Las casualidades, parte III

En los pueblos, las casualidades te llevan a situaciones divertidas y sobre todo morbosas...y si vamos a la capital...

Aquel fin de semana, me dediqué a darle vueltas a la cabeza, para pensar en que preparar. Con semejante presupuesto la podiamos liar parda. Mi cabeza sacaba humo, y todas las cosas que se me ocurrian me ponian muy cachondo.

Al final pensé en hacer algo simple y original. Unos cuantos hombres, todos para ella. Era justo. Sabía que tenía ganas de polla, asi que me lo estaba poniendo fácil.

Como tenía tiempo, el sabado por la mañana puse un anuncio en Pasion. Para follarse semejante pivon no creo que haya que pagar, asi que lo intenté. "Busco tres chicos que se follen a mi mujer. Deben ser limpios educados y estar bien dotados".

En cuestion de una hora había recibido ocho mails. Preparé una respuesta standard, para todos que decía:

"Llegarás a la habitación, te desnudaras y te pondrás una máscara. Ella estará en la cama, ligeramente atada. Es toda vuestra. Sobretodo silencio absoluto, respeto y limpieza. Constesta a este correo con una foto tuya desnudo".

Con ese filtro, recibí muchos correos. Durante el sábado y el domingo. Hubo cinco que me llamaron mucho la atención. Eran tios jóvenes, muy en forma, con unas pollas mas que considerables.

Para el encuentro, reservé también un apartamento por horas, ya que me pareció mucho más discreto que meter tres tios en la habitación del hotel. El martes, entre las seis de la tarde y las diez de la noche.

Era domingo, y fui a llevar a mis hijos a casa de su madre. Como por arte de mágia, al bajarse ellos del coche, recibí un mensaje de Jorge. Nos habíamos cruzado con el coche, y el estaba pensando una excusa para salir de casa. Al final quedamos cerca de su casa, mientras el salía a pasear al perro. Hablámos durante un rato, y al final decidímos adentrarnos en el bosque, perro incluido. Cuando estábamos bien adentro, le pregunté si le apetecía que se la chupara. Y vaya si le apetecía.

Me arrodillé en el suelo, y bajé sus bermudas y sus calzoncillos. Con dos lametones en su capullo se le había puesto la polla tan dura como una estaca. Me agarré a sus piernas y empecé a deslizar mis labios por su polla. El me ayudaba con ligeros empujones, suaves. De vez en cuando la sacaba de mi boca, me daba un par de pollazos en la cara y la volvía a meter. De repente, me agarró la cabeza con fuerza, y la metió todo lo que pudo. Tuve que tragarme su corrida sin apenas saborearla.

Me levanté, Jorge le pego un silbido a su perro que apareció como si tal cosa. Continuamos dando una vuelta, y cuando llegamos cerca de su casa, cogí mi coche y me fui.

Justo al subirme, recibí un whatsapp algo misterioso: "hola nando, perdona que te moleste, eres este verdad?". El número desconocido me adjunto la foto del anuncio que dias atrás Miriam colgó en Pasion.

Le di muchas vueltas en diez segundos. Mentir no tenía sentido, pero no sabía quien era. Podria ser cualquier persona del pueblo, empezando por mi ex, o incluso algún amigo de mi hijo. Era una putada.

Me di de tiempo hasta llegar a casa. Justo en el parking, sin bajarme del coche, recibí un tercer mensaje: "perdona por ser tan directo. Yo tio discreto y casado, nos conocemos de vista desde hace mucho. Vivimos cerca. Me apetece pasarlo bien contigo".

Bueno, si era verdad, eso me tranquilizaba.

"si soy yo"

"podemos vernos?" -me contestó.

"vernos para?"

"bueno, vernos para ver que pasa...".

"sabes donde vivo?"

"si, puedo venir a tu casa ahora mismo, en dos minutos".

Le dije que ok, subí disparado las escaleras, con la intención de darme una ducha. Aun no había dejado las llaves en el recibidor, cuando llamaron al portero electrónico.

A través del intercomunicador, vi que era Carlos. Un hombre, de la pandilla de mi hermana mayor. Unos cincuenta y algo. Pelo canoso, muy pijo, trabaja de algo impotante en Alicante. Y vecino mio. Yo vivo en el número tres, y el en el quince.

Evidentemente le abrí la puerta. Lo esperé en el recibidor, con la puerta de casa abierta.

-hombre vecino, menuda sopresa!! -exclamé nada más verlo asomar por las escaleras del chalé.

-verdad que si? es una visita improvisada -me dijo al tiempo que con una sonrisa me chocaba el puño.

Lo invité a pasar, y a sentarse en el sofá. Sin preguntar saqué un par de botellines, y le ofrecí uno.

-veras, iré al grano. Tengo un buen colega, vecino nuestro también, con el que de vez en cuando nos vemos para ver partidos de futbol.

-no me gusta mucho el futbol -interrumpí para que fuese al grano.

-bueno, pues que como nos ponemos ciegos, algunas veces hemos acabado chupándonos nuestras pollas. Y nos apetece probar a follarnos un tio. Al ver tu foto el otro dia en pasion.com, pensé enseguida en llamarte. Lo comenté con Luis (el otro vecino, un tio gordo y antipatico) y le pareció genial.

-joder, y que pinto yo en todo esto? quereis que sea yo el primer tio que os follais? porqué?

-bueno, pareces buena gente. Eres un tio formal, y claro, pues al ver tu foto, no se...

-claro, y pese a estar divorciado, Luis es el jefe de mi mujer. Verdad?

-ostia, no lo sabía -dijo, creo que sinceramente.

Me encontraba entre la espada y la pared. Bueno, al menos relativamente. Si decía que no, Luis haria todo lo posible por que se enterara mi ex-mujer de lo de mis fiestecitas. Y por otra parte, Alonso (el vecino que estaba en mi casa) era un tio agradable, que iba a su rollo. Un hombre mayor, con el pelo canoso, relativamente interesante. Luis era un tio desagradable y mal educado, con una barriga cervezera que echaba para atrás.

Me levanté y fui por dos botellines más. Nos lo bebímos practicamente en silencio.

-te propongo un trato Alonso, dile a Luis que te ha dado corte hablar conmigo. No quiero enrollarme con el. No me gusta esa persona. Y si le va con el cuento a mi mujer, entonces tendrá un problema, porque se enterara la suya.

-carai, no te lo tomes asi.

-me gusta follar con hombres, pero eso no quiera decir que mi culo sea público, me entiendes? El ha visto la foto?

-si.

-joder, olvidate del tema. Cuando hay partido?

-podemos quedar cuando quieras.

-ok, el fin de semana próximo. Esta semana estaré fuera -le dije pensando en otra idea- me das dos minutos?

Subí corriendo a mi habitación, me desnudé y me puse un body-tanga. Bajé con estas pintas, y Alonso se quedó inmóbil en el sofá.

Me acerqué a él, y le susurré al oido, que antes de comprar, le dejaria probar el género. Le quité la camiseta, y le bajé bermudas y calzoncillos. Tenía una polla muy bonita. Lo miré a los ojos, y me la metí en la boca. Con mucha salíba la chupé durante un buen rato.

Le pregunté si quería follarme, y no me dejó ni acabar la pregunta, asintiendo con la cabeza. Le puse un condón, y me puse a cuatro patas en el sofá.

Me encantó como me lo hizo. Noté su excitación a través de su polla entrando en mi interior. Recreándose en cada segundo, lentamente, me dió una palmadita en el culo, y me agarró por las caderas. Lentamente aumentó su ritmo, hasta que se corrió. Antes de lo que hubiesemos deseado, pero comprensible por otro lado.

-joder -exclamó mientras yo me daba la vuelta para quitarle el preservativo.

-que te pasa?

-es mucho mejor de lo que imaginaba. Que morbazo, que apretadito tienes el culo, repetiría ahora mismo.

Me puse el tanga, y unas bermudas, y me senté con él en el sofá. Yo creo que no se dió cuenta que estaba desnudo. Charlámos sobre mi bisexualidad durante un rato. Cada vez que alguien se estrena conmigo, me toca charla, como si fuese un sexólogo. Me hizo todo tipo de preguntas.

Al rato, se vistió y se fue. Yo decidí salir a correr un rato. Me acerqué hasta casa de Jorge, con la esperanza de encontrármelo. Incluso me metí por el bosque, pero nada.

Le había prometido que no le enviaira mensajes bajo ningún caso, y cumplí.

El lunes fui al despacho, antes de salir hasta Madrid. Miriam bajó a verme para preguntar que tal. Le expliqué que estaba todo listo, y que estuviera tranquila, que ella sería la protagonista.

Aquellos dias, desde que empezó todo este juego con la mujer de mi jefe, mi líbido estaba por las nuves. Andaba de un cachondo fuera de lo normal.

Llegué al hotel a eso de las seis de la tarde. En mi habitación, después de preparar el trabajo del dia siguiente, entré en mi cuenta de correo.

Tenía cuatro candidatos claros para la orgía del dia siguiente. Pensé que a última hora siempre falla alguno, asi que lo dejé tal y como estaba.

Eran tios cercanos a los treinta, bastante en forma, y con unas pollas más que considerables.

Como estaba a mil, busqué en planetromeo algun tio para pasar un rato. En la capital es fácil, mucho más facil que en un pueblo....

Puse un anuncio en pasion también, y rapidamente recibí propuestas. Al final me las ingenié para quedar con dos tios, que vendrian a mi hotel. Ellos no se conocían pero les dió mucho morbo hacer un trio. Y a mi ni os cuento.

Después de hablar con recepción, me vestí de zorrita, para recibir a mis amigos. Llegaron puntuales, los dos a la vez. Uno de ellos, nada más verme, me hizo darme la vuelta, me dio un señor morreo y una palmadita en el culito.

De camino a la cama, me miré en el espejo. Con el bodytanga y los ligueros estoy imponente.

Empezaron ellos, a comerme entero. Uno empezó a lamer mi culo, y el otro a comerme la polla, cosa que no me esperaba.

Uno de ellos, sin permiso ni aviso, me la metió en culo, lentamente, hasta el fondo.

Cambié de postura, a cuatro patas. Ahora me follaban culo y boca a la vez. Era como estar flotando, todo el gusto que me entraba por el culo lo aplicaba a la polla que me estaba comiendo. Me pone a mil sentirme como una zorra. Masturbaba aquella polla mientras lamía sus huevos.

El chico que me follaba pidió relevo. El otro chico se encontró allanado el camino, y empezó a follarme a lo béstia, mientras le quitaba el condón al primero y me metía su polla entre los labios. Este me lo hacía tan fuerte que me costaba coordinar con la mamada. Me agarró fuerte la cabeza y me la metió hasta dentro de la boca para vaciar su polla y llenarme de leche. Continué tragando y chupando un buen rato, lo que tardó el que me enculaba en pedir paso. Abrí bien mi boca para que vaciara en ella.

Mientras uno de ellos se ponia la ropa, el otro empezó a comerme la polla, la verdad es que el tio sabía lo que hacía, la chupaba muy muy bien.

-quieres que te folle guapo? -le pregunté entre jadeos.

El solito se puso a cuatro patas poniendo su culo en pompa. Le puse un poco de lubricante y otro poco en mi polla. Se la metí despacito, pero hasta dentro a la primera. Aquel culo no era virgen precisamente. Cuando la tuve dentro, lo agarré por los hombros, y empujándolo hacía mi empecé a follármelo. Vaya culo amigos. Me hubiese gustado vaciarle en la boca, pero no llegué a tiempo, y me corrí en su culo. El chico muy atento me quitó el condón con cuidado y me la chupo un poco, para probar el gusto de mi lefa.

Hablámos un poco los tres, y quedamos en repetir cuando yo estuviese por la ciudad. Tal como vinieron se fueron.

Y llegó el dia.

Las tres reuniones de la mañana fueron rodadas, aunque yo estaba más nervioso de lo habitual.

Llegué al apartamento, en pleno centro cinco minutos antes. Cogí la llave del buzón con contraseña y entré. Era lumionoso, muy amplio. Lo mejor la habitación: una cama enorme, con cabezal y pié con barrotes. Desíce la cama por completo, dejando sólo cuatro cojines y la sabana bajera.

Llevaba una mochila, mi mochila, con diferentes vibradores, preservativos, y unas esposas (muy sencillas, son de velcro). Diferentes mascaras, y algunos pañuelos para atar o vendar ojos.

Ese martes, no era un dia para mi, pero decidí ponerme un conjunto de lenceria nuevo que tenía. Venían cuatro tios, y con el calentón nunca se sabe (o eso me había querido imaginar).

Mis nervios estában a flor de piel, no dejaba de pensar en que cuatro tios eran demasiados para ella. Me daba miedo que se rajara, y alguno de ellos nos liara un pollo. Pero también es verdad que Miriam cuando se pone, se pone, y es capaz de todo.

Fue la primera en llegar. Todo rodado. Nos dimos un pico, se alegró de verme en lenceria. Y eso hizo que ni se imaginase lo que estaba por venir.

-quien viene?

-tranquila, pasa a la habitación, quedate en tanga, que ahora vengo.

Justo en ese momento, llegaron dos hombres, super cortados. Los hice pasar, y llevándome un dedo a la boca, les pedí silencio absoluto. Uno de ellos, me dió una palmada en el culo.

Los hice desnudarse en el sofá y les di una máscara.

-de que va esto? -preguntó uno de ellos señalando mi conjunto. -yo he venido a follarme una tia.

-sshhht...esta en la habitación, tranquilo, yo solo miro.

-cuantos chicos somos?

-cuatro.

Justo en ese momento picaron a la puerta. Los otros dos. Al ver el panorama fliparon, pero se desnudaron rapidamente y se pusieron una máscara.

Les pedí que si Miriam en algún momento decía parar, todos parados. Los cuatro asintieron, aun se les veía muy cortados. Yo solo de estar entre cuatro tios desnudos y yo en lenceria, tuve una leve erección (elefantes rosas elefantes rosas elefantes rosas).

Entré en la habitación. Ayude a Miriam a tumbarse en la cama. Le puse un pañuelo en la cabeza y la até de pies y manos.

-si en algún momento quieres parar, solo tienes que decirlo. Esta claro?

-estoy nerviosa Nando.

-dejate llevar, y disfruta.

Me quedé unos segundos mirándole el coño. No era consciente de la caña que le esperaba.

Salí para fuera. Los chicos estában ansiosos.

-recordar, silencio. Podeis hacérselo por delante y por detrás.

-le podemos hacer doble..?

-con cuidado, con respeto, se trata de que disfruteis los cinco.

-y tu?

-yo estaré sentado en una butaca, mirando.

-quiero que empeceis sobándola con vuestras manos...para que sea consciente que soys muchos.

Abri la puerta, entré el primero y me senté en la butaca. La perspectiva era inmejorable.

Se sentaron al rededor suyo, y empezaron a sobarla. Miriam se mordió el labio inferior, y se relamió. Rapidamente, uno de ellos empezó a comerle el coño. Otro se arrodilló a la altura de su brazo, y le dió un lijero pollazo a Miriam en la cara, para que atinase. Rapidamente abrió su boca y empezó a chupársela. Cuando se dio cuenta que en el otro lado tenía otra, empezó a alternar las dos a la vez.

Me pidieron permiso para desatarla, y asentí con la cabeza. Ella se arrodilló en la cama, y uno de ellos se tumbó. Otro la ayudó a ponerse encima, y empezaron a follársela. Ella más incorporada chupaba todo lo que le acercaban. Uno empezó a jugar con su culo.

-metémela por el culo cariño-dijo ella entre jadeos.

El chico jugó un poco con el. Y aprovechando que se quedó quieta, le metió la polla despacito hasta el fondo.

-tu marido también folla verdad reina?-dijo uno de los que miraba como la follaban.

-si, vaya si folla, es una zorra-dijo ella entre jadeos-pero entonces quiero verlo.

El que preguntaba se acercó a mi. Bendita lenceria amigos. Polla en mano, la cogí por los huevos y empezé a chupársela, y a comerle los huevos.

-tios, que pasada como la chupa el cornudo -dijo el tio.

No me hacía ni puta grácia, pero con semejante polla en mi boca me daba igual que me llamara cornudo o lo que fuese...yo quería su polla.

El chico que le daba por detrás fue el primero en correrse, y se bajó rapidamente de la cama. Le señalé un vaso en la mesita, para que pusiera el condón.

El que me lo hacía en la boca, ocupó el sitió del primero. La cara de Miriam era un poema.

Se me acercó el chico que se acababa de correr, y me dijo al oido:

-me imagino que te gusta chupar.

Sin contestar cogí su polla y la lamí con ganas y gusto. Aun sabía a semen.

Miriam se separó de los chicos, y se dejó caer en la cama boca arriba. Estaba extasiada.Muerta de gusto, me miraba con los ojos de lujuría que pone cuando está a tope.

Los tres chicos esperaban con la polla en sus manos, complematemente empalmados.

Salí de la habitación y fui a la nevera. Estos pisitos están super equipados.

Le llevé un Aquarius, que agradeció. Los cuatro sonreian. Les gustaba verla asi.

-ahora de uno en uno porfavor...dejar descansar mi culo un poco.

Se colocó a cuatro patas, y se metió la polla del tio que estaba tumbado en la boca. El que estaba más cerca se la folló.

El chico que me habia follado la boca me hizo una señal, que entendí perfectamente.

Me puse a cuatro patas en la cama, mi cara junto con la de Miriam que continuaba chupando.

Noté como me mojaba el ojete con salíba y acto seguido me follo.

-mira nena, me follo al marica de tu marido -decía el gilipollas.

Gilipollas que me estaba follando de maravilla. Fuerte, sin ser béstia, recreándose cada vez que la metía hasta el fondo.

El tio al que miriam le comia la polla, me cogió la cabeza, arrimándome a su polla. Entonces empezamos a chupársela a dos bocas. Nuestros gemidos inundaban la habitación.

El chico que me follaba se corrió, mientras yo continuaba chupando y disfrutando de los gemidos de mi amiga.

-quiero probar -escuche detrás de mi.

En tres segundos noté como una polla dura, muy dura me follaba el culo. No quise ni mirar, me daba igual.

El chico al que se la chupábamos se corrió al tiempo que el que follaba a Miriam. Le continuamos chupando la polla entre los dos, repartiendonos el premio, mientras a mi no paraban de envestirme.

El tiparraco se estuvo un rato dándome de lo lindo, hasta que se corrió en mi culo.

Quedamos un rato los seis en la habitación, hasta que uno de ellos dijo que se tenía que ir, entonces salimos al salón solo los chicos, Miriam se quedó tumbada en la cama.

Les ofrecí algo de beber, pero dos de ellos declinaron y se fueron.

-tio, nunca me había follado un tio -le decia al otro chico.

-pues yo me follo todos los que puedo...y si son amariconados como este, más.

El gilipollas y sus comentarios despectivos. Miriam salió de la habitación, enrollada con la toalla, y con la lata de aquarius en la mano. Su cara era un poema.

-le he dicho a mi marido que me quedo a dormir en Madrid -dijo visiblemente cansada.

La acompañé al baño, y encendí la bañera para que se diera un baño y se relajara.

-no es tu mujer? -preguntó el Gilipollas.

-no, es una amiga especial.

-caramba, y tan especial....menuda loba....

Me senté en una butaca, uno de ellos se levantó y se dirigió hacía mi.

-me ha gustado lo de antes, es mi primera vez....puedo repetir?

Tenía su polla entre las manos, bastante empalmada. Me incorporé un poco, y me la metí en la boca.

El gilipollas, se apuntó a la fiesta rapidamente. Se puso a su lado, polla en mano, apuntando a mi cara. Dos mejor que una.

Estuve un buen rato chupándolas, alternando una y otra. El novato me dijo que quería follarme de nuevo, asi que me puse a cuatro patas en el sofá, y me la metió de nuevo. El otro se puso delante, para que continuara chupando.

Muerto de gusto como estaba, se detuvieron un momento, e intercambiaron posiciones.

El otro me empezó a follar a saco, mientras el novato me metía la polla en la boca para correrse. Me quedé quieto unos instantes, para poder deleitar aquella corrida entre mis labios, y continuar chupando. Cuando acabé por dejar seca aquella polla, le hice una señal al otro chico para que continuara. No llegó a darme tres empujones, y se me puso delante para hacer igual que su compañero. Se quitó el condón de la polla y me la metió entre mis labios. El simple tacto de mi lengua hizo que se corriera en seguida. Continué chupándo, y disfrutando de los gemidos y jadeos del gilipollas.

Me quedé medio tumbado en el sofá. Los chicos se vistieron, nos dieron las grácias, diciendo que había sido una tarde inolvidable y después de quedar en vernos alguna otra vez, se fueron.

Miriam lo había visto todo desde la puerta del lavabo. Tenía mucha mejor cara.

Se me acercó y me besó.

-ha sido increible, la mejor sesion de sexo de mi vida.

-y quien te ha dicho que ha terminado? -le pregunté.

La cogí del brazo, y la obligué a sentarse en la mesa. Puse sus piernas abiertas encima, y le metí la polla.

-falta el premio gordo bonita -le dije al oido, mientras empezaba a aumentar el ritmo de la follada.

Me miraba fijamente a los ojos jadeando como una leona. Intentaba que mis envestidas fuesen fuertes y profundas. La saqué, la froté un poco con su clitoris y se la volví a meter. Y así durante un buen rato. Tuvo un orgasmo medio minuto antes que me corriera entre sus piernas.

Yo también me fui a la ducha, mientras Miriam se arreglaba.

Cuando salí, le dí el sobre, que llevaba guardado en la mochila.

-cuanto ha costado la fiesta? -me preguntó entusiasmada.

-cero. Les enseñe una foto tuya follando y se apuntaron voluntarios. Recibí como veinte mails. Por cierto he hablado con tu marido y me ha dicho que te quedabas a dormir en la ciudad, me ha comentado que te llamara para cenar, para que no estuvieras sola.

-que majo.

-no me hagas reir cabrona...me ha echo sentir mal, fatal.

-pero vamos a cenar?, el hotel es el mismo que el tuyo.

-si si, vamos.

-y tenemos dos mil euros para gastar.

-guardatelos.

-y que le digo a mi marido si los encuentra?

-bueno, cenamos y valoramos que hacemos.

Fuimos al hotel, me cambié y nos fuimos a cenar.....