Las casualidades, parte I
En los pueblos, las casualidades te llevan a situaciones divertidas y sobretodo morbosas...
Hola a todos. Me llamo Nando, tengo 45 años, separado desde hace ocho. Soy delegado comercial de una pequeña, pero importante empresa de distribución de material veterniario.
Soy alto, estoy más o menos en forma, simpático y educado. Y me siento orgulloso de tener una señora polla, grácias a la cual se me abren muchas puertas, y sobretodo piernas. Soy muy aficionado al padel y a las motos, y practico Ioga desde hace un montón. Grácias a ello tengo una flexibilidad fuera de lo normal.
Desde hace ya mucho, se que soy bisexual. He tenido diferentes relaciones estables con mujeres, matrimonio incluido, y encuentros esporádicos con hombres. Hasta la fecha, nunca he tenido una relación sentimental con un hombre, pero mi afición a chupar estar fuera de toda duda. El echo de que soy capaz de chupar mi propio capullo ha contribuido mucho a esta afición. Además, desde no hace mucho, he adquirido un rol sexual mucho más pasivo.
Uso un par de apps para tener contactos, pero como vivo en un pequeño pueblo a unos 40 quilómetros de Alicante, casi siempre me toca desplazarme. Viajo bastante, y estas aplicaciones me son muy útiles cuando visito ciudades grandes, como Madrid o Barcelona.
También me gusta usar paginas de contactos mas convencionales tipo Pasion (de milanuncios) para econtrar contactos un poco más "fuera de lo normal".
No acostumbro a usar sexo de pago, aunque tampoco lo reuyo. Cuando uno está de calentón, tira de lo que pilla.
A finales de Agosto, una vez acabadas las vacaciones, y después de fantasear durante un tiempo puse un anuncio: "busco mujer que me lo haga con un arnés o strapon".
La imaginación me ponía a mil, cuando imaginaba una mujer follándome con un vibrador, y nunca había tenido la ocasion de probarlo.
Fui renovando el anuncio, con paciéncia, durante dias. A principios de Septiembre me escribió una tal "Sónia" que decía ser de Alicante. Me explicaba que era una mujer felizmente casada, y se sentía muy dominante, y tenía la fantasía de follarse a un hombre.
Intercambiamos correos durante tres o cuatro dias. Me contó que le daba mucho morbo que yo me pusiera lenceria femenina, algo a lo que accedí con gusto. Nunca lo había hecho, y me daba morbo. Nos enviamos unas fotos de cuerpo entero. Ella era una mujer alta y corpulenta, con unas caderas anchas, fuertota. Pechos enormes, operados....una milf en toda regla...con 48 era todo un cañonazo. Me llamó la atención un tatuaje en la muñeca, pero a pesar de ampliarlo con el ordenador, no se apreciaba bien el dibujo.
Me envió fotos en ropa interior, y yo hice lo mismo. Me extrañó que no hiciese ningún comentario de mi paquete, pero estaba seguro que le había llamado la atención. Me había comprado un montón de conjuntos de lenceria en unos chinos, y a pesar de ser de tela sencilla (por siete euros el conjunto no puedes pedir seda) y algo pequeños para mi, me sentía sexy...y ella más aún.
Primero le propuse que viniese a mi casa, y se negó. Al final acordamos reservar un hotel en Alicante, para poder vernos en terreno neutral. Le dije que conocía uno, muy limpito y discreto, y aceptó. La cita era el jueves a las siete de la tarde.
Un par de dias antes, fui a depilarme. Siempre voy a la misma chica, que lo hace en su casa, una antigua compañera de instituto muy simpática. Me hago depilación integral, pero aquel dia, le pedí que fuese un poco más allá, y me la hiciera integral del todo, es decir, culo y huevos incluidos. Fue divertido ver su cara cuando me quité el tanga de papel, y me dí la vuelta.
-joder Nando.
-que problema tienes?
-el problema lo tienes tu entre las piernas amigo, perdona que sea tan sincera.
Me pedía que me la tocara yo para que ella pudiera depilar bien la base, y al final me la agarró con una mano. Evidentemente se me puso morcillona, es como si tuviera vida propia.
-perdona, es que el contacto de una mano ajena...
-no pasa nada...si el problema lo tendré yo cuando vea la de mi marido y me de la risa.
Me gusta ir completamente depilado. Ni un pelo!
Llegó el jueves al fin, y me fui para Alicante. Siempre que voy a ese hotel, meto el coche en el parquing, y aparqué entre una columna y un Yaris rojo. Me lo miré dos veces, ya que me era muy familiar.
Después de pasar por recepción a recojer la tarjeta de la habitación 501 (la que pido siempre) me dirigí a los ascensores.
Justo esperando al ascensor, escuché una voz femenina que decía en recepción:
-tengo que visitar a una persona, creo que en la habitación 501.
-si señora, la están esperando -contestó la recepcionista.
Unos pasos se acercaban a mi, todo me era familiar y me daba mala espina...el tatuaje, el coche, esa voz, esa manera de andar. De repente caí en la cuenta.
Se abrió la puerta del ascensor, y entró alguien detrás mio. Deje pulsado el 5 y me di la vuelta. Entraba un hombre, y detrás de el: Miriam la mujer de mi jefe. Creo que sin darse cuenta que estaba en el ascensor conmigo, se miro la botonera y no apretó ningún botón. Nadie lo hizo.
Ella se puso de espaldas a mi, mirando hacía la puerta. Yo me quería fundir. Quizás al llevar mascarilla no me había reconocido.
Al llegar a la quinta planta, bajamos los tres. El señor se fue hacía el fondo, y Miriam y yo nos quedamos allí mirádonos. Sus ojos azules estaban abiertos como platos.
Sin duda si que me había reconocido. Yo sabía que era ella mi cita, pero ella aun no. Aunque no tenía muchas opiciones, me quedé en silencio.
Al final me armé de valor:
-yo voy a la 501 -le dije medio tartamudeando.
Ella no contestó, abrí la puerta, y entré. Me di la vuelta, y le hizo el gesto de que pasara.
-pasa Miriam, creo que eres mi visita.
Miriam entró, muerta de vergüenza mirando al suelo.
Se quedó de pié, justo al final del pasillito, en la entrada a la habitación.
-no se que decir-fue lo unico que fue capaz de decir en unos segundos.
-no tienes que decir nada. Yo estoy muerto de vergüenza también. Jamás imaginé que podria verme asi.
-y ahora que?-me preguntó.
-tu misma, si te da mucho corte, vete. No pasa nada, no me enfado, es más, te conozco hace veinte años. Te prometo que no diré nada a nadie...
-ya, me da mucho corte.
-lo entiendo. Pero por otra parte, me alegro que seas tu. Para mi es una fantasía, casi un tópico enrollarme con la mujer de mi jefe.
-bueno, si te soy sincera, tus fotos...tu paquete...pensé que podrias ser tu, o quizás quise pensarlo.
-mi paquete?
-bueno Nando, tu siempre me miras el escote...y yo te miro el paquete...
-no me había fijado nunca.
-pues que sepas que no disimulo mucho. Hay ocasiones, en que marcas un montón.
Tengo que aclarar, que a veces a venido a mi despacho y yo estaba mirando alguna pagina guarra. Si me he levantado empalmado, aunque vaya con vaqueros, se me nota. Lo que no imaginaba era que ella se diese cuenta.
Abrí la botella de champán que me habían preparado. Miriam cogió la copa temblorosa. Nos bebímos la primera rapido, y la segunda casi igual. Estábamos en silencio, y los dos habíamos pensado que si nos poníamos pedo, quizás podriamos salir mas airosos de aquello.
-oye-le dije temblando-voy al baño, a cambiarme.
-a cambiarte de que?
-bueno, querías lencería no?
-ostras Nando...no se que decirte...sigo sin verlo claro.
Abrí la mochila, y saqué el arnés con un vibrador puesto. Lo tiré en medio de la cama. Ella, en sus mails, me contó que siempre había soñado con tener polla, pensaba que asi se sentiria mas poderosa. Y me había explicado que tenía orgasmos solo de imaginarse haciéndoselo a un tio.
-estas segura que vamos a tener mas vergüenza de la que ya estamos pasando? yo creo que no-le dije al verla dudar mucho.
-pero no te encierres en el baño. Desnudate aqui.
Eso me daba más corte todavía pero accedí. Me desabroché el polo, y lo deje colgadito en una silla. Le hice una señal a ella, para que se pusiera en pie.
-mi polo, tu blusa. Es justo y sencillo.
Ella asintió con la cabeza. Se levantó y desabrochó su blusa. Llevaba un sujetador blanco. Su voz y sus gestos eran temblorosos.
En ese momento quedé hipnotizado por sus tetas. Y mi polla lo reflejó.
Dejé caer mis pantalones, y quedé en calzoncillos.
-ahora si que veo que me miras el paquete bonita-le dije. Ella esbozó una sonrisa muy pícara en su preciosa cara.
Decidí a usar esa baza en mi favor, me quité rapidamente los calzoncillos, quedando en pelota picada.
Mientras Miriam se desabrochaba la falda, me puse detrás de ella. Arrimé mi polla a su culo, por encima de sus braguitas blancas. Le desabroché el sujetador y lo dejé caer al suelo. Le cogí sus manos, y las llevé a mi polla, que se estaba poniendo dura.
Miriam soltó un pequeño gemido al cogérmela.
Mis manos se fueron a sus tetas, y empezé a magreárselas junto con sus pezones.
-joder Nando...como me estoy poniendo-me dijo al tiempo que cogiendo una de mis manos, la acompañó hacia su entrepierna, y si, estaba empapada.
Cogí el arnés, y después de bajarle las braquitas, se lo puse. Dándole la mano, la acompañe en frente del espejo. Estando detrás suyo, llevé sus manos a su polla (el dildo) y la invité a masturbarlo. Ella emitia pequeños gemidos, parecía que poquito a poco se iba soltando.
Mi polla rozaba su culo, completamente empalmada. Mientras ella masturbaba el dildo, yo le masturbaba el clitoris. Ella soltaba gemidos, mirando al techo, mientras yo no paraba con mis dedos. De vez en cuando se miraba al espejo, y todavia se ponía más caliente.
Me arrodillé delante suyo, y le chupé un rato el vibrador. Ahora si que estaba fuera de control.
-quiero follarte Nando...quiero follarte ahora.
Poniendo mis manos sobre la cama, le hice una señal para que me comiera el culo. Le dí un bote de lubricante y le enseñe como dilatarme un poco. Me puse a cuatro patas en la cama, y después de embadurnar todo el vibrador en lubricante, me lo metió dentro.
-despacito-le suplicaba yo entre gemidos.
No me hizo mucho caso, ella se miraba al espejo, mientras me follaba, y casi gemía más que yo.
Me dí la vuelta y abrí bien mis piernas. Entonces me la clavó de nuevo hasta el fondo. Su cara de gustazo era un poema.
-creo que me voy a correr Nando -me susurraba.
En seco, paró ya que tenía un orgasmo. Sin sacarla de mi culo, se avalanzó sobre mi y me dió un señor morreo.
Se tumbó a mi lado, y me dio de nuevo dos besos.
-me acabo de follar a mi jefe -me dijo al oido con una sonrisa picarona. Tecnicamente si soy su jefe.
-y yo me voy a follar a la mujer del mio.
Me puse de rodillas encima de la cama, la puse boca abajo, y empecé a lamer su culo.
-te lo han echo por detrás alguna vez?
-no nunca.
Me levanté y cogí un pequeño dildo en forma de cono que sirve para dilatar el ano. Lo emadurné en lubricante y se lo puse. Ella permanecía inmóbil, como esperando sentir dolor. Al no hacerle daño, miro hacía atrás.
-te dejaré un rato esto puesto...
Me tumbé en la cama, y continuamos enrollándonos.
El tacto de sus pechos contra mi cuerpo me hacía estremecer.
-me la vas a chupar verdad?
-verdad. Pero te diré que hace un montón de tiempo que no hago esto.
-y eso?
-después te cuento-me dijo al tiempo que empezaba a lamerme la polla, como si fuese un helado. Al fin se la metió en la boca, y intentaba metérsela toda dentro. Podía notar su garganta en la punta de mi capullo.
-como sigas así me voy a correr Miriam, afloja.
No me hizo ni puñetero caso, pero ingeniosamente me aparté.
Ella se puso a cuatro patas en la cama, consciente de lo que le tocaba ahora.
Con sumo cuidado, saqué el dilatador, y le puse más lubricante en el ano.
-quieres que me ponga condón?-le pregunté ingenuamente, pues me lo pongo siempre.
-no hace falta, seguro que lo usas siempre-me contestó. Me conoce bien la muy cabrona.
Fui metiendo mi polla en su culo, mientras ella se aguantaba las nalgas bien abiertas. Entra justo, apretaba mucho, y cuando le había metido media, la cosa se apretó todavía más.
-me haces daño tio-me dijo.
-es normal, te pongo un poco más de lubricante y probamos. Si te duele lo dejamos para otro dia.
Esta vez, apreté más rapido, sin pasarme, pero sin darle pié a que me dijera que parase. Se la metí entera. Le di unos cuantos empujones, y al poco me corrí dentro de su culo.
Ella se quedó tumbada boca arriba, muerta de gusto. Con una sonrisa en la cara. Y yo me tumbé a su lado con el mismo sentimiento.
-oye, tienes mucha experiéncia en esto del sexo Nando, has echo algun trio alguna vez?
-alguna, pero mucha experiéncia no. En que piensas?
-en que me gustaria follarte junto con un tio.
-entonces repetiremos?
-joder, por mi si. Necesito sentir esto mas a menudo, me siento como si me hubiese quitado diez años de encima. Mi marido, tu jefe, es de misionero en dos minutos y ya está. Las pocas veces que tengo orgasmos con el, es porque lo obligo a chuparme un poco...porque si por el fuese, no me haria ni eso. Por eso no se la chupo.
-joder, vaya panorama.
Yo recordaba mi vida de casado, y entendía el sentimiento de Miriam. En mi caso ni siquiera misionero, podíamos estar un mes sin follar, incluso dos.
Me levanté para darme una ducha, y al salir me encontré a Miriam follándose a si misma con el vibrador.
Le acerqué mi polla para que chupara, y cogí el vibrador yo para seguir follándola. Al poco rato, me puse encima suyo y me la follé de nuevo.
Recuerdo, que tuvo un orgasmo tan béstia que me araño toda la espalda con sus uñas, y recuerdo también que me volví a correr dentro suyo, esta vez en su coño.
Miriam se levantó, recogió sus bártulos y se fue. Quedamos en repetir cuando Javi se fuese de viaje de nuevo.
Por una cuestión de comodidad, y porque lo tenía pagado decidí quedarme a dormir en el hotel. Eran las nueve y media de la noche, y total, en casa no me esperaba nadie.
"Cuarenton pasivo depilado, sano y discreto, busca activo, te espero en mi hotel" puse en la web de contactos pasion.
Mientras esperaba resultados del anuncio bajé a picar algo.
Una vez acabado pasé por recepción, a darle una propina al del mostrador, para "comprar" su discreción, me fui para la habitación.
Cuando llegué a la habitación, miré la tablet. Cero mails recibidos. Joder, ni uno...ni siquiera un viejo verde...ya es mala suerte. Sentía como si mi culo palpitase pidiéndome caña. Siempre me pasa, cuando más me dan más quiero. No pararía.
Para entretenerme, abrí el maletin, y saqué los distintos conjuntos que tenía. Seis en total. Al ponerme uno, negro, con tanga rojo, me hice una foto.
Entonces se me encendió la bombilla.
Publiqué un anuncio exactamente igual, pero con dos fotos, con el mismo conjunto, pero una con tanga rojo y la otra negro. El título del anuncio decía: "todo al rojo, o todo al negro". Al fin y al cabo se tiene que notar que me dedico a la publicidad y el marketing.
Esperé un rato, y nada. Decidí a bajar a la calle a fumar. Me puse la ropa encima de la lenceria, y fui para abajo. Me quedé un buen rato en la calle, esperando respuesta, mirando el correo en el teléfono continuamente.
Me tomé un gintonic esperando, cuando de repente recibí una llamada. Me extraño, ya que habitualmente primero escriben. Un tio (evidentemente), decía tener cincuenta. Me hablaba de una buena polla y de que estaba de paso. Le pedí una foto, y me la paso por whatsapp. Acto seguido le envié mi ubicación y numero de habitación. Eran casi las once de la noche.
Al poco rato, me llamaron de recepción avisando que subía visita. Lo espere detrás de la puerta, mirando por la mirilla, para evitar que llamase.
Entró, y cerré la puerta quedándome detrás. El tio se avalanzó sobre mi, agarrándome fuertemente por el culo. Lo desnudé allí mismo y me arrodillé en el suelo para chupársela. Tenía una buena polla. Nada descoumnal pero a mi me sabía increible. El tio me agarraba de la cabeza mientras se la chupaba, y poco a poco cogió el ritmo y empezó a follarme la boca. La sacaba y me daba toques en las mejillas, entonces la volvía a meter. Yo pasaba mi lengua por sus huevos, succionándolos.
-quiero follarte guapa-me dijo.
Me incorporé y fuimos a la cama. Le puse el condón con la boca y me puse a cuatro patas en la cama. Apartó el hilo del tanga a un lado, recreeándose mucho en ello, y me metió la polla. Cuando la tuvo toda dentro, me agarró por las caderas y empezó a follarme. Fue aumentando el ritmo lentamente, yo estaba empalmado como una mala cosa (no siempre se me pone dura mientras me follan). Finalmente se corrió.
-tragas guapa?-me preguntón con voz de vicioso.
Se quitó el condón y le chupe la polla un poco más, que tenía un gusto mezcla de plástico y semen. Le dije que lo del condón se lo guardara para el.
El tio, se vistió y se fue. Las doce menos cuarto. Quedaba mucha noche, y a mi todo me sabía a poco, después del morbo y el polvazo que había pegado aquella tarde. Asi que no me di por vencido.
Me lavé mis partes íntimas y me quedé en la cama tumbado. Sin darme cuenta, me quedé dormido.
Desperté a las siete de la mañana, me levanté de la cama, y me mire al espejo. Con un body negro semitransparente, y un tanga de color rojo. Vaya pintas. El caso es que me puse muy cachondo.
Tras realizar mis estiramientos, relajado, completamente desnudo, decidí empezar el dia con alegria. Me gusta llamarlo así.
Me tumbo en la cama, boca arriba, pongo dos cojines bajo mi cabeza. Levanto las piernas, de forma que las rodillas casi toquen con mis hombros. Doblando la mucho la espalda. Esta flexiblidad, junto con una buena polla, hacen que te la puedas chupar. Seguro que todos lo habeis probado alguna vez.
A mi me da para casi media polla. Y me encanta hacerlo cada mañana. Tiempo atrás se lo había contado a mi profesora de ioga y me dijo que por eso estaba soltero. Menudas risas nos pegamos.
Me masturbo lo que necesito, justo antes de correrme paro. Entonces me coloco en mi postura, y en poco rato me corro en mi propia boca. Recuerdo que ese dia mi semen sabía muy bien.
Justo después de autosatisfacerme, me di una ducha, desayuné y me fui para el trabajo.
Llegué a la hora de cada dia.
Me senté en mi mesa, y me puse a hacer mis cosas. Con mi café al lado, pronto avanzó la mañana.
Bajó a mi despacho Miriam con unos papeles. Me encantó su sonrisa, y su escote. Llevaba un top sin tirantes y una blusa fina encima. Sus pechos sin sujetador son un escándalo. Deberían ser ilegales.
Y el tiron que pego al top, nada más entrar, para que se pusieran en su sitio, fue para llorar. En dos segundos se me había puesto dura como un palo.
-cuando repetimos Nando?-me dijo mientras me daba esos papeles.
Me aparté de la mesa, y mire mi propio paquete, completamente erecto. Miriam se apoyó sobre el lado opuesto de la mesa, para ver mejor.
Desabroché mi pantalón y saqué a relucir mi preciosa polla empalmada.
-insisto. cuando repetimos Nando?
Me abroché el pantalon, pues escuche llegar el ascensor. Los dos nos pusimos en pie.
-tu marido, mi jefe llega esta noche. Si quieres esta tarde en mi casa.
-no puedo esperar a esta tarde.
En ese momento, entro Yoli, la secretaria. Me hizo firmar unos papeles, mientras Miriam miraba los que había bajado ella. Tuvímos una conversación absurda sobre los planes del fin de semana, y se fue.
-por cierto Yoli-le dije mientras salía por la puerta-saldré ahora y no volveré hasta el lunes. Cualquier cosa al móbil porfavor.
-deacuerdo Nando, buen fin de semana.
Mientras se iba por la puerta, le dije a Miriam:
-yo ya estoy libre. Ahora te toca a ti. Te espero en mi casa, cuando estes llegando me avisas y te metes en el parking. No te vera nadie.
-dame cinco minutos.
-espera.
Me acerqué a ella y le metí su mano en mi pantalón, hasta que me agarró la polla.
-vamos a jugar a cosas nuevas guapa.
-me gusta. Suena bien-contestó apretándo mi polla-espérame vestido de nena.
Mientras me iba para casa, disparado, recibí un mensaje suyo, en el que me decía que entraría por la puerta. Pensó que si alguien reconocía el coche saliendo del parquing si que cantaría mucho.
Me puse un body del cuello hasta los pies, con una apertura den forma de ligueros desde debajo de la barriga hasta medio muslo. Estaba muy sexy. Lo acompañé con un precioso tanga negro. Brutal. Bueno, a la que me pongo un pelin cachondo, solo un poquito, se me sale la polla por un lado, pero vamos, que estaba buenísimo.
Y Miriam estuvo deacuerdo. Nada más cerrar la puerta, se apartó un poco de mi, para verme entero. Esbozó una sonrisa que no podía significar nada más que calentón.
Nos comimos la boca en el recibidor, me encantó cuando bajo su top para dejar sus tetas a la vista. Se las comí las dos como si me fuese la vida. Disfruto mordisqueando esos pezones, que se ponen duros como el acero.
Ella no me soltaba la polla.
Sacó una peluca rubia de una bolsa.
-esto es un regalo para ti cariño-me dijo mientras me la ponía.
Me hizo entrar en el baño, y me maquillo un poco. Al principio me sentí muy ridículo pero cuando me vi de cuerpo entero me puse super caliente.
Una vez en mi habitación, le di a escojer uno de mis conjuntos, para que se lo pusiera ella. Escogió un body parecido al mio, pero que se abrochaba por el pecho. Evidentemente se lo deje desabrochado. Esas tetas tienen que estar siempre a la vista.
Saqué de una mochila, mis vibradores, junto con el arnés. A Miriam le llamó la atención el vibrador doble. El que usan normalemente las lesbianas.
Me tumbé en la cama, abriendo bien mis piernas, y ella me lamia el culo y los huevos. Cuando vió que doblándome podía meterme mi polla en la boca alucinó. Mientras lo hacía jugaba con mis huevos y mi culo.
Cogí el vibrador doble y se lo dí. Lo untó en lubricante y empezó a matérmelo. Se puso igual que yo, con nuestras piernas entrelazadas. La otra punta del juguete no tardó nada en desaparecer entre sus piernas. Era yo quien lo mobía, los dos nos mirábamos a la cara, muertos de gusto.
Me cogió ella el vibrador, para aumentar el ritmo. Aquello era un escándalo, nuestros gemidos retumbaban por toda la casa. Y asi estuvímos hasta que Miriam tuvo su primer orgasmo. Paro un rato, se tumbo a mi lado y me beso.
-he tenido mas orgasmos contigo en dos citas que en los dos últimos años-dijo a la vez que se tumbaba boca arriba, pensativa mirando el techo de la habitación.
-cuando tiempo hace que te la chupas tu solo?
-joder, no lo se, diez o doce años...desde que llevaba un tiempo haciendo ioga.
-eres la envidia de muchos hombres, seguro.
-de todos querida, de todos-le dije entre risas.
Nos levantamos, y en lenceria, pero con el tanga puesto, bajámos a la cocina. Me apetecía fumar.
Me encendí un cigarro, y abrí un botellin de cerveza. Miriam se bebió un refresco, ambos en silencio.
-que piensas? -le pregunté.
-que disfruto demasiado de esto -lo decía con voz apenada.
-y eso es malo??
-bueno...ya te lo dije ayer...tu estas soltero...yo no....
-oye, no te tortures...eres mayorcita para hacer lo que te de la gana....
-tu sabes si mi marido es putero?-nos estábamos metiendo en un tema que no me interesaba para nada.
-bien, creo que no. Al menos cuando viajamos juntos no. También es verdad que no somos grandes amigos, a pesar de trabajar juntos desde hace veinte años y llevarnos muy bien, como sabes, nunca quedamos fuera del trabajo.
-ya, lo se y te creo.
-también es verdad, que no parece un tio muy sexual. A veces, si estamos en algún sitio, y veo una chica guapa, y le digo "mira que tiarrona" nunca me hace ni puto caso.
-mi marido solo piensa en el trabajo. Me operé los pechos, para llamar su atención....
-si, y aqui estamos -dije yo pasados unos segundos de silencio sepulcral- yo vestido de nenaza putón, y tu de pivón putón también.
Por suerte, le dió por reirse.
-sabes que pienso? que a la mierda, no tengo porque tener yo remordimientos. Lo que tengo que hacer es disfrutar de mi cuerpo, que aún puedo.
Pensé que añadir cualquier comentario estaría fuera de lugar, asi que me acabé la cerveza de un trago, la cogí de la mano y nos volvímos a la habitación.
Antes de sentarme en la cama, le enseñé el dilatador.
-ya se lo que toca-dijo ella mientras se ponía a cuatro patas en la cama. Aun me costaba acostumbarme a verla asi.
Le matí el dilatador, y me dediqué a comerle el coño, con ganas, durante un buen rato. Se retorcía de gusto. Mientras se lo chupaba jugaba con el dilatador en su culo.
Se corrió y me puso la cara chorreando. Me tenía aprisionado con sus brazos contra su vagina.
Me levanté de la cama, y me puse el arnés.
-no entiendo nada Nando.
Cogí dos cojínes y se los puse bajo la espalda. Me acerqué a ella, separando sus piernas todo lo posible.
Le saqué el dilatador, ella miraba fijamente la zona, no sabría decir si flipando, o deseándolo con todas sus fuerzas.
Primero, le fui metiendo mi polla por el culo. En tres intentos ya podía empezar a moverme. Me quedé quieto un momento, y le metí el vibrador del arnés por el coño. Miriam cerro los ojos unos segundos, los que tardé en empezar a moverme despacito. Entonces los abrió y empezo a gemir. A chillar. Se tumbó y levantó más el culo, sin saber que de aquella manera se la clavaría hasta el fondo. Y asi fue. Estuve un buen rato, le noté dos orgasmos.
Saqué las dos pollas de mi compañera, me la limpié bien con una toallita, ante su atenta mirada. Me quité el arnés, y volví a la cama.
-abre la boca bonita, es mi momento.
Y vaya si abrió la boca, y al tenerme de rodillas a su lado, me metió tres dedos por el culo mientras le follaba la boca.
Y vaya si trago, y me pedía más.....
Ahora si nos quedamos en la cama tumbados. Era la hora de comer. Miriam se dió un agua en mi ducha, y se vistió.
-vamos a hacer un trio Miriam. Buscaremos otro tio, que nos folle a los dos.
-ostras...si...supongo que claro que si...es buena idea...conoces a alguien?
-opción A, buscamos un tio, discreto, que no hable con nadie. Opción B, un chapero, y nos aseguramos buena polla...pero gente poco de fiar.
-no no...la A, yo me encargo -dijo ella, como si lo hubiese echo toda la vida-tiene que ser un tio casado, como yo, con mucho que perder...necesitamos discreción por encima de todo.
-tu mandas -le dije mientras se iba para su casa.
Teníamos un problema de tiempo, ya que esa misma noche llegaba mi jefe de viaje, y era mediodia. Quedamos en que si no nos daba tiempo, esperariamos al martes, que Javi se volvía a ir a Mallorca tres dias.