Las chicas de la clase de francés (10)

Es mi ex, de hecho mi primera y única ex. Es la primera mujer con la que estuve… ¿¿Qué hace aquí???

Ufff, bueno, se me fue la imaginación y no sabía como seguir la historia... hasta que salió esto, a ver qué os parece.

Seguid  opinando y valorando porfa!!! Me anima y me ayuda mucho el leer comentarios :)  . Que os gusteee!! ;)

Le dio un beso en la mejilla y se fue. Tati se llevó una mano al lugar donde le había dado el beso y se quedó estática viendo como se alejaba. Le parecía mentira. pero otra vez se volvía a confirmar que las apariencias engañan, esa chica tan explosiva, con aspecto de “buscona”, resultaba ser una chica muy tierna y comprensiva. Se quedó dándole vueltas a la cabeza durante el resto de madrugada, no pudo conciliar el sueño. Al final tomó una decisión, no sabe si la más acertada, o la más ética, pero lo que le pedía el cuerpo en ese momento.


Las doce del mediodía y la persiana bajada, entraban algunos rayos de luz por los agujeros de la persiana de la habitación de Marian. Una habitación pequeña, con cama de 110 cm (ni muy estrecha ni de matrimonio) y un escritorio lleno de libros, manuales e informes por leer para la universidad. Desde que habían llegado de la discoteca habían estado haciendo el amor, salvajemente, tiernamente, parando a ratos para simplemente mimarse y darse besos y pequeñas caricias… Estaban recuperando el tiempo de la semana anterior y preparándose para las dos semanas, por lo menos, que les quedaban sin poder estar juntas de nuevo. La relación cada vez estaba más consolidada, Marian ya no tenía ningún miedo ante sus amigas, ni de ir por la calle cogida de la mano de su novia, y la hermana de Raquel también tenía conocimiento de la relación,  ahora sólo faltaban los padres… Estaban en uno de estos momentos de relax cuando empezaron a hablar de Tati:

R: Que fuerte lo de Tati, no?

M: Sí… la verdad es que me ha dejado un poco descolocada, conociéndola no me lo esperaba para nada.

R: ¿Y pues?

M: Nunca, jamás, en la vida, ha demostrado el mínimo interés por una mujer, ni física ni emocionalmente… bueno salvo una vez.

R: ¿Sólo una?

M: Sí, de hecho fue hace muy poco, tú y yo ya estábamos…

R: Ah sí? ¿Y qué te preguntó?

M: Que qué tal era el sexo entre dos mujeres

R: Jajajaja buena pregunta, ¿y qué le dijiste?

M: Le dije sólo lo que sabía, que tú eras una bomba sexual que me dejaba extasiada y deshidratada cada vez que me hacías ver las estrellas.

R: ¿Eso le dijiste de veras?? –arqueando una ceja como de “no me lo creo”-

M: Jajajaja, no, le dije que era fantástico y que tenía que probarlo para saberlo…

R: Ah pues aquí lo tienes!! Y qué mejor que con Teresa, que además ayer iba…

M: ¿Iba…?

R: Bueno! A ver, me vas a reconocer que Teresa está muy bien!!

M: Ah y me dices eso tan tranquila y luego me vas con los numeritos de celos? Estupendo…

R: Ya pero cariño es que no es lo mismo tener una opinión objetiva a que la tia te vaya buscando y queriendo ligar contigo!

M: Hmm… ya, pero…

R: Ya pero nada, que yo sólo te quiero a ti! Además, aunque Teresa esté muy buena, no es mi tipo.

M: Vaya tontería eso de “tu tipo”… Tú tampoco eras “mi tipo” y en cambio mírame, babeando por ti que me tienes…

R: Ah sí…?? –se fue acercando a la boca de Marian para darle un beso por lo que le acababa de decir, que la había dejado derretida, pero no pudo cumplir su objetivo, sonó el teléfono de Marian, que hizo un gesto para ir a cogerlo-  Déjalo… ya lo leerás luego… -con voz melosa y acariciándole  la cintura y el vientre mientras le daba besos en el cuello.

M: ¿Y si es importante? ¿Y si son mis padres avisando de que vienen a verme?

R: Pues que vengan… -todavía con voz melosa- y que miren el espectáculo

Por fin, y sin avisar, le empezó a besar los labios con tantas ganas que Marian no se pudo resistir, estaba estirada boca arriba acariciando la espalda de Raquel, que estaba ligeramente recostada sobre ella, sus manos recorrían todos sus cuerpos, sus cabellos, movían las piernas ligeramente para canalizar la excitación que sentían en ese momento. Raquel fue parando poco a poco,

M: ¿Y ahora? ¿Por qué paras? Mira que eres mala…

R: Nada, sólo quería decirte que me encanta comerte esa boca y esos labios tan deliciosos que tienes.

M: Qué cosas tienes…

R: ¿Tan raro te parece?

M: No, en realidad me parece hermoso… va, déjame mirar el móvil

R: Venga va, pero porque me lo pides tú con ese brillito en la mirada…

M: Por qué será el brillito… -sonriendo pícaramente mientras alarga el brazo para coger su móvil- Anda mira! La reina de Roma, es Tati

R: ¿Qué dice? ¿Qué tal le ha parecido el sexo con una mujer?

M: Oyeee!! No seas bruta!! A ver que leo… “Marian!! Espero no interrumpir nada, …

R: Sí, interrumpes Tati

M: jajajaja déjame acabar … “pero no he podido dormir en toda la noche pensando en Teresa. Me puedes dar su móvil? Mañana quedamos y te cuento…”

R: Uy uy uyyy…

M: Sí, eso digo yo, uy uy uyyy… -con cara entre preocupación e intriga-

R: ¿En qué piensas?

M: En que Tati es muy impulsiva, y no me gustaría que estuviera actuando por despecho o por un arrebato, o sólo porque se haya sentido deseada por alguien.

R: Pero déjala mujer! Ya lo pasó mal con su novio, que haga lo que quiera, no? Si tenía curiosidad el día que te preguntó por algo sería…

M: Ya pero no sé, es mi mejor amiga y soy su mejor amiga, nos lo contamos todo! Me habría dicho algo, no sé…

R: Igual sólo se dejó llevar y resulta que le gustó y todo!! Espera a que te lo cuente todo…

M: Sí, mejor no hacerse cábalas.

R: Oye, hablando de todo, ¿Qué harás en Nochevieja?

M: Ah pues, al final nos vamos las chicas de la clase a una casa rural que hemos alquilado para esos días.

R: Ah…

M: ¿Qué pasa?  ¿Porqué esa cara?

R: Bueno, no, por nada…

M: Que tú no tienes plan y te gustaría venir, no?

R: Bueno, sí, no tengo plan todavía…

M: Cariño, es que hicimos la promesa desde el primer momento que sería una escapada de chicas… vaya, sin parejas, sólo nosotras.

R: Ah bueno así entonces nada.

M: Me sabe mal…

R: No no, tranquila! Ya me buscaré plan, si siempre acabo encontrando algo, lo que… si esta semana es Navidad y cada una estará con sus familias, y a la siguiente no nos vemos… vamos a estar mucho tiempo separadas…

M: Ya, pero después el reencuentro será mejor…

R: Ahí te doy la razón…

M: Cómo siempre…

Volvieron a fundirse en un beso muy muy tierno, un simple roce de labios, compaginado con suaves caricias por sus pechos, sus vientres, sus espaldas… un momento de esos que no tendría que romperse nunca. Pero esta vez fue el teléfono de Raquel el que sonó… era Pedro, su compañero de trabajo; llamaba para anunciarla que una compañera se había puesto enferma y tenía que substituirla mañana domingo, y también que le tocaría trabajar el día de Nochebuena hasta las once de la noche… así que Raquel colgó fastidiada y le contó la noticia a Marian. Estuvieron juntas durante el resto de la mañana y parte de la tarde, hasta que Raquel se tuvo que ir a la estación. Se despidieron con un beso digno de estación de tren, de esos interminables, que sólo acaban cuando la megafonía anuncia que el tren está a punto de irse.

Marian, como todos los años, iba a pasar los primeros días de las fiestas en casa de unos familiares, a unos 400 km de la gran ciudad, así que no podría ver a Raquel de ninguna de las maneras. Ella se oponía en rotundo pero como delante de sus padres no quería dar la verdadera razón (pasar los días de las fiestas con su chica), tuvo que acatar e irse a ver esa familia lejana a la que sólo ve por estas fechas.

Llegó la Nochebuena y Raquel hizo su turno, por suerte acompañada de Pedro, y cuando salieron a las once decidieron ir a algún sitio de la ciudad a tomar algo, ya que los dos estaban solos. Callejeando un poco descubrieron un bar tranquilo de ambiente gay, de los pocos que había en esa pequeña ciudad, así que sin dudarlo entraron.

Pidieron una copa y se sentaron en la barra a charlar tranquilamente. Cuando llevaban un rato, de repente Raquel desconectó de lo que le estaba contando Pedro y sacó los ojos de sus órbitas.

P: ¿Cariño qué te pasa?

R: No me lo puedo creer.

P: ¿El qué? Parece que hayas visto un fantasma tía

R: Es que, más o menos… -seguía sin apartar la vista de un punto lejano, donde había una chica muy hermosa hablando y riendo en un grupo de cinco chicas. Pedro se giró y vió quien había en aquel lugar- ¿ves la que está hablando ahora? La de la media melena castaña oscura…-

P: Sí, pero dos cosas, primera, tú ya tienes novia ¿verdad? Pensaba que sólo tenías ojos para ella, y segunda, olvídala, me parece guapa hasta a mí, así que para tus ojos debe ser una diosa, y con todas las chicas que hay ahí, seguro que alguna de ellas es su novia…

R: -Quitando la mirada por primera vez de ese punto lejano y mirando a Pedro de nuevo- Es mi ex, de hecho mi primera y única ex. Es la primera mujer con la que estuve… ¿¿Qué hace aquí???

P: Venga no jodas! Que gustos más exquisitos los tuyos eh? Mírala la mosquita muerta, se lleva a las mejores!

R: Si que está bien sí… y por lo que veo como el buen vino, ha mejorado con el tiempo…

La miraba de arriba abajo esta vez, no era una chica muy alta, algo menos de 1,70 m, pero tenía una figura perfecta, llevaba unos vaqueros negros ajustados que le estilizaban unas piernas ya de por sí no muy gruesas, y una camiseta en palabra de honor de color gris que le dejaba a la vista esos hombros, brazos y espalda tan bien tonificados a base de dar clases en el gimnasio donde se conocieron. Tenía la cara pequeña y los ojos de un color verde esmeralda que podrían dejar tonta a cualquiera, y unas pequeñas pecas le salpicaban la nariz. Su sonrisa era de anuncio de dentífrico y sus labios ni muy carnosos ni muy finos, un término medio. Parecía una chica con mucha labia, mientras hablaba gesticulaba mucho y no le desaparecía la sonrisa de la boca, captando la atención de todas la que la acompañaban, que reían cada dos por tres ante las ocurrencias de Lucía, el nombre al que respondía esa chica de 26 años.

P: ¿Aló? Tierra llamando a Raquel!! Deja de babear ya, mujer!

R: Es que … pfff… no estaba babeando, simplemente estaba recordando todo lo que pasé con ella, fue una relación maravillosa, me descubrió cosas… bueno, me lo descubrió todo, ya me entiendes… también viajé mucho con ella, me hizo abrirme un poco más al mundo, antes yo era muy muy reservada y vivía en mi burbuja, pero gracias a ella cambié bastante y me hizo ver las cosas desde otro punto de vista.

P: Vaya… por lo que cuentas, fue una relación de las que llegan… ¿por qué lo dejasteis si tan bonito era?

R: Bueno, ella era muy buena en lo suyo y vió una oferta de trabajo para ser entrenadora personal en una cadena de gimnasios en Los Ángeles… no la podía desperdiciar, esto es su vida, así que cuando la aceptaron decidimos que lo dejábamos en ese punto antes de intentar mantener la relación a distancia y acabar escarmentadas. Estuvimos comunicadas un tiempo a través de emails pero cada vez eran menos frecuentes, las dos íbamos muy liadas con nuestras vidas, hasta que acabamos de perder el contacto del todo.

P: Ah, entonces si acabasteis bien ¿porqué no vas a decirle algo?

R: Ya, debería, pero no sé que decirle…

P: ¿Qué tal un hola…,

R: Lucía

P: Hola Lucía cuánto tiempo, qué haces aquí?

R: Sí, ya, pero es que me da corte, está con todas sus amigas…

P: Pues ves hacia el lavabo, haz como si nada, y si te vé seguro que te sigue y podréis hablar.

R: Oh oh… Creo que no hace falta… Me acaba de ver, y viene hacia aquí!

L: Vaya vaya, quien tenemos por aquí!!! –Se acercó a Raquel, que bajó del taburete para ponerse de pie, y posándole una mano en la cintura le dio dos besos. A Raquel le recorrió un escalofrío al oler su perfume, llevaba el mismo de siempre, que le volvía loca, le hizo recordar todavía más todos los momentos que pasaron juntas-

R: Ho… hola Lucía… ¿qué tal?

L: Pues muy bien, muy bien, aquí con unas amigas haciendo planes… ¿y tú?

R: Pues con un compañero del hospital, pasando la Nochebuena que hoy hemos trabajado hasta tarde y mañana también curramos…

L: Veo que ya acabaste y encontraste trabajo!

R: Sí… tuve suerte y tardé poco en encontrar trabajo, aunque lejos de la familia y los amigos, pero bien. ¿Y tú? ¿Cómo por aquí? Te hacía codeándote con la fama!

L: Buff, que va, el trabajo estaba muy pero que muy bien, pero echaba demasiado de menos estar aquí… vine ya hace medio año y encontré trabajo en un gimnasio de aquí, así que como no me ataba nada en ningún lado me vine para aquí. ¿Tú estás apuntada en algún gimnasio?

R: Pues no, todavía no me he apuntado.

L: Todavía…? Ah pues cuando quieras vienes al mío y te apuntas!

R: Jajajaja, tendré que mirar y hacer números a ver si me da el sueldo, pero prometo que me lo pienso.

L: Bueno, ¿y en Nochevieja harás algo o te toca trabajar también? Justo ahora hablaba con mis compañeras de piso de eso, vamos a ir a un local que cierran para poca gente, si te quieres venir ya sabes!!

R: La verdad es que todavía no tengo plan, pero también prometo que me lo pensaré. –No le desaparecía la sonrisa de la boca, y su mano sudorosa jugaba disimuladamente con su camiseta, mientras Pedro miraba con gracia la escena entre las dos.

L: Vale, pues mira, te doy mi número y me llamas con lo que sea y ya te informo de donde es y todo el tema, ¿vale?? Bueno, y quedamos para tomar un café y nos ponemos al día de todo!

R: Sí sí, claro, hablamos con más calma… -Se volvieron a dar dos besos a modo de despedida y antes de separarse Lucía paró un momento y le habló al oído-

L: Estás muy guapa… -Le sonrió y se fue de nuevo a su grupo-

P: Bueno, bueno, bueno… ojito con Lucía eh!?

R: Uff, ya, ya… hombre, me quería apuntar a un gimnasio, de veras, pero no sé si apuntarme al suyo sería la mejor idea.

P: Mujer, si tienes las cosas claras con Marian… Lucía parece buena tía, podríais ser muy buenas amigas.

R: Sí sí, eso seguro que sí, pero ¿la has visto?

P: Sí la he visto sí, te comía con la mirada…

R: Uff, qué lio, no sé que hacer… para Nochevieja todavía no tengo plan y bueno, igual su propuesta puede estar bien…

Raquel prefirió cambiar de tema y siguieron un par de horas más en aquel bar hasta que se fueron a dormir. La semana siguió su curso, Raquel pensaba mucho en Marian, la echaba de menos y más al saber que no podría pasar el fin de año con ella, pero de vez en cuando se acordaba de Lucía, recordaba su olor, su sonrisa, su propuesta para fin de año, la primera vez que estuvo con ella… Tras mucho pensar, decidió que se la jugaría e iría a su ciudad para fin de año y esperaría a ver si surgía algún plan con sus amigos, quedar con Lucía para tomar un café le parecía bien, pero una noche de fin de año le parecía algo peligroso…

El día 31 llegó, Raquel tenía fiesta en el trabajo así que por la mañana ya se fue hacia su ciudad. Estaba un poco mosqueada con Marian porque había intentado llamarla el día anterior y esa misma mañana y no daba señal. De repente, a media tarde, mientras Raquel estaba aburrida en el sofá de su casa haciendo zapping sin ver nada en concreto, su teléfono sonó, era Marian:

M: Cariño, coge una maleta, mete algo de ropa cómoda y baja al portal de tu casa. Te espero en un Ford Fiesta azul aparcado en doble fila delante de tu casa. Corre!

R: Mm pero Marian! ¿De que va esto?

M: Tú hazme caso!!

R: Mmm… vale, ahora bajo.

A Raquel esto le parecía un secuestro a domicilio, ahora empezaba a atar cabos, Marian se la iba a llevar para pasar el fin de año, le había estado dando largas y excusas para que no sospechara nada, y había funcionado. Tardó menos de cinco minutos en meter un pijama, unos vaqueros, una camiseta y algo de su mejor ropa interior, y al salir a la calle vió a Marian en el coche como le tocaba el clacson.

R: ¿Y esto???

M: Sube preciosa, y con mucho disimulo para que no te vean desde fuera ponte lo que hay en esa bolsa que está a tus pies…

R: Te quiero mucho Marian … -se le acercó y le dio un suave roce de labios para que no quedara ninguna duda de lo que acababa de decir- Vámonos.