me vas a decir de una vez lo que me quieres contar o voy a tener que hacerte hipnosis?

M: Y tú como sabes que te quiero contar algo?

T: Vamos a ver, mira como has dejado ese papel, no puede estar más despedazado, tú estás nerviosa por algún motivo y si me has hecho venir es porque me quieres contar algo…

M: Vaya, a veces se me olvida que me conoces desde hace más de quince años… casi veinte ya eh!? Mira que pasa rápido el tiempo… Todavía me acuerdo aquella vez cuando la profe nos castigó  sin patio porque…

T: Mariaaaaaan…

M: Esta bien, te lo tendré que contar, mira que eres cotilla eh?

T: Siempre –con una sonrisa triunfal porque por fin iba a saber lo que ocultaba su amiga-

M: Bueno, te acuerdas de Raquel, ¿verdad?

T: Sí, el sábado bebí pero todavía recuerdo su cara, muy maja por cierto!

M: Bueno, pues recuerdas que al final me fui a su casa después de la fiesta, no?

T: Sss…iii… (poniendo cara de “temerse” lo ocurrido)

M: Bueno pues… yo bebí tanto esa noche porque … mequeríadeclararaella… -dijo esto muy rápido, en voz baja y mirando fijamente al fondo de su taza de café mientras jugaba con la cucharilla

T: ¿Ssssíiii??? ¿Y lo hiciste? ¿Y qué tal fue???

M: Sí, lo hice, y salió… -no pudo fingir más con la cara de preocupación y se le apareció una sonrisa enorme- GENIAAAAALLL!!! Bueno tía, es que… no sé por qué esperé tanto!! Yo también hacía mucho que le gustaba a ella!! Y me correspondió! Ya ves si me correspondió... Fue genial!!!

T: Así que llevabais mucho tiempo haciendo el tonto, no?

M: Sí pero…

T: Sí pero qué? Qué quiere decir esa cara tan larga?

M: Es que … esta mañana me he comportado como una enana, nos íbamos a despedir en la estación de tren, y no la he dejado que me diera un beso por miedo a que alguien nos viera, cotilleara y se enterasen mis padres… ya sabes como son ahí Tati.

T: Entiendo… y por la cara que pones se lo ha tomado mal supongo, no?

M: Pues sí, se ha puesto muy borde y se ha ido casi sin despedirse. Me he quedado fatal… ay espera, un mensaje…

Francesita, siento mucho lo de esta mañana, he sido una estúpida. He pasado el mejor fin de semana de mi vida, el primero de muchos que nos esperan. Espero que me sepas perdonar por mi carácter. Ya estoy deseando verte y todavía quedan 4 días, se me va a hacer un mundo! Date por besada donde más te guste.

T: Uuuhhh, a juzgar por la cara que acabas de poner creo que alguien acaba de hacer las paces… avisa al vecino que igual le sale una gotera.

M: Tonta!!! Es que Tati… es tan buena! Se ha disculpado por lo de esta mañana… si la culpa es mía! Y no veas lo sensible que es, detrás de ese aspecto de fría y autosuficiente hay una chica superatenta y supersensible. No veas lo bien que me trata…

T: Ya veo que estás coladita coladita. Oye, y ahora a modo de cotilleo… supongo que habréis…

M: Aha

T: ¿Y qué tal es?

M: No te lo puedo contar

T: Porque no?

M: Porque es indescriptible tía, tienes que probarlo!

T: Jajajajaja bueno bueno, eso ya lo veré. Pero tan bueno es?

M: Mejor!

T: Vaya… me alegro un montón por ti. Ya te hacía falta, después del capullo de Victor ya echaba en falta verte así de ilusionada.

M: Estoy contando las horas para que llegue el viernes.

T: Se te nota un brillo en la mirada ahora que me fijo. Raquel te pone las pilas eh?

M: Y yo a ella, no te equivoques! Que aunque sea novata en esto, tengo mis recursos!

T: Jajajaja

Las dos amigas estuvieron hablando y haciendo bromas toda la tarde, cenaron juntas y así acabó el lunes. La semana fue pasando poco a poco. Raquel llamaba a Marian cada noche, o viceversa, para contarse qué tal les había ido el día. La tecnología ha inventado muchos medios para comunicarse sin necesidad de llamar por teléfono, pero ellas preferían escucharse las voces, se sentían más cerca.

Sin darse cuenta llegó el viernes y volverían a verse, aunque no por mucho tiempo; Raquel acostumbraba a cenar todos los viernes con sus amigos, y ese no se lo podía saltar, les iba a contar las novedades. Pero llegó a su ciudad con el primer tren que pudo y todavía pudo estar un par de horas con ella, que la estaba esperando en la estación por sorpresa.

R: No me lo puedo creer, ¿me has venido a recoger? –le decía en el mismo hall de la estación de tren mientras le abrazaba por la cintura.

M: Pues créetelo porque aquí estoy – acariciando la cara de su amiga-

Se fundieron en un beso superpasional, sus labios y lenguas suaves se deslizaban libremente en la boca de la otra, paraban sólo para mirarse con complicidad y brillo en los ojos, tomar aire, y después seguir con el beso. Raquel bajó sus manos peligrosamente al trasero de Marian y la atrajo más si pudo hacia ella.

R: Perdóname por ser una borde

M: Y a mi por ser una miedosa.

R: Creo que te estoy empezando a querer

M: Moi aussi mon amour!

R: Ay ven que te como!

El beso siguió y duró un rato más, hasta que decidieron cambiar de actividad y de lugar. Raquel fue a su casa, dejó la maleta, y por suerte no estaban sus padres ni su hermana, así que no tuvo que dar explicaciones de quien era esa chica. Pasaron el resto de la tarde en la habitación de Raquel hablando y cuando no aguantaban más tiempo separadas volvían a besarse, pero no llegaron a mayores.

Llegó la hora de irse con sus amigos , así que salieron de la casa y cada una tomó su camino y quedaron en que a la mañana siguiente se verían ya que Marian tenía que ir a comprarse una cosa y quería que Raquel la acompañara.