Las calenturas de Antonia (3)

Bueno ¿que decir? Hay que conocer a Antonia, y hay que conocerme un poco a mí a través de mis relatos.Un descripción tan corta, no resumiría todo el morbo salvaje, perverso y humillante que contienen. Quizá este en particular, cabría también en otra categoría, pero el morbo principal es el de la infidelidad humillante. Así pués, creo que dentro de "Hetero Infidelidad" está bien clasificado. Adelante las críticas. Son constructivas y ayudan a mejorar como escritora.

Antonia pasó de ser una mujer normal en el plano sexual, a ser una auténtica ramera sedienta se sexo. Vestía de contínuo provpocativamente. Podía vérsela con una mini supermini que dejaba el principio de los cachetes de cu culo al aire el la tienda de la esquina, así como con una camisa transparende sin sujetador que dejaba a la vista sus melones en una reunión de padres de alumnos. Le gustaba andar provocativamente, contoneándose y moviendo su culo, bamboleando sus tetas. Se excitraba terriblemente cuando captaba la mirada de jovencitos "bollycas", con los cuales se le caía la baba a su vez. Solía frecuentar sus zonas de marcha los Viernes o Sábado noche, admirnado sus culitos(entiéndase jóvenes bollycaos, no jóvenes en general). Para Antonia, esta era con mucho la parte de la anatomía masculina más sexy. Un culito prieto, redondito y enfundado en esos vaqueros que tam bien les sentaban"!hummmm. . . "se excitaba al contemplarlos"

Que deliciosa presa para una depredadora dueña de un cuerpo de ensueño en la treintena". Era algo que la hacía(y me hace)relamerse. Eso no quería decir que no admirase también otras partes corporales masculinas. Ceñidos en camisetas de lycra o polos "Armani", dependiendo el caso, había torsos que se adivinaban de ensueño bajo la tela. Pero ante todo, lo primero que le entraba a Antonia y la cautivaba, eran unos hermosos ojos claros enmarcados en un rostro bendecido con un cabello rubio como la cerveza. Y de esos había muchos en verano en Alicante, procedentes de los distintos países nórdicos.

En su chulo, tenía un compañero ideal de perversiones. le gustaba considerarlo así, su chulo¨. No era algo que hubiera propuesto Andrés, sino ella misma, y rogado para que aceptara ser considerado así. No es que a él le hubiera molestado, pero le gustaba verla suplicar y no cedió muy pronto. A pesar de contar con 16 años menos, Andrés no le iba a la zaga en cuanto a vicio. Tenía una novia bellísima(no podía ser menos ante tal bombonazo hecho hombre), a la que adoraba y de la cual estaba profundamente enamorado. No obstante, esta era la mujer que amaba, no una viciosa marrana como Antonia. Esta definitivamente, era la hembra con la cual satisfacer sus mas bajos instintos, y de la cual renegar siquiera de conocerla llegado el momento. Era una mezcla rara;por un lado, le atraía poderosamente esta mujer tan viciosa. Por otro, no le hubiera gustado que se le relacionara con ella en ambientes más familiares e íntimos.

A Andrés le encantaba humilar a Antonia, someterla al sexo más vejatorio, así como hacer de su marido el más cornudo y ridículo de los hombres. A Antonia, le gustaba tanto o más. No quería solo follar. . . quería sentirse la auténtica puta de babilonia, la mas zorra de las mujeres casadas de Alicante.

Llegó un día en que Andrés concibió un morbo especial. Quería grabar un vídeo casero porno, de esos que después se comercializan previo consentimiento y firma expreso de sus protagonistas, los culaes reciben cada uno 600 euros8al menos eran 100000 petas, no sé ahora. Estoy puesta en el tema¿eh?No he llegado al cine, pero he hecho mis pinitos en espectáculos porno y eróticos en directo). El morbo de estas cintas es obvio, y es lo que le sirve de publicidad. En ellas, no hay escenas fingidas. Cuando un chico lame un coño, lo hace con deleite, buscando ahondar, más con su lengua en él y extrare sus jugos. Cuando una chica mama un polla y recibe el espera en su boca y cara, no lo escupe después, sino que lo saborea y relame, mientas seinte como se humedece su choco con la excitación. Siempre cabe el riesgo de encontrar en ellas a un conocido. En ellas suelen repetirse muchos tópicos;cartero, butanero, ladrón. . . pero Andrés quería que aquello fuera algo diferente.

Invitó a unos amigos que no abían nada del tema, peroe staba seguro que estarían encantados de participar, y un cámara aficionado que se anunciaba como muy bueno enb alguna página de contactos, y decía no pedir nada a cambio, salvo copia de la cinta. Un hombre en la cincuentena, con bigote y sonrisa anónimos, y presencia más aún. El perfecto tío a ignorar(no por la edad, respeto a todo el mundo, solo me refiero a su presencia). Escondido, estuvo presente cuando llegó Juan, elñ mariodo de Antonia, y comenzó a grabar cuando se despidió con un beso y un "te quiero". Más tarde, esta parte no podría ser incluída en la cinta a comercializar, pues era esxtrictamente necesario el consentimiento de cada participante. Pero incluirían el sonido solamente, y quedaría en la cinta original para ellos. Una vez fuera Juan, se acomodó con Andrés en el sofá del salón, para comentar como iban a hacerlo. Antonia les sirvió sendos Whyskys y cigarrillos, ofreciéndoles fuego, así como para ella misma, mientras el hombre comenzaba la grabación. Serviría de preámbulo. Se sentó junto a Andrés, y este comenzó a tocarle las tetas sobre la camisa, empapando esta con su leche de madre. Estas eran imponentes. Antonia dió un trago al Whysky y una profunda calada al Winston.

Con los ojos entrecerrados y expirando lentamente el humo, se abandonó al imperio de los sentidos, gozando de la excitante caricia entre suspiros. Le gustaba que le tocaran las tetas, mucho. era algo que se veía a simple vista y que el cámara saludó con una tremenda erección que pugnaba con la tela de su pantalón. Andrés la cogió por su nuca rapada, y dirigió su cabeza a su polla sin esperar su aceptación. Antonia no se resistió. Le encantaba que lo hiciera así, sin contar con su voluntad. Desabrocahndo los botones, liberó de la tiránica opresión de su bragueta aquella gloriosa polla que la volvía loca. No era una polla que Andrés mantuviera limpia. Le gustaba ver a su zorra totalmente sometida a él, y no decicaba ningua atención a la higiene de su nabo. Si ella no lo había lamido antes, siempre había en él retos de semen cuajados, y olía intensamente. Pero era algo que le encantaba a Antonia. Se deleito con el aroma a polla ante la mirada de la cámara, pasándosela por la cara. Se la introdujo en la boca y comenzó a mamar con pasión. El momento de limpiarla con su lengua era algo que la hacía humedecerse siempre, a la vez que lamentaba que con ello se acababa el olor a polla, el aroma del macho dueño de su cuerpo, su mente y su corazón. El hombre al que amaba por encima de todas las cosas. Más que a su marido, mas que a sus padres, más incluso que a sus hijos. De haber tenido que escoger, no hubiera dudado un solo instante.

En ese momento, sonó el timbre de la calle. Antonia contestó. Era Juan. Había olvidado unos papeles. Le dijo que no tenía tiempo para subir, que se los hechase por la ventana que daba al jardín. Antonia estuvo de acuerdo, mientras la imaginación siempre activa de Andrés, se ponbía en marcha. Ante la atenta mirada de Jose(el cámara)que no perdía detalle con su objetivo, se acercó ella hasta la ventana, pasando por debajo de la cortina, que quedaba sobre sus espaldas. Vestía unicamente una camisa amplia de Juan, y su retaguardia quedaba expuesta tras aquella. Andrés, ya tremendamente empalmado por la mamada, y de un solo golpe se la metió hasta el fondo por el culo. A pesar de tenerlo acostumbrado, apenas pudo evitar un respingo y aguantó estoicamente sin una queja, so riesgo de que Juan se mosquease con aquello y quizá pensara algo. Para Antonia, los debates sobre el tamaño eran una tontería;importaba y punto. Quizá su afición no extrema por el dolr tuviera que ver en ello, y por ello disfrutaba más con una buena enculada que con el sexo convencional vaginal, si bien no podía extenderse en la duración de sus polvo tanto como en aquel. La polla de Andrés, con sus 20 ctms, la inducía a un culto de adoración y desprecio por la de su marido. le arrojó los papeles y, mientras se despedían como enamorados, echándose besos y diciéndose "te quiero", Andrés la enculaba suavemente, para evitar el vaiven que posiblemente hubiera resultado delator, mientras eral filmados morbosos planos de la escena.

Pronto llegó una chica oriental, realmente preciosa y jovencísima. No participaría en los polvos en sí, solamente estaba allí para ayudar. Era conocida por ellos en los clubes de intercambiuo, y se había ofrecido a ayudar a preparase a Antonia, pues no era fácil dada la indumentaria escogida. Decía aceptar por puro morbo, pero la realidad es que estaba loquita por Andrés. Una vez estuvo allí, desaparecío con Antonia en el dormitorio.

Pronto llegaron los invitados. Les extrañó la prsencia del cámara en inquirieron a Andrés por él, pero lo olvidaron cuando la chinta salió y sirvió las bebidas. ;os chicos preguntaron por ella. Estaba buenísima y era lógico que lo hicieran, pero Andrés les dijo que quizá otro día. Al poco, Antonia salió del dormitorio, y todos quedaron con la boca abierta. Incluso a alguno se le cayó el vbaso al suelo, ante la sonrisa complice de ella!Y es que Antonia, aparecía con el vestido de novia que lució enb su boda¡Pelo recogido, amplia falda, y escote muy, muy sugerente. Las tetas de ANtonia, siempre habían sido algo espectacular, y no quiso ocultarlas en el enlace. Es más, quiso mostrarlas orgullosa una vez la animó a ello su hermana.

La cámara no perdía detalle. La chinita, las miradas lujuriosas de los chicos, la aparición de Antonia y sus caras embobadas. . . cuando, llegando desde atrás de ella, Andrés tomó ambas tetas con sus manos.

Ella los miraba sonriente.

-Amigos, esta es Antonia. La tía mas zorrona que conocereis, y que esta tarde os hará disfrutrar a todos y ganar un dinero. . . es decir, si os dignais follar con ella-añadió humillantemente para Antonia. -Suplícales.

Arrodillándose ante ellos, pidió por favor que la follaran ante José, mientras Andrés les explicaba el tema. Eran todos unos jovenes cachondos y sin grandes lastres que les impidieran aceptar. Además, las tetas de Antonia asomaban al balcón de su escote cual promesa de manjar irresistible. Todos accedieron, y comenzarón las presentaciones.

-!Pollas fuera¡-anunción Andrés. Eran cuatro que se colocaron uno junto a otro, sus rabos fuera. Realmente, el chico era un encanto, era lógico que estuviera irremisiblemente enamorada de él hasta la médula. Entre sus conocidos, había elegido a los que sabía se ajustarían añl idela que atraría a Antonia. Ahora no se trataba de una aventura mas o menos morbosa con albañiles sucios, algunos de ellos francamente sin ningún atractivo. Ahora se trataba de cinco yogurcitos, contanto a Andrés, que no pasaban de los 20 años siendo generosa.

-Este es Sergio. -

-Encantada-contestó con una luminosa sonrisa, a la vez que tomaba su polla con la mano y saludaba como si estuvieran dándose la mano. Se trataba de un chico de unos 18 años, de pelo castaño oscuro y ojazos verdes. Muy guapo. Con una reverencia tipo siglo XIX, besó su polla.

-César.

Rubio, ojos oscuros. . . estaba buenísimo. Reverencia y beso.

-Pablo-

Moreno, cachas. Estaba muy bien. No obstante, era el que menos le gustaba de los 4. Aún así, tenía una mirada de cínico que la hizo mojarse al momento.

-Oscar-

!Uuuuufffffff, que rubiales¡Altísimo, cachas. . . GUA-PÍ-SI-MO. Viendo como le miraba las tetas desde su atalaya de más de 1`90, sintió una invasión humeda en su intimidad cuando clavó sus ojazos azules en los suyos. Tratamudeó como una tonta, y besó su polla con la más profunda de las referencias.

-Cristopher.

El último no le produjo una recacción más discreta en sus hormonas. Se trataba de un chico negro. No de un mulato sudamericano, sino de un auténtico negro guineano. negro como la noche y con el cuerpo de un dios luciendo sin camiseta. Antonia miraba embobada su torso!Dioses!!Que perfeción de físico¡Antonia casi no podía resistir alraghar la mano para tocar y asegurarse de que aquello era real. Aquellos pectorales de granito, aquellas abdominales como una tabla de fregar. . . hombros, brazos sin un gramo de grasa. Tontamente bajó la mirada hsta su gran polla. Unas piernas masculinas preciosas, con las curvas del cuádriceps perfectamente delimitadas, eran promesa de un culo de ensueño en la parte posterior. Cristopher sonrió conprensivamente, iluminando su cara oscura una amplísima sonrisa blanca de dientes perfectos. Obviamente, estaba acostumbrado a causar admiración en las mujeres.

-No te quedes ahí embobada mujer. Anda, bésame la polla para que podamos empezar.

Antonia lo miró absorta, como sin entender. Tal era la excitación que le había despertado. Tras los rubios nórdicos, los negros eran indiscutiblemente los machos que mas atraían a Antonia.

-!Eh!. . . !despierta¡. . . añadió riendo.

Arridillandose que no con simple reverencia, se postró con ´veneración ante aquella polla y la adoró, besando y mamando con pasión.

-!Vaya. . . ¡-rió Andrés que, no obstante, seguía siendo indiscutiblemente el más guapo y atractivo de los 5, y él lo sabía-Parece que tu polla la sacó del trance. Osacar y Cristopher son sexy-boys, pero creo que es algo que no te extrañará vista tu cara al presentártelos. Estan acostumbrados a follar con bellas mujeres, a veces por dinero, luego tendrás que esmerarte para complacerlos.

Antonia escuchaba sin dejar de mamar con pasión. Comenzó a sentir manos llegar a su cuerpo. Primeramente asus tetas, que pronto estuvieron fuera del escvote, libres de su tiranía. Después, en todo su cuerpo. Es decir, en todas las partes que el complicado vestido dejaba accesibles. Por la incomodidad de este, quisieron separarla para despojarle de él. pero ella se resistió, abrazándose a las piernas de Cristopher. Estaba desesperada con aquella polla, y no quería dejar de mamarla hasta haberla obligado a vaciar su neztar en su boca. El negro sonrió y, tmbándola boca arriba en el suelo, se sentó sobre ella. Tomando ambas tetas con las manos, comenzó a hacerse una morbosa cubana, mientras ella sacaba su lengua ansiosa por lamer la punta del capullo que se acercaba a ella en sus vaivenes.

-Preparate zorra. . . voy a vaciar mis cojones en tu cara.

Ella sonrió con complicidad mientras el se acercaba más a ella, sentándose directamente sobre sus tetas, inmovilizando(innecesarimente, ella lo deseaba)su cabeza entre sus poderosas puernas, y masturbándose sobre su cara, colocando el capullo apuntando directamente a escasos centímetros de su boca. Ella, sonriente, abría esta totalmente, invitando a cumplir tal promesa, sacando la legua lo más que podía.

El primer chorro fue directamente a su garganta. pero fue seguido de otyros que impactaron unos en su cara, y otros también en su boca. Fue una corrida larga, un mar de yeta que Antonia recibió golosamente. Una vez acabada, se relamió y recogió los restos con sus dedos, lamiéndolos a su vez.

apenas le había dado tiempo a levantarse, cuando recibió un viloneto empujón que la lanzó contra el sofá. Las espinillas chocaron con su parte frontal, cayendo sobre el asiento, su pecho contra el respaldo. El golpe en sus tetas le dolió. Sonrió. Notó como le subían la falda tras ella, y le metían una polla de buenas dimensiones en el culo.

-!Zorra. . . ¡-se trataba de Pablo-No hace mucho que te han dado por el culo¿eh?

Ela comenzó a suspirar de placer ante las embestidas, cerarndo los ojos y abriendo la boca. Sus tetas quedaban colgando por encima del respaldo, sobre su parte posterior. Desde allí, Sergio, agachándose, comenzó a pellizcarle los pezones. Los retorcía cruelmente, y Antonia chillaba como una cerda de placer y dolor. Sergió, excitado por el somentimiento al dolor de aquella hembra, comenzó a estierar primero de ellos, después de sus tetas en general hacia abajo, cada vez con más fuerza, proyectando de estas chorros de leche quie le fascinaban. El dolor era totalmente insoportable, pero deliciosamente irrenunciable

-Esta muy bien eso de follarle el culo y correrse en su boca-intervino Andrés-, pero nos gustaría que llenaseis también su coño de leche. Será morboso esperar después a ver si la preñasteis. Si lop haceis, sabed que no abortará, y nunca sbrá quien es el padre. Es decir. . . salvo en caso de que sea Cristopher. -Todos rieron, incluída ella. Todo se estaba grabando, incluída la conversación.

-Siiiiiiiii. . . correos dentro de mí. . . !preñadme¡!Que el imbécil de mi marido cargue con un bastardo y unos cuernos enormes.

-¿Y si es mío?-Preguntó Cristopher-¿que le dirás?

Sin dejar de ser enculada y sus tetas estrujadas, giró su cabeza para mirarle. Sonreía malignamente.

-No te preocupes por el idiota. Come en mi mano. Aún en ese caso, no me dejará. No puede vivir sin mímy tragará con lo que sea.

Aquello encendió a los chicos, que la follaron por todos sus agujeros, reservando sus corridas especialmente a su coño y cara. La última recibida fué de nuevo de Cristopher, que parecía un manantial inacabable, e inundó su sonriente rostro feliz derramándose sobre sus tetas, fuera del escote. El vestido de novia, estaba lleno de restos de semen.

Contemplando la escena, sintió unas ganas irreprimibles de despreciarla. Casi sin pensarlo, escupió sobre ella, impactando sobre su ojo izquierdo cerrado. Antonia sonreía mientras el salivazo resbalaba por su mejilla hacia su boca. No cerró esta. Deseaba recibir allí aquella saliva y, cuando lo hizo, sacó la lengua para relamerla con placer.

-Cinco puntos

-¿Que?

-Cinco puntos. Has dado muy lejos de la diana¿no?

Los demás miraban intrigados. De momento, Andrés escupió también, dando en su mejilla. Antonia sonrió retadoramente.

-!Vamos¡!Usad mi cara como diana¡Mi boca es el "punto de mosca"-añadió abriéndola todo lo que podía.

Comenzóp entonces una lluvia de salivazos. Al principio era simple saliva, pero pronto se furon animando y carraspeaban sonoramente sus gargantas para cargar sus "yapos" de verde mucosidad, que impactaban en su rostro que los recibia excitadísisma. Pronto, este fue un mar de saliva, así como sus tetas, pelo, que ya no lucía recogido, etc. . . y de su boca cohrreaban rios de tal saliva. Antonia se apresuraba a tragar toda la que podía, y a recoger la que escapaba con los dedos para llevarla a su boca igualmente.

De pronto la niña comenzó a llorar. En principio hizo caso omiso. Era mas importante para ella saciarse bein de polla y sexo, que saciar el hambre de la niña. Allí los demás tampoco hicieron mucgo caso de ella. Pero los insistente llantos, acabaron por ponerlos nerviosos.

-Anda, haz callar a la mierdosa esa. -le ordenó Ancrés y ella se apresuró a odebecer. -Pero espera. . . se me ocurre una manera mejorTráela aquí¡

Mientras la esperaba, continuó masturbándose. Había empezado a hecerlo al no resistir el morbo que le producía la lluvia de salivazos que le edstaban regalando, y contuvo su corrida hasta que regresó con la pequeña. Sentándose en el sofá, quedó a la espectativa de lo que Andrés le pidiese. Se acercó hasta ella, siempre masturbando su polla.

-Acerca las tetas.

Ella obedeció y el se vació sobre ellas a gusto.

-Ahorra, dale de mamar.

Antonia sonrió morbosamente con complicidad. Sentía chorrear su coño de puro vicio.

-!Será zorra¡!VA a hacerlo¡¿Es que no hay nada sagrado para tí?-Preguntó Pablo medio excitado y medio repugnado.

-Claro que só-contestó ella con toda la docilidad del mundo-Mi chulo es lo mas sagrado del mundo para mí. Sus deseos son ordenes para mí. Además, me gusta la idea de que esta zorrita mame su leche. Si el quiere, la criaré para é, para que la desvirgue y use cuando le venga en gana. Todo lo mio es suyo. Mi cuerpo, alma y pertenencias, y eso incluye a mi familia. Mi vida es suya para que haga con ella lo que le janga en gana. Es más. le suplico que lo haga.

Acercó el pezón de su teta izquierda a la boca de la niña, que comenzó a mamar glotonamente. Una vez limpio, le acercó el de la derecha. Andrés había procurado vaciarse sobre todo sobre ellos. Aún asú, quedó bastante sobre las tetas, y Antonia iba recogiéndo todo aquel nectar con los dedos y llevándolo a los pezones para que mamara de ellos.

Obviamente esta escena, a pesar de ser grabada con detalle, no sería tampoco incluída en la cinta a comercializar.

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Terminada la orgía y marchados los chicos, Andrés seguía excitado. Su im, aginación buscaba que más hacer, aprovechando que el cámara seguía allí. Pronto lo supo. Había visto como Tomás, el hermano de Juan, miraba a su cuñada. Sabía que le gustaba, tan bien como sabía que nunca la tocaría aún pudiendo, por respeto a su hermano. Pensado y manos a la obra. Antonia lo llamó, y se preparóa recibirlo. Se duchó, liberándose de todo el semen y saliva que le quedaba encima. . Se perfumó, y vistió para la ocasión. Algo que no fuera muy descarado. Si Tomás sospechaba lo que tramaba de entrada, huiría antes de sentirse atrapado. Era como el "horizonte de los eventos de los agujeros negros". En sus cercanías, aún es posible evitar caer en ellos. La dificultad aumenta proporcionalmente a la cercanía a tal horizonte, una vez en el cual, el retorno es imposible. El día que lleguemos a ellos, tendremos que evitarlos antes de pasar el fatídico umbral. Lo mismo ocurría ahora. Si le veía las orejas al lobo, huiría antes de que le atrapara en sus redes.

Así pues, algo provocativo, pero no descarado. Minifalda negra sin bragas, y camisa superceñida de seda azul a bandas grises sin sujetador. A Antonia, le encantaba vestir blusas, camisas, vestidos y faldas con abotonadura delantera. Eran con mucho sus prendas favoritas. El motivo, era que le permitían jugar con su escote o raja de su falda. En esta ocasión, dejó el escote justo para que se viera su canalillo, pero no para que sus tetas amenazaran con salirse fuera. Aún así, dado lo liviano de la tela y lo ceñido de la prenda, lucía escandalosamente provocativa. Sus tetas se marcaban escandalosamente, valga la redundancia, y sus pezones amenazaban perforar la tela.

No tardó en llegar el cuñado. No era alguien carente de atractivo, aunque menos que su marido, Este último, no es que no lo tuviera. realmente, era un tipo atractivo, y siempre lo había sido. Lo que ocurría simplemente, es que Antonia se había tornado muy puta y necesitaba más. Juan era un espéndido amante además de un hombre guapo y musculoso, auque a todas luces, quedaba muy lejos de Andrés. Tanto como un burro de un pura sangre. A Antonia normalmente le gustaban los chicos por debajo de los 23 o 24 años, y su marido pasaba esa edad por mas de 10, pero no eera la ñúnica razón. Ni en sus mejorers tiempos, hubiera siro rival para su amado Andrés.

Pero en fin, que Ángel no estaba mal, si bien no era el tipo de Antonia. Lo recibió en la puerta con dos besos, que quedaron bastante cerca de la comisura de los labios. Sabía que no debía precipitarse bajo riesgo de que saliera huyendo, pero no podía evitarlo tan excitada como estaba. lo hizp sentarse en el sofá.

-Que bien que viniste tan pronto. -Desde un escondite, el cámara rodaba todo, acompañado de Andrés. -¿Quieres un Whysky?-no esperó a que aceptara para prepararlo. Procuraba caminara ante él desciuidadamente, pero moviendo el culo y haciendo bambolearse sus tetas. Podía sentir su mirada clavada en su trasero. Se agachó sobre el mueble bar, mostrando una perfecta panorámica de su coño al subirse la falda. Procuró adoptar una postura de piernas que permitiera abrirse los cachetes de su culo y mostrar su ojete. Quizá se estaba pasando. Miro de reojo meduio volviendo la cara, y supo que miraba absorto. Sonrió y terminó de giurar la cara para mirarle. Le guiño un ojo y, cogiendo ambos vasos, se acercó a él insinuantemente. . . sus ojos clavados en los suyos, moviendo las caderas y provocando el bamboleo de sus tetas. Se sentó junto a el, colocando una mano sobre el relpaldo(la del Whysky) para enfrentarlo. Miraba a su bragueta languidamente, con una media sonrisa.

-Antonia. . . -pronunció el bastante cortado-¿paraque me has llamado?-añadio sin seguridad.

. Pues veras. . . -empezó a contestar ampliando algo su sonrisa, aunque sin levantar la mirada de su bragueta, con voz cálida, susurrante-. . . es que resulta que siy muy puta. . . -ahora sí lo miro a los ojos. El bajó la mirada estupidamente asus tetas, y ella comenzó a desabrocharse un botón muy muy despacio. Una vez desabrochado, se amplio tremendamente la visión de aquellos melones tan deseados por Ángel y que siempre consideró tabú. -. . . mucho. . . -añadió esta vez susurrando a su oído-. . . y quiero que me folles ahora.

Ángel no sabía que contestar ni que hacer. Antonia sonrió para sí-!ya era suyo¡Con la mano que no tenía sobre el respaldo, sacó una teta fuera de la camisa, y la acercó a su boca. Al momento, su cuñado mamaba de ella como un niño, vencida toda resistencia. Comenzó a sobarlas entonces con desesperación, ante la risa de Antonia.

-Ya puedes salir cariño.

Ángel se asustó. Pensó que era Juan el que iba a salir.

-No te preocupes corazón. . . tu hermano no está aquí. Es solo un cornudo impresionante que no se entera de sus cuernos. Mi cariño, mi amor, mi chulo, es Andrés. Tiene que explicarte algo.

Andrés le explicó el tema de la grabación y que debería dar su expreso consentimiento como participante en ella, para que fuera comercializada. Puso pegas, alegando que su hermano o mujer se podían enterar, pero no le valió. A Andrés le ponía aquel riesgo, y debía ser así si quería gozar del cuerpo de su bella cuñada. Además de entregarle a él los 600 euros que le pagarían. Antonia añadió orgullosa que era su chulo y ella también le daría su parte. Finalmente, Andrés transigió. El cámara no perdió detalle de la escena, y así fue como Andrés materializó este morbo suyo.